El huevo de la serpiente

El huevo de la serpiente

«Muerta o presa» es el libro que publicó Irina Hauser sobre la trama del atentado fallido contra la exvicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. ¿Qué tuvieron que ver con la Libertad Avanza y los seguidores de Javier Milei?

Muerta o presa (Planeta) es el último libro de Irina Hauser. Allí se presenta una cronología detallada del escenario previo a lo que se constituyó en el intento de magnicidio contra la dos veces presidenta de la nación Cristina Fernández de Kirchner y vicepresidenta en ejercicio en el momento del atentado. El texto revela algo casi tan impactante como las imágenes que recorrieron el país del arma apuntando a la cabeza de la exmandataria: la trama subterránea del poder y sus vínculos con el gobierno nacional electo en 2023. Por medio de un hilado fino de hechos y actores, el atentado se devela como la confabulación de un grupo de organizaciones de ultraderecha en contacto con funcionarios y dirigentes de La Libertad Avanza y del PRO. El apoyo al entonces candidato Javier Milei resultó en la conformación de un nuevo grupo de poder, uno que se impone por medio de la violencia y el enfrentamiento social.

Hoy, Hauser analiza sus palabras desde la entrada del libertario al poder y comparte una nueva forma de leer no solo el atentado, sino también las lógicas y actores centrales de este nuevo gobierno.

Con el diario del lunes, ¿cuál es tu nueva lectura sobre el atentado?

Una cosa que me pasó fue que después de que salió el libro, cuando empezó a perfilarse la figura de Milei, es que me di cuenta de que había contado una trama que es la antesala de lo que está pasando. La conté porque me parece que explica el atentado, pero lo que me doy cuenta es que ahora explica mucho más. ¿Por qué digo esto? Hay un tramo del libro que está dedicado exclusivamente a contar cómo se fueron entrelazando, creciendo, construyendo, algunas organizaciones de ultraderecha que accionaron de manera violenta, no solamente en las calles, sino también en las plataformas. Revolución Federal hizo reuniones en Twitter, en Facebook, que fueron muy determinantes, porque eran reuniones donde cada vez que hablaban y cada vez que tomaban la palabra los miembros de Revolución Federal hablaban de un plan para matar funcionarios, especialmente a Cristina.

¿Cuáles son los hilos principales que se cruzan entre el gobierno y estas organizaciones emergentes?

Está la reconstrucción de toda esa trama, pero además hay un recorrido de cómo se vinculan muchos de los personajes de la historia, incluso los que tienen que ver con el hecho material. Me refiero a Fernando Sabag Montiel, su novia Brenda Uliarte  y Gabriel Carrizo, el dueño del negocio de los copos de azúcar, que estos pibes usaron para camuflarse, y hacer un poco de inteligencia barata en la zona de la casa de Cristina. Ellos tenían una simpatía importante por Milei.

En el caso de Sabag Montiel, además de las conversaciones que hay registradas en la causa, es muy impresionante su discurso antipolítico. El tipo cuestiona todo. Que Macri esto, que Cristina lo otro, hablaba de Sergio Massa en ese momento, cosa que me pareció curiosa, porque todavía Massa no había crecido como posible figura presidenciable.

En el caso de Revolución Federal, la vinculación era directa porque ellos fueron al lanzamiento de la campaña de Milei y a varios actos del candidato libertario. Leo Sosa siguió yendo aún procesado por la justicia por hechos violentos, lo militaron y lo siguen militando. Esto es un aspecto, después además aparecen algunos datos en el expediente que nunca nadie les dio trascendencia, como la foto de Sabag Montiel con Milei, que está en el expediente y nadie la había mostrado.

Pero también ha habido otras cosas; por ejemplo, en la casa de Carrizo cuando la allanan, encuentran unos papelitos donde tenía el contacto de un abogado para que lo defienda. ¿Quién era ese abogado? Francisco Oneto, un defensor mediático, pero que además resulta ser el candidato a vicegobernador con Carolina Píparo en la Provincia de Buenos Aires por la Libertad Avanza.

El abogado actual de Carrizo (nota de la r: Gastón Marano) también es un hombre de la política. Es alguien que era asesor en la Bicameral de Inteligencia del exsenador (Ignacio) Torres, ahora gobernador de Chubut.

El actual ministro de Justicia, (Mariano) Cúneo Libarona está a cargo de la defensa del Grupo Caputo en la causa de Revolución Federal, donde está acusado de financiar a Jonathan Morel mediante pagos millonarios a una pequeña carpintería que se había abierto un año antes sin tener conocimiento en el rubro. Son detalles que parecen cosas por ahí menores, pero para mí hay que ver la película completa.

