“Francisco hablaba de una Iglesia con olor a pueblo” 

“Francisco hablaba de una Iglesia con olor a pueblo” 

Una militante de Católicas por el Derecho a Decidir, otra de la organización Centurión del colectivo LGTBQ+ y un activista ambientalista analizan el papado del pontífice argentino y su relación con las minorías. Su mirada sobre la casa común.

Tras su muerte, sucedida el lunes, militantes feministas, ambientalistas y del colectivo LGBTQ+ repasaron el legado del Papa, marcado por gestos de apertura, tensiones internas y un estilo pastoral centrado en el diálogo con los sectores más postergados.

La muerte del Papa Francisco generó repercusiones en todo el mundo. Consagrado como un referente más allá de la fe católica y una de las pocas personas capaces de pronunciar una voz disonante ante un arco político cada vez más inclinado hacia la derecha y enamorado del capitalismo financiero, Jorge Bergoglio supo expresar posiciones que, dentro de la institución de la Iglesia católica, con frecuencia fueron consideradas rupturistas. 

Entre sus gestos más destacados se encuentra la apertura a que las personas divorciadas puedan tomar la comunión, el apoyo a las leyes de unión civil para las personas del mismo género, la defensa del ambiente y de los derechos de migrantes y refugiados, así como sus críticas a esta etapa del capitalismo y a la explotación laboral. También supo ser abierto a los reclamos del movimiento feminista: si bien no apoyaba el sacerdocio femenino, amplió los roles de las mujeres en El Vaticano y pidió misericordia y acompañamiento para las mujeres que transitaron un aborto. 

Las mujeres

Natalia Rodríguez, co-coordinadora del área de diálogo ecumémico e interreligioso de Católicas por el Derecho a Decidir (CDD) –una organización feminista que promueve los derechos sexuales y reproductivos, incluyendo el derecho al aborto legal, seguro y gratuito– afirmó que “el papado de Francisco significó una apertura al diálogo. Abrió un poco más la cancha. Hay algunos cambios que son mínimos, según entendemos nosotras, pero Francisco se comprometió desde la denuncia y desde el pedido de reparación a las víctimas. Daba la bienvenida al laicado crítico, no obediente”. 

Rodríguez destacó que desde CDD se identifican con la llamada Iglesia Profética, surgida en los años 60 con el Concilio Vaticano II. Esta corriente, señaló, “denuncia las estructuras injustas de poder y anuncia que otro mundo es posible”, y se opone al modelo jerárquico conservador: “patriarcal y machista en relación con las mujeres y las diversidades”. Dentro de este espacio se inscriben movimientos como el de Sacerdotes para el Tercer Mundo y los curas villeros. En ese marco, Francisco asumió una impronta dialoguista. “Hablaba de una Iglesia de puertas abiertas, con olor a pueblo”, recordó Rodríguez. 

Las declaraciones del Papa sobre el aborto tuvieron matices. Por un lado, solía compararlo con “contratar a un sicario para resolver un problema”, pero también impulsó gestos de apertura. En la mirada de Rodríguez, “se abrió a escuchar lo que teníamos para decir, convocó a jóvenes que venían con una posición bastante crítica de la institución. En 2016, durante el Año de la Misericordia, Francisco llamó a los sacerdotes a absolver a las mujeres que habían atravesado un aborto y acudían al sacramento de la confesión. Si bien entendemos y tenemos argumentos para sostener que el aborto no es un pecado y, por lo tanto, no necesita absolución, también comprendemos que para muchas mujeres católicas esas palabras significaron un alivio y les permitieron volver a acercarse a su fe sin culpas”.

  • Natalia Rodriguez, de Católicas por el derecho a decidir.

 

En el documental “Amén: Francisco responde” (2023), un grupo de jovenes dialogó con el Papa sobre temas complejos para la Iglesias, como el aborto, los derechos de la comunidad LGBTQ+, el trabajo sexual, la pederastía clerical y el encubrimiento. La joven santiagueña de 23 años, Milagros Acosta, miembro de Católicas por el Derecho a Decidir, le entregó al Papa un pañuelo verde en esa ocasión. Natalia expresó lo que significó ese gesto para la organización: “fue un paso muy grande, poder acercarle de las manos de una joven, de las tantas que se pusieron el pañuelo en la mochila, que lo ataron en las muñecas y militaban con compromiso, llegar a dialogar con Francisco sobre esto fue un momento de emoción”.

