El rugby del pueblo

El rugby del pueblo

Alejado del estereotipo elitista de la disciplina, Virreyes Rugby Club promueve la inclusión social y la solidaridad vecinal.

Las instituciones deportivas en nuestro país ocupan un rol muy importante dentro de la sociedad, y por eso cabe destacar la historia de Virreyes Rugby Club, situado en la localidad de Bancalari, al norte del Gran Buenos Aires. Un club que en 2002 se formó con la intención de extender las fronteras de la disciplina, y que desde sus comienzos transformó el día a día de los habitantes de la zona, quienes decidieron comenzar a formar un colectivo que rápidamente adquirió una identidad definida y generó entre sus integrantes un gran sentido de pertenencia.

Mientras Virreyes recibe a San Marcos, de Monte Grande, por la vigésimo cuarta fecha del torneo de Segunda de la Unión de Rugby de Buenos Aires (que en realidad es la quinta categoría, después del Top 12, y las primera A, B y C y antes de Tercera y Desarrollo),  Marcos Julianes, uno de los fundadores y actual presidente del club, cuenta: “En una época complicada tomamos la iniciativa de traer el rugby para esta zona, y hoy por suerte ya estamos consolidados.” El dirigente, formado en el CASI, agrega: “Durante mucho tiempo, la base, la esencia del crecimiento y la existencia de Virreyes tuvo que ver con que la gente nos recibió de muy buena manera, así como los demás clubes de rugby, a los que convocamos y se acercaron a jugar con nosotros y nos albergaron en su seno a pesar de las diferencias sociales de todo tipo, demostrando el espíritu del deporte”.

Termina el partido, con un triunfo contundente del local por 43 a 12, que lo mantiene en la segunda posición. Luego de salir del vestuario, Jairo Doval, empleado de mantenimiento de un edificio y capitán de Virreyes, cuenta: “Vivíamos en Corrientes con mi familia, nos vinimos para Buenos Aires y conocimos el rugby acá, no teníamos idea de lo que era. Yo llegué a Virreyes a los 11 años, tengo 25, me trajo un conocido del barrio, y a partir de ahí el club para mí es todo, es familia, siento que los chicos de acá son mis hermanos, es el lugar donde te olvidas de todo y a dónde venimos a aportar lo mejor de cada uno”.

En el club hay muchas familias y amigos, que los días de partido se reúnen desde temprano alrededor de la cancha principal para observar los encuentros de las diferentes categorías. Cuenta, además, con un espacio donde los integrantes de los planteles se reúnen a compartir una comida preparada por allegados del club.

A pesar del desgaste que puede implicar el trabajo, el estudio, o cumplir con las responsabilidades de la vida personal de cada uno, el club logra irradiar una energía que atrae a los vecinos del barrio a pasar incluso gran parte de su tiempo libre dentro del predio. Allí, también se desarrollan clases de apoyo para jugadores y niños del barrio.

“Te reciben con tanto cariño que querés pasar tiempo acá. El club también cumple un rol importante en la formación de los jugadores. Se les exige bastante, sobre todo a los juveniles para que se puedan comprometer con el colegio. La verdad que está bastante bueno, porque los chicos tienen la posibilidad de tener clases de apoyo acá adentro y tienen una profesora que les puede dar una mano siempre. También a los chicos que están en la universidad. Yo estudio la Carrera de Ingeniería Mecánica y la verdad que siempre que puedo vengo y me dan una mano, eso es espectacular y muy lindo”, comenta Lucas Díaz, jugador del plantel superior.

“El club incluye mucho, más en la parte de las villas», dice Walter López, jugador del plantel superior.

Suele asociarse este deporte a otros sectores más pudientes de nuestra sociedad, pero Virreyes es el claro ejemplo de que el rugby tiene presencia en los barrios populares. “Siempre decimos que una hora más en el club es una hora menos en la calle, y lo tomamos como un gran logro. Son los mismos chicos que están acá alentando, jugando y eso está buenísimo. Los problemas de clase siempre están dando vueltas por afuera y acá adentro tratamos de alejarlos de todo eso”, dice Matías Romero, jugador, entrenador de juveniles e integrante de la comisión deportiva.

Walter López, por su parte, que también juega en el plantel superior, afirma: “El club incluye mucho, más en la parte de las villas. Se suman muchas personas, y eso ayudó mucho a evitar que la gente pare en las esquinas. Las puertas del predio están abiertas todo el tiempo y sabés que acá adentro estás seguro”. Las iniciativas y la predisposición que hay en Virreyes para brindar estos espacios hacen que cada vez más gente tenga ganas de sumarse mejor. En la actualidad, el club tiene fichados unos 400 jugadores en todas las categorías y van por más.

