De monotributistas a «contractors»

De monotributistas a «contractors»

Cada vez más jóvenes incursionan en ser contratistas de empresas del extranjero y aumentan las historias de compañías que, con la promesa de ofrecer un sueldo competitivo, pueden dejar de lado los derechos laborales, tales como una obra social, días spor enfermedad, preaviso de despido y aportes jubilatorios.

“Es realmente un horror”, dice un joven contractor que trabaja para una empresa del exterior, que le abona el salario en una moneda extranjera a través de plataformas de pago fuera del sistema formal de liquidación salarial, como lo son PayPal, Binance o Square.

Los contratistas, a los que da en llamarse contractors, son aquellos profesionales independientes que prestan servicios a una empresa determinada. Esta forma de contratación se extendió a lo largo de Argentina, principalmente entre los jóvenes, y está marcada por una serie de desafíos, ventajas y desventajas.

“Mi contrato tiene un millón de cláusulas que dicen que la relación no es de exclusividad, pero que si no cumplís con el horario estás afuera, y si llegara a haber algún tipo de situación judicial, vos te encargás de cubrir los gastos”, relata con pesadez Dante (un nombre ficticio para preservar su identidad ante el riesgo de perder el trabajo). Dentro del mismo contrato se aclara la figura del contractor y se diferencia de un trabajador que hace aportes de jubilación y cuenta con indemnización por despido. A la vez, se dispone la protección de información confidencial durante y después del contrato.

Andrea Fernández, abogada laboral, explica que la inseguridad jurídica es uno de los principales desafíos que afrontan los contratistas en Argentina: “Hay falta de claridad en cuanto a sus derechos y muchas veces las empresas intentan clasificar erróneamente a los trabajadores como contractors para evitar el cumplimiento de las obligaciones laborales”. De la mano de la falta de claridad y legislación para estos trabajadores, está también la incapacidad de estudiarlos desde las estadísticas. Según afirmó la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional, “las crecientes nuevas modalidades de transacción (como criptomonedas o servicios de pago electrónico) se prestan a la falta de registro formal y conducen a la subestimación de los indicadores”.

El sueldo, que se paga en dólares, también se devalúa con la baja del dólar. Dante detalla: “Este mes estoy cobrando menos que hace dos meses en la conversión a pesos, las cosas están más caras y esto me pasa mes a mes”. Este tipo de contratación, plantea, tiene el beneficio de ser parte de una red de trabajo en la que la remuneración es un poco más alta que la media que se ofrece en el mercado laboral nacional, “pero con una incertidumbre total”.

Según el Informe Anual de Servicios 2023 de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional, Argentina es el segundo mayor exportador de servicios basados en el conocimiento dentro del Mercosur. El principal rubro de exportación incluye servicios contables, empresariales, de investigación, traducción y editoriales, entre otros. En segundo lugar, se destacan los servicios de telecomunicaciones, informática e información.

“Conozco contractors a los que les descuentan los días por enfermedad”, asevera una joven que trabaja en el sector de QA (Quality Assurance, analista de calidad), cuya identidad también es resguardada. Compara que, al ser contratista y no una empleada en relación de dependencia como lo ha sido anteriormente, carece ahora de obra social, de aumentos de sueldo por performance o por la situación del país y, por supuesto, de aguinaldo. Además, agrega que cobrar en plataformas digitales le representa un peligro: “Está ocurriendo mucho más que hackean cuentas de criptomonedas, por lo que está en riesgo mi sueldo”.

Este tipo de contratación tiene una serie de aspectos atractivos para los jóvenes, ya que prometen flexibilidad y un sueldo competitivo. “Lo bueno de trabajar como contractor es que puedo hacer el rango de horario que yo quiera mientras cumpla con mis tareas y las ocho horas de trabajo”, sostiene la contratista anónima que trabaja desde hace un año en este régimen. Su contraparte, continúa, es que para declarar algo de su sueldo, es necesario inscribirse como monotributista y hacer toda una “tramoya” con un contador y facturar o ir a una cueva a sacar la plata en efectivo.

