
“Norma es una referenta de nuestra historia y de nuestras luchas”
El documental “Norma también”, producido por Natalia Vinelli y Alejandra Guzzo, se presenta en el DOCA este fin de semana. Recupera la lucha de la activista jubilada en los noventa en un momento donde los adultos mayores vuelven a tomar la calle.

Norma también, el documental dirigido por Natalia Vinelli y Alejandra Guzzo, recupera el legado de Norma Plá, activista en los años noventa, en un mundo actual en donde se alza su figura como bandera, cuanado los jubilados toman la delantera y vuelven a ser protagonistas de la resistencia a un gobierno neoliberal. La película se presentará este fin de semana en el Cine Gaumont (Av. Rivadavia 1635, CABA), en el marco de la 16ª Muestra de Cine Documental DOCA. Las entradas se agotaron en pocos días pero ya hay más funciones programadas (se pueden ver en el IG de la película) y se proyectará también en el circuito alternativo.
El documental Norma también se centra en la experiencia de una joven estudiante feminista de Ciencias Sociales, que fascinada por la historia de Norma Plá, va recuperando su legado mediante entrevistas y material de archivo.
El equipo de realización está integrado mayormente por mujeres en puestos clave. Según contó a ANCCOM Natalia Vinelli, directora del audiovisual, la película es el resultado de muchos años de investigación: “Tiene el punto de partida en un corto que hicimos en 2009 llamado ¡450! Norma Plá y la lucha de los jubilados en los 90, que por distintas razones no continuamos desarrollando hasta que en 2020 decidimos recuperarlo. Lo pensamos en un contexto muy diferente al actual, pensábamos por dónde entrar a contar la historia de Norma teniendo en cuenta que había una generación muy joven que no la había conocido y es interesante poder poner en vínculo a la generación que la había conocido en contacto con otra que no”.
Además, la realizadora destacó que “es importante traer la figura a las discusiones actuales; no pensar en términos de cierta desesperanza, de cierta angustia, de ver cómo las cosas se repiten, sino realmente para hacer un ejercicio de memoria que nos permita discutir, polemizar, movilizar, informar, todas cuestiones que tienen que ver con la con la tradición del cine militante y la posibilidad que brinda para generar espacios de debate y de movilización”. Recordó que con el cambio de gobierno no recibieron el financiamiento que les habían otorgado por unanimidad y, sin embargo, “decidimos avanzar porque no queríamos que la película fuera silenciada”.

¿Desde dónde recuperan la figura de Norma Plá?
Nosotras entendimos que el rol que Norma Plá había tenido en el espacio público aportaba y era necesario reivindicarlo desde el movimiento feminista por lo que había significado esa recuperación del espacio público para una mujer, vieja y pobre, que puede sobreponerse al ataque permanente y al maltrato mediático y ocupar la calle, ocupar los estudios de televisión, para llevar adelante todas sus demandas que tenían que ver con las condiciones de vida digna. Nos parece importante porque es tradición en nuestra historia que muchas mujeres, sin pensarse inicialmente o sin problematizar el feminismo, ocuparon y generaron roles muy importantes, desde Eva hasta las Madres de Plaza de Mayo. Ellas fueron asumiendo la perspectiva feminista desde la propia práctica, entonces hay un hilo o una subtrama en el documental que tiene que ver con la construcción de un feminismo popular. También están las luchas con las cuales Norma articuló, de resistencia al neoliberalismo, que es muy importante poder leer desde la actualidad cuando tenemos políticas que, con similitudes y diferencias, claramente nos llevan a recordar la época de los noventa. Cuando hay una eliminación de la moratoria de las jubilaciones, las primeras que tienen dificultades son las mujeres porque son a las que les faltan más años de aporte, porque han trabajado más tiempo en sus casas, porque ese trabajo no ha sido reconocido, o porque han trabajado y no han tenido los aportes. Cuando retomamos este proyecto todavía no había cambiado el gobierno, era diferente lo que estaba pasando en el país. A su vez, cuando Milei asume, discute y cuestiona fuertemente a los feminismos, avanza discutiendo contra la casta y ubica en la casta a los pobres, a los jubilados, a los comedores populares, a la educación pública, entonces ahí la película se fue resignificando porque Norma es una referenta de nuestra historia y de nuestras luchas, y ese cambio de escenario vuelve a este documental una pieza urgente.
Retoman el trabajo en 2020, pero en el medio la figura de Norma vuelve a cobrar preponderancia social, ¿cómo ven ésto?
Sí. En el marco del documental se va construyendo esa figura y sucede que también asistimos a la emergencia de Norma con el cambio de gobierno, en el contexto del ajuste contra los sectores más débiles de la población, y concretamente en las nuevas marchas de los miércoles de los jubilados en el Congreso. A medida que íbamos rodando, íbamos viendo la figura en un mural, en una remera, en la bandera, en los volantes y en los reclamos, el recuerdo sobre esa memoria de lucha de los jubilados y jubiladas en los noventa ya retomada desde la actualidad. Entonces entendimos que, como todo proceso documental, la película fue transformándose, se fue ampliando y que llegaba en un momento muy oportuno porque también ahí encontramos que había un interés, que había un público que quería una película como ésta.

¿Qué significó para ustedes hacer este documental en medio del avance del gobierno en contra de la cultura y de la producción de cine nacional?
Para mí fue desafiante. Con Alejandra Guzzo, cuando presentamos el proyecto para codirigir la película, ganamos un subsidio en el INCAA y eso nos permitió escribir un primer guion que tenía que ver con el tratamiento estético y narrativo de la película. Después presentamos un proyecto para lograr un subsidio a la producción y el jurado nos declaró de interés por unanimidad. Cambió el gobierno, asumió la nueva conducción del INCAA y no firmaron la resolución, que estaba esperando, por lo tanto nos dejaron sin el financiamiento. Y por eso te digo que ahí es desafiante. Porque nosotras no pensábamos que íbamos a tener un trato diferente del que tenían los comedores populares que se estaban quedando sin comida y que estaban puestos bajo sospecha, porque para este gobierno es muy fácil poner a los sectores que menos tienen en el lugar de la sospecha. Frente a eso decidimos avanzar desde el punto de vista autogestivo, que era algo que sabíamos hacer desde Barricada TV y Cine Insurgente. Pero esto no disculpa al Estado de la obligación que tenía tanto con Norma también como con las ochenta películas que quedaron sin financiamiento, porque se les ocurrió a estos nuevos políticos de turno que no iban a pagar los compromisos contraídos con todo el sector documental.
¿Qué mirada tiene este gobierno sobre el cine nacional?
El gobierno pretende instalar la idea de que el cine nacional no debe ser financiado porque debe seguir las reglas del mercado y no tiene público. Eso es mentira, yo no conozco una película que no se haya encontrado con su público. Norma… lo demuestra porque hicimos una campaña de financiamiento y tuvimos cientos de aportantes. Es necesario seguir peleando por la defensa de la soberanía audiovisual y, porque dentro de eso, el documental es un espacio muy importante porque se mete a contar historias que sino no se cuentan.