Se viene la Copa del Fin del Mundo

Se viene la Copa del Fin del Mundo

Este mes se disputará en Ushuaia la única competencia oficial del hockey sobre hielo en la Argentina. ¿Cómo afecta al deporte la crisis económica, la ausencia de cancha y la consecuencia de la pandemia?

A pesar de que el hockey sobre hielo en Argentina comenzó a practicarse en la década del 50, poco se conoce del deporte. En el barrio de Caballito funciona Margal, la única pista de hielo en funcionamiento en la Ciudad de Buenos Aires. Allí, cada domingo por la mañana hace su entrenamiento el equipo de la Asociación Civil Escuela Metropolitana de Hockey sobre Hielo (ACEMHH).
“El club ACEMHH se fundó en el 2001, después de años de ir a entrenar en grupo a la pista que estaba en Flores. Existía la necesidad de armar una asociación civil para lograr la representatividad y acceder a algo más. Como proyecto y para lograr una unión, en el 2010 fundamos una federación con un club de Ushuaia y otro de Buenos Aires, y se fueron sumando otros clubes”, recuerda Diego Fernando García Barthe, fundador de ACEMHH y vicepresidente de la Federación Argentina de Hockey sobre Hielo (FAHH), en diálogo con ANCCOM.

El deporte se encuentra atravesado por la cuestión económica y la presencia de pistas. El mantenimiento del hielo y el gasto en electricidad dificulta que un club pueda contar con una pista de hielo que le sea redituable. Al haber pistas comerciales, se prioriza el patinaje recreativo, que hace al negocio. De este modo, el hockey queda subordinado a la pista, y ante la imposibilidad de entrenar durante la semana en horarios por la tarde, se permite la práctica deportiva en horarios extremos: a la madrugada o los fines de semana por la mañana, antes del horario de apertura al público. A su vez, adquirir equipamiento como palos, rodilleras, guantes y cascos, hacen del hockey sobre hielo un deporte costoso.

Para aquellos que deseen sumarse a la actividad, Román Sauchuk, jugador de ACEMHH, comenta que “es recomendable que hayan venido a patinar una o dos veces. Porque tal vez los entrenadores quieren que ya sepas dar un par de pasos para después saber manejar el tejo. Al menos para que sepan caminar, después a deslizar les enseñamos nosotros”. En ACEMHH se ocupan de prestar equipamiento en cada entrenamiento para cubrir la seguridad dentro de la pista.

Más allá de permitir los entrenamientos, en la pista de Margal no se pueden organizar torneos por una cuestión de dimensiones, y porque no hay interés en ser sede. Lo que sí hay son jugadores que entrenan para participar en la competencia que se realiza en el sur del país. En Argentina, la pista más grande se encuentra en Ushuaia, y es la única de medidas olímpicas en todo Sudamérica, con 60 metros y 1800 metros cuadrados de hielo. Su funcionamiento es en temporada, de mayo a fines de agosto, y cada año alberga la Copa Fin del Mundo, el torneo más importante del país, donde compiten la mayor cantidad de jugadores.

Este año, la XVII edición de la Copa Fin del Mundo 2023 organizada por la Federación Argentina de Hockey sobre Hielo (FAHH) en Ushuaia, se desarrollará entre el 22 de julio y el 6 de agosto. La competencia se dividirá en dos etapas: la primera con las categorías menores de sub 8, sub 10, sub 12, sub 14, y para juveniles sub 16 y sub 18, mientras que una segunda etapa en los primeros días de agosto contemplará a las categorías mayores.

A nivel institucional, un conflicto atraviesa a la actividad. “La representación nacional la tiene una entidad que cuenta con una presencia reducida, y después está la FAHH que, si bien posee la estructura y las actividades, no tiene la representatividad nacional. Ahí hay un conflicto porque el que tiene la representación no la quiere compartir o abrir, y deja al resto afuera”, sostiene García Barthe. Esta situación dificulta la participación de jugadores y clubes representando a Argentina en la Selección de Hockey Sobre Hielo.

La pandemia: un antes y un después
Antes de la pandemia, la Ciudad de Buenos Aires contaba con tres pistas de hielo. En 2020, ante la imposibilidad de practicar la disciplina y los altos costos de mantenimiento, cerraron Polarcity, en Almagro, y Alpina Skate, en Flores. “Con el cierre de pistas por la pandemia, la actividad retrocedió 15 años. Teníamos una liga con 14 equipos y hoy tenemos un sólo día de práctica por semana”, reflexiona García Barthe.

