«El treinta por ciento de los locutores está debajo del límite de la pobreza»

«El treinta por ciento de los locutores está debajo del límite de la pobreza»

Las voces de los medios se encuentran en conflicto con las radiodifusoras y exigen aumento salarial. Además, existe preocupación por el reemplazo de profesionales por programas de inteligencia artificial.          

Están en la radio, en la televisión, detrás de una publicidad pero, en general, no los conocemos. A veces, ni siquiera le vemos las caras. La locución tiene mayor reconocimiento en la radio, pero allí también se alzan reclamos para que la profesión sea respetada como corresponde. El Sindicato Argentino de Locutores y Comunicadores (SALCo) viene pidiendo desde hace tiempo una recomposición salarial, incluso con medidas de fuerza. “La paritaria de ARPA (Asociación de Radiodifusoras Privadas Argentinas) todavía sigue estando dura, los empresarios privados no quieren dar rienda suelta”, dice Fernando Costa, locutor institucional en la Televisión Pública que también trabaja en la radio digital Conexión Abierta. Hace 32 años que desarrolla el oficio, marcado a fuego por su padre, y hoy su hijo continúa la dinastía familiar.

SALCo lleva adelante el reclamo junto con una intersindical, donde se encuentran el Sindicato Único de Trabajadores Espectáculo Público (SUTEP) y la Asociación Argentina de Trabajadores de las Comunicaciones (ATRAC), que nuclea a los operadores, más algunos gremios de prensa.

“ARPA no quiere dar los aumentos y entonces deja al trabajador en condiciones paupérrimas. Los medios siguen esa política, a pesar a pesar de que algunos compran y venden medios o quiebran y los trabajadores continúan su labor por su vocación para sostenerlos”, relata Costa, secretario de Profesionalidad e integrante de la Comisión Directiva nacional y secretario de Acción Social del sindicato.

Hay entre 10 mil y 14 mil locutores activos, muchos cobran en negro, algunos son independientes pero están afiliados al gremio con una cuota de 660 pesos. El salario básico de un locutor es de alrededor de 120 mil pesos, muy por debajo de la canasta básica que ya supera los 200.000 pesos. El rango de categoría se compone de seis escalas, “A es la principal, imaginate, un pueblito en La Rioja, que se cobra en la categoría “F”, no llega a los 100 mil pesos. Entonces, el 30 por ciento de los locutores está bajo el límite de la pobreza. El profesional que tiene formación académica, que consigue un puesto en blanco, con todos los descuentos cobra muy por debajo de la canasta básica”, describe Costa.

Otro tema de conflicto está vinculado con la situación de los empresarios del entretenimiento y de otros sectores que fueron comprando emisoras emblemáticas en los últimos años, pero no reconocen las deudas contraídas por las gestiones anteriores. Es el caso de Radio Rivadavia y de Radio Del Plata. Costa recuerda la deuda que esas emisoras tienen con el SALCo y lo que plantean: “Nos dicen: ‘Les pago a ustedes o se lo doy a los trabajadores’».

Voces que no son humanas

Un tema en auge que afecta a la profesión es el uso de la inteligencia artificial (IA). “Estamos en contra de la mal llamada ‘inteligencia artificial’ porque si está programada por alguien, no es inteligente, y repudiamos todo formato que quite puestos de trabajo”, enfatiza Costa. “Promovemos los puestos para personas humanas, creemos en que hay que respetar las condiciones dignas de trabajo, así como las normativas vigentes en Argentina, que son muchas, no así en el resto de América Latina y el mundo. Somos uno de los pocos países con un sindicato declarado y reconocido por el Ministerio de Trabajo de la Nación, por la Ley de Medios. Dentro de ese marco, tenemos la protección de poder reclamar que se defienda y proteja el trabajo del comunicador y del locutor, y repudiamos todo lo que nos quite trabajo real”.

La polémica también gira en torno a los derechos de uso, ya que la IA utiliza una base de datos de creaciones hechas para generar patrones sin permiso y de forma gratuita. “La voz del hombre no se puede reemplazar por una máquina, y esto le está quitando trabajo a cantantes, actores, actores de doblaje, músicos, artistas plásticos, porque toman parte de su obra, crean algo nuevo y no pagan derechos de autor, ni de uso, tampoco los derechos de originalidad de la voz, entonces se vuelve en contra”.

