30 años y ningún culpable

30 años y ningún culpable

Este jueves se cumplió un nuevo aniversario del atentado contra la Embajada de Israel en Argentina que dejó 22 muertos y más de 200 heridos.

A 30 años del atentado terrorista contra la Embajada de Israel, se realizó un acto conmemorativo  donde se ubicaba la delegación diplomática, en el cruce de las calles porteñas Arroyo y Suipacha. La jornada comenzó con un minuto de silencio y los himnos argentino e israelí. «Carlos Baldelomar Siles, presente. David Ben Rafael, presente…” recordaron los asistentes a cada uno de los veintidós fallecidos y acercaron ofrendas florales.

Durante la conmemoración, Martín Goldberg, exfuncionario de la Embajada y sobreviviente, rezó el kadish en nombre de los muertos y el Padre Rodrigo Valdez, de la parroquia Madre Admirable, también afectada por el ataque, oró pidiendo el fin de la violencia. Miri Ben Zeev fue otra de las oradoras, quien recordó a su marido Eli Ben Zeev, que murió por el ataque con solo 35 años. “Sobre Eli se derrumbaron cuatro pisos del edificio y sobre nosotros la vida”, dijo la mujer.

“Hoy es un día difícil para el Estado de Israel y para Argentina. Hace 30 años sabemos quiénes son los responsables del atentado: su nombre es Hezbollah y su apellido Irán” comenzó su discurso Galit Ronen, embajadora de Israel, y continuó exigiendo justicia y memoria: “Hace 30 años que esperamos justicia y tarda. Es casi tan silenciosa como aquel silencio feroz que siguió segundos posteriores a la explosión. Es nuestro deber como Estados democráticos mantener viva la memoria”, remarcó.

En representación del gobierno nacional estuvieron presentes los ministros de Relaciones Exteriores, Santiago Cafiero, de Interior, Eduardo Wado de Pedro, de Defensa. Jorge Enrique Taiana y de Justicia, Martín Soria. Este último fue quien dio el discurso, ante la ausencia del presidente Alberto Fernández. Soria recordó los dos atentados terroristas ocurridos en este territorio argentino y apuntó contra el Poder Judicial: “En ambos casos el denominador común es el nulo avance de las causas judiciales, lo que genera dolorosa impunidad”. También se refirió a la gestión macrista, ante la mirada del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodriguez Larreta, que estaba presente en el acto: “Hemos reactivado la Unidad Especial de Investigación del atentado a la AMIA que había sido desmantelada en 2018”. El funcionario nacional finalizó su discurso asegurando que “el Estado argentino está comprometido para lograr justicia que, aunque sea lenta, debe llegar necesariamente a la verdad”.

El cierre del acto estuvo en manos del viceprimer ministro israelí, Gideon Sa’ar, que denunció que “Irán atacará siempre que pueda”. Además, se refirió a la relación de su país con Argentina como la de  “dos pueblos unidos en memoria de las víctimas” y reconoció importantes decisiones como la incorporación del atentado a la AMIA dentro de los contenidos curriculares del sistema educativo y la creación en 2019 del Registro Público de Personas y Entidades vinculadas a actos de Terrorismo y su Financiamiento, dependiente del Ministerio de Justicia de la Nación.. “Como único Estado del pueblo judío no nos apartaremos del deber de defenderlo”, concluyó Sa’ar.

«Los adolescentes consumen lo que pueden y no lo que quieren»

«Los adolescentes consumen lo que pueden y no lo que quieren»

Según un informe del SEDRONAR la droga ilícita más consumida en la Argentina es la marihuana. ¿Qué dicen quienes la usan de forma recreativa?

El siglo XX trajo consigo la globalización y con ella cambios en las maneras de consumir. En el caso del cannabis, las sociedades primitivas pasaron de un uso tradicional y medicinal a las sociedades modernas con consumos, en este caso, de sensaciones y experiencias. Estas transformaciones también repercutieron en nuevos modos de pensar la relación entre los jóvenes y los consumos cotidianos. Es en este contexto que aparece la noción de «consumo responsable», la cual deja de implicar un consumo pasivo para tener un rol activo, consciente y crítico.

Un cambio profundo en esta relación se produjo cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció la utilidad del cannabis medicinal para mitigar los síntomas de múltiples enfermedades: glaucoma, autismo, quimioterapia o parkinson. Además, se comprobó que funciona eficazmente en algunos tipos de epilepsia, aminora el dolor menstrual e incluso es beneficioso para controlar y paliar procesos de ansiedad y depresión.

En Argentina, el uso medicinal y el autocultivo se legalizó en noviembre de 2020, en esta línea, este avance legislativo invita a debatir, una vez más, el uso adulto o recreativo específicamente en adolescentes.

Por otro lado, su uso recreativo (aún no aprobado en Argentina) es cada vez más frecuente. Según el informe Marihuana: intensidad del consumo publicado en 2017 por la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina (Sedronar) el cannabis es la sustancia más “probada” al menos alguna vez luego del alcohol y del tabaco, y también la droga ilícita más usada en el país. El estudio organizado por el Centro de Estudios Culturales del Cannabis (CECCA), con el apoyo de la Universidad Nacional de Quilmes y de la revista THC, reveló que entre 2010 y el año de la difusión de este informe el consumo creció en todos los grupos de edad, tanto en varones como en mujeres.

