La otra alfombra roja

La otra alfombra roja

En la conmemoración del 47 aniversario de la Masacre de San Patricio se exhibió la alfombra que formó parte del escenario en donde cinco curas palotinos fueron asesinados por la dictadura cívico militar. El riesgo de que la biología deje el delito impune.

¿Cómo termina una alfombra roja colgada en una pared? Es 4 de julio y en la parroquia de San Patricio, ubicada en el barrio porteño de Belgrano, cuatro personas llevan, después de una misa, una alfombra roja desde el altar hacia un oratorio lateral. Ese paño formó parte de la escena de una masacre, 47 años atrás. Lo que después se llamó la masacre de San Patricio, el atentado más sangriento que sufrió la iglesia católica en Argentina en manos del terrorismo de Estado.

Los cuerpos sin vida de cinco religiosos de la orden palotina fueron encontrados ese dia junto a dos mensajes pintados en las paredes: “Estos zurdos murieron por ser adoctrinadores de mentes vírgenes y son MSTM” y “Por los camaradas dinamitados en Seguridad Federal. Viva la Patria”.

“Estos zurdos” eran Alfredo Leaden, Pedro Dufau, Alfredo Kelly, Salvador Barbeito y Emilio Barletti y fueron asesinados en la casa parroquial de San Patricio durante la última dictadura cívico-militar-eclesiástica en la madrugada del 4 de julio de 1976. Para perpetrar el crimen se utilizaron cuatro pistolas semiautomáticas estilo “Browning” (9 mm) y otra tipo ametralladora de dos cargadores según la pericia realizada por la Prefectura en 1977.

Desde la primera denuncia hasta hoy pasaron: el pedido de clausura de la causa entre mayo y julio de 1977 por el fiscal Strassera, el posterior sobreseimiento, la vuelta a la democracia y la reapertura de la causa en 1984 por el juez Néstor Blondi a pedido del Padre Cornelio Ryan, las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, la conexión con la megacausa Esma, los jueces Sebastián Casanello y Daniel Rafecas, entre otros. Hoy, el colectivo Palotinos por la Memoria, la Verdad y la Justicia junto a muchos integrantes de la comunidad temen porque la indefinición de la causa derive en la impunidad biológica de los responsables.

“Nosotros seguimos sin bajar los brazos. El panorama es desalentador. Si la causa no avanza vamos hacia la impunidad biológica. Con suerte lo único que nos va a quedar es un juicio por la Verdad.” dice Ramiro Varela, referente del colectivo Palotinos por la Memoria, la Verdad y la Justicia.

Las hipótesis sobre los autores materiales que barajaron antes y ahora quienes luchan por la memoria, la verdad y la justicia, tienen que ver con el origen del grupo de tareas que ejecutó la masacre: si el origen fue la ESMA, un grupo proveniente de la Superintendencia de Seguridad Federal o una mezcla de ambos. En ese sentido, algunos hechos de violencia como la masacre de Fátima o fusilamiento de un militante en pleno Obelisco esa misma madrugada en presunta represalia por la bomba puesta en un comedor de la sede policial en Moreno 1431, bomba a la que hace referencia una de las pintadas encontradas en la escena de la masacre, hacen pensar que el grupo de tareas tiene que ver con la Superintendencia de Seguridad Federal. Testimonios de sobrevivientes de la ESMA y la cercanía territorial hacen que no se descarte la participación de un grupo de tareas proveniente de ese centro clandestino de detención, tortura y exterminio.

El diputado nacional Daniel Arroyo, presente en la ceremonia junto a organismos de Derechos Humanos, autoridades del Ministerio del Interior y el propio Ministerio de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, habló con ANCCOM y dijo que “hace 40 años recuperamos la democracia y ese es un valor que, de acá en adelante, tiene que perdurar siempre. Se pueden discutir muchas cosas en Argentina, si les gusta el gobierno o no, si está bien o mal, no se puede discutir la democracia. La democracia significa que nadie se puede meter en tu casa, nadie te puede hacer desaparecer.”

