“Sin apoyo del Estado no hubiera existido Hollywood”

“Sin apoyo del Estado no hubiera existido Hollywood”

El cine como fantasma que habla del presente, la importancia de la ficción y del documental para contar la historia de una comunidad, la necesidad de un cine nacional como parte de la construcción de nuestra identidad, son algunos de los aspectos que destacan en la prolífica obra de la ensayista y cineasta Florencia Eva González.

“El cine siempre forma, en términos de cómo relacionarse, pensar, mirar al otro, entablar una conversación. Uno tamiza hasta sus sentimientos en ese espejo que te devuelve el cine, es muy pregnante y potente”, afirma la investigadora, realizadora y docente Florencia Eva González.

Licenciada en Comunicación, Magister en Estéticas Latinoamericanas Contemporáneas, escritora, docente de la UBA y del Espacio Cultural de la Biblioteca del Congreso –donde dicta cursos de historia del cine argentino y programa ciclos y festivales–, González cruza en sus reflexiones el cine, el arte y la filosofía.

Autora de Desajustes. Sobre arte y política en Argentina, Cine y Muro de Berlín, y Encovichadxs. Reflexiones sobre la crisis viral, González recibe a ANCCOM en su espacio de trabajo, se sienta y apoya en la mesa blanca su libro Fantasmal: inventario crítico del cine argentino de 1897 a la actualidad, una obra que no tuvo la oportunidad de presentar formalmente porque la pandemia suspendió el mundo y su estreno. En una hora y media tiene que bajar al auditorio del espacio Cultural de la Biblioteca del Congreso para dar inicio a una proyección.

González planta la bandera de no pasar tanto cine yanqui, primero porque prefiere la variedad y segundo porque prefiere un cine donde uno pueda ver algo de sí. Hay algo de la forma en catalogar a nuestro cine que no le gusta: “Cuando se dividen los géneros aparece: suspenso, ciencia ficción y cine argentino. Y no está bien, es ridículo, porque el cine argentino tiene todos esos elementos y es vastísimo”.

¿Por qué Fantasmal?

Tiene que ver con un método de análisis que tomé del historiador de arte Didi Huberman, que toma la tradición de la filosofía del arte francesa y a los alemanes Aby Warburg y Walter Benjamin. Huberman abre la historia del arte hacia otras disciplinas y toca el cine como una teoría de la imagen, y lo que hace es ver cómo se puede rastrear la historia a partir de una imagen y habla de la imagen en movimiento, es decir del cine. Por un lado, está la idea de que la historia es traer un pasado al presente y que ese pasado habla del presente. Por otro, hay muchos pasados para traer, la historia no es una sola, tiene paredes que se atraviesan. El fantasma atraviesa esas paredes, está contándonos sobre el tiempo, porque no vive ni muere, está ahí y en algún momento surge. Ahora bien, el cine es un lugar fantasmal porque suspende la conciencia y existe a la vez. La otra idea que Didi Huberman toma de Warburg es que en nuestra vida vamos sumando imágenes en algún lugar que no las recordamos todo el tiempo, pero están como un fantasma. Hay algo de las formas del pasado que se van repitiendo en el presente y en el futuro, algo de las imágenes que vuelven, de lo reprimido que vuelve. Y es muy aplicable al cine, sobre todo por una teoría de la imagen.

¿Serían como imágenes residuales?

Hay un residuo que queda, estamos habitados por millones de imágenes todo el tiempo, sobre todo virtuales, y en algún momento sabemos que eso lo vimos. A veces miro un fotograma o haciendo zapping de una película te das cuenta que la viste, uno tiene un reservorio fantasmal en su cabeza. Y en el cine se hace eso, tiene un nivel inconsciente donde se repite sin saber bien de dónde lo sacaste para repetirlo. Entonces, “fantasmal” me parecía que, aún en su respiración psicoanalítica, iba bien para hablar del cine y de la historia de la imagen y del cine argentino, que también sucede empíricamente, porque cuando te acordás de esa imagen, recordás una película, los actores, el momento en que la fuiste a ver, con quién, dónde. Hay un marco que se va armando y que forma parte de tu vida, y dialoga con tu historia y que te va formando. El cine nos devuelve muchas de esas construcciones, y eso también es fantasmal, porque no se aloja en un lugar fijo.

¿Cómo fue el proyecto?

Fue un proyecto ambicioso. Nació leyendo La Imagen-movimiento, y La Imagen- tiempo de Deleuze, él hace una teoría en la que habla de del cine europeo para dar ejemplos, sobre todo el francés que es el cine que él conoce. Entonces traté de trasladar alguna de esas categorías a nuestro cine, como una forma de volver a hablarnos también y de valorizar el cine argentino, y después encontré a Didi Huberman, que me pareció más pertinente. La intención era hablar del cine argentino tamizado por una teoría, y para dar clases ponía los ejemplos europeos, los que daba él, y está bien, pero dije “hay que rastrear en lo nuestro”. Luego, sobre una hipótesis general, que sí puede cruzar cualquier cosa para mí es Foucault en el sentido en el que cada obra habla de su tiempo, y dije: “¿Cómo trazar una historia del cine, atravesada por lo político, por lo simbólico, por lo social?”. Así nació.

¿Cuánto tardaste en hacerlo?

De escritura dos o tres años, ya tenía cosas pensadas, pero además ir viendo las películas, y algunas –eso también tiene que ver con nuestra historia–, no están para ver en ningún lado, y entonces me tuve que acordar, y otras las volví a ver, pero no es fácil ver cine argentino.

¿Por qué?

Porque no está accesible, hay muchas joyas que no se pueden ver, y no es fácil ver si no tienen una calidad aceptable. Hay canales como Volver que tiene un gran acervo del cine argentino, y se ven bien cuando las ves en televisión, pero para hacer una proyección más importante, no es suficiente. Por ejemplo, Torre Nilsson está en YouTube, pero no se escucha, y es un eslabón fundamental. Otro ejemplo es Rodolfo Kuhn, uno de los mejores directores de los 60, que hizo Los jóvenes viejos y Los inconstantes, que no se ve nada. Además de todo lo que se ha perdido y quemado. Fueron algo nuestro y no están.

¿Por qué decís que el cine es un arte de Estado?

Es una frase de Lenin que se puede comprobar en todos los cines del mundo: sin apoyo del Estado no hubiera existido Hollywood. Pero en un principio es el Estado el que promueve, porque es la imagen de una Nación para el mundo, es un embajador de alto rango para todo un sistema económico y un muestrario de idiosincrasia increíble. Desde los actores, los lugares, la subjetividad que se va creando. Está mostrando una imagen del país y ese país tiene que ver con un Estado, o sea que motoriza un montón de instituciones, entonces es lógico que sea el Estado el que promueva ese cine, y fue así en todas las industrias del mundo en general. No hay un producto tan complejo como el cine que incluya tantas disciplinas, personas, saberes y tecnología que conlleva articular un montón de actividades. Sin el Estado no hubiese existido el cine, más allá de que alguien me puede decir que las primeras experiencias cinematográficas son privadas, pero para convertirlo en la maquinaria que se convirtió, hubo un Estado presente, y en Argentina con más razón.

