¿Qué es ser peronista hoy?

¿Qué es ser peronista hoy?

Un nuevo 17 de Octubre encuentra al peronismo divido en tres actos: uno en Plaza de Mayo, otro en Obras Sanitarias y un tercero en Laferrere. ¿Cómo se mantiene la doctrina en un gobierno condicionado por el FMI?

Se conmemora un nuevo 17 de octubre, fecha en la que el peronismo celebra el origen de su identidad política. En el transcurso de 77 años, el movimiento ha configurado y marcado el escenario político del país, donde las banderas de justicia social, independencia económica y soberanía política continúan siendo levantadas.

“Ser peronista hoy es lo mismo que haber sido peronista en el 45’”, comenta a ANCCOM el artista Daniel Santoro y agrega: “Tiene las mismas motivaciones: lograr una felicidad compartida, la felicidad del pueblo. Las otras que también concurren a lo mismo es la soberanía política y la independencia económica, sin la cual no se logra lo más importante”.

Por su parte, la senadora bonaerense María Reigada, indica: “Ser peronista es ayer, hoy y mañana, estar del lado de los sectores populares y pensar un país que tenga mayor igualdad, incluir a través del trabajo y garantizar los derechos fundamentales”.

Pensar el ser peronista en la actualidad, implica atender a las nuevas formas políticas de nuestros tiempos. En ese sentido, Mercedes Cabezas, Secretaria de Organización de ATE, comenta: “Es avanzar hacia un espíritu en términos de clase, repensar una mirada de clase movilizada y una democracia mucho más activa y más participativa. Por supuesto, la democracia solo es perfectible con más democracia, pero tiene que ser una democracia con actores concretos en las calles, con una clase trabajadora que esté movilizada y acceda a que las propuestas que tiene sean tomadas en serio. El peronismo siempre giró en torno a esto, pero vale la pena recordarlo. Tenemos una oportunidad histórica de que exista un gobierno con un Estado grande, soberano y productivo, y las propuestas tienen que venir de la clase trabajadora”.

Aquel 17 de octubre de 1945 marcó un hito en la historia Argentina. Las multitudes que acudieron a Plaza de Mayo se unieron al grito de “Perón”, exigiendo su liberación. Santoro entiende que “ese día irrumpe la idea de felicidad en común que es la irrupción del pueblo como protagonista político” y agrega: “El peronismo trasciende su época y se convierte en un paradigma de felicidad: la felicidad del pueblo es una forma de tramitar la política del estar. Por eso tiene la misma vigencia, los paradigmas no han cambiado, pero sí los instrumentos políticos para lograrlo. Eso hace que, a veces, el peronismo no parezca tal”.

Por su parte, Héctor Amichetti, secretario general del Sindicato Gráfico Bonaerense e integrante de la Corriente Federal de Trabajadores, afirma: “Peronismo es dignidad, ocupación plena y buenos salarios. No se puede permitir que los grupos concentrados de la economía y los que generan, a través de endeudamiento eterno, nuevos mecanismos de dominación, definan el destino de nuestra patria”.

En la actualidad, si bien el desempleo marca el porcentaje más bajo de los últimos siete años, la inflación parece no tener freno: 6,2% en septiembre y un 83% interanual. Mientras el gobierno parece no encontrarle una solución a la suba de precios, se incrementa la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores. En ese sentido, Daniel Santoro dice: “Tenemos una deuda pendiente con la felicidad del pueblo. No tenemos que distraernos con batallas secundarias, la única importante es la del bolsillo. Cuando el pueblo no está bien económicamente, te sanciona. Si no lo haces ahora, perdés las próximas elecciones”. En la misma línea, María Reigada agrega: “El peronismo tiene que asumir el desafío de lograr el reparto de la riqueza que genera nuestro país. Si no le damos una respuesta a la clase trabajadora, no estamos resolviendo lo que el peronismo siempre vino a resolver”.

«La unidad hasta que duela nos dio un triunfo electoral pero no un triunfo político», dice Reigada.