La adolescencia es una etapa que va formando la identidad y la búsqueda de autonomía e implica el cuestionamiento a cualquier autoridad que ponga límites, pero sobre todo se caracteriza por la necesidad de experimentar. Asimismo, los jóvenes están insertos en una sociedad que tiene una fuerte presencia de industrias que empujan al consumo. Además, en la actualidad el acceso a las sustancias es más fácil y rápido, por lo tanto, ellos mismos toman la decisión de qué probar o experimentar.

Existen diferentes formas de consumir drogas. Un primer contacto que puede quedar ahí o luego continuar; ocasional, caracterizado por el uso intermitente de las sustancias con largos intervalos de no consumo y que está asociado a la búsqueda del placer, relacionarse, relajarse; y por último, un consumo frecuente, diario. Para saber si alguna sustancia provoca algún tipo de dependencia, debemos evaluar qué tipo de sustancia es y el contexto en el que se consume.

Para Olavarría la dependencia de cualquier sustancia conlleva ciertos comportamientos que motivan el impulso y la necesidad de tomar una sustancia en forma continua y regular para sentir el efecto o para evitar sentir el malestar que provoca no consumirla: “El problema es cuando el consumo afecta la salud física y mental, las relaciones primarias como la familia y amigos, las relaciones secundarias como el colegio o el labor y hasta  presentar problemas legales. Pero no todos son casos problemáticos”.

A la hora de hablar del consumo de cannabis, muchos jóvenes mencionan su uso recreativo, sin embargo, Olavarría considera que en este período lo que hay es “uso adulto”: “Muchas veces, por cómo mencionamos las situaciones, reforzamos conductas como sucede con las publicidades de alcohol que permanentemente inculcan valores positivos a dicho consumo en los jóvenes”. A la par afirma que en este proceso el consumo de cualquier sustancia debería ser cero ya que el cerebro madura hasta los veinticinco años y cualquier sustancia psicoactiva y psicotomimética como el cannabis impacta allí y provoca daño. Aun así, para la psiquiatra, la cuestión pasa “por el lado de la experimentación”.

La experimentación y el uso adulto de drogas es muy propio de esta etapa de la vida para sentir placer o para aliviar un sufrimiento. Respecto a este tema, ANCCOM inició un debate en el foro «Cultura Cannabica», un espacio de discusión sobre diversas temáticas del cannabis para que algunos jóvenes explicaran el propósito de su consumo:

“Se dice muchas veces que los jóvenes consumimos por tener tiempo libre o porque estamos aburridos pero la verdad es que a mí me sirve mucho para calmar las tensiones con el entorno familiar o mismo para dormir”, explica Julian, miembro del grupo de Facebook.

Otros lo refieren para mejorar la creatividad: Yo generalmente fumo cuando llego a casa del colegio y me pongo a dibujar, siento que en ese es mi momento conmigo mismo para hacer lo que amo de una manera distinta”; (Selene, joven de 24 años). Otros señalan que se trata de un momento para compartir con amigos: “Nosotros preferimos juntarnos para comer y fumar en una casa en vez de un boliche, no solo porque la pasamos bien sino porque nos sentimos seguros y acompañados entre amigos”. (Lucas, 39 años, Almagro)

En este sentido, la especialista afirma que esto sucede porque el cannabis relaja, deshinibe y esto hace que los jóvenes se sientan más divertidos y menos estresados. Para Olavarría hay quienes usan el consumo para identificarse, en este caso por medio del Cannabis: “Los adolescentes están en permanente búsqueda de una identidad, su principal angustia esta, entonces, en ¿quién soy?, ¿qué pienso?, ¿con quién me identifico? Por eso es fundamental en esta etapa fomentar actividades placenteras relacionadas con hábitos saludables para que puedan identificarse, por ejemplo, con el deporte, la música, el arte en lugar del cannabis o cualquier otra sustancia como el alcohol”.

El último estudio de Sedronar del 2021 sobre consumo en estudiantes universitarios pone de manifiesto que las principales motivaciones hacia el consumo tienen que ver, en primer lugar, con la diversión y el placer, seguido de problemas personales, o consumo de amigos y, por último, la indiferencia a la información sobre los daños.

Siguiendo esta línea, la médica destaca que no es menor que en plena pandemia el 30% de los encuestados refirió como principal motivo de consumo el relajarse: “Esto habla del estrés que vivieron los adolescentes por la pandemia y que no estamos trabajando como sociedad en enseñarles y en proveer otras formas para relajarse y tramitar sus emociones, y en esto la familia y los colegios tiene un rol fundamental”.

Barrios vulnerables

El contexto social de los barrios vulnerables provoca sufrimiento, violencia, desigualdad y por supuesto consumos de sustancias. Para Olavarría hay tres ejes que funcionan como factores de riesgo: el social y cultural, el familiar y el individual: “¿Cómo tolero tanto malestar?, ¿dónde encuentro placer? El consumo engloba estas dos preguntas y es la respuesta ante el sufrimiento y la búsqueda de placer”.

La disponibilidad de la sustancia es otro factor de riesgo de consumo y  atraviesa todos los sectores: “Los adolescentes consumen lo que pueden, no lo que quieren. Muchas veces el acceso al alcohol fomenta el consumo masivo del mismo en los jóvenes, hay ofertas, te fían en el supermercado, hay en las casas. Es decir, es barato y lo consigo fácil, con el resto de las sustancias va pasando lo mismo”.

Sin embargo, el problema con todo esto es, por un lado, el “efecto góndola”, es decir el dealer vende lo que tiene y no lo que tal vez el adolescente quiera consumir, con situaciones en las que se va a comprar cannabis pero como no tenía, se termina comprando LSD o pastillas y por el otro, la falta de reducción de daños que hay en el país por las leyes que nos atraviesan: “Un ejemplo de esto es lo que pasó hace poco con la cocaína adulterada. Sobre este tema muchos estudios manifiestan que cuando los adolescentes conocen los componentes de la sustancia que eligen para consumir el 90% elige no consumirla si está adulterada o no tiene los componentes que debería tener esa droga”.