Margal comenzó a funcionar en febrero de 2022, y ACEMHH es el único club que entrena, a diferencia de otros equipos que no logran conseguir horarios disponibles, considerando que la pista es utilizada para otras disciplinas populares como el patinaje artístico. La subsistencia de los clubes que participan de la disciplina varía dependiendo de la presencia de pistas. Hasta antes de la pandemia, con mayor disponibilidad de pistas en la Ciudad, había otros dos clubes en funcionamiento (Ovejas Negras y Winter), con equipos en todas las categorías: damas, mayores, y menores.

Aquellos jugadores que deseaban seguir jugando, debieron adaptarse al hockey en línea, con rollers. Si bien es otra disciplina, se asemeja en la práctica. Al existir una liga de rollers en la que ACEMHH también presenta equipo, logró acercar al deporte y a la competición a un grupo de jugadores de los distintos equipos que habían quedado relegados por la falta de pistas.

Sauchuk comenta que juega al hockey sobre hielo desde los ocho años. “Toda mi familia es de descendencia rusa. Mi papá se enteró que había un entrenador de patinaje artístico ruso, y me metió a los cinco años a hacer patinaje artístico. Me gustaba mucho mirar hockey, y a los ocho le dije que no me gustaba patinaje y quería pasarme al hockey. Ya patinaba bastante bien, me gustaba, y lo seguí haciendo desde siempre. Mi plan de los fines de semana era el hockey sobre hielo. Entrenaba los sábados a la mañana, y los domingos siempre había partidos. Ahora hago hockey en línea, juego en dos categorías, y me estoy preparando para ir a Ushuaia”. Como él, los jugadores deciden seguir con rollers hasta que vuelva una propuesta competitiva de hielo.

El futuro sobre hielo

 

Las ilusiones están puestas en la construcción de un nuevo proyecto denominado “Fantasy Skate”, que proveerá una nueva pista de hielo en la zona de Devoto, en la Ciudad de Buenos Aires, prevista para 2024. La obra se está llevando adelante a través de una inversión por parte de un particular que tiene intenciones de apoyar al deporte más que al patinaje recreativo. “Ya están presentando los planos y se está tramitando para que sean aprobados por el Estado. Si ya hay una decisión de que la pista va a acompañar a la disciplina con un proyecto deportivo y va a ser con segmentos horarios, es mucho más fácil organizarse”, sostiene García Barthe.

 La nueva pista, con una superficie de 800 metros cuadrados de hielo (el doble que Margal), contempla ser sede de una liga, lo que significaría repartir los días y horarios entre los distintos clubes y otras disciplinas que entrenan en el hielo. Al reanudarse la Liga, se fomentaría la competencia, y el desarrollo deportivo acompañado de las distintas escuelas, los torneos, y las participaciones internacionales.

García Barthe considera que “como el deporte no es conocido, el nivel de exposición es bajísimo, así que a nadie le interesa, nadie pregunta, nadie cuestiona. Hay que ver qué pasa con la institucionalidad. Si se arregla y se ordena, o sigue como está hasta ahora. Eso va a estar en manos de los que manejan esa institución. Pero si el deporte empieza a crecer, y ojalá sea así, va a haber que reordenarlo mejor”.

El vuelo de Las Murciélagas

El vuelo de Las Murciélagas

Con una década de historia, la Selección Argentina de Fútbol para Ciegas se prepara para el Mundial de Inglaterra. Conocé su historia.

El fútbol siempre fue cosa de hombres, se comenta por ahí y hasta lo dicen ellas mismas. Son ciegas y son mujeres a las que siempre les gustó el fútbol. Algunas desde niñas estuvieron cerca y otras de a poco y por ser apasionadas del deporte se fueron acercando a él. Paulatinamente, ellas comenzaron a ganarse un lugar en la cancha, y aunque sea un camino nuevo y tortuoso no bajan los brazos y se animan a hacerle frente a cualquier rival.

Las Murciélagas son la versión femenina de Los Murciélagos, la selección masculina de fútbol para ciegos. Este deporte incluye tanto a las personas ciegas como a aquellas que tienen una disminución visual que les impide distinguir la forma de una mano. Este deporte es una adaptación del fútbol de sala y cuenta con cinco jugadoras en cancha, con la particularidad de que la pelota es sonora, ya que posee cascabeles en su interior facilitando la localización para las jugadoras no videntes, y debe destacarse que la única persona con visión dentro del campo es el arquero.