Sobre el futuro del activismo católico Natalia dijo que “queda mucho trabajo que hacer hacia adentro de la Iglesia, también corremos peligro de que se quiera invisibilizar todo esto y se rescaten, como lo hizo el gobierno nacional, los posicionamientos más conservadores”. Preocupa también a los grupos activistas el nombramiento del próximo Papa: “Pienso en los movimientos populares que encontraban en el Papa un interlocutor válido que acompañaba a sus luchas. Son espacios que sufrieron mucho esa exclusión social y que fueron muy escuchados por una persona en el poder y pudieron avanzar también dentro de esa legitimación.”

Gentileza Federico Mazzochi.

La diversidad de género

“Muchas veces se sufre una doble exclusión: De la comunidad religiosa por ser LGBT y de la comunidad LGBT por ser persona de fe.”, expresó Esteban Mentruyt, co-fundador del Centurión, organización de diversidad sexual y espiritual creada en 2018. “Centu” se constituyó como un espacio para generar “encuentros reales” entre personas de fe de distintas orientaciones sexuales e identidades de género y terminó volviéndose una red de contención que también acoge la diversidad espiritual. Según Mentruyt, esta apertura al diálogo e intención de generar puentes se encuentra en sintonía con los valores que difundía Bergoglio.

“Centu nace en un contexto de pleno debate sobre la legalización del aborto. La sociedad no permitía matices, si eras creyente, entonces tenías que ser pro-vida. Y si eras de la comunidad LGBT, entonces tenías que ser pro-derecho. Nos sentíamos divididos por las dos instituciones que nos representaban y entre nosotros tampoco nos podíamos encontrar”, explicó Mentruyt. Teniendo en cuenta los orígenes y metas de la organización, Esteban enfatizó en la importancia del diálogo y de tender puentes aun y especialmente con quienes piensan distinto.

“Me parece que si Francisco hubiese conocido Centu estaría orgulloso”, afirmó su co-fundador mencionando iniciativas de inclusión que había impulsado el Papa, tales como Escolas. “Esta fundación tenía el anhelo de transformar la educación a través del encuentro y la aceptación de otras miradas, de la multiculturalidad”.

En cuanto a las enseñanzas del Papa, Esteban resaltó tres bien marcadas. La primera es que “anteponía a la persona más allá de los dogmas”. Esto se refleja en sus gestos con la comunidad LGBT ya que “si bien tenía ideas distintas, nos defendió en muchos casos y denunció la criminalización de la homosexualidad”. El joven recordó que Francisco “dijo que no era nadie para juzgar a un homosexual y criticó a los padres que echaban a los hijos de sus casas al enterarse de su orientación sexual, todo esto a pesar de haber estado en contra del matrimonio igualitario cuando era obispo de Buenos Aires. Como Papa, nos hospedaba a pesar de pensar distinto”. La segunda es que “nos incluía en los hechos, no era solo un discurso. Creo que hoy la estructura de la Iglesia Católica es mucho más inclusiva, lo ves porque hay mujeres en puestos eclesiásticos muy importantes y porque abría la puerta a todos”. Y la tercera es una “promoción de la diversidad”, entendiéndola como un factor que trae crecimiento y madurez. 

Esteban afirmó que esta promoción de la diversidad despertó reflexiones que sirvieron como brújula para ampliar el entendimiento al interior de la propia comunidad LGBT. “Nosotros ¿podemos decir todos, todas, todes? ¿o tenemos que también ganar en inclusión? A veces caemos en elitismos, en racismos, en transfobia ¿hay en la comunidad LGBT miembros de segunda clase? ¿o somos todos iguales?”, se cuestionó.

Nicolas Gallardo, de Jóvenes por el Clima Argentina. Foto: Gentileza Julieta Cabrera

La casa común

Por su parte, Nicolas Gallardo, abogado y referente de Jóvenes por el Clima Argentina, afirmó que  “el Papa Francisco, lejos de esconderse en el manto de su investidura, fue valiente y aprovechó su lugar de poder para denunciar la depredación de nuestra casa común. Y lo hizo con una fuerte impronta argentina, con una mirada desde la periferia del mundo.” Y agregó: “No se limitó a pedir por el cuidado del planeta, haciéndonos a todos igual de responsables, sino que denunció un sistema en el que unos pocos poderosos lucran con el sufrimiento de las mayorías. Puso el foco en la desigualdad en los niveles de consumo y contaminación, así como también en el padecimiento de los efectos del cambio climático, que golpea más fuerte a quienes menos culpa tienen.”

Poniendo el foco en el legado del Papa Francisco, Gallardo manifestó que “quizás lo más valioso es que nos llamó a hacernos cargo, a mirar al otro y a construir comunidad. Y nos alentó a hacer lío. Creo que es nuestra responsabilidad continuar el proceso que inició, tal y como reza uno de sus principios: el tiempo vence al espacio.”