El uso adulto de esta sustancia y su calidad es hoy una problemática a resolver. Parece necesario concientizar y dar herramientas a los jóvenes que deciden aprovechar los beneficios de esta planta: “Mis padres saben que fumo aunque no están de acuerdo. La realidad es que lo hacemos como una forma de vida y de salud, queremos ser conscientes sobre lo que estamos consumiendo”, detalla en el foro Juan, consumidor frecuente de cannabis.

En este sentido, para la médica el uso responsable de una sustancia se alcanza sólo a través del conocimiento sobre lo que se consume: “Si vas a experimentar sabé con qué lo vas a hacer y de qué forma es más seguro hacerlo”. Asimismo aconseja evitar consumir a quienes tengan antecedentes de familiares con trastornos por uso de sustancias o psicosis o si están en período de embarazo. Lo importante acá es siempre evaluar el momento y el contexto: “Las sustancias te van a dar el viaje según cómo estás vos anímicamente. Es clave el control clínico anual con tu pediatra y comentarle que consumís, así cuidas tu salud”.

Por otro lado, la legislación reconoce a los adolescentes como sujetos de derechos y establece el concepto de autonomía progresiva, la cual impone la obligación de atender a toda persona menor de 18 años con o sin acompañamiento siempre que llegue de forma voluntaria.

Finalmente en este escenario, algunos consumidores apuestan por la legalización de la marihuana no solo para hacer frente a los malos usos de esta sustancia sino también para terminar con el mercado negro.

El regular la calidad y la presencia de cannabinoides psicoactivos implica la existencia de un Estado presente en materia de legislación pero, sobre todo, de salud pública. Un Estado que promueva las propiedades medicinales junto a programas de prevención, educación y salud para que cada consumidor tenga información verídica sobre los productos que consume.

Derecho al Olvido versus Derecho a la Información

Derecho al Olvido versus Derecho a la Información

Este jueves, comienzan las audiencias en la Corte Suprema por el caso de Natalia Denegri, la exmediática entremezclada en el caso Cóppola que exige que google la baje de su buscador.

Este jueves, la Corte Suprema de Justicia escuchará los argumentos que tiene Natalia Denegri para exigir que Google la desindexe de su buscador y comenzará a debatirse lo que se dio en llamar Derecho al Olvido y sus tensiones con el Derecho al Acceso a la Información Pública.

Una de las principales preocupaciones actuales en la justicia y la sociedad es la regulación de los derechos digitales. Entre otros temas centrales está el llamado Derecho al Olvido. No pocas personas han solicitado que parte de su historia personal no aparezca más en los motores de búsqueda por considerar que les produce un daño. De fondo, corren otros problemas como la falta de regulación de los algoritmos y sus sesgos discriminatorios, la responsabilidad de los intermediarios, el derecho a la intimidad y su tensión con el acceso a la información pública, entre otros.  

El Poder Judicial deberá resolver el pedido de Denegri, quien en los 90 alcanzó fama por entremezclarse con los protagonistas de llamado “Caso Cóppola” y por participar de un reality informativo conducido por Mauro Viale. Ahora, devenida en empresaria, la exmediática se siente denigrada cuando aparece cantando “Quién me la puso”, entre otros productos de la época, que hoy pueden encontrarse con una simple búsqueda en Youtube.

 Enrique Chaparro, especialista en seguridad informática y activista por los derechos digitales, sostiene  que “el problema de la regulación de temas de interés público está en manos privadas. Si esto lo determina una empresa privada lo que estamos haciendo es privatizando la información, lo que no existe en los buscadores de Internet no existe. Esto es sustancialmente grave”.

La posición del especialista  muestra que detrás de los algoritmos, los GAFAM (Google, Amazon, Facebook ahora Meta y Microsoft) priorizan el negocio sobre los derechos de sus usuarios. En este sentido, el valor de la información precisa mayores definiciones. La actual ley argentina de Protección de Datos Personales (ley 25.326)  permite en su Artículo 27 la creación de perfiles para fines promocionales o publicitarios y no sanciona los abusos de estas grandes corporaciones, como ocurre en Europa con el Reglamento General vigente de desde 2018, con multas que alcanzan los 10 millones de euros.

Este 17 de marzo  llegará a la Corte Suprema de Justicia el  Derecho al Olvido y su contraste con  el Derecho a la Información. El máximo tribunal convocó a una audiencia pública esencialmente para tratar el litigio entre Google y la exmediática radicada en Estados Unidos. La demanda contra Google se enfoca en los resultados del buscador en donde se la encuentra todavía como “chica del caso Coppola”,  ocurrido en 1996. Denegri ganó su juicio contra Google en dos instancias y la empresa multinacional de Estados Unidos, Alphabet Inc. -propietaria del buscador- presentó un recurso que llegó a la Corte Suprema.

Denegri denunció que sigue siendo victimizada con la continua difusión de informaciones erróneas y con imágenes que la exponen. “El acceso a la justicia es una barrera muy alta, el tiempo que se demora en que ese acceso se concrete es una barrera aún más alta. Tenemos que discutir y crear, desde el punto de vista legislativo, sistemas que sean suficientemente ágiles como para resolverlo sin que quede al arbitrio del sector privado”, dijo Chaparro.

