Memoria, verdad y justicia y algo más

Memoria, verdad y justicia y algo más

A 47 años del Golpe militar y a 40 del retorno de la democracia, una multitud marchó a Plaza de Mayo para gritar Nunca Más y exigir justicia a los culpables. Las columnas del Frente de Todos sumaron el rechazo a la proscripción de Cristina Kirchner y el repudio al Poder Judicial.

Organismos de derechos humanos, partidos políticos y movimientos sociales se movilizaron hacia Plaza de Mayo a 47 años del golpe de Estado que inició la última dictadura cívico- militar. Las convocatorias, distintas como las consignas, fueron atravesadas por las tres estrellas: Memoria, Verdad y Justicia. Y, al pedido del ‘Nunca Más’ por los 30 mil desaparecidos, se agregó en las columnas de militantes del Frente de Todos la crítica a la condena de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y el pedido de su candidatura presidencial para el 2023.

Con el sol de las primeras horas de la tarde, comenzaron a llegar a la plaza integrantes de Abuelas de Plaza de Mayo, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas, H.I.J.O.S Capital, Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, Asamblea Permanente por los Derechos Humanos La Matanza, Asociación Buena Memoria, Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), entre otros.  «Estamos acá para reivindicar la desaparición de nuestros familiares, apoyar otro 24 de marzo y defender la democracia. Todos los 24 son memoria, verdad y justicia», comentó Liliana Ogando, hermana de Gustavo Ogando, secuestrado en 1977 por la dictadura militar.

También dijeron ‘presente’ militantes de la Confederación General del Trabajo (CGT), Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi), el Polo Obrero (PO) y La Garganta Poderosa. “Estamos acá porque no están 30 mil y es un día donde nos volvemos a conectar con sus causas, sus valores y sus vidas. No creo que las caravanas enormes de familias, organizaciones populares y de partidos de distintas tradiciones políticas estén acá convocados por la desaparición, la tortura y la muerte, me parece que estamos convocados por la vida, los valores y el legado de sueños que nos dejaron 30 mil con demandas muy parecidas a las que traen compañeros y compañeras de los barrios”, dijo a ANCCOM Nacho Levy, referente de La Garganta Poderosa, y agregó: “Si la militancia terminara tan cruenta de la noche a la mañana y nos preguntaran qué quisiéramos que pase 47 años después, 47 años después nos gustaría ver una sociedad movilizándose por un interés que excede a la mezquindad y peleando para transformar efectivamente la vida de la gente en cualquier realidad siniestra de la misma forma que 30 mil transformaron la nuestra”.

Las agrupaciones de izquierda convocaron a marchar de forma independiente desde el mediodía, bajo las consignas “Contra la impunidad de ayer y de hoy”, “Por juicio y castigo contra todos los responsables militares civiles y eclesiásticos de la última dictadura y la represión y criminalización de la protesta social en la actualidad” y “No al FMI, no al pago de la deuda externa”. En este sentido se realizó el primer acto, donde no hubo ningún apoyo a la vicepresidenta. “Rechazamos todo intento de convertir esta fecha con fines electoralistas menos aun cuando el Gobierno instala programas de hambre del FMI”, leyeron voceros del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia.

La jornada siguió entre cantos y abrazos que anunciaban encuentros, columnas y miles de ‘sueltos’ que continuaron llegando a la plaza durante la tarde. ‘Defender a Cristina es volver a Perón’, era uno de los tantos pasacalles que se leían en Avenida de Mayo y se encarnaba en los asistentes. Corría la tarde y subyacía el eco que denuncia las complicidades del Poder Judicial, tanto en la dictadura como en la actualidad. “Estoy acá porque intento, con esta presencia, mantener vivo el recuerdo de tantos, de los 30.000 que por jugarse y exponer lo que pensaban, la pagaron con su vida. Pero también estoy acá porque quiero la candidatura de Cristina nuevamente y la no persecución política”, mencionó Verónica Giménez, quién llegó temprano a la plaza con su compañero.

 “Mis padres me contaron la historia de Perón y de Evita, no se podía decir la palabra Perón. Esto es algo reeditado pero en otros términos porque son otros tiempos. Solo la fuerza popular y la movilización pueden con esto”, agregó.

La Cámpora, arribó a la plaza pasadas las 17,  luego de su marcha desde las inmediaciones de la exEsma, presentando en las primeras líneas a Lucía Cámpora, la diputada porteña que recientemente asumió como nueva secretaria general de la organización. En el marco de las entrevistas que realizaron transmitiendo por Youtube, la legisladora comentó: «Las consignas de memoria, verdad y justicia nos tienen que hacer recordar lo que vivimos en este país y nos obligan, a 40 años de la democracia, a defender esa democracia y defenderla de las nuevas formas, como son el ‘partido judicial’ que intenta condicionar a la democracia y por eso pretende proscribir a la principal dirigenta política que es Cristina Fernández de Kirchner”.