Desde el sindicato y las multisectoriales del rubro audiovisual, se están interiorizando con expertos en la materia y del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, evaluando de qué manera se pueden reglamentar las normativas de uso cuidando los puestos de trabajo ante el advenimiento de esta tecnología.

Un asunto adicional es la aparición de plataformas digitales, como LuzuTV o República Z, entre otras, que transmiten vía web en un estudio de radio, con presencia de conductores y operadores, pero no de locutores. “El soporte que se use, independientemente de la tecnología, hace que no se pierda el espíritu de radio”, opina Costa. El Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM), al no poder actuar sobre un formato que incorpore Internet, no puede regular. La convivencia, según Costa, es lo mejor.

 

Doblajistas y publicidad

La profesión de doblajista es un mundo totalmente aparte, ya que gana mucho menos que un locutor y trabaja de forma independiente. Para lograr un ingreso digno tiene que hacer varios doblajes paralelos y si es una participación protagónica se rige por un convenio con la Asociación Argentina de Actores (AAA) a través de normas internacionales, puesto que el locutor también es actor de doblaje, a pesar de que hay actores y cantantes que incursionan en la tarea.

A su vez, la locución publicitaria es una rama fundamental que está presente en nuestras vidas al encender el televisor, escuchando radio o viendo un video y que se interrumpa por un aviso. Se rige por un convenio entre la Asociación Argentina de Agencias de Publicidad (AAAP), la Cámara de Anunciantes y el Ministerio de Trabajo. “Cuando viene alguna agencia y se jactan de lo maravillosos que son, los premios que ganaron, cuando empiezan a regatear el tema de las tarifas y los precios les decís: ‘¿Cómo le vas a poner precio a mi trabajo?’. ¿Cómo vas a tirar abajo tu laburo? ¡Ponete un parripollo! Tenés que enseñar a pagar a los trabajadores, el locutor tiene un precio y está en el costo de producción. La esencia está en el locutor que es el que vende el producto”, sostiene Costa.

 

El día a día

El staff mínimo que requiere una emisora de radio son diez locutores, y legalmente tiene que haber uno por turno, tanto comercial como informativo. Antes el número era mayor, pero con la incorporación de periodistas, actores y celebrities, se redujo al mínimo e indispensable para estar en el aire. La sigla de la radio debe ser hecha por un profesional habilitado, que además es el único apto para decir las marcas y leer el boletín de noticias.

Cuando un locutor recién egresa, algunos institutos enseñan a armar un demo y hay que golpear la puerta del medio para darse a conocer. En la actualidad, muchos se dedican al trabajo independiente, porque hay buena remuneración por una campaña de radio. “Pero tienen que hacer un home studio para que pueda servir el material y ganar un concurso o un casting, sino tenés que salir a patear a las emisoras de radio, televisión y cable”, señala Costa, para quien “el bagaje que tiene cada persona va a hacer que conquiste un laburo o no”.

Sobre el sentido de la locución, Costa reflexiona: “Para mí es muy profundo, porque mi padre, mi hijo y yo somos locutores. Somos tres generaciones vivas de profesionales, nos recibimos en el ISER y seguimos activos. Mi padre en la ciudad de Luján despunta el vicio después de haber recorrido todos los medios grandes. Imaginate, para mí atraviesa toda mi historia, desde muy cachorro, ver a los más grandes de la radio y la televisión, crecer mirándolos y aprender, enamorarme del medio, después trabajar con muchos de ellos en este camino y que mis hijos hayan elegido uno la locución y otro la producción y dirección de televisión, significa que algo han heredado de esta pasión por la comunicación. En lo profesional, hace que uno se meta en el sindicato y defienda todo, por los que nos precedieron, por lo que estamos transitando, por los que vienen y por los que se están formando. Mientras, tengamos el corazón que lata vamos a querer y defender la profesión con mucho orgullo”.

En Latinoamérica avanza la reducción de la jornada laboral: ¿Y en Argentina?

En Latinoamérica avanza la reducción de la jornada laboral: ¿Y en Argentina?

La semana próxima comienza el proceso de reducción horaria en Colombia. Chile ya lo inició y Uruguay lo discute. En el país, ya hay proyectos que se debaten en el Parlamento.  