 

¿Qué fue el caso Coppola?

El empresario Guillemo Coppola fue detenido en octubre de 1996 luego de un allanamiento en su domicilio. En aquel episodio encontraron en un jarrón 40 gramos de cocaína. El entonces representante de Diego Maradona estuvo detenido más de 90 días por orden del exjuez federal de Dolores, Hernán Bernasconi.

En declaraciones radiales, Natalia Denegri recordó que, con 17 años, fue expuesta y convertida en el chivo expiatorio de las prácticas de «un juez corrupto», en referencia a Bernasconi. «Eso -completó- quedó demostrado en el juicio que le gané al Estado y a los terceros actuantes en julio de 2020 en el Juzgado Contencioso Administrativo Federal 5”.

Los dos lados del mostrador

El Derecho al Olvido toma especial relevancia durante 2014, en Europa, a partir de que un abogado y calígrafo, Mario Costeja, exigiera a Google que borrara la indexación que vinculaba su nombre con una deuda saldada (en la década del 90), logrando un fallo favorable del Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

Se trataba de dilucidar si correspondía eliminar los datos que Costeja consideraba lesivos para su reputación era responsabilidad de la página web en la que constaban los mismos –propiedad de La Vanguardia diario– o del buscador. Como resultado de un reclamo, presentado en marzo de 2010, la Agencia Española de Protección de Datos ordenó a Google, en su Resolución de fecha 30 de julio del mismo año, que no mostrara en el futuro ésta información, por cuanto consideraba que no resultaba posible eliminar la información original que constaba en la hemeroteca que el mencionado diario había volcado en la red.

Google, por el contrario, sostenía que la responsabilidad de la información recaía en exclusiva sobre el propietario de la página web original y que su buscador era simplemente un mediador sin responsabilidad en el contenido de las páginas web que indexaba.

“Este es el agujero del mate. Me refiero  a los buscadores, dado que son una empresa privada y que  por otro lado indexan, tienen un orden editorial. Por lo tanto, en el fondo son decisiones”, sostiene Chaparro.

La Defensora del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, María Rosa Muiños , y su par bonaerense, Guido Lorenzino, respaldaron el pedido de la empresaria Natalia De Negri en su demanda a Google.

¿Se puede no ser indexado?

Todo lo que aparece en un buscador parece haber sucedido en un mismo tiempo. Es acrónico, no está asociado a un tiempo. Por eso, aparecen los casos mencionados como el de Natalia Denegri o Mario Costeja. En este sentido, el especialista en seguridad informática agrega que “nosotros (en referencia a las personas especialistas en  sistemas) solemos decir ´derecho a no ser indexado´, porque es lo más correcto”.

En nuestro país, lo que existe es la aplicación de la ley de Protección de Datos Personales, que tiene la limitación del recurso de “habeas data”, orientado a rectificar o modificar un registro en las bases de datos cuando estos se transforman en información sensible que puede producir un daño al denunciante.

Pero aquí, el Derecho al Olvido también alcanza a terceros, dado que hay casos que no implican únicas personas y esto presenta dilemas legales sobre todo si se afectan otros derechos. Desde el 2014 en Europa,  Google recibió más de 800 mil demandas. En Argentina, la modelo María Belén Rodriguez fue la primera en presentarse ante la Corte Suprema. En la segunda instancia, los magistrados consideraron que “como los buscadores no tienen la obligación general de monitorear los contenidos que figuran en la web, no pueden ser condenados”. En tanto, en 2015 la Corte volvió a fallar a favor del gigante en las demandas presentadas por la ex integrante del grupo de música Bandana, Virginia Da Cunha. La cantante solicitó que Google quitara contenidos que la asociaban con sitios web de pornografía y prostitución. La modelo Bárbara Lorenzo demandó al buscador por el mismo motivo. 

 Chaparro detalló que “el sesgo de información se compensa agregando información. Donde aparece el dato controvertido tiene que haber mecanismos que marquen la controversia, como por ejemplo, en el caso de Mario Costeja, que figure  la nota que le  pagó al fisco. La contextualización de la información es costosa para los oligopolios de la información”, subrayó.

A raíz del caso de la conductora televisiva,  puede observarse que la regulación actual carece de herramientas prácticas que den una solución, en donde el gigante Google es el buscador hegemónico y los algoritmos cumplen funciones editoriales. Por un lado, se requiere una nueva ley de Protección de Datos que incorpore las bases de datos dinámicas utilizadas por los megabuscadores para indexar contenidos.  En segunda instancia,  una regulación de los algoritmos que cumplen funciones editoriales. Por último,  que tengan en cuenta que borrar la indexación de datos como los del caso Coppola puede afectar otros derechos. Por lo tanto, lo que debe evitar la regulación democrática es que el/los buscador/es se posen de ambos lados del mostrador. La determinación de aquello que es de interés público no puede estar en manos privadas.

En la Ciudad de Buenos Aires, 56.000 chicos no tienen vacantes

En la Ciudad de Buenos Aires, 56.000 chicos no tienen vacantes

El Gobierno porteño no logra resolver el problema que resurge cada marzo. Desde que el PRO está al frente del Ejecutivo, el presupuesto educativo se redujo un 10 por ciento. Los problemas de infraestructura.