Las Guerreras, fue el primer paso para la consolidación de las actuales Murciélagas. La historia comenzó hace ya diez años, en 2012, cuando el actual DT del equipo, Gonzalo Abbas, inició el reclutamiento de mujeres apasionadas por el fútbol para conformar el primer equipo y el inicio del seleccionado. Si bien fue un verdadero reto, porque no existían antecedentes mundiales de futbol femenino para ciegas, Abbas tomó el desafío junto a Santiago Jugo y Lucas Rodríguez (jugador de los murciélagos), y así se conformó el proyecto inicial del equipo. El comienzo de los entrenamientos fue difícil, porque no había muchas jugadoras, lo que obligó al equipo técnico a practicar fútbol mixto junto con los Murciélagos, lo cual también conllevó un reto, ya que los hombres debían entender que las mujeres necesitaban este espacio para aprender.

El difícil camino comenzó a cosechar sus frutos en 2016, con la conformación de las actuales Murciélagas con el emblemático exarquero de los Murciélagos como director técnico, Darío Lencina, en conjunto con los profes Agustín Rojas, Guido Consoni y Sofía Sosa, quienes iniciaron la preparación para todo aquello que se encontraba en el horizonte. A partir de allí, durante tres años, entrenaron para el Mundial de Nigeria en 2020, pero debido a la pandemia de covid-19 se suspendió y debió ser reprogramado para que se realice en 2023, en Inglaterra. Para evitar que las expectativas se esfumaran, se comenzaron a buscar nuevos rivales a nivel continental, donde se encontraron con Colombia y en noviembre del 2021 disputaron su primer encuentro oficial, obteniendo así su bautismo internacional con dos victorias que sirvieron de aliciente para estas deportistas.

A principios del año pasdo, cambió casi por completo el equipo técnico, donde dos viejos conocidos para las chicas volvieron a su banca, Gonzalo Abbas y Santiago Jugo, junto con la continuación de la profe Sofía Sosa, teniendo en sus manos el deber de trabajar cada día más duro para llegar en las mejores condiciones para disputar tanto el próximo Mundial. No solo por el reconocimiento y el trofeo, sino también por la posibilidad de conseguir sponsors y becas que les permitan acceder a cuerpos técnicos más grandes que incluyan kinesiólogos, psicólogos y médicos.

La historia se sigue escribiendo y todavía quedan muchos capítulos por descubrir y campeonatos que ganar. Si bien se les negaron múltiples torneos, ellas saben quiénes quieren ser y buscan ser reconocidas a nivel mundial, así como sus tocayos, Los Murciélagos. Solo queda perseguir los caminos de la gloria y continuar consolidándose en uno de los deportes más lindos, y favoritos de todos los argentinos.

Sin duda, la inclusión es el carácter fundante de este equipo, y tanto la dirección técnica como las jugadoras tienen la esperanza de no solo de clasificar para los próximos campeonatos, sino también de llenar estadios, así como lo hacen en el fútbol convencional.  

Gracia Sosa, capitana de las Murciélagas. 

"El fútbol adaptado es la libertad"

En 2012, las “Guerreras” comenzaron el camino que las condujo a ser las Murciélagas. El grupo de cinco mujeres ciegas que rompen prejuicios y muestran que ser mujer en un mundo de hombres implica luchar por la libertad dentro y fuera de la cancha. Gracia Sosa, la capitana de Las Murciélagas, cuenta como es jugar al fútbol adaptado.

¿En que momento surgió tu interés por el fútbol?

Que yo quisiera arrancar con el fútbol profesional tuvo mucho que ver con el actual técnico de la selección, Gonzalo Abbas. Cuando armó el primer equipo llamado “Las Guerreras”, que nació en 2012, él me buscó para jugar. Yo en ese momento estaba practicando atletismo, asique le dije que no, además porque vivía en Buenos Aires, entonces sabia que no iba a poder ser constante más allá de que me encante el fútbol. Después, en 2014 Gonzalo me volvió a buscar, pero como yo seguía con atletismo le volví a decir que no, pero el 2016, que volví a Córdoba, mi provincia natal y donde se entrenaban las chicas de la selección, lo busqué yo: le pregunté si podía ir a probarme en el equipo y ahí quedé en Las Guerreras. Asique en ese momento arranque con el fútbol profesional, aunque seguía haciendo otros deportes como remo, pero un año después me dedique de lleno al fútbol.