Sobre las alternativas para retirar el sueldo, otra contractor, Sofía, ejemplifica: “Hay una cueva a la que le transfería en USDT (una moneda digital que representa el valor de monedas tradicionales) y el dueño se quedaba con el cinco por ciento y me traía la plata a mi casa, ya sea en pesos o en dólares”. Sin embargo, comenta que, en caso de facturar, hay una serie de desventajas que vienen de la mano de ser monotributista, como no acceder a tarjetas de crédito, no conocer en profundidad los procesos fiscales y si se llevan a cabo correctamente, lo cual conlleva un miedo a que la AFIP, ahora llamada ARCA, la persiga por errores de facturación e inconsistencia de ingresos.

Sofía asegura que una desventaja de su trabajo como contratista en una empresa chica o PYME es que depende de lo que los dueños tengan ganas de hacer. “Siempre hay quilombo, hay que salvar las papas y es mucho estrés. Hubo un mes que fue muy malo mentalmente para mí. Lloraba, me ponía mal y tenía mucha ansiedad”. Se sincera y cuenta: “En un momento sí estaba contenta en la compañía, pero ahora estoy cómoda y estresada, es muy extraño”. Coincide en que una de las ventajas es la flexibilidad y la libertad que tiene, ya que puede programar su hora de almuerzo en cualquier horario y trabajar desde casa.

Una de las mayores desprotecciones de esta forma de contratación es la falta de indemnización por despido y la inexistencia del preaviso. “Al 99% de las personas que echaron, lo hicieron de un momento a otro –relata Sofía–. Supuestamente prometen que vas a tener un preaviso en el que te instan a mejorar el trabajo, y que si no lo hacés, te echan. Pero no siempre es real”. Sobre esto, la abogada laboralista Fernández sostiene que “los contractors suelen estar en una posición más débil a la hora de negociar su relación contractual y muchas veces no tienen mecanismos adecuados para reclamar ante un despido sin causa o un incumplimiento del contrato”.

Por su parte, un contractor anónimo que trabaja en IT (information technology, tecnologías de la información) afirma: “Las ventajas son la experiencia, el crecimiento profesional y la forma de trabajo del exterior. Es un empleo que me da un montón de herramientas y habilidades”. En su caso, trabaja para una empresa de Estados Unidos que cuenta con contratistas en el exterior y personas contratadas a tiempo completo. Cuando fue consultado si su salario es igual al de sus compañeros estadounidenses, precisa: “A través de plataformas observé las ofertas de trabajo en el mismo puesto que yo, en mi misma empresa, y puedo decir que ganan más del doble que yo”. Según el informe de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional, Estados Unidos es el principal país al que Argentina prestó servicios basados en el conocimiento en 2022, seguido por Brasil y el Reino Unido.

“Este es mi primer trabajo y entré como junior. Me está sirviendo mucho, aunque sé que no quiero seguir así toda mi vida”, comenta y resalta que, si bien la modalidad de contractor tiene sus desventajas, el salario, que es de 600 dólares, y la experiencia adquirida compensan en parte las limitaciones del régimen.

La abogada Fernández asegura que, frente al escenario creciente de contratistas, “sería fundamental que la legislación argentina considere un marco de protección más amplio” y que, por ejemplo, la regulación sobre la clasificación del trabajo permita distinguir entre lo que es un trabajador autónomo, un contractor y uno en relación de dependencia “ya que de esta manera podrían evitarse las malas prácticas por parte de las empresas que intentan evadir sus responsabilidades laborales”.  Además, sugiere que la legislación debería incluir un mayor control sobre las empresas que contratan bajo el régimen de monotributo, para prevenir el abuso de esta modalidad como una forma de eludir la contratación formal y el pago de beneficios laborales.

El tipo de contratación del contractor cuenta con una serie de complejidades de un sistema de trabajo que, aunque ofrece oportunidades, expone a los jóvenes a la precariedad laboral, a la falta de derechos y la incertidumbre económica. Esto se combina con la inexistencia de una regulación vigente en Argentina para resguardar los derechos de estos trabajadores.