En el mismo sentido, hablaron el ministro de Interior, Wado De Pedro y Máximo Kirchner, quien recordó el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), repudió la persecución judicial contra la vicepresidenta y señaló: “Hay un desencanto en muchos sectores que en el 2019 fueron a votar masivamente porque estaban quebrados por las políticas macristas; tenemos que tener una propuesta que incentive a nuestro pueblo a participar”.

Para el final de la jornada, en el segundo acto que representa a Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, la denuncia al Poder Judicial en los crímenes de la dictadura y la persecución política a los líderes populares de la actualidad se cristalizó en el escenario montado frente a Casa Rosada. “Hubo una corporación judicial al servicio de la persecución política del terrorismo de Estado y de la apropiación de niños, niñas y bebés, dirigida por grupos económicos que financiaron el terror, se beneficiaron con él y además armaron mecanismos para garantizarse la impunidad. Décadas después, las estrategias de persecución y violencia política e institucional han cambiado sus metodologías y protagonistas. Los grupos de poder ya no utilizan a las Fuerzas Armadas para condicionar según sus intereses y necesidades a los sectores populares y al sistema democrático, sino directamente al sistema judicial, transformado hoy en una corporación más, a través de una feroz estrategia de persecución contra los luchadores sociales”, se escuchó desde los parlantes.

A meses de cumplirse 40 años del regreso a la democracia, su cuidado continúa vigente convocando a la memoria que es pasado, presente y futuro.

Del infierno a la vida

Del infierno a la vida

Durante cuatro días, la ExEsma albergó el III Foro Mundial de Derechos Humanos. Más de 20.000 personas de casi cien países debatieron sobre la agenda que los convoca en este presente internacional violento. Convocaron a marchar hoy a Plaza de Mayo para conmemorar los 47 años del golpe genocida.

Se realizó el Foro Internacional de Derechos Humanos entre el 20 y el 24 de marzo, en las sedes del Centro Cultural Kirchner (CCK), la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y Facultad de Arquitectura Diseño y Urbanismo (FADU-UBA). ANCCOM recorrió durante los tres días de actividades el Espacio para la Memoria la Memoria y la Promoción de los Derechos Humanos (exEsma) en donde se desarrollaron la mayoría de las actividades, talleres y paneles que integraban los distintos ejes temáticos propuestos. Según datos de la organización, durante los cuatro días participaron del Foro más de 21 mil personas, representantes de 98 países, con más de 950 organizaciones y hubo 1.100 actividades autogestionadas. 

Aquel espacio que hace 47 años atrás fue testigo del momento más oscuro de la historia de nuestro país, durante estos días brilló, dando lugar a la vida y la diversidad. La exEsma se pensó como un lugar de memoria del horror, que se convirtió en un espacio integrado por organizaciones de derechos humanos que, aún hoy, continúan en la lucha por aquellos derechos que falta conquistar. Durante estos días, el predio fue sede de un intercambio cultural e intergeneracional mundial. Personas y organizaciones de distintos lugares del planeta tuvieron la oportunidad de presentar proyectos e intercambiar deseos, historias y problemáticas en la más amplia diversidad. Se destacó la gran convocatoria que tuvieron las mujeres y las juventudes, quienes lograron darse un lugar para manifestar sus preocupaciones y los trabajos realizados en pos de un mundo más justo. La memoria colectiva y las ganas de mejorar las distintas realidades se hicieron eco durante estas cuatro jornadas.

La periodista Nora Veiras, el expresidente colombiano Ernesto Samper, el expresidente ecuatoriano Rafael Correa y el ministro de Interior argentino, Wado de Pedro, en el cierre del Foro.

Además de los distintos paneles temáticos, en el predio se pudo ver gran cantidad de personas que se encontraban o reencontraban para compartir una charla, o un mate. Los tiempos de espera se hicieron muy amenos. La exESMA tuvo visitas institucionales de gran nivel, como el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel y los expresidentes latinoamericanos Evo Morales, Rafael Correa, Pepe Mujica y Ernesto Samper. Las personalidades se desplazaban de un lugar a otro, y se vivían sorpresas como la del Auditorio de Casa por la Identidad de Abuelas de Plaza de Mayo. Mientras cerraba el panel. “La encrucijada de la identidad: Experiencias y reflexiones en torno al fortalecimiento del derecho a la identidad”, irrumpió en la sala el ex presidente de Bolivia para la sorpresa de todos los participantes. Con una cortina de aplausos y ovaciones se acercó al escenario, y el moderador de la mesa, el nieto Manuel Goncalves Granada invitó a subir al resto de los nietos presentes para entregarle un pañuelo de la institución como obsequio y reconocimiento a su lucha. Evo también agradeció: “Mi respeto cariño y admiración a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, su resistencia y su lucha no ha sido en vano, se logró la democracia, recuperar la democracia de los pueblos. Y los procesos de liberación siguen, ahora que renace la UNASUR, para defender la Patria grande, muchas gracias”, les dijo. Un rato después, en el mismo edificio, pero en la Sala 2, la Madre de Plaza de Mayo Nora Cortiñas celebraba su cumpleaños -torta incluida- con todos los presentes, en un salón en el que no entraba un alfiler. Escenas como estas fueron un plus para los visitantes al Foro que pudieron conversar con los referentes, pero también compartir momento de intimidad, que da cuenta que todos y todas pueden ser protagonistas de las luchas de sus pueblos.

