Mocha Celis tiene nuevo edificio

Mocha Celis tiene nuevo edificio

El bachillerato que nació para darle la posibilidad de titularse a la comunidad travesti-trans se muda a una sede que duplica su espacio para albergar a 300 estudiantes.

En las últimas semanas, el Bachillerato Popular Mocha Celis, conocida asociación civil dedicada a “tejer por la igualdad de derechos para las personas Travestis, Trans y No Binarias”, se mudó de sus antiguas instalaciones en el barrio de Chacarita a un nuevo edificio más amplio ubicado en la Av. Jujuy al 748, Balvanera, buscando albergar con comodidad a sus 300 estudiantes. “Allá teníamos 160 metros cuadrados y acá 650”, comentó Manu Mireles, secretaria académica del bahcillerato.

Desde su fundación en 2011, Mocha Celis se constituyó como una Unidad de Gestión Educativa Experimental, es decir, una escuela secundaria gratuita que busca darles la posibilidad de estudiar a las personas del colectivo travesti trans y no binaries (TTNB) con el objetivo de consruir mejores oportunidades de futuro. Las estadísticas reflejadas en La Revolución de las Mariposas -informe sobre las condiciones de vida de la población travesti trans- destacan el trabajo de la asociación ya que, para el año 2005, el 64% de las personas autopercibidas trans no había terminado la escuela primaria y solo el 20,8% había terminado el secundario. En 2016, ya un 24,3% contaba con el secundario completo.

Teniendo en cuenta la marginación social de este colectivo y el alto porcentaje de “expulsión” de la educación formal, el objetivo principal de Mocha Celis es crear un espacio de igualdad: “Nuestro trabajo no es una ayuda al colectivo trans, sino una forma de  profundizar la democracia y garantizar la justicia social”, sostuvo Mireles.

Maryanne Lettieri, tesorera y socia fundadora de la Organización Civil Mocha Celis, contó que aunque una mayoría de estudiantes llega a la escuela a través del “boca en boca”, les docentes llevan a cabo diferentes acciones para difundir e invitar a formar parte de la asociación. Para Lattieri la “explosión” de matrícula de los últimos años tuvo que ver con que “por un lado, la pandemia ayudó mucho a que las personas trans se decidieran a empezar a estudiar, y por el otro, con la reglamentación de la Ley de Cupo Laboral Trans que también motivó a que busquen el título para poder insertarse en el ámbito laboral”.

En Mocha Celis, quienes concluyen el bachillerato acceden al título de “Perito y Desarrollo de las Comunidades” y también a diferentes certificaciones gracias a los talleres extracurriculares que se desarrollan en este mismo espacio. Los programas #TejeSolidario, Acceso a Derechos, Empleo Trans, Escuela Popular de Géneros, Biblioteca Lohana Berkins, Encuentros regionales, Cultura y saberes, Alfabetización Digital buscan desarrollar saberes y habilidades para mejorar la calidad de vida de las personas TTNB.

Hacer un trabajo integral en relación a la formación y la inserción laboral no es tarea sencilla. La Mocha, bautizada por sus estudiantes como “escuela ternura”, abraza fuerte y “hace que las personas despierten ese sueño que tenían en la infancia o la juventud de querer ser en el sentido de dedicarse a, en el sentido de sus deseos”. Política y éticamente la construcción es compleja porque «más allá de las leyes sigue habiendo situaciones en donde te formaste, estudiaste, hiciste cursos y cuando vas a buscar laburo hay resistencia o, si hay apertura, buscan contratar a personas que no están atravesando situaciones complejas «, comentó enfáticamente Lettieri.

Acompañar las trayectorias escolares de personas que en su mayoría ha tenido la prostitución como un destino casi ineludible implica “la necesidad de poner en marcha una serie de dispositivos que ayuden desde el compromiso de acompañar a sostener la cursada. Por esto el horario del estudio se estableció entre las 14 y las 18.30 horas ya que la mayoría de estudiantes trabaja de noche y una cursada temprano se hacía insostenible.

 

El lenguaje inclusivo 

-¿Es verdad que nos van a prohibir mencionarnos en la escuela? ¿Que no vamos a poder llamarnos como nos llamamos?

La pregunta que habilita este diálogo en la entrada de la escuela para Manu Mireles resumió lo que significa para el bachillerato la medida de la ministra Soledad Acuña de prohibir el uso del lenguaje inclusivo en las escuelas porteñas.

Para la secretaria académica «es una medida antidemocrática, que viola la posibilidad de garantizar la Ley de Identidad de Género y de continuar profundizando la perspectiva de trabajo con la ESI. Tenemos que comprender que la propuesta del lenguaje no binario lo que intenta cambiar es la sociedad y no la gramática en sí misma. Mientras, nos seguimos preguntando qué pasa con les docentes que somos elles, con les estudiantes, con todas las personas que nos identificamos y comprendemos que el lenguaje es dinámico, es una construcción colectiva e implica un espacio de disputa de poder y de generación de nuevos sentidos en la sociedad». Y agregó: «En la Mocha Celis es totalmente inaplicable esta medida que prohíbe, en democracia, poder decir en palabras propias quiénes somos. Es una manera de anular la existencia de una persona, por lo que viola el marco normativo vigente. El Gobierno de la Ciudad tiene la legitimidad que implica haber ganado y estar en una posición de gobierno. Pero aunque nos quiten el agua no van a poder quitarnos la sed».