El actual ministro de Justicia, (Mariano) Cúneo Libarona está a cargo de la defensa del Grupo Caputo en la causa de Revolución Federal, donde está acusado de financiar a Jonathan Morel mediante pagos millonarios a una pequeña carpintería que se había abierto un año antes sin tener conocimiento en el rubro. Son detalles que parecen cosas por ahí menores, pero para mí hay que ver la película completa.

Irina Hauser

¿Cuál es el impacto de estos actores en la escena pública?

Es la sumatoria de cosas lo que explica también la violencia persistente, porque si bien Revolución Federal desapareció de la calle, esa suerte de licencia para la violencia nunca se fue, siempre estuvo latente, y tiene varias patas. Una tiene que ver con el discurso de la derecha política, que ya desde antes del atentado vos escuchabas al propio Milei diciendo que había que exterminar al kirchnerismo, después lo tenías a (Ricardo) López Murphy diciendo “son ellos o son nosotros”, Patricia Bullrich ya en campaña pidiendo un país sin Cristina. Hasta Horacio Rodríguez Larreta pedía eliminar al kirchnerismo. Son términos que en la historia de nuestro país no tienen otro sentido, otra connotación, que desear la muerte. Y la muerte del kirchnerismo y de Cristina en particular parecía el leitmotiv del periodismo concentrado.

¿Cuál fue el rol de la justicia y los medios en este escenario?

Otro aspecto es el que tiene que ver con cómo se fue posicionando el Poder Judicial, que también puso su granito de arena para la violencia. Las movilizaciones que ocurrieron en las inmediaciones de la casa de Cristina se dieron en el contexto en que estaba transcurriendo el juicio de la obra pública, donde se la acusaba de direccionar obra pública en Santa Cruz a favor de Lázaro Báez. Algunos le dicen el juicio de Vialidad.

Era la época del alegato final, el fiscal Diego Luciani hizo un espectáculo para hacer su alegato de nueve días que se transmitió por YouTube, pareció una cadena nacional, como no tenían ninguna prueba realmente, armaron todo ese show para los medios amigos. Y esas son cosas que tienen mucho impacto.  El día que Luciani pide los doce años de prisión y la inhabilitación perpetua los primeros en salir a festejar son grupos que iban a insultar a Cristina en la esquina de la casa, entre ellos los de Revolución Federal.

Esta es una organización que hasta el día de hoy sigue teniendo protagonismo en los actos del actual presidente, ¿Quiénes están detrás?

Los de Revolución Federal, Leo Sosa y Jonathan Morel, estuvieron el primer día ahí cerca de la casa de Cristina, lo que ocurrió fue que se llevó a la militancia para neutralizar esa situación, y ahí ya no se movieron más. La movilización duró 11 días.

Siguiendo con la causa, como era cantado, Cristina fue condenada en diciembre. Ya lo sabía todo el mundo, como ella decía, la condena estaba escrita. Y por si hubiera alguna duda, Clarín publicó la famosa frase de “la bala que no salió y el fallo que sí saldrá». Son factores que colaboran con la violencia. Los medios venían ya desde mucho tiempo antes convirtiendo a Cristina en esta suerte de enemigo de todo, a fuerza justamente de la multiplicación de causas judiciales.

El Grupo Clarín tiene mucha incidencia en cómo se han llegado las causas judiciales, la cantidad de acusaciones que se hicieron, y los jueces son muy sumisos frente a las exigencias de los medios. No hace falta que le golpeen la puerta y le digan que arme una causa. Ya saben lo que tienen que hacer. Es como un código interno, que se da por sobreentendido.

¿Cómo se alcanzan estos niveles de violencia y confabulación contra la exmandataria?

Milei en esa época tenía una especie de séquito, (y lo sigue teniendo) de jóvenes intelectuales liberales, que formaron un grupo que se llama “el Ministerio del Odio”. Y en ese grupo estaba alguien que está copando mucho espacio cada vez que puede hablar: Agustín Laje. Ellos hacían transmisiones desde la pandemia con miles de personas escuchándolos. Y más de una vez terminaban llamando a tomar las armas para eliminar al otro.

Haciendo el libro leí bastante sobre qué pasa con los discursos de odio. Hay un estudio muy interesante que muestra, por distintos márgenes de edad, cómo rebotan los discursos de odio y cuándo terminan en acciones. También seccionan por tópicos, porque los discursos de odio pueden tener muchas caras. Puede presentarse como un discurso de odio político, como lo es en este caso con Cristina, pero también puede ser referido a un odio racial o contra las minorías. Los une la cuestión de llevar ese odio a la acción. ¿Y con esto qué quiero decir? Sabag Montiel no necesitaba que alguien fuera a darle la orden. Puede haber ocurrido, no lo sabemos porque el Poder Judicial no ha querido investigar a fondo.