 Agrupaciones indígenas, de países latinoamericanos e incluso del medio oriente y África, fueron invitadas y recibidas con los brazos abiertos. Los intercambios resultaron sumamente ricos para todos los participantes de este Foro Internacional. Así fue el caso de Albertina Dos Santos, representante de la Defensoría del Pueblo de Angola, quien destacó la organización del Foro y sostuvo: “Pudimos conversar con gente de otros países, conocer y compartir información con prácticamente América Latina completa”. Por su parte, Angela Palomino llegó desde Perú en el segundo día del evento para la presentación del programa “Mujeres por la Tierra”, integrado por habitantes de América latina, el Caribe y África, y la presentación del libro con el mismo nombre, compuesto por testimonios de 18 mujeres rurales acerca de sus experiencias con la lucha por sus derechos laborales. “Siempre estamos las mujeres en primera fila y somos las que hemos luchado por las horas de trabajo, por la reivindicación de nuestros derechos, para conseguir lo necesario para nuestros hijos y hermanos, y creo que eso es muy importante”, reflexionó Palomino. 

El premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, fue un activo participante del Foro.

“Mi respeto, cariño y admiración a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, su resistencia y su lucha no ha sido en vano, se logró la democracia, recuperar la democracia de los pueblos», dijo Evo Morales.

También se realizaron muestras que ocuparon el espacio público. Uno de ellos, que fue impulsado dentro de la Comisión de Juventudes por The Millenials Movement, convocaba a los jóvenes participantes a dejar su huella en el Mapa Interactivo de Juventudes y Derechos Humanos. En diálogo con ANCCOM, Crescente quien es parte de la asociación, oriundo de Chile, detalló orgulloso: “se realizaron cuatro intervenciones del mapa interactivo, se llevó adelante un taller, y una charla sobre medioambiente”.. The Millenials Movement tiene por objetivo el desarrollo sostenible, principalmente enfocado en trabajar todos los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas: el fin de la pobreza, el hambre cero, la educación de calidad, la igualdad de género, y la acción por el clima, entre otros. “Las expectativas que teníamos eran las de conectar con la gente, conectar con las personas y que pudieran tener concientización sobre el tema de los derechos humanos y que se puedan ir a sus casas pensando que esto no solamente se trata de foros, de conferencias e intervenciones, sino que también se trata de poder generar cambios en nuestra región. Creo que ese objetivo se cumplió, porque vino gente de muchos lados del mundo y de Latinoamérica, y están contentos del ambiente que se generó”, sostuvo Crescente.

Este Foro Internacional de Derechos Humanos se dio en un contexto mundial muy particular, atravesado por mucha violencia. Es por eso que quienes formaron parte durante todos estos días, llevaron mensajes de amor y tolerancia. Pero sobre todo de lucha permanente, para no permitir que los derechos humanos sean avasallados. Como mencionó el presidente honorario y premio nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel en el cierre del Foro: “el partido de los derechos humanos no termina, hay que seguir luchando por un mundo mejor”. El trabajo de todas estas organizaciones a nivel internacional, en relación a los derechos humanos continuará marcando el camino para las nuevas generaciones. En una charla sobre Juventudes y memoria, uno de los invitados al panel, Tomás Barrera Méndez afirmó que “los jóvenes no son el futuro, son el presente”. Y este intercambio intergeneracional se vio reflejado a lo largo de estas cuatro jornadas.

«Las Fuerzas Armadas quedaron destruidas como grupo de poder»

«Las Fuerzas Armadas quedaron destruidas como grupo de poder»

A 47 años del golpe genocida y a 40 de la recuperación de la democracia, el abogado y militante Marcelo Parrilli repasa la lucha de las Madres y familiares de desaparecidos, el rol de Alfonsín, de Strassera y de las Fuerzas Armadas y la continuidad del poder judicial de la dictadura.

Abogado y militante de derechos humanos, Marcelo Parrilli fue uno de los miembros fundadores del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) en 1978, que, como él mismo afirma, desempeñó un rol central en la “revolución democrática llevada adelante contra el gobierno militar”. En diálogo con ANCCOM, repasa el trabajo en soledad de los organismos, las disidencias con el gobierno alfonsinista y el desplazamiento de las Fuerzas Armadas de la escena política.

Desarrollaste tu labor en el CELS entre los últimos años del gobierno militar y los primeros de la vuelta de la democracia, ¿cuál fue el impacto de esa transición en la investigación de las violaciones a los derechos humanos?

