Las nuevas formas de contar en viñetas

Las nuevas formas de contar en viñetas

El documental «¿Qué m!%*#@ es la realidad?» da cuenta de una nueva generación de historietistas con otras formas de contar en viñetas. Uno de sus directores, Damián Sierra, cuenta con qué se encontró.

Los primeros antecedentes de la historieta en Argentina se remontan al año 1898 en la revista Caras y Caretas y hacia mediados del siglo XX, el género explotó y tomó rasgos identitarios propios de la cultura argentina que le dieron a guionistas y dibujantes locales proyección internacional. No es casualidad que se haya declarado como Día de la Historieta el 4 de septiembre, fecha en la que apareció la primera edición de la revista Hora Cero en 1957, fundada por Héctor Oesterheld y conocida entre otras obras, por publicar El Eternauta, una saga que se convirtió en bisagra de la historieta argentina de aventuras. En la actualidad, este género tomó un giro diferente. Además de realizarse sobre el tradicional papel, pueden hacerse de forma digital, también llamadas e-cómics o webcomics, con una estructura de tira de recuadros, una página completa, una revista o un libro completo. Sus relatos pueden ser de índole humorística o satírica, juvenil, infantil o pueden ser narraciones literarias. Asimismo pueden ser compartidas en redes sociales, reels, streaming y otras plataformas que predominan en la actualidad.

 En el film ¿Qué m!%*#@ es la realidad?, estrenado recientemente en el Centro Cultural Kirchner (CCK), se da cuenta del surgimiento de una nueva generación de historietistas con otras formas de contar historias y de abordar diversas temáticas a partir de agitar el lenguaje de las viñetas. Se trata de “una nueva manera de hacer que se nutre de algunas condiciones propias del siglo XXI; como la circulación autoral en redes sociales, la creatividad de lo autogestivo frente a la falta de presupuesto, los feminismos, las disidencias, las luchas de las minorías, las lógicas comunitarias que resultan en la organización de Ferias y Festivales”, precisa la sinópsis del documental.

Para indagar cómo se desarrolla hoy este género, el licenciado en Crítica de Artes Eduardo Benítez; el escritor, poeta y periodista Walter Lezcano; y el locutor de ISER y licenciado en Audiovisión por la Universidad Nacional de Lanús, Damián Sierra, entrevistaron para la película a diversas figuras de la historieta argentina de estos últimos años como Gustavo Sala, Pedro Mancini, Lauri Fernández, Amadeo Gandolfo, María Luque, entre otros.

 En diálogo con ANCCOM, Sierra relató el proceso de producción del film ¿Qué m!%*#@ es la realidad?, así como también el surgimiento y la importancia de la realización de producciones cinematográficas independientes.

¿Cómo surgió la idea de hacer la película?

La idea surgió de Walter Lescano por un proyecto que había hecho en 2020, que es un documental sobre poesía, en el que Walter tenía ganas de trabajar la escena de la historieta argentina de este siglo, junto a Eduardo Benítez. Nos pusimos a trabajar para finales de 2022. En 2023 empezamos a hacer las entrevistas y lo terminamos para principios de este año.

¿Cómo fue el proceso de producción? 

Lo primero que hicimos fue formar una lista de posibles entrevistados que nos gustaran por su trabajo y que sean relevantes para lo que queríamos contar. Empezamos a grabar las entrevistas, nos contactábamos con las personas, algunos fuimos a la casa, otros nos juntábamos en algún bar, siempre viendo las posibilidades de cada uno. Las entrevistas eran descontracturadas e improvisadas en el momento, no teníamos un guion previo. Una vez que ya teníamos todo el material, fuimos a edición, a ver qué historia se podía contar a partir de lo que nos habían dicho los entrevistados. Si en el medio había algún evento, feria, presentación de algún libro, íbamos para tomar imágenes de lo que se dice “inserts” para después mechar con las entrevistas. Estuvimos un año y medio, nos llevó su tiempo, lo íbamos haciendo de a poco y después en la edición terminamos de resolver todo. Empezamos a hacer la película por gusto, diversión, y la hicimos con cero presupuesto. No hay nadie más que nosotros tres y los entrevistados. Caímos con un par de cámaras precarias, un micrófono y así grabamos.

¿Sentís qué el tema que abordaron es algo poco conocido?

