“El endeudamiento explica cómo Chile toleró tanta desigualdad”

“El endeudamiento explica cómo Chile toleró tanta desigualdad”

Marco Enríquez Ominami fundó el Partido Progresista de Chile en 2010, también es integrante fundador del Grupo de Puebla. Entre 1990 y 2009 había militado en el Partido Socialista. Fue diputado en el período legislativo 2006-2010, en representación del distrito N° 10, en el que se encuentra la capital, Santiago. Además, fue candidato a presidente en 2009, 2013 y 2017. Su trayectoria está signada por la política desde el inicio en la militancia universitaria.

Actualmente se encuentra inhabilitado para votar y participar en elecciones por el Servel (Servicio Electoral Chileno). Este sábado que pasó, presentó un recurso de protección en contra del Servicio Electoral Chileno para recuperar sus derechos ciudadanos y políticos que le fueron sustraídos en el marco de un proceso judicial abierto en su contra por fraude de subvenciones durante su campaña en 2014.

En las elecciones presidenciales de 2009 obtuvo el tercer lugar con un 20% de los votos. En esa elección, apoyaron su candidatura el Partido Humanista, el Partido Ecologista, el Movimiento Amplio Social (MAS), el Movimiento SurDa, el Movimiento Red Progresista, el Movimiento Regionalista y el Movimiento Unificado de Minorías Sexuales (MUMS). 

“Desde el 18 de octubre de 2019 el pueblo chileno decidió ponerse de pie y participar en el debate económico activamente”, interpretó. Enríquez Ominami en una entrevista. Desde su perspectiva, la sociedad se cansó de vivir endeudada y señala que su tarea política actual es la unidad. Advierte que, si hiciese falta, está dispuesto a ponerse el overol y ser comandante de la misma.

Como rémora de la Constitución de Pinochet, los representantes políticos de las distintas regiones de Chile, son designados por el Poder Ejecutivo. Los chilenos nunca han elegido en las urnas a sus gobernadores. Por eso, la elección que tuvo lugar el 16 de mayo fue histórica: por primera vez la ciudadanía estuvo habilitada para escoger democráticamente a los gobernadores de las 16 regiones del país.

El pasado 13 de junio se realizó la segunda vuelta de las elecciones a gobernador en trece de las dieciséis regiones del país, entre ellas la Metropolitana correspondiente a la Ciudad de Santiago, donde ganó la Concertación.

A propósito del momento político actual que vive la sociedad chilena, ANCCOM dialogó con Marco Enríquez-Ominami.

¿Cuáles fueron los hechos que propiciaron la expresividad política del pueblo chileno en los últimos años?

 Hemos sostenido como progresistas que el milagro chileno se explica, en buena parte, por la bancarización de las y los chilenos. En los años noventa, y también en dictadura, las y los chilenos tuvieron que bancarizarse para pagar su educación, su salud, su previsión, el transporte, etc. Y, por lo tanto, ese endeudamiento privado que explica cómo un país pudo haber tolerado tanta desigualdad durante tantos años, despierta una gran rabia. En particular, el partido Progresista lo que ha dicho es que el presidente de Chile no puede pretender seguir endeudando a una sociedad sobreendeudada, donde el 40% de los chilenos ya no tiene capacidad de endeudamiento adicional. No puede proponer créditos en medio de una pandemia en la que, justamente, hay que disminuir la movilidad, por lo tanto, disminuir la oferta y la demanda, disminuir el consumo, disminuir la actividad económica y, en consecuencia, aumenta el desempleo. Ofrecer créditos en un contexto así es, simplemente, un error.

 ¿Por qué creé que fue esa la iniciativa del gobierno en este contexto?

 Creo que por la falta de empatía. La idea de la derecha para conducir la economía: desde una responsabilidad y austeridad fiscal está basadas en datos que no son ciertos. Chile tenía ahorro fiscal, una deuda pública baja, una buena calificación internacional permitiendo, en un momento excepcional, actuar con un Estado que protegiera, que fuera también excepcional en su comportamiento. Lo que ellos hicieron fue, con ideas conservadoras, enfrentar una crisis que requería mucha  audacia.

 ¿Cuáles son los elementos más conservadores en la Constitución promulgada por la dictadura pinochetista?

 La Constitución actual es la que establece que Chile sea la Corea del Norte del capitalismo. Por ejemplo, en que el Estado es esclavo del mercado, en que no exista descentralización efectiva de las regiones, en que tengamos una monarquía napoleónica y borbónica, en que no tengamos una democracia participativa y directa junto con la democracia representativa y liberal, junto al no reconocimiento del derecho al trabajo.

¿Qué relevancia política tiene la Convencional Constituyente recientemente electa?

