Un paseo con Perón

Un paseo con Perón

A cincuenta años de la muerte de Juan Domingo Perón, ANCCOM recorrió la mítica Quinta de San Vicente junto a su sobrino nieto. Entre fotografías, objetos, el mausoleo con los restos del líder, la visita es una inmersión en el inagotable universo peronista.

Alejandro Rodríguez Perón es uno de los últimos herederos de Perón.  

En las 19 hectáreas del Museo Quinta “17 de Octubre” se respira peronismo. Por donde sea, hay vestigios de una época que ya no volverá. Las miradas de Perón y Evita están en todas partes y observan a los visitantes de lo que alguna vez quiso ser su refugio privado. Pero sólo lo hacen desde las fotografías, porque sus estatuas –situadas en la zona central del predio– fueron decapitadas. Aun así, han sido colocadas allí como símbolo del odio y la proscripción que sufrió el movimiento y su líder tras la autoproclamada Revolución Libertadora.

La Policía Bonaerense custodia la entrada del Museo, cuya gestión está a cargo del Gobierno provincial. Su director, Cristian Scollio, politólogo egresado de la UBA, es el director desde hace cuatro años. Desde entonces, afirma, y con la ayuda presupuestaria del gobernador Kicillof, el sitio ha recobrado el esplendor de antaño.

La propiedad había sido adquirida por Perón gracias a un crédito del Banco Hipotecario, tiempo antes de convertirse en presidente de la Nación. Luego de demoler la estructura preexistente, construyó la quinta que hoy se mantiene en pie pese a varias décadas de abandono. Previo a ser expropiado por el Gobierno bonaerense en 1989, el lugar funcionaba como un centro de recuperación para discapacitados. En la pileta todavía están los pasamanos de ese período.

En el edificio principal sólo quedan unos pocos muebles originales del primer peronismo, ya que grupos antiperonistas y militares destruyeron y robaron casi todo lo que había. Detrás de un cordón de protección, hay unos sillones, escritorios y una máquina de escribir; a un costado, una barra de tragos frente a un hogar que alguna vez fue encendido. La cocina es más moderna que el resto de la casa. Los años 70 se notan en los muebles de fórmica blanca y en los azulejos. En todos los rincones hay condecoraciones, estatuas y bustos. Scollio cuenta que Christian Dior visitó la quinta y que incluso hay fotos de la ocasión. Más tarde, en una entrevista, el diseñador diría: “La única reina que vestí fue a Eva Perón”.

Para llegar al área más íntima de la casa, hay que atravesar un largo pasillo empapelado. Decenas de cuadros decoran las paredes con fotos de Juan y Eva en momentos cotidianos. Junto al cuarto de huéspedes, se encuentra la antigua habitación de Evita, pero sin ningún rastro de su presencia, ya que Estela Martínez de Perón, después de ser derrocada y enviada a Neuquén por la última dictadura, a su retorno a la quinta, ordenó convertir la pieza en un vestidor.

Como si se tratara de una reencarnación, un hombre se acerca a hablar con ANCCOM.Es uno de los últimos herederos de Perón. De igual porte, su voz posee una carraspera similar a la de su tío abuelo, además del pelo negro y la sonrisa. Alejandro Rodríguez Perón es nieto de Eufemia Jáuregui y Mario Avelino, hermano mayor de Juan Domingo. Su madre, Dora Alicia Perón, era sobrina y ahijada del ex Presidente. Cuando murió Perón, Alejandro era un adolescente de trece años, pero recuerda a su tío con cariño y admiración. “Yo hice el inventario de todo lo que hay acá”, dice orgulloso mientras toma la posta como guía del recorrido.

Alejandro se aloja los fines de semana en la casa del cuidador, al lado de las viejas cabellerizas traídas en 1948 para su tío abuelo. Su responsabilidad es mantener el legado peronista intacto. Sabe el camino de memoria, agrega detalles de la vida que alguna vez compartió con su tío abuelo y de las anécdotas familiares que le han transmitido.

En el edificio principal sólo quedan unos pocos muebles originales del primer peronismo, ya que grupos antiperonistas y militares destruyeron y robaron casi todo lo que había. MIRÁ LA GALERÍA. 

El 1° de julio de 1974 al mediodía se anunció públicamente la muerte de Perón. Tras el multitudinario velorio en el Congreso de la Nación, al que asistieron cientos de milesde personas durante cuatro días, sus restos fueron llevados a la Quinta de Olivos. Cuando Isabel ordenó traer de Europa el féretro de Evita, los depositó juntos en el Cementerio de Chacarita, donde permanecieron hasta que los restos de Perón fueron profanados y sus manos, cortadas y robadas. Nunca se esclareció el hecho ni fueron castigados sus culpables. Según Alejandro, se trató de un conflicto político. “Para mí, las manos siguen estando en algún lugar del cementerio”. Luego de idas y venidas, los restos fueron trasladados a la Quinta de San Vicente en 2006, pero lo que pretendía ser un homenaje se transformó en una batalla campal entre agrupaciones justicialistas.

También integran el recorrido el torreón desde donde Perón transmitió algunas cadenas nacionales, el tren presidencial increíblemente conservado,y el museo fotográfico. En el centro del predio, sobre una pequeña colina, se encuentra la piscina. El fantasma de López Rega, mentor de la banda parapolicial conocida como Triple A, se cuela en la visita. Alejandro comenta que “El Brujo” mandó a construir un sauna tan solo a unos metros de allí, instaló un billar y un juego del sapo. No quedan rastros de esos lujos. Lo único original allí es la piedra que rodea a la pileta.

El museo fotográfico guarda todo tipo de recuerdos del peronismo, como juguetes de la Fundación Eva Perón, escritorios repatriados desde Puerta de Hierro e incluso autos regalados por sus fabricantes que Perón no llegó a conducir. El mausoleo es la parte más interesante y el fin del recorrido. Tras pasar por una larga pared llena de placas que el mismo Alejandro Rodríguez Perón trajo desde la Chacarita, se encuentra el lugar de reposo de su tío abuelo. Imponente pero minimalista, entre un retrato y una bandera argentina, está la piedra que oculta el féretro.

Alejandro aclara que Perón no está embalsamado, pero que tuvo un proceso que permitía su exhibición a cajón abierto en fechas especiales. Sin embargo, al ser profanado y entrar en contacto con el aire, las bacterias hicieron estragos, y para ser mostrado nuevamente debería ser recompuesto con otros materiales.

Al ser consultado por su relación con “Isabelita”, Alejandro responde que sólo mantienen contacto a través de abogados. Las disputas familiares por la sucesión de Juan Domingo hicieron que rompan los lazos. Al no haber dejado descendencia, la herencia se dividió entre los sobrinos y la viuda, que reside en España en total hermetismo, ajena a lo que sucede en la vivienda que un día ocupó bajo vigilancia militar. A fin de cuentas, como dijo el propio Perón días antes de morir, ante una Plaza de Mayo repleta: “Mi único heredero es el pueblo”.

