Bienvenido SiPreBA

Bienvenido SiPreBA

Después de nueve años el SiPreBA obtuvo su personería gremial. Luego del largo camino los trabajadores de prensa cuentan su lucha y explican cómo sigue su reclamo por mejores condiciones laborales.

Luego de años de lucha el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA) obtuvo la personería gremial. Así quedó asentado en la resolución N° 21/2023 del Boletín Oficial. SiPreBa había sumado más votos de afiliados que la Unión Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA). Fueron ocho años de lucha que comienzan en el 2015 cuando un grupo de periodistas creó el SiPreBA ante la falta de representatividad en los reclamos del sindicato autorizado a negociar con las patronales y que contaba con numerosas denuncias de fraude electoral.

Francisco Rabini, delegado gremial en Clarín/AGEA, cuenta: “Fue un proceso de más de diez años para tratar de sacar a la cúpula de la UTPBA que estaba enquistada hace cuarenta. Nosotros fundamos el sindicato el 7 de junio de 2015 a través de un plebiscito que hicimos en diciembre de 2014. Durante el macrismo estuvimos bloqueados porque ni siquiera nos rubricaban los libros en blanco para que vos llenes y te controlen cuando fundás un sindicato. Tardamos más de dos años en lograrlo para luego pedir la compulsa. El trámite lo hicimos en junio de 2020 y esto tampoco es azaroso porque cuando presentás la compulsa te evalúan seis meses para atrás. En 2019 fue cuando cambió el gobierno y no tuvimos chances de hacer progresar ningún trámite porque todo estaba bloqueado, no solo lo nuestro sino de varios sindicatos”.

En las paritarias la UTPBA era el sindicato que negociaba con la cámara que nuclea a las patronales de los diarios en AEDBA (Asociación de Editores de Diarios de Buenos Aires). Diego Martínez es delegado en Página/12 y sostiene que «esa personería gremial es lo que le permitió a Clarín y La Nación firmar cualquier cosa sin contraparte y que lo padezcan los trabajadores, porque el sindicato que lo firma después no tiene que darle explicaciones a nadie ya que no tiene presencia en ninguna redacción».

ANCCOM intentó comunicarse con la secretaria general de UTPBA, Lidia Fagale, para conocer su opinión pero no obtuvo respuesta.

Tarda en llegar

Para cotejar la cantidad de afiliados que trabajan bajo el Estatuto del Periodista, los tres sindicatos de la ciudad de Buenos Aires, el ya mencionado UTPBA, el sindicato que funciona en la agencia Télam y el SiPreBA presentaron sus papeles ante el Ministerio de Trabajo de la Nación como lo marca la Ley de Asociaciones Sindicales, siendo el SiPreBA ganador de la compulsa superando el 10%. Rabini recuerda que: “Por la urgencia salarial que tenemos nos ganaba la impaciencia. Para los que saben de estos trámites el proceso fue rapidísimo porque en general a veces se traba o se enturbia y no se puede resolver”.

En Página/12, como en otros medios, los trabajadores llevan años luchando por la recomposición de un salario que se aleja cada vez más de la inflación. Martínez recuerda que: «La caída en en el poder adquisitivo coincide con el año en que Cambiemos asume el gobierno y Víctor Santamaría compra Página/12, en 2016. Estos cuatro años no solo fueron demoledores para los compañeros sino para todo el colectivo de prensa en particular».

Los números son fríos pero no mienten: actualmente los redactores y redactoras precarizados, -mal llamados colaboradores- cobran cifras muy bajas. En Página 12 una colaboración en la sección Cultura y Espectáculos se paga entre $4.000 y $4.500, en fotografía son $3.000 por una nota. Sobre este tema Martínez asegura: «Las últimas veces planteamos que ninguna colaboración se pague menos del 10% del sueldo básico del redactor. Con lo cual pensá que hoy el básico sin antigüedad y sin adicional está en $94.000 de bolsillo. En los hechos se está pagando la mitad cuando es algo bajísimo en el mercado y hay miles de compañeros que ansían trabajar y publicar en los diarios». Además agrega: “No es solo el valor de una nota, mal llamada ‘colaboración’, sino un sistema sumamente perverso que hace que muchos periodistas trabajen a destajo cobrando por nota y sin acceder a los derechos más elementales como vacaciones, licencias y antigüedades”.