Con el inicio del ciclo lectivo 2022, más de 56 mil chicas y chicos no han encontrado su lugar en el sistema educativo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. “Si bien no es la cifra definitiva, ya que algunos encontrarán lugar en las próximas semanas, es más que seguro que el número superará ampliamente a los 20 mil jóvenes que se quedaron sin vacantes durante el 2021”, indica Pablo Cesaroni, miembro de la Comisión de Educación del Consejo Consultivo de la Comuna 5 y de la agrupación Cooperadores en Movimiento. El dato, que se desprende de relevamientos realizados por agrupaciones gremiales, se condice con la caída de la inversión en educación por parte del Gobierno de la Ciudad en los últimos años. “Lo que el Ministerio de Educación ha hecho, con Soledad Acuña a la cabeza, es achicar todo lo que sea educación pública en gestión estatal. Tanto es así que desde que el PRO es gobierno el presupuesto educativo ha bajado más del 10%”, menciona Cesaroni.

“No solo tiene que ver con una política educativa, tiene que ver con una política sobre los inmuebles”, aclara Lisandro Teszkiewicz, auditor general de la Ciudad de Buenos Aires. Las palabras de Teszkiewicz apuntan a uno de los nudos centrales del problema, que es la infraestructura: es que el Gobierno porteño no ha construido ninguna escuela desde que comenzó la pandemia y tampoco tiene planeado iniciar obras con este fin durante el 2022.

Una política no tan publicitada de Rodríguez Larreta es la del remate de terrenos públicos en donde se encuentran escuelas en funcionamiento.

Si bien las medidas que el Gobierno de la Ciudad presenta como novedades con respecto a este ámbito son garantizar 192 días de clases, el reemplazo de las horas libres en secundarios por Matemática e Inglés y la introducción de nuevas materias como Educación Financiera para alumnos del último año de secundario, una política no tan publicitada por la gestión de Horacio Rodríguez Larreta es la del remate de terrenos públicos en donde se encuentran establecimientos educativos en funcionamiento.

Uno de estos casos es el del Centro de Desarrollo Infantil (CEDI) ubicado en la calle Pringles 344, en el barrio de Almagro, en donde el 7 de marzo último se realizó un acto en contra de la decisión del Gobierno de subastar este edificio dos días después, junto a otros dos contiguos inutilizados que también pertenecen al Estado local (Pringles 342 y 340). Si bien el intento del Ejecutivo fracasó, ya que finalmente no se presentó ningún oferente, se trata de la cuarta vez que el establecimiento pasa por esta situación, con el último antecedente en agosto del 2021. “Prometieron tres mil jardines y lo único que hacen es cerrarlos”, señala María José Gutiérrez, secretaria de Nivel Inicial de la Unión de los Trabajadores de la Educación (UTE), para la dirigente, la solución es que la Ciudad ceda los terrenos lindantes al CEDI para que este pueda aumentar su capacidad. “Para esta franja etaria hacen falta quinientas vacantes solamente en esta comuna”, aclara Myriam Godoy, miembro del Observatorio del Derecho a la Ciudad. “Durante el año pasado aceptaban niños desde los 45 días hasta los tres años. Tuvieron que subir la edad mínima hasta el año porque no han contratado suficientes maestros -añade Godoy-. Ahora asisten 45 chicos en total pero si se amplía se puede satisfacer a un poco más de la mitad de la demanda comunal”.

A fines del 2021, la Escuela Indira Ghandi, ubicada en una de las zonas de mayor valor de la ciudad, cerca del Aeroparque Jorge Newbery,  con grandes espacios verdes, corría el peligro de ser trasladada para que sus terrenos sean vendidos con el fin de dar lugar a proyectos inmobiliarios a manos de privados. Más próximo en el tiempo, en los primeros días de marzo, fue el turno de la Escuela Especial N° 28 Bartolomé Ayrolo que funciona en el Palacio Ceci en Villa Devoto. En este caso se quería ceder el edificio para que pasara a formar parte del Distrito del Vino. En ambas ocasiones lo que detuvo el desplazamiento de los establecimientos educativos fueron las movilizaciones por parte de la comunidad educativa porteña. Para Gutiérrez, la situación es crítica: “Además de que no se abren escuelas las quieren cerrar”.

A estos acontecimientos se le suma el pobre mantenimiento de los establecimientos ya existentes. Para la maestra de Nivel Inicial, Natalia Simonelli: “Es evidente que durante el verano no hicieron mantenimiento en ninguna escuela”. Algunos accidentes durante el mes de febrero ilustran su afirmación: una explosión en la zona de calderas provocó quemaduras en un trabajador que estaba haciendo refacciones eléctricas en la Escuela N° 8 del barrio de Boedo, y en Parque Patricios, el padre de una alumna resultó herido cuando parte de la mampostería del Instituto Bernasconi cayó sobre él.

“El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ha destruido la Dirección de Infraestructura Escolar. Hoy solo tiene empleados administrativos, no tiene trabajadores capaces de arreglar las escuelas -menciona Teszkiewicz-. Todo se hace a través de un sistema de licitaciones para empresas que no tienen ni experiencia ni vocación en el sector educativo”. Para el auditor un ejemplo de esto es que una de las contratistas que tiene mayor cantidad de establecimientos asignados en la Ciudad lleva el nombre Mejores Hospitales S.A. A la posible impericia de las empresas se le añade la lentitud con la que las gestiones de las autoridades de cada colegio atraviesan el aparato burocrático del Estado porteño: “El mecanismo de atención de los edificios hace que cualquier reparación demande más de un ciclo lectivo completo. Cada vez que un directivo solicita el arreglo de un baño, por ejemplo, significa que esa obra va a demorar todo un año en ser realizada”, enuncia Teszkiewicz.