 En la misa por los 47 años de la masacre hay militantes y religiosos: en el gesto siguiente al terminar el sermón del Obispo Monseñor Enrique Eguía Seguí, los militantes aplauden y los religiosos reflexionan. La conjunción de dos universos simbólicos tan potentes como la política y la religión se condensa en esa disputa de sentido entre quienes llamaron marcha y quienes llamaron procesión al trayecto realizado desde la Ex Ema y hasta la parroquia San Patricio en ocasión de los 40 años de la masacre. 

“Es imposible no politizar un crimen de Estado, está totalmente atravesado por la política.” subraya Ramiro Varela. El hecho político de la jornada es la alfombra puesta de pie. Una alfombra con agujeros de pistolas 9mm que le da fondo a los retratos de los cinco religiosos asesinados, le da contexto a las caras. Con la deuda pendiente. Porque a pesar de la repetición, la frase no pierde vigencia: Memoria, Verdad y Justicia.

 

 

 

 

Obreros por la identidad

Obreros por la identidad

Las Abuelas de Plaza de Mayo junto a la Intersindical de Derechos Humanos lanzaron la campaña Identidad en Lucha. El objetivo es fortalecer el mensaje y la búsqueda de nietos y nietas apropiados en la última dictadura cívico militar.

Identidad en Lucha es una campaña que tiene sus antecedentes en Rosario. Consiste en un conjunto de actividades de difusión y comunicación estratégica enfocadas en fortalecer el trabajo de Abuelas de Plaza de Mayo para la búsqueda de nietos y nietas desaparecidos por la última dictadura militar. La organización es en conjunto con más de cincuenta sindicatos y gremios de toda la Argentina.

Durante el acto de lanzamiento, este martes en la Casa por la Identidad de Abuelas en el Espacio Memoria y Derechos Humanos (ex Esma) estuvieron presentes Miguel Santucho, quien busca a su hermano nacido en cautiverio, los nietos y nietas retituidos, Guillermo Roisinblit, Claudia Poblete y Sabrina Valenzuela Negro. A su vez, llegaron representantes de los sindicatos y gremios como Patricia Romero Díaz (SUTEBA), Florencia Méndez (APUBA), Carlos Monestes (UTE CTA) y Florencia Chiappetta (Foetra). Las abuelas Estela de Carlotto y Buscarita Roa estuvieron presentes a través de un video.

“Esta campaña tiene una particularidad que son los interlocutores específicos: los delegados y compañeros que han asumido un papel protagónico en la lucha de los trabajadores”, dice Sabrina Valenzuela Negro, quien impulsa la campaña desde Abuelas. Agrega que la intención es visibilizar cómo la lucha de la clase trabajadora por conquistar derechos se hermana con la lucha de Abuelas por reconstruir la identidad de “nuestro” pueblo. “Hasta que no aparezca el último nieto y nieta la identidad de todo nuestro pueblo está modificada”, subraya.

La clase trabajadora ha levantado históricamente las banderas de las luchas de Abuelas de Plaza de Mayo como sector de la sociedad fuertemente perseguido por la última dictadura cívico militar. “En las estadísticas del informe Nunca Más encontramos que el 30 por ciento de desaparecidos y desaparecidas está compuesto por la clase trabajadora organizada”, comenta Valenzuela Negro. 

«El objetivo es replicar esta campaña al interior de nuestros lugares de trabajo reivindicando la memoria e identidad como ejes en la construcción colectiva», destaca el secretario de derechos humanos de AGTSyP, Miguel «Pipí» González. El sindicato ya inició gestiones para que las pantallas de televisión de las estaciones de subte pasen el último spot televisivo de Abuelas.

La campaña tiene como objetivo continuar la lucha por una identidad argentina que se construya desde la soberanía, la inclusión y la justicia social. Las Abuelas -sostiene Valenzuela Negro- son parte del imaginario argentino y “nos han enseñado una manera de hacer con el otro de forma amorosa y sin bajar los brazos. Han logrado que todos nos sintamos partícipes e interpelados en y con esa lucha”, describe.

«Es llevar la memoria al presente», comenta el subsecretario de Relaciones Intersindicales de la Asociación del Personal Superior de Empresas de Energía (APSEE), Javier Juárez, destacando el vínculo «natural» entre los organismos de defensores de derechos humanos y obreros. «Creemos firmemente que, sin una patria mejor, una patria justa, libre y soberana, no hay memoria, verdad y justicia», resume.