¿Cómo es eso?

Porque las productoras no logran desarrollarse, salvo algunas, a tal punto que puedan hacer películas competitivas en el mundo, si no es el Estado el que está apuntalando ahí. También el caso de los documentales. El documental argentino es fundamental en su historia, tiene varios momentos, uno en los 60 y también en el 2001, donde el documental, urgente, político, que tenía que ver con todo lo que estaba pasando acá, venían de todos lados a filmar y esos documentales dieron vuelta al mundo. El documental es muy importante y no tiene un público asegurado como puede tener una película de Ricardo Darín, necesitás apuntalarlo y capaz que no va mucha gente a verlo, pero es necesario que exista, no puede guiarse solamente para que sea visto por un montón de personas, hay voces que tienen que ser escuchadas, y el documental es un ejemplo de eso, muchas veces por lo que cuenta, otras veces por cómo está contado, es un lugar de experimentación fantástico.

En tu libro sostenés que en los comienzos del cine argentino la ficción contribuyó al relato nacionalista y el documental encarnó el discurso positivista, ¿cómo funciona eso?

Los comienzos del cine argentino son más que promisorios, ni bien están los primeros cortos ya la Argentina tiene una cámara en esta tierra y comienza a ser un lugar muy dinámico, muy ávido de hacer imágenes y eso después promueve hacer películas de ficción y documental. Si bien algunas son experiencias individuales, hay un clima de época que tiene que ver con una clase dominante; esas experiencias cinematográficas están reflejando una posición de la clase dominante, la oligarquía argentina terrateniente, que tiene una posición muy clara que es verse culturalmente en Francia y económicamente en Inglaterra. Entonces, la ficción desarrolla un cierto nacionalismo que también tiene que construir, porque tiene que construir lazos de pertenencia dentro de las ficciones, como por ejemplo la película Revolución de Mayo, o El Fusilamiento de Dorrego, es decir los hechos fundacionales de la Argentina los cuentan como ficción para acentuar una historia en común, que tengan que ver con una nación. En cambio, los documentales son fuertemente positivistas, se muestra a la clase dominante como quiere ser vista: elegante, paseando por el Rosedal con sus próceres, como Bartolomé Mitre, con sus galeras bien vestidos, y hacen que no saludan a cámara, o el Desfile del Centenario como una aristocracia formada, ilustrada, afrancesada.

¿Y en qué fuimos precursores?

El cine argentino es precursor en la industria de la imagen erótica pornográfica. Hay investigaciones que apunto en el libro, que indican que la primera película erótica llamada El Sartorio, que viene del sátiro, es un corto pornográfico que tiene todos los elementos que va a tener el cine erótico o pornográfico durante 30 o 40 años. Otra investigación que me sorprendió fue cuando había tenido que hacer un documental sobre inmigrantes que habían dejado una huella, y surgió la figura del italiano Quirino Cristiani, que hizo una película animada muda y la primera película animada sonora antes que Walt Disney. Paradójicamente las dos películas tratan sobre Hipólito Yrigoyen, en una es bueno, El Apóstol, y en la otra es malo y corrupto, Peludópolis, que es un nombre extraordinario.

¿Qué quedó de eso?

Nada. Todo se quemó. El que rescató algo fue el nieto, que hizo reconstrucciones de los muñecos que se usaban, porque su forma de animación eran muñecos articulados con arandelas. De Cristiani quedó El Mono Relojero.

¿Fue un quiebre la Guerra de Malvinas para el cine?

Sí, claro. En los documentales y en la ficción. En el 84 se filmaron dos ficciones importantes. Está Los chicos de la guerra, a meses de haberse terminado la guerra que es una gran película. Tristísima, pero una gran película. Está filmada en Pergamino, en la provincia de Buenos Aires con el frío de nuestra llanura para hacer de Malvinas. La otra es la de Jorge Denti, Malvinas: historia de traiciones, que se filma en Londres. Esas dos películas hacen un quiebre porque hablan de nuestra historia reciente en un momento casi presente. Sobre todo, Los chicos de la guerra, porque son tres historias como si fuesen tres clases sociales y los tres vuelven destruidos. Fue un tema tabú las Malvinas, no se podía hablar y el cine habló de lo que estaba pasando. Todavía no había llegado la democracia, hubo un interregno entre que terminó la guerra hasta que asume Alfonsín, en que se empezaron a filmar historias de vuelta del exilio, como Los días de junio, donde Norman Briski, que fue un exiliado, hace de un exiliado que vuelve en ese tramo.

¿Tenemos que encontrar nuevas formas de hablarnos?

Estamos en un momento en el que no sabemos dónde estamos parados, entonces el cine por qué estaría en un lugar. Si tuvieras que contar una historia, ahora contaríamos que falta la plata, no sé cómo le daríamos vuelo, ya habrá ese momento. Pareciera que es ficción todas las cosas que se escuchan, las conferencias de prensa y demás. Y el vértigo lo sienten, estoy segura, aun los que comparten lo que está pasando. Es muy difícil crear en esa situación, pasar por arriba de una situación de tanta incertidumbre, hija de la incertidumbre mayor que fue la pandemia.

¿Por qué hay que celebrar al cine argentino?

Tiene una voz propia, la tienen algunos directores que trazan un estilo propio, como Favio, Solanas, Frenkel y muchos más, pero después atraviesa todos los géneros, con buenas y mejores, como todo cine, pero son formas novedosas de vernos de nuevo, entonces el cine tiene que estar ahí presente. La cinematografía es un arte dinámico, vivaz, es muy interpelante, con lo cual tu subjetividad se va entrelazando con lo que te propone la pantalla grande. Es indudable que hay una forma de decir, una forma de pensar que el cine interpreta claramente y luego vemos a nuestros actores con nuestros gestos, nuestras historias, nuestros lugares, nuestra vergüenza, lo no dicho. El cine ha trabajado mucho lo que no se podía decir y tiene que seguir existiendo para seguir pinchando en esos lugares que tienen que ver con una interpelación directa a nuestro ser, pero no por argentino, sino porque es lo que conocemos como latinoamericanos, como una forma de sentir este lugar en el mundo. Es como decir, existimos, ¡viva nosotros! Así que, por eso, ¡viva el cine argentino!

Pidieron prisión perpetua para los tres policías acusados de gatillo fácil

Pidieron prisión perpetua para los tres policías acusados de gatillo fácil

En los alegatos en el juicio oral que investiga la muerte del remisero Claudio Romano, tanto la Fiscalía como la querella exigieron la máxima pena para los acusados.

Ramón Pérez, Beatriz Manzanelli y Daniela López en la primera audiencia del Juicio.

