Diástole y sístole de la democracia | Estuve ahí

Diástole y sístole de la democracia | Estuve ahí

Dora Barrancos, socióloga, historiadora y, ante todo, feminista recorre avances y retrocesos en los últimos 40 años. Los juicios a los represores, los levantamientos carapintadas, las leyes de perdón y, el empoderamiento de las mujeres y disidencias, una de los mayores activos, según dice, de la construcción democrática. El sueño cumplido del Ministerio de Género y la amenaza de que sea cerrado. ¿Por qué avanzaron las derechas en la Argentina y en el mundo?

40 AÑOS – COMUNICACIÓN Y DEMOCRACIA (1983 – 2023)

ANCCOM –junto a la Carrera de Ciencias de la Comunicación y a la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA- lanza Estuve ahí, un ciclo de entrevistas audiovisuales a los protagonistas de estos 40 años de democracia que celebra la Argentina.

La serie recorre los temas más trascendentes que tejieron la trama social desde 1983: los derechos humanos, la vida política, el mundo del trabajo, la economía, la deuda externa, la vivienda, los pueblos originarios, el campesinado, las luchas de género y diversidades, el ambientalismo, la cultura y el mundo de la comunicación, entre muchos otros.

Cada conversación constituye un verdadero diálogo intergeneracional entre los jóvenes periodistas de la agencia y aquellos que escribieron la historia.

Estrenamos todos los lunes! La primera, que estará disponible el próximo 28 de agosto, será a Estela Barnes de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.

Entre los entrevistados se pueden mencionar a Adolfo Pérez Esquivel, Estela Carlotto, León Arslanián, Héctor Recalde, Federico Pinedo, Gustavo Grobocopatel, Mercedes Marcó del Pont, Daniel Arroyo, Dora Barrancos, Myriam Bregman, Juliana Di Tullio, Ana Castellani, Noemí Brenta, Luis Felipe Noé, Daniel Divinsky, Eduardo Longoni, Moira Millán, el padre Pepe Di Paola, Flavio Rapisardi, Emilce Moler, Manuel Goncalvez, Gervasio Muñoz, Enrique Viale y Damián Loreti, por mencionar solo algunos.

Créditos

ANCCOM
Equipo Audiovisual: Eduardo Morales ? – Jairo García – Noelia Pirsic
Producción Periodística: Diego Rosemberg, Sebastián Comellini, Clarisa Veiga, Ángel Berlanga, Cecilia Chervabaz, Esteban Magnani, Guillermo Wulff, Alejandro Cánepa, Horacio Cecchi, Adriana Meyer, Federico Corbiere.
Producción Fotográfica: Victoria Gesualdi y Leandro Teysseire.
Redes y Contenidos Digitales: Julio Alonso, Estefanía Hernández e Ian Werbin.
CEPIA
Florencia Mendes, Javier Ildarraz, Gustavo Intrieri, Nadia Rebrij, Florencia Canosa, Juan Lescano, Jorge Pinola.
Autoridades CCOM
Larisa Kevjal – Directora
Dolores Guichandut – Secretaria Académica | Sebastián Ackerman – Coordinador Técnico | Yamila Campo – Coordinadora Centro de Prácticas
Equipo de trabajo
Lucía Thierbach, Grisel Schang, Paula Morel, Emilia Silva y Sebastián Comellini
De la agricultura al agronegocio | Estuve ahí

De la agricultura al agronegocio | Estuve ahí

Durante los 40 años de democracia, Gustavo Grobocopatel se convirtió en el mayor sembrador de soja de la Argentina. Su modelo de negocios cambió para siempre la forma de trabajar el campo en el país. ¿Cómo fue la relación de los distintos gobiernos con el sector agrario?

40 AÑOS – COMUNICACIÓN Y DEMOCRACIA (1983 – 2023)

ANCCOM –junto a la Carrera de Ciencias de la Comunicación y a la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA- lanza Estuve ahí, un ciclo de entrevistas audiovisuales a los protagonistas de estos 40 años de democracia que celebra la Argentina.