¿Recibiste apoyo cuando te animaste a jugar al fútbol?

Nunca se me negó el deporte, antes que fútbol hice atletismo y remo. Es más, en mi familia nunca me dijeron que no juegue al fútbol porque es un deporte de hombre, por el contrario, tengo cuatro hermanos varones que cuando éramos chicos jugábamos todos al fútbol, y bueno, de ahí le agarre el gustito a este deporte. Entonces cuando dije que iba a jugar en Las Guerreras no tuvieron ningún problema porque a todos les gustaba el fútbol, mi familia y mis hermanos cada vez que pueden me van a ver jugar, jamás les importó el hecho de que fuera mujer.

El fútbol adaptado femenino es bastante reciente en nuestro país ¿Por qué crees que tuvo que pasar tanto tiempo para que surgiera este espacio para las mujeres en el fútbol?

Yo creo que el fútbol en las mujeres tardó un poquito más, por el prejuicio de que “el fútbol es para hombres, y como una mujer va a jugar al fútbol”, aunque, como les contaba, yo eso no lo viví. En mi barrio jugaba al fútbol con los chicos y no me importaba nada, y para otras personas era un “¡no! Como van a jugar al fútbol que es de varones”, mientras que a otros no les importaba. Yo creo que por eso tardó un poquito más, aunque ahora se esta reconociendo, se esta prestando un poco mas de atención al tema y eso está bueno, está bueno que la gente se de cuenta que las chicas pueden jugar “cosas de varones” como el fútbol. “Las murciélagas, Selección femenina de fútbol para ciegas”

¿Crees que a las murciélagas les falta reconocimiento?

Al principio, a mi entender, no éramos tan reconocidas porque esto recién empieza. El proceso arrancó el 2019 y lleva su tiempo armar una selección, por más que sea de mujeres, lleva un tiempo que te reconozcan y sepan que somos una selección y se nos debe respetar como tal, y sobre todo que no se nos debe mezquinar nada. Pero ahora se nos está reconociendo un poco más, por ahí, te piden alguna foto en la calle y eso está bueno. Además de eso, nuestras remeras dicen Murciélagas en la espalda, y eso ayudó, esto es algo “marketinero” por los Murciélagos. Me acuerdo la vez que nos dijeron que elijamos un nombre para el equipo, para la selección: todas nos entusiasmamos y empezamos a elegir nombres “picantes” para nosotras, pero nos dijeron que teníamos que llamarnos “Las Murciélagas”, la verdad, a nosotras no nos gustaba ese nombre porque queríamos uno que nos representara, pero finalmente entendimos que era algo necesario y ahora somos Las Murciélagas.

También nos aumentó la fama el hecho de empezar a jugar partidos como el del año pasado con Colombia, fue el primer pasito para que nos reconozcan. Después de ese partido, el combinado de América fue nuestro segundo paso y además fue la puerta que nos mostró que estábamos haciendo las cosas bien. Seguimos adelante, y lamentablemente nos preparamos para un mundial que de repente no salió por el tema de la Pandemia de COVID-19, fue una pena porque dos meses antes de arrancar nos dijeron que se iba a suspender, entonces nos teníamos que agarrar de algo porque sino la selección se iba a desbarrancar, a mi entender, entonces salió este partido con Colombia. En ese momento, siendo la capitana le dije a las chicas que, si hacíamos un buen papel dejando bien a la selección, demostrándole a la gente, a quienes nos dicen que si y a los que nos dicen que no, que podemos jugar y hacer las cosas bien, el año que viene va a ser mucho mejor, y así fue.

¿Cómo ves el nivel de nuestra selección?

Tenemos un muy buen nivel como selección. Hay que mejorar muchas cosas, pero tenemos una selección para enfrentar grandes objetivos, solo tenemos que tener en cuenta que debemos entrenar más fuerte y apostar a lo que se viene, aunque nos hayan negado determinados torneos, pero hay que seguir porque el que no arriesga no gana. Asique yo creo que sí, que tenemos una muy buena base, un cuerpo técnico que deja todo al igual que nosotras, solo debemos apostar a más.

¿Cómo se llevan con el DT? ¿Crees que es una figura importante para ustedes?