La Ley de Cupo Laboral

 Consultadas por la influencia que la Ley de Cupo Laboral puede tener en la realidad, Mireles y Lettieri coinciden en que “ninguna ley hace a un cambio cultural”, sino que se trata más bien de “salir a disputar las relaciones de sentido y conocimiento, es decir, qué se dice, cómo y quién lo dice, además de generar estadísticas que sirvan de instrumento a la gestión de políticas públicas. Esas estadísticas que los organismos manejan son las que hacemos nosotras”, afirmaron en referencia a las investigaciones “Cumbia, copeteo y lágrimas” (2007) y “La Revolución de las Mariposas” (2017) que buscan dar cuenta de la situación de la comunidad en CABA.

La ley de cupo contempla únicamente el 1% del empleo público pero nada dice del sector privado, este es otro punto con el que, en el momento de discutirse la normativa, las organizaciones señalaron. Por otra parte,  los empleos disponibles reproducen los estereotipos: las mujeres trans van a limpiar y los hombres a decidir. “No hay ninguna mujer trans que tome decisiones, no en nuestros registros y el del Ministerio de Mujeres, incluso en las listas de los partidos, las mujeres trans quedaron últimas”, sostuvo Lettieri.

Es por todo esto que el programa Empleo Trans, coordinado por Maryanne Lettieri, busca tender puentes, desde 2015, entre personas de la comunidad que buscan empleo y empresas que buscan talento TTNB. Funciona como nexo entre el bachillerato y posibles espacios laborales estatales y privados. A su vez, se dedica a la capacitación en empresas y entornos de trabajo acompañando las inserciones de personas TTNB con asesoramiento continuo sobre cuestiones como uso de baños y problemas con las obras sociales o las ART, entre otras. En los dos años de pandemia se lograron, a través de este programa, 43 nuevas inserciones laborales formales en el sector público y privado, en los ámbitos de tecnología, administración, bancario y logística. Sobre la puesta en marcha del programa, Lettieri comentó: “Cuando hacemos capacitaciones en las empresas lo que primero salta es el desconocimiento. Entonces el logro es que se empiecen a abrir un montón de aristas, que personas se acerquen y nos digan ‘me acabo de dar cuenta que toda la vida discriminé’”.

El paradigma desde el cual se trabaja no es el de la inclusión o “no exclusión” sino el de la valoración porque “hablar de inclusión es como ser la gota de aceite que da vueltas en una olla con agua, estoy en la olla, pero sigo siendo esa gota de aceite”, sostuvo Lettieri.

Cuando la visita al nuevo edificio estaba llegando a su fin, Francisco “Pancho” Quiñones Quarta, director del bachillerato, se acercó a conversar con ANCCOM. “Este edificio –dijo es provisorio, vamos a estar acá seis años, ¡no quiero pensar ahora en otra mudanza!”, comentó con suspiro agotado. Grata sorpresa saber que todo lo bello que acontece con el crecimiento de la matrícula y al edificio propio es tan solo una parada previa. El edificio definitivo de la Mocha se encuentra en el barrio de Once, “entre la Estación y Cromañón” y actualmente lo están refaccionando. El trabajo llevará tiempo porque el objetivo es readaptar el antiguo espacio ferroviario a las necesidades de la organización civil procurando conservar el patrimonio histórico, “algo bastante difícil en Buenos Aires”. Al lado de la Mocha funcionará, además, el nuevo edificio del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación (MMGyD), organismo rector de las políticas de género y diversidad a nivel nacional. Pancho estaba apurado. Prometió seguir la charla en otro momento porque corría hacia un aula: “es importante porque estamos con el curso de extraccionistas y tiene certificado y salida laboral”.

Y los lápices seguirán escribiendo la e

Y los lápices seguirán escribiendo la e

Cristina Montserrat Hendrickse es abogada y docente trans. Anunció su rechazó y objeción de conciencia frente a la normativa del Gobierno de la Ciudad que prohibe el lenguaje inclusivo.

No tardaron mucho en aparecer las primeras oposiciones a la prohibición de la utilización del lenguaje inclusivo en las escuelas que dio a conocer la ministra de Educación porteña Soledad Acuña el pasado 9 de junio. A partir de esta resolución, los docentes en los establecimientos educativos de los niveles Inicial, Primario y Secundario, tanto de gestión estatal como privada, “deberán desarrollar las actividades de enseñanza y realizar las comunicaciones institucionales de conformidad con las reglas del idioma español, sus normas gramaticales y los lineamientos oficiales para su enseñanza”, así lo dicta su primer artículo. 

Dicho documento remite a los postulados de la Real Academia Española y la Academia Argentina de Letras, los cuales sostienen que el uso de la “@” o de las letras “e” y “x” como supuestas marcas de género inclusivo, afectan las estructuras lingüísticas del español, convirtiéndolas en espejo de una ideología. “La gramática española que estudiamos no coarta la libertad de expresarnos o de interpretar lo que expresan los demás”, afirma la institución responsable del estudio y asesoramiento del uso del idioma español en la República Argentina, la Academia Argentina de Letras.