Con la asunción de Milei como presidente en diciembre de 2023, la publicación de ofertas laborales en redes sociales de empleo mermó. “Pasaron cosas en Argentina que hicieron que el mercado laboral se ponga muy picante”, cuenta Dante, el primer contratista entrevistado. Consultado sobre por qué eligió esta modalidad de trabajo aún conociendo sus desventajas, expresa: “No encontré algo mejor y en el momento sentía que estaba ganando más plata”.

El temor por la obra social y la jubilación

“Los contractors son considerados trabajadores autónomos o independientes y tienen la obligación de inscribirse como monotributistas y abonar sus propios aportes a la seguridad social”, detalla la abogada laboral Fernández. Dante, uno de los contratistas entrevistados, asegura que se hizo el monotributo principalmente para acceder a los aportes: “Tranquilamente pude haberlo hecho por izquierda y zafado de inscribirme y ahorrarme toda la plata que sale”, sostiene, lo que evidencia que parte de los contratistas deciden no regularizar sus ingresos.

Frente a este desafío, Fernández manifesta que es importante crear un sistema que les permita a los contractors tener acceso a una cobertura mínima de seguridad social, sin que ello implique una carga impositiva excesiva.

“A mí en particular siempre me importó el tema de la jubilación, hoy no es que me preocupa, pero me planteo qué otra opción tengo –afirma Dante–. Me pregunto cuál es la alternativa para mi retiro, y la verdad es que los privados no son una opción, y el monotributo es paupérrimo y yo trabajo un montón”. Según la AFIP, ahora llamado ARCA, todos los monotributistas se jubilan con la mínima, que en noviembre de 2024 era de $252.799 pesos argentinos. “En ningún momento la mínima fue digna”, subraya el contractor, y señala que los problemas con la jubilación son parte de la incertidumbre de tomar este tipo de trabajo.

La motosierra avanza sobre los derechos humanos

La motosierra avanza sobre los derechos humanos

Una asamblea de trabajadores del estado se convocó de manera urgente este jueves en el predio de la Ex-ESMA ante el anuncio del cierre del Centro Cultural Haroldo Conti y el Archivo Nacional de la Memoria. ATE denunció la militarización del predio y despidos masivos en la Secretaría de Derechos Humanos. También hubo cesantías en Parques Nacionales. Mirá las fotos de ANCCOM.

Abrazo cultural al Garrahan

Abrazo cultural al Garrahan

El conflicto laboral del hospital pediátrico más importante del país lleva tres meses ininterrumpidos. Artistas para todas las edades realizaron un festival público en apoyo a los trabajadores.

Hace más de doce semanas que los trabajadores del Hospital Garrahan llevan a cabo medidas de fuerza en reclamo de la abrupta rebaja salarial que están percibiendo desde el comienzo de las gestiones del presidente Javier Milei y del Jefe de Gobierno de la Ciudad de Benos Aires Jorge Macri. Este viernes 8 de noviembre, la Asociación de Profesionales y Técnicos (APyT) del Garrahan, la Junta Interna de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y los Autoconvocados Garrahan organizaron un paro activo de 24 horas y un abrazo cultural en la entrada de la institución ubicada en Combate de los Pozos 1881.

“Este movimiento empezó porque la destrucción del salario fue brutal. Tenemos a miles de trabajadores del hospital que no cubren ni siquiera la canasta de pobreza”, comentó Alejandro Lipcovich, trabajador del Hospital Garrahan y Secretario General de la Junta Interna de ATE. Y aludió a los tres pedidos principales que están realizando: “Reclamamos que el mínimo equivalga al costo de la canasta familiar, planteamos una recomposición del 100% de todos los salarios, sin distinción de profesión u oficio y pedimos que el sector del hospital que está siendo afectado por el mal llamado impuesto a las ganancias sea eximido”. 

La jornada inició a las 9:30 y contó con la presencia de varios artistas quienes desde su música decidieron apoyar a la causa. La grilla del festival incluyó un bloque especialemente destinado para las infancias, con bandas como Los Raviolis y Anda Calabaza, seguido de presentaciones de solistas como Julieta Laso y Bruno Arias y grupos como Las Manos de Filippi, entre muchos otros. Mostraron su adhesión a la protesta múltiples organizaciones, entre las que destacó Madres de Plaza de Mayo.