La causa de los derechos humanos, que siempre fue de un sector muy minoritario, de vanguardia, por temor a la represión, pero terminó siendo una causa masiva contra la dictadura. Sobre todo después de la Guerra de Malvinas, donde la dictadura ya quedó despedazada. Se pudo militar más fácilmente. Acordémonos que Reynaldo Bignone no fue un presidente elegido por la Junta Militar, fue designado solamente por Cristino Nicolaides, comandante en jefe del Ejército. El gobierno de Bignone fue de una debilidad extrema, no tenía prácticamente control sobre la situación, ni grandes posibilidades represivas. El número de muertos y desaparecidos en su gobierno fue muy menor. La lucha contra la dictadura fue una revolución democrática en la Argentina, llevada adelante por las organizaciones de derechos humanos, las Madres, los padres, los hijos, los hermanos de las víctimas y todo un sector popular que acompañó lo más importante de esa lucha. Las Fuerzas Armadas como grupo de poder quedaron destruidas.

Trabajar durante la dictadura no debe haber sido fácil, lo detuvieron en 1981…

Fue difícil. Nos detuvieron en el traspaso del gobierno de Jorge Rafael Videla al de Roberto Eduardo Viola. Allanaron el CELS un viernes por la tarde y ordenaron la detención de todos sus miembros. También allanaron la casa de Emilio Mignone, primer presidente del CELS y padre de una desaparecida. Vivía a una cuadra de donde vivía yo. Nos tuvieron más de 15 días detenidos a consecuencia del informe que nosotros habíamos difundido en el exterior llamado “La Doctrina  del Paralelismo Global”. Explicábamos cómo funcionaba el aparato represivo. Existían dos pirámides. Una formada por las Fuerzas Armadas oficiales y, dentro de esa, otra menor, que también era oficial, pero interna, secreta y clandestina. Esa era la pirámide que importaba dentro del aparato funcional de las Fuerzas Armadas. Si vos estabas involucrado directamente en la lucha contra la subversión, si dirigías un campo, secuestrabas, torturabas, matabas o supervisabas esas operaciones, tenías más poder que tu equivalente en la pirámide externa. Los otros avalaban y apoyaban. Una pirámide interior muy grande con los cuadros más fanáticos, más politizados.

Una paradoja: la causa por la que fueron detenidos fue la misma por la cual los liberaron. El informe tuvo relevancia internacional…

Seguro. Después nos excarcelaron, mejor dicho, nos dieron una falta de mérito y nos sobreseyeron definitivamente. Seguimos con las paradojas: el fiscal de esa causa terminó siendo Strassera. Tanto los jueces que juzgaron a las Junta como Strassera fueron funcionarios de la dictadura. Lo digo porque ahora parecen héroes.

Es hablar del Strassera que pinta la película Argentina 1985

Si uno mira la película como alguien que vivió esos años, politizado, que conoce bien lo que pasó, hay muchas cosas para cuestionar. Es útil porque no tenemos mucha noción del tiempo de la dictadura para acá. Pasaron casi 50 años. Quienes tienen 50, 40, 35 años -ni hablemos de ahí para abajo-, realmente no saben lo que pasó. Había gente que no sabía quién era Strassera. El “Nunca más” fue algo parcial, y se ha criticado mucho a la película que está borrado el papel de las organizaciones de los derechos humanos en la construcción de ese “Nunca más”. Pero resulta útil porque para mucha gente que no tiene idea porque la imagen que queda es la de los crímenes cometidos por el terrorismo de Estado. Queda también la idea clara, hay gente que pensaba que la argentina era Nicaragua o El Salvador, la verdad que las organizaciones que llevaban adelante acciones armadas nunca tuvieron capacidad para poner en peligro la estabilidad del sistema democrático y ocupar territorios. Y Argentina 1985 se vio más masivamente que el Juicio a las Juntas.

¿Cómo se manifestó la funcionalidad de jueces y miembros del Poder Judicial con la dictadura?

¿Te acordás de la campaña de Editorial Atlántida con su revista Para Tí? El slogan “Los argentinos somos derechos y humanos”. Oficialmente repartían calcomanías con la banderita y letra negra…las veías pegadas por tribunales, muchos jueces y secretarios las pegaban. El Poder Judicial la sacó barata. Fue una pata fundamental del terrorismo de Estado, sin embargo, fueron muy pocos los jueces condenados, dos o tres y de rebote trascendieron por alguna otra cuestión. El Poder Judicial, de conjunto, siguió igual, con las mismas personas físicas y con la misma ideología. Hasta hoy es así, la misma base social de la dictadura, que es el PRO.

Se lo recuerda a Alfonsín como paladín de los derechos humanos por el juicio y condena a los integrantes de la Junta Militar. Luego, las leyes del Punto Final y la Obediencia Debida fueron un retroceso. ¿Cómo explicás ese cambio?