Las convocatorias a los distintos actos por el Día de la Lealtad cristalizan la crisis interna del Frente de Todos. Bajo la consigna “Unidad nacional por la soberanía y la justicia social”, se movilizarán a Plaza de Mayo organizaciones gremiales, políticas y sindicales por parte de la CGT moyanista, CTA de los Trabajadores y Autónoma, La Cámpora y el PJ Bonaerense, y el Frente Patria Grande.

“Las centrales sindicales planteamos la movilización a Plaza de Mayo, entendiendo que es necesario recuperar el estado movilizado de los compañeros y compañeras sindicalizados. El cambio de rumbo económico y el ajuste de este nuevo tiempo por el acuerdo con el FMI, tiene que contar con el apoyo popular de la clase trabajadora. Es cierto que asistimos a un nuevo tiempo y la clase trabajadora se compone de nuevas organizaciones que tienen que ver con organizaciones de trabajadores que no tienen trabajo, en confluencia con las organizaciones de trabajadores y trabajadoras que tienen la suerte de tenerlo, pero con un profundo compromiso de superar las brechas económicas, políticas y sociales”, indica Mercedes Cabezas.

Por otra parte, las vertientes de la CGT correspondientes a Héctor Daer y Carlos Acuña, realizarán un acto en Obras, mientras que los “cayetanos” -Movimiento Evita, la Corriente Clasista y Combativa y Somos Barrios de Pie-, harán un “Cabildo abierto de la militancia Popular” en el Estadio Deportivo Laferrere. Por su parte, las 62 Organizaciones Peronistas tendrán un acto en La Plata, entre otros encuentros que habrá.

De cara a las elecciones del 2023, descomprimir la interna parece un desafío para el Frente de Todos. En ese sentido, Reigada comenta: “La unidad hasta que duela es lo que nos dio la posibilidad de un triunfo electoral, pero no un triunfo político. Puede haber tensiones y eso es parte para lograr incidir en las composiciones de las listas, pero creo que vamos a poder resolver en unidad lo que nos permitirá ganar en el 2023. Nadie apuesta a perder”

De espectadores a rehenes

De espectadores a rehenes

Veinte años después de su estreno original, la comedia Bang Bang y somos historia retornó al escenario. El humor absurdo y el teatro participativo como paliativo para dejar atrás la pandemia.

Son las diez en punto de la noche y la calle Mario Bravo al 900 está colmada de gente. Por la vereda del teatro El Tinglado no se puede caminar. Chicos, grandes, gente de todas las edades aguarda la orden para ingresar a la sala y ver el reestreno de Bang Bang y somos historia, comedia teatral creada en la década del 90 y que hoy, veinte años más tarde, vuelve a la escena. 

La obra, escrita por Martín Gervasoni y Willie van Broock, y protagonizada por Luciano Cazaux, Pablo Razuk, Josep Rodríguez y elenco, narra la interrupción de una función de teatro por parte de tres hermanos ladrones, que toman al público como rehén e intentan tener su momento de fama. Sin embargo, fallas en la comunicación y planificación del atraco, y los cambios de personalidad de los protagonistas generan enseguida que el plan se venga abajo y sucedan situaciones desopilantes que transforman una situación de miedo en comedia. 

Bang Bang y somos historia se estrenó en la década de 1990 y fue galardonada, en aquella época, con el premio ACE a mejor espectáculo de humor en 1999. Su gran éxito en Argentina generó que la obra se expanda hacia España, donde su éxito se mantuvo y le permitió realizar varias temporadas. Luciano Cazaux fue el responsable de la puesta y dirección de escena en aquella época. En esta nueva etapa, mantiene ese rol y además es uno de los tres protagonistas. En diálogo con ANCCOM, explica las razones que lo llevaron a tomar la iniciativa de volver a la escena, veinte años después: “Nos dimos cuenta que la obra está totalmente vigente. Es un humor que no pasa de moda. Lo que hicimos fue limpiar los chistes viejos de los años 90, medio machirulos, pero después se mantiene igual, es un clásico, tiene comedia física, chistes y pasajes de sitcoms”. 