Cómo se sigue

Sobre los pasos a seguir luego de la personería, Rabini concluye: “Lo principal está en la paritaria. Hay una revisión en el último acuerdo paritario para la última semana de febrero. Pretendemos estar ahí y negociar el acuerdo paritario, el anual y tratar de ir año a año mejorando el salario y ganarle a la inflación para recuperar la actividad que está destrozada. Todas estas décadas de inoperancia y desidia de la UTPBA nos dejaron en una situación crítica de precarización, de salarios por debajo de la canasta básica, de multiempleo para poder ganar un salario digno y eso hay que saldarlo. Es muy difícil hacerlo de un día para el otro, hay que trazarse un plan, un cronograma, e ir mejorando la situación para tener un futuro en la actividad”.

La crisis de los trabajadores de prensa ocurre también en Perfil, Diario Popular y otras publicaciones que se editan en la ciudad de Buenos Aires con el mismo reclamo. En el caso del diario Olé los trabajadores lograron cubrir el 25% del sueldo que les habían quitado por protestar durante el Mundial de Qatar. Lo lograron a través de un fondo de lucha organizado por el SiPreBA con aportes de compañeros, figuras de la política y el periodismo, entre otros sindicatos.

A las problemáticas generales se le suman las estrategias de los medios de prensa para ganar suscriptores ante la merma de las ventas en los kioscos de diarios y revistas como también la incursión en negocios del entretenimiento y otros rubros fuera de la gráfica. Rabini marca como ejemplo que: “En el 2022 abrieron una billetera virtual llamada Bimo fondeada con plata de AGEA (Arte Gráfico Editorial Argentino) e hicieron transferencias por cientos de millones de pesos cada equis cantidad de meses hasta que se fundió; pero cuando vamos a exigir recomposición salarial la empresa dice que no tiene plata. En resumen cargan sus aventuras empresariales sobre nuestros salarios”.

Respecto del futuro, Martínez explica: «Por supuesto nosotros siempre tenemos expectativas y seguimos luchando por lo que consideramos justo y lo que nos corresponde, que es cobrar sueldos dignos. Como piso no queremos ningún sueldo por debajo de la línea de pobreza o de la canasta básica del INDEC. Estamos haciendo una pausa con los paros hasta febrero y la empresa lo sabe. Esperamos que aprovechen esta pausa y que nos propongan un cronograma de aumento serio. Porque además hay un agravante y es que esta paritaria en curso no tiene un centavo de aumento previsto para los primeros cuatro meses de 2023, o sea enero, febrero, marzo y abril». El deseo es que tengan una respuesta de parte del Grupo Octubre, dueño de Página/12 entre otros medios, y afrontar el año con menos medidas de fuerza que el anterior. Para eso necesitan no solo dejar de perder poder adquisitivo, sino también empezar a recuperarlo.

Rabini tiene la esperanza de que en el próximo encuentro con las patronales haya “un diálogo maduro, constructivo, lógico. Argumentos nos sobran y entendemos que hay mucho por discutir, mucho por negociar y mucho por crecer. Nosotros no queremos que a las empresas les vaya mal: todo lo contrario. Por eso tiene que haber un espacio en donde nos vaya bien a todos. No creemos que puedan existir las empresas exitosas cuyos trabajadores pasan hambre”.

Estación Asbesto

Estación Asbesto

Los trabajadores del subte profundizaron en los últimos meses de 2022 los reclamos que hacen desde 2018 para desasbestizar los trenes y la infraestructura. Desde el gremio aseguran que seguirán las medidas luego de las vacaciones de verano.

Apertura de molinetes, demoras e interrupciones del servicio en diferentes días y horarios. Desde los últimos meses, los trabajadores de la Red de Subte de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires realizan estás medidas de fuerza. El reclamo tiene tres ejes: compra de trenes nuevos sin asbesto, reducción de la jornada laboral a cinco días agregando un franco semanal al actualmente existente para estar menos expuestos a ese material y más personal para prestar mejor calidad en el servicio.

Ante esto, Emova, empresa operadora del subte y el premetro, emitió un comunicado en el que, sin hacer mención a la problemática del asbesto, sostiene que disminuir la jornada semanal resulta inviable, porque no permitiría una operación adecuada del servicio. También señala que es falso que haya falta de personal para cumplir con las tareas correspondientes “ya que los resultados cumplen los parámetros de calidad requeridos y además se han introducido mejoras técnicas y operativas que permiten seguir avanzando en un proceso de mejora sostenida”.