La verdad es que no había mucho material, así que es un tema que es conocido e importante para un nicho: el nicho de los historietistas y de la gente que consume historieta. Para ellos es un mundo conocido, que les interesa. Pero rompiendo las barreras de lo que es ese nicho, al no haber tanta producción, en lo audiovisual no les llega a tanta gente. Yo creo que hay más en la parte de gráfica, libros que reflexionan sobre la historieta. Nosotros partimos de este siglo, los últimos 20 años, dónde hay toda una nueva generación de autores que no habían llegado a tener alguna especie de representación en producciones audiovisuales, por lo menos de ahora, contemporáneas.

¿Qué pasa hoy en el ámbito de la historieta? 

Pasa algo que es muy parecido a lo que sucede también con otras disciplinas artísticas que están un poco emparentadas, como la literatura o la poesía o incluso ciertas artes audiovisuales: hay una industria chiquita que está más bien sostenida por las ganas de las personas que la integran y un poco por el amor al arte. De esa manera es que todavía subsiste, pero no escapa en absoluto a la coyuntura que vivimos y es una actividad que se podría pensar en crisis desde el punto de vista económico. No hay plata en la historieta argentina. Nadie se hace rico, ni siquiera casi puede vivir de la historieta dignamente. Se necesita echar mano a otros artilugios para subsistir. Así que es difícil. Pero de todas maneras, toda la industria se sigue sosteniendo en base a que hay gente que no puede concebir su vida sin realizar este tipo de disciplina artística. Nosotros necesitamos seguir haciendo historietas y seguir publicando y seguir dibujando. Existen editoriales independientes que hacen todo muy a pulmón, difundiendo boca en boca, en las ferias. De esa manera se mantiene la rueda girando. No pasa como en otros países, Francia por ejemplo, donde los mercados son más grandes y un historietista podría incluso llegar a soñar con dedicarse a esto y vivir bien. Eso acá en Argentina no sucede, pero lo bueno es que no desaparece el amor y las ganas de seguir adelante con los proyectos. Eso es lo que hace que la actualidad de la historieta todavía haya presente y que haya futuro también.

 Como documentalistas, ¿qué fue lo que encontraron durante la investigación? 

 Lo que más me llamó la atención de lo que encontramos está dado en la crisis: nadie va a ganar buena guita, entonces eso hace que un poco los egos se dejen de lado y como que todos tiren para el mismo lado, que se ayudan entre ellos y se armen como una comunidad de historietistas. Uno está acostumbrado a tratar con otro tipo de disciplinas artísticas donde son ambientes donde los egos están un poco más a flor de piel y hay más resquemores quizás entre una banda y otra. Yo esperaba por ahí encontrar algo parecido, porque somos personas en definitiva y como que siempre se espera encontrar algo de ese estilo y no, por lo menos en lo que tuvimos la posibilidad de dialogar con toda la gente que hablamos, estábamos tirando para el mismo lado.

Estrena México 71

Estrena México 71

El jueves 14 de diciembre estrena «México 71», una película documental que recupera la hazaña de la primera Selección de fútbol femenino que jugó un Campeonato Mundial y le ganó a Inglaterra, nada más y nada menos, que por 4 a 1 en el Estadio Azteca. Estará en cartel en el Cine Gaumont. Sus directoras Carolina Gil Solari y Carolina Fernández hablan sobre la importancia de reivindicar y visibilizar esta historia que no fue contada. Ambas nos cuentan detalles de cómo fue filmar este trabajo tan importante para nuestra historia del fútbol junto a nuestras pioneras. Escuchá la nota y cantalo, cantalo, cantalo, cantalo…

Cine documental como acto de resistencia

Cine documental como acto de resistencia

En su undécima edición, el FIDBA ofrece una programación con tres competencias oficiales y varias secciones dedicadas a enfoques, retrospectivas y proyecciones especiales.

“Los invitamos a estar juntos y juntas a través de un cine que tiene la realidad como materia prima y que, por eso, es peligroso para quienes construyen su discurso de odio y violencia desde la mentira”, expresó Mario Durrieu, director general del Festival Internacional de Cine Documental de Buenos Aires (FIDBA), durante la apertura a la undécima edición del ciclo que se realizó en la Ballena Azul del Centro Cultural Kirchner (CCK).