La campaña Identidad en Lucha está en marcha oficialmente y tendrá sus primeras actividades durante el mes de junio y julio desde la organización de Abuelas de Plaza de Mayo. Sin embargo, Valenzuela Negro resalta que “como sucede siempre con las campañas, uno sabe dónde empiezan, pero nunca dónde terminan”.

«Retratar el horror siempre es muy difícil»

«Retratar el horror siempre es muy difícil»

La muestra Destino final expone 20 años de trabajo del documentalista y fotógrafo Giancarlo Ceraudo sobre la dictadura argentina y sus vuelos de la muerte.

El fotógrafo italiano Giancarlo Ceraudo dedicó dos décadas de su vida a documentar en su proyecto Destino final los horrores de la última dictadura militar argentina. La muestra, de fuerte impacto visual, se exhibe en el Centro Cultural Kirchner (CCK) con el objetivo de impulsar una “memoria activa” sobre lo acontecido.

Los aviones son el símbolo de los vuelos de la muerte, sus fotografías son el eje central de la exposición. En total fueron halladas cinco naves utilizadas con fines de exterminio. Dos de ellas se encontraban en las ciudades de Buenos Aires y Bahía Blanca, y las otras tres en Inglaterra y Estados Unidos. Ceraudo enfatiza que sus imágenes no solo abordan la cuestión de los vuelos, sino que estos son un engranaje fundamental para retratar el terrorismo de Estado.

La trayectoria de Ceraudo incluye la documentación de diferentes acontecimientos ocurridos en Latinoamérica y reconoce que al llegar a la Argentina rememoró momentos de su niñez. “Mi papá tenía un amigo piloto en un aeropuerto municipal de Roma. Me llevaba a ver los aviones y sobrevolar la ciudad, lo cual para mí era un sueño. Esas experiencias formaron parte de la decisión de lo que quería hacer en la vida”.

Siempre se sintió atraído por investigar sobre el nazismo, los campos de concentración e incluso las biografías de los genocidas. Mientras estudiaba Antropología en la universidad, despertó su pasión por conocer la historia de América latina. “A partir de eso me enteré de las dictaduras en el continente. La película Garage olimpo, dirigida por Marco Bechis, marcó un punto de inflexión en mi vida, ya que pude construir una visualización de lo que realmente había sucedido durante esa etapa. Me empecé a preguntar: ¿dónde están los aviones de los vuelos de la muerte? Fue en esa pregunta en donde encontré un hueco en el que residía un vacío”.

Ceraudo se desempeñó como reportero gráfico durante el estallido de la crisis del 2001. Luego decidió quedarse en el país para indagar más profundamente sobre la dictadura, por entonces “una herida abierta” debido a la vigencia de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, que serían derogadas en 2003. “Allí me di cuenta que todavía ese período histórico estaba muy vivo y presente y que había mucho para contar”. Ceraudo se involucró con testigos, sobrevivientes y diversas fuentes, lo cual lo hizo desarrollar una empatía y un conocimiento a fondo del tema.

“Llegué a Miriam Lewin (periodista y sobreviviente de la ESMA) a través de un periodista norteamericano. Era una fuente importante para continuar con mi investigación ya que ella había vivido en carne propia los horrores de la dictadura”. Lewin fue central en el proyecto fotográfico. Ceraudo acudió a ella con el mismo interrogante sobre los aviones. “Cuándo le propuse buscar objetos que retrataran el período dictatorial ella se dio cuenta que con esa historia podría volver sobre su propia historia. Aquel fue el lugar que encontró para volver sobre su experiencia misma como periodista”. La colaboración de Lewin le permitió a Ceraudo emprender la búsqueda de los aviones, a partir de lo cual construyó un proyecto fotográfico de varios años que circunscribe desde la primera hasta la última fotografía realizada. Y enfatiza: “No se mantiene una atención narrativa constante por 20 años, sino que hay un punto en el que esto se convierte en parte de tu vida”.

“Para un fotógrafo –agrega–, retratar la memoria no es fácil, e incluso llega a ser frustrante, porque nuestro trabajo es muy dinámico. Retratamos la realidad en una marcha, en una crisis, en una guerra. Por otro lado, tenés un tiempo más extenso para reflexionar y crecer. Es un trabajo en el tiempo, a largo plazo”. El proyecto se asienta en un lugar sin tiempo, en donde todo se entablaba a partir de los recuerdos los cuales tienen un cierto grado de abstracción, por lo que el uso del blanco y negro en las fotografías juega un papel determinante.

