“Denunciamos que quienes quieren cerrar el Ministerio de Mujeres, Género y Diversidades buscan avanzar en una censura contra nuestros derechos. Reclamamos más presupuesto para la implementación de políticas de género efectivas”, expresa una integrante del Movimiento Ni Una Menos, en contraposición a la idea de Javier Milei acerca de cerrar ministerios, incluidos el de mujeres, derogar el derecho al aborto y evitar la implementacion de la ESI en las escuelas.
Detrás de cientos de tambores, murgas y coreografías, se desprendía una alegría compartida: volver todas juntas a la calle. Miradas cómplices, sonrisas de oreja a oreja, bailes al compás de la música y mates de por medio. Mujeres con sus hijos e hijas, jóvenes entre amigas o “La revolución de las viejas” como se hacían llamar un grupo de mujeres adultas. Todas ellas tenían algo en común y era ese brillo en los ojos que denotaba la emoción de reencontrarse con sus compañeras para aferrarse a sus derechos conquistados.
“Exigimos el acceso pleno a la interrupción voluntaria del embarazo en todo el sistema de salud privado y público. Por un aborto cuidado, libre de violencias y obstaculizaciones”, reclama la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, encabezada por la presencia de Nina Brugo, una pionera del movimiento y declarada Personalidad Destacada los Derechos Humanos por la Legislatura porteña.
Con el bajar del sol, llegaron las bebidas, los choripanes y las ronditas en el medio de la calle. Si no eran brillos, eran vinchas de flores, pelucas o máscaras que formaban un ambiente festivo, de alegría y tranquilidad. Con un par de conos y una pelota, se armó un partido de fútbol y se sumaba quien quería, en el medio de Avenida de Mayo.
Exponiendo los pañuelos al aire y en un grito unánime, tan fuerte que erizaba los vellos del cuerpo y retumbaba en el corazón de las presentes, se repitió la consigna que hizo nacer a la Campaña del Aborto Legal, Seguro y Gratuito: “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir”. Como si fuera un ritual, hicieron sonar sus bocas como indias y resonaron en todo el Congreso de la Nación bajo la luna llena del jueves.