El Hospital Garrahan es una institución pediátrica reconocida tanto nacional como internacionalmente que se dedica a la atención de pacientes provenientes de todo el país de entre 0 a 15 años con patologías severas y complejas, es decir, casos de alta complejidad que no tienen otro lugar en donde ser tratados. “Es una lucha que responde a algo muy sentido del pueblo argentino. No son solo nuestros intereses como trabajadores del hospital sino también de todos los trabajadores que quieren tener un lugar para atender a sus niños, un hospital que es emblema en nuestro país”, agregó Lipcovich.

Por su parte, Natalia Veliz, pediatra especialista en medicina interna que trabaja hace veinte años para el Garrahan, afirmó que “los salarios están muy por debajo de lo que un profesional de la salud merecería estar ganando en este momento. Está totalmente desfasado con la labor que realizamos”. A su vez, destacó que una situación que se desprendió de la baja salarial es la pérdida de los profesionales, lo cual “pone en riesgo el funcionamiento de la institución, la estabilidad y la labor de los equipos interdisciplinarios que para nosotros es fundamental en nuestra tarea cotidiana”.

Veliz junto a su compañera Carola Saure, pediatra especialista en nutrición que lleva 23 años trabajando en el Garrahan, mencionaron que otra preocupación que desata esta problemática es la búsqueda de segundos empleos por parte de los trabajadores. “Este es un hospital que se caracteriza por tener jornada completa y extendida. Todos trabajamos hasta las 4 o 5 de la tarde, por lo cual conseguir otro trabajo significa a veces trabajar 80 horas semanales“, remarcó Saure.

Sin embargo, la tarea del hospital no es únicamente brindar asistencia a sus pacientes. Tal como lo mencionó la pediatra Saure, el Garrahan también se ocupa de formar profesionales de todo el país. “Eso es fundamental porque este es un país enorme que requiere atención de calidad y formación pos básica para todo el territorio nacional. Es una tarea que el hospital viene cumple desde hace 37 años”. Explicó, asimismo, que los sueldos bajos generan que los futuros profesionales no elijan al Garrahan como su lugar para formarse y que esto va a repercutir en el futuro. “No es un déficit de ahora solamente. Es un déficit a futuro de la salud pública y de la salud de excelencia de nuestro país en general. No es solo mirar el Garrahan como institución, sino mirarlo en su expansión a todo el país”, sentenció Saure.

Respecto a la jornada organizada para este viernes, el Secretario General recalcó la importancia de hacer los reclamos visibles en las calles, ya sea con eventos de esta índole como con algún otro tipo de manifestaciones: “Siempre buscamos movilizarnos para que no sea simplemente un paro dominguero porque entendemos que la movilización activa de los trabajadores es lo que puede cambiar la situación”. En este sentido, la diputada nacional por la Ciudad de Buenos Aires por el Frente de Izquierda Vanina Biasi opinó que “es clave estar con el cuerpo en las calles y en las luchas para darle confianza a la gente que hoy está atemorizada o deprimida para que salga”. Y continuó: “Hoy hay mucha gente que está muy impactada por la política de Milei y hay mucha fuerza política que dice que hay que guardarse, que hay que esperar. Y eso no es verdad”.

La diputada Biasi, quien presentó dos proyectos elaborados bajo la discusión de los trabajadores del hospital acerca de los salarios y la insalubridad, estuvo presente en el evento. En diálogo con ANCCOM, mostró preocupación porque “están desfinanciando toda la atención a los menores” y explicó que “es fundamental unir las luchas para que en definitiva golpeemos el corazón de la política de Milei, que es destrozar las condiciones de vida de la clase trabajadora argentina”.

“Venimos de una marcha donde pudimos unificar salud con educación y jubilados. Hay que fortalecer cada sector y salir juntos a la calle. Es la única manera de parar el plan del gobierno que es devastador”, concordó Norma Lezana, Secretaria General de la Asociación de Profesionales y Técnicos del Hospital Garrahan (APYT). Finalmente, refirió sobre las actividades para el futuro: “Estamos impulsando una acción para el día 21 de noviembre que es también el Día de la Enfermería. Con paro y movilización desde el Congreso, donde se va a estar decidiendo el presupuesto nacional, y a la Legislatura que es donde se decide el reconocimiento de la enfermería como labor profesional en la Ley 6035”, manifestó la secretaria.