En las últimas dos audiencias previas a la sentencia por el crimen del remisero Claudio Romano, que se dará a conocer el miércoles 18, declararon 14 testigos, y se escucharon las palabras finales de los acusados y los alegatos de cierre de las tres partes: la querella, la fiscalía y la defensa, que pidió la absolución. En cambio, tanto la querella como la Fiscalía pidieron pena de prisión perpetua para los acusados tras argumentar que la víctima fue asesinada por las balas de tres agentes de la Policía de la Ciudad, en 2019, en Villa Crespo.

El primero de los testigos fue Sergio Núñez, un policía que se encontraba en Malabia al 900, lugar donde ocurrieron los hechos. Núñez encontró dificultades para responder con claridad, actitud reiterada en varias de las otras declaraciones testimoniales. “No recuerdo”, “no llegué a ver” y “me fui porque con mi presencia entorpecía el procedimiento”, repitió el personal policial durante el interrogatorio.

Las imprecisiones sobre las modulaciones realizadas por los oficiales, la ausencia o presencia de las voces de alto, los pedidos de asistencia del SAME, si los oficiales tenían o no armas, la posición en la que se encontraban respecto a Romano, se reiteraron en aquellos que atestiguan los hechos, en mayor o menor medida. 

Por otro lado, los testimonios de los expertos traídos al Tribunal como consultores o para relatar su punto de vista como partícipes en los peritajes de la causa, fueron llamativos. “El arma blanca es más peligrosa que la de fuego”, aseveró Javier Rodriguez, un testigo traído por la defensa, comisario de la fuerza a punto de retirarse, con 15 años de experiencia en criminalística y estudio de imágenes, especialmente en enfrentamientos armados.

Rodríguez fue convocado por la defensa para analizar el peritaje inicialmente realizado por la Policía Federal y dar sus propias conclusiones. Entre ellas, destacó que este informe había sido mal hecho, ya que no tomó en cuenta la perspectiva de las cámaras de seguridad y sus ángulos, que pueden resultar engañosos. “Según la ubicación del oficial Pérez respecto al cuerpo, este no fue autor de la muerte, porque la autopsia dice que la bala le dio de una forma que no corresponde con la ubicación del oficial en el video”. 

El origen del análisis de la pericia realizado por el oficial Rodríguez fue confuso, ya que por momentos parecía querer instalarse como un peritaje oficial. “Acá lo que se quiso fraguar fue un informe oficial”, subrayó Maria Carmen Verdú, desde la querella. Y continuó: “Se quiso pasar la consultoría particular pagada de manera estatal con nuestros impuestos como un reporte oficial para ayudar a la causa de la defensa”, afirmó mientras los tres hombres que constituyen la defensa reían.

“Intentaron meter a partir de la declaración de este comisario retirado, Rodríguez, un informe que presentó la policía de la ciudad efectuado por la Policía de la Ciudad. Es decir, la misma fuerza de los imputados  introdujo el tema que la pericia hecha por la Policía Federal estaba mal y que la bala que mató a Claudio nunca podría haber salido del arma de Perez”, dijo Sandra Berthe, abogada de la querella, a ANCCOM. Y agregó: “La querella le preguntó quién había dado la orden de realizar este informe, no dejaron que se conteste la pregunta, la propia Policía de la Ciudad fue la que le pidió y pagó para que lo realice. Es decir, ellos mismos quisieron introducir como si fuera una pericia formal un informe que ellos mismos produjeron para favorecerse”.

Según explicó Berthe, este informe no fue tenido en cuenta por la jueza que instruyó la causa específicamente por ese motivo. “Querían hacerlo pasar por una pericia. No hubo orden en el juzgado para que se realice ese informe ni intervención de las demás partes. Esto le quita un valor probatorio”, amplió la abogada.

También fueron llamados a declarar Alejandro Corna y Roxana Badaro. Corna fue el encargado de realizar la autopsia y afirmó que si bien Romano poseía nueve heridas de bala y varias heridas lacerantes superficiales, fue el último impacto por arma de fuego el letal el que lo mató; las demás heridas, de haber sido atendidas en el momento, no hubieran resultado letales. Por su parte, Badaro, médica especialista en psiquiatría y medicina legal, fue convocada por la defensa para peritar el comportamiento de los cuatro involucrados en el hecho en los videos que registraron las cámaras de seguridad. La experta afirmó desde el estrado: “Pude ver que uno de los imputados, el masculino, fue abordado de forma inesperada. No estaba preparado en ese momento para que algo así aconteciera, por eso él y sus compañeros pudieron sufrir una reacción debida al estrés violento por sufrir un ataque”. 

Tanto la querella como la fiscalía y los jueces puntualizaron que Badaro estaba incurriendo en potencialidades y análisis subjetivos, sin perspectiva profesional ni objetiva, por lo que se le advirtió que se limitase a relatar los hechos correspondientes al marco a analizar. La médica habló de la posibilidad de una conducta suicida en Romano quien, al no poder quitarse la vida, pudiera haber provocado a los policías para que estos finalmente le propiciaran su tan deseada muerte. Estas afirmaciones fueron realizadas a partir del análisis de un video de 42 segundos y algunos documentos oficiales de la causa, pero sin ningún tipo de entrevista personal con los involucrados ni con sus allegados. 

“Se vieron con claridad las cartas que intentó jugar la defensa. Intentaron presentar a Romano como una persona gigante y robusta, un policía testigo de la defensa que intentó decir que practicaba artes marciales o que alguna vez le recomendó algo para tomar y ganar masa muscular”, sumado al argumento de que Claudio poseía ideaciones suicidas, comentó Verdú.

Ramón Romano, padre de la víctima.

Las últimas palabras

Los tres acusados dieron sus palabras de cierre y aceptaron preguntas de todas las partes. Tanto Manzanelli, Lopez y Pérez insistieron en que ese día fue una mañana normal de trabajo, interrumpida sorpresivamente por el ataque de Romano, quien estacionó su auto detrás del patrullero, se acercó e hirió en el brazo a un agente con un arma blanca. Ante las preguntas de la querella, debieron responder con qué armamento policial contaban al momento del hecho, incluyendo chaleco antibalas, esposas y tonfas. Además, al preguntarles por el accionar de sus compañeros, cada uno de los oficiales afirmó no recordar qué dijeron o hacían los otros, solo mencionaron su propio accionar al momento de rodear a Romano. Hicieron énfasis en el miedo que sintieron al momento de los hechos, y la angustia al ser detenidos.

“A mí, principalmente, me quiso matar”, afirmó Perez, el policía que le propinó a Romano la patada en la cabeza y el balazo mortal. “Directamente vino a matarme, a agredirme. Otra cosa no me dio a pensar. Terminé detenido, todo por defenderme”.