Una de las cuestiones que caracterizan a la obra es la inclusión del público. Los ladrones entran y los espectadores son sus rehenes. Haciendo memoria, Luciano cuenta cómo tomaron esa decisión: “Se podía tratar de dos maneras, escénicamente hablando: desde el escenario o entre el público, y ésta última nos pareció la mejor opción”. Mientras, recuerda cuando, en la época anterior, a la gente le costaba y tenía miedo de participar. Una vez, un amigo suyo le contó que, en plena función, vio a un hombre tirar la billetera y el celular debajo de la mesa. “Pasa que había muchos asaltos a restaurantes en ese entonces. Por suerte, ahora el público se engancha más”. En la función del 2 de abril, el público, además de reírse, contestó, cantó y gritó. 

Además de Luciano, el otro actor que formó parte de la obra en su primera versión es Pablo Razuk, quien encarna el personaje de “Joe”. A la hora de comparar los públicos de ambas temporadas, relata: “Claramente, después de 24 años desde el estreno, el público cambió. En su momento la gente se sorprendía más de nuestra irrupción en el espacio. Ahora está más abierta al juego del humor donde el absurdo es el común denominador”. También, por supuesto, hay similitudes. Luciano las encuentra en el tipo de sociedad en la que vivimos: “Después de la pandemia y de todo lo que tuvimos que atravesar, la gente tiene una enorme necesidad de divertirse. En los 90 también, pero había otras condiciones, era un contexto que aparentaba una fiesta permanente”. 

El espectáculo de comedia es un estilo particular, que requiere no solo de la habilidad de los actores, sino también del ambiente que se genere con el público. En este sentido, Razuk opina sobre el género y cómo se ha modificado hasta hoy: “La comedia tiene la particularidad de ser, a veces, previsible y redundante, y eso es parte del humor que conlleva. En este caso, Bang Bang da cierto giro hacia el absurdo, y las nuevas generaciones lo entienden a la perfección, porque los dibujitos que hoy son los más seguidos tienen una cuota de absurdo enorme en el rompimiento del espacio y el tiempo”. 

Todos los sábados a las 22:15, en el teatro El Tinglado (Mario Bravo 948) hay función de Bang Bang y somos historia. Un plan ideal para disfrutar en familia, solo o con amigos; en definitiva, todos necesitamos divertirnos. Incluido los actores, por supuesto, que como marca Razuk, están muy contentos con esta nueva temporada, ya que “el espíritu original, lo que sucede con el público se mantiene, y la risa y la carcajada son cosas que no solo nos alegran, sino que nos alimentan”.

La cuarta es la vencida

La cuarta es la vencida

Después de tres intentos fallidos, se presentó en la Cámara de Diputados un cuarto proyecto para una nueva Ley de VIH, con una mirada más social que la actual, donde prevalece el enfoque sanitario. Buenas perspectivas de aprobación.

Seis años después de su primera presentación y después de tres intentos fallidos, el pasado 30 de marzo, se presentó el proyecto que tiene por objetivo dar un enfoque no sólo médico sino social a la cobertura y tratamiento del VIH, las hepatitis virales, la tuberculosis e infecciones de transmisión sexual (ITS). La finalidad del proyecto es actualizar la Ley 23.798 que data de 1990.

ANCCOM estuvo durante la presentación del proyecto en donde la diputada Carolina Gaillard dijo: “Entendemos que la ley vigente tiene más de 30 años, por lo que es necesario actualizarla y tener un abordaje integral. La mirada de la ley de hace 30 años era una mirada que se limitaba a la salud, pero eso ya no es suficiente”.

Habiendo perdido estado parlamentario en 2016, 2018 y 2021, el panorama actual del proyecto pareciera ser más favorable. La presentación fue acompañada por más de 50 firmas de diputados y diputadas de los distintos bloques partidarios y la adhesión de más de 180 organizaciones, sindicatos y redes, representando el esfuerzo colectivo, contribuyendo a una mirada interseccional e intersectorial.