Pero también es cierto que Montiel tiene una personalidad border, se ve muy claro en los estudios psiquiátricos que le hacen. Capaz le tiraron unos mangos o escuchó la idea en el Twitter de Space. Ahí Morel, de Revolución Federal, decía: “Si yo pudiera me metería en el medio de la militancia (kirchnerista), pero no puedo porque los nenes de la Cámpora me conocen, me hago pasar por militante y pasa a la historia”. Eso es lo que hace Sabag Montiel, el nivel de violencia era tan grande y el llamado a matar era tan explícito que estaba a un paso de lo que sucedió. Lo hizo él pero lo podía haber hecho cualquier otro, porque era prácticamente una invitación.

Da la impresión de que hay pistas que no permean los filtros judiciales. Investigaciones que se comprenden a gran escala, pero la justicia decide fraccionarlas en causas menores. ¿Qué peso tiene esto en la causa?

Brenda Uliarte este año presentó un escrito diciendo que quería ampliar su declaración, contar detalles de cómo ella cree, por lo que le escuchaba hablar a Sabag Montiel, que Gerardo Milman, el diputado del PRO, que además fue jefe de campaña de Patricia Bullrich, les daba dinero a Revolución Federal para que fueran a generar situaciones de tensión o de violencia a Recoleta, donde estaba la movilización. En el escrito menciona a una secretaria, a una tal Carolina, que todos creemos que es Carolina Gómez Mónaco, que es una mujer que sigue trabajando con Milman, que fue además su mano derecha en el Ministerio de Seguridad en la época en que lo dirigía Patricia Bullrich. Aparentemente lo están dejando para el juicio oral, aunque no es que no podrían hacerlo en la instrucción, porque todavía queda una pista abierta en la instrucción, que es la pista Milman.

¿Qué llegada concreta tiene esta pista en la causa?

La pista Millman se abre cuando se presenta un testigo a declarar en el juzgado de María Eugenia Capuchetti, Es un hombre que se llama Jorge Abello, que trabaja de asesor en la Cámara de Diputados. Abello declara que dos días antes del atentado había visto a Gerardo Milman sentado en el bar Casa Blanca con dos mujeres, y desde una mesa contigua lo escuchó decir: “Cuando la maten yo estoy camino a la costa”.

 A raíz de esa declaración la jueza tomó algunas medidas, como por ejemplo constatar si efectivamente Milman y dos mujeres habían estado ahí, lo cual se confirma, las dos mujeres eran asesoras suyas, una era Carolina Gómez Mónaco. También se constató que al día siguiente Millman viajó a la costa, a Pinamar, por actividades proselitistas que él mismo había anunciado en sus redes. Pero cuando llaman a declarar a estas mujeres, ellas dicen que hacía un montón que no iban a Casa Blanca. Estaban mintiendo porque le muestran los videos y recuperan la memoria repentinamente.

El abogado Marcos Aldazábal pidió que les secuestren los celulares, pero la jueza se negó. Esto llevó a que recién en diciembre, y por una orden de la Cámara Federal, se las citara otra vez para pedirles los celulares. Cuando llegan estas mujeres a declarar nuevamente los celulares habían sido borrados o reemplazados. Una de las asesoras, Ivana Bohdziewicz, fue despedida del despacho de Millman a finales del año pasado. En mayo de este año se presenta a declarar y comenta que el teléfono no había sido borrado por voluntad propia, sino que fue Carolina Gómez Mónaco quien la acompañó a una oficina de Patricia Bullrich, donde la esperaban un perito y Milman para borrarle el celular.

Es el día de hoy que nadie analizó ningún celular de Milman por distintas razones. Primero por burocracia, pero además porque el tipo fue y se presentó voluntariamente a entregar un celular. Resultó ser un modelo que salió después del atentado, que lo empezó a usar en el mes de noviembre. Milman le tomó el pelo a todo el mundo, y se lo aceptaron.

 Yo no sé de qué responsabilidad tiene el diputado del PRO, pero dos semanas antes del atentado presentó un proyecto donde pedía información sobre distintas custodias, la de Cristina y también la de jueces, fiscales, y periodistas independientes, justificando el pedido como un amparo contra algún posible intento de victimización sobre la entonces vicepresidenta, frente a las causas judiciales que tenía vigentes. Aparentemente retiró ese proyecto, pero existió y nunca se trató en la investigación.

¿Creés, tal como citas en el libro, que la vida democrática es el antídoto contra el odio?