Mientras que grupos de militancia feminista como Católicas por el Derecho a Decidir reconocieron que el mayor logro de Francisco fue que logró abrir el diálogo sobre la ampliación de derechos, desde el movimiento Jóvenes por el Clima destacaron el coraje del Papa y su “llamado a responsabilizarnos por los cambios que queremos generar”. Finalmente, referentes de la organización el Centurión, en defensa de la diversidad de género, vieron en su legado un cambio estructural dentro y fuera de la Iglesia católica. Para ellos, grandes sectores de la comunidad LGBT se sintieron “recibidos y acogidos” por el Papa, debido a sus iniciativas inclusivas y a su defensa de que “en la Iglesia hay lugar para todos, todos, todos”. 

Arte político, feminista y cooperativo

Arte político, feminista y cooperativo

En el Centro Cultural de la Cooperación se inauguró “Luchas feministas del AbyaYala”, una muestra sobre la producción de la cooperativa La voz de la mujer, un emprendimiento productivo de la Asamblea de Mujeres del MTD Lucha y Libertad de la Villa 20 de Lugano.

“Luchas feministas del Abya Yala”, la primera exposición de la Cooperativa Gráfica La voz de la Mujer con la curaduría de Laura Lina, se inauguró en el Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini. Una muestra sobre el hacer gráfico de mujeres que se comprometen, diseñan, crean y ponen el cuerpo para mantener viva la llama de la memoria y la lucha feminista.

“Esta publicación fue realizada para arder rojo en nuestra memoria y en nuestras resistencias” está escrito en tinta roja junto al fanzine que describe la Masacre de Avellaneda, con dibujos que recuerdan a los dirigentes sociales asesinados Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, que lleva estampada la consigna “trabajo, dignidad y cambio social” sobre un fondo negro, ilustrada con una piedrita sostenida por un hilo rojo. A su lado, fotografías de las primeras asambleas de mujeres en el Puente Pueyrredón, un cuaderno cosido a mano con un grabado de Norita Cortiñas en su tapa, y herramientas de grabado sobre la mesa. Sobre ella, están desplegados los xilobordados que atraviesan toda la sala. Se trata de una técnica que consiste en bordar arriba de la xilografía y que, en su reverso, permite ver el trabajo que hay detrás de cada puntada. 

En cada pieza, distintas imágenes de luchadoras feministas desde el Abya Yala hasta el Kurdistán y palabras significativas en sus luchas quedan al descubierto. Sakine Cansiz, Fidan Doğan, Leyla Şaylemez, tres generaciones de mujeres kurdas asesinadas en 2013 en París, Maite Amaya, militante piquetera travesti y anarquista cordobesa fallecida en 2017, Lolita Chávez, sanadora ancestral guatemalteca e integrante de Feministas del AbyaYala, y Norita Cortiñas como “madre de todas las batallas”, son algunas de ellas. Memoria, virtud, resistir, recuerdo, igualdad y justicia, algunas de las palabras elegidas.

Laura Lina es licenciada en Artes y forma parte del Departamento de Ideas Visuales y el Espacio de Géneros del Centro Cultural de la Cooperación. En diálogo con ANCCOM, la curadora de la muestra comenta que “en verdad, figura mi nombre pero casi podría decirte que también es una curaduría conjunta porque muchas de las decisiones las tomamos con las chicas en el montaje. Partiendo de la base de este arco que ellas habían armado de mujeres del Abya Yala, armamos un posible guion”. Y agrega : “Son muchas manos las que trabajan en una imagen. También era lindo desde la curaduría pensar en esa misma lógica, de trabajar en conjunto. Esta es la primera exposición de ellas”.

Las imágenes están producidas colectivamente por las mujeres que conforman La Voz de la Mujer, un emprendimiento productivo de la Asamblea de Mujeres del MTD Lucha y Libertad de la Villa 20 de Lugano (Buenos Aires), que se dedica a la producción gráfica mediante diferentes técnicas y a la elaboración de agendas artesanales, calendarios, collages, fanzines de poesía, cuadernos, afiches, xilobordados.Desde sus comienzos en 2012 fueron incorporando distintas técnicas como el grabado, que luego se convirtió en su lenguaje de expresión preferido al ser una técnica muy noble por las posibilidades que permite. Hacer el boceto, pasarlo a la matriz (madera o linóleo), tallar mediante incisiones, entintar e imprimir sobre el papel o la tela,les permite diseñarestampas que fortalecen su producción colectiva, en la que recrean sus vidas de mujeres migrantes, trabajadoras y luchadoras populares. La cooperativa está compuesta en su gran mayoría por trabajadoras migrantes de Bolivia y Paraguay.