 

“Reivindico la fotografía. La estética es un valor fundante para expresarse y llegar al público. En el arte se genera el contacto entre la belleza y lo humano. Las fotografías expuestas poseen una poderosa fuerza visual y estética. Gracias a la curadora Arianna Rinaldo y la coordinadora Florencia Guzzetti se pudo armar un relato que coincidiera con el trabajo hecho. Considero que ver desplegado veinte años de fotografías es muy fuerte estéticamente. Retratar el horror siempre es muy difícil. Se lo debe tratar con cierta atención, ética y también con estética”.

Recalca la importancia de que las generaciones más jóvenes tengan acceso a la historia, lo cual suele ser lo más difícil de narrar. Mostrar el patrimonio del país más allá de ser un objetivo se convierte en una necesidad. Como documentalista, Ceraudo acentúa la importancia de pensar, reflexionar y ver. “La memoria es parte del presente, es la base para ver hacia el futuro. Me llama la atención cuando se refieren a la memoria como algo anticuado, en especial en un país tan joven como Argentina en donde se distancia de hechos tan pesados e influyentes por un par de años a la actualidad. Quien dice eso es porque no le conviene que la gente reflexione sobre hechos pasados”.

 

La muestra Destino final puede visitarse hasta el 2 de julio, de miércoles a domingos, de 14 a 20, en el Centro Cultural Kirchner (Sarmiento 151, Capital Federal).

La ExESMA quiere ser patrimonio de la humanidad

La ExESMA quiere ser patrimonio de la humanidad

El Espacio para la Memoria y la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos trabaja para obtener la misma nominación que tiene, entre otros, Awschwitz. En septiembre se realizará la votación en Arabia.

El exCentro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio que funcionó en el predio de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) se transformó en un Espacio para la Memoria y la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos luego de su recuperación por parte del Estado nacional y de la Ciudad en el año 2004. Hoy, el Espacio Memoria exESMA es candidato a declararse Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.Su candidatura busca contribuir a la visibilidad internacional del terrorismo de Estado basado en la desaparición forzada de personas, y del valor del consenso social como medio para lograr Justicia”, señalan desde el Espacio.

Con ese reconocimiento ya se encuentran Auschwitz-Birkenau, campo de concentración y exterminio del nazismo situado en Polonia; Genbaku Dome, el memorial de la paz de Hiroshima en Japón; Isla de Gorée, símbolo de la lucha contra la esclavitud en Senegal; Robben Island, emblema de la lucha contra el racismo en Sudáfrica; Barrio del Puente Viejo, símbolo de la coexistencia de distintas comunidades culturales, étnicas y religiosas en Bosnia y Herzegovina; y Muelle de Valongo, principal puerto de llegada en América de los esclavos traídos de África, en Río de Janeiro, Brasil.

Luego de la recuperación del Espacio para la Memoria, en 2004, distintos organismos de derechos humanos comenzaron a habitar estos espacios del horror y a trabajar en la conservación como un recordatorio de lo que nunca más debía ocurrir. Con el correr de los años, fueron transformando los distintos edificios que componen la exEscuela Mecánica de la Armada en lugares donde trabajar la memoria colectiva.

En los últimos años, a través del Directorio de Organismos de Derechos Humanos del Ente Público Espacio para la Memoria y la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos, se debatió la posibilidad de convertir este sitio emblemático para la historia del país en Patrimonio de la Humanidad. Este directorio está integrado, entre otros organismos, por Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio (H.I.J.O.S.), la Asociación de ex Detenidos Desaparecidos, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos y Servicio de Paz y Justicia (Serpaj).

La propuesta llegó al Directorio como un planteo amoroso y voluntario, cuenta Mayki Gorosito, actual directora del Museo Sitio de Memoria ESMA, el edificio del Casino de Oficiales, donde se mantuvo cautivo a los detenidos desaparecidos durante la última dictadura cívico militar. Desde allí se lleva adelante la candidatura para todo el Espacio.