 

La serie recorre los temas más trascendentes que tejieron la trama social desde 1983: los derechos humanos, la vida política, el mundo del trabajo, la economía, la deuda externa, la vivienda, los pueblos originarios, el campesinado, las luchas de género y diversidades, el ambientalismo, la cultura y el mundo de la comunicación, entre muchos otros.

Cada conversación constituye un verdadero diálogo intergeneracional entre los jóvenes periodistas de la agencia y aquellos que escribieron la historia.

Estrenamos todos los lunes! La primera, que estará disponible el próximo 28 de agosto, será a Estela Barnes de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.

Entre los entrevistados se pueden mencionar a Adolfo Pérez Esquivel, Estela Carlotto, León Arslanián, Héctor Recalde, Federico Pinedo, Gustavo Grobocopatel, Mercedes Marcó del Pont, Daniel Arroyo, Dora Barrancos, Myriam Bregman, Juliana Di Tullio, Ana Castellani, Noemí Brenta, Luis Felipe Noé, Daniel Divinsky, Eduardo Longoni, Moira Millán, el padre Pepe Di Paola, Flavio Rapisardi, Emilce Moler, Manuel Goncalvez, Gervasio Muñoz, Enrique Viale y Damián Loreti, por mencionar solo algunos.

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«Las tres opciones son malas, pero hay dos que son espantosas»

«Las tres opciones son malas, pero hay dos que son espantosas»

El sociólogo Eduardo Grüner analiza el escenario que surge de las propuestas electorales. ¿Por qué la derecha se apropió de términos históricos de la izquierda?

Eduardo Grüner, sociólogo y docente de la Universidad de Buenos Aires, habló con ANCCOM sobre el escenario preelectoral, la estrategia de la izquierda y el horizonte de resistencia que se abre ante un panorama que calificó de “incertidumbre, desazón y desconcierto”.

.¿Qué diagnóstico hace del panorama electoral? ¿Qué resultados espera?

El mismo de todo el mundo: incertidumbre, desazón y desconcierto. Nadie sabe exactamente qué va a pasar. No tengo ningún diagnóstico particular. Todo depende de cuánta de la gente que no votó en las PASO vaya esta vez a votar, pero tampoco sabemos a quién. Hay que esperar los resultados del domingo. Son elecciones particulares. Lo fundamental de la política permea la cotidianidad (los reclamos, las tensiones), pero el sistema está armado para que no se note que eso es también política y que se reduzca sólo a las elecciones, donde uno va solito al cuarto oscuro (como cuando se va al confesionario) a poner el papelito en la urna.

¿Qué diferencias encuentra con otros momentos electorales?

Esta es la primera vez en los últimos 40 años que todas las opciones son de derecha, lo que no significa que todo sea lo mismo. Hay derechas peores que otras, pero la novedad es que las opciones realmente distintas sean tan pocas y que no tengan ninguna posibilidad cierta de ganar, más allá de algún diputado. Desde Alfonsín en adelante, siempre había alguna alternativa con posibilidades para los sectores “progres”. Las tres opciones son malas, pero hay dos que son espantosas. Estamos arrinconados, casi extorsionados, frente a una situación muy fea donde existe la posibilidad de un gigantesco suicidio colectivo. La gente se tranquiliza con que la frase “las sociedades no se suicidan”, pero no es cierto. Sobran ejemplos: la muy culta y racional sociedad alemana de 1933, el imperio romano y, hoy en día, el capitalismo entero. Esperemos que no suceda, pero es una posibilidad, bastante más extrema para nosotros localmente, que en otras situaciones electorales.

¿Por qué cree que el electorado se inclinó por discursos y plataformas tan agresivas y antipopulares?

La agresión forma parte de las sociedades y se radicaliza frente a las crisis extremas, frente a la sensación de que no hay salida, que está todo mal, que este es un “país de mierda”… La angustia generalizada produce indiferencia, un “que se vayan todos” en el peor sentido del término, un “qué me importa que se vaya todo al diablo”. Además, conocemos la herencia de Macri, la sequía y la guerra, pero el gobierno estuvo haciendo las cosas mal o, al menos, obedeciendo a límites ideológicos, de clase, de posicionamiento social y político que no permitían tomar medidas más valientes para asegurarle una mayor certidumbre a los sectores populares. Los partidos más radicalizados no supieron canalizar el descontento social generalizado. Toda esa desorientación llevó a estas candidaturas donde casi 60% del electorado opta con desesperación y con un grado alto de negación.