Para Cesaroni es de central que desde el gobierno local se arme una mesa de diálogo con representantes de la comunidad educativa para poder dar cuenta de cuáles son los problemas que afectan a gran parte de la población con respecto a las vacantes en la educación de gestión estatal. Por su parte María José Gutiérrez concluye: “Si bien la ministra Acuña dice que los tenemos perdidos en los pasillos de las villas nosotros sabemos dónde están nuestros pibes y nuestras pibas, dónde ir a buscarlos y qué es lo que hace falta para que no sean excluidos de la escuela pública”.

Paz

Paz

La comunidad ucraniana argentina marchó en el centro porteño para exigir en el cese de la invasión rusa.

La comunidad ucraniana, acompañada por organizaciones y agrupaciones sociales, marcharon este domingo desde Plaza de Mayo hasta el Obelisco con las consignas “estamos con Ucrania”, ”no a la guerra” y carteles pidiendo “paz” en el marco de una jornada que se extendió por algo más de tres horas.

Los manifestantes iniciaron la movilización a las 17.30 desde Plaza de Mayo y se dirigieron hacia el Obelisco. Un grupo marchó por Avenida de Mayo sosteniendo una bandera de Ucrania. Los carteles alertaban “están matando al pueblo ucraniano” o “no maten la tierra de mis abuelos”. Otras consignas, en cambio, estaban escritas en inglés “Stop war” (paren la guerra). Durante la marcha, sonaron los himnos ucraniano y argentino.

Irina Nazaryk, integrante de la Asociación Ucrania de Cultura Prosvita en Argentina y descendiente de ucranianos, destacó que “los principales reclamos son por la paz y para detener la guerra. Lamentablemente esto es todo lo que podemos hacer los descendientes de ucranianos y los ucranianos que vivimos acá”. Y agregó: “Y que Valdimir Putin detenga su violencia, porque se metió con civiles, bombardeando aeropuertos y ciudades. Está destruyendo cada parte de Ucrania”.

Por otra parte, Nazaryk explicó que “Ucrania quiere entrar en la Unión Europea y en la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) desde el año 2014. Ahí es donde comenzó el conflicto Euromaidán, (nombre que se le otorgó a la serie de conflictos en Ucrania que concluyeron con el derrocamiento del presidente Yanukóvich en ese mismo año). Maidán es el nombre de la plaza central en Kiev (capital de Ucrania), donde empezó la revolución. Lo que Ucrania quiere es pertenecer a la OTAN y a la Unión Europea y Vladimir Putin no quiere que pase eso, porque sino Ucrania va a tener más apoyo de los países de la región y hasta armamentístico por parte de la OTAN”.

En esa línea, Nazaryk remarcó que “para entrar a la OTAN, el país que quiera entrar no tiene que tener ningún conflicto armado. Y así, Putin consigue que Ucrania no cumpla con este requisito y, por ende, no pueda entrar a la OTAN. Es más, Rusia mandó aviones a Finlandia y a Suecia amenazando a estos países que también quieren sumarse a la OTAN”.

Según indicó Nazaryk, esta es “la tercera movilización que se realiza” y considera que “lamentablemente habrá más si esto no para”. “Somos los ucranianos autoconvocados e invitamos a toda la comunidad argentina que quiera sumarse. Hoy se sumaron la colectividad lituana, la comunidad croata, la italiana; no se vieron banderas solo de Ucrania, se vieron banderas de estos otros países pidiendo por la paz”.

“Esto me duele un montón, nunca pensé que iba a ver estas cosas, un bombardeo a Ucrania por la tele. Siempre lo vi muy lejano, como la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo. Esta situación me parte el corazón, en mi casa y en la colectividad estamos todos muy tristes”, expresó Nazaryk.

Por su parte, Pedro Koroluk y su esposa, Marta, ambos hijos de ucranianos y familiares de ucranianos residiendo en Ucrania, contaron que son “parte de la comunidad” y sus hijos “también participan activamente”. Koroluk sostenía una bandera de Ucrania y Marta, por su parte, se movilizó llevando una imagen de la Virgen María impresa. “Pedimos alto el fuego, que se retiren las tropas de Ucrania, que nos devuelvan las tierras que tomaron y que nos dejen en paz”, sentenció Koroluk respecto a los reclamos. Mientras que Marta, agregó suplicando con voz quebrada: “Lo que pedimos es paz, que no ataquen más a los civiles porque no es una guerra entre civiles y que cada gobernante de cada país tenga un poco de amor en su corazón para parar esto que es una masacre realmente”. A este pedido, su marido agregó: “Y que no solamente sean promesas sino que cumplan con la ayuda que están prometiendo, más allá de la monetaria, que está llegando, también la ayuda diplomática”.

“Creemos que el conflicto pronto se va a resolver y va a haber paz, que nos van a devolver nuestra tierra. No podemos permitir que haya más muertes de civiles y de inocentes ni tampoco que mueran soldados rusos que los trajeron engañados a esta guerra, como muchos de los testimonios que vemos”, señaló Koroluk .

Los parientes del matrimonio Koroluk que residen en Ucrania se encuentran en una zona de frontera donde solo hubo un bombardeo en el aeropuerto. Sin embargo, viven “muy preocupados y alterados, porque temen que vengan tiempos peores, entonces se están preparando: algunos tienen refugio. Los que pueden emigran a Polonia y los que no, resisten”, explicó Pedro.

La movilización transcurrió entre aplausos y tronar de bombos. Alejandro Gotsch, hijo de ucranianos y quien llevaba una remera bordada con hilos de colores, expresó que es “integrante de la comunidad ucraniana” y que su vestimenta “es parte del traje folclórico del país”: “Hoy estamos reclamando por la paz, porque no haya más guerra”, manifestó Gotsch.