El origen de la problemática

La comercialización, uso, transporte y almacenamiento de asbesto o cualquier tipo de fibra derivada de este mineral está prohibida en el país desde el año 2000, a partir de la resolución 845/2000 y ratificado con el Convenio de Rotterdam que entró en vigor en 2004, debido a su peligrosidad para la salud y el medio ambiente.

En el caso de los subtes porteños, en 2018 los trabajadores de la red descubrieron la presencia de asbesto en formaciones antiguas compradas por el Gobierno de la Ciudad en 2013, provenientes del Metro de Madrid, utilizados en la línea B, y del Metro de Japón, utilizados en la línea C. A partir de este descubrimiento, se apartaron los vagones para su desasbestización y se realizaron chequeos en las demás líneas. Así se comprobó que el material también está presente en toda la red: en los túneles, en las estaciones, en las escaleras mecánicas y en las bombas de agua.

Claudio Dellecarbonara, delegado de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP), plantea que el reclamo que hacen es tanto por la salud de los trabajadores como de los usuarios que usan el servicio. Aclara, que hasta el momento, tienen 75 compañeros con afecciones por esta problemática y tres fallecidos. “Cuando se prohibió el uso del asbesto en la Argentina, hace 20 años, la empresa Metrovías y el gobierno nacional, que aún lo administraba, deberían haber iniciado un proceso para retirar el asbesto de toda la red, no solo en la infraestructura, sino también en los trenes que, en su mayoría, tenían asbesto”, indica.

“En los últimos días se conoció que se llamaría a licitación para comprar 16 trenes para la línea B. Esto se debería haber hecho hace cinco años y estamos dando vueltas porque ni la empresa, ni el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que desde 2014 administra el subte, han hecho nada de lo que corresponde», expresa Dellecarbonara. Y asegura: «Que todavía haya flotas contaminadas en circulación es posible porque hay gobiernos corruptos, no importa el signo político, por eso decidimos tomar medidas de fuerza”.

Salud y medio ambiente

En diálogo con ANCCOM, Eduardo Scarlato, miembro de la Asociación Toxicológica Argentina y jefe de la División Toxicología del Hospital de Clínicas, explica que las principales vías de ingreso del asbesto al organismo son la respiratoria y la digestiva, porque una persona puede ingerir sustancias contaminadas con este material o puede respirar un ambiente con contenido disperso en el aire: “Esta sustancia es cancerígena y al ser la vía respiratoria la principal fuente de exposición, el cáncer característico, patognomónico y casi exclusivo de esta patología es el mesotelioma. Es un tumor maligno que se genera a través de la pleura, la membrana que cubre los pulmones”. Y añade: «Si bien el cáncer de pulmón y el mesotelioma son los principales, también están descritos cáncer en tubo digestivo y en la vejiga”.

“Hay que tener presente que el asbesto es un mineral natural, es decir, está en la naturaleza y como tal no tiene mayor impacto en la misma salvo áreas de contaminación. El problema radica fundamentalmente cuando por distintos tipos de procesos se industrializa y de esta manera se van liberando estas fibras microscópicas, que son las que contaminan el medio ambiente y, a partir de ahí, la exposición del individuo”, aclara el médico toxicólogo.

Por último, plantea que si bien se han cargado las tintas sobre el tema del subte, en tanto problemática real, el asbesto está presente en muchos otros ámbitos laborales y particulares: «Todo lo que es el viejo fibrocemento estaba hecho a partir de, entre otras cosas, fibras de asbesto. Se lo utilizó fundamentalmente por ser ignífugo, como aislante térmico y como tal está presente en chapas, tanques de agua viejos, depósitos de baño en casas viejas, en determinados tipos de industrias y maquinarias que todavía contienen estos elementos”.

El plan de lucha de los trabajadores del subte continuará ininterrumpidamente, afirma Dellecarbonara: “En estos meses que hay un periodo de vacaciones, quizás las medidas no sean las mismas que veníamos realizando hasta ahora. En estos días tendremos las asambleas para definir qué hacer, pero la idea es seguir con las medidas que sean necesarias para que nos den las respuestas que necesitamos”.