Acompañado por Walter Tiepelmann, responsable de Industria y Formación del FIDBA, Durrieu se refirió al desafío de crear audiencia para un cine que, por su carácter documental, es “difícil de pensar en esos términos”, y también al propósito del FIDBA de generar un punto de encuentro de cineastas con el público argentino y porteño.

La ceremonia de presentación, colmada de directores, productores, invitados y cinéfilos, incluyó un “menú de dos pasos”, como eligieron llamarlo: una puesta en escena de teatro documental al estilo cabaret, dirigida por el realizador y dramaturgo Miguel Zeballos, en la que participaron Maruja Bustamante, Belén Gatti, Laura Névole y Anastasia María Benavente, y una segunda parte que consistió en la exhibición del cortometraje póstumo de Jean-Luc Godard titulado Drôles de guerres.

Los organizadores agradecieron a las embajadas de Brasil, Colombia y Chile, y subrayaron la importancia de acercar e integrar a los pueblos de América Latina por medio del cine, reivindicar el acto colectivo de presenciar una proyección en una sala a oscuras y convertirlo en un momento de resistencia frente a las cuestiones que se presentan en la actualidad.

“Estamos viviendo un tiempo complicado, la sombra del totalitarismo nos está acechando y el cine argentino unido se enfrenta con la violencia de quienes quieren exterminarlo para que no exista más. Pero también está en peligro un modo de vida, un sistema de valores, un pueblo y una cultura que dialoga y se relaciona con el mundo a partir de quienes somos”, manifestó Durrieu, antes de convocar al escenario a la actriz trans chilena Anastasia María Benavente.

La elección de iniciar el FIDBA con un espectáculo de tono burlesco no fue azarosa y pretendió reafirmar la necesidad de una expresión y creación libres, representadas por una figura de la comunidad travesti trans.“El cabaret siempre ha sido un lugar de denuncia política –dijo Benavente–. Y hoy, ante la avanzada de los grupos conservadores, que son racistas, homófobos, tránsfobos, xenófobos, nos toca poner una vez más el cuerpo y ser nosotras mismas una pancarta política”.

Las luces de la sala bajaron y comenzó la nueva edición del FIDBA, que no es ajena al difícil contexto social, político y económico, pero que de igual manera busca sostener sus convicciones a través de un cine de lo real. A diferencia de otros años, esta vez la competencia se dividirá en tres: “Órbita”, con largometrajes y cortos internacionales; “Hemisferio”, largos y cortos iberoamericanos, y “Austral”, largos y cortos argentinos. La programación completa del festival, que se extiende hasta el domingo 8 de octubre, puede encontrarse en su web oficial.

La historia de un científico comprometido

La historia de un científico comprometido

Se estrenó “Varsavsky, el científico rebelde”, segundo documental de Rodolfo Petriz. El matemático encuentra en esta obra un reconocimiento al esfuerzo que realizó por vincular la investigación académica con la sociedad. Su estilo, sus ideas y sus luchas se cuentan con una gran investigación de archivo.

«Para Varsavsky, “ya existía la palabra ‘cientificismo’: la gente hacía una tesis para graduarse y una vez que se recibían ya no le interesaba ni a ellos ni a nadie», explica Petriz, el director del documental.

“Las ideas que escribió hace 50 años son útiles y tienen vigencia en la actualidad argentina y latinoamericana“, afirma acerca de Oscar Varsavsky, Rodolfo Petriz, director de largometrajes y docente graduado en la Facultad de Filosofía de la UBA. “Escribía con la patencia que menciona el escritor Roberto Arlt, ‘como un cross en la mandíbula ‘”. Varsavsky, el Científico Rebelde, su último documental, se estrenó el jueves 15 de junio en el cine Gaumont y se presentará en Buenos Aires hasta el 21.

La función de estreno en el Cine Gaumont se llenó de público. El director presentó el documental junto a su pequeña hija Ema y agradeció a los principales colaboradores. Entonces las luces se apagan y llegan 78 minutos de silencio y atención en la sala para escuchar cada detalle de la vida de uno de los grandes científicos argentinos.

Entre las múltiples facetas del protagonista del documental, Petriz, quien realizó el Taller de Periodismo Científico en el Instituto Leloir, destaca su estilo como escritor: “Tenía una forma particular de plasmar sus ideas en los libros y no andaba con medias tintas, sino que era muy vehemente, hablaba directamente y con claridad”.