Con la actual crisis social, de discriminación y precarización laboral, tuvieron que tomar muchísimos más trabajos para mantener a sus familias sin descuidar su hacer gráfico. Los distintos orígenes de cada una y el intercambio de experiencias les permitió, por ejemplo, aprender unas de otras diferentes técnicas como el grabado y el bordado. Esto llevó a la incorporación de los hilos, a la combinación de colores, a intercambiar experiencias de los puntos con el fin de transmitir la vida del movimiento y de la asamblea de mujeres, y sus vivencias como mujeres, luchadoras, feministas y piqueteras.

María Eugenia Lara, una de las integrantes y artistas de La Voz de la Mujer expresa que “el compartir entre nosotras las ideas y las experiencias es muy enriquecedor porque además de aprender la técnica del grabado encontramos la manera de multiplicar el mensaje que queremos dar. Las charlas se dan en un contexto muy agradable que tiene que ver con los colores, las texturas, los distintos materiales y la creatividad”.

La elección y la configuración, formal y conceptual, de cada una de las imágenes es construida mediante un proceso de decisiones conjuntas en formato horizontal y asambleario. Muchas de estas referentas, algunas con nombre propio y otras en términos grupales, no solo son reconocidas por las diferentes gestas llevadas a cabo en su territorio sino también por su capacidad de movilizar las subjetividades de cada una de las mujeres que componen la cooperativa en tiempo presente.

“Nuestras imágenes y nuestras luchas son parte de un mismo camino. Significan nuestro hacer y reflexionar cotidiano. Que sean del AbyaYala, del Kurdistán y también de Palestina significa que las luchas se van ampliando, internacionalizando y para nosotras tienen un eje común que tiene que ver con la liberación de las opresiones, la rebelión contra el sistema capitalista, el racismo, el patriarcado, la xenofobia, todas cosas que se viven de manera muy fuerte en nuestras vidas cotidianas”, reflexiona Lara.

Es importante destacar que las imágenes de la exposición son intervenciones en lo cotidiano, ya que también se pueden encontrar en agendas, stickers, gráficas en la calle y estampas. Resignificar saberes previos y las experiencias de cada una es el punto de partida de cada imagen y marca el paso a paso del trabajo colectivo. “Nos gustaría que la gente se lleve la sensación de que el arte es una forma de denuncia y que está presente en cualquier espacio, que conozcan nuestras realidades, que nos vengan a visitar, que puedan sentir que lo que ven ahí forma parte de las vivencias de resistencias cotidianas” comenta Lara.

Por su parte, Lina menciona:“Para mí es importante que figuren los nombres de quienes componen la cooperativa. No porque laburen individualmente, sino porque aunque trabajen en conjunto tienen un nombre y muchas cosas para decir.Es un trabajo grupal pero hecho por mujeres que le están poniendo el cuerpo”.

No es una tarea fácil, pero ellas resisten y encuentran en la cooperativa un espacio de trabajo, acompañamiento y disfrute. “Ser mujeres migrantes, latinoamericanas y precarizadas significa ser parte de todo un sistema que nos oprime y que al mismo tiempo sostenemos, porque nuestra vida está muy atravesada por una economía del cuidado, por una sostenibilidad de la vida que llevamos adelante desde nuestras relaciones y vínculos más cercanos, y que también cuestionamos permanentemente”, explica Lara. Y concluye que “nuestra forma de trabajo es una forma de vida entonces buscamos encontrarle la manera de que podamos seguir con nuestras vidas cotidianas que son cada vez más difíciles, sosteniendo estos cuidados que son cada vez más grandes, y también nuestras libertades, encuentros, debates, charlas, y que podamos tener una economía que nos permita vivir dignamente”.

“Luchas feministas del AbyaYala” puede visitarse de lunes a viernes de 12:00 a 20:00 y los sábados y domingos de 14:00 a 22:00, en el Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini, ubicado en Avenida  Corrientes 1543, Buenos Aires, con entrada gratuita.

 

10 años de feminismos: De la marea verde a la resistencia

10 años de feminismos: De la marea verde a la resistencia

En esta década la militancia por los derechos de género y disidencias ganó la calle y numerosas conquistas. Pero en el último año el péndulo viró hacia el otro extremo y hubo que volver a las trincheras ante el avance anti-woke.