Una de las primeras en hacer pública su rechazo a la medida fue Cristina Montserrat Hendrickse, abogada, mujer transgénero y docente de Historia de la Escuela Normal Nº 6 de Palermo “Vicente López y Planes”, quien emitió un comunicado y anunció que desconocerá la normativa por objeción de conciencia. “Entiendo que me están coaccionando a invisibilizarme, a censurarme, están coartando mi libertad de expresión y principalmente mi derecho humano a la identidad de género», escribió.

ANCCOM se acercó a conversar con la docente, quien se explayó aún más en su argumentación: “Si prohibís el lenguaje inclusivo estás negando la visibilización de aquellas personas que no se sientan incluidas en una denominación sexogenérica binaria, por un lado estas predicando la perspectiva pero por otro lado estas excluyendo, sería una contradicción”.
Cristina Montserrat Hendrickse comenzó a autopercibirse como mujer y puertas adentro del aula enseña la defensa de la diversidad sexual y de género. Según menciona, la norma impulsada por Soledad Acuña se trata de una medida “arbitraria, ilegítima e inconstitucional en tanto se lleva por delante derechos humanos que integran el marco de convencionalidad de los tratados internacionales de derechos humanos incorporados a la Constitución”.

Piensa seguir dando clases como lo hizo hasta ahora, refiriéndose a sus alumnos como chicos, chicas, chiques y enseñando la historia desde una perspectiva democrática. Para Cristina, de 53 años, es un lujo dar historia: “Yo con mis alumnos me voy con la sensación  de que aprendo más de lo que enseño, de que saco ventaja. Aprendo de su tolerancia, de su capacidad de comprensión, una generación que tiene muchos menos prejuicios que la mía al menos”. 

Según la resolución porteña, los resultados de evaluaciones realizadas en el nivel primario y secundario, advierten que el mayor impacto en los aprendizajes se produjo en prácticas del lenguaje, lengua y literatura. Los referentes de la educación del gobierno de Juntos por el Cambio adjudican este bajo desempeño al inadecuado uso del lenguaje inclusivo. Por su parte, la docente de la escuela del barrio Palermo reconoce que existen dificultades respecto a la comprensión en algunos de sus alumnos, pero no encuentra un nexo causal entre esto y el lenguaje inclusivo. “Hace 16 años que gobierna el mismo partido, si después de 16 años le van a echar la culpa al lenguaje inclusivo o a la cuarentena, me parece que no se están haciendo cargo de su gestión educativa”.  

La misma cantidad de años pasaron, 16, desde que se sancionó la Ley de Educación Sexual Integral en nuestro país. ESI es hablar, entre tantas otras cosas, de perspectiva de género y del respeto a la diversidad. ESI es un derecho de los estudiantes y una obligación estatal. Si bien este contenido sigue queriendo hacerse un lugar entre las disciplinas más convencionales y los contenidos curriculares básicos, una disposición educativa como la del Ministerio de Educación de la Ciudad vuelve a poner en disputa conquistas que parecían haberse saldado y reconocido en términos de derecho a través de una ley nacional. 

Cristina, además de docente, es abogada desde hace 28 años y haciendo alusión a esta ley sancionada en el año 2006, declaró a ANCCOM “otra vez Buenos Aires está incumpliendo la federación, se corta sola y no cumple estos pactos. Está violando el federalismo porque ha ido en contra de la resolución del Consejo Federal de Educación”.

Frente a este escenario, una educación como la que brinda Cristina, se vuelve necesidad y resistencia. Según sus palabras, “la escuela es refugio y es contención”. A la Escuela Normal N° 6 concurren dos varones trans de 5to año, que no son aceptados en sus familias, sus padres no prestan su conformidad para entregarles la rectificación registral de sus partidas de nacimiento y DNI. “Esta resolución que dicta la ministra es como un mazazo en la cabeza para situaciones de equilibrio emocional frágiles como las que viven estos chicos, otra invisibilización más en el ámbito en el que se sentían protegidos es muy peligrosa”.

El Estado es responsable

El Estado es responsable

Miles de mujeres y diversidades marcharon al Congreso en el séptimo aniversario de Ni Una Menos. Desde la primera edición, se contabilizan por lo menos 1.995 asesinatos vinculados a cuestiones de género. El documento elaborado por el colectivo organizador presento 41 puntos con demandas bajo la consigna «Viva, libres y desendeudadas nos queremos».

#NiUnaMenos lleva ya 7 años de una historia que se nació masiva el 3 de junio de 2015, tras el grito colectivo ¡Vivas Nos Queremos! y que arrastra una cultura creciente de organización y lucha que sigue pisando fuerte hasta hoy. La marea verde y violeta se hizo presente, una vez más, para reclamar por el derecho a vivir en libertad e igualdad de condiciones. Cerca de las 15.00 ya se concentraba sobre la intersección de Av. 9 de Julio y Av. de Mayo, el colectivo Ni Una Menos que encabezó la marcha. Organizaciones estudiantiles, sociales, políticas y sindicales se encolumnaron junto a miles de mujeres y disidencias para avanzar hacia el Congreso. Mientras que otras banderas políticas, principalmente de izquierda, prefirieron manifestarse de manera independiente desde más temprano.