En diálogo con ANCCOM, la directora del Museo explicó que una vez tomada la decisión de presentar a la exESMA como candidata a Patrimonio de la Humanidad, se envió un documento a través de distintos canales administrativos junto a otros ministerios. Se trataba de primer paso para llegar a la UNESCO y aparecer como una opción en una lista tentativa. “Ya interesados en la lista tentativa. Hubo que pensar cómo se hacía el trabajo siguiente, que era mucho, de mucho tiempo y muchas disciplinas involucradas. También de mucha recopilación, investigación, sistematización y formulación. Además de plantear una estrategia de cómo llegar a concluir todo ese trabajo para presentar un expediente”, explicó la directora, que invita a ver el recurso en la web del Museo.

Con respecto al trabajo también agregó que se armó un grupo de investigadores de distintos ámbitos exclusivamente para el armado del expediente. Varios de los integrantes se quedaron a trabajar de manera permanente en el espacio, como es su caso.

Mayki además contó el trabajo que lleva adelante el Museo que dirige en el Casino de Oficiales. Relató que trabajan en varios proyectos simultáneos, por ejemplo, muestras temporarias, en particular una vinculada a la Megacausa ESMA; un trabajo en conjunto con el Museo de la Memoria en Chile; prácticas profesionales y un proyecto vinculado a profundizar la perspectiva de género en todas las políticas del Museo. Pero la labor no solamente concluye aquí, porque además, reconoció, que obtener la mención de Patrimonio de la Humanidad implica una serie de criterios de monitoreo y validación constante, para que el reconocimiento siga vigente. Se trata de estándares internacionales que deben cumplir todos los museos en distintas áreas.

Para comprender un poco más la magnitud de esta candidatura, ANCCOM conversó con Ana Soffiantini, ex detenida desaparecida, quien preside hoy el Consejo Asesor de Sobrevivientes en el Directorio de Organismos del Espacio para la Memoria y Promoción de los Derechos Humanos ExESMA. Además, es la actual representante de los organismos en el Ente público. “Rosita”, como le dicen sus allegados, contó que impulsar esta candidatura fue una decisión de los distintos organismos. Y que ya se había planteado con apoyo de la anterior directora del Museo, Alejandra Naftal. Desde ese entonces se comenzó a trabajar a partir de un programa que tiene como misión identificar y preservar los bienes patrimoniales. En el caso de Ana, su historia de vida la vinculó desde el dolor a la ESMA. Sin embargo, ella continúa su labor como sobreviviente, con la intención de mantener viva la memoria. Para Ana, el Museo Sitio de Memoria es de absoluta relevancia, es indudable que dentro de la historia de nuestro país y la región, pero además como contribución al patrimonio universal.

Desde su mirada como sobreviviente, cree que “esta lucha es por los derechos humanos. Al ser reconocido el Espacio como prueba universal, cualquier gobierno, cualquier situación local lo debe seguir sosteniendo. Me parece que eso es una garantía”, señaló.

El Espacio de Memoria, sostuvo Ana, es intocable, al mismo nivel que Auschwitz o Sudáfrica. Porque son muestras de la historia de la humanidad y se deben preservar.

La representante del Consejo Asesor de Sobrevivientes cree también que es importante para ellos que vivieron el horror en carne propia y para toda la sociedad argentina. Porque el reconocimiento que hoy tiene la exESMA es el resultado de una lucha colectiva. Y reconoció que “este museo a pesar de tanta muerte, tiene viva la memoria”. Para concluir, Ana aseguró que lo que queda por delante, más allá de ganar esta mención internacional o no, es seguir construyendo y seguir trabajando en la memoria. Para que nunca más vuelva el horror. Mientras continúa trabajando dentro del Directorio y también para la Comisión Provincial por la Memoria de la Provincia de Buenos Aires, realizando distintas actividades.