La reducción de la jornada laboral en la Argentina generó ruido debido a la presentación de dos proyectos por parte del Frente de Todos (rebautizado Unión por la Patria). Cada vez son más los países en América Latina y en el mundo que se animan a debatir e implementar esta innovación que promete mayor tiempo de ocio a los trabajadores y una reducción del desempleo. En diálogo con ANCCOM distintos expertos analizaron el tema en el contexto argentino. El senador Mariano Recalde y el diputado Hugo Yasky compartieron los detalles y ventajas de los proyectos a tratar en las comisiones de ambas cámaras.

Colombia fue uno de los países más recientes en sancionar la reducción de la jornada laboral que, a partir del próximo 15 de julio, comenzará a reducirse paulatinamente de 48 a 42 horas semanales. Chile ya inició el proceso de disminuir la cantidad de horas semanales trabajadas de 45 a 40 horas. En Uruguay ya se presentaron planes para empezar las tratativas. Argentina quiere comenzar las pruebas de este nuevo formato y espera aún las fechas oficiales para debatir los proyectos.

Claudio Lozano, economista y político argentino aseguró en diálogo con ANCCOM que la lucha por la reducción de la jornada laboral tiene que ver con la historia de la clase trabajadora. Aseguró que, actualmente, toma relevancia gracias al “efecto que la tecnología produce al momento de incorporarse en un proceso productivo”, ya que reduce la necesidad de fuerza de trabajo por unidad de producto. 

El también exdirector del Banco de la Nación Argentina afirmó que al dejar liberada esta posibilidad a las relaciones vigentes, donde la jornada laboral legal es de 8 horas por día de la semana, se genera un aumento del desempleo. El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) informó que en el primer trimestre del 2023 la tasa de desocupación en la Argentina fue del 6,9%, aumentando un 0,6% desde el cuarto trimestre de 2022. “Consecuentemente, si aumenta el desempleo, lo que produce es una apropiación casi exclusiva de la mayor productividad lograda por la tecnología, transformándola en mayor ganancia por parte del sector empleador”, argumentó Lozano.

Lozano es un exdiputado nacional y cuenta con una extensa trayectoria sindical desde los inicios de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). En este sentido, manifestó que el mercado laboral argentino “padece desocupación, subocupación y sobre empleo”. Por eso sostuvo que si se respetaran las jornadas de 48 horas semanales habría un incremento de unos setecientos mil puestos de trabajo. “En tanto no haya regulación pública para condicionar ese comportamiento empresarial –sentenció– se alimenta la tasa de ganancia empresarial y no mejoran las condiciones laborales de quienes trabajan”.

Por ello, concluyó que “tiene que haber una estrategia pública que garantice que la formación de trabajadores esté asociada a los nuevos requerimientos tecnológicos”. Según Lozano, el tiempo de trabajo y la formación laboral son las claves a considerar cuando se discute cómo los obreros coparticipan de los beneficios de la incorporación de tecnología y la reducción de la jornada laboral en la Argentina.

Héctor Recalde, exdiputado del Partido Justicialista y abogado histórico de la Confederación General del Trabajo (CGT), afirmó en diálogo con ANCCOM que “el sistema ideal es rebajar la jornada sin bajar el ingreso”, ya que está demostrado empírica y científicamente “que aumenta la productividad y disminuyen los accidentes de trabajo, lo cual, en sus palabras “significa una baja del costo laboral”. El especialista en derecho laboral concluyó que “la Argentina está absolutamente preparada para implementar esta reducción. Además, tenemos una de las jornadas más extensas del mundo civilizado”.

Su hijo Mariano Recalde, actualmente senador nacional por la Ciudad de Buenos Aires (FdT) es uno de los impulsores del nuevo proyecto de reducción de jornada laboral presentado el 1 de mayo de 2023. “Nuestro régimen actual de ocho horas tiene más de 100 años de vigencia en el mundo”, afirmó en su diálogo con ANCCOM. A la vez, sostuvo que desde ese entonces el mundo y las tecnologías avanzaron permitiendo producir mayor cantidad de bienes y servicios en menor cantidad de tiempo.

“El proyecto de ley consiste en la reducción de la jornada de trabajo, aspirando consagrar una semana de 4 días laborales. Todo ello con el mantenimiento de los mismos niveles salariales”, confirmó el senador. También sostuvo que esta implementación sería de carácter obligatorio para las empresas, aunque con una progresiva aplicación a lo largo de un año.