¿A qué se refiere con “negación”?

No se escucha lo que muy sincera y directamente dicen. A Milei lo comparan con Menem, pero la frase del expresidente era “si yo decía lo que iba a hacer, no me votaban”. Ahora dicen lo que van a hacer y los votan. Es un cambio interesante para pensar: el pasaje de ideología ocultadora a la cínica, del que habla Žižek. Sin embargo, esta sí es una comparación que se puede hacer entre Milei y Hitler. Nadie que hubiera leído Mi lucha antes del 33 podía ignorar lo que Hitler planeaba hacer. Pensaron que era campaña, que era exageración. Bueno, acá tampoco tenemos dudas. Sus votantes no lo ignoran, pero lo des-conocen.

¿Cuál es el rol de los movimientos de izquierda en esta elección?

La tarea de acá en más es prepararse para la resistencia. Pase lo que pase, como dice Alejandro Horowicz, el gran ganador de estas elecciones va a ser del Partido Nacional del Ajuste. Será distinto si es uno o es el otro. Por lo tanto, las estrategias de resistencia tendrán sus variaciones también. Pero ajuste va a haber y siempre crean conflictividad. La izquierda es mucha en este país: en las PASO tuvieron cuatro candidaturas, dos de ellas fuera del Frente de Izquierda. Se debió haber llegado a un acuerdo electoral más firme entre las izquierdas más asumidas y grupos populares. No se pudo, no se hizo. Las izquierdas tienen esa gran tarea de resistir y conversar seriamente una estrategia común: una unidad en la acción para los próximos años.

¿Qué piensa de los teóricos que dicen que los discursos de izquierda ya no convocan?

Hay mucha polémica con eso. Tanto la izquierda teórica como la política tienen que tomar nota de las transformaciones que se produjeron en la lógica del capitalismo en las últimas décadas. Aunque, sin encandilarse y viendo cuántas realmente de esas transformaciones son como para renunciar a “ser de izquierda”, así como hemos abandonado conceptos. Algunos términos son olvidados por los mismos movimientos de izquierda. Están tomándolo en cuenta, pero a su ritmo, enfatizando en el movimiento de género y la ecología. Estos problemas deben articularse sin perder de vista la lucha radical por los medios de producción. Cada vez el factor ideológico-cultural tiene una importancia más grande. Lo que tradicionalmente se conocía por la lucha de clases, pasa también por la palabra y las imágenes. No es ninguna superestructura: forma parte de la misma estructura productiva.

Pase lo que pase, como dice Alejandro Horowicz, el gran ganador de estas elecciones va a ser del Partido Nacional del Ajuste. Será distinto si es uno o es el otro. Por lo tanto, las estrategias de resistencia tendrán sus variaciones también.

Eduardo Grüner

La derecha se está reapropiando de los conceptos que solían pertenecer a la izquierda, como el de libertad…

Claro. Es una apropiación bien psicópata porque la enuncian como si fuera una entelequia abstracta sin determinaciones concretas que marcan la acción social misma. Por lo menos, desde la revolución francesa, palabras como “igualdad”, “fraternidad” y “libertad” son campos de batalla en sí mismas: de disputa ideologica, simbólica y, a veces, material extrema. La gente se mata por palabras porque representan cosas muy distintas según el sujeto de enunciación. También se apropiaron de “libertario”, que viene de la tradición anarquista del siglo XIX y XX: los voluntarios de la guerra civil española del lado de la república. Las nuevas ultraderechas hablan en nombre de la libertad y de la república: dos grandes banderas de la izquierda y de los sectores populares. La república fue la gran bandera contra la monarquía absolutista, ahora resulta “absolutismo de mercado” y libertad que sólo se beneficien los dueños de la tierra. Son declaraciones falaces y cínicas porque se usan para servir intereses muy particulares. Hay que dar la batalla por recuperar esas palabras. Sartre, gran filosófo de izquierda, llevaba como bandera la libertad, pero siempre habló de libertad en situación, condicionada por la situación social, política, historica cambiante.