Los muchachos fotografistas

Los muchachos fotografistas

Se cumple medio siglo de la muerte del tres veces presidente Juan Domingo Perón. Los fotoperiodistas Carlos Pesce y Eduardo Di Baia, autores de varias de las imágenes emblemáticas de su velatorio, recuerdan su trabajo en aquellos días signados por el dolor de multitudes.

Carlos Pesce era uno de los reporteros gráficos de la revista ilustrada Siete Días

Sostienen sus cámaras y sus lentes mientras cubren sus equipos de la lluvia y del frío que no para desde hace cuatro días y el olor a flores podridas carcomidas por la humedad del clima es intenso. En una larga cola, que viborea cuadras y cuadras, las personas aguantan el temporal con angustia y dolor: es la última oportunidad de despedir al General.

Entre los reporteros gráficos se rumorea que a Perón lo van a sacar por la explanada de la Avenida Entre Ríos del Congreso escoltado por caballos y oficiales para llevarlo a Olivos. Carlos Pesce, fotógrafo de la revista Siete Días, está colado entre la fila de gente para conseguir la mejor fotografía. El cajón aparece; él sale disparado al costado del féretro y de pronto ve cómo un jóven soldado acongojado despide con un saludo militar al cajón: “En ese momento vi al soldado llorando y pensé: esta puede ser una gran foto, pero el soldado solo no me sirve, tengo que retratarlo a él y al acontecimiento”, recuerda. Ese soldado era Roberto Vassie y ese retrato se convertiría en uno de los más conocidos del velatorio de Juan Domingo Perón.

El sepelio del mandatario tres veces electo por el voto popular se realizó en el Salón Azul del Congreso de la Nación el 2 de julio y, por la masiva convocatoria de personas que se acercaban a despedirlo, se extendió hasta el día 4. Los diarios, revistas y agencias de prensa relatarían visualmente a través de las lentes de los reporteros gráficos el funeral de un líder popular. Las coberturas fotoperiodísticas que realizaron diarios como Crónica, Noticias, La Razón, Clarín, revistas como Siete Días, Gente, o la agencia de noticias norteamericana Associated Press, se dividían entre lo que sucedía dentro del Congreso por un lado, y la vigilia desde afuera en la Plaza del Congreso por el otro. Cada medio tenía entre dos a tres fotoperiodistas distribuidos en el evento.

Eduardo Di Baia cubrió el funeral para la Agencia norteamericana AP. La circulación de las imágenes estaba prohibida para el territorio nacional y sólo podían publicarse en el extranjero. MIRÁ LA GALERÍA.

El Gobierno, que había quedado a cargo de María Estela Martinez de Perón, declaró tres días de duelo nacional que paralizó el país. Eduardo Di Baia, que por entonces trabajaba para la agencia AP, habla con el sereno de un edificio de oficinas ubicado en la esquina Av. de Mayo y Sáenz Peña para hacer algunas fotos desde arriba. Sube a uno de los departamentos que está vacío para fotografiar una cola de personas que se pierde por la calle: “Casi todas las imágenes del velatorio son hechas desde arriba de los departamentos. En aquel momento pedías permiso y entrabas a cualquier lado y nadie te decía nada. Estaban todos sobre el balcón mirando el velorio, les hacía señas desde abajo y te decían que subieras. Hoy no podrías porque nadie te abriría la puerta, pero en aquella época era una cosa normal”, explica Di Baia e ilustra: “Lo normal e ideal es sacar este tipo de fotos en el primero o segundo piso y que no haya árboles debajo porque si no te tapan la toma”. 

Di Baia cubrió dentro y fuera del Congreso, a diferencia de Pesce, que lo hizo en las inmediaciones del Palacio Legislativo y recuerda: “En la calle había olor a flores podridas. Con la lluvia las coronas se pudrían y eso daba una atmósfera de angustia y tristeza que tenía que ver con el clima que se vivía”.

Diario Noticias, 5 de julio de 1974. Fotografías de Eduardo Grossman y César Cichero (derecha a izquierda)

 

Cora Gamarnik, doctora en Ciencias Sociales e investigadora en la materia, autora del libro El fotoperiodismo en Argentina, opina que las fotos más significativas e importantes fueron las reacciones del público: “Sobre todo porque las fotografías se basaron en los gestos, la tristeza, en la gente grande y humilde que estaba allí sosteniendo un cartel, una foto, una bandera, un periódico”.

Gamarnik recuerda dos fotografías potentes publicadas del diario Noticias, tomadas en el Salón Azul por los fotógrafos César Cichero y Eduardo Grossman y diagramadas en la doble central por el jefe de arte del diario, Oscar Smoje: “En una se ve cómo queda la lámpara encendida en el lugar donde estaba el cajón, flores en el piso y el espacio vacío. Es una foto muy simbólica, muy bella estéticamente. También es una imagen que muestra cómo un fotoperiodista no solo mira lo que sucede y saca fotos de la urgencia, sino que se puede planificar la toma, construirla primero mentalmente y después llevarla a la práctica -que es lo que habían hecho aquellos dos reporteros gráficos-. Para mí es una de las más significativas del velorio: el espacio vacío que dejaba esa muerte”. Di Baia en este sentido cuenta: “Vos podés pensar en una estructura previa de lo que va a ser la foto, pero llegado el momento hacés lo que podés. También hay que tener en cuenta que era otra época muy distinta a la de ahora, ya que tenías que hacer todo a mano; medir la luz, diafragmar, enfocar; no había nada automático”.

Calcular la toma no era tarea fácil. Los reporteros gráficos utilizaban cámaras analógicas con las que, a diferencia de hoy en día, debían aguardar a llegar a la editorial para revelar sus negativos en el laboratorio y visualizar las fotos que habían tomado. Las experiencias de las imágenes quedan grabadas en la memoria de los fotógrafos, pero faltaba la aprobación del medio luego de ser reveladas en papel. “Voy caminando a la editorial de Siete Días, porque ese día no había colectivos ni nada, que quedaba en la intersección de Alem y Paraguay. Cuando llego me dicen: ‘Pesce, tenés una foto fantástica’; pero yo hasta que no la vi publicada no sabía qué foto era”, cuenta Pesce, quien con 22 años recibió el elogio de la revista por su icónico retrato a Vassie.

Silvia Pérez Fernández, socióloga, fotógrafa y docente de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, reflexiona sobre una posible cobertura de tal magnitud en la actualidad: “Hoy sería una cobertura muy distinta del acontecimiento. Era muy diferente cuando el relato dependía de la mirada de los medios y el conocimiento de los fotógrafos profesionales, a diferencia de ahora que cualquiera con sus celulares puede recopilar material, hacer una edición y generar una publicación”.