Pedagogía barata y patos de goma

Pedagogía barata y patos de goma

A dos años del inicio de las prácticas preprofesionales en los secundarios de CABA, docentes y estudiantes coinciden en que el sistema está desorganizado y que se mezclan experiencias frustrantes con algunas positivas. El azar y el compromiso de las instituciones que reciben a los estudiantes parecen determinar el éxito de la experiencias.

“La agencia de publicidad Maco le pidió a mis estudiantes de Orientación en Ciencias Sociales que hicieran piezas de marketing para la Universidad Católica Argentina como ‘cliente’. El curso que creara la mejor campaña, se ganaba un patito de goma de la empresa”, cuenta Juan Filippone, referente de las ACAP en la Escuela N° 4 D.E. 19° de Nueva Pompeya.

Según el GCBA, las ACAP son “experiencias pedagógicas concretas y en territorio destinadas a acercar a los / las estudiantes al mundo laboral, cultural y a la formación superior”. Están diseñadas para estudiantes de 5° año de secundaria de gestión estatal y privada en CABA; comenzaron en 2022, luego de la implementación de la Nueva Escuela Secundaria en 2015. Son obligatorias y deben realizarse en espacios laborales relacionados con la orientación del curso, según la reglamentación.

Pero, ¿qué hay detrás de tantas palabras escritas en papel? ¿En la práctica quién termina haciéndose cargo de que la práctica les sirva a los estudiantes? ¿Cómo está resultando lo que para muchos es la primera práctica en un entorno laboral? Las experiencias recopiladas en 2023 no parecía demasiado promisorias.

Organizaciones

El Ministerio de Educación de CABA asigna a las escuelas públicas distintas organizaciones del sector público, privado, de estudios superiores o sociocomunitarios para desarrollar las ACAP. En cambio, las escuelas de gestión privada deben contactar directamente a las instituciones. En las prácticas participan 116 escuelas de gestión estatal y 326 privadas.

Los estudiantes de Filippone no fueron a la oficina de la agencia de publicidad Maco, porque, según les explicó el gerente, las empresas ahora funcionan en modalidad home office, así que las tareas eran en casa o en el aula: “Mis estudiantes no tienen formación en marketing para hacer estas tareas”, aclara. En este y otros casos, más allá de la buena predisposición, la práctica no parece tener mucho sentido. Pero tampoco la buena predisposición puede darse por garantizada.

“Cuando llegamos, la referente nos dijo que no los habían capacitado y que no tenían personal ni presupuesto para recibir a veinte adolescentes”, comenta Filippone sobre una ACAP en la Reserva del Lago de Lugano. Al respecto, explica que “el gobierno porteño tira sobre la comunidad educativa la responsabilidad de armar una propuesta pedagógica para la organización”.

Filippone, el referente ACAP, también reconoce que las experiencias son variadas y hay quienes logran aprovecharlas: “Tenemos gran cantidad de estudiantes hijos de inmigrantes y algunos son la primera generación en egresar de la secundaria. Quizás estas prácticas les son útiles para ampliar su horizonte de trabajo y oportunidades de estudio”.

Otros de sus alumnos, esta vez los que cursan la orientación en Comunicación, tuvieron la ACAP en un Centro de Monitoreo de la Policía de C.A.B.A., donde les pidieron relevar la comunicación interna y plantear ideas para hacerla más eficiente. “Tuvieron una salida didáctica para monitorear las pantallas de la policía”, cuenta Filippone a ANCCOM.

En otras escuelas las experiencias también son variadas, como si no hubiera una estructura clara. Por ejemplo, a Joaquín, egresado en 2023 del Belgrano 1 de Nuñez con orientación en Economía, le asignaron la ACAP en la Feria del Libro, en La Rura,l con una empresa de plataformas digitales educativas, Ticmas: “Vendíamos un sistema de programación para escuelas con robots y juegos, pero no tenía nada que ver con lo que veíamos en el colegio”.