Sí, yo creo que la vida democrática lo es. En este momento tenemos el problema de que estamos ante una gestión de gobierno que intenta construir por fuera de las instituciones de la democracia. Es un panorama incierto, al menos los pocos días que llevan ya han presentado bastantes atropellos, y un papel bastante autoritario. Pero tengo esperanzas en el saber impregnado que tiene nuestra sociedad, en la lucha de los organismos de derechos humanos. Espero que esa pulsión se active, yo creo que puede suceder, y que además tiene que ser un reclamo democrático porque las cosas que están ocurriendo son un atropello. Va a ser una batalla dura, pero con la convicción de que ahora la sociedad tiene elementos para no perder lo que se conquistó.

«Yo soy del pueblo»

«Yo soy del pueblo»

Medio millón de personas escucharon bajo la lluvia a Cristina Fernández de Kirchner a 20 años del primer gobierno kirchnerista.Señaló cuatro ejes promogramáticos que debe tener el próximo gobierno y no ungió candidato. Pero Wado de Pedro hizo un guiño por twitter.

Que Cristina esté significa más gente de la que puede tolerar el espacio físico donde su presencia se confirma. Un estadio, la calle de un canal de televisión, algún teatro, las veredas de Juncal y Uruguay o la Plaza de Mayo. Su presencia trasciende al tiempo, se vuelve, siempre, histórica por la centralidad política que arrastra.

Cerca de medio millón de personas entre paraguas, pilotos y pelos mojados conformaron una Plaza de Mayo que conmemoró los 20 años de la asunción de Néstor Kirchner, día también en el que Héctor Cámpora asumió el poder, 50 años atrás. Pero el recuerdo es la excusa, o mejor, el anclaje histórico para la coyuntura que obliga al oficialismo a definir precandidaturas de cara a las PASO.

15:30 horas. Cristina Fernández entra al escenario y se ubica con un atril delante y una tribuna compuesta por dirigentes, organizaciones, artistas y posibles precandidatos detrás, para ser la única oradora. La centralidad de la política nacional está entre el atril que tiene las siglas de Néstor Kirchner y una tribuna variopinta que compone al Frente de Todos. Con una ausencia, claro. La del presidente de la Nación, Alberto Fernández, que estuvo presente más temprano en la Catedral porteña para la tradicional misa de los 25 de Mayo que, en este caso, reunió al jefe de Estado con a autoridades del Gobierno de la Ciudad, con Horacio Rodríguez Larreta a la cabeza.

Sin hacer mención a la ausencia de Alberto Fernández, la vicepresidenta dijo que “a pesar de los errores, equivocaciones o diferencias, este gobierno es infinitamente mejor que el que hubiese sido otro de Mauricio Macri, no tengo dudas.”

Por las diagonales y por Avenida de Mayo ya se escuchaba a la vicepresidenta empezar su discurso mientras que, casi en silencio, todavía miles de personas se dirigían hacia la plaza. Un rumor de que su presencia en el escenario sería a las 16 horas hizo que muchos llegaran con el acto iniciado.

“Venimos a demostrar que nuestra candidata es Cristina. ¿Qué otro candidato podría llenar así esta plaza?, le dice a ANCCOM una militante que prefiere no identificarse.

En la identidad discursiva que construyó históricamente el kirchnerismo, los cantos que detienen un instante el discurso son centrales. Vamos con los de esta plaza: “Cristina presidenta”, cantado más de diez veces durante el discurso. “Una más y no jodemos más”, “Néstor no se murió, vive en el pueblo”, obligatorio en las recurrentes alusiones a su gobierno. “La proscripción se va a la puta que lo parió”; “somos la gloriosa Juventud Peronista”; “Junto a Néstor y Cristina, la gloriosa JP”; “Patria sí, colonia no”; “No me importa lo que digan los gorilas y Clarín”. Y alguno más en casi una hora de discurso.

De ese discurso, una plataforma electoral bajo una consigna de unidad. Para la vicepresidenta, se debe llegar a un modelo de acumulación acordado entre el sector público y el privado en “las actividades que más retornos provocan, y, por lo tanto, significan mayor incorporación de tecnología, son de valor agregado y de trabajo calificado”.

A los 40 minutos de discurso, empezó a llover de nuevo. En la calle Bolívar el tránsito de personas entre los que llegaban a la plaza y los que se iban, avanzaba en bloques que ponían en peligro el gazebo que intentaba cubrir de la lluvia a una parrilla, su parrillero y alguna persona que se tomaba un respiro de la lluvia, por momentos muy intensa.