Gonzalo Abbas es fundamental como técnico, al igual que nuestros dos ayudantes: Sofía Sosa y Santiago Jugo. Los tres siempre están tirando para adelante, se los ve muy unidos, y cuando uno ve un grupo tan unido es más fácil seguir adelante y hacer que todo el grupo siga unido. Además, trabajamos todos juntos porque tenemos una meta en común que es sacar adelante a la selección. Nuestro próximo objetivo es ir al mundial del año que viene en Inglaterra, que ojalá se nos dé, pero como te digo, cuando hay un cuerpo técnico que trabaja en conjunto es más fácil que el grupo siga adelante. “Las murciélagas, Selección femenina de fútbol para ciegas” Bua, Castañeda, Friedmann Villanueva.

¿Crees que el fútbol es una herramienta para visibilizar la discapacidad?

Si, el deporte en general es una herramienta para los discapacitados, para que la gente vea que podemos hacer cualquier deporte, que este se adapta a las personas, así como se pudo adaptar el fútbol para ciegos del fútbol de sala, con sus herramientas como las vallas, la pelota y demás. También sirve para los chicos, para que ellos salgan un poquito al mundo y descubran que pueden hacer cosas, y no solo ellos, también sus familias y la gente, que por ahí no se da cuenta que los discapacitados podemos hacer cosas, que podemos jugar al fútbol, que podemos laburar, enseñar música y cualquier cosa que hallamos aprendido.

¿Qué sentiste cuando hiciste tu primer gol?

Cuando hice mi primer gol con la selección, fue lo mejor de lo mejor porque no lo esperé. Yo lo estaba buscando, pero no imaginé que se me iba a dar, tampoco imaginé como iba a gritar la gente, jamás lo había vivido así, ni siquiera con el equipo donde juego. Si vuelvo a escuchar ese gol, se me caen las lagrimas como se me cayeron ese día. Me acuerdo que cuando hice el gol, con la locura que había en esa cancha, me tildé y no sabía para donde ir, no podía ubicarme, no sabia para donde correr, porque era tal el griterío de la gente que no sabía donde estaba mi entrenador, pero cuando bajo el ruido lo pude ubicar y fui corriendo a abrazarlo.

¿Qué mensaje le querés dar a las personas que aún no conocen el fútbol adaptado?

A ellos me gustaría decirles que nos busquen el Youtube. Seguramente salga más información sobre los Murciélagos porque ellos tienen más tiempo de carrera que nosotras, pero para que vean como se juega y nos conozcan, les daría ese consejo.

También les diría que el fútbol es muy lindo en sí, y jugarlo es lo más, sobre todo jugar un fútbol que hace ruido sin tener que ponerle una bolsa a la pelota, como hacíamos en el barrio. Para mí, es poder hacer lo que quiera, de hecho, los jugadores adaptados podemos hacer cualquier cosa, menos jugar al “Coca Cola”, porque no hace ruido la pelota por arriba, después podemos hacer lo que queramos. Para mí, correr por la cancha y saber que no te va a pasar nada porque está todo protegido, es la libertad, yo me siento libre ahí adentro, es la libertad de saber que podés correr rápido y decir “voy” (que es la palabra que usamos para ir a la pelota y no chocarnos con otros), es la libertad misma, perdón por ser repetitiva pero el fútbol adaptado para mí, es la libertad. Asique les diría a quienes no conocen el deporte que busquen y vean como se juega, que siendo ciegos podemos jugar igual y hasta por ahí, mejor que uno que ve. “Las murciélagas, Selección femenina de fútbol para ciegas”

«Es de cancha» un podcast que nace en las tribunas

“Ella dijo”, del rock a la cumbia llegó a las tribunas.

Las canciones de cancha son un complemento de color del futbol. Con letras que hacen alusiones a múltiples cuestiones. Juan Manuel Moretti líder de “Estelares cuenta la historia detrás de su tema Ella dijo, canción tribunera que se ha internacionalizado.

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Es de Cancha S01 E01

por Franco Ojeda. Edición: Lucas “Tyson” Méndez.

“Esperando por ti”, une a varias hinchadas

Fabián Gallardo, cantante músico y compositor rosarino que integró la banda de Fito Páez cuanta la historia de esta canción que es coreada principalmente por las hinchadas de Racing y de Leandro N. Alen. El autor se emociona y maravilla cuando escucha su canción en la cancha y el honor inolvidable que se apropien de su canción.

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Es de Cancha S01 E02

por Franco Ojeda. Edición: Lucas “Tyson” Méndez.

El significado de los cantos tribuneros

¿Por qué cantamos en las canchas? Aliento al equipo, estímulo a los jugadores, incidir en el rendimiento del equipo o demostrar la pasión son respuestas parciales. En este episodio el ensayista Martín Kohan desgrana la complejidad de lo que se pone en juego en cada partido. La presencia de la hinchada es irremplazable.