“Distribuimos fotos en todo el mundo, pero los diarios argentinos no podían usarlas. En esa época había una prohibición para las agencias internacionales de divulgar fotos en el país”, explica Di Baia. En 1973, por el decreto N°587/73 firmado por el presidente Raúl Lastiri, se estableció que la difusión de informaciones de los medios de comunicación nacionales debía ser suministrada por agencias de noticias nacionales fomentando la circulación del material periodístico y una visión nacional de la información. Con lo cual las agencias estadounidenses y europeas sólo podían informar sobre los sucesos en Argentina hacia el exterior.

 Los medios gráficos expusieron el duelo de distintas maneras, generalmente fieles a la línea editorial acostumbrada por cada uno. La Nación cubrió el fallecimiento colocando la cámara en los ojos de la política; en sus hojas, el diario imprimió las fotografías protocolares de los legisladores y de quien heredó por ese entonces el cargo de presidenta de la Nación, María Estela Martínez de Perón. Son escasas las fotos del cajón en las páginas de este diario, a diferencia de Clarín, que realizó una cobertura fotoperiodística en profundidad del “desconsuelo popular” dentro y fuera del Congreso, donde se fotografiaron incluso los desmayos ocasionados por la conmoción de la despedida y la congoja alrededor de sus restos.

Los diarios Crónica Noticias coincidieron en dividir sus coberturas entre lo que sucedía dentro del Congreso y la vigilia desde la Plaza. «Cúspide de congoja» y “A las 20:30 el cielo comenzó a llorar” eran los títulos de Crónica que acompañan las fotografías del cajón abierto rodeado por funcionarios y ciudadanos que se acercaban en fila a despedir al mandatario. Noticias también se centró en la multitudinaria convocatoria popular, pero además puso el foco en los homenajes de los dirigentes de Montoneros y en las columnas de las demás agrupaciones peronistas dentro y fuera del Congreso.

Un diario importante de la época, La Opinión, se caracterizó por no tener fotografías en sus páginas; sus titulares de esos días se centraban en las reacciones partidarias y en la incertidumbre política sobre el futuro del país. La Razón, por el contrario, rebosaba de fotografías: el público, el féretro, las calles y una Isabel vestida de luto de pies a cabeza, acercando su mano al cuerpo expuesto sin vida del General. Ante esto, Gamarnik señala el carácter de documento y archivo histórico del ejercicio del fotoperiodismo: “Las fotografías no son ilustraciones, son una forma de construir relatos visuales de la historia”.

“En realidad, lo que se muestra en la mayoría de los medios extranjeros es la reacción de la gente ante un determinado hecho. La exhibición de los cadáveres se presenta con mayor recurrencia en los medios argentinos y en algunos otros países, pero en Estados Unidos y Europa la gente es muy reacia a ese tipo de imágenes, especialmente en primera página”, refiere Di Baia al reflexionar sobre cómo la agencia AP evidenció al mundo el fallecimiento del líder argentino. Agrega también que en los códigos éticos de la agencia norteamericana prevalece no mostrar imágenes que sensibilicen.

En el caso de la tapa de Siete Días, bajo el título “La muerte de Perón: el homenaje de su pueblo”, se publicó una foto hecha por el fotógrafo Mario Paganetti, una doble página con Perón reposando en el cajón abierto: “Hay un impacto de la imagen, de lo que ves, del momento. La revista lanzó un suplemento entero dedicado al velorio”, explica Pesce, quien también tuvo su participación en doble página con una fotografía del féretro del General dejando el Congreso de la Nación escoltado por una caravana de oficiales. Ki Chul Bae, fotógrafo que en ese entonces trabajaba para la revista Gente, también fotografió al soldado Vassie. Sin embargo, dicha revista la publicó en su edición en un tamaño pequeño a diferencia del mismo retrato que hizo Pesce que se publicó en una página completa de Siete Días y que difiere en el ángulo de la toma: “Fue una secuencia. Yo venía corriendo al lado de la cureña donde estaba el féretro y veo al soldado llorando. La foto que hizo Bae puede ser en Vietnam, Camboya o donde sea, por yo tomé la decisión de juntar las dos cosas; la cureña y el soldado. Cuando me vieron sacar la foto al soldado había otros cincuenta fotógrafos y ellos también le tomaron la suya. Yo no soy el único autor, debe haber varias fotos, pero la mía es esa”, relata Pesce.

El martes 2 de julio de 1974 jóvenes, adultos, niñas y niños se comenzaron a concentrar en largas filas de las calles que rodeaban el Congreso de la Nación, algunos lograron ingresar al Salón Azul para despedir a Perón, otros se quedaron sin poder hacerlo. La lluvia no cesó, pero el pueblo resistió y la masiva convocatoria y despliegue ante el deceso de Perón fue única en su tipo. Pesce recuerda lo que su madre le contó sobre la cantidad de personas que había en el velatorio de Eva Perón y lo compara con el calibre del evento histórico que a él le tocó vivir: “Cuando me encuentro con el velorio de Perón se me vino a la mente el relato de mi mamá, lo que me contaba de chico de cómo fue la muerte de Evita”.

Pérez Fernández afirma que no se puede soslayar que toda persona que haya estado viva en esos días, desde niñeces en adelante, no tenga algún recuerdo de la muerte de Perón: “Fue un hecho que marcó absolutamente todo”.

«El recuerdo más vivo de esos días fue la emoción de la gente, muchas personas llorando -concluye Di Baia-. Nunca he visto que hicieran eso por ningún otro presidente, ni con Kirchner (que también fue impresionante por las colas que se formaron y el fervor). Perón realmente fue un mito. Hubo gente que todo lo que hizo fue por sus políticas, por lo que no es casual que 50 años después se lo siga recordando. Eso habla de lo que fue”.

 

Los últimos días del General

“Con gran dolor debo transmitir al pueblo el fallecimiento de un verdadero apóstol de la Paz y la no violencia”, comunicó Isabel Perón alrededor de las 14. El fallecimiento de Juan Domingo Perón era una posibilidad que se avecinaba y las agencias y los diversos medios, tanto nacionales como internacionales, lo sabían muy bien. Los fotorreporteros estaban a la espera de un deceso ya advertido por el estado anímico del Presidente: “A partir del 20 de junio ya había rumores permanentes de que estaba con una neumonía muy aguda”, recuerda Di Baia quién estuvo en el último viaje con él y agrega: “En Asunción hacía un frío terrible. Desde Paraguay ya sabíamos que venía mal. Se había enfermado y el último día de su estadía en el país ya estaba muy engripado. Luego del 12 de junio, cuando salió al balcón, ya no se lo vio más. Se sabía que estaba mal y que empeoraba cada día, hasta que el 1° de julio anunciaron que había muerto. Todo el proceso duró veinte días”.