“Claudio no era un perro, era un hijo, un amigo, un marido”

El viernes 13 fue la última jornada antes de la sentencia, donde se escucharon los alegatos de cierre de las tres partes:las representantes de la querella las doctora Maria Carmen Verdú y Sandra Berthe, Miguel Ángel Ramos por parte de la Fiscalía, y los abogados defensores Rodolfo Barrios, Hernán Pablo Vega y Manuel Ramallo.

“No sabemos por qué Claudio estaba lastimado esa mañana ni sabemos por qué se acercó a los policías. Todos los testimonios, incluyendo el policía Nuñez que lo conocía, dieron cuenta que se trataba de un hombre de trato normal, trabajador serio, nunca recibió quejas en el trabajo, era cuidadoso al trabajar. Algo motivó su conducta, pero no sabemos qué. Queda descartada una intoxicación como demostró el informe toxicológico. No hay motivo en su historia de vida para confirmar un conflicto depresivo, ni antecedentes psiquiátricos. Lo cierto es que algo pasó, pero nunca lo vamos a saber porque lo mataron antes de que pudiera recuperarse y contarlo. Lo que hay que analizar es la conducta del personal policial, que le disparó cuando ya estaba neutralizado”, inició la abogada Verdú.

La querella, además, resaltó que la testigo Beatriz Iceta, que se encontraba en Mar del Plata al momento del juicio y fue incorporada vía zoom, afirmó recordar claramente que las voces de alto no fueron dadas hasta luego de que Romano había recibido la primera tanda de tiros.

“Estos son los hechos, una persona alterada, y alrededor suyo, tres oficiales de la policía, que solo hablaron del estrés y omitieron detalles. Estamos hablando de profesionales con más de diez años en el servicio, capacitados, en circunstancias que no pueden resultar sorprendentes”, continuó Verdú. “Tres oficiales que recibieron entrenamiento, cursos de actualización. Saben cómo y cuándo utilizar sus armas. Sus declaraciones nos hacen pensar que no supieron qué hacer y que de repente entraron en estrés físico, ¿es creíble esto cuando es gente que fue seleccionada para protegernos? El estrés y el llanto no puede ser entendido de otra forma que una estrategia”, argumentó.

También puntualizó que los efectivos policiales en ningún momento tomaron otra medida para reducir a Romano, lo cual también se contradice con la Ley 5688, según la cual la violencia debe ser siempre el último recurso. “Violaron todos los principios que como policías les eran exigibles. Muerto el perro, muerta la rabia. Pero Claudio no era un perro: era un hijo, un marido, un amigo”, agregó Verdú al momento de pedir la pena de prisión perpetua para los tres oficiales en co-participación, por homicidio agravado por abuso de su función y uso de arma de fuego.

Por su parte, Ágeles Ramos, en representación de la Fiscalía, hizo un detallado análisis técnico de los sucesos a través de los videos tomados por las cámaras de seguridad, con permiso de la familia. “Era un día laboral normal para Romano, al igual que para Manzanelli, Lopez y Perez”, comenzó Ramos, y a través de una minuciosa lectura, diferenció las situaciones que se encontraban acreditadas a través de las pruebas y los peritajes, de aquellas que se intentaron imponer desde la defensa a lo largo del juicio, como la posibilidad de que Romano, debido a tendencias suicidas, hubiera intentado morir a manos de los policías.

Ramos resaltó que las heridas que había recibido el oficial Perez habían sido superficiales, en comparación a las heridas de bala y a la herida mortal que había recibido Romano. Sin embargo, a través de la lectura de las modulaciones de radio realizadas por los policías, en ningún momento se pidió asistencia para Romano, solo para Pérez por una herida superficial en el brazo. “Romano en ningún momento recibió asistencia. En las modulaciones solo piden apoyo para sí, nunca para Claudio. Se alejan, nunca lo revisan. Luego de un tiempo se acerca Manzanelli y lo mueve con el pie” dijo Ramos. “Las lesiones que recibió Pérez fueron leves, sin embargo acá se quiso plantear que era más peligrosa el arma blanca que el arma de fuego, que efectivamente hirió y mató a Romano. Ellos sabían cómo tenían que proceder, y eligieron no hacerlo”.

Luego de un cuarto intermedio, llegó el momento de la defensa. El abogado Ramallo comenzó afirmando que los policías “no se negaron a expresar los hechos en el más puro acto de su defensa, en dos situaciones, a sí y a terceros, por un accionar no provocado, esperable o siquiera visible. Esto a cualquier persona, por más entrenamiento que tenga tiene dos cosas en contra: es un humano, no una máquina. Y tiene cosas que siente”. Además, insistió en el argumento dado por Rodriguez sobre la peligrosidad comparativa entre un arma blanca y un arma de fuego: “No podemos minimizar que Romano estaba armado, no con una manoplita, sino un kerambit, un arma letal diseñada para provocar serias lesiones. El personal policial cuenta con un arma con un plomito que no para a nadie”. También declaró que ni la tonfa ni el chaleco antibalas eran de utilidad contra un cuchillo.

“El señor Romano no fue fusilado en el suelo. Se lo intentó detener con el resultado no buscado de su fallecimiento. Lamentablemente ocurrido, pero no buscado”, y, siguiendo su teoría sobre las tendencias suicidas de la víctima, agregó: “Romano buscó a alguien que tuviera la capacidad de terminar lo que él no pudo hacer”

Cuando fue el momento del abogado Vero, abrió pidiendo la absolución de sus tres representados. Además, detalló los motivos por los que no cabía una prisión perpetua ni se trataba de una co-participación entre ellos. “Tiene que haber dolo directo para una perpetua. Tiene que haber conocimiento, intencionalidad y la voluntad de ir a matar, y esto no está demostrado. Trataron de pararlo , dieron la voz de alto, y solo ocho disparos hacia la zona baja”. Vero también insistió en que los informes balísticos están mal hechos, y que una co-participación hubiera implicado que los oficiales acordaran previamente asesinar a Romano, lo cual negaron. Finalmente la defensa, luego de afirmar que el tribunal se encuentra en condiciones de absolver a los imputados, dijo que en todo caso cabría un exceso de la fuerza en caso de que se verifique a quien le pertenecía la bala que provocó la muerte del remisero.

“El alegato de la defensa fue mucho más flojo de lo que esperábamos”, comentó Verdú a esta agencia al finalizar la audiencia. “Teníamos la expectativa de más precisión y profundidad en los temas. Lo que hicieron fue sostenerse en la tesis de que Claudio se quería matar, no aportaron nada novedoso, y sus objeciones están salvadas tanto en el alegato de la fiscalía como en el nuestro”, apuntó.

En el cierre, el tribunal aceptó la petición de la querella de tomar medidas para asegurarse de que los oficiales concurran a la audiencia, por medio de la firma de un acta de compromiso y una restricción de salida del país para evitar que los acusados se den a la fuga. 

El precio de ser celíaco

El precio de ser celíaco

El costo de la alimentación es más caro para los celíacos. ¿A qué se debe? ¿Es esa la única dificultad para acceder a una dieta sana?¿La legislación vigente contempla algún tipo de ayuda?