Aún con fechas inciertas sobre el comienzo del debate, el expresidente de Aerolíneas Argentinas enfatizó  que esperan “discutir este proyecto prontamente en el ámbito de la Comisión de Trabajo y Previsión Social del Senado”, ya que favorecerá tanto a trabajadores como a las empresas. 

Por otro lado, Hugo Yasky, diputado nacional por la provincia de Buenos Aires (FdT) y Secretario General de la CTA desde 2006, cuestionó la ley laboral actual: “Está totalmente desactualizada, quedando la jornada como una de las más extensas del mundo”. Por ello, presentó un proyecto para reducir la carga horaria de 48 a 40 horas semanales de carácter obligatorio para las empresas ya que, en sus palabras, se trata de regular el máximo legal permitido de horas.

“Es necesario que los avances tecnológicos no sólo sirvan para aumentar la tasa de beneficio de los empresarios, sino que también contribuyan a que las personas trabajadoras vivan mejor”, aseguró. Sostuvo que este nuevo régimen fomentará la distribución del trabajo existente y la creación de empleo, contribuirá a distribuir mejor las tareas de cuidado y reducirá los costos empresarios. “Principalmente –continuó–, significa disponer de un poco más de tiempo para las personas y que los beneficios del aumento de la productividad sean apropiados por el conjunto de la sociedad y no sólo un mecanismo de ampliación de la tasa de ganancias”.

También cuestionó los sectores que se resisten a este debate bajo la falsa creencia de que podría afectar la productividad de los trabajadores. Por el contrario, el también exsecretario general de la CTERA afirmó que las pruebas piloto demostraron que los ritmos de productividad aumentaron y los accidentes de trabajo se redujeron. “Es muy poco creativo que las únicas ideas que se les ocurran a algunos sectores del gran empresariado para reformar las leyes laborales sean aquellas en que las personas que trabajan pierdan derechos”, sentenció Hugo Yasky.

Mientras crecen los interrogantes sobre si es posible este tipo de reestructuración laboral en la Argentina, aún se espera la confirmación por parte de las comisiones sobre la revisión de los proyectos. Los dos proyectos de la actual coalición Unidad por la Patria conviven con el presentado en 2022 por el Frente de Izquierda y de Trabajadores (FIT) que busca implementar una jornada diaria de 6 horas y 30 semanales. La tendencia en América Latina sigue creciendo a favor de un acortamiento en las horas laborales, países como Colombia y Chile empezaron su cambio paulatino.

Los metrodelegados paran y exigen limpiar de asbesto los subtes

Los metrodelegados paran y exigen limpiar de asbesto los subtes

Todavía quedan 300 toneladas del material cancerígeno en la red de subterráneos. Ya murieron tres trabajadores, otros 85 están afectados y 2.150 en vigilancia médica.

Este miércoles 5 de julio la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro -AGTSyP y Metrodelegadxs- tomarán medidas de autodefensa en el subte para exigir la reducción de la jornada laboral y evitar la exposición al asbesto.  Por esa razón, habrá paros rotativos en todas las líneas.

La empresa de los subtes de la Ciudad de Buenos Aires -Sbase- frenó la compra de vagones, a raíz de los reclamos de los trabajadores, tras un amparo judicial, por la confirmación de que contienen asbesto en sus formaciones. Aun así, la lucha sigue vigente para la “desasbestización» de toda la red ferroviaria. 

El asbesto, componente utilizado en formaciones de trenes de Argentina y manipulado por cientos de trabajadores en el Taller Rancagua y Polvorín de la Ciudad de Buenos Aires, es un mineral de origen natural, distribuido en hilos de fibras resistentes al calor, al fuego y a las sustancias químicas, con escasa termoconductividad. Dadas sus propiedades, es utilizado en aislamiento de los edificios, como componente de diversos productos (tejas, tuberías de agua) y en la industria automovilística como revestimiento de embragues, frenos y amortiguadores. La contradicción de este mineral es su característica cancerígena para el ser humano. Al ingresar por vía respiratoria puede generar dos posibles caminos en la vida de una persona en contacto con asbesto: si ataca a la pleura, membrana que recubre los pulmones, se engrosa y se vuelve rígida, los pulmones empiezan a sufrir cada vez más presión, impidiendo su expansión y con el tiempo, la circulación de oxígeno. Según la OMS, si la afección avanza, el 12 por ciento de los engrosamientos pleurales terminan en cáncer de pulmón, faringe, o colón. 