 

«Una película expresa una mirada sobre el paisaje en que es creada»

«Una película expresa una mirada sobre el paisaje en que es creada»

El actor Marcelo Subiotto habla de Puán, la película argentina nominada a los Premios Goya que muestra la vida universitaria y se resignifica en este contexto electoral.

Marcelo Subiotto es un destacado actor bonaerense de 56 años que lleva protagonizados una amplia gama de papeles, desde su rol como policía corrupto en la serie División Palermo, hasta Bruno en la película Piedra Noche o Gabriel Hertz en la película Animal, donde trabaja junto a Guillermo Francella. Con el estreno de la película Puán, a la vitrina de roles destacados se suma Marcelo Pena, un profesor universitario de Filosofía que busca volver a construir el sentido de su vida. 

Su actuación en Puán muestra su versatilidad como actor. Su semblanza fuera del ámbito cinematográfico se abre, apacible y cercana. Sus palabras son profundas y simples a la vez, como las del profesor que interpreta en la película a la hora de explicar a Rousseau. Sin atinar a complejidades ensayísticas, Marcelo -el actor, no el profesor, aunque con algunos tintes de éste- nos lleva a pensar en el arte y la importancia de contar historias argentinas, identitarias, propias. 

 

 ¿Cómo fue tu experiencia durante la filmación de Puán

 La experiencia fue muy rica. Tuvimos varios ensayos con Benjamín y María antes de llegar al set, con lo cual tuvimos muchas decisiones ya tomadas, y eso permitió estar más organizados para lo que había que resolver en las escena. Uno de los aciertos fue la elección de quiénes serían los extras, los alumnos de Puán eran realmente alumnos de Puán, los alumnos de la escuela de adultos eran alumnos realmente de esa escuela. Esa elección hizo que esas escenas tuvieran el clima ideal para abordarlas con mucha veracidad, porque había una pertenencia tan genuina al entorno que por momentos rozaba las experiencias del documental. 

 

Además, entendemos que no fue una filmación como cualquier otra: como exalumno de Puán, volviste a un set que ya conocías. ¿Cómo fue ese reencuentro? 

Mi experiencia por Puán fue muy efímera, cursé algunas materias, de manera salteada, no como un alumno regular, y lo hice ya de grande. Mi acercamiento tuvo que ver más con una curiosidad hacia la filosofía y a la experiencia universitaria que con la planificación de una carrera. De todos modos, tengo un gran respeto y admiración por la universidad y sus docentes. De hecho, antes de comenzar las escenas en donde le daba clases a los alumnos de Puán, tuve que blanquear que estaba nervioso a causa del respeto que me genera ese lugar, siendo que, en general, no soy de ponerme nervioso a la hora de actuar.

En División Palermo, interpretaste a un polícía corrupto y medio (del todo) garca. En Puán, te tocó un rol diametralmente opuesto. ¿Cómo es la experiencia de actuar dos roles tan distintos?

 Actuar roles diametralmente opuestos es lo mejor que le puede pasar a un actor, por lo menos a mí me encanta. Es la posibilidad de sumergirse en universos muy distintos, gestualidades y formas de pensar diversas, y eso estimula mucho el trabajo de comprensión al que uno se ve obligado enfrentar para poder interpretar el rol requerido. Para mí es muy importante tener una comprensión del personaje que tengo que hacer, poder comprender por qué actúa así, y qué es lo que lo moviliza. De esa manera uno puede correrse del lugar en el que se juzga su actuar, y entrar en un terreno más cómplice con ese personaje. Esos personajes no tienen cosas en común, lo único que encuentro en común es la forma de abordarlos, es decir, comprenderlos cabalmente para poder accionar con la mayor convicción en la línea que les toca. 

 

 Puán fue nominada a un Goya, ¿qué pensás que le hizo obtener ese reconocimiento? Y ¿qué tiene el cine argentino que encanta tanto afuera? 