Alfonsín quedó como un campeón de los derechos humanos aún antes del Juicio a las Juntas.   Tuvo la habilidad política de apoderarse de ese fenómeno de revolución democrática frente a la dictadura. Se apodera de ese fenómeno y después lo va desactivando. En el 83 había mucha denuncia pública y también muchas idas y vueltas Era una especie de aquelarre mixturada con la política alfonsinista de “juzguemos a algunos y a otros no”, que después llevó al Punto Final y a la Obediencia Debida. La política del radicalismo era condenar a la menor cantidad posible, les dio la posibilidad a los militares de juzgarse a sí mismos, cosa que fracasó. Los juicios fueron en el 85, pero todo esto comenzó en el 83. Durante la dictadura, el papel de Alfonsín fue cero, no pasó por la Plaza de Mayo, la pisó el 10 de diciembre del 83 cuando asumió. No vas a ver una sola foto de Alfonsín en una sola marcha de los desaparecidos, en una ronda de Madres, nunca. Sólo había prestado su nombre en la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, pero no hizo nada, el que militaba ahí era Federico Storani.

Las causas judiciales te llevaron a caminar la ESMA, uno de los principales centros de detención clandestinos. ¿Qué sentiste?

Vivíamos una realidad muy especial porque éramos bichos raros. El ciudadano que más podía tener una idea era porque, por ejemplo, había visto un procedimiento. Era una situación compleja porque por un lado te motorizaba pelear contra eso y por otro lado veías los peligros. Pero prevalecía la idea de pelear. Surgió toda una vanguardia nueva, yo no estaba en ningún partido político. En general, la gente que estaba en partidos políticos estaba guardada, desaparecida o prófuga. Fue una pelea bastante en soledad. Videla dijo en el juicio que en noviembre de 1975 empezaron a citar a los máximos dirigentes de los partidos políticos y explicarles su plan de reorganización nacional. No le habrán dicho “vamos a hacer un sector Capucha en la ESMA y de ahí los vamos a subir a un avión”, pero si sos dirigente y te citan, tenés que ir dándote cuenta, más o menos, de qué es lo que iba a pasar. Videla aseguró que ningún dirigente político dijo que no ni se horrorizó. Todo eso expresa por qué lo pudieron hacer durante tantos años y por qué después costó tanto juzgarlos.

¿Cuál es la mayor enseñanza que nos dejó esa revolución democrática contra la dictadura?

Vivimos la mayor parte de nuestra vida a la sombra de “¿Che, qué dijo el comandante en jefe del Ejército?”. O “¿qué le parece a Videla, a Carcagno, a Lanusse, a Menéndez, a Riveros?”. Eso ya no existe más. Si vos me preguntás hoy quién es el comandante en jefe del Ejército, no me acuerdo, ni de la Marina, ni de la Aeronáutica, porque ya no son factores de poder. Fueron derrotados por esa revolución democrática. Esto no quiere decir que tengamos Fuerzas Armadas democráticas. Eso no cambia porque el rol que tienen que cumplir dentro de este sistema es represivo, lo vemos en la Policía, en la Prefectura… En una situación como la del 2001 las Fuerzas Armadas hubieran dado un golpe de Estado, sin embargo, desaparecieron de la escena política, se metieron en los cuarteles y nunca más.

El arte de hacer memoria

El arte de hacer memoria

En el Centro Cultural Haroldo Conti se inauguró «Comunicar los juicios», una muestra sobre formas creativas de contar los procesos judiciales de lesa humanidad.

En vísperas del 24 de marzo, Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, el sábado pasado se inauguró Comunicar los Juicios, una muestra multifacética que se presenta hasta el 28 de mayo en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, de Av. del Libertador 8151 (ex ESMA), con entrada libre y gratuita.

Las obras agrupadas bajo el concepto de  “contar los juicios” presentan las distintas herramientas que se han usado para construir comunicación sobre los juicios de lesa humanidad en nuestro país. Por una parte, se exhiben los Microrrelatos, que recuperan pequeñas historias, testimonios y escenas de los juicios en formato audiovisual breve. Mientras que en otra sección, En la tierra son actos, se despliegan las diferentes acciones creativas llevadas a cabo desde los movimientos de derechos humanos contra el olvido y el silencio, para mantener la demanda de justicia.

Los artistas que participan son Luis Abregú, Almendra Acosta Galera, Luis Angeletti, Federico Geller, Gabriel Giaiman, Hugo Goldgel, Lisandro Guma, Gauadalupe Marin Burgín y Leandro Torres. El equipo de microrrelatos está coordinado por Alejandra Dandan, con la curaduría a cargo de Guadalupe Marín Burgín y Federico Geller.

El proceso de justicia por delitos de lesa humanidad comenzó con la vuelta de la democracia en 1983, pero se vio interrumpido durante casi 20 años por las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, además de los indultos, que garantizaron la impunidad de represores. Con la declaración de nulidad de esas normas en 2003, se reanudaron y se completaron más de 280 juicios, con 1.146 represores condenados. 