 Creo que el proceso Constituyente es esencial. Aunque las cifras también indican que no tocamos el corazón de los chilenos. Recordemos que del 100% del padrón habilitado votó apenas el 43% e incluso los chilenos votaron más por sus alcaldes, por sus consejeros municipales, que por sus constituyentes. Por tanto, eso no le quita la legitimidad necesaria a esa fantástica Constituyente. Aunque es cierto que tampoco se tocó el alma profunda de Chile. Este es el desafío que a mi juicio la Constituyente tendrá. Hacer reformas, nuevas reglas, un nuevo texto constitucional, convocando a la gran mayoría de chilenos. Pero de todas maneras, esto no le quita ni un ápice de legitimidad a la Constituyente.

¿Está legitimada por la sociedad la Convencional Constituyente?

 La Constituyente tiene un poder legitimado. La legitimidad es importantisima, no solamente por su origen democrático sino por su composición popular, feminista, progresista e indigena.

 ¿Quiénes han sido los ganadores y perdedores en los nuevos tiempos políticos que vive Chile?

Ganó el cambio, la renovación de la política, pero creo que también ganó la ruptura. Eso es indiscutible. Fue derrotado el gobierno y las ideas de la derecha.

¿Piensa postularse a presidente?

 Me lo preguntan todos los días, a toda hora. Me parece que hoy un error de los candidatos y candidatas es presidencializar el debate. Yo creo que lo importante era la elección de gobernadores, la primera en la historia, de este fin de semana. Después tenemos, por supuesto, la pandemia y la economía, además la Constituyente. Creo que, muy a último minuto, se tiene que hablar de la elección presidencial. Para ese momento, nadie puede restarse. En lo personal, no tengo ningún plan para eso pero tampoco voy a decir que no estaré disponible si sirvo de algo en alguno de los cargos que sirva

«Nos mean y los medios dicen que llueve»

«Nos mean y los medios dicen que llueve»

Referentes de la comunicación alternativa y popular analizan el accionar de sus medios en las jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001. La historia del movil que se convirtió en refugio de las Madres de Plaza de Mayo.

Walter Isaía, cubrió la represión en Plaza de Mayo del 19 y 20 de diciembre de 2001 para la radio La Tribu.

Durante el 19, y especialmente el 20 de diciembre del 2001, los medios de comunicación de la Ciudad de Buenos Aires se encargaron, cada uno a su manera y con sus herramientas, de mostrarle a sus audiencias qué era lo que estaba sucediendo en las inmediaciones de la Plaza de Mayo y el Congreso de la Nación. 

Mientras se llevaba a cabo la violenta represión policial en el centro de la ciudad, se planteaba la disyuntiva: “¿Desde qué lado informamos?”. Pese a tener una referencia simbólica, esta vez la pregunta apuntaba a lo material. “¿De qué lado ponemos la cámara, detrás de la policía o atrás de la gente?” La respuesta configuró una forma de comunicar de ahí en adelante. 

Durante la década de los noventa, los medios alternativos, alterativos, sociales, porpulares, autogestivos, contrahegemónicos o de contrainformación -cada uno elegía su forma de autodefinición- se convirtieron poco a poco en una caja de resonancia para las voces que no tenían lugar en otros medios de comunicación. En la mayoría de los casos, su objetivo era reconstruir el tejido social y establecer diálogos entre actores que no dialogaban. Había una hegemonía muy clara que buscaban romper.

Walter Isaía, conductor de FM La Tribu entre 1997 y 2004, asegura que este es el caso de esa radio comunitaria, que se fue consolidando como un espacio de encuentro y refugio para distintas organizaciones sociales que resistían al neoliberalismo reinante. Su tarea como “colectivo de comunicación” también se ramificó hacia otras actividades: el centro de capacitación, el bar, la publicación de libros y producciones audiovisuales. 

En su momento, también medios como ANRed, La Conjura TV, Revista Campo Grupal, Indymedia, Diario Nuestra Lucha, entre otros, buscaban agrupar, cada uno con sus plataformas (gráfica, audiovisual o radial o digital), reclamos diversificados de distintos sectores de las clases populares, ante la falta de centralización de una lucha política. 

A principios del siglo, se manifestaba claramente una búsqueda de recuperación de los espacios públicos, luego de que los años noventa estuvieran atravesados, precisamente, por su privatización. Mucha gente sentía que los medios alternativos podían contener o expresar alguna de sus furias, demandas o inquietudes. 

Claudia Acuña es cofundadora de lavaca, un medio de comunicación social que nació al calor de la crisis de 2001.