“Vamos a volver a tener un país soberano y que no tengan el pie encima de nuestra nación”, aseguró. “Tengo primos en Ucrania”, relató Gotsch y señaló que logró comunicarse con sus familiares. Sobre este punto, contó que “dentro de todo están cerca de Polonia, no están en zona de riesgo pero la situación preocupa igual”.

A pocos metros del Obelisco, la comunidad ucraniana leyó un comunicado en el cual se refirió a la duración del conflicto: “Llevamos diez días padeciendo una sangrienta invasión donde continuamente el odio del invasor se traduce en sangre y muerte. La pregunta es: ¿cuántos días más Ucrania deberá frenar las balas y misiles con el pecho de su pueblo? Pedimos al mundo que declare zona de exclusión aérea sobre el cielo de Ucrania. Pedimos a la Federación Rusa y al gobierno títere de Bielorrusia que retire sus tropas y armamentos de la totalidad del territorio ucraniano de manera inmediata”.

El comunicado concluyó con la súplica, a viva voz, de “¡Cubran el cielo de Ucrania, cubran el cielo de Ucrania!” y el pedido fue acompañado con aplausos.

A las 18.15 habló el presidente de la Representación Central Ucrania en Argentina, Pedro Lylyk, y luego Jorge Danylyszyn, miembro de la Asociación Ucrania de Cultura Prosvita.

“Solicito el apoyo a los organismos internacionales para exigirle a la Federación Rusa el inmediato cese del fuego en el territorio de Ucrania”, declaró Lylyk.

En ese marco, recordó que “el acto de la invasión viola la carta de las Naciones Unidas donde Rusia es garante de la soberanía de Ucrania y la inteligibilidad de sus fronteras desde el tratado de no proliferación de armas nucleares y desmantelamiento firmado en 1964”.

“Solicitamos ayuda para un arco de defensa de los cielos de Ucrania. El mundo debe ayudar, no puede ser que se sigan asesinando a civiles desarmados y entre ellos, niños”, manifestó Lylyk y especificó “tres de cada diez chicos están cayendo en esta invasión estúpida. Así que pedimos que se retiren inmediatamente las tropas rusas”.

Finalmente, Lylyk agradeció “a todos los argentinos, vecinos, compañeros de trabajo, integrantes del arco político, gobernantes y todos los que nos ayudaron en esta movilización”. Y agregó: “Agradecemos las muestras de respeto a lo largo y ancho del país en intendencias y gobernaciones, en la Legislatura. Es el mismo respeto que expresaron los ucranianos que defendieron las Islas Malvinas”.

En el marco del discurso, Lylyk concluyó que “mientras haya gente como ustedes que marche y crea en la democracia, Ucrania estará acompañada. Gracias por acompañarnos en el día de hoy, no nos dejen solos, estén con nosotros, por favor”.

Las organizaciones representantes de la comunidad ucraniana están realizando una campaña en la que toman donaciones en la Catedral Católica de Ucrania “Santa María del Patrocinio” ubicada en Ramón L. Falcón 3960, barrio de Floresta de la Ciudad de Buenos Aires, del lunes 7 al viernes 11 de marzo de 14 a 19 y sábados 5 y 12 de marzo de 10 a 16. Al respecto, Nazaryk especificó que se necesita enviar “mantas o frazadas. Ropa abrigada o térmica en todos los talles. Agua mineral envasada, vajilla descartable y también elementos de primeros auxilios, linternas con pilas y velas”.

La guerra explicada por la comunidad ucraniana argentina

La guerra explicada por la comunidad ucraniana argentina

Más de 100 mil ucranianos llegaron a la Argentina entre fines del siglo XIX y mediados del XX, en tres oleadas migratorias diferentes. Cuenta su historia y la de sus antepasados para explicar el conflicto bélico de hoy.

Jorge Danylyzsyn, presidente de la Asociación Ucrania de Cultura Prosvita.

Mientras caen misiles rusos sobre territorio ucraniano, ANCCOM visita la sede de la Asociación Ucrania de Cultura Prosvita, en el barrio porteño de Palermo. Allí, el presidente de la entidad, Jorge Danylyzsyn, cuenta la historia de la colectividad ucraniana en la Argentina.

La llegada se fue dando por oleadas. Con la ocupación del territorio ucraniano por polacos y rusos, comenzó la primera. “La mayoría de los inmigrantes entre 1898 y 1930 arribaron a la Argentina justamente de esa región de Europa. Por eso nuestros ancestros llegan al país, casi todos, con pasaportes polacos”, explica.

“Muchos pertenecían a la religión greco-católica, es decir, reconocían la autoridad del Papa. Por el contrario, quienes venían de la Ucrania central, que eran menos, eran ortodoxos”, agrega. Labradores en su tierra, los inmigrantes de la primera oleada se radicaron principalmente en la provincia de Misiones para trabajar la tierra. “Esta inmigración se interrumpió en 1914, con el inicio de la guerra”, aclara Danylyzsyn, para reanudarse en el período de entre guerras.

“La segunda oleada se instala en la Ciudad de Buenos Aires, Berisso y en el conurbano bonaerense. La comunidad empieza a desarrollar asociaciones y, hacia 1924, se funda esta Asociación Ucrania de Cultura Prosvita. Finalmente se unificarán en una sola asociación que a lo largo del tiempo ha llegado a tener unas 50 filiales”, señala Danylyzsyn.