En marzo de 2015, en un contexto de transformaciones profundas y debates intensos sobre género, nació ANCCOM. A lo largo de esta década, ha acompañado hitos como la sanción de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, la Ley de Identidad de Género y la Ley de Cupo Laboral, además de la creación del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad. Sin embargo, también ha sido testigo del desmantelamiento de muchas de estas conquistas.

Luci Cavallero, docente, investigadora y activista de Ni Una Menos, analiza el presente y los desafíos que enfrenta el movimiento feminista. «A pesar de las conquistas logradas, el contexto actual impone nuevas resistencias», señala. Entre ellas, menciona la eliminación o reducción de programas clave de asistencia, como la Línea 144 y el Plan ENIA. «El acceso a la interrupción voluntaria del embarazo enfrenta más obstáculos, porque además del marco legal, es crucial contar con recursos y presupuestos adecuados», advierte.

Cavallero subraya que la crisis económica intensifica la violencia de género. «Hay un malestar generalizado que se traduce en un aumento de la violencia en todas sus formas: entre varones, de varones contra mujeres y en el ámbito doméstico», explica. En esta realidad, sostiene que el Estado no solo desarticula políticas públicas, sino que con sus discursos «desinhibe la violencia social y legitima ataques hacia mujeres, lesbianas, travestis y maricas».

Frente a estos retrocesos, el movimiento feminista busca reorganizarse. «No se trata solo de reivindicar fechas, sino de articular con otros sectores, como trabajadores, jubilados y defensores de la salud pública», afirma Cavallero, y concluye: «Es necesario fortalecer los espacios colectivos y expandir alianzas».

Una de las luchas urgentes dentro de estos espacios es la de la comunidad trans, el sector más excluido del sistema laboral y con menor acceso a derechos básicos: «No hay ninguna política pública para la comunidad trans, no solo en la cuestión laboral, sino tampoco en función de la salud y los procesos de hormonización», subraya Claudia Vásquez Haro, presidenta de Otrans y primera mujer trans migrante en recibir el DNI. La Ley de Cupo Laboral Travesti Trans fue un avance significativo, pero su implementación sigue siendo irregular y depende de la voluntad política de cada gobierno. «Los derechos requieren de la acción concreta del Estado, que garantice condiciones de igualdad, reconociendo las vulnerabilidades de los sectores más desprotegidos», enfatiza.

En junio de 2024, el gobierno de Milei disolvió el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, responsable de prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres. Además de los despidos masivos, se desfinanciaron políticas nacionales que brindaban apoyo a mujeres y diversidades en situación de violencia, como el Programa Acompañar. “Muchas víctimas dependen económicamente de sus agresores, y este programa les permitía salir de hogares violentos. Actualmente, hay muy pocas nuevas beneficiarias”, refería la trabajadora social Luján Tramanzoli, hace unos días, en diálogo con ANCCOM.

Martha Linares, exdirectora nacional de Asistencia Integral a las Víctimas de Violencia por Razones de Género, alerta sobre las graves consecuencias de esta desarticulación: “El aumento de femicidios es una de ellas, pero también la eliminación de la Línea 144, que brindaba orientación anónima sin necesidad de denuncia”.

El 8M de 2025 fue una expresión masiva de rechazo a la destrucción de las políticas de género. 

 

Tanto para Linares como para Claudia Vásquez Haro, las políticas de género no deberían depender de un gobierno, sino ser un compromiso del Estado. «Hoy tenemos una gestión que desconoce la problemática y busca eliminar figuras clave como el femicidio del Código Penal». Ante este panorama, opina que la resistencia debe ir más allá de frenar políticas regresivas: «Si volvemos a tener un gobierno popular, necesitamos un Ministerio de Mujeres con más alcance que el anterior».

«No podemos permitirnos empezar siempre desde cero. En los momentos más difíciles, debemos golpear juntas y discutir cómo evitar que lo logrado se transforme en un retroceso dentro del propio movimiento», agrega Linares, a la vez que destaca la necesidad de unidad política y acción concreta. «Uno de los aspectos más importantes es no perder la capacidad de desordenar la política y generar espacios de encuentro intergeneracionales. Las nuevas generaciones deben tomar la posta, pero sin perder de vista las experiencias acumuladas por las generaciones anteriores».

«El feminismo no surgió en 2018 con los pañuelos verdes y el glitter –remarca Linares–. Se construyó a partir de años de organización y lucha”. En ese sentido, reivindica el rol de las organizaciones políticas, sindicales y comunitarias como pilares fundamentales para la resistencia y el cambio estructural. «No se trata solo de resistir, sino de transformar las estructuras que perpetúan la violencia y la exclusión», concluye.