El país estaba en luto y se decretaron tres días de duelo nacional. La situación obligó a los fotoperiodistas a cumplir con su trabajo y cubrir de lleno el hecho. “Este acontecimiento hizo que tenga que postergar la fiesta de mi casamiento”, expuso Paganetti en su cuenta de Instagram para referirse a la última foto que le tomó a Perón: “Prácticamente estuve dos días sin salir del Congreso Nacional mientras lo velaban. Pude hacer esa foto que, al día de hoy, me sigue impactando”.

A pesar de cumplir con su labor, el evento tocaba una fibra sensible en aquellos fotorreporteros, que se veían atravesados emocionalmente por su cercanía ideológica a Perón: “Como peronistas nos angustiaba, pero mi posición era la de fotógrafo”, recalca Pesce. Las incesantes lluvias que aclimataron el suceso también ponían en riesgo el prolongado desempeño de los fotoperiodistas durante esas fechas: “Me mandaron una semana antes a cubrir afuera del Congreso. Después en el velorio fueron cuatro días de lluvia en los cuales rogaba que no se me mojara la cámara porque si no perdía todo el trabajo hecho”.

El Estado sigue despidiendo trabajadores

El Estado sigue despidiendo trabajadores

El Gobierno de Javier Milei ahora cesanteó a más de 1.200 trabajadores del INCAA, INTI, del exministerio de Desarrollo Social y el exministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad, entre otros organismos, que se suman a los 15.000 despidos que llevaba desde que esta gestión asumió. Fuertes críticas y denuncias desde los gremios y la oposición.

Apenas aprobada una versión reducida de la Ley Bases, el gobierno de Javier Milei sigue desmantelando el Estado. La tensión con los trabajadores estatales se remonta desde los primeros meses de gobierno con cierres de organismos y vencimientos de contratos. Este viernes se convocó a una reunión paritaria y a la tarde llegó una nueva ola de despidos.

El 30 de junio vencen 50 mil contratos que habían sido renovados por tres meses, luego de la primer tanda de despidos del Estado. Dos días antes del vencimiento despidieron a más de 1.200 trabajadores que estaban en el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), el exministerio de Desarollo Social y el exministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad. En este último, el 80% del plantel recibió la notificación de despido por mail. Carlos Zapata, diputado nacional de La Libertad Avanza Salta, justificó la medida en diálogo con ANCCOM: “Lamentablemente es una medida necesaria e imprescindible para poder redimensionar el Estado y dejarlo en un tamaño absolutamente manejable para que pueda trabajar con eficacia y eficiencia la relación entre recurso empleado y el resultado obtenido. Hace tiempo ya los políticos argentinos utilizaron el Estado como refugio o como medida de compensar a los militantes que los ayudaron a llegar al poder y así pasar integrar las filas del Estado personas con escasa preparación”.

Le respondió Clarisa Gambera, secretaria de Género de ATE, que explicó a ANCCOM: “Están atacando a las áreas que ellos consideran estratégicas para su batalla ideológica. Es de una crueldad impactante. Esto no tiene que ver con el ahorro, sino que tiene que ver con inscribirse en una agenda de derecha y mostrarle a un sector de la sociedad que arrasa con lo que él dijo que iba a arrasar: las políticas vinculadas a derechos, la promoción de derechos, al trabajo contra la desigualdad, a la protección de personas en situación de vulnerabilidad”.

Desde el Áea de Géneros de Nuevo Encuentro declararon: “No hay políticas públicas de género y diversidad sin trabajadorxs especializadxs. Este Gobierno hace de la destrucción una política de Estado”. Mónica Macha, diputada nacional y miembro de ese espacio, dijo que estos despidos implican un desguace de las políticas públicas de género del Estado nacional y la “destrucción absoluta” de los programas. Además, en diálogo con ANCCOM, agregó: “Tenemos un presidente misógino que  viene a restaurar la violencia por motivos de género como política de Estado. La destrucción del Ministerio (de Mujeres, Géneros y Diversidad) es la única promesa que cumplió Milei. No hay un problema presupuestario, hay un modelo social que quieren instaurar”.

Para la diputada de Unión por la Patria, estas medidas dan un mensaje “claro y peligroso”: que la violencia hacia las mujeres y las diversidades no importa. “Pasamos de ser un país de vanguardia en materia de género, a sufrir un retroceso de más de treinta años. Vamos elevar una citación general, que no sea de un único bloque, a Mariano Cúneo Libarona, como responsable de lo que queda de políticas de género”, advirtió Macha.

Para ejemplificar los efectos de “un Estado en retirada del territorio”, Gambera toma el caso de la desaparición de Loan: “Desguazar el programa de trata hace que no se active un protocolo inmediato que hubiera bloqueado las fronteras, desmantelar las políticas públicas vinculadas a la protección de las niñeces contra el abuso hace que no haya respuestas ni preventivas ni de intervención con la familia o de respuesta inmediata cuando la situación se agravó. Retirar al Estado del territorio y desmantelar las políticas públicas de protección de derechos tienen consecuencias concretas en la vida cotidiana de las personas por más que haya triunfado una narrativa que habla de que el Estado no sirve para nada. La realidad es que vamos a estar todas las personas más desprotegidas a partir de hoy. Las mujeres, las niñeces y adolescencias en particular con el desmantelamiento de todas estas áreas”. Además, recalcó que entre los despedidos, hay gente con más de 16 años de trayectoria, que están trabajando en esta temática desde antes de la conformación del Ministerio.

En esa línea, Luci Cavallero del colectivo Ni Una Menos, declaró a ANCCOM que “los despidos masivos que está habiendo en varias dependencias estatales, pero principalmente la Secretaría contra la violencia, transforman al Estado en cómplice de la violencia por razones de género al incumplir compromisos internacionales. En este momento no contamos ya con políticas estatales de ningún tipo a nivel nacional. Esto va a sobrecargar las redes feministas y genera como primer efecto un desamparo generalizado”.

Esteban Paulón, diputado nacional de Hacemos Coalición Federal, resaltó que los despidos en los programas remanentes de este ex-Ministerio se dan en el Día del Orgullo LGBT y en vísperas de fin de mes. “Son una demostración de la crueldad, la inhumanidad y la insensibilidad del gobierno de Javier Milei, que ha venido a destruir y a llevarse puestas todas las políticas públicas. Es insoportable esta situación en la cual hay un total desprecio por las políticas públicas y por la vida de las mujeres y las disidencias. Esperamos que la acción sindical y la acción en la calle permita que se revierta esta situación”, dijo para ANCCOM. Los trabajadores de la Secretaría de Derechos Humanos declararon en un comunicado que entienden los despidos “como el comienzo del desmantelamiento de la Secretaría y de las políticas de derechos humanos que este pueblo consensuó hace muchos años” y convocan a una asamblea para decidir las próximas acciones.

