Durante y después de la dictadura de Francisco Franco en España, entre los años 1938 y 1975, miles de bebés fueron robados a sus madres al nacer. Cómo decirte que te quiero es un documental desgarrador, dirigido por Matilde Michanié, basado en una investigación de Carolina Escudero, que propone compartir el devenir de una búsqueda por conseguir la verdad y la justicia. Se estrena este 4 de mayo, en el cine porteño Gaumont.
Michanié, quien es investigadora, guionista, realizadora y productora de films documentales, estudió cine en Argentina y luego se radicó en Alemania, donde se graduó en la Universidad de Kassel.
¿Cómo fue el primer contacto con Carolina Escudero, a partir del cual ella comenzó a contarte sobre su investigación? ¿Ya tenías un mínimo conocimiento de la causa o empezaste a interiorizarte a partir de su contacto?
A Carolina la conozco desde hace mucho tiempo y retomamos el contacto hace un par de años, ahí me contó de su experiencia con el grupo S.O.S Bebés Robados Cataluña, de la investigación que estaba haciendo sobre el fenómeno de bebés robados durante el franquismo y posterior al franquismo, ya durante la democracia. Yo realmente no conocía ese tema, el área de derechos humanos no es una temática que tenga que ver con mis documentales. Pero me conmocionó mucho, sobre todo porque ella empezó a contarme detalles de diferentes historias. A partir de ese intercambio que tuvimos, empecé a pensar en la posibilidad de elaborar un proyecto documental basado en su investigación.
¿Qué sensaciones tenías al principio del proyecto y cuáles te quedaron al final?
Las sensaciones que tenía al principio eran de mucha conmoción porque de todos los relatos a los que yo accedía eran experiencias posteriores a la dictadura franquista, fue un proceso muy movilizante. Y lo que a mí me impresionaba y me sigue impresionando, tal vez comparativamente con nuestra experiencia en nuestro país, es la poca visibilidad del tema, el poco acompañamiento de la sociedad, la soledad de las víctimas en sus reclamos, una especie de profunda negación. Más allá de la política y de la justicia, la indiferencia de la sociedad misma de rever las consecuencias trágicas sociales y personales que dejó el franquismo y todo lo que quedó establecido a partir de esa dictadura y que no se revisó.
Carolina dice en un momento que la causa la hace recordar a lo ocurrido en nuestro país. ¿Creés que esta historia nos toca más de cerca por esa similitud?
Sí, obviamente. Aunque son dictaduras diferentes, en un punto todas las dictaduras se hermanan. Pero la dictadura franquista fue muy larga, penetró muy ampliamente en la sociedad, en los comportamientos, en los pensamientos, creo que mucho más que acá. Sí digamos que hay resonancias porque semejantes sucesos tienen muchos paralelismos, y entonces a uno le resuena lo que pasó acá, pero creo que de todas maneras las experiencias son distintas en la mecánica, en el método, y vuelvo a decirte: esto siguió sucediendo después de terminada la dictadura franquista porque en España el robo de bebés se convirtió en una red de negocios.
Eso llama la atención, que al finalizar el franquismo, en las décadas del ochenta y noventa esto siguió sucediendo ya en democracia…
Claro, porque se convirtió en una fuente de ingresos para determinados actores de la sociedad: funcionarios, hospitales, maternidades, iglesia, médicos, etcétera, que ampararon la vigencia de leyes que perduraban aún desaparecido el franquismo, y podían ocultar la identidad de esos bebés robados. Y, de alguna manera, la mentalidad en ciertos aspectos siguió vigente en el sentido de que había una disposición de acatamiento a las autoridades, entonces el temor estaba instalado y lo que decía un médico, lo que decía una monja, era autoridad, y eso siguió funcionando en la mentalidad de la gente, y las mujeres seguían teniendo una actitud pasiva ante ciertas circunstancias, también eso permitió que sucediera todo esto.