Las personas diagnosticadas con celíaca deben llevar una dieta estricta.

De acuerdo a la definición ofrecida por la Sociedad Argentina de Gastroenterología, la afección es una intolerancia permanente a ciertas proteínas del gluten, el cual se encuentra principalmente en el trigo, la cebada, el centeno, la avena y sus derivados. La enfermedad se manifiesta en individuos con una determinada predisposición genética. Ataca principalmente al intestino delgado que es el encargado de la digestión y absorción de los nutrientes, vitaminas y minerales.

Si no hace una dieta libre de gluten y se evita la contaminación cruzada en otros alimentos con estas proteínas, el paciente puede sufrir diarrea, distensión abdominal, constipación, alopecia, entre otros síntomas. Sin embargo, el costo que implica llevar adelante una alimentación libre de gluten, más elevado que la dieta media, puede constituir un escollo para mantener la salud. Si bien algunos pacientes a partir del diagnóstico empiezan a incorporar más alimentos de origen natural y menos procesados, muchos deciden sustituir las típicas preparaciones con gluten por versiones aptas para celíacos.

En la actualidad, un paquete de fideos de trigo de medio kilo en un comercio minorista puede costar unos 1.500 pesos, mientras que un paquete de fideos sin gluten de 250 gramos en una dietética puede tener un costo de 2.100 pesos, más del doble si se tiene en cuenta el peso de cada propuesta. Un paquete de harina de trigo de un kilo cuesta unos 1.000 pesos, en tanto que una premezcla para pan sin gluten de solo 500 gramos cuesta unos 3.000 pesos.

Las razones por las cuales algunos celíacos no cumplen de manera estricta con la dieta pueden ser varias. En una encuesta publicada por ANMAT en el 2020, el 61% de quienes contestaron señalaba al factor económico como la principal causa, el 56% lo atribuía a la falta de disponibilidad de alimentos libres de gluten, mientras que un 41% mencionaba a la falta de tiempo y organización. 

Recetas recargadas

Mariana Holgado es parte de la Comisión de Alimentos de la Asociación Celíaca Argentina y considera que el costo mayor de los alimentos libres de gluten se debe a varios factores: en su elaboración suelen emplearse productos que pueden llegar a ser costosos, como almidones, aditivos, féculas, leche en polvo, goma xántica o fécula de papa. Esta última es importada. En definitiva, explica: “No es lo mismo fabricar un pan que se hace con agua y harina que fabricar un pan libre de gluten que se hace con aditivos, almidones, féculas: eso encarece mucho”. Además, destaca que en estos alimentos la cadena de distribución tiene muchos más intermediarios.

La mezcla de almidones se emplea para lograr mayor textura y esponjosidad, de tal manera que el producto sea aceptable al paladar. Esa tarea la cumple el gluten en los panificados comunes.

Otra cuestión, explica Holgado, es la necesidad de utilizar ciertos envases para la comercialización. Por ejemplo, las galletitas o la premezcla vienen en un envase que resguarde correctamente el producto a diferencia de la harina de trigo que viene en un papel. Las galletitas, a veces vienen en un envase de plástico y en una caja que proteja el producto porque son frágiles y pueden romperse. La otra cuestión, agrega, es que “los alimentos sin gluten se fabrican para un porcentaje mucho más reducido de la población que los productos con gluten”. Lo bueno –agrega- es que las empresas de producción masiva inscriben cada vez más productos libres de gluten y se pueden encontrar opciones en supermercados, kioscos o almacenes de barrio, ya no sólo en dietéticas o tiendas especializadas.

Desde la empresa Arcor, una de las principales productoras de alimentos de la Argentina, explican que ofrecen más de 420 productos aptos para celíacos y que para su producción la compañía cuenta con diez plantas industriales a lo largo de todo el país habilitadas con el certificado de “Establecimiento Elaborador de Alimentos Libres de Gluten”. También aseguran que al lanzamiento de productos aptos para celíacos sumaron acciones como la presentación de un recetario gratuito con opciones dulces y saladas.

Consultados por ANCCOM explican que “para garantizar la seguridad en cada instancia de producción, necesariamente se debe contar con instalaciones certificadas, procedimientos específicos, rigurosos controles de calidad y personal capacitado”. Sin embargo, aseguran a que, más allá de los factores esenciales para evitar la contaminación cruzada, ningún producto sin TACC del portfolio de la compañía tiene costos adicionales por ser libre de gluten.

El costo social

La nutricionista Paula Cabrera, especializada en enfermedad celíaca y trastornos relacionados al gluten trigo, señala que otro factor que puede incidir en el cumplimiento de la dieta es el aspecto social, la posibilidad de compartir con los demás. Por ello señala la importancia que tiene el acompañamiento de la familia y de aquellos que rodean a la persona diagnosticada.

“Lo recomendable es que una vez diagnosticado, el paciente se acerque a hacer una consulta personalizada con nutricionistas que lo puedan orientar”, explica y agrega que de esta manera pueden identificar de forma más precisa cuáles son las barreras que cada uno tiene con el cumplimiento de la dieta y así se podrán establecer estrategias para mejorar esas dificultades. “Que busquen asesoramiento porque eso mejora mucho la adherencia a la dieta libre de gluten y la calidad de vida en torno a las dificultades que puedan surgir”, asegura.

Con respecto a aquellas personas que no están diagnosticadas como celíacas y que están pensando en seguir una alimentación libre de gluten, Cabrera hace una recomendación: “Siempre frente a esta sintomatología hay que descartar primero la enfermedad celíaca y después evaluar cuál es el mejor abordaje nutricional para esa persona, según el diagnóstico que tenga”. Cabrera aclara que si una persona deja de comer gluten sin consultar con un médico, eso podría dificultar que en un futuro se llegue a un diagnóstico.

La Ley Celíaca 27196 (que modifica a la 26588) fue reglamentada el año pasado. Entre sus novedades establece que quioscos y comedores en institutos de enseñanza, como también los bares y restaurantes deben ofrecer al menos una opción libre de gluten. Además, la legislación vigente contempla el derecho de las personas celíacas a la detección, diagnóstico, seguimiento y tratamiento de la enfermedad. Esto incluye una cobertura por parte de las obras sociales de un monto equivalente al 27,5% de la Canasta Básica Alimentaria. El objetivo de esta ayuda económica es cubrir la diferencia entre los productos con y sin gluten. Actualmente el monto es de 31.865 pesos. Fue actualizado por última vez en abril y tendrá que volver  a ser actualizado en octubre de este año.

Las obras sociales y prepagas deben asegurar el reintegro de este dinero. El Ministerio de Salud de la Nación indica en su sitio web que quienes no tengan cobertura explícita y tienen una cobertura pública pueden presentar la constancia de enfermedad celíaca en la oficina de Desarrollo Social que corresponda a su jurisdicción.