Al discurso le faltaban 15 minutos, en los que Cristina se encargó de plantear cuatro ejes de gobierno para los próximos cuatro años: dejar de lado el programa que impone el Fondo Monetario Internacional y elaborar un programa propio de crecimiento, de industrialización, de innovación tecnológica” porque de otro modo, dice, “es imposible pagarles”. Pidió unidad nacional para dar una solución política a un problema político. En segundo lugar, destacó la necesidad de una alianza público-privada para explotar recursos estratégicos, en particular, el litio. En ese sentido, dijo: “No digo que los autos los hagas todos acá, pero por lo menos, hermano, una parte de la batería, o la batería entera, hacela acá. Si te la estás llevando toda”. Por último, pidió una renovación del pacto democrático y una Reforma Judicial, porque la Corte Suprema esun verdadero mamarracho, indigno”.

Minutos antes, Cristina había recordado los tres gobiernos kirchneristas, señaló que nunca hubo mejor distribución de riqueza que en el suyo y que para lograrlo, hay que poner “la carita fea”. Aseguró que por eso la persiguen judicialmente y atentaron contra su vida. “Aunque quieran matarme, nunca seré de ellos. Yo soy del pueblo”, exclamó

“Vengo de Mar del Plata. pagué 380 pesos para venir a escuchar a Cristina y ver a Boca. Imaginate si no es un fin de semana hermoso”, le dice un militante con un vino en la mano a ANCCOM. Para otra militante, “en la plaza hubo una sensación de derrota.”

De la plaza casi medio millón de personas se fue sin candidato pero con definiciones. Minutos más tarde, Wado De Pedro, ubicado en el escenario detrás de Cristina y entre Máximo Kirchner y Sergio Massa, lanzó un spot de campaña donde retoma los dichos de Néstor y Cristina. A su vez, en Twitter se viralizaron carteles de Wado y Cristina, casi en una fórmula, pegados en las paredes de alguna cuadra cercana a la plaza.

El kirchnerismo abrazó a Cristina y repudió a la Corte

El kirchnerismo abrazó a Cristina y repudió a la Corte

Dirigentes y militantes pidieron la renuncia de los jueces supremos y demandaron el cese de la persecución político-judicial a la vicepresidenta.

En un intenso clima preelectoral, parte del microcentro porteño se tiñó con los colores de las pecheras y banderas reunidas en contra de “la corte de injusticia”. El kirchnerismo, con la presencia de sus principales dirigentes, convocó un acto que dio fin a una jornada de movilizaciones por parte de asociaciones sociales y sindicales. Las columnas de las organizaciones fueron numerosas: La Cámpora, el PJ porteño y el Bonaerense, el Frente Grande, la Corriente Peronista y Nuevo Encuentro, entre las políticas. También se movilizaron fuerzas sindicales como la CTA, la UOM, Smata o la Asociación Bancaria.

Los reclamos en contra de la proscripción de Cristina Fernandez de Kirchner comenzaron desde las 15 con una radio abierta, mientras las agrupaciones sociales colmaban la zona de Plaza Lavalle y alrededores. Las columnas ingresaron desde la 9 de Julio y desde las 16 rodearon completamente el escenario montado en el cruce de Libertad y Tucumán. Entre la llegada de los voceros y dirigentes, muchas personas se acercaron a las vallas con carteles de consignas variadas que iban de lo político a lo personal.

“Cristina es democracia, ella es nuestra única líder y referente; eso tiene que quedarle clarísimo a todo nuestro sector”, contestaban los presentes cuando se les consultaba por las razones de la marcha. “¡Democracia y que no nos jodan más, que no nos molesten más! Han infectado a la gente, es una plaga que han dejado”, compartió un jubilado que paseaba por la ciudad y se sintió atraído por el evento. Mientras tanto, de fondo, se escuchaban denuncias de encubrimientos a crímenes de lesa humanidad de la última dictadura por parte del juez Rosatti.

A las 16:30, varias de las principales figuras arribaron a la escena. “La verdad es que Cristina es la esperanza del pueblo, pero no porque lo digo yo, lo dice la gente” afirmó Mario Secco, Intendente de Ensenada. Cuando lo consultaron por los miembros de la Corte Suprema de Justicia declaró que “lo mejor que pueden hacer es renunciar mañana mismo, irse a la mierda, porque la verdad que el daño que han hecho es tremendo”. Los siguientes discursos, tanto de los voceros como el de personas que asistieron al evento, concordaron con las declaraciones de Secco.

El acto principal inició cerca de las 17, como estaba previsto, con la lectura de una declaración en contra de “la guerra judicial contra la política perpetrada por el poder económico concentrado, los medios hegemónicos y las más altas jerarquías del Poder Judicial”. Luego de esa presentación se dio lugar al nombramiento de las distintas figuras y entidades presentes.