 El sol acompañó en una tarde de frío, pero que empezó a tomar temperatura con la multitud que fue llegando. Cerquita se podían ver organizadas a las jóvenes de los Centros de Estudiantes del Carlos Pellegrini y del Nacional Buenos Aires. El agite de pañuelos, los saltos y el canto de “señor, señora, no sea indiferente, nos matan a las pibas en la cara de la gente” no faltaron. Para Roberta, de 14 años, fue su primera vez en una marcha por el Ni Una Menos. «Marchamos por las pibas que nunca volvieron. Es refuerte, vernos organizadas, unidas con pibas de otras escuelas». Para Laura, de 13, la consigna que la trajo fue “conseguir que bajen los femicidios y que la justicia cambie y deje de favorecer a violadores y abusadores”.

Basta de femicidios y trans/travesticidios

 En Plaza de Mayo un memorial de fotos le puso cara a los números de muertes por femicidios. El lema “Vivas nos queremos” que se impuso en el 2015 tras el femicidio de Chiara Páez sigue presente, como en aquel primer encuentro que sembró un cambió con leyes necesarias pero que no alcanzan para revertir una cultura institucional que debe reinventarse. En ese momento no existían los registros oficiales sobre femicidios. Hoy las estadísticas están, pero los femicidios, trans/travesticidios y crímenes de odio no cesan. Según el último informe realizado por la Oficina de la Mujer (OM) de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, solamente en 2021 se registraron 251 víctimas letales de mujeres cis, mujeres trans y travestis por razones de violencia de género. Por su parte, el Observatorio Ahora Que Sí Nos Ven registra un total de 1.995 femicidios desde el 3 de junio de 2015 al 25 de mayo de 2022, lo que implica 1 femicidio cada 31 horas. Cada número es el relato de una historia rota producto de la violencia machista que no para.

 Mientras tanto, el Poder Judicial sigue mirando hacia un costado y la impunidad es el denominador común en la que quedan la mayoría de los casos. Como el de Katherine Moscoso, que lleva 7 años sin avances ni respuestas. Los familiares César Ezequiel Moscoso y Wanda Banegas fueron de los tantos que se acercaron por la mañana a la Casa Rosada para reunirse con el presidente Alberto Fernandez y exigir justicia. “El caso tiene 7 años de impunidad. Venimos a reclamar que se trabaje en la causa, que se active el caso”, expresó Wanda, prima de la víctima.

 Para las 17.00 se encendieron las bengalas y la marea empezó a moverse. En medio de la bandera que encabezó la marcha se encontraba Moira Millan, de la Nación Mapuche de la Provincia de Chubut. Una de las grandes referentes del Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen vivir. “Estamos haciendo campaña para la abolición del chineo. Necesitamos herramientas legales y condenas severas ante este crimen”, reclamó. El chineo es la violación sistemática de niñas y niños a manos de varones privilegiados, generalmente blancos e hijos del poder. Una práctica que deja al descubierto un fuerte componente machista y racista que sigue persistiendo hasta nuestros días. 

Cuidado y trabajo

Todo cuidado es político. Y eso que llaman amor, es trabajo no pago. Las desigualdades de género también tienen su correlato en el ámbito del mercado laboral. En sus inicios Ni Una Menos permitió disputar otros sentidos además de los femicidios que representan solamente la punta del iceberg. La base es invisible y allí radica uno de los desafíos más grandes para los movimientos feministas que buscan transformar de raíz nuestras sociedades. El 2017 marcó un avance en este sentido con el Primer Paro General Internacional y Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Bisexuales, No Binaries, Gordes e Intersex de la clase trabajadora. Instalando en la agenda temas como la brecha salarial, los techos de cristal, la precarización, el impacto desigual de la pobreza en las mujeres y disidencias o la falta de reconocimiento de los trabajos de cuidados.

Hoy la lucha sigue siendo también por desendeudarnos. En diálogo con ANCCOM, Paula Rodriguez, periodista y autora de los libros Causas Urgentes y Ni Una Menos, manifestó que “si hay un punto fuerte en la agenda actual de los feminismos no solo acá sino en toda la región es el tema de los cuidados, que está muy vinculado con la crisis económica y con la pobreza en general”. Además marcó que “ las posibilidades de acceso al mercado laboral son inferiores al de los varones. Las trayectorias laborales están interrumpidas por las tareas de cuidado. En consecuencia el ingreso y los aportes nunca llegan a ser los mismos”.

Un nuevo punto de partida

El documento completo se leyó alrededor de las 19.00 en el escenario central ubicado enfrente del Congreso. Las y les representantes del colectivo comenzaron su discurso reafirmando el carácter internacionalista, plurinacional, antiracista, antiimperialista, antibiologicista, anticapacitista, migrante, transfonterizo, antifasista, antiedadista y transgeneracional del movimiento. Entre los 41 puntos de reivindicaciones se exigió en primer lugar una reforma judicial feminista que garantice el acceso al sistema de justicia para mujeres, lesbianas, bisexuales, travestis, trans y no binaries. Además se sumaron a la lista de reclamos la aplicación de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, así como la efectivización de la Ley de Educación Sexual Integral. También se exigió trabajo, salario y jubilaciones dignas ante una crisis económica que afecta de manera desigual a mujeres y diversidades. En un marco donde la problemática ambiental también está en agenda se gritó basta de extractivismo y se reclamó por la autonomía de cuerpos y territorios. Por último se señaló al Estado como responsable. 