¿Quién fue Varsavsky?

Oscar Varsavsky nació en Buenos Aires el 18 de enero de 1920 y murió a los 56 años el 17 de diciembre de 1976. Fue uno de los miembros más destacados de la gestión de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA en la llamada «Época de Oro» y protagonista central de los debates científicos de los años sesenta y setenta, en los que realizó una crítica revolucionaria de la ciencia latinoamericana. Viajó a Brasil, Perú, Venezuela y otros países de América Latina compartiendo sus ideas y conocimientos con sus pares. Se lo leía entre los textos de otros intelectuales como Jorge Sábato, Manuel Sadosky y Rolando García. Sobresalía por la originalidad y radicalidad de sus planteos, acordes al momento histórico-político.

El documental refleja “sus ideas, las bases sobre las cuales edificar una ciencia comprometida que solucione necesidades prioritarias de la población y esté al servicio del desarrollo nacional soberano y autónomo”, explica el director del documental. Para Varsavsky, “ya existía la palabra ‘cientificismo’: la gente hacía una tesis para graduarse y una vez que se recibían ya no le interesaba ni a ellos ni a nadie”, explica en el documental Marcelino Cerejeido, autor del libro La nuca de Houssay. “Para él –agrega-, Argentina tenía que crear un equipo científico para hiper-conocer el país y resolver sus propios problemas”. Una ciencia funcional acorde a las problemáticas sociales, pensando en un futuro mejor como país.

 

Petriz explica a ANCCOM por qué decidió realizar este un documental: “Al leer a Varsavsky sus ideas y propuestas conmueven e invitan a ser parte. En una medida hace sentir que algo pasó por tu cabeza y te golpeó metafóricamente, de una manera muy fuerte, y te lleva a la acción o la reflexión como mínimo”.

“Me parece muy interesante –asegura el director- que se escuche un poco del pensamiento de Varsavsky y tomar de aquellas ideas que fueron muy fecundas, como el dinero que se destina a la ciencia, cómo se realiza, en  función de qué, para  qué se destina. Para Varsavsky tenían igual importancia las Ciencias Exactas y las Ciencias Sociales. Creía que se debían formar equipos interdisciplinarios”, plantea. 

“Si se piensa en términos políticos Varsavsky era una persona que pertenecía a un ideario de izquierda. Y sostenía que la ideología no es ajena a la ciencia. La ciencia está atravesada por la política y la ideología”, explica Petriz. Si bien el científico rebelde se oponía al consumismo, “tampoco estaba de acuerdo ni veía con buenos ojos el comunismo que funcionaba en la Unión Soviética. En su formación académica Varsavsky leía de todo”, aclara.

La puesta en escena

Testimonios, entrevistas, momentos de manifestaciones turbulentas durante la dictadura militar, imágenes en blanco y negro, viajes a Brasil, Córdoba, cassettes de charlas y conferencias, recomposición de la imágen de Oscar Varsavsky, (evitaba todo lo posible ser fotografiado) dan vida al documental. “Yo digo que murió de tristeza, más allá de la enfermedad. Ya estaba enfermo, pero… él era un luchador, no era sólo un científico que se dedicó a realizar modelos matemáticos y nada más”, afirma una de sus colegas en el documental.

El financiamiento del documental provino del  programa de “Financiamiento de Documentales” del INCAA y del programa de “Apoyo a la Cultura” de la CIudad de Buenos Aires Mecenazgo.

 

Próximas Funciones

Varsavsky. El científico Rebelde, segundo documental de Rodolfo Petriz, tuvo su preestreno en el 37º Festival de Cine Ibero Latinoamericano de Trieste (2022), en el XXXI Festival de Cine e Imagen Científicas de Madrid (2022) y en el Festival Internacional de Cine Político (FICIP 2023). También se present en las universidades de La Plata, Río Negro, San Juan y UBA-Ciencias Exactas. Se presentará en Tucumán, en el Espacio INCAA Hynes O ́Connor el jueves 15, viernes 16 y sábado 17 de junio a las 20 hs. En  Zapala, Neuquén, en el Espacio INCAA Cine Municipal Jueves 15 de Junio 21:30 hs. En Caleta Olivia, Santa Cruz Espacio INCAA,  sala José Fernández viernes 16 de junio 20 hs.