 

ANCCOM consultó además a Fátima Cabrera, otra sobreviviente y ex detenida de la dictadura cívico militar argentina. Actualmente es la representante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora en el Directorio de Organismos de Derechos Humanos. Y trabaja en el predio de la ESMA, dentro de la casa de Madres, donde coordina el proyecto “Música Esperanza”. Fátima también fue parte dentro del directorio de quienes apoyaron la candidatura del Espacio para la Memoria exESMA. Y contó que es importante este reconocimiento a nivel mundial porque “esta presentación tiene que ver con la importancia y la lucha que ha tenido todo nuestro pueblo y el movimiento de derechos humanos en Argentina, que marcó también la lucha por los derechos humanos en la región y en el mundo”. Además, Fátima afirmó que este espacio que es la exESMA, muestra una parte de una gran maquinaria sistemática de lo que fue el terrorismo de Estado en América Latina, pero en particular en nuestro país. Al preguntarle acerca de la expectativa que genera esta postulación, la representante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, dijo que visibilizar esta parte de la historia a nivel mundial, también tiene que ver con continuar una lucha por un mundo más fraterno y solidario.

Cabrera además explicó que debido a esta posibilidad que presenta la candidatura, se debe trabajar fuerte en la relación con otros países que la han apoyado. Reconoció también que el proceso al cual se sometió el Espacio ha sido bastante extenso, pero el trabajo recién comienza, como también mencionó Mayki Gorosito.

En el mes de marzo, el Sitio Memoria recibió la visita de un inspector del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios en donde se hizo una evaluación sobre la infraestructura del espacio, además de cuestiones que atañen a la organización y al trabajo que en él se realiza.

Fátima recordó que el inspector estuvo reunido también con ella como representante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora y tuvieron también un intercambio muy enriquecedor. Reflexionó acerca de la importancia de que estos lugares sean reconocidos a nivel internacional, porque la historia demuestra que exterminios como el Holocausto, que se pensaba que no se repetirían, volvieron a suceder. Y a la vez es necesario mantener la memoria para que realmente esto no vuelva a ocurrir, porque la memoria también es un patrimonio de la humanidad.

Todos los integrantes del Sitio Memoria se encuentran trabajando arduamente en una cantidad de proyectos a largo plazo, como describió la directora del museo, Mayki Gorosito. Existe gran expectativa acerca de la posibilidad de que la exESMA sea declarada Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO. Mientras tanto, la espera se hará larga hasta septiembre, cuando se realice finalmente la votación por parte del Comité de Patrimonio Mundial de la UNESCO en Ryad, Arabia Saudita.

El caldo de la violencia

El caldo de la violencia

La puesta teatral «La cocina de Elisa» funciona como una lograda metáfora de la represión de la última dictadura militar.

Nicole y Elisa, los personajes de la obra Cocinando con Elisa -de Lucía Laragione con dirección de Mariana Giovine-, trabajan en una cocina de estancia para monsieur y madame. Las mujeres, interpretadas por Luciana Procaccini y Gabriela Villalonga construyen un vínculo entre el sadismo y el maltrato: Nicole se burla y reniega del analfabetismo e ignorancia de Elisa mientras ella invade la estancia con su juventud.

A medida que transcurre la obra, el lenguaje típico de una cocina clásica y el giro de comedia que le agrega la directora sirven de analogía con la violencia, las relaciones de poder y los mecanismos de la última dictadura militar argentina.

“Fue una obra que empezó en pandemia”, comenta Giovine y relata cómo fue el proceso de construcción de la pieza. Empezaron los ensayos por zoom, luego en el parque Chacabuco porque “había que poner el cuerpo” y finalmente en la terraza de una de las actrices.

Luciana Procaccini sostiene que “fue una suma de entusiasmos” entre todos los que formaron parte de la obra. “Había una necesidad de seguir actuando, de seguir adelante”.

“Cuando hay un texto bueno, la tarea es más fácil”, dice la directora al respecto del escrito original del año 1993. “Es una metáfora culinaria que tiene muchos puntos que explorar”, describe. Por su parte, Gabriella Villalonga destaca que lo más interesante de la obra es “cómo sigue resonando en la actualidad” y la manera en que, según la época, el texto gana nuevos significados.

La directora supo agregar humor y trabajar la obra desde el grotesco. “Hacía que miremos animaciones”, sostienen las actrices y resaltan los estereotipos que dejan a la luz los personajes: la villana sádica y la débil y sumisa sirvienta. “Nos divertimos mucho juntas. En el escenario es salir a jugar con la otra”, dice Villalonga sobre el vínculo que forma con su compañera.

La obra fluye por distintas localidades de la provincia de Buenos Aires y Rosario. Actualmente, está los domingos a las 20.30, en el CELCIT, barrio porteño de San Telmo.