Grandes fueron las conquistas a las que se llegaron gracias a los movimientos que entendieron al espacio público como espacio a ser ocupado. Pero poco significan si no son puntos de partida para seguir resistiendo y peleando.

¿Cuál es tu grito hoy?

Los fotoperiodistas de ANCCOM recorrieron la marcha Ni Una Menos, desde Plaza de Mayo al Congreso de la Nación, registrando retratos bajo la consigna «¿Cuál es tu grito hoy?» Podés acceder a la galería con las imágenes y las declaraciones aquí

«Las pibas no nos callamos más»

«Las pibas no nos callamos más»

Las mujeres del fútbol marcharon a la AFA para repudiar el fallo de la FIFA que absuelve al director técnico Diego Guacci y reclamar medidas contra la violencia machista. Paula Ojeda, nueva responsable del Área de Género de la Asociación de Fútbol Argentino.

Jugadoras, dirigentas, directoras técnicas, hinchas y periodistas marcharon el lunes hacia las oficinas de la Asociación de Fútbol Argentino, en la calle Viamonte al 1300. La convocatoria la realizó Sin Fronteras Fútbol Feminista en reclamo del fallo absolutorio de la FIFA por las denuncias de abuso y acoso sexual que pesan sobre el director técnico Diego Guacci, y para visibilizar la violencia machista en el deporte más popular del país.

Los hechos de los que se acusa a Guacci sucedieron mientras dirigía en inferiores de diferentes clubes. El DT tuvo paso por una variedad de equipos, inclusive la Selección Juvenil Femenina. Actualmente es el encargado del fútbol femenino de Defensa y Justicia. Luego de una larga espera, la máxima autoridad del fútbol mundial sostuvo que por más que haya pruebas sobre los hechos que se le imputan, no alcanzan para destituir, ni imponer una multa económica al DT del equipo femenino del Halcón de Varela. Por tanto, Diego Guacci fue absuelto y el caso archivado.  

En una tarde colmada de emociones, Mónica Santino, referenta del fútbol femenino, entregó a la AFA un documento que consiste en cinco puntos centrales: realizar de manera inmediata una investigación de los hechos denunciados; separar de su cargo a Diego Guacci y alejarlo del ámbito deportivo. A ello se suma el pedido de capacitaciones permanente y el cumplimiento efectivo de la Ley Micaela en todos los clubes pertenecientes a la Asociación; participación activa y real de su propia área de género; correcta y eficaz aplicación de los protocolos de actuación.

Mónica Santino, actual directora técnica del Club La Nuestra del Barrio 31, expresó: «Esta situación es una trompada al estómago, da impotencia. No hay un proceso judicial porque existe una justicia patriarcal. Las jugadoras tienen un miedo enorme a la hora de denunciar, porque las pueden privar de lo que más les gusta, jugar al fútbol. Guacci fue protegido por las instituciones deportivas, sigue trabajando a pesar de las denuncias». 

Además, remarcó que es necesario ir detrás de todos los directores técnicos acusados: «Hoy es este técnico, pero mañana puede ser otro. Estamos luchando contra un sistema que avala violaciones y abusos. No es el fútbol que queremos».

La institución del fútbol local dio su primer paso. Días atrás anunció que la abogada especialista en violencia de género, Paula Ojeda, ocupará el cargo de gerenta del Departamento de Equidad y Género de la AFA. 

La funcionaria trae consigo historial, ya formó parte del Área de Género en Vélez, uno de los clubes pioneros en imponer la cláusula que determina que, si un jugador tiene causas o es acusado por violencia machista, debe ser apartado del plantel. 

Siguiendo este hilo, Santino también se refirió a la asunción de Paula Ojeda: «Debido a su experiencia, con ella hay una puerta abierta al cambio. Confiamos que esto desemboque a una mesa de trabajo. Queremos que las áreas de género tengan peso político y no solo sean testimoniales».  Y añadió: «Se deben implementar charlas de educación sexual integral en los cursos de formación de técnicos, porque son lugares en donde se reproducen lógicas machistas. Espero que la nueva designación esté abierta a estos cambios».

Por su parte, María Eva, politóloga e integrante de River Feminista expresó: «El nombramiento de Paula Ojeda fue luego de la convocatoria a la movilización que realizamos, así que esperamos esto haya sido parte de la repuesta que nos está dando la AFA. Ojalá pueda aplicar sus conocimientos y que el protocolo de género se aplique como corresponde. Sin embargo, con una sola persona no vamos a cambiar todo, por eso estamos acá, para que el sistema en el fútbol tenga otra mirada”.

Previo a esta marcha, las jugadoras de fútbol, en la decimotercera fecha del Torneo Nacional de las diferentes categorías, utilizaron una cintita de color violeta, en apoyo a las mujeres en situación de violencia de género. 

Natalia Montero, parte de River Feminista y de Sin Fronteras Futbol Feminista, explicó la importancia del lazo violeta: “La idea era que nos sumemos todos los hinchas, cuerpos técnicos, equipos y organizaciones feministas. Las jugadoras estaban atadas de manos porque en Primera División juegan para AFA, pero algunos equipos se animaron y las usaron igual. La cinta violeta representa el apoyo a las víctimas de violencia machista que denunciaron en 2021. Fue importante para visibilizar el problema y ayudar a la convocatoria de esta manifestación. Gracias a esto, muchos medios de comunicación se enteraron y hoy están acá”. 