En este sentido, las organizaciones de derechos humanos, desde Madres, Abuelas, Familiares, CELS, H.I.J.O.S., entre otras, crearon distintas estrategias de comunicación creativas para acompañar y mantener activa la demanda de justicia. En la tierra son actos, se despliegan algunos ejemplos de acciones de comunicación. Por ejemplo, los dibujos de los juicios, dado que en algunos tribunales establecieron límites al trabajo de los fotógrafos. En el año 2010 en Comodoro Py solo se permitió su ingreso por algunos minutos. La respuesta de H.I.J.O.S. junto con la Facultad de Diseño Gráfico y el IUNA fue convocar a dibujar los juicios. También, se muestran las fotografías, los escraches, el trabajo en radio, mapas de juicios y de represores como formas de construir comunicación alternativa.

En pandemia, cuando las audiencias comenzaron a ser televisadas, un equipo de la Secretaría de los Derechos Humanos de la Nación comenzó a desarrollar un dispositivo para facilitar y humanizar el acceso a la amplia cantidad de información que producen en las salas. Guadalupe Marín Burgin, curadora de la muestra, explica que los Microrrelatos fueron llevados a cabo por el esfuerzo colectivo tanto de periodistas, artistas, editores como de investigadores, quienes a partir de fragmentos de testimonios vertidos en las audiencias, y en contacto con las víctimas y abogados, realizan un relato audiovisual de breve duración. La exhibición propone un recorrido plástico por las causas judiciales, mediante animaciones de dibujo, collage y material de archivo, expone un conjunto de bocetos y obras. También se encuentran disponibles en forma de episodios en las redes y canales de difusión de la Secretaria de Derechos Humanos de la Nación, y son también emitidos por TV Pública y proyectados en salas del INCAA antes de las funciones.

El acto de inauguración estuvo encabezado por la actriz Lola Berthet, Directora Nacional del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti desde el 2020, quien destacó el trabajo de todo el equipo de investigación y de artistas como fuerza de lucha, en el marco de los 40 años de la democracia. Con el eje en arte y memoria, se presentaron además dos muestras de artes visuales e instalaciones: Uso y función. Objetualidades poético-políticas de la ESMA, y Remolino de tiempos. La presentación finalizó con unas palabras del Secretario de Derechos Humanos de la Nación Argentina, Horacio Pietragalla Corti, quien señaló la importancia de estos espacios de memoria frente al negacionismo, y el avance de la derecha actual. Además, remarcó que el trabajo en materia de Derechos Humanos continúa. 

Federico Geller, señaló que la idea de la muestra Comunicar los juicios apunta a que “los juicios no sean solo un procedimiento judicial en un laberinto lleno de telarañas, sino una caja de resonancia para aprender y para encontrar conocimientos nuevos. Porque los juicios generan conocimiento nuevo, donde las imágenes, los objetos, los audios se ponen a dialogar entre sí. También para renovar este compromiso de la parte democrática de la sociedad”. 

En este sentido, Geller señaló la importancia de los espacios artísticos y creativos en relación a la memoria teniendo en cuenta el contexto político social actual: “Nos gustaría que esta cajita de resonancia sea apropiada por todos los que vean la muestra, para poder también luchar contra las mayores amenazas que afectan esta democracia que estamos construyendo a golpes. Nuestro deseo es que logremos imprimirle al proceso político un trabajo de repudio a la mafia judicial y que usemos las herramientas artísticas que tenemos, usemos herramientas nuevas y que le demos un nuevo aliento a la democracia y que dibujemos colectivamente el horizonte que hace falta”.

Comunicado de los trabajadores del Conti

Los trabajadores del Centro Cultural Haroldo Conti, a través de un comunicado pegado en la entrada del establecimiento y firmado por la Junta Interna de ATE del Ente público Ex ESMA, denuncian un sistemático vaciamiento del espacio desde el gobierno de Cambiemos y que se extiende con la actual gestión, agravado con la presencia policial en el lugar, donde se cerró el área de maestranza. Además, observan que no cuentan con los insumos necesarios y elementos para realizar las tareas cotidianas y que al momento permanecen sin respuestas.

«Quiero saber en qué fosa tiraron a mi papá»

«Quiero saber en qué fosa tiraron a mi papá»

Victoria Donda declaró en el juicio contra su tío Adolfo, involucrado en su apropiación y sustracción de identidad. El represor no quiso verla cara a cara y la extitular del Inadi le pidió conocer su fecha real de nacimiento.

El lunes pasado se realizó la décima audiencia en los tribunales de Comodoro Py por la causa en la que se investiga la responsabilidad del militar Adolfo Donda Tigel, que formó parte del grupo de tareas 3.3.2 de la ESMA, en la sustracción de identidad y entrega de su sobrina Victoria al prefecto Juan Antonio Azic. Los padres de Victoria fueron detenidos en 1977 y al día de hoy continúan desparecidos.