Durante el 19 y 20 de diciembre de 2001, confluyeron todos esos años de reclamos y organización en una unificación de demandas que llevaron a miles y miles de personas hacia el centro de la Ciudad de Buenos Aires. Los escraches, las huelgas, la carpa docente, el asesinato de José Luis Cabezas y muchas situaciones más, sirvieron de disparadores para esa movilización.

“No se puede entender el 2001 sin la dimensión del `hagamos lo que queremos´, no era solamente el que se vayan todos y ya está. No había nada, pero estaba el deseo. Y eso era algo muy fuerte”, afirma Claudia Acuña, fundadora de Lavaca, medio constituido en abril del 2001. 

Los medios de comunicación que decidieron pararse a informar desde el lado de la gente, tuvieron un rol fundamental a la hora de documentar y revelar lo que sucedía. “El que se informaba desde los medios empresariales y comerciales, no iba a la plaza. Muchos de esos medios ni siquiera comentaban lo que estaba sucediendo, y si lo hacían, te mostraban cómo los policías sufrían piedrazos por parte de los manifestantes”, asegura Walter Isaía.

Por ese y otros motivos más, surgen las famosas frases y pintadas en las calles, como “Nos mean y los medios dicen que llueve”. En ese sentido, Claudia Acuña agrega: “Ya no había confianza en los grandes medios, era sabido que no vivían de vender noticias e informar, sino de las noticias que ocultaban. Negociaban la no publicación de una noticia por la llegada a un satélite u otras extorsiones millonarias por telecomunicaciones”. Se reconfigura el sistema de medios, las empresas se convierten en corporaciones con poder político, que extorsionan y buscan favores, y ya no es necesaria la pauta para subsistir. 

Lucía Berra, fotógrafa de Contraimagen, un grupo de contrainformación volcada al registro audiovisual, describe: “El 19 y 20 aceleraron enormemente un proceso que ya venía pasando desde antes, sobre todo durante el 2001, que fue la activación por todos lados de grupos de contrainformación que pudieran ser una herramienta ante la desinformación brutal que generaban los medios masivos”. 

El caso del móvil de FM La Tribu representa en carne y hueso el nivel de involucramiento con la realidad que atravesaban. “El 19 y 20 de diciembre, el móvil de la radio estuvo en el centro del conflicto, trasladándose una y otra vez entre el Congreso de la Nación y la Plaza de Mayo, acompañando las protestas, denunciando la represión. Ese móvil fue, siguiendo los principios de La Tribu, también comunitario: actuó como espacio de protección para las Madres de Plaza de Mayo, para los manifestantes sociales e, incluso, para los periodistas de otros medios”, cuenta Ximena Tordini, ex integrante del colectivo de Radio La Tribu, que estuvo dentro del móvil en esa jornada. 

El momento en que la policía comienza a reprimir violentamente a las Madres de Plaza de Mayo durante su ronda de los jueves fue un punto cúlmine en la jornada. Al ver eso por televisión, y con el recuerdo todavía fresco de la última dictadura cívico militar, mucha gente decidió salir a la calle a dar apoyo a las Madres por la situación que estaba aconteciendo. El conductor del móvil de La Tribu, en un acto de valentía casi heroica, decidió subir la camioneta a la plaza, cruzar a los caballos de la policía, y subir a las madres a su refugio en movimiento. 

“El móvil de la radio funcionó más como ambulancia o un dispositivo para proteger a los compañeros de la represión -para que salieran del foco del conflicto y no fueran lastimados-, que como un móvil de cobertura periodística. La radio actuó también como una línea directa con los acontecimientos, pero sin los códigos naturales de la producción periodística”, agrega Walter Isaía. 

Este accionar da cuenta de la intención de no quedarse solamente con los números de los muertos y heridos en el día, sino de un periodismo comprometido, que ponía el cuerpo para contar cada historia allí presente. 

Lucía Berra tomó esta fotografía durante la represión en Plaza de Mayo.

En esa plaza confluían la experiencia de militantes que venían de espacios culturales, de la comunicación, que nunca habían tenido que enfrentar algo similar a lo que allí sucedía, con la experiencia de los compañeros del movimiento piquetero, con saberes previos de enfrentamientos con el Estado armado, que nutrían de destrezas a los inexpertos. 

Durante ese día, los medios autogestivos se resignificaron, salieron de su lugar y se convirtieron en otra cosa. Otro ejemplo de ello es el Colectivo Argentina Arde, que mientras la policía reprimía y los manifestantes resistían, llevó adelante una muestra fotográfica en las calles, con imágenes impactantes, sacando las fotos de su lugar de contemplación, como un museo, y resignificando la calle como un lugar de disputa política. 