Hoy el objetivo es cubrir nuevas demandas y trabajar además para eliminar la discriminación y el estigma asociados con el virus VIH. El nuevo proyecto plantea garantizar el acceso universal y gratuito al tratamiento a personas afectadas y expuestas a cualquier ITS. Es importante entender que el problema principal no es siempre el virus en sí mismo, sino el estigma y la discriminación que se sufre en todos los ámbitos.

Asimismo, se plantea realizar testeos masivos, promover campañas de difusión y prevención de contagios y la creación de un régimen de jubilación especial para quienes transiten las enfermedades de VIH y hepatitis B o C, además de una pensión no contributiva de carácter vitalicio para las personas que estén en situación de vulnerabilidad social.

Necesitamos que esta ley también dé impulso a políticas activas. No podemos pensar que es solo una cuestión de tratamiento y de salud; es un derecho que le corresponde a toda persona que está en el territorio argentino”, agregó Gaillard en la presentación.

En Argentina, entre cuatro y seis personas mueren al día por causas relacionadas al sida. Todos los años se notifican en promedio 11 mil casos de tuberculosis, 4.500 de VIH y 2.500 de hepatitis virales. Además, siete de cada diez personas tienen hepatitis y lo desconocen; una de cada cinco que tiene VIH tampoco lo sabe. A esto se le agrega que las personas con VIH tienen 18 veces más posibilidades de contraer tuberculosis y una de cada tres muertes relacionadas con el sida se debe a la tuberculosis. Más de 500 mil personas tienen hepatitis B o C en el país.

Por este motivo, y por muchos otros, la participación de quienes viven con alguna de estas enfermedades es clave para llevar a cabo políticas públicas acordes a sus necesidades. ANCCOM habló con la Red Argentina de Jóvenes y Adolescentes Positivxs (RAJAP), quienes formaron parte de la comisión de escritura del proyecto y expresaron: “Las personas con VIH hoy en día somos las que nos ocupamos del acceso a la información, la asesoría legal, la contención de nuestres pares, la adherencia al tratamiento. Somos conscientes de las distintas violencias que enfrentamos y de cuáles son nuestras necesidades”.

El diputado Daniel Gollán, exministro de Salud bonaerense, defendió el nuevo proyecto.

Leandro Cahn, director ejecutivo de Fundación Huésped, expresó que este proyecto es esencial para no solo garantizar un marco jurídico para el acceso oportuno y sin interrupciones a las herramientas de prevención sino también para eliminar las formas de discriminación que existen, por ejemplo, en el ámbito laboral o educativo. Desde RAJAP cuentan que “en los exámenes preocupacionales para ingresar a un trabajo, muchas veces se realizan testeos ilegales de VIH. Si dan positivo, en un acto claramente discriminatorio, se decide no contratar a la persona”.

Además –señalan-, que en la escuela, aún cuando se aplica la ESI, por lo general se habla de las ITS con un modelo de prevención antiguo e ineficaz, basado en el miedo.

Los atropellos no se limitan a esos ámbitos sino que existen casos en donde a las mujeres cis y personas gestantes, muchas veces se les niega el derecho a un parto respetado: se sugieren cesáreas innecesarias basadas en el estatus serológico cuando, en realidad, es posible tener parto natural sin riesgo de transmitir el VIH al bebé. Por estas y otras tantas razones, es que se necesita una nueva ley pensada para enfrentar la realidad de las personas con VIH.

Cahn agregó que una nueva ley podría por un lado ayudar a contribuir a levantar estas barreras pero también asegurar que no dependan sólo del sistema público de salud sino que los diferentes subsistemas lo puedan garantizar.

El proyecto de ley, dijo Gaillard, se convirtió en una lucha federal. RAJAP, por su parte, cree fervientemente que esta ley sentará un precedente para pensar políticas públicas de salud colectivas, con perspectiva social, de derechos humanos y de género.