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Es de Cancha S01 E03

por Franco Ojeda. Edición: Lucas “Tyson” Méndez.

Vamos las Verdes

Vamos las Verdes

Las futbolistas del equipo femenino Sub-19 de Excursionistas sueñan con consolidar la carrera profesional. Un botón de muestra de las dificultades que enfrentan las mujeres para apropiarse de un deporte históricamente masculino.

El día está soleado, es un martes al mediodía, cuando un auto con cuatro chicas llega al club Sacachispas, ubicado en el barrio de Villa Soldati, al sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Minutos más tarde, un nuevo grupo, pero en un vehículo -manejado por el padre de una jugadora de fútbol- llega al lugar. El resto del equipo, arriba por su cuenta al estadio.

Así, de a grupos sueltos, todas por separado, llegan las jugadoras del Club Femenino de Excursionistas a su partido de local en una cancha de la Ciudad que no es la de ellas. Siempre es igual, sea en Sacachispas o en el club Deportivo Español entran con la misma pasión y compromiso.

Excursionistas, club que fue fundado en 1910, se encuentra ubicado en La Pampa 1376 en la zona del Bajo Belgrano de la Ciudad de Buenos Aires. Actualmente, el equipo juega en Primera A y está federado en la AFA. En 1991, se disputó el primer torneo de fútbol femenino de la AFA, el cual contó con ocho clubes: River –que salió campeón-, Boca, Independiente, Excursionistas, Deportivo Español, Laferrere, Yupanqui y Sacachispas. Pero recién, en 2019 llegó la profesionalización –precaria- al país.

Estas futbolistas que acaban de arribar a Sacachispas tienen entre 16 y 19 años y forman parte de la categoría sub 19 de Excursionista. Su entrenadora es Micaela Amarilla. A pesar de las dificultades que conlleva este deporte en Argentina, Fatima Danura (18), futbolista de Excursionistas, dice: “El fútbol no es solamente jugar a la pelota, es más un sentimiento porque te da amistades, te da metas, te da ganas. A la hora de jugar me desconecto de las cosas malas que me pueden estar pasando en la vida cotidiana, es un momento en el cual uno puede hacer algo que te gusta, te llena completamente”.

Pasó una hora y media, son las 13.30 horas en el vestuario de Sacachispas. Suena cumbia de fondo y las jugadoras se cambian, algunas se ponen gel en el pelo y la entrenadora les da una charla técnica con mucho entusiasmo, pero también con dulzura, sobre cómo encarar el partido. El equipo sale al campo y juega en una cancha auxiliar que no está en condiciones: no hay césped que cubra el suelo en su totalidad, el piso se encuentra desnivelado y hay mucha arena, lo que implica que las futbolistas realicen más esfuerzo físico del que deberían. Aún así, lograron imponerse 2-1.

“Jugar en equipo y patear la pelota, eso es la felicidad”, dice Camila Agüero (17), defensora de Excursionistas, cuando ANCCOM le consulta sobre lo que significa el fútbol para ella. Muchas empezaron recientemente a jugar de forma profesional y un gran número del equipo, casi todas, demostraron un fuerte interés a temprana edad por el deporte. “Surge desde que tenía cuatro años. Iba a la plaza con mi papá y con mi hermano y era la típica que no entendía nada de fútbol. Poco a poco, sin que nadie me enseñe, le empecé a agarrar un gusto, comencé a jugar con los chicos de la plaza y era raro porque era la única mujer que jugaba ahí de chiquita, pero le agarré cariño y pasión”, afirma Danura, delantera de la Reserva.

“Un día me di cuenta que todos todos los chicos del barrio me venían a buscar para los partidos; me conocían como la marimacho, por ser la única mujer jugando”, cuenta Florencia Arevalo, mediocampista de 19 años de Excursionistas que tenía seis años cuando empezó a interesarse en el deporte. «Mis primos y hermanos jugaban a la pelota, en ese momento no tenía con quien jugar y en el aburrimiento empecé a patear con ellos. Con el tiempo, se dieron cuenta que era buena y me empezaron a enseñar sobre el deporte y me unían a sus partidos”.