A partir del 2001 el escenario para los medios populares, alternativos y/o comunitarios cambió. Se ganaron un lugar de legitimidad en la sociedad y dejaron de ser menospreciados para pasar a tener una voz autorizada. Las radios FM volvieron a tener servicios informativos. La información se volvió algo demandado socialmente. Muchas más personas empezaron a sentirse parte de la construcción del relato público de los acontecimientos.

Les jóvenes son interesantes

Les jóvenes son interesantes

La Legislatura bonaerense reconoció al documental “¿Qué queremos hacer?, una película realizada por jóvenes para pensar las problemáticas de una generación atravesada por la pandemia. Una obra federal, diversa y con una agenda que interpela a los adultos.

¿Qué Queremos hacer? Es la película de Les Jóvenes que expone el primer relato colectivo de la generación que transcurrió su juventud en pandemia. Atravesados por el aislamiento, discutiendo el calentamiento global y la digitalización de la vida se preguntan ¿Qué está pasando con la generación joven?

“El documental surge del dolor. De la desesperación del año pasado, de ver que no nos estaban escuchando. Somos jóvenes con distintas demandas pero que tenemos un problema en común: no hay futuro para nosotres. Eso fue lo que nos impulsó a hacer el documental. Tenemos que entender que el mundo lo hacemos nosotres, con nuestro presente. Está en nosotres si nos podemos organizar, si nos podemos ver y si podemos generar un movimiento que nos permita construir un futuro. No podemos esperar a tener 30 años para definir el presente, tenemos que hacerlo ahora”, asegura Diego Belaunzarán Colombo, director y referente de la organización.

En un país donde el 62,9% de chicos y chicas serán pobres para fin de año según UNICEF, el panorama de finalización de la pandemia no es muy alentador para la juventud. Según el informe de la ONU, entre diciembre de 2019 y diciembre de 2020, la cantidad de chicas y chicos pobres se calculaba entre 7 a 8,3 millones. Afirman que sus cálculos están basados en datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) y pronósticos del Producto Bruto Interno (PIB), provenientes del Fondo Monetario Internacional (FMI).

“Como jóvenes, somos la generación más preparada, más educada y, a la vez, la más precarizada y más vulnerable. Hay como muchas tensiones ahí, porque de repente tuviste todas las herramientas, pero estás relimitado”, desarrolla desde Córdoba, Sofía de 23 años en su testimonio incluido en la película. 

“Desde la realidad de las juventudes de 13 localidades de la República Argentina, nuestro documental pone sobre la mesa nuevos conceptos con los cuales pensarnos social y filosóficamente, en un mundo que va cada vez más rápido hacia ninguna parte”, describe la agrupación sobre la película. 

El grupo Les Jóvenes se denomina un gremio generacional. Es nativo digital y surgió a principio del 2019 bajo el lema “#QueremosUnFuturo, en desacuerdo a las políticas del expresidente Mauricio Macri. Convocan a diferentes marchas y micromilitancias por su cuenta de Instagram, su principal medio de comunicación, donde comparten sus propios contenidos audiovisuales cortos y atractivos. Actualmente tienen 38.600 seguidores en la plataforma. Abordan las problemáticas y preocupaciones de esta generación. Dentro de sus líneas políticas se encuentra la lucha por Derechos Humanos, activismos LGBTIQ+, ambientalista y feminista.

«Con el macrismo, nuestra generación se alejó de la política, básicamente porque dejó de ser un espacio donde los jóvenes puedan hacer algo».

“Nace como un juntémonos les jóvenes para hacer política para les jóvenes. Tiene que ver con un sujeto que había empezado a militar durante los gobiernos de Néstor y Cristina, mientras estaba en el secundario, yo pertenezco a eso. Pero con el macrismo se alejó de la política, básicamente porque dejó de ser un espacio donde los jóvenes puedan hacer algo. Nosotres empezamos convocando de una manera no tradicional”, explica Diego sobre cómo empezó la organización.

La licenciada en Comunicación Social, Milagros Andrea Lagneaux desarrolla en la revista académica Hologramática que: “Les Jóvenes como organización, conformada precisamente por jóvenes, utiliza y explota las redes sociales para elaborar una propuesta comunicacional que interpela a pares a través de la exposición de sus demandas y problemáticas cotidianas y a partir de la búsqueda de la participación y de la organización. En ese sentido esa exposición buscada también ocupa un lugar de transformación de lo hegemónico; Les Jóvenes ya no esperan que les otorguen un lugar o invitaciones para participar, sino que es parte de sus búsquedas, crear sus propios espacios políticos de participación”.