Juana Bilos, jugadora de Gimnasia y Esgrima de La Plata, fue una de las tantas futbolistas que participaron de la manifestación. A su vez, ella y su equipo se sumaron al lazo violeta. “La iniciativa de utilizar un lazo violeta en la muñeca -comentó- la tomamos con las periodistas de Fútbol Femenino (FutFem), que están en un grupo con una representante de cada equipo. Estoy contenta porque hoy se puede levantar la voz sin miedo. La gran mayoría está en la misma, es importante que hoy se hagan visibles estas cosas”. 

Respecto a la denuncia contra Guacci, la jugadora sostuvo: “Esta manifestación no apunta solo al fútbol feminino, apunta al rol de la mujer en la sociedad.  Queremos construir un fútbol sin violencia. Hoy estamos acá por Diego, pero hay muchas cosas más que engloban todo esto. Si nosotras no nos movemos no pasa nada, este es el primer paso. Es una lucha constante, hace unos años fue con la profesionalización del fútbol junto a Macarena Sánchez -primera futbolista mujer en firmar un contrato profesional en Argentina-, y hoy con esta causa. Hay miedo, pero vamos a seguir”.

Por otro lado, la jugadora de UAI Urquiza Catalina Primo, que también estuvo presente en la protesta, destacó la importancia de formar parte de esta lucha: “Este problema es de todas, es clave que todas las futbolistas nos unamos para conseguir lo justo. Con la presión y la condena social, que es lo único que nos queda, se pueden lograr cosas”.

Para muchas, es un hecho histórico. Previo a este movimiento, las jugadoras callaban por miedo a las represalias. A partir de ahora, deciden hablar. Hoy, los cánticos de cancha se transforman en un pedido de justicia bajo el lema “Sí, lo sabían”. Los cantos de todas las jugadoras, hinchas y directoras técnicas a una sola voz: “Guacci, decime qué se siente. Las pibas no nos callamos más”. Es un antes y un después en el fútbol femenino, para que en el futuro las jóvenes no tengan miedo de poder hacer lo que más les gusta: jugar a la pelota. 

La gestión menstrual llegó al Congreso

La gestión menstrual llegó al Congreso

Un plenario en el que participaron activistas, referentes de organizaciones sociales, diputadas y funcionarias debatió en el Parlamento para incluir la menstruación en las políticas públicas.

El 27 de mayo, un día antes del Día Internacional de la Salud Menstrual, se realizó en el Congreso de la Nación el “Plenario: Gestión Menstrual a la Agenda Parlamentaria”, evento llevado adelante por Consciente Colectivo, organización socioambiental, en conjunto con la diputada nacional Jimena López. Tomó la palabra una gran variedad de referentes en el tema con el objetivo de generar un espacio donde se aborde de manera integral la gestión menstrual, desde sus diferentes perspectivas: ambiental, económica, política, de género, de salud, entre otras. 

 Luego de unas palabras de bienvenida por parte de la diputada y la referente de Consciente Colectivo Ariana Krochik, Elizabeth Gómez Alcorta, ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, dijo al abrir el Plenario: “Somos 12 millones de mujeres, niñas, adolescentes, personas trans, no binarias que menstruamos en nuestro país. Ahora sabemos que somos más de 48 millones de argentinos, es decir que un cuarto de la población del país menstrua todos los meses, entonces ¿cuál ha sido la razón que todavía cueste hablar de un tema que nos atraviesa a un cuarto de la población? y ¿cómo es posible que todavía no hayamos podido avanzar en materia de políticas públicas?”. Como parte de las ministras, diputadas y funcionarias que asistieron al Plenario, tomaron la palabra Mónica Macha, Silvina Ginocchio, Malena Galmarini y Micaela Ferraro.

 Con más de cien representantes de organizaciones, funcionaras y activistas en el Plenario, la sala estaba completa. Mariela Belski, directora Amnistía Internacional, en conjunto con Candela Yatche, fundadora de Bellamente, y Karim Gambirassi Kalibah, cofundador y vicepresidente de Trans Angentinxs, expusieron en el bloque de género y mostraron la importancia de hablar sobre las diferentes corporalidades que menstrúan y su representación tanto en los medios como en las políticas públicas argentinas.

Desde la perspectiva ambiental, tanto Ariana Krochik, como la ministra de Ambiente de la Provincia de Buenos Aires, Daniela Vilar, hablaron de la importancia en la relación entre ambiente y gestión menstrual. La ministra mencionó del impacto “absolutamente negativo en el ambiente” de la cadena de producción, utilización y gestión de productos de gestión menstrual no reutilizables. “Para que dimensionen la magnitud -continuó-, las primeras toallitas y tampones no reutilizables surgieron alrededor de 1920, pasaron cien años, miles de millones de personas menstruantes en el planeta y esas primeras toallitas siguen en proceso de degradación en algún rincón de la Tierra, generando un impacto nocivo en el ambiente y un aporte en esta crisis climática que estamos viviendo”. 