Chapo Myriam (19), futbolista que juega de lateral en Excursionistas afirma: “Hay casos desafortunados donde las mujeres abandonan por cuestiones económicas que, lamentablemente, afectan a muchas jugadoras como al cuerpo técnico, que quieren crecer, que les gusta el fútbol y desean formar parte de un plantel profesional, pero aunque no se vea tan grave, lo económico siempre cuenta”. En este deporte son diversas las problemáticas a las cuales se enfrentan las jugadoras. “Las dificultades que noto son económicas: aunque el femenino esté en la A, el salario es mínimo” dice Arévalo. Y agrega: “Hay personas para las cuales esto es un trabajo, y la economía no las ayuda, muchísimas horas dedicándole a este deporte y ningún sustento”.

A muchos clubes no les interesan los equipos de Reserva, que son los que están dedicados a formar jugadores y jugadoras futbolísticamente para que puedan pasar a jugar en Primera División. En este sentido, Agüero relata: “Les dan dos pelotas, una canchita así nomas y listo. Eso está mal porque las chicas son el futuro”. Además, la jugadora explica: “No se nos da mucha importancia como al fútbol masculino y no genera lo mismo. Deberíamos tener todas contrato o por lo menos un viático”. Este año, las jugadoras juntaron dinero para pagar las bebidas y alimentos que consumen durante y pospartido, como así también, plata para pagarle a los fotógrafos. En este sentido, Danura sostiene: “Se están destrabando un poco las dificultades, pero obviamente tenemos muchas contras, especialmente el público que casi no hay en comparación al masculino y el tema del dinero. Siento que está creciendo el fútbol femenino pero todavía le falta”.

Por otro lado, desde finales de 2021, la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF) firmó un convenio con Excursionistas para incentivar a las jugadoras a que puedan estudiar en el ámbito universitario mientras desarrollan su carrera como futbolistas. La universidad se comprometió a brindar asesoramiento técnico y de gestión, entre otras actividades, para que el equipo pueda tener un mejor desempeño. “Esta alianza no representa un hecho aislado. Existen antecedentes similares, como la de la UAI con el club Urquiza y la de la UBA con el club Defensores de Belgrano”, amplía un comunicado de la institución educativa.

El sábado cinco de noviembre, con un sol radiante, las chicas se preparan para jugar su último partido. Esta vez juegan en el club Deportivo Español, en el Bajo Flores, contra Gimnasia y Esgrima de La Plata. En los vestuarios se percibe cierto nerviosismo pero también emoción: es el último que juegan en el año y quizá se desarme el grupo para la próxima temporada. Salen a la cancha y lo dan todo, pero no es suficiente. Perdieron 3 a 1. Incluso, una de las Verdes sufrió un desgarro pero que rápidamente fue atendida por los médicos y contenida por la entrenadora.

 A pesar del resultado, cuando finaliza el partido Micaela felicita a las jugadoras y hace hincapié en que disfruten todo lo conseguido: la manera en que mejoraron durante todo el año, tanto en los partidos como en el entrenamiento. También les pide que no bajen los brazos si quieren seguir una carrera profesional en el fútbol. Ellas remarcan que siguen jugando porque aman lo que están haciendo y por el apoyo y esfuerzo de sus familias que hacen lo que sea para verlas felices. “Hoy en día tengo unas compañeras geniales, que en realidad, somos una familia. Siempre me pongo en la cabeza que todo esmero tiene su recompensa, y que si no llega hoy, va a llegar mañana o cuando tenga que llegar”, afirma Camila. Del mismo modo comparte Chapo: “Es lo que amo hacer y me enseñaron a nunca bajar los brazos. Allá voy en busca de un sueño, que ojalá, algún día pueda cumplir”.

Arévalo destaca: “Nunca tuve una buena economía y sé que si sigo insistiendo y buscando otros medios voy a lograr crecer , pero no veo una vida sin fútbol, dejar el fútbol para mí sería entrar en depresión. Solo por eso sigo. Y sé que con perseverancia las cosas van a llegar”, concluye Florencia.

El primer viernes de noviembre, en las canchas del Parque Sarmiento, en el barrio de Saavedra, terminan el último entrenamiento del año, el mismo día que cumple años su entrenadora. El esfuerzo y la dedicación que realiza el grupo se puede observar a simple vista, así como también la unión y el cariño que se tienen entre ellas. Varias jugadoras distraen a la entrenadora, que a pesar de ser su compleaños estaba ahí firme con ellas, enfocada en preparar al equipo para el último partido de la temporada. Mientras que otras se agrupan y sacan de sus mochilas una torta y una vela y, de improvisto, comienzan a cantar el feliz cumpleaños logrando así, sorprender a Micaela. Así finalizaban el último entrenamiento del año las jugadoras de categoría sub 19 junto con su entrenadora. Muchas de ellas pasarán el año próximo a jugar en primera división.