 Estamos muy felices de haber sido elegidos para representar al país en los Goya. No sé exactamente qué piensa cada persona que vota en la Academia, ni qué es lo que la lleva a reconocer una película para representar un premio. Entiendo que son muchas personas, y que cada una tendrá diferentes motivos para votar una película. Luego habrá puntos en común que los lleva a la elección de una entre varias. Creo que Puán es una película con muchos aciertos, el abordaje de la comedia para llevar al espectador a un universo tan profundo como el de una persona que está atravesando un duelo, el puente entre lo sublime del pensamiento filosófico y la cotidianidad mundana de quien transmite ese saber, la capacidad de conectar un mundo particular con aquello que lo universaliza y toca el corazón de cualquier espectador que la vea. Por otro lado, creo que lo que gusta afuera del cine argentino es la calidad de sus producciones, y también la necesidad genuina de muchos de sus creadores por dejar una película en el mundo, como un testimonio de su época, una necesidad tan atávica como el arte mismo. 

Hablando de cine argentino, ¿qué te genera la amenaza que estuvo circulando, de cara a las elecciones, de cerrar el INCAA? 

Obviamente genera una gran preocupación, pero no sólo por lo que este cierre generaría en la industria, que sería letal, dejando a un montón de gente sin trabajo, sino también por la idea de que alguien pueda pensar que las expresiones artísticas sobran, que no son necesarias. El universo simbólico de las películas, lo que éstas cuentan, cómo lo cuentan, son manifestaciones culturales que hablan de la identidad de un sociedad hacia el mundo. Si nosotros no podemos contarnos a nosotros mismos, si no podemos pensar desde nuestra propia geografía las cuestiones más universales, ¿qué nos queda? ¿Hacer películas “exitosas”, esas que “el público quiere ver”? Y, ¿de dónde sale ese “público”? ¿De una voz unívoca, trabajada a partir del marketing y las técnicas de mercado para el consumo de bienes? ¿Es el éxito lo que legaliza una obra de arte? ¿Un hecho artístico no debería salir de los rincones más incómodos de una sociedad? ¿No debería nombrar o inventar nombres para aquello que la cotidianidad aplasta en su rutina diaria? Creo en el arte como necesidad, y eso no tiene relación con las técnicas del espectáculo de entretenimiento. No tengo nada contra el entretenimiento, de hecho lo consumo, pero desde el momento en que una persona pintó unos animales en una cueva primitiva, algo de lo humano se manifestó en nuestro mundo. Eso, que es esencial, esa búsqueda necesaria, es lo que nos contiene en la cultura, lo que nos permite sumergirnos en esas preguntas existenciales que son vitales y absolutamente necesarias para no ser sólo animales o máquinas de consumo. Son necesarias instituciones, políticas culturales, espacios para el desarrollo de una sociedad rica y humana, que nos dé la posibilidad y las herramientas para ver los peligros de esos automatísmos de consumo que se presentan como única forma de comunicación entre las personas. 

 

 ¿Por qué creés que Puán es una película relevante o importante para la Argentina hoy en día? 

 

Una película expresa una mirada sobre el propio paisaje en la que es creada, eso es inevitable, lo hace a pesar suyo. Lo vemos en el modo en que se visten sus personajes, cómo hablan, cómo se relacionan, como son sus casas, su escuelas, etc. Puán es parte de nuestra realidad argentina, o por lo menos, de un punto de vista sobre ella. La crisis de la educación pública es una problemática que sufrimos desde hace años, y eso, obviamente, aparece en la película. Pero no está puesto el acento ahí, sino que los personajes habitan el ambiente de la educación pública universitaria, y éste habla de por sí. No hay una actitud pedagógica sobre este tema, de contar lo qué pensamos o no, pero sí hay un espejo a partir del cual nos podemos mirar y reflexionar, creo que ese es el objetivo de la película con respecto a ese tema.

La primavera cultural | Estuve ahí

La primavera cultural | Estuve ahí

Daniel Divinsky, el mítico editor de Quino y Fontanarrosa, repasa su regreso al país después del exilio obligado por la dictadura militar. Su experiencia en Radio Belgrano, la Feria del Libro y en los albores de la democracia y cómo enfrentaron los pequeños sellos la crisis del libro. Desde la tiradas masivas a la impresión a demanda.

40 AÑOS – COMUNICACIÓN Y DEMOCRACIA (1983 – 2023)

ANCCOM –junto a la Carrera de Ciencias de la Comunicación y a la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA- lanza Estuve ahí, un ciclo de entrevistas audiovisuales a los protagonistas de estos 40 años de democracia que celebra la Argentina.