En una jornada cargada de expectativa por lo que podría suceder, Victoria Donda Pérez, hoy subsecretaria de Análisis y Seguimiento de Políticas Estratégicas del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, declaró por más de una hora frente a los jueces del Tribunal Oral Federal (TOF) 6 de la Ciudad de Buenos Aires, integrado por los jueces Ricardo Basilico, Daniel Obligado y Gabriela López Iñíguez.

En el banquillo de acusados, desde la Unidad Federal 31, se presentó de forma virtual el tío de la dirigente del Frente de Todos, el militar Adolfo Donda Tigel, de 76 años, que es imputado por su participación en la apropiación de Victoria y por la desaparición de su hermano José María Laureano Donda­ (padre de Victoria), arrojado en los denominados “vuelos de la muerte” al Rio de la Plata.

El exmarino ya había sido condenado junto a Alfredo Astiz y Jorge Eduardo Acosta a prisión perpetua e inhabilitación absoluta y perpetua por el Tribunal Oral Federal Nº 5 tras ser declarado culpable por privación ilegítima de la libertad doblemente agravado por su carácter de funcionario público durante la última dictadura.

En este caso, se busca probar si Donda Tigel tenía vinculación con el apropiador de Victoria, el prefecto Juan Antonio Azic, con quien fue compañero de tareas en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Azic fue condenado por el delito de apropiación, en 2012, a catorce años y medio de prisión, y la cumple de manera domiciliaria por una cuestión de salud.

La extitular del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) y querellante de la causa nació en la maternidad clandestina de la ESMA durante el cautiverio de su mamá, María Hilda Pérez de Donda, quien al igual que su papá, continúa desaparecida desde 1977.

En 2004, Victoria conoció los resultados de la prueba a la que se había sometido en el Banco Nacional de Datos Genéticos del Hospital Durand, por los que se determinó que su familia biológica no era la que la había criado, sino que su apropiador había formado parte de los agentes de represión de las Fuerzas Armadas durante la última dictadura.

Los pingos se ven en el tribunal

La declarante fue contundente con su presentación y el vínculo inoxidable con su madre: “Victoria Analía Donda Pérez es el nombre que elegí después del 8 de octubre de 2004, cuando me enteré que mi mamá me parió en la ESMA y me llamó Victoria. En honor a ella me puse Victoria como primer nombre”.

Las semblanzas de sus padres, en base a lo aportado por testigos, familiares y vecinos de ellos, fueron sintéticas pero muy ilustrativas de quienes eran y cuáles eran sus personalidades: “Mi mamá se llamaba María Hilde Pérez, tenía 23 años, y le decían Cori. Era militante de la JP en la zona oeste de la Provincia de Buenos Aires. Ingresó a la organización Montoneros. Tenía otra hija que es mi hermana Eva Daniela. Y era una mujer muy solidaria que las vecinas la recuerdan como la chica que les enseñaba a coser a máquina, como forma de ganarse la vida”. Sobre su padre contó: “Se llamaba José María Donda, tenía 21 años, era alto y flaco. Le decían Pato, en la organización, o Cabo, en el Liceo Naval donde hizo el secundario. Fumaba, no sabía andar en bicicleta. Era hábil y sabía escuchar. Así lo recuerdan todos. Un hombre muy callado”, detalló.

Victoria se explayó sobre lo que lo que sucedió con sus padres a finales de marzo de 1977: “Los dos fueron secuestrados. Primero mi mamá… cuando estaba embarazada de mí. La secuestran en la plaza Castelar, primero la subieron a la camioneta con un compañero. A mi mamá enseguida se le notaba la panza… Para la época que la secuestran ya tenía cinco meses de embarazo. Una panza prominente pero igual no se bajaba de los tacos”, resaltó.

Fueron esos tacos los que se le rompieron cuando intentó salir de la camioneta luego de que su compañero buscara escaparse de la brigada castrense. La mujer se cayó, cuando llegaba a la estación de Castelar, se le rompió el calzado, y fue recapturada en la plaza municipal.  

Con respecto a su padre, hizo hincapié en la desesperación por encontrar a su pareja y a su hija raptadas y los últimos momentos en los que fue visto aún con vida. “Cuando llega (a la plaza) mi papá unas horas más tarde, encuentra el zapato”, narró Victoria. Por una nota que el compañero de José María le narró en una carta a Adela Segarra, quien militaba por entonces en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), Victoria supo que su papá mantuvo “alguna comunicación” con sus dos abuelas: Cuqui (de parte de su padre) y Leontina (de parte de su madre). “Mi abuela iba a donde mi papá la citara”, aseguró la declarante, que destacó que pedía que esos encuentros sean sin la presencia de su hermano Adolfo Donda Tigel, ni la de nadie.