“Me tocó hacer la ACAP en la Escuela Metropolitana de Arte Dramático. Mi colegio es de Lenguas, no tiene vínculo con el teatro. Asistimos por dos semanas, cinco horas cada día, a clases de Filosofía y Expresión Corporal. Mirábamos las clases en silencio”, relata Leri, estudiante de 5° de la E.N.S. en Lenguas Vivas Nº.2 «Mariano Acosta” del barrio de Almagro, con orientación en Pedagogía y Educación. «Nadie nos orientaba. No hacíamos nada», concluye.

Además, las ACAP incluyen ciclos de charlas previas a las prácticas. En 2023 y 2024, el Ministerio de Educación de CABA organizó charlas de jóvenes hackers, mujeres en el campo de la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM), y de “emprendedores” como Marcos Galperín, fundador de Mercado Libre, que contó cómo creó su empresa. “Muchos se enojaron con el de Mercado Libre, porque contó que fue a estudiar al exterior y que era muy fácil tener una empresa. No nos sentimos identificados con su historia porque él fue súper privilegiado”, cuenta Carolina.

Juan Filippone, referente de las ACAP en la Escuela N° 4 D.E. 19° de Nueva Pompeya.

Un horizonte aleatorio

Ricardo Barone, rector de la Escuela de Comercio Nº 1, Joaquin V. González de Barracas, comenta que a los estudiantes con orientación en Turismo o Economía y Administración les asignaron el Banco Santander, Todo Moda y el Consejo de la Magistratura desde 2022. Cuando comenzaron, tuvieron dificultades con la planificación, pero tras reclamos al Ministerio de Educación, mejoraron la relación con las organizaciones y tuvieron buenas experiencias. “En el Santander, pudieron profundizar sus conocimientos en administración y habilidades financieras. Las prácticas fueron muy bien organizadas”, cuenta Barone a ANCCOM.

A su escuela asisten chicos y chicas de situaciones económicas vulnerables de Zona Sur, Zavaleta, Bajo Flores o del conurbano. El rector ve muy importante a las ACAP para que “chicos que pueden ser discriminados por su origen puedan tener acceso a estos espacios laborales. Uno de mis estudiantes tuvo una entrevista en el Banco Santander después de la práctica”.

Carolina, egresada del I.E.S. Lenguas Vivas “Juan Ramón Fernandez” de Retiro en la orientación Bilingüe, realizó su práctica en 2023 en ventas y recepción en el hotel El Conquistador: “No hablábamos con los clientes. Íbamos de a cinco a la recepción a mirar en silencio. Había solo un asiento para compartir. No tenía nada que ver con mi orientación”, cuenta. Carolina también señala la falta de orientación en el hotel: «Nadie nos explicó en qué consistían las ACAP, no estaban listos para recibirnos. Cuando quedaba tiempo libre, nos llevaban al sótano del hotel y nos quedábamos cantando entre nosotros. Para mí, la práctica no sirvió para nada, no lo puse en mi currículum”, cuenta.

Carolina también tuvo una clase de orientación vocacional: “Dejaron un montón de fotos de edificios o frutas y tenías que pensar a qué te remitía para imaginar qué querías estudiar”. La estudiante agrega que la desorganización afectaba sus estudios: “No avisaban con tiempo. A veces, las fechas de las ACAP arruinaban los exámenes, porque de repente cinco personas se iban de la clase”. También menciona que en las prácticas no les ofrecían comida: “Solo un día las chicas que atendían nos compraron un budín”.

Al respecto, Barone, rector de la escuela de Barracas, comenta que ellos le hacían llegar las viandas del gobierno a la organización. “Los chicos decían que no tenían ropa adecuada para las prácticas, así que se las conseguimos. Ellos necesitan nuestro apoyo para lograr estas oportunidades”, reflexiona.

La desorganización en las ACAP también se aprecia en las necesidades de transporte de los estudiantes. Algunas instituciones quedan muy lejos de los colegios, y los adolescentes deben trasladarse por su cuenta. Filippone comenta: “El gobierno porteño no pone micros. A uno de mis estudiantes le pegaron un culatazo en la nuca y le robaron el celular mientras esperaba el colectivo para ir a la ACAP en el Instituto de la Vivienda en Lugano”. Filippone también señala que el contenido de las ACAP “está lejos de lo que enseñamos en las materias. Es muy difícil conectarlo, porque asignan la ACAP durante el año y no hay tiempo para preparar los contenidos”.