Una cooperativa exquisita

Una cooperativa exquisita

La tradicional confitería Nuova Piazza, famosa por sus medialunas, fue recuperada durante la pandemia por sus trabajadores, quienes priorizan la calidad de sus productos artesanales, fabricados sin químicos.

Ubicada a dos cuadras del Congreso de la Nación y frente a la Plaza Lorea, la Cooperativa La Nuova Piazza, panadería y confitería, mantiene un clásico de la zona desde hace 38 años. Su origen se remonta a Mar del Plata, donde se fundó Piazza. Tras ganar popularidad en la ciudad balnearia de la mano de sus características medialunas, en 1984 se abrió la sucursal en la Ciudad de Buenos Aires. 

A pesar de que el Piazza de Mar del Plata cerró en 1995, en Buenos Aires continúa en funciones en la calle Luis Sáenz Peña y Avenida Rivadavia. La Nuova Piazza es, desde 2020, una cooperativa administrada por sus 19 trabajadores, que funciona las 24 horas: la atención al público es desde las 07:30 a las 21, tras el cierre ingresan los encargados de la producción y cocción. 

Sus productos estrella continúan siendo las medialunas y la parte de panificados, así como las tortas y alfajores, todos productos artesanales, sin químicos. Lo que comenzó siendo una panadería y confitería poco a poco comenzó a incorporar variedad de productos de fiambrería, ofreciendo comida para llevar, lo que hace que los clientes se acerquen todos los días. 

En busca de innovación, comenzaron a sumar productos con otras harinas, con ayuda del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) para la elaboración de las fórmulas de panificados, su conservación y cuidados, como es el caso de la medialuna de 100 por ciento cacao, incorporada recientemente. También, se realizan ventas mayoristas, principalmente a hoteles, donde con una camioneta adquirida a partir de un subsidio del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), realizan el recorrido y reparto diario. 

Una fecha está marcada a fuego en la memoria de 12 de los trabajadores de la antigua Piazza, el 7 de septiembre de 2020: el momento en el que comenzaron con el proceso de la recuperación de sus puestos de trabajo, en plena pandemia. La dificultad era recuperar un lugar con identidad en el barrio, donde muchas personas se acercaban a rememorar otros tiempos cuando asistían con sus padres y abuelos a comer sus medialunas.

Durante el gobierno de Mauricio Macri, el negocio empezó a andar mal, sus dueños cambiaron la razón social, los trabajadores se encontraban sin recibo de sueldo, las pagas comenzaron a ser por día, sumado a que debían pagar prioritariamente a los proveedores. Esto repercutió en la materia prima utilizada para la elaboración de los productos, y en el desgano laboral generalizado. Y la pandemia vino a empeorar aún más la situación.

Luego de años de dejadez y problemas económicos y administrativos, sumado a las deudas de un año y medio de alquiler, luz y gas que se dejaron de pagar completamente, se le estaba por iniciar un juicio de desalojo al local, que fue frenado por la pandemia. Al considerar que de una u otra manera iban a perder su trabajo de años, los trabajadores decidieron tomar el lugar con apoyo de otras cooperativas, y presentaron un proyecto de viabilidad a la inmobiliaria que administraba el local.

Lo que llevó a armar una cooperativa fue la idea de no quedarse sin trabajo. “La mayoría tenemos de 40 años para arriba, con hijos, y quedarse sin laburo era terrible. Casi todos somos del ámbito de la gastronomía, donde conseguir laburo para gente de nuestra edad es muy difícil. Quizás no para alguien de oficio como un panadero o pastelero”, comenta Analía Martínez, presidenta de la cooperativa, en diálogo con ANCCOM. 

En ese proceso tuvo un papel clave la Dirección Nacional de Empresas Recuperadas: allí se realizó la Asamblea Constitutiva donde se designaron los cargos y se redactó el estatuto. “Era una situación muy angustiante para muchos, nos repartíamos bolsones de comida, estábamos todos los días a la expectativa de salir a responder desde la parte legal, mientras algunos se acercaban para ver si se podían quedar con Piazza”, recuerda Martínez, emocionada. 

Con su recuperación, el lugar pasó a llamarse “La Nuova Piazza”, confiando en los nuevos aires que comenzaban a vislumbrarse. Llevar adelante una cooperativa es para ellos un constante aprendizaje, por eso consideran que no dejan de ser “laburantes que autogestionan el lugar, en busca de otro modelo de producir y trabajar, que sea mejor y más sustentable”, aseguran. Consideran que, antes que una cooperativa, son una empresa recuperada. 