Más allá de las dificultades, varias de las fuentes consultadas dijeron que la variedad de productos dirigidos a este segmento de la población está en aumento. Por su parte, Cabrera insistió en señalar la alta efectividad del tratamiento. La nutricionista remarca que si un paciente celíaco cumple con una alimentación libre de gluten en forma estricta y de por vida a partir del momento del diagnóstico, el riesgo de complicaciones disminuye o incluso puede igualar al de una persona no celíaca. Esto recuerda que, a veces, cuidar nuestra salud puede ser una tarea difícil pero no imposible.

Historia de una trans, migrante, artista y soñadora

Historia de una trans, migrante, artista y soñadora

Sebastián Cortés habla de La Dama, el documental que muestra vida y obra de Kiara, una peruana trans que vive en Buenos Aires en busca de ganarse un lugar en el mundo.

En un contexto social donde la discriminación y el prejuicio parecen marcar el destino de quienes se atreven a ser diferentes, la historia de Kiara, una mujer trans migrante, emerge como un símbolo de fortaleza y perseverancia. Su vida, marcada por las barreras de ser una mujer trans en un país extranjero y racista, es retratada en el documental La Dama, que captura no solo sus luchas, sino también sus sueños y su inquebrantable deseo de ser reconocida como artista. Sebastián Cortés, director de este trabajo, decidió seguir su vida durante más de tres años, visibilizando su camino hacia la aceptación y el reconocimiento. A través de la película no solo se revela la intimidad de su vida, sino también las contradicciones, los altibajos y la inmensa solidaridad que caracteriza a la comunidad trans peruana en Buenos Aires.

Con momentos emotivos, como el del compromiso matrimonial de la protagonista, el documental es un retrato valiente de una persona que no teme mostrar su vulnerabilidad. Más allá de la historia de una mujer, es una ventana a una comunidad que sobrevive y se apoya en un mundo que a menudo le da la espalda. La película busca contribuir a la visibilidad y comprensión de las personas trans, ofreciendo un espacio para una voz que, hasta ahora, había permanecido silenciada.

¿Cómo encontraste a Kiara?

La conocí en un bar en Morón, al cual fui con mi mejor amiga a las cuatro de la tarde. Era un bar que funcionaba como parrilla y pool. Kiara estaba allí como trabajadora sexual en la calle. En ese momento, estaba dirigiendo temas en una rockola por unos billetes de dos pesos y bailaba. Ella enseguida nos dijo: “Yo soy bailarina y ahora voy a desfilar en un corso en los carnavales de San Telmo, si quieren pueden venir a filmar ahí”. Así fue como la conocimos. En pocos minutos nos contó sobre todas las actividades que realizaba: que era activista, que en Perú tenía una escuela de teatro… Finalmente, lo del corso en San Telmo no salió, pero nos invitó a un evento llamado La Dama, un desfile de la comunidad peruana trans en Buenos Aires para celebrar a aquellas chicas que habían superado los 35 años, una edad que muchas chicas trans no alcanzan. El evento era una fiesta realmente hermosa.

¿Qué te inspiró a contar la historia de una chica trans buscando su lugar en la sociedad?

La fortaleza que ella muestra constantemente dentro de las convenciones absurdas que existen en la sociedad, especialmente en contra de ser una mujer trans y migrante en un país muy racista. A pesar de tener todas estas circunstancias en su contra, Kiara siempre intenta mostrar que es una artista y que quiere realizar sus sueños. Esa testarudez me parece increíble; es una demostración de que nada te puede frenar si realmente deseás hacer algo. Eso fue lo que me inspiró cuando la conocí.

¿Hubo algún momento particularmente emotivo o difícil durante la grabación que te impactó como director?

Sí, un par. El primero fue el velorio de una de las chicas que aparece en la película, Estrella, que era muy amiga de Kiara y compañera de baile. Aunque en el documental aparece muy poco porque solo la grabé en algunos shows, su fallecimiento fue un momento muy difícil. Kiara me llamó para grabar el velorio porque era importante para ella. En el velorio realizó un show, un baile, como su amiga hubiera querido, y me sentí honrado de haber sido aceptado en un momento tan íntimo. Además, el cumpleaños de Estrella era el mismo día del velorio, lo cual lo hizo aún más conmovedor. El segundo de los momentos fue el compromiso de Kiara con Yohana, su pareja, que fue muy emotivo y caótico. Después de celebrar y casarse terminaron peleando y gritando, borrachas. Fue un momento muy divertido, dentro de todo.

¿Cómo lograste mantener un equilibrio entre la intimidad de la historia personal y la responsabilidad de retratar a la comunidad trans de manera respetuosa y precisa?

Fue algo que se logró a lo largo del tiempo. Estuve presente en muchos momentos fuera de cámara, compartiendo comidas, asistiendo a sus shows, escuchando sus conversaciones. Fui muy silencioso, observador, y solo preguntaba cuando algo no entendía. No quise imponerme, ya que no pertenecía a la comunidad, así que me limité a observar y aprender. Esta actitud me permitió ser aceptado en momentos íntimos, como el velorio. El equilibrio en la película fue algo que se construyó con el tiempo.

¿Cuál fue su reacción al ver el documental terminado?

No la pude ver porque ella se fue a vivir a Francia con Yohana, que también es una mujer trans. Según Kiara, eran una pareja «transbiana», y en el documental aparece su compromiso y su casamiento. Ellas se fueron a vivir a París, donde hay una comunidad peruana trans, así que les envié el documental por un link. A Kiara le gustó mucho, y se emocionó por tener su película, por poder mostrar lo que hace. Fue un retrato valiente, ella no tuvo problema en mostrar sus contradicciones y altibajos emocionales durante los tres años y medio de grabación.

¿Aprendiste algo sobre la comunidad trans o sobre vos mismo mientras trabajabas en el documental?

Aprendí que la comunidad trans es increíblemente solidaria. Tienen una red de ayuda impresionante entre ellas. Por ejemplo, juntan dinero todos los meses y lo rifan entre ellas para que alguien pueda comprarse ropa, operarse, o pagar el alquiler. Entonces tienen una red donde ninguna queda tirada y desamparada. Además, hay un sistema de «madres» e «hijas», donde las trans mayores ayudan a las más jóvenes cuando emigran, dándoles un lugar donde quedarse y ayudándolas a encontrar trabajo. Ellas ofician de madres y se dicen madre/hija, vos lo escuchás todo el tiempo a eso y viene de ahí, de esa red. Aprendí que son gente muy solidaria y consciente de que todas necesitan de ayuda en algún momento. Esta solidaridad es algo que no había visto antes.

¿Cómo fue el proceso de edición y cómo decidiste qué momentos eran esenciales para contar la historia?

El proceso de edición fue largo porque había mucho material grabado durante tres años y medio, incluida la época de la pandemia. Fue difícil decidir qué dejar afuera. Hice algunos talleres, como el de Azul Eisenberg, para trabajar con la sensibilidad de las miradas, evitando caer en temas morbosos como la prostitución o la marginalidad, que aunque están presentes en la historia, no eran el enfoque central. Lograr ese equilibrio fue complicado, y por eso dejamos afuera mucho material explícito que no era necesario.