En Argentina, el uso de asbesto se prohibió en 2003, pero las formaciones de trenes utilizadas en el país como el Mitsubishi en la línea B y Nagoya la línea C y E, fueron creadas en 1960 en Japón e importadas al país en la década de 1990, periodo en que el mineral seguía bajo reglamentos legales. 

 “Antes, mi proyección eran las vacaciones y qué le voy a poner en los zapatos de mis hijos para reyes. Ahora es proyectarse en los médicos, viendo si te encuentran cáncer o no, porque tengo la potencialidad de estar enferma o de que me reaccione esa porqueria en mi cuerpo”, cuenta con angustia y enojo Inés Maya, de 44 años, trabajadora de la Secretaría de la salud de AGTSyP -Asociación Gremial de Trabajadores del Subterráneo y Premetro- de la Línea B, quien junto a sus compañeros, encabezan cuatro principales reclamos: reducción de la jornada laboral a cuatro horas, denominado “doble franco”; paritarias para rever las condiciones salariales y laborales; la creación de un plan de desasbestización de toda la red ferroviaria y la vigilancia médica a todas y todos los trabajadores que sufren la exposición del asbesto. 

A raíz de las noticias españolas, las y los trabajadores de la Secretaría de la Salud Laboral del subte se organizaron junto con entidades oficiales como la Universidad Nacional del Sur, ingenieros de la Universidad de Buenos Aires, médicos e Instituciones que tengan renombre, poder de firma y sello para que sea comprobado de forma legítima. El resultado determinó que hay asbesto en todas las instalaciones fijas, infraestructuras y áreas que componen la red ferroviaria de la ciudad: señales (semáforos), vías, puertos de bombeos, pozos fluviales, cloacales o de drenaje, escaleras mecánicas, tableros eléctricos y la iluminación que da a vida a los molinetes. Esto significa que todas las especialidades tienen en su puesto de trabajo algún equipo o componente que esté certificado de contener asbesto, ya sea boletería, limpieza, talleres mecánicos o tráfico. 

Hay 85 trabajadores afectados, 2150 bajo vigilancia médica, seis con cáncer por asbesto y tres fallecidos: Jorge Pacci fue el primero de ellos. Durante siete años, su puesto de trabajo se basó en el mantenimiento y limpieza, a puerta cerrada, del taller Rancagua, donde se manipulan piezas que contenían asbesto, de la Línea B. Luego de ser diagnosticado con cáncer de la pleura causado por este componente cancerígeno, falleció nueve meses más tarde. 

“La enfermedad tiene una latencia entre 15 y 20 años, entonces no sabemos cuando puede derivar en un cáncer», señala Depetris.

Daniel Fernández, diagnosticado con cáncer por exposición al asbesto, sufrió la extirpación de medio pulmón y fue jubilado por esta razón a sus 58 años: “A mi el asbesto casi me cuesta la vida. Que mi testimonio sirva para que los compañeros y las compañeras sigan haciéndose los estudios y no haya más enfermos en el subte”.  

Pablo Depetris, quien trabaja en el sector de tráfico del subte desde 1997 en la Línea D, fue diagnosticado con ensanchamiento de pleura por exposición al asbesto, según estudios del Hospital Britanico. Su reclamo es incisivo: “La enfermedad tiene una latencia entre 15 y 20 años, entonces no sabemos cuando puede derivar en un cáncer. Necesitamos y le exigimos al Gobierno de la Ciudad, EMOVA y SBASE, la vigilancia médica para todos los empleados del subte. Tenemos el derecho de saber si estamos o no enfermos”. 

 “Los que tienen la afección, la empresa estatal o privada, no puede obligar a que vuelvan a su puesto de trabajo, no puede echar ni descontar salarios. Lo que tiene que hacer es sacar todo el asbesto del puesto de trabajo y cuando tenga el certificado libre de asbesto puede volver, aunque no va a pasar porque ya van cinco años y todavía faltan 300 toneladas”, relata Francisco Ledesma, “Pancho” para sus compañeros, quien integra el equipo de Salud Laboral del subte y forma parte de AGTSyP. En 2023, se retiraron 90 toneladas del mineral cancerígeno en trenes, talleres y subestaciones eléctricas. Agrega: “No hay más o menos muertos, más o menos con cáncer, más o menos enfermo, es blanco o negro, no hay gris. Yo no tengo la afección ni el cáncer porque mi ADN y  genética no es propensa a la afección. Pero esto no es lineal, yo puedo pasar de no tener afección a tener el cáncer directo.” 