En un comienzo, el modo de organización fue mediante asambleas permanentes, pero luego comprendieron que no eran del todo útil, porque paraban la producción y las ventas, entonces, decidieron hacerlas de manera mensual mediante un cuerpo administrativo que debate las cuestiones a resolver, como puede ser asociar a un nuevo trabajador. Sin embargo, más allá de las jerarquías administrativas, tienen en claro que todos cumplen un rol fundamental en el funcionamiento de la cooperativa, ya sea atendiendo las mesas, en la caja, o en la cocina. 

Un subsidio del Ministerio de Desarrollo Social llamado Manos a la Obra les permitió adquirir nuevo equipamiento para la cocina como hornos, freezers y microondas. También se puso en funcionamiento la cámara de producción que era utilizada como depósito, y se logró la habilitación del lugar, que no estaba vigente en el último tiempo.

Ese empezar de nuevo implicó arrancar con lo justo, y poder generar y comprar más materia prima, aunque sin proveedores, porque habían sido estafados por el anterior dueño, que les debía dinero. Martínez destaca que en estos años se avanzó mucho, y “los vecinos vienen y no pueden creer lo lindo que está hoy el lugar, a comparación de las cosas que se veían hace dos años, sobre todo en lo relacionado a los productos y la atención”. 

Uno de los propósitos de la cooperativa es poder brindar puestos de trabajo, y para ello consideran que hay cuestiones a modificar. Por ejemplo, lo relacionado con las obras sociales, donde a pesar de tener aportes jubilatorios, son monotributistas sociales. Además, no pueden contratar, salvo a un porcentaje mínimo de profesionales. La única solución es asociarse a la cooperativa, con las complicaciones que eso implica.

Otro eje fundamental como la relación con otras cooperativas,  se facilita a través de la Moneda de Intercambio Argentina (MIA), una moneda social en común creada por el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas, donde cada MIA equivale a un peso. Muchos de los productos que se venden en La Nuova Piazza son principalmente de empresas recuperadas o de otras cooperativas. 

El espíritu cooperativista se expande, con la idea de que, como figura en su estatuto, no sea sólo un comercio sino también un espacio cultural. En ese sentido, una vez al mes se realizan peñas con shows en vivo de folklore y rock, y se arman ferias, con gran aceptación del público. También mantienen relación con el Teatro Liceo, ubicado a metros del lugar: los espectadores de cada función, sus trabajadores, y artistas como Elena Roger, frecuentan el lugar. 

Pensando a futuro, están trabajando en un cambio y remodelación del local en cuanto a los colores y estructura, que permita una nueva identificación de la cooperativa, una fusión entre lo que eran y lo que son hoy. Está presente el sueño de reabrir la sucursal de Mar del Plata, para acercarse a sus orígenes, o un nuevo local dentro de la Ciudad de Buenos Aires. En cuanto a lo laboral, planean ampliar los puestos de trabajo, y reducir la jornada laboral a seis horas con un franco en la semana, con un sueldo acorde.  

Pero, sobre todo, está la idea de que La Nuova Piazza sea accesible para que todos puedan ir a tomar un café con medialunas. “Para nosotros, es importante que la calidad se mantenga. Nos importa mucho lo que llega a la mesa de los clientes: si no se lo daríamos a nuestros hijos, no se lo damos a nadie”, reflexiona Martínez, y agrega: “Dedicarse a la gastronomía y dar de comer es un acto de amor. Son cosas que tratamos de no perderlas”. 

«Viviana honraba esta profesión todos los días»

«Viviana honraba esta profesión todos los días»

Colocaron una placa en homenaje a la periodista fallecida Viviana Mariño, primera gerenta de noticias de la Agencia Télam, editora de ANCCOM y fundadora de la cooperativa que publica Tiempo Argentino.

 

Este lunes 28 de noviembre se realizó un acto en homenaje a Viviana Mariño la primera gerenta periodística de la Agencia Nacional de Noticias Télam, editora de ANCCOM y fundadora de la cooperative de trabajadores que publica Tiempo Argentino . Mariño, de 51 años, murió el 24 de junio a causa del cáncer y dejó un dolor profundo entre sus familiares, amigos, colegas y estudiantes.