¿Motivación sin planificación?

Agustina Corica, investigadora de CONICET y del Programa Juventud de FLACSO, sostiene que las ACAP, “en teoría son interesantes. El vínculo entre la escuela y el trabajo es muy motivador para los estudiantes, ya que es un puente para conocer entornos nuevos”. Sin embargo, aclara: “La implementación está siendo muy diversa y difícil. El Gobierno de la Ciudad no está garantizando una red de acompañamiento adecuada en las prácticas, lo que desmotiva a los estudiantes”.

Por su parte, Marcelo Parra, Secretario Adjunto en la Unión de Trabajadores de la Educación cuenta a ANCCOM que “desde la implementación hubo una mejoría en la organización de las ACAP. Al comienzo, las rechazamos porque estaban vinculadas al emprendedurismo y no explicitaban procesos pedagógicos reales. No había acompañamiento real en los entornos laborales”.

Parra explica que en el último año el conflicto se apaciguó, por lo que desde UTE no realizaron un relevamiento de las prácticas en 2024. “No vemos mal que les estudiantes tengan acercamiento al mundo del trabajo y de los estudios superiores, el tema es la forma y la intención que le impone el Gobierno de la Ciudad”, aclara.

Si bien hay algunas mejoras en la organización de las ACAP en el último año, el Ministerio de Educación de la Ciudad delega toda la responsabilidad en los estudiantes, profesores, referentes, directivos y organizaciones para que resulte una experiencia pedagógica fructífera. Sin embargo, si el Gobierno porteño profundizara en la red de apoyo y capacitación para las organizaciones, estas actividades podrían ser un puente para que las y los jóvenes accedan a nuevas oportunidades laborales y universitarias para ampliar su horizonte de expectativas de futuro.

La pregunta del millón

La pregunta del millón

Se presentó el primer capítulo de “¿Cómo ganar plata?”, la serie documental ideada y conducida por Ofelia Fernández. La pieza analiza el mundo del trabajo juvenil para explicar su complejidad y contradicciones.

El martes se estrenó “¿Cómo ganar plata?”, el primer capítulo de la serie documental de Ofelia Fernández sobre las distintas formas en las que trabajan las nuevas generaciones. A lo largo de cuatro capítulos se propone hacer una radiografía de los problemas que enfrentan los jóvenes en el mundo laboral. La serie cuenta con la dirección de Agustina Claramonte, el apoyo de la fundación Fundar que se encargó del rigor técnico del proceso y el nuevo medio de comunicación Corta, que compartió el primer episodio en su canal de Youtube.

Desde las 18:00, la fila se fue armando en la vereda del Complejo Art Media, lugar donde se llevó adelante el estreno, y que también fue una de las locaciones de la serie. El interior estaba ambientado como un cine y se llenó por completo. En las paredes se colocaron carteles que decían: “Ganá plata mientras dormís”, “¿Querés ser tu propio jefe?”, “¿Y si te arriesgás y ganás?”. En las primeras dos filas, había varios elementos de oficina, computadoras viejas y teléfonos de cable, instalando una premisa sobre el choque entre lo viejo y lo nuevo en el mundo laboral.

Fernández entró al escenario presentada por Ivan Schargrodsky. Mostrando la frescura que la caracteriza y que marca el tono del documental, le dice al público: “Si alguno tenía la ilusión de venir acá a saber efectivamente cómo hacer mucho dinero, no tengo esa respuesta”. Afirma que “desde noviembre me di cuenta de que no entiendo nada. Entonces decidí salir a preguntar”. Después de los agradecimientos, comenzó la transmisión del primer episodio.

El capítulo

Fernández es clara y convoca esta vez desde la pantalla: “Los invito a dejar de negar esta crisis y les aseguro que no voy a encontrar la consigna, la síntesis que logrará volver a ponernos a todos a hablar el mismo idioma. Porque esto es mucho más complejo, pretendo rendirle honor a esa complejidad”. Fiel a su postulado, el “formato pregunta” está presente en todo el episodio, invitándonos a cuestionar en lugar de cerrar sentidos.