Ledesma e Inés Maya, compañeros del gremio e integrantes del equipo de salud, reclaman la emergencia de la Línea B por ser la más afectada y un plan de desasbestización serio para atender el asbesto en mal estado o contenido en instalaciones antiguas y buscar la forma de señalizar; ya que cada material que contenga este mineral debe tener una etiqueta que exprese y visibilice si hay componente cancerígeno, para que el trabajador cuente con esa información en el caso de que algo se rompa dentro del área donde se desarrolla. 

“El costo psicológico es gigante. Muchos envejecieron de golpe, tienen problemas para dormir, para relacionarse y los que trabajan se sienten enfermos o trabajan a otro ritmo.” cuenta Maya, con enojo y desgano ante la situación. 

¿Cómo va todo por ACAP?

¿Cómo va todo por ACAP?

Qué está pasando con la implementación del Programa de Actividades de Aproximación al mundo del trabajo implementado por el Ministerio de Educación porteño. La mirada de alumnos, docentes y de la jefa de la cartera. ¿Más precarización laboral que derechos laborales?

 A pesar de la movilización estudiantil, contra el malestar frente a la implementación por parte del Ministerio de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires del programa de Actividades de Aproximación al Mundo del Trabajo y a los estudios superiores (más conocidas como ACAP) todavía perdura la desorganización de un proyecto presentado desde su inicio como “gradual y progresivo”.

El objetivo pedagógico de aproximarse al mundo laboral que promocionó el Gobierno de la Ciudad cuando anunció las ACAP, se tradujo con ciertas distorsiones en trabajo no pago y desvinculado de los contenidos curriculares, y en empresas como Rappi y Wyndham Hotels. Pasó un año del inicio de las tomas de colegios en Capital Federal que cuestionaron las pasantías no remuneradas y obligatorias. Hoy, son asignadas a los y las estudiantes según su orientación: “Yo voy al Ecoparque. Lo disfruto mucho porque siento que aprendo bastante. Es verdad que nos hacen trabajar, literalmente, levantamos la pala”, cuenta María, estudiante de la orientación en Biología del Normal 1. David, expresidente del Centro de Estudiantes del mismo colegio, comenta: “Está todo un poco más ordenado y los pibes están más enganchados con las ACAP, pero en el medio, los Centros de Estudiantes de Capital Federal hicimos un montón de medidas de lucha”.

La implementación de las ACAP cambia con la institución. En ocasiones, la coordinación de las prácticas recae sobre las escuelas, en un contexto en el que la ministra de Educación de la Ciudad, Soledad Acuña, reconoce la dificultad para obtener las vacantes: “Son todos chicos, entonces no todas las empresas se animan. Y es un proyecto educativo, con lo cual la empresa tiene que hacer una inversión en recurso humano, porque sería más fácil sentarlos a hacer algo que hace un trabajador, pero van a aprender”, comenta la jefa de la cartera educativa porteña en una charla de café, organizada para vecinos y vecinas del barrio Palermo. 

 En el caso del colegio Mariano Moreno, al tener en su edificio la supervisión de su distrito escolar, sus estudiantes tuvieron desde el comienzo una experiencia amena: “Mientras otros colegios iban a limpiar hoteles, nosotros teníamos a los pibes de quinto que iban a hacer cosas más piolas”, recuerda Julia, Presidenta del Centro de Estudiantes. Como lo afirma Federico Puy, la posibilidad de adaptar las prácticas a los intereses de la comunidad educativa “depende de la relación de fuerza que hay construida en el interior de la escuela”. 

 La ministra menciona la existencia de un “plus salarial” para docentes que acompañan a los y las estudiantes a las prácticas: “Tampoco les pedimos que a fuerza de pulmón y del esfuerzo docente se haga esto”, aclaró. Desde la gremial docente Ademys, Federico Puy declara no haber escuchado de ese beneficio en ninguna escuela, pero no descarta que se ofrezca a “escuelas o docentes que se disponen a llevar adelante los planes más mercantiles del Gobierno de la Ciudad”.