¿Qué esperas que la audiencia se lleve de esta historia?

La complejidad y la valentía de ella, especialmente en el contexto actual de ataques permanentes a las diversidades, al feminismo y a la cultura en general. Que vean el retrato de una persona auténtica que no tiene miedo de mostrar sus profundas contradicciones, y que se lleven una pincelada de humanidad.

¿Este documental puede contribuir a la visibilidad y aceptación de las personas trans en la sociedad?

El aporte del documental es dar voz a Kiara. Su voz ya existía, pero no tenía un espacio donde pudiera expresarse plenamente. Ahora, a través de la película, su historia tiene un formato que puede llegar a más personas, y eso me parece súper importante. Lo que no tiene voz en este mundo queda siempre por fuera y no existe ni es respetado. Y lo que se dice, si, realmente empieza a tomar vida y a dar consciencia.

¿Qué papel crees que juega el cine en la creación de empatía y comprensión hacia las personas trans?

El cine tiene la capacidad de generar una voz, de contar una historia y permitir que la audiencia vea la vida de otra persona, en este caso, la de Kiara. El formato del cine, con su sensibilidad visual y auditiva, permite captar gestos y detalles que te hacen empatizar sin que todo tenga que ser explícito o dicho. Eso es lo que el cine aporta: una visión más humana. En este contexto es muy difícil estrenar un documental, este tipo de películas, heterogéneas, con puntos de vista diferentes y que vale la pena apoyar, aunque sea mínimamente, pero está bueno que eso siga pasando. Y como también dije en un momento, es un acto desobediente realmente.

 

La Dama se proyecta en el cine Gaumont desde el jueves 12 de septiembre a las 20.15.

Construir desde las ruinas

Construir desde las ruinas

La organización No tan Distintes inauguró su sello editorial y presentó el libro “Acompañar es político. Un ensayo transfeminista sobre la situación de calle” en el Centro Cultural Haroldo Conti de la ex ESMA. El trabajo busca poner en valor la militancia del cuidado y la conversación.

El Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, ubicado en el Espacio Para la Memoria (ex ESMA), fue el escenario de la presentación del libro Acompañar es político. Ensayo transfeminista sobre la situación de calle, el sábado 7 de septiembre. Bajo la pregunta: ¿Sueñan los transfeminismos con (re)construir entre las ruinas?, Florencia Montes Paez, autora del libro, Daniela Camozzi, su editora, y Natalia Ortíz Maldonado, escritora, editora de Hekht y docente de la UBA, compartieron lo que significa el libro y comprometerse con vidas que no son las suyas.

Así como el habla, la escucha, los gestos y actitudes, Ortíz Maldonado percibe a la escritura como una manera de conversar. Acompañar es político propone una conversación sumamente necesaria en el contexto nacional del avance de la ultraderecha. En tiempos de destrucción, sostiene que la conversación es la política con la que se defiende y con la que se reconstruye. Restaurar la conversación, reponer la memoria, sostener el acompañamiento como una práctica colectiva y cotidiana.

“Nos ocupamos de vidas que no son las nuestras porque esas vidas son también las nuestras. En el acto de acompañarles estamos produciendo un cobijo en la fragilidad común, en el presente. Porque en esa conversación, que es el acompañamiento, estamos restituyendo la política de la vida en común, no solo porque somos diferentes sino porque en diferencia compartimos fragilidades”, agregó Ortíz Maldonado. Montes Paez cita a Judith Butler para tomar el concepto de interdependencia, y para resaltar que para militar es indispensable consolidar una ética y efectivamente comprometerse, sobre todo reconociendo las diferencias entre todes.

“Una conservación lleva tiempo. La sensibilidad lleva tiempo. Acompañar lleva tiempo”, afirmó Ortíz Maldonado. Poner el cuerpo, vincular desde el afecto, componer un apoyo, registrar el deseo, amortiguar la violencia, respetar el proceso, sostener en el tiempo, consolidar la ética, construir un código y luchar con todes, son los diez principios del acompañamiento transfeminista, que el ensayo despliega como resultado del aprendizaje obtenido en la experiencia tanto de Florencia Montes Paez como de Daniela Camozzi, acompañantes, militantes y activistas. Es el puntapié de una nueva etapa para No tan Distintes, organización social, política y transfeminista fundada en 2011, constituida por mujeres y disidencias que están o estuvieron en situación de calle, y que busca brindar herramientas y erigir proyectos que acompañen a personas en vulnerabilidad social. Ahora estrena su propia editorial: Abduciendo ediciones con la colección Enfoques. “Para mí el libro es una especie de música nueva, en línea con muchas filosofías que hablan de la necesidad de otro ritmo para interrumpir este capitalismo atroz en el que estamos, pero también es un registro de nuestras prácticas militantes. También es una conceptualización que le puede servir a otras organizaciones”, expresó Camozzi.

“Luchar para reivindicar la dimensión acompañada e interdependiente de nuestras vidas, luchar para quedarnos juntes. Acompañar es una tarea de reparación, acompañar es nuestra forma de vivir y luchar, acompañar es político”, declaró Montes Paez. Las tres compartieron un micrófono. Turnándose, se sumergieron en lecturas pausadas frente a la escucha atenta, y conmovidas, se tomaban de las manos, en un genuino acompañamiento. “Creo que nos acompañamos en nuestra vida cotidiana, en diferentes tipos de vínculos. Lo hacés con tu pareja, lo hacés con tus amistades, lo hacés con tu familia. No es necesario pensar que el acompañamiento solo lo hacemos cuando militamos en una organización, sea feminista, sea barrial, sea sindical. Es cierto que tengo esa trayectoria, pero ahora que no estoy activando políticamente en un espacio organizado, para mí acompañar es en el cotidiano con mis afectos”, expresó Sandra Aguilar, joven que concurrió a la presentación.

Los transfeminismos sí sueñan con (re)construir entre las ruinas. Para Montes Paez estos son restos de violencia y de destrucción, entre las que se construye con el otro. “Es entre las ruinas de lo arruinado y de lo que arruinamos que construimos con nuestros compañeres. Una ruina no es un origen, son restos que habilitan una recomposición, es lo que queda tras un desastre, una violencia, un abandono o, simplemente, tras el paso irreversible del tiempo. Una ruina sobrevive al ocultamiento, la indiferencia, la erosión. Construir entre esas ruinas implica preservar los vestigios, reforzar los cimientos, inventar lo nuevo. Confiades en que, si la construcción colapsa, si tratan de derribarla, incluso si lo logran, siempre habrá compañeros dispuestes a arremangarse y sacar los escombros. Moviendo ladrillo por ladrillo, baldosa por baldosa, en algún momento volveremos a encontrarnos con la hierba que crece en medio de la piedra, con el yuyito que insiste. Esa será la señalética de la memoria que nos conecte con nuestros legados y nos impulsa a intentarlo de nuevo”, concluyó la autora, leyendo en voz alta parte del último capítulo de su libro.