 

La serie recorre los temas más trascendentes que tejieron la trama social desde 1983: los derechos humanos, la vida política, el mundo del trabajo, la economía, la deuda externa, la vivienda, los pueblos originarios, el campesinado, las luchas de género y diversidades, el ambientalismo, la cultura y el mundo de la comunicación, entre muchos otros.

Cada conversación constituye un verdadero diálogo intergeneracional entre los jóvenes periodistas de la agencia y aquellos que escribieron la historia.

Estrenamos todos los lunes! La primera, que estará disponible el próximo 28 de agosto, será a Estela Barnes de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.

Entre los entrevistados se pueden mencionar a Adolfo Pérez Esquivel, Estela Carlotto, León Arslanián, Héctor Recalde, Federico Pinedo, Gustavo Grobocopatel, Mercedes Marcó del Pont, Daniel Arroyo, Dora Barrancos, Myriam Bregman, Juliana Di Tullio, Ana Castellani, Noemí Brenta, Luis Felipe Noé, Daniel Divinsky, Eduardo Longoni, Moira Millán, el padre Pepe Di Paola, Flavio Rapisardi, Emilce Moler, Manuel Goncalvez, Gervasio Muñoz, Enrique Viale y Damián Loreti, por mencionar solo algunos.

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Producción Fotográfica: Victoria Gesualdi y Leandro Teysseire.
Redes y Contenidos Digitales: Julio Alonso, Estefanía Hernández e Ian Werbin.
CEPIA
Florencia Mendes, Javier Ildarraz, Gustavo Intrieri, Nadia Rebrij, Florencia Canosa, Juan Lescano, Jorge Pinola.
Autoridades CCOM
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Redes, polarización y fake news

Redes, polarización y fake news

Natalia Aruguete, coautora de “Nosotros contra ellos: Cómo trabajan las redes para confirmar nuestras creencias y rechazar las de los otros”, analiza el ecosistema mediático preelectoral y habla de la investigación que realizó junto a Ernesto Calvo en el libro que acaban de publicar.

“Necesitamos comprender cómo cambia la polarización cuando se interviene de forma activa para reducir la dosis de noticias falsas que se consumen o cuando se informa a los usuarios que algunos contenidos son verdaderos, y otros, falsos”, dicen Natalia Aruguete y Ernesto Calvo en su último libro “Nosotros contra ellos: cómo trabajan las redes para confirmar nuestras creencias y rechazar las de los otros”, editado por Siglo veintiuno. 

 Con el aporte de análisis experimentales en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Estados Unidos y México, los autores proponen analizar la actualidad de las redes sociales con respecto a los modos en que se presentan ciertos mensajes y su repercusión, en un contexto de polarización. En ese sentido, Aruguete, doctora en Ciencias Sociales, docente e investigadora del CONICET, conversó sobre la reciente publicación con ANCCOM. 

¿Cuál fue la motivación para escribir el libro?

 Este libro es la continuación de Fake news, trolls y otros encantos, donde veníamos trabajando sobre la polarización en redes sociales, y cuando se publicó el libro surgieron nuevos casos de estudio en distintos países donde incorporamos el análisis de estrategias de fake news, de recepción y amplificación de fake news, y también el análisis de cuál era la performance de los fact checkers y de los chequeadores en particular a la hora de intervenir para desactivar las desinformaciones. A partir de ese cúmulo de trabajos que fuimos haciendo en los años subsiguientes, se dio lugar a este nuevo libro. 

 ¿Qué implica la dicotomía del “nosotros contra ellos” que propone el título? 

 Significa entender la polarización social que hay en múltiples países. Nosotros analizamos varios de ellos: Brasil, México, Colombia, Chile, Argentina y Estados Unidos, y dentro de lo que era la polarización social que se da en esos países, cómo uno puede pensar la polarización política y afectiva en el espacio online, en la interacción que tenemos en las redes sociales, considerando las estrategias de desinformación pero también las estrategias de polarización en redes sociales, enfocadas en eventos políticos y políticas públicas a través de estudios y experimentos.