«El robo de bebés en España se convirtió en una red de negocios»

«El robo de bebés en España se convirtió en una red de negocios»

Este jueves se estrena «Como decirte que te quiero», un documental de Matilde Michanié sobre el robo de bebés que comenzó con la dictadura franquista pero continuó en democracia.

Durante y después de la dictadura de Francisco Franco en España, entre los años 1938 y 1975, miles de bebés fueron robados a sus madres al nacer. Cómo decirte que te quiero es un documental desgarrador, dirigido por Matilde Michanié, basado en una investigación de Carolina Escudero, que propone compartir el devenir de una búsqueda por conseguir la verdad y la justicia. Se estrena este 4 de mayo, en el cine porteño Gaumont.

Michanié, quien es investigadora, guionista, realizadora y productora de films documentales, estudió cine en Argentina y luego se radicó en Alemania, donde se graduó en la Universidad de Kassel.

¿Cómo fue el primer contacto con Carolina Escudero, a partir del cual ella comenzó a contarte sobre su investigación? ¿Ya tenías un mínimo conocimiento de la causa o empezaste a interiorizarte a partir de su contacto?

A Carolina la conozco desde hace mucho tiempo y retomamos el contacto hace un par de años, ahí me contó de su experiencia con el grupo S.O.S Bebés Robados Cataluña, de la investigación que estaba haciendo sobre el fenómeno de bebés robados durante el franquismo y posterior al franquismo, ya durante la democracia. Yo realmente no conocía ese tema, el área de derechos humanos no es una temática que tenga que ver con mis documentales. Pero me conmocionó mucho, sobre todo porque ella empezó a contarme detalles de diferentes historias. A partir de ese intercambio que tuvimos, empecé a pensar en la posibilidad de elaborar un proyecto documental basado en su investigación.

 ¿Qué sensaciones tenías al principio del proyecto y cuáles te quedaron al final?

Las sensaciones que tenía al principio eran de mucha conmoción porque de todos los relatos a los que yo accedía eran experiencias posteriores a la dictadura franquista, fue un proceso muy movilizante. Y lo que a mí me impresionaba y me sigue impresionando, tal vez comparativamente con nuestra experiencia en nuestro país, es la poca visibilidad del tema, el poco acompañamiento de la sociedad, la soledad de las víctimas en sus reclamos, una especie de profunda negación. Más allá de la política y de la justicia, la indiferencia de la sociedad misma de rever las consecuencias trágicas sociales y personales que dejó el franquismo y todo lo que quedó establecido a partir de esa dictadura y que no se revisó.

 Carolina dice en un momento que la causa la hace recordar a lo ocurrido en nuestro país. ¿Creés que esta historia nos toca más de cerca por esa similitud?

Sí, obviamente. Aunque son dictaduras diferentes, en un punto todas las dictaduras se hermanan. Pero la dictadura franquista fue muy larga, penetró muy ampliamente en la sociedad, en los comportamientos, en los pensamientos, creo que mucho más que acá. Sí digamos que hay resonancias porque semejantes sucesos tienen muchos paralelismos, y entonces a uno le resuena lo que pasó acá, pero creo que de todas maneras las experiencias son distintas en la mecánica, en el método, y vuelvo a decirte: esto siguió sucediendo después de terminada la dictadura franquista porque en España el robo de bebés se convirtió en una red de negocios.

Eso llama la atención, que al finalizar el franquismo, en las décadas del ochenta y noventa esto siguió sucediendo ya en democracia…

Claro, porque se convirtió en una fuente de ingresos para determinados actores de la sociedad: funcionarios, hospitales, maternidades, iglesia, médicos, etcétera, que ampararon la vigencia de leyes que perduraban aún desaparecido el franquismo, y podían ocultar la identidad de esos bebés robados. Y, de alguna manera, la mentalidad en ciertos aspectos siguió vigente en el sentido de que había una disposición de acatamiento a las autoridades, entonces el temor estaba instalado y lo que decía un médico, lo que decía una monja, era autoridad, y eso siguió funcionando en la mentalidad de la gente, y las mujeres seguían teniendo una actitud pasiva ante ciertas circunstancias, también eso permitió que sucediera todo esto.