Las mujeres salieron a la calle y denunciaron las políticas machistas del gobierno

Las mujeres salieron a la calle y denunciaron las políticas machistas del gobierno

Miles de mujeres y disidencias marcharon desde el Congreso hasta la Plaza de Mayo para enfrentar el desmantelamiento del sistema de protección de víctimas de violencia de género, y contra el discurso y práctica patriarcal del Gobierno nacional.

En el marco del Día Internacional de la Mujer, fueron miles las mujeres y disidencias que se hicieron presentes en distintos puntos de la República Argentina. En la Ciudad de Buenos Aires, la movilización fue convocada a las 16 bajo la consigna: “Paro internacional transfeminista, antirracista, antifascista, antipatriarcal y anticapitalista”. Comenzó en el Congreso de la Nación y culminó en la Plaza de Mayo.

Media hora después, por las intersecciones de Avenida de Mayo y Lima comenzó a desplazarse la primera cabecera hacia Plaza de Mayo al grito de “¡Unidad de las trabajadoras!”. Allí estuvieron personalidades de la política como Romina Del Plá y Vanina Biasi, diputadas del Frente de Izquierda. También la exministra de género, Elizabeth Goméz Alcorta.

Victoria Aguirre; vocera nacional y co-coordinadora del Observatorio de mujeres, disidencias y derechos de Mumalá dijo que marchó por la reivindicación de los derechos laborales y la precarización, agregó: “También por aquellas mujeres que sostienen hogares monoparentales, en Argentina es casi un 70 por ciento.. Por las 48 víctimas de femicidios en lo que va del año y los 182 intentos de femicidios”. Y concluyó, que desde el Observatorio se registró un femicidio cada 29 horas y un intento de femicidio cada 8.

 

Horas antes de que las calles sean colmadas, en la cuenta de Casa Rosada de X, el Gobierno nacional publicó un video por el Día Internacional de la Mujer. En el, son críticos con el gobierno de Alberto Fernández por la creación del ex Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad; “la ideología de género” y “la cultura woke”. En las imágenes se agregó además que en la gestión de Javier Milei durante 2024, “los homicidios de mujeres cayeron un 20%” omitiendo la figura penal de femicidio.

 

A raíz de este vídeo, Aguirre calificó al Gobierno como “mentiroso” y “promotor de violencia” dado que según la vocera, en ningún lugar de ese posteo hubo una intención de reacondicionar la situación de las mujeres y las disidencias por eliminar las violencias. Sino que hizo todo lo contrario: fomentó el odio hacia las feministas y diversidades, “como si nosotros fuésemos el problema coyuntural del país. El problema es el hambre, las políticas de ajuste y el desempleo”.

 

Mientras las horas transcurrían, los reclamos al ritmo de tambores y gritos eran los mismos: reducir la brecha salarial que actualmente es de un 27% según el INDEC; “dejen de matarnos por el simple hecho de ser mujeres”, en relación al registro de un femicidio cada 29 horas; el hogar es el lugar más peligroso para las mujeres y niñas. Según UFEM en Argentina el 73% de las víctimas conocía a su agresor. De igual modo se reclamó la presencia de mujeres en puestos políticos y empresariales relevantes y la garantia del aborto legal seguro y gratuito según la ley 27.610.

Los feminismos en tiempos de Milei

Los feminismos en tiempos de Milei

Este 8 de marzo encuentra a los feminismos como uno de los blancos predilectos del Gobierno. ¿Qué consecuencias tienen esas políticas? ¿Cómo se enfrenta esta situación?

En este segundo año de mandato del presidente Javier Milei y en un contexto de creciente crisis económica, ¿qué particularidades tendrá esta edición de la marcha del 8M? ¿Cómo afecta la crisis a las mujeres y disidencias? ¿Qué rol ocupan los feminismos en este escenario?

Para responder a estas preguntas, ANCCOM salió a conversar con referentes de distintos ámbitos: Luci Cavallero, representante del movimiento Ni Una Menos; la socióloga y periodista especializada en estudios de género, Danila Saiegh; Luján Tramanzoli, trabajadora social del Juzgado Nacional Civil de Familia, y la filósofa Roxana Kreimer, quienes ofrecen un panorama sobre los desafíos y las luchas que marcarán este 8M y el movimiento feminista contemporáneo.

Contexto

En junio de 2024, el gobierno de Milei disolvió el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, responsable de prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres. Además de los despidos masivos, se desfinanciaron políticas nacionales que brindaban apoyo a mujeres y diversidades en situación de violencia, como el Programa Acompañar. “Muchas víctimas dependen económicamente de sus agresores, y este programa les permitía salir de hogares violentos. Actualmente, hay muy pocas nuevas beneficiarias”, explica Tramanzoli.