Zapata, el diputado libertario, indicó que si bien “varias familias quedarán sin ingresos, tiene que asumirse que trabajar en la política tiene como objetivo el bien común. El bien individual de los militantes no puede ser una pesada carga para el resto de las personas, para los argentinos de bien, que necesitan el funcionamiento de un Estado equilibrado”. Además, no acuerda con la opinión opositora que recortando estas políticas se desampara al pueblo. “No podemos exigir contribuciones para abonar sueldos elevados o tratar de justificar la existencia de empleos que no hacen absolutamente nada. El empleo público es una necesidad que tiene que estar encuadrada en los principios de eficiencia y efectividad. Básicamente está justificada su existencia en la vinculación con algún servicio real y presente. Siempre va a haber opiniones diversas, pero el Estado como refugio de militante o elemento para dar favores políticos o personales no debe ser concebido como una cuestión que puede perdurar en el tiempo. Es la destrucción misma y está en contra de la razón de la existencia del Estado”, consideró.

Una de las poblaciones más afectadas por estos despidos es la comunidad trans. Para Manu Mireles, activista LGBTI+ y cofundadora y secretaria del Mocha Celis, el cupo travesti-trans y las políticas de género “son políticas que garantizan la democracia para todas las personas y su profundización. El Estado y la sociedad argentina es mejor en cuanto puede garantizar que todas las personas podamos tener derechos y tener una vida digna. Es necesario que podamos habitar un mundo donde haya muchos mundos posibles”. Si bien la ley de cupo no se había logrado terminar de implementar, los despidos ilegales del cupo en la Era Milei ya acumulaban un 10%. “Recibimos denuncias de personas travestis trans y no binarias que, habiendo entrado por el cupo y teniendo la garantía de un trabajo registrado, vuelven a estar en una situación de profunda vulneración del derecho al empleo”, agregó Mireles.

“El gobierno de Javier Milei tiene una saña particular con las políticas de género, con las políticas de memoria y derechos humanos, con los sectores que están más movilizados y que han propuesto procesos de sensibilización a la sociedad que van en contra de este modelo individualista que ellos quieren implantar. Esta ultraderecha tiene un modelo de odio y de crueldad: no sólo de ajuste, sino también un disciplinamiento general de la sociedad”, concluyó Cavallero.

¿Quiénes son los cinco manifestantes contra la Ley de Bases que aún quedan detenidos?

¿Quiénes son los cinco manifestantes contra la Ley de Bases que aún quedan detenidos?

Cuatro hombres y una mujer siguen detenidos en penales federales acusados de delitos graves. Los que fueron liberados continúan con procesos abiertos debido a la apelación del fiscal Stornelli.

Durante la jornada del 12 de junio, mientras se debatía la Ley Bases, el Congreso de la Nación fue el foco de atención durante el día. Pero los protagonistas exclusivos no fueron los senadores ni los artículos que se discutieron, sino la feroz represión que se vivió en las afueras e inmediaciones del Parlamento. El resultado de la violencia de las Fuerzas de Seguridad dejó un saldo de más de 600 heridos y 33 detenidos. Luego de unas horas, 17 de ellos fueron liberados en el transcurso de las horas posteriores, otros 16 resultaron excarcelados seis días después, luego de que una Plaza de Mayo repleta de personas reclamara por su liberación. Pero aún quedan cinco arrestados, acusados de un sinfín de delitos.

Cuatro hombres, cuatro historias

Cristian Valiente de 41 años, extrabajador de un supermercado chino y oriundo de la Provincia de Buenos Aires, arribó a la plaza para el momento de la desconcentración, durante la tarde, de manera individual. Minutos después fue uno de los 33 detenidos por la Policía Federal y de la Ciudad. Es acusado por los delitos de intimidación pública en concurso ideal con atentado a la autoridad. Según la versión policial, al momento de la detención fue encontrado con una granada de gas lacrimógeno en su mochila. Según la versión de Valiente, un aerosol de gas pimienta vencido en 2022 con inscripciones del Ministerio de Seguridad, que encontró minutos antes de su arresto y que guardó para mostrar luego debido a la caducidad del mismo.

Roberto María de la Cruz Gómez también es acusado por los delitos de intimidación pública en concurso ideal con atentado a la autoridad. Fue detenido por efectivos de la Ciudad a varias cuadras de la Plaza Congreso, sobre la Avenida de Mayo y Sáenz Peña. Manifestó, en su declaración, haber sido golpeado al momento de la detención.

Facundo Ezequiel Gómez vende café en Plaza Serrano junto con su hermana. Esa tarde del 12 de junio se acercó al Congreso, como muchos otros, para manifestarse contra la Ley Bases. Lo hizo por su cuenta, sin la compañía de amigos u organizaciones. Fue detenido alrededor de las 19:30 en Entre Ríos y Rivadavia, frente al Congreso, al lado de una valla policial, mientras hablaba por celular con su madre. 

En principio, fue arrestado por averiguación de antecedentes. Luego, según el testimonio de un policía, por saltar el vallado policial, de dos metros de alto, que se encontraba a su lado al momento de la detención. Según su declaración en la causa, un testigo observó toda la situación e intentó frenar el arresto explicando la situación. No hubo caso, era un policía contra dos manifestantes. En ese momento, cuatro uniformados se arrojaron sobre él y lo detuvieron. Su mamá, con problemas de salud, al otro lado del teléfono, fue testigo del suceso. Actualmente se lo acusa, entre otras cosas, de incitar los disturbios y se lo señala como uno de los que arrojó piedras a la policía. Mientras tanto, aguarda su libertad en una cárcel común de Ezeiza.

David Oscar Sica, de 33 años, se encontraba en situación de calle al momento del arresto. Según su propio testimonio, no estaba participando de la manifestación, se dirigía a la iglesia San Expedito, a dos cuadras del Congreso.

David Oscar Sica, de 33 años, se encontraba en situación de calle al momento del arresto. Según su propio testimonio, no estaba participando de la manifestación, se dirigía a la iglesia San Expedito, a dos cuadras del Congreso. Según su testimonio, iba a allí en busca de ropa y comida. No llegó a su destino, ya que fue interceptado por fuerzas policiales que le arrojaron gas pimienta y lo arrestaron por una supuesta patada a una mujer policía. Otra vez, la versión de los uniformados, sin más pruebas que sus palabras, contra la versión de civiles. Está acusado de atentado a la autoridad y es investigado, a pedido de la jueza María Romilda Servini, por incitación a la violencia colectiva.

La única mujer detenida

Patricia Daniela Calarco Arredondo es la única mujer que aún continúa detenida. Es lesbiana, militante social, LGBT y feminista, luchadora ambiental, referente del Movimiento Teresa Rodríguez y trabajadora despedida del exministerio de Desarrollo Social. Trabajó allí desde el 2019 hasta marzo de este año. Tenía más de un motivo para rechazar la Ley Bases y manifestarse en contra. Así lo hizo, junto con su compañera Emilia, militante también. 