La sinopsis del material audiovisual, ¿Qué Queremos hacer? explica: “Es un viaje que hicimos -y seguimos haciendo- para encontrar respuestas y en el que hallamos más preguntas. Un viaje que hicimos para encontrar soluciones, y en el que hallamos esperanza”. Diego Belaunzaran Colombo desarrolla: “Es increíble ver que los jóvenes en diferentes partes del país piensan lo mismo. Es real que hay una juventud muy politizada, pero con diversidad. En el documental se ve una juventud rural que se siente invisibilizada, una juventud de ciudad más chica del interior del país que le preocupa el tema del arraigo, una juventud de los conurbanos que el aislamiento les saca las ganas de seguir estudiando. Otra juventud de Capital Federal que dice: “Ahora siento que no tenemos ni qué contarnos porque me junto con vos pero ya sé qué pasó porque lo subiste a Instagram. Pero todos ellos tienen un hilo conductor. ¿Cómo puede ser que alguien de Quilmes diga lo mismo que alguien de Junín, pero con otras palabras?” 

Desde su estreno en Parque Centenario de la Ciudad de Buenos Aires, con cerca de 300 espectadores, la película se ha proyectado en numerosas localidades y espacios comunitarios de manera libre y gratuita. Lomas de Zamora, Belgrano, Mar del Plata, Junín, Luján, La Plata e incluso en el sitio de memoria Ex “Pozo de Quilmes”.

El director comparte que la parte que más disfruta es el debate luego de la proyección. “Incluso a los jóvenes que no están discutiendo los temas de los que trata el documental pueden verse atravesados por el relato. Porque en cuanto lo vean van a escuchar algo que a ellos también les pasó. El documental tiene mucho el espíritu de que todos somos iguales, no decimos que hay una verdad, sino que hacemos una pregunta y sobre ella hay un montón de reflexiones e intimidades. De abrir el corazón. Creo que, si se habla con el corazón, llora el corazón”, describe.

El documental está disponible de manera online y totalmente gratis en la página www.quequeremoshacer.com.ar, donde también se puede acceder a más información sobre el proceso de producción y difusión del trabajo. “Hay un gran silencio que atravesó a toda la generación, del que nace una reflexión. De esa reflexión nacen dos ideas fuertes. La de construir este puente generacional y que eso nos permita construir el mito. El mito es la posibilidad de que colectivamente veamos un horizonte. Un horizonte para poder seguir caminando. Después, si vamos a llegar o no a algún lado, es otro problema. Pero por lo menos sigamos caminando, porque lo que nos está pasando ahora es que no podemos ni avanzar porque no vemos un futuro”, agrega Diego.  

«El universo audiovisual está en permanente cambio»

«El universo audiovisual está en permanente cambio»

Por: Lucía Iossa Urbizu

Fotografía: archivo TELAM

Con el consenso como bandera, diversas organizaciones del cine fundaron el Espacio Audiovisual Nacional con el propósito de dar nacimiento a una nueva ley que contemple las necesidades del sector, impulse una producción federal y ponga límites a los monopolios.

Organizaciones como Argentores, Proyecto Cine Independiente (PCI), la Asociación de Productores Independientes de Medios Audiovisuales (APIMA) y Directores Argentinos Cinematográficos (DAC) crearon el Espacio Audiovisual Nacional cuyo objetivo es lograr una nueva ley para el sector. “Hoy el audiovisual es pleno y amplio y por eso es indispensable unificar las voces para llegar a un consenso que nos represente para construir una industria a futuro”, afirma el actor, director, guionista y uno de los voceros del proyecto Daniel De La Vega.

¿Qué es el Espacio Audiovisual Nacional?

Es el lugar para la construcción colectiva de una nueva ley audiovisual, y a su vez donde reunimos las voces de los distintos sectores de la industria que pudieron evaluar cuáles fueron las necesidades de los últimos 27 años tras la exitosa gestión de la Ley de Cine 17741, actualmente vigente. El nuevo proyecto incluye áreas que no podían tenerse en cuenta en aquel momento cuando, por ejemplo, Internet no existía. Estamos pensando en cuotas de pantalla adaptadas a los diferentes formatos narrativos. Hoy el cine está unificado, ahora es audiovisual, sin desmerecer de ninguna manera y protegiendo a la industria cinematográfica que es básicamente la quintaesencia de nuestra tarea. La cultura siempre apoyó la narración de largometrajes para cine. Hoy el nuevo paradigma necesita incluir además a las nuevas plataformas, las series, la animación y el documental.

¿Cómo surgió la idea de esta nueva ley?

Está instalada hace años. Un pensamiento establecido que estuvimos rompiendo es que la Ley de Cine no hay que abrirla. Es una de las grandes inseguridades que muchos del sector tenían. Todos sabemos que hay un nuevo paradigma y que es necesario un cambio. El proyecto de cambiar la ley está instalado a partir del momento que las nuevas tecnologías se hicieron presentes.