Para comenzar, el documental arranca con una anécdota: un abuelo le cuenta a su nieta que a su edad entró a un laburo donde pasó toda su vida hasta jubilarse, comprándose una casa y un auto. Este hecho contrasta con la experiencia de su nieta, que pasó por 25 trabajos, con eso alquila un monoambiente y ni siquiera piensa en jubilarse. Entonces Fernández se pregunta: “¿Qué hay de bueno y de malo en cada foto? ¿Hay que rearmar el mercado de trabajo que existió? ¿O hay que construir uno nuevo sobre el estallado que nos quedó en frente?”.

“Durante los últimos años advertimos: ¡vienen por tus derechos laborales! Vacaciones pagas, aguinaldo, indemnización, jubilación. Pero de repente nos desayunamos que eso no importó tanto, no asustó tanto. Porque quizás no es la realidad de la mayoría de la gente que labura. Quizás seguimos hablando como si el mundo se hubiera quedado congelado en el siglo pasado”, afirma Fernández.

“Con la realidad no hay que enojarse, hay que tratar de entenderla”, sostiene la exdiputada. Para entender cómo trabaja nuestra generación, Fernández empieza por lo más elemental: la conversación. Se acerca y habla con un ex-policía, con una trabajadora del ámbito privado, con una mesera, una influencer, una manicura, un repartidor, una profesora de educación física. ¿Por qué trabajan de lo que trabajan? ¿Cómo llegan a fin de mes? ¿Qué problemas tienen? ¿Cuáles son sus aspiraciones?

En diálogo con ANCCOM, Fernández cuenta sobre el proceso: “Es combinar una inquietud, que es el deseo de interpretar y, ojalá, representar las nuevas demandas de mi generación. En este caso particular, de esta primera pieza, de la relación con el trabajo, con el dinero”. Afirma que esta es la mejor manera de contarlo. Para elegir a los testimonios del documental, cuenta que buscó a las representaciones más genuinas de algunas categorías de trabajo: “Creo que terminó siendo bastante representativo de cuál es la foto de esta generación en ese vínculo en particular. Siento que es un tema que podría ser re denso, y que de alguna manera termina siendo relativamente esperanzador”.

“Las ideas son algo muy valioso cuando parece que todo ya está hecho”, sostiene Fernández. En contraste a los videos rápidos y cortos que predominan, la exdiputada hace una apuesta artística para transmitir su mensaje. Capta los sentires de la época y los traduce con audacia en el lenguaje audiovisual.

 

La recepción del público

Al finalizar la proyección, ANCCOM dialogó con el público. Allí estaban, por ejemplo, los periodistas Lía Copello y Matias Mowszet. Sobre sus expectativas, Copello cuenta que “El título ya era algo tentador, porque es algo que está ahí presente en todo, así que valía la pena darle una oportunidad”. Mowszet agrega: “Me imaginaba que iba a ser algo provocador, uno de Ofelia se esperaba eso, y provocó”.

Copello resalta que le “llamó mucho la atención esta conclusión de que estamos todos pensando en la plata. Me aclara y me deprime a la vez. Con algunas cosas me sentí muy identificada, con laburos que nada tenían que ver con el mío”. Mowszet se queda con la parte donde se asegura que “la discusión política está concentrada en menos del 40% de la población laboral. Todo lo que discutimos a nivel laboral, está concentrado en muy poca gente. Me parece que identifica muy bien por qué se pierden las elecciones”.

El periodista Marcos Aramburu afirma que “hay algo de ir a buscar los testimonios y no presuponer esa información, que es sorprendentemente revolucionario en estos momentos de la política. Hay algo de ir a ver a quién estás pretendiendo representar”. También destaca la puesta artística “en un momento donde todas las piezas de comunicación política que ves son de un político tratando de hacer una Bizarrap Session. Esto es como un cachetazo impresionante. Estético, artístico y conceptual”.

El primer capítulo de esta serie documental, se encuentra disponible en el canal de Youtube Corta.