 En un pasaje del libro se afirma que “un mundo binario no es sólo un mundo de creencias en conflicto: se trata, además, de uno de adjudicaciones”. ¿Sería posible una ruptura de ese mundo binario?

 Por ahora no estamos viendo muy posible la ruptura del mundo binario, que para nosotros es pensar la polarización política y afectiva y pensar la polarización en redes. En alguna medida el concepto de mundo binario resume ambas perspectivas para mirar la polarización. Cuando hablamos de adjudicación decimos que en un mundo polarizado adjudicar algo es cumplir el rol de un juez, no es solamente definir si los mensajes son falsos o pueden ser verificados o dar el resultado definitivo en una elección, sino que es además, designar y calificar a los ganadores y los perdedores en una contienda discursiva. Entonces, si nosotros pensamos en las desinformaciones y las intervenciones de los chequeadores como adjudicadores no solamente en términos de constatar si un texto es falso o puede ser confirmado como verdadero, sino además poder definir quienes se sienten refutados o confirmados en sus percepciones previas, porque también es cierto que todos tenemos una forma de percibir los eventos y el mundo político y social, y eso muchas veces en las intervenciones de ciertas autoridades discursivas tanto políticas como mediáticas tiene implicancias afectivas porque uno se siente dañado cuando es refutado o entusiasmado porque es confirmado. 

Entre la preferencia por las confirmaciones y el rechazo de las refutaciones, ¿hay lugar para una despolarización o apartidismo en el ámbito de las redes? 

 En este momento estamos en un momento de alto nivel de polarización en el mundo. En el marco de esa polarización estamos en una instancia de mucha activación ideológica y afectiva de las derechas, lo cual como las derechas son muy extremas en sus posiciones, eso vuelve más difícil despolarizar. Entre otras cosas porque en los discursos que circulan tanto en el espacio offline como el espacio online, los grupos más intensos suelen estar sobrerrepresentados, entonces lo que más miramos es a esos grupos intensos sobrerrepresentados que están en las regiones más extremas de los polos. En este momento lo veo difícil, de todas formas despolarizar creo que no depende tanto de un estado de cosas, sino en qué medida determinado tipo de eventos sociales y políticos cobran mayor visibilidad y pueden llegar a ser eventos que despolaricen. Muchos de los eventos que nosotros hemos analizado en el libro anterior, por ejemplo, eran eventos que promovían una agenda de género, de recuperación de derechos civiles, y esas agendas tendían más a despolarizar, pero eran eventos puntuales, pero no es que va de suyo que despolaricemos y eso se mantenga. 

 “Dar me gusta y compartir son formas de exposición pública que aumentan el riesgo social ya que quedamos a merced del juicio de quien nos lee.” ¿Considerás que se propone la perduración del dicho: “No se habla de fútbol, política, ni religión”? 

 De esos temas se habla mucho, sobre todo de política. Muchas veces incluso la religión está muy imbricada con la política. Una cosa que explica la polarización y por ende la exposición a distintos tipos de violencia virtual es el hecho de que las identidades políticas y en particular la identificación partidaria pasan a ser un vector que aglutina muchas otras divergencias. Ser conservador o progresista, ser republicano o demócrata, ser peronista o antiperonista, muchas veces eso aglutina otros aspectos o dimensiones de nuestra vida como la religión, la idea que tenemos sobre el aspecto sanitario, las vacunas, u otros derechos civiles como la legalización del aborto o aspecto que tenga que ver con nuestra perspectiva del funcionamiento de la economía o la educación. Cuando el vector político-partidario absorbe todo lo demás, tendés a una polarización que simplifica nuestras ideas alrededor de los asuntos y se vuelve un polo u el otro polo. Dentro de ese polo, todo, y fuera de ese polo o burbuja, nada, ningún tipo de contacto y total aversión contra el otro que deja de ser un adversario o un oponente político y se convierte en un enemigo con el que hay que cortar todo tipo de lazo. 

 Transitando el año electoral surgen cuentas verificadas o anónimas con gran cantidad de seguidores que pretenden lograr incidencia en la coyuntura política de las redes sociales, ¿qué rol ocupan realmente?