En el acto Bernarda Llorente, presidenta de Télam, destacó: “Vivi amaba esta profesión tan vapuleada y ella la honraba todos los días”. “Era una creyente del periodismo como herramienta de información y sobre todo de formación, y creía en este legado hacia las generaciones más jóvenes” y se lamentó por no haberla conocido un poco más personalmente.

La placa se ubica en la entrada al estudio de radio, en el segundo piso. Al explicar el motivo Llorente recuerda que al momento de asumir el directorio de Télam en 2019, lo primero que hicieron fue reconstruir ese espacio. Destacó de Mariño, quien fue la primera gerenta periodística, su dignidad, su sonrisa y el orgullo personal y profesional.

Germán Alemanni, subgerente periodístico de Télam, con mucha emoción resaltó aquellos logros como la recuperación de la cablera, reforzar el vínculo con los abonados de la agencia e interpelar a las nuevas audiencias. Sobre el trabajo diario recordó: “¿Qué tenemos? ¿Qué nos falta? ¿Qué hay? Con su voz enfática, con su decir convencido, por momentos hasta la terquedad, me acompañan en ocasiones para pensar en sumarios, focos, abordajes y también su ejercicio de templanza cuando lo posible, ya no lo planeado, se imponía como una muralla infranqueable”.

Docente permanente

Como docente de la materia Taller de Expresión III de la carrera de Ciencias de la Comunicación (UBA) , pero también en las redacciones, Viviana Mariño siempre fue formadora de periodistas. Alemanni destaca en ella “un puente entre la academia y la práctica. Basta ver en ello a los alumnos de la UBA que la agencia incorporó con el propósito de contribuir a su formación y sumar su mirada generacional”.

Laura Pomillo ex cronista de ANCCOM, actualmente se desempeña como pasante en Telam: “Viviana nos dio una oportunidad y nos abrió una puerta enorme a un lugar que rebalsa de profesionalismo, pero también un grupo humano muy rico”. El orgullo y la admiración se tradujo en un texto colaborativo agradeciendo la convocatoria para trabajar en la agencia como “una oportunidad invaluable”, además de “la escucha atenta a las inquietudes, el respeto y la pasión que los inspiró en muchas instancias. Ella construyó un mensaje hacia el futuro apostando por la educación pública. Nos abrió la puerta y nos invitó a seguir soñando en esta profesión.”

 

Para Nicolás Eisler, periodista de Tiempo Argentino, “Vivi fue siempre super generosa y trató de que los demás aprendiéramos, de que hiciéramos mejores notas y por eso es que la queremos tanto”. Eisler recuerda que para las épocas de elecciones les preparaba con anticipación las notas “de manual” cuatro semanas antes con la cartuchera, el lápiz y la goma de borrar: “Siempre estaba muy por delante de la jugada”. Sobre el cariño al diario: “Tiempo Argentino fue un proyecto colectivo. No había muchas firmas famosas sino mucha gente con ganas de hacer bien su laburo y tal vez por eso Vivi quería tanto a Tiempo y cuando nos quedamos en banda se puso al hombro la creación de la cooperativa desde el minuto cero”.

En el cierre su pareja, el periodista Fernando Piana, recordó con sonrisas “lo cabrona que era”. Le llamó la atención el conocimiento profundo de los colegas hacia su compañera de vida gracias a su transparencia: “Hay una síntesis que es muy interesante entre Tiempo Argentino, Télam y ANCCOM que es la vida por lo público, por la comunicación y la militancia, porque además era integrante de un gremio. Era una persona completa en términos de entrega”.

La reunión fue un punto de encuentro en donde todos se abrazaron y se saludaron de forma infinita entre familiares, amigos y colegas para recordar su amor y pasión por el periodismo.

Menos desempleo pero más trabajadores informales

Menos desempleo pero más trabajadores informales

A pesar del constante crecimiento del empleo que se da tras la pandemia, más de un tercio de los trabajadores argentinos no realiza aportes jubilatorios. Un problema que lleva cuatro décadas.

Según el último informe de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) realizada por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC ) sobre el segundo trimestre del año, el mercado laboral argentino  mostró un crecimiento en la generación del empleo público a la par de un aumento del trabajo “sin descuento jubilatorio”. Esta situación afecta a más de un tercio de la población económicamente activa. Más precisamente a un 37,8 por ciento de la población económicamente activa. Este proceso de informalidad laboral se viene produciendo desde los comienzos de los noventa. ¿De qué manera se puede revertir la tendencia negativa sobre una población diversa sin acceso a la seguridad social?