Fue arrestada a la salida de un local de comida rápida. «La detuvieron cuando ya estábamos desconcentrando, a varias cuadras del Congreso. Fue un plan de cacería, lleno de motos que se tiraban encima de la gente, gases y balas de goma», afirmó Emilia Manazza, compañera de Daniela, a ANCCOM.

Se la acusa de intimidación pública, como al resto de los detenidos, pero también por daño agravado de un bien público, más precisamente las bicicletas de la Ciudad. «Hubo varias irregularidades. Primero, a Daniela la detuvo un personal de civil, sin identificación ni voz de alto. Entonces, ¿de qué resistencia a la autoridad hablan?», contó Emilia. Y agregó: «Además, a ella la detuvo un policía masculino. Segunda irregularidad. El personal femenino se demoró entre 30 y 40 minutos».

Criminalización de la protesta

 Mientras tanto, La Red Federal por la Defensa de los Derechos Humanos y la Democracia, junto con otros organismos y otras personalidades, se presentaron como amicus curiae en la causa. Cuestionan la criminalización de la protesta social impulsada por el gobierno nacional y exigen la inmediata liberación de todos los detenidos. “Este Gobierno quiere criminalizar la protesta, pero darle una vuelta de tuerca a nivel represivo”, sostuvo ante ANCCOM Daniel Vázquez, abogado de Frente de Abogadxs por los Derechos Humanos y el Socialismo (Fadhus) y defensor de Calarco Arredondo.

 Al mismo tiempo, organizaciones comenzaron a llevar a cabo una serie de colectas para recolectar alimentos, abrigo y dinero, tanto para las personas que aún continúan en prisión como los que ya están fuera y siguen a la espera del cierre de la causa. “Mucha gente piensa que todo terminó cuando se liberó a la gente, pero no es así. La causa sigue para los 33 detenidos ya que Stornelli apeló la falta de mérito de todos y todas”, aclaró Vázquez. Y agregó: “Lo más importante es la organización y la solidaridad”.

 Silvia Oliva, mamá de Camila Juarez Oliva, una de las personas liberadas, convocó este próximo martes 2 de julio a las 18 en la Facultad de Ciencias Sociales (UBA) a una nueva reunión para exigir la liberación de quienes aún continúan presos y debatir sobre cómo seguir de ahora en más. “La idea es continuar con la coordinación y fortalecer la unidad que logramos”, imploró en su pedido. 

La ley de la selva

La ley de la selva

Después de seis meses de debate, el Gobierno logró aprobar la Ley Bases y el paquete fiscal. La norma prevé una reforma laboral regresiva, facultades extraordinarias para eliminar organismos públicos, la privatización de ocho empresas públicas y un régimen de inversiones con amplios beneficios para empresas multinacionales.

La Cámara de Diputados dio Sanción definitiva a la Ley de Bases con 147 votos afirmativos, 107 votos negativos y 2 abstenciones. Los diputados y diputadas sancionaron una norma que incluye una reforma laboral regresiva, la privatización de ocho empresas públicas, un régimen de inversiones con amplios beneficios para empresas multinacionales y facultades extraordinarias para eliminar, modificar, transformar, unificar, disolver o liquidar organismos y fondos públicos,.

A las 12.25 del mediodía de ayer, el oficialismo logró el quorum y se inició una sesión que duraría más de 14 horas. Leandro Santoro, diputado de Unión por la Patria, fue uno de los primeros oradores: “El Presidente le dice a los argentinos que le trataron de hacer un golpe de Estado. ¿Qué hace acto siguiente? Se va de vacaciones. ¿Somos conscientes de lo que significa eso?”, cuestionó Santoro.

Durante la sesión de la Cámara Alta, dos semana atrás, se habían realizado cambios en la Ley de Bases en donde se votó la eliminación del listado de empresas a privatizar a Aerolíneas Argentinas, Correo Argentino y Radio y Televisión Argentina, la continuidad de la moratoria previsional y unos pequeños cambios en el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI). Sin embargo, AySA, Belgrano Cargas, Sociedad Operadora Ferroviaria (SOFSE) y Corredores Viales siguen en el listado de empresas a privatizar. Finalmente, ayer la norma fue sancionada con todas las modificaciones introducidas por el Senado, con el respaldo del PRO, el radicalismo, Hacemos Coalición Federal, gran parte de las partidos provinciales y un puñado de legisladores peronistas.

El diputado del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) Nicolás del Caño denunció en conversación con ANCCOM hechos de corrupción en el Senado: “Nos parece que los cambios se hicieron con votos comprados, como los que vimos de la senadora (Lucila) Crexell que recibió una embajada frente a la UNESCO en París un día antes de votar a favor, porque es una senadora que había votado en contra del DNU, por ejemplo, y no estaba claro que iba a votar a favor”.

Sobre la reforma laboral, Del Caño señaló: “Va en contra de los tratados internacionales que tienen rasgos constitucionales en Argentina que plantean que toda legislación en relación a lo laboral debe ser progresiva, es decir que debe ampliar derechos, nunca puede haber una modificación regresiva que restrinja esos derechos, eso va a ser judicializado seguramente”. Del Caño aprovechó también para referirse a las 33 personas detenidas durante el tratamiento de la Ley Bases en el Senado. De ellas, cinco continúan privadas de su libertad acusadas de “terrorismo”: “Inventaron causas para reprimir la protesta social intentando instaurar un régimen policial contra la protesta y fue ridícula la acusación de terrorismo a una persona que fue a movilizarse, que estaba saliendo del subte en un momento, y lo agarraron”.

Uno de los capítulos más peleados del debate fue el paquete fiscal, también llevado a votación anoche. Más precisamente los títulos referidos a Ganancias y Bienes Personales, que habían sido rechazados por el Senado. Desde la oposición se anunció que van a judicializar la reincorporación del régimen de ganancias. «Los jueces van a recibir cientos de miles de demandas, pero no del kirchnerismo, sino por lo menos de 800 mil trabajadores que se le cambió tres veces su situación impositiva en los últimos 9 meses», advirtió desde su estrado Vanesa Siley (UxP). Desde las fuerzas oficialistas, Silvana Giúdici del PRO, retrucó en diálogo con ANCCOM: “Pueden judicializar todo lo que quieran, pero el Artículo 81 prevé en la Constitución Nacional que las adiciones o correcciones particulares, digamos parciales, se puede perfectamente en el proceso de la doble lectura de Diputados, corregirla y volverla al estado original, así que no creo que tengan demasiado efecto esa judicialización”. Algo que desde la oposición desmienten porque –señalan- los dos títulos del paquete fiscal poseen autonomía normativa y se estructuran como leyes propias por lo que no pueden volver a ser tratadas, según la oposición.