El primero en tomar la palabra fue el padre Paco Olveira, quien recordó la última aparición de Hebe de Bonafini en una marcha y retomó su pedido sobre organizar una pueblada en contra de los jueces: “Lo vamos a seguir haciendo hasta que ellos renuncien, y si no renuncian tendremos que voltearlos como hicimos hace 15 días cuando hacíamos el ayuno”, afirmó. Luego tomó la palabra el secretario general de la CTA de los trabajadores y diputado nacional, Hugo Yasky, quien sostuvo la inocencia de Cristina Fernandez de Kirchner, según él, demostrada “con esa ‘falla’ judicial de 1600 páginas donde no tenían una sola prueba”. Según palabras del funcionario los fallos en contra de la vicepresidenta “quieren condenar no a una persona, sino que quieren condenar a un pueblo”, e hizo otro llamado a romper la proscripción.

Con el clamor de la multitud y los cantos de “Cristina presidenta” lo sucedió Carmen Arias, de la asociación Madres de Plaza de Mayo, con el mismo pedido bajo el lema “Cristina conducción”. La diputada nacional Vanesa Siley, miembro del Consejo de la Magistratura y secretaria general de la Federación de sindicatos de trabajadores judiciales, tomó la palabra posteriormente, y sumó la preocupación por el extractivismo en nuestro país e hizo un descargo en contra de la explotación de Litio.

El gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, fue el encargado de cerrar el acto donde se proclamó en contra de la repartición de la coparticipación a favor de la Ciudad de Buenos Aires, de la invisibilización por parte del “partido judicial” al intento de asesinato a Cristina Fernandez y aseguró en relación a la vicepresidenta que si «quiere ser candidata, el pueblo la va a acompañar y va a volver a ejercer cargos».

Durante el encuentro los oradores realizaron una revisión histórica sobre la transformación de las medidas de intervención judicial en la gobernabilidad y cómo se utilizó a este poder como instrumento de «persecución política» y de «proscripción» desde el primer golpe militar en 1930 contra Yrigoyen. Especialmente se mencionó a la llamada «Revolución Libertadora» o, en palabras de Axel Kicillof, “Revolución Fusiladora”, contra Juan Domingo Perón. El recorrido histórico cerró con el actual avance contra la vicepresidenta Cristina Kirchner y los aumentos de precios de los alimentos y los servicios a través de fallos judiciales.

«Encontraron esa fórmula vergonzosa desde la justicia para tratar de incidir en la democracia y restringir la voluntad del pueblo», concluyó el gobernador de la provincia de Buenos Aires.

La «orfandad» que dejó Cristina

La «orfandad» que dejó Cristina

Desconcierto y desazón confiesan los militantes kirchneristas ante el renunciamiento de su líder. ¿Por qué no salieron a la calle con el fallo judicial? ¿Cómo imaginan el futuro?

“No voy a ser candidata a nada, ni a presidenta ni a senadora. Mi nombre no va estar en ninguna boleta”, dijo Cristina Fernández de Kirchner el pasado 6 de diciembre, luego de que el Tribunal Federal Nº 2 la condenara a seis años de prisión por el delito de administración fraudulenta en el marco de la llamada “Causa Vialidad” en un procedimiento judicial sospechado de no respetar las garantías procesales. Según el fallo, la vicepresidenta quedó también inhabilitada para ejercer cargos públicos.

Tocaron a Cristina y no se armó ningún quilombo, como anunciaba el cántico de la militancia y un “sentimiento de orfandad” inundó los corazones kirchneristas. ANCCOM salió a buscar las razones de esa inacción y la mirada a futuro de quienes creen en ella.

En el aire

El común denominador es el desconcierto y la desazón. “Estamos impávidos en este momento”, reconoce Carmen, vecina de Wilde. La militante de La Cámpora se lamenta: “Para generar un 17 de Octubre tuvieron que meter en cana a Perón en Martín García”. Siente que todo “está suspendido en el aire”, que el Mundial tapó todo y que no hay nada pensado. Ve todo en estado “deliberativo”.