¿Qué plantea el anteproyecto?

Se tomó como marco comparativo el excelente trabajo hecho en la Ley 17741 de 1994. Uno de los objetivos es la unificación del conjunto del universo audiovisual, esa es una gran diferencia con respecto a la anterior normativa. Se le va a conferir al INCAA un nuevo tipo de administración que le permitirá ser más democrático e inclusivo para el sector federal del interior que siempre fue relegado. Hay una ampliación de regulaciones y gravámenes que debería ser incluida porque las plataformas hoy son la única opción que tenemos para exhibir nuestros materiales. Hay empresas multinacionales que hacen negocios en nuestro país, que no están siendo reguladas por el Estado y que esta ley pretende regular a favor de la producción nacional. Que haya un gravamen para estas plataformas para que se pueda seguir haciendo cine nacional mientras ellos hacen sus negocios, pero apoyando a nuestra propia cultura. La idea también es recomponer el “costo medio”, es decir el costo real de una película ni grande ni pequeña, el dinero necesario. Eso es algo que está muy atrasado dentro del Instituto ya que todos los presupuestos que maneja llevan dos años de atraso y el dinero que te ofrecen no está a la altura de las necesidades. Este anteproyecto también quiere clarificar los sistemas de ayuda con respecto a los créditos y subsidios porque hay un gris que en la Ley 17741 no supo resolverse. A su vez, que haya una planificación anual que establezca cuáles son las necesidades y las posibilidades para la producción y que pueda haber una distribución lógica y coherente de las posibilidades financieras del nuevo ente que se va a llamar Instituto Nacional de Artes Audiovisuales (INAA). La intención es descentralizar, es decir que haya representatividad del INAA en diferentes provincias o regiones. Y la nueva ley cubre algo que no se tuvo en cuenta en la ley original, que es la equidad de género y el no binarismo. El cine tiene que pertenecer a los que más y a los que menos tienen, a todos. Tiene que ser una ley plural e inclusiva. No podemos permitir que sólo haya un cine para pocos que tienen muchos recursos.

¿Qué posición se adoptará con respecto a una Cinemateca nacional?

Hay una vocación en este anteproyecto de respetar la ley de la Cinemateca (CINAIN) pero la verdad es que no se cumple, no hay una restauración del material audiovisual nacional, y eso hace que día a día las películas argentinas vayan desapareciendo, nuestra historia se va desvaneciendo.

¿Qué significa un plazo de 99 años para los tributos que genera esta ley?

Durante la gestión de Mauricio Macri se acordó que toda regulación impositiva, todo gravamen, debería tener sí o sí una fecha de caducidad. Eso colocó al cine entre la espada y la pared porque aparentemente en diciembre de 2022 caducaría el fondo de fomento cinematográfico, el acceso a ese fondo directo del INCAA que venimos cobrando, ese 10% de las salas. Esta es una preocupación muy grande. La ley reguló en su letra un período de 99 años, que es simbólico, porque entendemos que es suficiente y que durante ese tiempo habrá por lo menos tres reelaboraciones de esta ley, que seguramente reformularán esa fecha y la podrán tener en cuenta.

¿Y qué significa que se agrega la función de “promover la formación de audiencias”?

Es la eterna búsqueda de encontrarse con el público, es necesario que los que no han tenido acceso a nuestro cine conozcan nuestras pantallas. Estamos a merced de industrias foráneas que imponen sus valores y su cultura. Tenemos una ley como la 17741 que ha sido ejemplar en el mundo, más allá de que se haya quedado en el tiempo, porque nos permitió construir una identidad cultural mediante el fomento cinematográfico que se obtenía a través del consumo mismo del cine.

¿Por qué es necesario hacer cumplir las cuotas de pantalla?

Es la necesidad de ganar las audiencias, tener un cine que sea reconocido por su propio espectador y que uno tenga la opción de encontrar los espejos de su propia cultura en diferentes salas o sea sentirse reflejado, identificado con su propia obra, la de nuestros autores y directores. Esto es indispensable, el Estado tiene que regular porque existe un mercado que impone su voluntad y tiene ética de sus propios intereses. Nosotros tenemos que velar por nuestra cultura nacional.

¿Esto está relacionado a los algoritmos que funcionan en las plataformas digitales?

Lo estamos teniendo muy en cuenta en la confección de este anteproyecto porque es también importante en qué lugar, en qué parte del catálogo se colocan las plataformas, cuántas películas nacionales deberían tener estas plataformas en relación a cuántas deberían producir en este país, cuál es el espacio que tenés que ocupar en el catálogo, son todas preguntas que estamos tratando de resolver en este anteproyecto.