Por su parte, Krochik dijo que “vamos a seguir militando por una Ley de Gestión Menstrual justa y sostenible. Para que la soberanía sobre nuestros cuerpos no sea un privilegio y que Gestión Menstrual al Congreso sea una consigna ambientalista y feminista.”

 “Yo me senté a discutir con el ministro de Hacienda, que es un señor alto, serio, muy bien vestido y le dije ¡Ustedes recaudan de nuestra sangre!”, dijo la economista Mercedes D’Alessandro, mientras en la sala se escuchaban las risas de las asistentes, “Que haya mujeres hoy, en espacios de toma de decisión en el Poder Ejecutivo nacional, provincial, municipales, legislativos, eso es algo que tenemos que seguir fortaleciendo. Porque nos cambia la vida. Porque no da lo mismo que tengamos una reunión así, pero no tengamos compañeras que se van a poner al hombro todos los debates con un montón de varones también, que a veces no quieren escuchar estas cosas”.

 Sandra Magirena, ginecóloga y activista por los derechos de los niños, niñas y adolescentes, dijo en su intervención: “Tengo una sensación casi orgásmica. Porque el poder ver toda esta comunidad de mujeres jóvenes, de militantes, de poder asistir y haber asistido a la lucha que venimos haciendo hace tantos años, es increíble. Voy a hablar desde el lugar de la medicina y aprovecho este momento para pedir disculpas públicamente por todos los malos tratos que todo el sistema hegemónico ejerce sobre los cuerpos y las cuerpas”, cerró acompañada por el aplauso de todo el Plenario.

También participaron las representantes del colectivo Warmi Masi Textil, conformado por diez mujeres del Barrio Ricciardelli (ex villa 1-11-14), que contaron su experiencia en la producción y venta de productos de gestión menstrual reutilizables y artesanales. En un momento de post pandemia, donde el trabajo escaseaba y “la única manera de tener plata era haciendo el proyecto”. 

 Al final, hubo un espacio de intervenciones abiertas al público y Jimena López, diputada nacional del Frente de Todos tomó por último la palabra. “No vamos a aflojar. Es un hecho político que más del 50% de la población esté atravesado por una realidad. Es un hecho político y tiene que ser una política del Estado”, dijo la diputada para cerrar el Plenario. Un plenario que esperó ser la puerta de entrada para llevar a la agenda parlamentaria la gestión menstrual como política pública, así como ser un espacio de intercambio entre las organizaciones sociales y funcionarias.

 

«Soy trans, ¿puedo jugar?»

«Soy trans, ¿puedo jugar?»

Deportistas, militantes y un endocrinólogo reflexionan sobre la odisea que resulta para las personas trans entrenar y competir con su género autopercibido. Leyes, reglamentos, discriminación, dosajes hormonales y la difícil transición hacia a la felicidad.

Jezzabelle Carranza, 43 años, tercera futbolista trans en debutar en la máxima categoría del fútbol argentino, comenta que a menudo le preguntan si acaso se da cuenta de todo lo que ha logrado. En los últimos años, y sobre todo a partir de 2012 -cuando se sancionó la Ley de Identidad de Género-, el debut profesional de cualquier deportista trans en el país se convirtió en noticia. Fútbol, tenis, hockey y atletismo, entre otras disciplinas, han recibido al colectivo LGBT con los brazos más o menos abiertos.

El secretario de Deportes de la Federación Argentina LGBT (FALGBT), Juan Pablo Morino,  afirma que la inclusión “depende de qué letra de la sigla LGBT seas”. “Siempre los gays, al ser hombres y mayoritariamente cisgénero, tienen cuentan con privilegios que las otras letras no tienen. Las personas trans son las que menos privilegios tienen, en particular las mujeres trans”.

Un informe realizado en 2021 por el Observatorio Nacional de Crímenes de Odio LGBT+ relevó 53 delitos (asesinatos, lesiones, violencia por inacción estructural), de los cuales un 76% fue sufrido por mujeres trans. En el deporte, las federaciones nacionales se atienen a los reglamentos importados de las federaciones internacionales, luego de que, justamente en 2021, el Comité Olímpico Internacional (COI) renunció a poner condiciones a la participación de personas trans en las competiciones de alto rendimiento.

 “En el ámbito deportivo es más notorio. Es muy clara la discriminación. Sobre todo sobre las mujeres trans. Suponen que la fuerza que tienen por haber nacido genital o culturalmente como hombres les da una ventaja”, sostiene Morino, quien en la esfera local se encarga de llevar adelante acciones para el colectivo, por ejemplo, el Torneo Nacional por la Inclusión.

“La sociedad argentina siempre fue inclusiva en comparación a otros países de la región”, opina Anna Scappini, la primera mujer trans en participar de una competencia de atletismo en el país. Anna llegó desde Paraguay, donde nació y creció, en busca de oportunidades y motivada por la Ley 26743 que le permitía ser con su género autopercibido. En relación a los reglamentos de las federaciones, destaca: “No creo que necesariamente las personas que los aplican sean homofóbicas o transfóbicas, pero hay normas que están desactualizadas. El atletismo es muy lento en ese sentido”.

Mía Fedra, primera tenista trans, que tuvo menos problemas en incorporarse al deporte, se refiere a los diez años de la ley: “Me cambió la vida. Hay muchas personas que se perciben diferente y necesitan ese cambio. Todo es un poco más justo, podés plasmar lo que percibís, integrarte en la sociedad. Fue el puntapié inicial para una serie de cambios a lo largo de los años que son paulatinos y que son súper lentos”.