“La crisis económica agravó la vulnerabilidad de las mujeres a quienes acompañaba esa política. Ahora enfrentan mayores dificultades para acceder a alimentos, vivienda digna y cuidados para sus hijos”, sostiene. Sin alternativas, muchas deben seguir conviviendo con sus agresores. “Veo mujeres que presentan denuncias de violencia, pero, ante la falta de recursos y la ausencia de políticas de apoyo, terminan regresando a la convivencia porque no encuentran otra forma de subsistir”, agrega la trabajadora social. Cavallero, referente de Ni Una Menos, coincide con lo que Tramanzoli observa en su tarea cotidiana: “La crisis impacta haciendo que las mujeres tengan menos opciones para salir de los hogares donde hay violencia por razones de género”.

Además, “con este programa de ajuste brutal y shock neoliberal, donde el Estado se está retirando de la provisión de salud y educación, y se producen despidos masivos en las políticas públicas, las mujeres están absorbiendo todo este ajuste con el trabajo no remunerado, con tareas domésticas y de cuidado”, afirma Cavallero.

Por otro lado, Kreimer, quien se reconoce como “feminista crítica del feminismo hegemónico y del hembrismo”, suele señalar algunos sesgos que, en su opinión, dificultan la lucha que llevan adelante las mujeres. Por ejemplo, plantea una duda sobre si las mujeres sufren más la crisis que los hombres: “El único estudio cuantitativo que encontré le pregunta a las mujeres, pero no a los hombres, cómo las perjudica la crisis económica”, comenta, refiriéndose a una investigación del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana de Rosario. “El problema es que en la mayoría de los estudios con orientación feminista no se compara con lo que le ocurre a los hombres y se saca la conclusión de que a las mujeres las afecta más que a ellos. Incluso se habla de feminización de la pobreza”. Además, añade que en general a la pregunta de cómo afecta la crisis a las mujeres, se responde con “opiniones y la opinión es el escalón más bajo del conocimiento”, subraya.

El feminismo hoy

¿Cómo se sigue en este momento, con un feminismo ajustado y utilizado como chivo expiatorio? Tramanzoli propone que “se debe seguir luchando por los derechos conquistados. No podemos darlos por sentado, porque este gobierno avanza contra ellos. También es fundamental reconstruir los que ya fueron eliminados en este primer año de gestión mileísta”.

Asimismo, plantea la organización popular como alternativa: “Es importante también organizarse desde los márgenes de la institucionalidad y construir respuestas frente a la desprotección”. Si bien propone que debería ser tarea del Estado, señala: “Para este gobierno, impedir la violencia contra mujeres y diversidades dejó de ser una prioridad. Frente a esta realidad, el feminismo debe encontrar soluciones desde la organización popular”.

Por otro lado, Cavallero afirma: “El feminismo tiene un rol fundamental en la resistencia de la ultraderecha, porque propone un modelo completamente alternativo a la idea del individualismo y la violencia”. Así, explica que el feminismo pone en valor el cuidado, la interdependencia y el trabajo comunitario, que contrasta con las políticas del gobierno actual.

También subraya la importancia del feminismo en la construcción de alianzas: “Esto queda demostrado cada 8 de marzo, donde somos casi el único movimiento que puede mostrar una unidad de todas las fuerzas políticas en la calle. Es necesario hacer alianzas transversales donde aparezcan otros sujetos y sujetas políticas que también están en conflicto con este modelo”, sostiene. Para Cavallero, el feminismo tiene que dinamizar las alianzas políticas para enfrentar a este modelo y plantear una oposición, aunque reconoce que hay que hacer ajustes de estrategias para este nuevo tiempo.

“Tenemos que plantear más que nunca que el feminismo es una política de masas –susbraya-, no es un partido, no es un ghetto, no es un movimiento de efemérides, es un movimiento que está al interior de todas las luchas que dan nuestros pueblos”. En ese sentido, Saiegh plantea: “Creo que, en términos concretos, no hay tal partido del feminismo. Las feministas y los feminismos somos un montón de mujeres y disidencias viviendo nuestra vida, tratando de llegar a fin de mes”.

Para Tramanzoli, es imprescindible proteger la vida: “En nuestro país se produce un femicidio cada 35 horas. Si bien los desafíos son muchos y complejos, me parece que la problemática de la violencia de género y en especial en su modalidad doméstica, necesita por parte del feminismo respuestas urgentes”, plantea.