 

Como en Vaca Muerta pero en Buenos Aires

Como en Vaca Muerta pero en Buenos Aires

Un colectivo de periodistas ambientalistas y de artistas crearon una propuesta inmersiva para que el público experimente sensorialmente lo que ocurre con el fraking en la Patagonia argentina. Una apuesta a defender la Tierra desde el arte.

Este mes de septiembre se inaugura Geonnitus, una instalación escultórica, sonora y visual que sumerge al espectador en el mundo de sonidos, sensaciones, vibraciones e imágenes del fracking, la técnica utilizada para la extracción del gas y el petróleo, en la cordillera argentina

Geonnitus, palabra que le da nombre a esta obra, es un neologismo surgido a partir de los ruidos que aturden a la Tierra: el tinnitus que padece nuestro planeta. Ese rugido y esos temblores que se producen cuando la explotan, perforan y presionan para extraer petróleo y gas mediante el fracking. A partir de la unión de fuerzas entre la ONG Periodistas por el Planeta, el Proyecto Eco Eco y el Ciclo Ruido de Experimentación Sonora, esta instalación multidisciplinaria busca despertar sensaciones y promover el diálogo acerca de esta técnica tan nociva para el medio ambiente. Para realizarla, cinco artistas viajaron a la provincia de Neuquén en abril de este año para experimentar por sí mismos y registrar a través de distintos dispositivos lo que sucede a partir de la utilización de esta técnica, prohibida en muchos países y regiones.

“En Periodistas por el Planeta hace seis años que nos dedicamos a narrar la crisis planetaria no sólo en clave periodística, sino que queremos difundir también otras expresionespara hablar de lo que en general se omite” señala Marina Aizen, cofundadora de la organización. Y agrega que con ese objetivo en mente, fundaron el Proyecto Eco Eco junto al colega Pablo Schanton hace dos años.

“Cuando me convocó Marina para hacer proyecto Eco Eco, una de las ideas era pasarse a otros tipos de lenguaje, por ejemplo el artístico. Ahí fue que se me ocurrió convocar a Javier Areal Vélez y a Florencia Curci como curadores en el marco del Ciclo Ruido, y a su vez ellos convocaron a otros artistas para que fueran a Vaca Muerta, experimentaran durante una semana lo que se vive allá e hicieran una obra”, explica Schanton. Los artistas hicieron muchas grabaciones de campo, de video y sonido, con distintos dispositivos para captar, por ejemplo, el sonido del viento y las vibraciones de la Tierra.

La instalación es producto del trabajo de Leonello Zambón, Julián D’Angiolillo, Cecilia Castro, Carlos Lescano y Rodolfo Marqués, artistas provenientes de diversas disciplinas: audiovisuales, sonoras, escultóricas, musicales, multimediales y artes electrónicas. Geonnitusse presenta como un entramado de colaboraciones, un trabajo conjunto y reticular, y no como la obra de alguien. “Me gusta pensar en la lista de constructores de las catedrales góticas. No había un ingeniero, un arquitecto y los obreros, sino que era una especie de sindicato constructivo. Nosotros lo pensamos en esos términos” señala Leonello Zambón, artista multimedia. La obra no busca dar un mensaje de forma explícita, sino que invita a pensar desde diversas sensaciones, estímulos y matices sonoros, táctiles y visuales. En relación a este punto, Zambón reflexiona que “un trabajo artístico no hace un panfleto de algo, sino que abre discusiones, abre formas de mirar. Nuestra intención es esa, no poner el bien y el mal de un lado y del otro sino dar cuenta de la complejidad del mundo, y ahí todos podemos decidir cosas distintas”.

La técnica del fracking consiste en perforar la tierra a 3.000 metros de profundidad para la extracción de petróleo y gas enquistado en la roca madre. A partir de la compresión de un gran volumen de agua, se genera la fractura de arena y químicos que a su vez generan sismos, a veces bastante intensos, que pueden llegar a más de cuatro puntos de la escala de Richter. Se utilizan más de 100 millones de litros de agua que sale contaminada, 12 mil toneladas de arenas silíceas y un cóctel de 40 químicos de alta toxicidad. La gran cantidad de residuos petroleros que salen con material radioactivo termina por acumularse en enormes basureros al aire libre.“Hay dieciocho compuestos orgánicos volátiles sumamente nocivos, como el tolueno y el metano, que emanan de los pozos, de los tanques, de los compresores de gas, de la planta compresora de gas de Tratayén”, remarca Aizen.

La experiencia de Geonnitus es inmersiva y experimental. Se escucha el ruido del agua y del viento, el aire comprimido de los tubos que se utilizan en el fracking, se sienten las vibraciones de la tierra. De repente, la música de corno y trombón llena la sala y acentúa, sugiere y puntualiza emociones. Dos pantallas muestran el paisaje desde ángulos diferentes. Una mezcla de máquinas gigantes y monstruosas, fauna autóctona, caños y más caños, pastizales y mangueras interminables que llegan hasta la costa del río Neuquén.

Florencia Curci, curadora de la obra y directora del Centro de Arte Sonoro, explica que “hay un compresor de aire que está alimentando una serie de tubos que no están exactamente afinados y eso genera sonidos no grabados, similares al que hacen las máquinas, que se pueden escuchar en la obra. También, se activan los percutores que generan vibraciones”.

“La narrativa común es que ese lugar es un páramo, un desierto, pero no lo es. Es un milagro que exista como vida porque llueve muy poco y el viento es impertérrito. Es un milagro intervenido profundamente por el petróleo”, explica con preocupación Aizen, en relación a lo que comúnmente se dice acerca de lugares como Vaca Muerta. Geonnitus pone el acento en ello con total honestidad y crudeza. “La humanidad está imbricada en este mundo de una manera u otra y esa tensión cultural siempre va a existir. Ahora nos podemos correr de esa mirada antropocéntrica y pensar en entidades de distinto tipo. Hay que abrir la discusión para pensar otros mundos posibles, pero claramente sabiendo que estamos en éste. Ahí justamente está la parte más filosa de la cuestión” reflexiona Zambón.

Geonnitus se puede visitar durante cuatro únicas funciones: los sábados 14 y 21 de septiembre de 18 a 21 y los domingos 15 y 22 de septiembre de 17 a 20 en el Espacio Investigaciones del Futuro (IF), Boers 937, Villa Lynch. El primer fin de semana la función contará con la presencia de Javier Grosso, geógrafo que estudia la relación que existe entre los sismos y el fracking. La entrada es libre y gratuita. Para cada función-exploración se pone a disposición una combi con un único horario y con capacidad limitada. Para reservar es necesario comunicarse con las redes sociales.