¿Es una ley antimonopólica?

Sí, su vocación es precisamente esa. Hay una palabra difícil de enmarcar que es independiente de las empresas multinacionales, de los monopolios. Nosotros apoyamos a la industria, a las empresas, a los productores independientes  y sí, estamos cuidando que exista un espacio para que haya independencia de pensamiento y de obra.

 

El cine no va a morir nunca y de eso también habla esta ley. El cine va a estar presente porque es parte de nuestro ADN. Lo que pasa es que se está diversificando y tiene un espectro mucho más amplio.

Daniel de la Vega

¿Tienen pensado un plazo de entrega del anteproyecto al Congreso?

Estamos en diálogos. Hoy nuestro objetivo es alcanzar el mayor consenso posible, que todas las voces se sientan representadas. Hay una gran parte del sector de la política que está interesado. Hay mucha visibilidad en el proyecto y algunos han tenido acceso al texto. Nuestra preocupación actual es que esto es un borrador de un anteproyecto. Queremos el mejor resultado, que todos estemos de acuerdo, esa es nuestra vocación.

¿Por qué se plantea abarcar toda la cadena de proceso?

Es un gran logro -la ley anterior no lo tuvo en cuenta- que haya guionistas que puedan desarrollar proyectos cuando nadie cree en ellos, o sea gente que realmente pueda impulsar sus historias. El acceso a más personas a contar relatos, a que cada uno pueda llevar su historia a la pantalla. Que uno pueda acompañar la producción de la película con una institución que presente, que regule y que al final del proceso de la cadena, una multinacional no imponga su voluntad y te deje afuera me parece que son funciones fundamentales del nuevo INAA. Toda la cadena tiene que ser respetada para que ninguna parte del proceso invisibilice nuestro trabajo.

¿Qué tipo de conducción existirá en el INAA?

Pasaríamos a un directorio integrado por 13 miembros de los cuales una gran parte pertenecen a asociaciones profesionales y otra a representantes del interior del país. También dentro de ese contexto se está respetando la equidad de género, o sea que es una forma de conducción completamente diferente, pretende ser más democrática y que haya más voces a la hora de tomar decisiones. Esa administración va a tener como responsabilidad todos los años de establecer un plan de fomento, es decir definir las políticas anuales. Es un directorio democrático que no queda sujeto a una sola persona sino que es una decisión de un grupo de entidades de diferentes sectores profesionales y del interior.

¿En qué afectó a la producción nacional la llegada de las plataformas de streaming?

Lo que más nos afectó fue la pandemia, el streaming estuvo presente y nadie se dió cuenta del daño que podían llegar a hacer en el contexto donde las pantallas desaparecen. Ahora se hizo evidente que sin pantallas, sin salas, sin posibilidad de encontrar la gran experiencia cinematográfica que supone ese amplificador de emociones que es estar con el otro viendo en pantalla grande y un sonido 5.1 una película, de pronto estamos todos encerrados en nuestros hogares viendo cine y sin poder producir. Muchas de las posibilidades de recuperación están en la pantalla, en llegar al público. No tuvimos acceso a ese público y el único que lo tiene son las plataformas. Es evidente que no están siendo reguladas y eso hace que no podamos seguir produciendo. Fue como una toma de posición silenciosa, pausada y que hoy se hace evidente que ha hecho mucho daño.

¿Las plataformas están matando al cine?

No, lo estamos reinventando todo el tiempo. El cine no va a morir nunca y de eso también habla esta ley. El cine va a estar presente porque es parte de nuestro ADN. Lo que pasa es que se está diversificando y tiene un espectro mucho más amplio. La plataforma es otra forma de contar y está muy bien, pero los contenidos siempre van a estar presentes. Esta ley protege los contenidos, sean cuales fueren. Las plataformas son una forma de comunicación, una nueva forma de llegar a la gente, los celulares son otra, la gente ve películas en celulares, en ipads, en televisores, en el cine. El contenido está y las formas van cambiando.

¿Qué plantea el anteproyecto respecto de los gravámenes para plataformas OTT y de comercialización de videojuegos?

Efectivamente se está incluyendo el universo de los videojuegos entendiendo que también hay un mercado enorme de la narrativa de los juegos electrónicos e interactivos. También esta es una ley que puede ayudar tanto a la producción como para regular también las empresas que puedan producir videojuegos en nuestro país.

Se busca el fomento al cine independiente, ¿qué ocurrió hasta ahora?