Para Kreimer, el feminismo debería dialogar con los grupos mileístas, ya que proponen algunas ideas que, según ella, podrían beneficiar a la sociedad. Entre ellas, señala, la necesidad reformar un sistema judicial sesgado contra los hombres, cómplice de falsas denuncias y violatorio de garantías constitucionales y de revisar las variables en la investigación de la brecha salarial.

¿Por qué la ultraderecha tomó de “enemigo” a los feminismos?

Saiegh apunta que “el feminismo no es un partido en el que podamos militar y ganar elecciones”, pero aun así se ha convertido en un enemigo para la ultraderecha debido a su capacidad de cuestionar el poder. Expresa que los feminismos han comenzado a interpelar “algunos lugares de poder, algunas narrativas que sostenían a los varones heterosexuales en los lugares de poder” y que, aunque ese cuestionamiento fue mínimo, bastó para generar una reacción violenta.

Cavallero complementa esta idea al señalar que el feminismo no sólo desafía estructuras simbólicas, sino también económicas y políticas. “El protagonismo feminista propone una forma de resolver la reproducción de la vida que va directamente en contra de este modelo individualista y violento que propone la ultraderecha”, sostiene. Expresa que la derecha responde con hostilidad porque el feminismo “antagoniza de manera muy concreta con este modelo de extractivismo, endeudamiento y concentración de la riqueza”.

Además, Cavallero señala que la ultraderecha recurre a la estigmatización para desviar los conflictos sociales. “Necesita generar una división al interior de la clase obrera para que el conflicto social nunca vaya hacia los de arriba”, afirma explicando por qué los feminismos y otros movimientos, como el de migrantes, son convertidos en enemigos. En este sentido, lo que la activista describe como una reacción neofascista contra el avance feminista también se inscribe en una estrategia más amplia: la derecha necesita fabricar adversarios internos para sostener su modelo de poder y concentración de riqueza.

La postura de Kreimer sigue una dirección diferente. Según ella, la respuesta ante el feminismo se debe a que “en general, apoya la violación de garantías constitucionales, como el principio de inocencia o la igualdad ante la ley, cultiva un victimismo que nos convierte en eternas menores de edad y descalifica los problemas de género que padecen los hombres, como si estuvieran compitiendo para ver a quién le va peor”.

¿Cómo interpelar a las juventudes?

Saiegh señala que “los feminismos no tienen la obligación de salir a conquistar militantes como lo hace un partido político”, el desafío es convencer a los dirigentes de que sus demandas son importantes. Desde su perspectiva, una tarea importante es darle sentido político a las experiencias de los jóvenes. “Por ejemplo, que una chica pueda interpretar su relación con la libertad y el deseo, la posibilidad de estudiar, votar, ser votada, ser presidenta, legisladora, dueña de una empresa o arquitecta”, expresa.

Además, sostiene que esta tarea de interpelación no es exclusiva del feminismo, sino que es parte de un desafío mayor: acercarse a quienes dicen no interesarse en la política y recuperar la exigencia de derechos al Estado. “Hay jóvenes que creen que su existencia se explica por la libertad en el mercado, como si el Estado, en términos políticos e históricos, no tuviera nada que ver con ellos”, advierte. Según su visión, esta desconexión se profundizó tras la pandemia.

Cavallero, en cambio, enfatiza la necesidad de construir un movimiento intergeneracional que convoque a los jóvenes y se organice en distintos espacios. “El feminismo tiene que acercarse y seguir haciendo un movimiento intergeneracional”, sostiene. Considera clave definir “cuáles son los vectores de politización y cuáles son las alternativas que propone el feminismo”. Para ella, el feminismo debe ofrecer respuestas concretas sobre el cuidado, las finanzas y el acceso a la vivienda. “Seguir teniendo un movimiento capaz de organizarse en escuelas, en universidades, en lugares de trabajo, es muy importante”, expresa.

La movilización por el 8M en 2025 se enmarca en un contexto de recortes estatales, crisis económica y un gobierno que desestima las políticas de género. Más allá de las diferencias internas, lo que parece quedar claro es que el feminismo sigue siendo un actor político clave en el escenario actual. En Argentina la violencia de género sigue cobrándose vidas y jornadas de lucha como el #8M son un espacio de debate, encuentro y resistencia, que sigue colocando en el centro las demandas de las mujeres y diversidades por una sociedad más justa.

Este 8M, la marcha comenzará a las 16:00 hs en Plaza de Mayo, bajo el lema «contra el hambre, el saqueo y la crueldad».