 En el libro anterior analizábamos a los trolls no verificados y los verificados. En ese sentido, en ocasiones podíamos distinguir después de estudiarlos de manera consistente que había ciertos influencers que tenían mucha incidencia en los discursos políticos, pero que eran cuentas no verificadas. En muchas ocasiones muchas veces eran centros mediáticos detrás de eso, que tenían mucha incidencia en el discurso y la narrativa que circulaba y se expandía dentro de una burbuja. En el marco de estas elecciones me parece que están pasando comportamientos de otro tipo, donde hay en el caso de los candidatos o del candidato que ha usado las redes de manera muy intensiva y diversificada que es Javier Milei, nosotros vemos una suerte de externalización de tareas, donde ni siquiera es él quien concentra el discurso alrededor de sí mismo, sino que son muchos otros múltiples actores que se han vuelto influencers y hablan sobre él. Eso supone que además hay una convergencia entre el espacio digital de redes sociales y el espacio de medios de comunicación masivos, que también están habitando las redes. Es más complejo lo que está pasando hoy, en el sentido que excede la distinción entre trolls que generan mecanismos violentos o de desinformación en las redes, sino que está atravesado por un tipo de discursividad, interacción y contribución de distintos actores a la narrativa que excede la distinción del influencer troll y el influencer no troll

 ¿Esto se vincula con las “fake- fake news”? 

 Sobre las fake-fake news nos referimos a aquellas cuentas fake o falsas que lo que hacen es por un lado emular ciertos criterios de noticiabilidad como si fueran medios, pero al mismo tiempo se presentan como medios que hacen sátira política o humor político. Lo que ocurre es que es muy difícil poder chequear si la información es falsa, porque se amparan en el hecho de que es humor político y por ende es muy difícil corregirlo si no se supone que tenga intenciones de ser real. Lo que pasa es que termina siendo en algunas ocasiones un mecanismo simulado de humor político para generar violencia, desinformación o atacar a ciertos actores. 

Es más complejo lo que está pasando hoy, en el sentido que excede la distinción entre trolls que generan mecanismos violentos o de desinformación en las redes, sino que está atravesado por un tipo de discursividad, interacción y contribución de distintos actores a la narrativa que excede la distinción del influencer troll y el influencer no troll

Natalia Aruguete

“Los debates presidenciales son escenas privilegiadas para medir la difusión de falsedades, así como el efecto de su corrección en los usuarios”. En los debates presidenciales, ¿dónde se tendría que poner el foco?

 Cuando analizamos el debate presidencial en el libro lo analizamos enfocados en una información falsa que circuló en las redes, en el sentido de poder observar la intervención de un fact checker como Chequeado en el marco del debate de las elecciones presidenciales de 2019. Queríamos saber qué respuesta generaba en los usuarios no solamente la circulación de esa desinformación sino la intervención de un organismo que corrige, y lográbamos ver que la intervención de un chequeador en una desinformación surgida en el marco de un debate presidencial era efectiva y lograba desactivar la desinformación porque había muchos conectados y estaba la posibilidad de intervenir desde el chequeo inmediatamente, y eso era un efecto positivo para poder desactivar una desinformación. 

Desde el rol de la investigación, ¿nuestra época implica un acercamiento entre las ciencias sociales y la computación para el análisis discursivo y de datos, en un contexto de plataformización y los debates sobre su regulación?

 Sí. Estamos en un contexto de plataformización y de inteligencia artificial también, donde parece que hubiera muchos frentes de alarma. Efectivamente está habiendo múltiples convergencias de disciplinas; no es posible seguir pensando en disciplinas como compartimentos estancos. Hace tiempo que no es posible pensarlo en esos términos. Es muy probable que la comunicación, la política y la computación están convergiendo cada vez más para retroalimentarse y tener mayor sinergia desde estas disciplinas en el estudio de distintos casos, pero creo que hay que tener cuidado, permanentemente mantener el análisis crítico y reflexivo alrededor de todos los objetos que uno estudia, y es central eso, más allá de cualquier tipo de convergencia. Que las disciplinas y las premisas que promueven las distintas líneas de pensamiento no se vuelvan autoritarias y que la capacidad reflexiva de la investigación se someta a esas directrices, para siempre mantener ese espíritu crítico como espíritu de resistencia.