“Nos sorprende la compañera con la noticia de que no se va a plantear ser candidata a ningún puesto”, cuenta Pablo, que trabaja para el Centro de Formación de la CGT, regional La Plata. “Estamos todos perplejos porque no tenemos a priori otro candidato natural surgido espontáneamente, más allá de Máximo o de Wado. Pero no tienen el empuje que tiene Cristina”, explica el licenciado en Realización de Cine, televisión y Video. Por su parte, Jeremías, militante de Identidad Argentina del Frente de Todos, considera que la decisión de Cristina “es un golpe al corazón para todos los que la queremos ver presidenta”. Por otro lado, se sincera al criticar el accionar de las organizaciones peronistas y kirchneristas: “Si bien el peronismo es verticalista, creo que hay momentos en los que no tenemos que esperar una orden. El fallo contra Cristina salió hace varios días y no estuvimos en la calle. Tendríamos que salir a ver qué onda”. Reconoce, ante ese sentimiento de orfandad que dejó la baja de Cristina, que “cuadros tenemos un montón con buenos ideales, pero no supimos construirlos a nivel nacional, electoralmente hablando”.

El 2 de septiembre de este año, la vicepresidenta fue víctima de un intento de magnicidio. Esa noche, al llegar a su domicilio de Recoleta, rodeada de militantes, Fernando Sabag Montiel gatilló a centímetros de su cabeza, sin que saliera la bala. “La inacción o la desmovilización responden a algo muy clarito, que fue el intento de magnicidio y la represión de los días anteriores. Por más que tenemos una larga historia de poner muertos y apaleados, no queremos volver a esas situaciones. Es difícil llevar a los hijos de uno a un ambiente que se sabe que es volátil”, explica Pablo.

Militar

Muchos seguidores de CFK están convencidos de que una de las herramientas importantes para salir de la crisis es más militancia. Para Pablo, es necesario “salir a buscar a los compañeros que están desencantados, a los que no quieren participar por algún motivo”. En su fervor, Jeremías sostiene que “hay que estar junto a nuestros vecinos y vecinas que viven en una situación complicada, desde cualquier lugar que uno milite. Hay que recuperar un gobierno nacional y popular donde la prioridad sea el pueblo”. Además, cree en la necesidad de formar un frente de lucha entre el peronismo y la izquierda trotskista: “Creo que esos espacios tendrían que madurar para formar un frente de lucha con cosas en común, donde se puedan discutir los consensos mínimos”.

Desde Córdoba, Mariela Gatica, militante de La Cámpora, afirma que “para la militancia lo que queda es reorganizarnos, entender que estamos atravesando otro proceso, verlo desde una perspectiva histórica y no desde lo inmediato. Como sujetos políticos históricos nos toca tomar herramientas históricas necesarias, ser innovadores y aggiornarnos al momento actual”

Marzo

En marzo de 2023, la vicepresidenta podrá apelar su condena. El 9 de ese mes, el Tribunal Oral dará a conocer los fundamentos de su decisión y la defensa podrá impugnar y llegar a la Corte Suprema de Justicia.

Por su parte, el Grupo de Puebla, anunció que se postergó hasta marzo del año próximo el encuentro contra el lawfare que se iba a realizar el lunes 12 de diciembre en el Centro Cultural Kirchner, debido al contagio de covid de Cristina. Bajo el lema “Voluntad popular y democracia. Del partido militar al partido judicial, las amenazas a la democracia”, Alberto Fernandez y ex mandatarios latinoamericanos participarán del encuentro en apoyo a nuestra vicepresidenta en ese marzo que se ve lejano.

Para Pablo: “Marzo será definitivo, va a venir con una tormenta importante”.

«Condenan a un modelo económico»

«Condenan a un modelo económico»

La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner fue condenada a seis años de prisión e inhabilitación perpetua en la causa Vialidad. Denunció «una mafia mediática y judicial», leyó los chats entre los jueces y directivos de Clarín que viajaron a Lago Escondido y anunció que no será candidata en 2023.

“Mirá cuanta policía hay”, dijo una chica rodeada de caras tristes y manos en las cinturas que sostenían cuerpos inmóviles, incapaces de mirar a otro lado que no fuera el enorme edificio gris por donde asomaban caras uniformadas entre las persianas a mitad abrir. “Condenar a Cristina Fernández de Kirchner a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos”, anunció el juez Jorge Gorini, acompañado por sus laderos Andrés Basso y Rodrigo Giménez, en la lectura del veredicto de la denominada causa Vialidad. 

En el Tribunal Oral Federal N°2, desde la Sala B de audiencias de Comodoro Py, se conoció la sentencia de los doce imputados por la causa. Los treinta grados de calor no impidieron que cerca de dos mil manifestantes acudieran a la entrada del edificio, firmes en apoyo, agitando sus banderas, haciendo sonar los tambores y cantando: “Si la tocan a Cristina / Que quilombo se va a armar”. 

“Me condenan porque condenan un modelo económico», dijo la vicepresidenta que, luego de difundido el fallo, salió en vivo desde su despacho en el Senado de la Nación. “Esto es un Estado paralelo y mafia judicial”, afirmó y agregó que esto lo confirmó en el momento en que se filtró el viaje a Lago Escondido y el intercambio de chats de los funcionarios macristas, fiscales, jueces y directivos del Grupo Clarín que asistieron en octubre de este año. 