Mientras tanto, Acuña insiste en que, aún en la actualidad, es el Ministerio quien vincula a las escuelas con las organizaciones: “Soy yo en persona con todo mi equipo los que vamos empresa por empresa, y a las escuelas las liberamos de tener que ir a conseguir lugares”.

Pero cuando los colegios y las familias optan por una propuesta más educativa a fin de evitar el trabajo precarizado, no hay mediación del Ministerio: “Son las Escuelas las que se contactan y nos preguntan si estamos dispuestos a recibir chicos. No tenemos contacto directo con el Gobierno de la Ciudad”, explica Magali Stemberg, coordinadora del Museo y Referente de las ACAP en el Museo Ana Frank, donde actualmente se recibe a estudiantes secundario para realizar las Actividades.     

 En la charla con los vecinos de Palermo, Soledad Acuña pone el énfasis en la importancia de que los y las estudiantes se vinculen con el mundo del trabajo, tras criticar las ayudas sociales que brinda el Estado a muchas de sus familias. Y concluye: “Los docentes que acompañan nos dicen que hay más presentismo en las empresas que en la escuela. Van peinados y vestidos distintos a cómo van a la escuela, se comportan distinto. Se empiezan a generar cosas súper ricas”.

 

Es tiempo de ver un documental sobre un diario cooperativo

Es tiempo de ver un documental sobre un diario cooperativo

Se estrena un largometraje sobre el diario cooperativo Tiempo Argentino, que refleja la lucha, la recuperación y la subsistencia de los trabajadores en defensa de su fuente laboral y de la comunicación social.

El proceso de vaciamiento empresarial que se dio entre diciembre de 2015 y abril de 2016 a cargo de Sergio Szpolski y Matías Garfunkel, el ataque de una patota hacia los trabajadores de la redacción del medio, cuando ya empezaba a dar sus primeros pasos como autogestionado, y una pandemia de por medio, fueron las principales adversidades que Tiempo Argentino tuvo que resistir para poder existir.

Este miércoles 26 de abril a las 18:30, en la sala Jorge Luis Borges de la Biblioteca Nacional, se estrena el documental De la resistencia a la existencia, dirigido por Pablo Lecaros, que girará en torno a esos ejes y que busca contar una historia de lucha y de reconversiones de parte de los trabajadores de un medio que se intentó silenciar pero que así y todo ya lleva más de siete años como cooperativa.

“Es un documental en el que se abre un álbum familiar de un medio, de una cooperativa, donde encontramos historias más que personales, contada por sus trabajadores, por quienes hacen el diario día a día”, afirma Lecaros. De la resistencia a la existencia intenta sintetizar en 90 minutos, de una manera dinámica y sin perder el hilo central de la historia, toda una producción de materiales de archivo, y más de 38 entrevistados que incluye a figuras como Nora Cortiñas, Taty Almeida, Julia Mengolini, Alejandro Bercovich y Víctor Hugo Morales.

“Es una historia de un montón de personas que decidieron que la lucha era el único camino para poder existir –sostiene Guido Molinari, guionista del documental–. Y de alguna manera también es un gran mensaje hacia lo que significan los medios de comunicación en Argentina. Que no todos los medios de comunicación desinforman, que tampoco tienen que operar en favor de alguien, sino que hay diferentes formas de construir la información. Y creo que el caso de Tiempo Argentino, que ya lleva siete años, que es un medio ya instalado a nivel nacional, es la demostración que a través de la autogestión, a través de su manejo horizontal, se puede construir de otra manera y se puede ser masivo de esa forma”.

Federico Amigo, ex presidente de la cooperativa y hoy secretario, escribió una editorial en el año 2020 titulada “De la resistencia a la existencia”, justamente para contar todo lo que fue atravesando el medio y que una de las cosas que iba a tener que enfrentar era una pandemia y cómo iba a tener que seguir adelante con eso. Ese título, que luego fue elegido para el documental, es una frase con la que dentro de la organización se sienten identificados.