Hay una facilidad de ocultamiento de parte de la justicia, de parte de la política, porque eso implica tocar muchos resortes, reconocer muchos errores y, a la vez, también hay una indiferencia de parte de la sociedad. En eso hay una diferencia con lo que sucedió en Argentina.

Matilde Michanié

Te  escuché decir que te llamó la atención que un tema tan delicado no se haya visibilizado durante tantos años, incluso al final del documental se informa que estas campañas de ‘Te Estamos Buscando’ de los años 2017 y 2018 mediatizan por primera vez en toda España los casos de los bebés robados…

Claro, a partir de una denuncia colectiva que se hace en 2011, de todos los afectados de toda España, empezó a ponerse sobre el tapete esta cuestión y después las campañas “Te Estamos Buscando”. lo refuerzan. Hay una facilidad de ocultamiento de parte de la justicia, de parte de la política, porque eso implica tocar muchos resortes, reconocer muchos errores y, a la vez, como dije también hay una indiferencia de parte de la sociedad, también en eso hay una diferencia con lo que sucedió acá, porque si la sociedad empuja, tracciona, pide, pelea, llega un momento en que es inevitable que ciertas cosas salgan a la luz y que la verdad se conozca, pero no es el caso de España. Eso sigue sorprendiéndome, porque es una sociedad que sufrió mucho.

 De hecho, en uno de los relatos de las víctimas que integran el grupo, dice que al acercarse a la Fiscalía Central, aun con 261 casos denunciados, no se hicieron cargo de la situación y las derivaron a la Fiscalía de su Ciudad. ¿Cómo viven las víctimas este destrato?

Exacto, porque esa es la mejor manera de desembarazarse de la responsabilidad. Es muy doloroso, socava la esperanza y las fuerzas, vos viste que la mayoría de las víctimas tiene una determinada edad, o sea que es difícil para ellos seguir intentando tras tanto rechazo, tanta negación, tanto obstáculo. Es un proceso que viven una y otra vez porque no reciben ningún tipo de apoyo y no reciben ningún crédito en el sentido de que les crean, es difícil y por eso necesitan apoyo, y el apoyo que no tienen ahí, lo tienen en el exterior, pero no lo logran en su propio lugar que es donde se debe instrumentar la justicia. Para todos es muy difícil, por eso también ahí se ve el taller que hace Carolina de resiliencia, que es muy importante porque es la manera que tienen de reciclar su dolor y de seguir adelante.

 ¿Qué sentías en esos contactos con las víctimas al ver la fortaleza con la que afrontan sus realidades? ¿Qué fue lo que más te sorprendió de ellos y ellas?

 Precisamente lo que estás diciendo, que a pesar de lo vivido y para muchos es como un proceso reciente, porque muchos confrontan lo que les sucedió, con lo que realmente sucedió. Muchos terminan dándose cuenta después de mucho tiempo y hay personas que ingresaron al grupo hace relativamente pocos años,  entonces es un dolor que se va renovando permanentemente. Entonces era también difícil en el sentido de que al remover la historia en esas charlas que teníamos, iban recordando más cosas y eso es muy fuerte para quien recuerda y para quien escucha ese recuerdo.

 

Al final del documental, se muestra que el 5 de octubre del año pasado el Estado español sanciona la Ley de Memoria Democrática y condena por primera vez el golpe militar de julio de 1936 y la dictadura franquista. ¿Qué pensás al respecto?

Franco se muere en 1975, imagínate todo el tiempo que tuvo que pasar para que el Estado español reconozca los crímenes del franquismo, lo que la dictadura provocó, que reconozca al franquismo como una dictadura en sí. Teniendo en cuenta esto, podés imaginarte qué difícil es que el Estado como tal, abarcativo de todas las autonomías, reconozca lo que sucedió con estos bebés, que es una lucha muy fuerte y muy tenaz la que tienen que emprender las víctimas y que hasta ahora no ha dado resultados prácticos.

 

¿Qué sensaciones tenés a partir del estreno?

Yo sé que no es fácil que un documental tenga difusión, o sea que mis expectativas obviamente tienen que ver con que la vea la mayor cantidad de gente posible, que el tema se visibilice y de alguna manera esto pueda transformarse en una suerte de motor para esas víctimas que están allá, para que las impulse, que las ayude a seguir luchando por conseguir justicia y reparación.