A diferencia de la primera ola, en la segunda llegan trabajadores industriales. “En ese momento, los ucranianos se dedicaban al tendido de vías, a la construcción de puertos, de usinas y otros emprendimientos de envergadura”.

 

«Tenemos el derecho a sabernos herederos de la cultura de la Rus de Kyiv, que en su variante moderna se llama Ucrania”.

Tras la Segunda Guerra Mundial, unos siete mil ucranianos –que huyen de la zona de conflicto– arribaron al país. “Esta tercera ola se suma a las cerca de 100 mil personas que habían llegado antes. Sin embargo, la mitad de esos siete mil termina emigrando hacia Estados Unidos y Canadá. Con la experiencia militar traída de la contienda bélica, estos más de 3.000 inmigrantes tienen una visión más patriótica y comienzan a forjar estructuras para la difusión de nuestra cultura”, relata Danylyzsyn.

“Ellos buscaban popularizar la cultura del pueblo y que nos sintiéramos identificados porque aspiraban a una Ucrania libre, como alguna vez lo fue. Nosotros tenemos el derecho a sabernos herederos de la cultura de la Rus de Kyiv, que en su variante moderna se llama Ucrania”, afirma.

Hubo una cuarta y última oleada, durante los años 90. “(El entonces presidente Carlos) Menem les promete trabajo, salud y educación gratis –rememora Danylyzsyn–. Pero cuando se termina la convertibilidad, juntan sus cosas y emigran al norte del continente y una pequeña porción vuelve a Ucrania”.

Hoy, el grueso de la comunidad ucraniana está formado por argentinos y argentinas descendientes de la primera y segunda ola. “Los que vinieron después no llegaron a integrarse y somos los hijos de ucranianos quienes nos encargamos de difundir la cultura y el idioma en el país”, dice.

Consultado sobre la invasión rusa en curso, Danylyzsyn asegura que para entender lo que está sucediendo es necesario remontarse a la historia, necesariamente entrecruzada, de ambos países. “Las tribus que habitaban la zona ubicada entre el Mar Negro hasta el Mar del Norte conformaron un estado medieval al que denominaron la Rus de Kyiv. Con un idioma y cultura en común, su organización social se estructuraba en principados, ducados y gleba”, cuenta.

Unos 800 kilómetros al este, donde se sitúa hoy la capital de Rusia, se erguía otra estructura medieval conocida como Moscovia. Sendos territorios fueron creciendo producto del avance de las tribus bárbaras. Con la llegada de Pedro el Grande como zar, Rusia amplió sus fronteras y ambas zonas pasaron a conformar parte del ejido imperial.

Con la ocupación de la Rus de Kyiv por el Imperio Ruso se produjo un borramiento forzoso de todo símbolo ucraniano. El idioma fue prohibido, la literatura quemada y las artes y costumbres fueron reemplazadas por las tradiciones populares moscovitas.

Entrado el siglo XX, Ucrania pasó a ser parte de la URSS hasta su desmembramiento, en 1991. “Con la Revolución Bolchevique, Ucrania se declara Estado independiente. En 1921, Argentina la reconoce como nación libre y soberana. No obstante, los bolcheviques terminan ocupándola, y en el oeste son conquistados por Polonia, los dos imperios que van dominando la historia de Ucrania”, puntualiza Danylyszyn.

Bajo el régimen totalitario de Stalin, aconteció lo que se conoce como el genocidio de Holodomor. Frente a la resistencia a la colectivización, el líder soviético ordenó la incautación de las cosechas, además de medidas represivas, lo que condujo a una hambruna generalizada entre 1932 y 1933 que, se estima, causó la muerte de entre cuatro y diez millones de ucranianos. Stalin también prohibió el idioma, la cultura y la literatura en un proceso que se conoció como la rusificación de Ucrania.

 

 

 

“A esta región se la repobló con familias rusas y, como consecuencia, hoy existen zonas que se consideran prorrusas”, opina Danylyszyn y añade: “Pretendieron unificar el país con una única lengua, una única cultura y una única raíz histórica. Prohibieron el idioma, los libros, y entonces el ucranio pasó a ser un idioma de casa adentro, no se podía hablar en público”.

Luego de la caída del Muro de Berlín, Ucrania se declaró de nuevo independiente y, a partir de allí, se inició un proceso que, hasta hoy, oscila entre la hiperdependencia de Rusia y un nacionalismo autónomo que boga por la incorporación del país a la Unión Europea (UE).

Entre 2004 y 2005 se produjo la Revolución Naranja. Víktor Yúshchenko, nacionalista y proeuropeo, gana las elecciones a presidente. En 2010, lo sucede quien había sido su contendiente en aquellos comicios, Víktor Yanukóvich. En 2014, cuando parecía todo arreglado para firmar la entrada a la UE, tras una reunión con su par ruso Vladimir Putin, Yanukóvich cambia de opinión. En ese momento, se desatan las revueltas conocidas como Euromaidán que terminan con el mandatario destituido y expulsado del país. Lo reemplaza interinamente Alexander Turchínov, quien, a tono con las consignas esgrimidas durante las manifestaciones, retoma una tradición proucraniana.

Aquel año, al advertir el giro proeuropeo de Kiev, Putin decidió la anexión de la estratégica península de Crimea, sobre el Mar Negro. Ocho años más tarde, luego de firmar el reconocimiento de los territorios del Donbás, ordenó el ataque masivo que hoy mismo está en desarrollo.

Para Danylyszyn, las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk son la puerta de entrada del ejército ruso a Ucrania por una razón: “Precisamente porque son rusos implantados en suelo ucraniano”, concluye.