 

Pasadas las 19, la vicepresidenta Victoria Villarruel se hizo presente en el recinto para seguir el tratamiento; además también se encontraban presentes la hermana del presidente, Karina Milei, junto al asesor Eduardo “Lule” Menem. Milei acaba de cumplir seis meses en el mandato y esta es la primera ley que le aprueba el Congreso; la diputada María Eugenia Vidal del PRO, durante el debate afirmó: “Tomó seis meses para aprobar leyes en un país donde claramente no podía esperar». Por otro lado, el diputado Germán Martínez de Unión por la Patria, respondió sobre el tiempo que llevó el debate de la Ley de Bases: “Si se morfaron seis meses para tratar esta ley, fue porque ustedes no encontraban ni si quiera el mecanismo para poder tener la mitad más de uno de los votos y traer este tema al recinto. Háganse cargo, cada uno hace lo que tiene que hacer”.

El diputado Martínez fue acompañado de aplausos de sus compañeros al final de su discurso: “Nosotros vamos a seguir escuchando la voz del pueblo argentino para reconstruir la esperanza que necesita nuestro pueblo y para gobernar nuevamente en la Argentina”, concluyó.

 

La memoria de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, más presente que nunca

La memoria de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, más presente que nunca

A 22 años del asesinato de los militantes populares se realizó un festival y una vigilia en la estación que lleva sus nombres. También hubo un recordatorio en el Puente Pueyrredón, el mismo que hace más de dos décadas cortaron las organizaciones sociales con reclamos similares a los que realizan hoy.

 

A 22 años de la masacre de Avellaneda, familiares y compañeros de los militantes sociales asesinados Darío Santillán y Maximiliano Kosteki realizaron una jornada cultural y conmemorativa para continuar pidiendo justicia y terminar con la impunidad del poder político responsable de aquella operación represiva.

De la jornada participaron el Frente Popular Darío Santillán, el Frente de Organizaciones en Lucha, el Frente de Izquierda, el Tercer Malón de Jujuy, organizaciones feministas, sociales, antirrepresivas, de artistas y de derechos humanos. La conmemoración se realizó en la estación de tren Darío Santillán y Maximiliano Kosteki el martes 25 de junio desde las 16. Hubo debates sobre el gatillo fácil a nivel nacional, una asamblea transfeminista, debates y espacios para compartir historias de lucha, exposiciones fotográficas, una feria de libros, fanzines y afiches hechos en serigrafía, una olla popular, grafitis y distintas intervenciones artísticas. En un escenario tocaron las bandas La Delio Valdez y Duratierra y diversos medios sociales transmitieron en vivo toda la movilización.

A las 19, la jornada culminó en un acto con las palabras de los familiares de los jóvenes asesinados en 2022 en el Puente de Avellaneda. Alberto Santillán, padre de Darío, expresó emocionado: “Al loco se lo extraña. He aprendido que es una gran mentira lo que dicen que el tiempo cura todo. Cuanto más pasa el tiempo es más grande la ausencia del hijo, pero cuánto más pasa el tiempo más estoy orgulloso de ser el papá de Darío”.

La estación

El 26 de junio de 2002 el Movimiento de Trabajadores Desocupados en el que se encontraban Maximiliano Kosteki y Darío Santillán y otras organizaciones sociales, realizaron una movilización en el Puente de Avellaneda donde fueron reprimidos por las fuerzas de seguridad que incluyó a la Policía Federal, la Policía de la Provincia de Buenos Aires, Gendarmería Nacional y Prefectura Naval. La represión policial dejó 80 personas heridas y 30 de ellos con balas de plomo. Dentro de la Estación Avellaneda, los policías asesinaron a Darío Santillán por la espalda mientras socorría a Maximiliano Kosteki, víctima de un disparo policial con bala de plomo que había recibido durante la protesta y resultó mortal.

A partir de ese momento, las fuerzas policiales trataron de encubrir el hecho, montando una escena falsa, modificando las evidencias y moviendo los cuerpos. A la vez, crearon una narrativa oficial de que los jóvenes habían sido víctimas de una pelea entre organizaciones piqueteras, una pelea entre pobres. En complicidad con el poder mediático, el diario Clarín tituló el hecho con el siguiente tituló “La crisis causó dos nuevas muertes”, un discurso que se mantuvo durante poco más de un día, hasta que se revelaron las secuencias fotográficas de los fotógrafos gráficos Pepe Mateos y Sergio Kowalewski, donde queda en evidencia el fusilamiento de Darío Santillán y el encubrimiento del hecho por parte de las fuerzas policiales. El comisario bonaerense a cargo del operativo fue Alfredo Fanchiotti y su asistente, el cabo Alejandro Acosta, hoy están condenados a prisión perpetua y efectiva desde el año 2006.

Patricio Seco de la organización Familiares y Compañeros de Darío y Maxi creada hace un año y organizador del evento, en diálogo con ANCCOM, contó: “Estamos conmemorando la masacre de Avellaneda donde actuaron fuerzas nacionales, fuerzas provinciales de diferente orden para llevar a cabo todo ese operativo y lo que fue un plan organizado para matar a Darío”. Actualmente, el aparato represivo policial que criminaliza la protesta, el encubrimiento y la impunidad están más presente en el contexto actual: “Se sabe que lo tenían fichado, que había espionaje sobre él y eso tiene una correlación con lo que estamos viendo actualmente en el accionar conjunto de las fuerzas”. Y concluyó: “Hoy lo que se busca es perseguir a quien se organiza”.

Actualmente la estación fue recuperada por los familiares y las organizaciones sociales y renombrada en memoria de los jóvenes. En las paredes se elevan los murales y grafitis con las caras inmortalizadas de Santillán y Kosteki, sus vidas y sus historias de lucha. Se puede leer “Administradores de la muerte y la pobreza. Justicia popular ya” acompañado por las caras de Eduardo Duhalde, Felipe Solá, Alfredo Atanasof y Aníbal Fernández. En el pasillo de la estación, un grafitero pinta los nombres de Darío y Maxi. Otros artistas en la estación pegan afiches. Algunos dicen: “Vivimos en las ruinas del capitalismo” y “La lucha en las calles es un poema colectivo”.