“Mientras (mi papá) buscaba a mi mamá, escribió una carta y se la dejó por debajo de la puerta a Leontina, que vivía con Daniela y con sus propios hijos en Morón (mi mamá le había dejado a Danielita). Cuando mi abuela vio que entró un sobre por la puerta, abrió la puerta y vio la sombra de mi papá yéndose del lugar. En esa carta, habla de mi mamá, de su embarazo, o sea de mí. Pide que nos busquen, que nos críen juntes con mi hermana y también le dice que vayan a buscar a Adolfo Donda, su hermano. Que creía que tenía la humanidad para poder buscarme”, planteó Victoria con un gesto de cierto asombro considerando lo que finalmente sucedió.

«Mi abuela fue a buscar a Adolfo Donda para que ayude a mis padres y él le contestó que ellos sabían lo que les podía pasar», declaró Victoria.

La nieta restituida aseguró que, en base a lo que le contaron distintas personas, como Lidia Vieyra, cuando su madre comenzó con el trabajo de parto pidió que una de sus compañeras la ayudase. La llevaron, contó, a la salita de la Sardá (pieza de embarazadas de la ESMA, conocida en el ámbito castrense como “Maternidad Sardá”) y que ella nació en una mesa de madera por parto natural.

“Le habían puesto un suero a mi mamá y le habían dejado a Lidia un hilo de coser azul con una aguja. Apenas nací entró Magnacco (Jorge Luis, médico de la Armada que firmó numerosos certificados de nacimientos de hijos de desaparecidas nacidos en cautiverio en la ESMA). Se enteró que yo había nacido con vida. Cuando se fue, mi mamá se arrancó el suero, salto de la cama y me abrazó. Y ahí me puso Victoria”, contó, visiblemente emocionada. “Tenía bastante fuerza”, aseguró orgullosa para luego agregar que estuvo “unos días más” con su mama “en una canastita”.

En uno de los momentos más potentes de su alocución, Donda Pérez afirmó que su abuela Leontina “fue a ver a Adolfo Donda para decirle que la ayude a buscarnos”. La respuesta del militar, según el relato de Victoria, fue seca: “Él le contestó que mi mamá y mi papá sabían lo que les podía pasar, que él se había ofrecido para ayudarlos para que se vayan pero que su decisión fue quedarse sabiendo lo que les podía pasar”.

Además, señaló que su abuela materna Leontina y su tía (hermana de su madre María Hilda) se fueron a vivir a Canadá cuando se sancionaron las leyes de Punto Final y de Obediencia Debida porque “le tenían miedo a Adolfo”, que había salido de la cárcel y sabían de su rol como jefe de unos de los grupos de tareas de la ESMA. “Yo en lugar de mi abuela, también tendría miedo”, se sinceró. Según Victoria, quienes continuaron su búsqueda a lo largo de los años cuando Cuqui falleció y Leontina se exilió fueron las Abuelas de Plaza de Mayo, “como siguen buscando a todos los nietos que faltan”, junto con otras agrupaciones.

Victoria señaló que hoy puede tener una vinculación con Azic. “Independientemente de los vínculos personales creo que hay una responsabilidad social y política que quiero asumir. Y si hoy puedo hablar con él y mi hija puede conocerlo en parte es también porque pude ser parte de quienes lo llevaron a estar hoy detenido”, resaltó Donda Pérez, que fue querellante en las causas en las que fue condenado.

La militante fue directa en su pedido a su tío de sangre: «A mí me interesa saber dos cosas: quiero saber mi fecha de nacimiento porque estoy segura que él—Donda Tigel—la sabe, y saber en qué fosa lo tiraron a mi papá para poder llevar sus huesos, sus cenizas, a algún lugar y poder dejarle una flor».

Con respecto al conocimiento de Donda Tigel sobre las torturas a su cuñada durante su paso por la ESMA, Victoria subrayó, en base a los testimonios de Sara Osatinsky, Raúl Cubas y Enrique “Cachito” Fukman, que su mamá “estaba esperanzada” de que el represor cumpliera con su palabra y le diera a la bebé Victoria a su abuela materna para que se criara junto con su hermana. Sin embargo, eso no sucedió y Adolfo Donda Tigel estuvo presente al menos en una oportunidad en la sala de interrogatorios durante los castigos aberrantes a las prisioneras. 

En una de sus últimas intervenciones, Victoria leyó una carta que su padre José Laureano escribió “de puño y letra”, dirigida a su abuela paterna. En un fragmento de la misiva resaltó el «sacrificio, humildad y rectitud de principios, que ha sido siempre el desarrollo del marco familiar que me ha permitido ver cuál es el único modo de asumir la vida”.

 “Ese modo es la lucha, esa lucha es por la familia, porque en definitiva, la patria y el pueblo son la suma de las familias de nuestra tierra. La construcción de una familia nueva, de un hombre nuevo, de una sociedad nueva es nuestro objetivo», cerró la funcionaria.