Mía, como Anna y Jezzabelle, son parte de las más de 12 mil personas que rectificaron su género en el DNI a partir de la sanción de la ley. “Mi balance es positivo. Si bien la ley fue impulsada muchos años antes de su sanción, a partir de su aprobación motivó a seguir más fuerte la lucha. Sirvió para que el colectivo se una más y pueda levantar la voz contra las injusticias del Estado y la sociedad”, reflexiona Mía.

Jezzabelle, si bien hoy está cumpliendo sus sueños, en el pasado sufrió, y como ella, miles de personas que no encajaban en la norma cisgénero y heterosexual. “Si esto que está ocurriendo lo pudieran ver las personas que han pasado por mi camino que hoy están muertas, se les llenarían los ojos de lágrimas. Se ha sufrido tanto… El desprecio de la familia, el destierro del hogar, no poder estudiar, la burla, el trabajo de la noche, los clientes que te usan como si fueras un pedazo de carne. Vivir de noche, dormir de día. Es muy fuerte pensar lo que fue antes de la Ley de Identidad de Género”, confiesa.

El pasado 25 de marzo, la judoca y medallista olímpica Paula Pareto, en declaraciones al programa televisivo Flor de Equipo, dijo que se sentía “disminuida en condiciones” con las mujeres trans y proponía la creación de una tercera categoría para ellas. Al respecto, Juan Pablo Morino señala que eso sería, en realidad, una forma solapada de discriminación. “Es la salida fácil para no tratar el tema. Es un planteo parecido a lo que pasa en el Mundial de Qatar, que no se permiten banderas LGBT+ para evitar que otros hinchas tomen represalias con gente de la comunidad. No deja de ser discriminación”.

El debate se reaviva en deportes individuales. Mía Fedra defiende su participación en el circuito profesional de tenis: “No somos un hombre que se puso una peluca, se vistió de mujer y entró a competir. Todas tenemos un tratamiento hormonal donde disminuimos la masa muscular, entre otros cambios corporales. A mí me dicen que tengo más fuerza por ser trans. Pero para jugar al tenis, hacemos un trabajo técnico, táctico y psicológico, no solo físico”.

Acerca de los cambios corporales en la transición de hombre a mujer, Alberto Nagelberg, coordinador de Endocrinología del Grupo de atención de personas trans del Hospital Durand, precisa: “A partir del tratamiento con estrógenos y, en algunos casos, con antiandrógenos, lo que se observa es la feminización de la piel, disminución del vello, la voz no se modifica, aumenta la masa grasa y disminuye la masa magra y la fuerza muscular”.

“Lo razonable es que una mujer transgénero esté por lo menos entre uno y dos años recibiendo tratamiento feminizante para que no haya diferencias. Es un tema discutible. En un estudio que hicimos en 2020, vimos que mujeres trans sin haber recibido tratamiento tenían, desde el vamos, en promedio menor fuerza muscular y menor masa ósea que varones cisgénero. Podría aducirse, entonces, que una mujer trans, luego del tratamiento, tiene que cargar más peso con menos potencia física que, por ejemplo, una mujer cis que ha desarrollado espontáneamente un gran volumen óseo y masa muscular”, concluye Nagelberg, quien desde 2005 trabaja en tratamientos hormonales de reafirmación de género.

Jezzabelle, que debe probar ante la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) mediante estudios médicos tener menos de 10 nanogramos de testosterona por mililitro de sangre, introduce un matiz: “Me parece justo lo que implementa el COI siempre y cuando sea un deporte de competición, profesional. Más que nada en luchas de cuerpo a cuerpo, como el boxeo, eso hay que tratarlo con cuidado”.

Anna Scappini, que corre medio fondo, comenta que al principio entrenaba para bajar sus tiempos, no para ser la primera, pero esa situación fue cambiando con los años. “Cuando me encuentro corriendo, por ejemplo, con un grupo de 400 personas que una puede presumir son cis, tengo que demostrar que las trans también existimos. Por eso quiero llevar a la trans a la mejor posición posible, a la vista de todos”.

Mía Fedra, que dejó el tenis de joven y lo retomó profesionalmente con su género autopercibido, asegura: “No hay que pensar solamente en la competencia. Hay que impulsar el deporte recreacional, amateur. Se basa mucho en la alta competencia para justificar la exclusión y la discriminación, pero hay más gente trans que practica recreacionalmente que la gente que es profesional. El deporte es genial para la salud de las futuras generaciones”.

Jezzabelle Carranza, que debutó en primera el pasado 29 de abril en Deportivo Español, le deja un mensaje a las niñas, niños y adultos trans del mañana que, por distintos motivos, no pueden entrenar: “La lucha real de la existencia de cada individuo es personal y es interna. Cuando nosotras nos convencemos de que podemos, hasta el que nos critica y el que nos mata con la burla y la indiferencia, se sorprende. Convencernos de que podemos avanzar sobre un sueño es el paso más grande que podemos dar. Y no tenemos que olvidarnos de que existe un ser divino que siempre nos da la chance de estar cada día mejor. Yo creo que venimos de algún lugar y venimos a esta vida para ser felices”.