El trabajo no registrado comenzó a convertirse en una modalidad cada vez más común desde los comienzos de la democracia, época en que aparecen los primeros indicadores sociales,  sobre todo en sectores como la construcción, el comercio y trabajadoras de casas particulares, entre otros. Siguiendo las estadísticas oficiales del EPH-INDEC, al finalizar el primer gobierno democrático post dictadura de Raúl Alfonsín,  la informalidad laboral alcanzaba el 32% del total de los asalariados,  envuelta en un contexto de hiperinflación económica. Con la política de privatización llevada cabo por los gobiernos de Carlos Menem en la década de los noventa, el trabajo no registrado comenzó a ir en aumento hasta llegar a casi la mitad de la población trabajadora para los años 2001-2002.

Según la socióloga y Doctora en Ciencias Sociales Sandra Giménez, la tendencia negativa comienza a revertirse durante el periodo de pos convertibilidad: “Después con las políticas que se llevan adelante en el 2003-2015, baja pero no se logra erradicar. Hay un tercio de la población económicamente activa que va a seguir en el mercado informal. Eso  no quiere decir que la gente no trabaja, lo hace con actividades más de subsistencias, ese mundo del no registro, está el que sale a vender al tren, a la calle o sectores como trabajo rural, comercio, construcción, el trabajo en casa particulares”

La investigadora agrega: “Este sector de gente muy grande que compone el mundo de la informalidad es un mundo diverso. No lograron reducirlo más allá del 30%. Hoy tenemos paradojalmente que bajó la desocupación, pero el empleo que se crea no es el registrado. La pregunta ahí es cómo garantizamos que esa gente pueda satisfacer sus condiciones de vida, el acceso a la salud, los aportes jubilatorios. En treinta años vamos a tener un conjunto de gente que no va tener años de aportes para acceder a la jubilación”.

Según el economista, investigador del Conicet y docente emérito de la Universidad Nacional de Moreno, Julio Neffa, la modalidad del trabajo informal es afín a las crisis económicas del país. “El mercado de trabajo está muy relacionado con la macroeconomía. Si anda bien, va a bajar el desempleo y el trabajo en negro. Si hay estancamiento económico o muchas crisis hacen que la generación del empleo privado sea muy lenta. Estamos viviendo una situación de crisis estructural y el escenario se ha deteriorado después de la crisis internacional 2007-2008. Desde el 2011-2012 argentina tiene un crecimiento muy irregular, un año sube y otro baja”, expresó.

El empresariado argentino cumple un rol fundamental en las decisiones del acceso al trabajo formal por parte de la sociedad asalariada. “Los empresarios buscan reducir sus costos. Cuando un empleador elige no crear empleo en blanco, estable, regulado por la Ley del Contrato de Trabajo, con aportes, se ahorra alrededor de un 30% del monto de los salarios, están reduciendo sus costos salariales pero dejando a mucha gente en situación de precariedad”, dice Neffa.

“Al mismo tiempo, debilita la organización sindical. Porque si trabajan en negro, no pueden acceder a los sindicatos. Están en una situación de inseguridad muy grande, porque los pueden despedir en cualquier momento sin preaviso o indemnización. No tienen un sindicato que los defienda. Hay una serie de responsabilidades que van desde el gobierno, a los empresarios, a las organizaciones sindicales. Hasta que no haya una política de crecimiento económica, no se van a crear ni ampliar empresas ni habrá muchas posibilidades de generar empleos en blanco”, agregó.

Según Neffa, primero tendría que haber un plan de estabilización que frene la inflación actual y segundo hacer un plan de desarrollo nuevo, ya que el último que hubo en el país fue el del año 1973. “Después de ahí nunca más hubo un plan, porque si un gobierno hace un plan tiene un objetivo y tiene que tratar conseguirlo, sino tiene un plan anda a la deriva y nadie le puede decir que no cumplió. Para los gobernantes les da libertad pero es una catástrofe para la sociedad”, manifestó.