Fue el que más sufrió. Cuando las multinacionales y los monopolios deciden imponer sus voluntades a través de sus capacidades financieras y económicas, el cine independiente queda relegado. Es decir, no tenés pantallas, ni capacidad de producción, ni forma de llegar a los fondos. La vocación de la antigua ley fue darle ese espacio pero la verdad es que no se cumplió. Para eso tuvimos estos 27 años de trabajo donde se ha producido, donde hemos tenido estas vitrinas, estos proyectos internacionales que ha tenido el cine argentino en el mundo para aprender de la experiencia, ver cómo superar la excelente ley 17741. Nadie niega la efectividad de la ley pero sí todo es perfectible y con ese criterio hemos trabajado en este anteproyecto.

¿Mutó la figura del espectador con las plataformas?

El audiovisual está en permanente crecimiento y cambio y las formas de consumo cambian permanentemente y es imprevisible lo que va a pasar. Tratamos de soñar con el futuro, de prever muchas cosas pero es imposible y en ese sentido no sé si hay un nuevo espectador, lo que hay son diferentes formas de consumo. La narración va a seguir existiendo, va cambiando su forma y en ese sentido creo que es indispensable tener un anteproyecto de ley audiovisual que sea lo más abarcativo posible.

“Queremos que se pida su captura”

“Queremos que se pida su captura”

Mauricio Macri no se presentó a la indagatoria por la causa de espionaje ilegal a familiares del ARA San Juan. Citado por segunda vez por el juez federal de Dolores Martín Bava –la anterior había sido el 7 de octubre–, el ex mandatario adujo incompetencia y arbitrariedad de parte del magistrado para justificar su ausencia.

Los familiares de las víctimas del submarino siguen esperando respuestas, pero son escépticos. En diálogo con ANCCOM, Claudio Rodríguez, hermano del suboficial Hernán Rodríguez, afirma: “No se va a presentar, no tiene ganas, está haciendo todo lo posible para evitarlo. En la primera citación que le hizo la justicia por el espionaje a las familias, que fue real, él está mencionado en los papeles que los espías le mandaban diciéndole ‘Señor presidente, cuando vaya a verlo tal y tal persona, le va a decir tal y tal cosa en la Casa de Gobierno’, o sea que esos papeles de la investigación estaban dirigidos a él”.

Jorge Suárez, padre del cabo Germán Oscar Suárez, subraya que “el abogado de Macri aún no hizo nada, todavía ni fueron a ver el expediente. Si Macri viniera, para informarle, tendrían que haberlo visto y no lo hicieron”, sostiene. Según Suárez, se trata de una chicana para estirar los plazos: aducirán que no tuvieron tiempo de leer la causa y que el ex presidente no acudirá a la indagatoria ya que, en caso de asistir, el juez lo procesaría. Y agrega: “Por eso Bava se adelantó y le dijo que el expediente estaba a su disposición y que lo podían ir a ver tranquilamente”.

El abogado querellante y familiar, Luis Tagliapietra, padre de Alejandro, teniente de fragata, señala: “Lo que esperamos es que como todo ciudadano se presente, se ajuste a derecho, cosa que no ha hecho, más allá de la presentación que realizó a través de su abogado, y que diga la verdad, aunque esa no es la expectativa que tenemos. No creo que vaya en contra de lo que ya dijeron Arribas y Majdalani. Por lo pronto, esperamos que se presente y después, el juez y nosotros, en tanto querellantes, evaluemos esa declaración y pidamos las medidas que correspondan”.

“Cuando le hicieron la primera citación, presentamos un pedido de captura internacional por desacato y desobediencia porque creíamos que no iba a aparecer ni tampoco hoy, así que queremos que el juez haga lo que tenga que hacer como con cualquier ciudadano argentino que no se presenta ante la justicia. Fiel a su accionar mafioso, que maneja hilos en la justicia, en el gobierno, en la prensa, Macri no va a presentarse. Queremos que la justicia obre en consecuencia y pida su captura”, asegura Rodríguez.

Luis Tagliapietra, padre de uno de los tripulantes del ARA San Juan y abogado de una de las querellas que se siguen por el hundimiento del submarino.

En lo relativo a la prohibición de salir del país para Macri, Tagliapietra detalla: “Está firme, por más que la haya apelado, y no se le puede imponer carácter suspensivo tal como pidió. Por lo tanto, hasta que no resuelva la Cámara Federal de Mar del Plata, no va a poder volver a salir de la Argentina, mucho más con este antecedente de que pretende quedarse en Estados Unidos a dar clases. Ese es nuestro reclamo, que se sostenga esta medida. Y vamos a reiterar nuestro pedido de que se lo declare en rebeldía y se ordene su captura nacional e internacional”, concluye Tagliapietra.