Amigo, en diálogo con ANCCOM, comenta: “‘De la resistencia’ porque nos logramos construir como medio después de haber sufrido un vaciamiento empresarial, desde ese lugar donde lo que teníamos disponible era nuestra fuerza de trabajo, pero no contábamos con recursos económicos para salir adelante, tuvimos que resistir para sostener el medio y sostener las fuentes de trabajo sin mayores elementos. Después vino la recuperación de un medio que si bien nació en 2010 en un modo tradicional con empresarios, se logró reponer a un vaciamiento y convertirse en una cooperativa. Y la existencia también está dada no sólo por el trabajo que pudimos llevar adelante nosotros, por nuestra propia organización y el acompañamiento sindical, sino porque también encontramos una audiencia, un público que nos acompañó durante todo momento, para que Tiempo pudiera llegar a este séptimo aniversario”.

El proceso de vaciamiento sufrido desde diciembre de 2015 hasta abril de 2016, comandado por los dueños del Grupo 23, coincidió con el cambio de gobierno de la segunda presidencia de Cristina Fernández de Kirchner y el inicio del mandato de Mauricio Macri. “En abril de 2016, cuando construimos la cooperativa, había arrancado el macrismo. Allí ya se empezaban a ver un montón de políticas estatales que iban en contra de los propios laburantes, casi que nosotros estrenamos una nueva forma de política con un gobierno que no tiraba centros hacia los trabajadores”, comenta Molinari.

De todas formas, son los mismos trabajadores de Tiempo Argentino los que resaltan que uno de los que lideraba el vaciamiento empresarial era Sergio Szpolski, candidato a intendente de Tigre por el kirchnerismo en el año 2015. Ese proceso de vaciamiento implicó que los trabajadores no cuenten con su salario por varios meses ni con el aguinaldo, pero de trasfondo se comenzaba a generar una unidad de casi 200 compañeros que estaban en la misma situación.

Se inició un reclamo a nivel nacional para poder visibilizar la situación a través de festivales en el Parque Centenario y en los actos del 24 de marzo. Así fue como la cooperativa empezó a caminar con sueldos bajos un 19 de abril del 2016. Sin embargo, a los pocos meses se encontraron con un nuevo obstáculo: “Había un objetivo detrás y era que Tiempo Argentino no exista más”, sostiene Molinari.

“El 4 de julio en una madrugada fría, horrible, lluviosa, una patota de más de 15 personas, comandada por quien era supuestamente el que había comprado el diario, Mariano Martínez Rojas, un empresario que nunca se hizo cargo de nada, quiso echar a los compañeros que estaban durmiendo en la redacción –sigue Molinari–. Ante la falta de respuestas avalada por el Ministerio de Trabajo empezamos una permanencia en la redacción, en custodia de los bienes que estaban ahí. Y no pudieron con los trabajadores y las trabajadoras, porque a nosotros se nos unieron colegas de Clarín, La Nación, Infobae, C5N, y de muchos otros: entre los propios trabajadores no existe la grieta. La grieta es entre los patrones, no entre las personas que laburan”.

Tiempo Argentino logró consolidarse, resistió y se convirtió en una referencia nacional en términos periodísticos. Logró ser el medio autogestivo más grande del país sin dejar de competir con el resto de los medios corporativos, pero ofreciendo una mirada, una cobertura y una línea editorial que no se ve en los medios tradicionales.

Tiempo es un medio de alcance nacional que cubre la agenda masiva con el diferencial de aportar su mirada, sin ataduras económicas ni políticas y con la resistencia al poder concentrado como una de sus banderas –señala Amigo–. Además, logra destacarse del resto de los medios corporativos con las coberturas que reflejan los debates del campo popular, las problemáticas de la clase trabajadora, la defensa de los Derechos Humanos del pasado y el presente así como las políticas públicas en salud y educación, entre otros tantos ejes”.

El documental, que comenzó a realizarse en marzo del 2022, tendrá su avant premiere el miércoles, y luego hará una ruta por sindicatos, medios emblemáticos nacionales y festivales a lo largo y ancho del país. “Es una historia que merece ser contada no solo por el medio de comunicación sino también por esas historias invisibilizadas de un colectivo de trabajadores de nuestro país”, concluye Lecaros.

En la primera semana de junio, en ocasión del Día del Periodista, se proyectará también en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. Esa misma jornada, se bautizará a la redacción de ANCCOM con el nombre Viviana Mariño, en homenaje a una de las fundadoras de la Cooperativa Tiempo Argentino y editora de la Agencia de Noticias de Ciencias de la Comunicación, quien falleció el año pasado.