«Por vez primera queda expuesto ante nosotros, con enorme contundencia, el modo en que ciertas corporaciones operan sobre funcionarios, jueces y fiscales procurando de ellos favores que, en muchos casos, buscan ventajas indebidas, mientras que en otros simplemente propician la persecución de aquellos que los enfrentan», dijo el Alberto Fernandez el día anterior por cadena nacional, haciendo referencia al viaje que «habría realizado un grupo de jueces, fiscales, ex funcionarios públicos y ex agentes de la Agencia Federal de Inteligencia, en un avión privado, hasta Lago Escondido» y a la coordinaron vía Telegram de ellos para justificar y encubrir este mismo. 

En esta mansión de ciento veinte mil hectarias de Joe Lewis, en Rio Negro, estuvieron los jueces Julián Ercolini, que, entre otros, lideró la ofensiva judicial contra Cristina Kirchner y el grupo Indalo,  y Carlos Mahiques, juez de Casación y exministro de Vidal. El hijo del último, Juan Bautista Mahiques, jefe de fiscales de CABA; Marcelo D’Alessandro, ministro de Justicia y Seguridad de Horacio Rodríguez  Larreta; Leo Bergrot, exjefe de Legales de la SIDE en tiempos de Antonio Jaime Stiuso; Pablo Yadarola, juez en lo penal económico; Pablo Cayssials, juez en lo contencioso administrativo y Tomás Reinke. Entre otros invitados que al momento no se identificaron, al no viajar en el mismo vuelo que los anteriores. También Jorge Rendo, Gerente de Asuntos Institucionales de Clarín, y Pablo Casey, sobrino del CEO del multimedio, Héctor Magnetto.

“Estamos transmitiendo en vivo desde Comodoro Pro”, dijo un marchante con el celular en mano. Pegados a las vallas, los carteles leían: “Ercolini renuncia”, “Basta de Lawfere”, “Todos con Ella”, “Fuera mafia del poder judicial”. 

Roxana Ferreyra, la concejala de Bariloche que denunció la reunión en Lago Escondido, dijo: “Es una cumbre de hombres del Poder Judicial que opera con el poder político y económico y que se juntan para eso en la casa de un señor que usurpa nuestro territorio, pese a lo cual nunca fue desalojado. Mientras tanto prevalecen las noticias de desalojos y acusaciones contra la comunidad mapuche o la de personajes como Patricia Bullrich que vienen aquí a incitar a la violencia. Por eso queremos que se sepa de este encuentro, más allá de que no nos sorprenda”.

 

“Mi hija me dice ‘¿por qué hablas todo el tiempo de Cristina?’, y es que ella no entiende que con ella sentí dignidad por primera vez en mi vida, que si pude vivir bien, que si pude viajar, fue por ella. Por eso vine hoy acá”, dijo Leonor con su delantal blanco de maestra, mientras dejaba pasar a cientos de personas que fueron caminando desde Liniers. 

Los celulares pegados a las orejas reprodujeron las voces de los jueces, y mientras dictaban la sentencia en las calles se escuchaba: “¡Cipayos! Que renuncien ya”. Con un previo momento de celebración y confusión por la absolución por mayoría del delito de asociación ilícita, “no hay nada que festejar”, aclararon por el micrófono y de manera inmediata las caras se modificaron.

“Inocente, Cristina es inocente”, cantaban fuera de la Cámara Federal de Casación Penal. Sin embargo, las condenas fueron de seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos para Cristina Fernández de Kirchner; seis años de prisión para Lázaro Báez, Nelson Periotti y José López; cinco años para Juan Carlos Villafañe; cuatro años y seis meses para Raúl Pavesi; cuatro años de prisión para Mauricio Collareda y José Santibañez y tres años y seis meses de prisión para  Raúl Daruich.

“No voy a ser candidata a nada, ni a presidenta, ni a senadora, mi nombre no va a estar en ninguna boleta en 2023. Terminó el 10 de diciembre y me vuelvo a la misma casa, la misma de la que salí un 25 de mayo de 2003 para acompañar a quien fue mi compañero -declaró Cristina en el vivo- La condena real que dan es la inhabilitación perpetua a acceder a cargos públicos”. Además se refirió a Héctor Magnetto, CEO del Grupo Clarín, cuando dijo que “puede pedir a sus esbirros de la Corte Suprema que me metan presa».

Los jueces dispondrán de un período de 40 días hábiles para dar a conocer los fundamentos del veredicto.