Siguiendo la línea de los cambios necesarios, la socióloga Giménez plantea que no solo es suficiente con políticas de ingresos, sino también, una transformación cultural sobre lo que consideramos “trabajo” en los nuevos escenarios del mercado laboral. “En un área más simbólica, qué cosas reconocemos como trabajo. ¿Qué hacemos las madres? Si contribuimos a la fuerza de reproducción del trabajo pero todavía no hay un Estado que reconozca a las mujeres que hacemos esta labor. Lo que hacen los comedores comunitarios es laburo. La disputa es qué registramos como trabajo. No alcanza con la política de ingreso. Aquella persona que vive de hacer carteras y se enferma, no puede ir a vender. En políticas sociales hablamos de desmercantilizar el acceso a ciertas prestaciones como un asunto de derecho independientemente de cuál es tu situación en el mercado de trabajo. De esa discusión estamos muy lejos en el país. La mirada de la clase política está muy afincada en esa Argentina de casi pleno empleo masculino de los noventa, eso ya pasó, ya fue, no vamos a volver a esa época. Hay que construir nuevos consensos”, expresó.

Nueva protesta de los docentes porteños

Nueva protesta de los docentes porteños

Docentes y auxiliares educativos se manifestaron frente a la Legislatura. Las condiciones edilicias, los días de capacitación, mejoras salariales y un incremento en el presupuesto fueron los principales reclamos.

Docentes y personal educativo se movilizaron hacia la Legislatura porteña este jueves para reclamar por mayor presupuesto en el sector, una ley que habilite a paritarias, y en contra de las políticas llevadas por el Jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta y la ministra de educación, Soledad Acuña.

Para Cintia, profesora de educación inicial, el reclamo principal es contra el intento del Gobierno de la Ciudad de extender la jornada laboral. “Quiere hacer las capacitaciones y las EMI (Espacios de Mejora Institucional) los sábados, contra lo que dice el estatuto. Nosotros trabajamos de lunes a viernes por estatuto. Firmamos una declaración jurada y, por más que nos paguen, es un avance sobre nuestros derechos porque es una extensión de la jornada laboral”. Dice que necesitan su momento para que los y las docentes puedan discutir sobre los asuntos institucionales y particulares de cada escuela.

Mientras tanto, cruzando el vallado policial, en la Legislatura se vota el presupuesto para el 2023 que prevé una merma en las áreas de Educación, Salud y Cultura, según denuncian los gremios convocados. 

 

El reclamo salarial y de mejoras está presente en todas las movilizaciones y en todos los paros. Cintia agrega: “Estamos muy por debajo del índice de inflación y esto tiene que ver con la movilización de hoy, porque estamos reclamando por el presupuesto del año que viene. Queremos que se ponga plata básicamente en las escuelas y en las cosas que realmente necesitamos”.

Mariel es una docente que trabaja en el Distrito Escolar 5° de Zona Sur, asegura que hay muchas escuelas que no están en condiciones y la infraestructura es “deplorable: desde ratas hasta aulas que son de durlock”. Sobre el día a día y la impresión de los auxiliares ante la situación comenta: “No tienen suficientes recursos en las escuelas, desde lavandina e insumos muy básicos, para poder mantener la higiene de las aulas. También convivimos con situaciones de familias con derechos vulnerados y nosotros no tenemos a quien recurrir, porque si derivamos un caso a un organismo y este no tiene recursos, entonces se vuelve una espiral”.

En el escenario, una de las oradoras del colegio Mariano Acosta se manifiesta en contra de los jueces que los obligaron a ir a clases en pandemia con el argumento de “donde hay una necesidad hay un derecho”. Para ella esto es relativo porque “nosotros en las escuelas enseñamos y donde hay una necesidad hay un Estado ausente”. Sostiene que Larreta en estos años no los pudo “doblegar ni humillar” porque hay una comunidad. Los aplausos se escucharon fuerte cuando menciona al vicerrector del Acosta, Julio Pasquarelli quien denunció a un trabajador tercerizado del Gobierno de la Ciudad por cortar la luz a los estudiantes durante las tomas ocurridas en ese establecimiento. Ahora enfrenta una sanción del Ministerio de Educación.

No es la primera protesta: el 20 de octubre se concentraron en el mismo lugar (Perú y Diagonal Sur) para reclamar por las condiciones laborales y modificar los días de capacitación a los docentes. Tanto en esta marcha como en la anterior participaron gremios de SADOP, Ademys y UTE, además de la presencia de médicos residentes, autoconvocados de ObsBA y estudiantes junto a los institutos de cultura.