Entrando en la estación hay una imagen de Nora Cortiñas -madre de Plaza de Mayo recientemente fallecida- donde la gente pasa, agradece su lucha y dedica palabras. En el patio de la estación donde se llevó a cabo una asamblea transfeminista se pueden observar las fotos de Diana Sacayán y la brasileña Marielle Franco, ambas activistas víctimas del transfemicidio. Hay banderas e imágenes desparramadas por el suelo entre las que se lee: “Pañuelos en Rebeldía” y “Frente popular Darío Santillán”. Frente a la asamblea se realizan impresiones con serigrafía que dicen “Darío Santillán y Maxi Kosteki semillas de nuestra lucha”. Sobre un hilo, cuelgan las fotografías de los distintos momentos de la protesta durante el tratamiento de la Ley Bases desde su inicio. Simultáneamente, ocurría el panel de charla y debate sobre la criminalización y escalada represiva, en la que se compartieron las historias de vida jóvenes víctimas de gatillo fácil en todas las provincias de Argentina y la constante represión y amedrentamiento que sufren las comunidades originarias e indígenas por parte de las fuerzas represivas. “No queremos hacer sacrificios para que unos pocos se enriquezcan”, manifestó una representante del Tercer Malón. En el espacio donde se realizaba la charla estaban presentes las imágenes de Tehuel de la Torre, Santiago Maldonado, Robinson Gatica, Jorge Julio López, Rafael Nahuel, entre otras personas que fueron víctimas de las fuerzas de seguridad.

También se conversó sobre las condiciones de vida actuales, el hambre y el empobrecimiento: “Queremos vivir, no sobrevivir”, expresó una de las expositoras del panel. En la asamblea transfeminista una de las intervenciones contó: “Quienes nacimos en los años noventa y empezamos a militar durante el kirchnerismo retomamos la enseñanza de las compañeras del Puente de Avellaneda” y siguió diciendo que seguir pensando otro mundo es posible y necesario. Además, expresaron que “la vida sería hermosa si fuese digna”.

Pasando la estación, en la calle se expandía una feria de libros, fanzines, afiches y carritos de comida. La música estuvo siempre presente con canciones de La Vela Puerca, Sara Hebe y del mundo del folclore. También pasaron por el escenario Duratierra y La Delio Valdez. Hacia el final de la calle, familiares y compañeros de Darío Santillán y Maxi Kosteki, realizaban una olla popular.

La alegría de la lucha

Terminando la jornada, fue el turno de los familiares. El padre de Darío Santillán, Alberto, agradeció el acompañamiento de todos los presentes: “Qué bueno apoyarse en los que uno ama, qué bueno apoyarse en la familia, pero qué bueno también, apoyarnos en todos ustedes. Ustedes no permiten que Darío y Maxi se caigan y si ustedes no permiten que Darío y Maxi se caigan, tampoco permiten que nosotros como familiares de Darío nos caigamos”.

Leo Santillán, hermano de Darío Santillán, Manifestó que no pueden acostumbrarse a que los responsables que han vuelto a tener puestos políticos sin costo alguno se mantengan impunes, porque de esa manera las masacres se repiten como con el asesinato de Carlos Fuentealba, de Mariano Ferreyra y la desaparición de Santiago Maldonado. En este sentido, dijo: “Nos quieren meter miedo. Acusaron a treinta compañeros de terrorismo, de sedición, tan parecido a aquel discurso que enarbolaron aquel día 26 de junio para justificar la represión, pero también para avanzar con una cacería de brujas que no se pudo dar por el enorme repudio popular y porque aparecieron las fotos que mostraban cómo fusilaron a Darío cuando socorría a Maxi, en esta estación que hoy lleva el nombre de Darío y Maxi”.

En sintonía, el padre de Santillán señaló que hoy se observa la misma metodología de estigmatización y criminalización de la protesta, implementada por el fiscal Carlos Stornelli quien justificó las detenciones arbitrarias durante el tratamiento de la Ley Bases en el Senado, diciendo “son 33 piqueteros”. Continuó preguntando: “¿Cuántos compañeros y compañeras han pasado por las balas del Estado?”.

Santillán recordó: “Cómo no señalar eso que señalaba mí hijo de la alegría de la lucha. Nos van a arrancar varias cosas pero jamás nos van a arrancar la alegría de la lucha”.

La memoria de Darío y Maxi

En diálogo con ANCCOM, Miryam Bregman, exdiputada del Frente de Izquierda asistió a la convocatoria y expresó respecto a la memoria de Santillán y Kosteki: “Creo que siempre van a estar presentes. Por eso, creo que a pesar de tantos años uno dice Darío y Maxi y todo el mundo sabe de lo que estamos hablando. Nunca vamos a permitir que se olviden de ellos” y finalizó: “Como dijo Rodolfo Walsh, las clases dominantes siempre han procurado que los trabajadores no tengan historia. Los trabajadores ocupados y desocupados en nuestro país tienen historia y Darío y Maxi son parte de esa historia”.

Por su parte, Darío “Chochito” del Frente Popular Darío Santillán, fue compañero de los dos jóvenes y contó que una de las maneras de mantener viva la memoria de Darío y Maxi es “seguir alimentando esa llamita y seguir compartiendo la experiencia de lucha que nos han dejado todo este tiempo. Seguir el camino de justicia hasta que los responsables políticos estén detrás de las rejas. Seguir militando solidaridad y compañerismo, que hay que estar en las barriadas y que la lucha se hace en la calle”.

El Puente Pueyrredón

Las organizaciones sociales y de derechos humanos acompañaron a los familiares y compañeros de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki hasta el inicio del Puente Pueyrredón, cortando momentáneamente la calle Hipólito Yrigoyen para rendirles homenaje. Los carteles de la movilización decían: “Libertad a los presos por luchar” y siguen avanzando entre cantos. Un cordón de la policía federal que va de una vereda a la otra cortando la calle, los estaba esperando al pie del puente para impedirles el paso. Los manifestantes decidieron evitar los enfrentamientos por parte de la policía y continuar con el acto sobre la misma calle.

“Es lindo ver a una juventud y que muchos de ellos tendrán la edad de Darío, y que también es una juventud que tiene consciencia y una juventud que también sabe la importancia de que nunca hay que dejar a un compañero solo, que siempre hay que ser solidario. Pero también hay otra juventud que está desterrada, que está destruida. Tenemos que ayudar a esa juventud que no siente que tiene un espacio, que tiene un lugar, que no tiene acceso a la educación, que no tiene acceso al trabajo, que no tiene acceso a nada. Considero que a esa juventud, hay que estar al lado de ellos también y darles un lugar de lucha”, manifestó Alberto Santillán durante el acto del mediodía.

A 22 años de la masacre de Avellaneda familiares y compañeros siguen pidiendo por una justicia verdadera, plena y popular. “Estoy orgulloso de ser padre de Darío y de la militancia que nos acompaña siempre, de las barriadas más humildes», expresó Aberto.

El 26 de junio de 2002, la protesta y movilización se hizo en reclamo de mejoras salariales, alimentos para los comedores populares y en solidaridad con la fábrica cooperativa recuperada de Zanon. A 22 años de la masacre, las luchas y debates continúan vigentes en el contexto de desabastecimiento de los comedores populares, el aumento de la pobreza e indigencia y la mayor desocupación, así como la imposición de un modelo económico neoliberal y extractivista que deja de lado las experiencias comunitarias y cooperativas, hoy bajo la forma de una Ley Bases que está a punto de votarse en la Cámara de Diputados.