
Vecinos de Vicente López marcharon para exigir justicia por Octavio Buccafusco
Las cámaras registraron su muerte cuando una patrulla de la policía municipal lo redujo con violencia mientras pedía ayuda tras un episodio vinculado a su salud mental. El silencio de la intendenta Soledad Martínez.

El 3 de septiembre Octavio Claudio Buccafusco, de 34 años, murió durante un operativo policial en Vicente López, luego de pedir asistencia al 911. En lugar de recibir ayuda, fue interceptado por una patrulla municipal en la intersección de Maipú y Güemes, donde los agentes lo redujeron violentamente en el suelo hasta que perdió la vida.
A un mes y medio del hecho, la causa a cargo del fiscal Alejandro Guevara de la fiscalía de Vicente López Este continúa caratulada como averiguación de causal de muerte, mientras la familia denuncia violencia institucional y negligencia policial. Desde el Municipio, la intendenta Soledad Martínez no realizó ninguna declaración pública sobre el caso, pese a que la patrulla depende directamente de su gestión.
Este fue uno de los ejes de la manifestación del miércoles 15 de octubre, según explicó el hermano de la víctima, Augusto Buccafusco: “La motivación, principalmente, es el silencio del Municipio que ni siquiera se contactó con nosotros para ponerse a disposición, ayudarnos o lo que sea. Estamos un poco enojados en ese aspecto y también para poder visibilizar la causa y que podamos alzar la voz”. En diálogo con ANCCOM, agregó: “Todos los días aparece una situación nueva, aparece un caso nuevo de violencia institucional, queremos que esto deje de ocurrir. Vamos a seguir marchando y vamos a seguir haciendo este tipo de movilizaciones hasta que se haga algún decreto, alguna ley que nos obligue a realizar el protocolo adecuado para tratar a las personas que están en situación de vulnerabilidad, en situación de consumo, en situación de calle, en situación de salud mental.”
La concentración comenzó pasadas las seis de la tarde, en el mismo punto donde Octavio fue interceptado aquella madrugada, frente a una dependencia de la Superintendencia de la Policía. A pesar de la lluvia, unas cincuenta personas se reunieron en la esquina de Maipú y Güemes, frente al edificio policial. Entre los presentes había familiares, amigos, vecinos, integrantes de la Comisión Zona Norte por la Memoria, Verdad y Justicia y miembros del Centro de Jubilados de la Quinta de Olivos.
El acto, al igual que toda la campaña en redes sociales, fue encabezado por Augusto Buccafusco, quien es actor, bailarín e instructor de zumba. Antes de comenzar, uno de los manifestantes pintó sobre una tela blanca la frase “Soledad Martínez, tu silencio mata”, que se convirtió en la consigna central de la jornada.
Luego, la columna avanzó por un carril de la avenida Maipú en dirección a la Estación de Control Urbano para la Defensa y el Orden (Escudo), presentada por la intendenta Martínez apenas unas semanas antes del ataque que sufrió Octavio como “la central de seguridad más tecnológica del país”. La movilización culminó frente al edificio, enrejado y custodiado por dieciséis miembros de la fuerza, algunos de ellos riéndose, mientras el hermano de Octavio se dirigía a ellos con un megáfono para hablar de lo ocurrido y exigir justicia.

Octavio Buccafusco, vistiendo una gorrra, abrazado a su hermano Augusto, quien ahora está al frente del reclamo de justicia.
Quién era Taby
Octavio Claudio “Taby” Buccafusco tenía 34 años, era entrenador personal, tatuador y bailarín de breakdance. Participaba activamente en la cultura hip hop y era padre de tres hijas pequeñas, de 6, 7 y 9 años. Según recordó su hermano mayor, era “muy vivaz, alegre, alguien que se ganaba la vida con su arte y su cuerpo”.
Aquel 3 de septiembre atravesaba un episodio producto de una afección de su salud mental. “Mi hermano estaba pasando por trastornos de bipolaridad y se cruzó con las personas equivocadas”, contó. “Llamó al 911 porque creía que habían entrado a robar a su casa. Pero en vez de ayudarlo, lo terminaron corriendo y tirando al suelo.”
De acuerdo con la reconstrucción familiar, a las 6.40 de la mañana Octavio caminó varias cuadras con su bicicleta y su perro en brazos, buscando a un policía para pedir ayuda, hasta que fue interceptado por la patrulla municipal. “Entre varios policías lo asfixiaron durante diez minutos y lo dejaron en el piso sin hacerle RCP. Cuando quisieron reanimarlo, ya era tarde”, resumió el familiar.
Las cámaras de seguridad del municipio registraron la brutal secuencia: cuatro policías contra un solo hombre, que nunca dejó de sostener a su mascota entre los brazos.
El hombre fue rodeado, increpado y finalmente derribado, reducido con golpes, esposado en el suelo y sometido a la presión de las rodillas de los oficiales clavadas sobre su cuerpo durante varios minutos. En un momento dejó de reaccionar. Se estaba asfixiando pero ninguno de los agentes reaccionó.

La causa judicial
La investigación continúa bajo la órbita del fiscal Alejandro Guevara, mientras la familia y los organismos que la acompañan reclaman que se avance hacia una imputación por homicidio culposo, al considerar que la evidencia demuestra una intervención negligente de la patrulla municipal.
Durante las últimas semanas declararon varios testigos y se incorporaron nuevos registros audiovisuales. “Ahora aparecen videos más reveladores que muestran el principio de la secuencia”, explicó el referente del reclamo. “Se ve que mi hermano camina con la bicicleta y su perrito buscando un policía hasta que lo abordan estos policías municipales. Al principio hablan, pero cuando él quiere irse, lo tiran al suelo y lo reducen.”
El fiscal ordenó un examen histopatológico para determinar el nexo causal entre la reducción y el paro cardiorrespiratorio. “Estamos esperando ese resultado, que va a confirmar cómo murió mi hermano”, agregó. “Lo que buscamos es que se responsabilice a quienes actuaron y que se investigue si hubo un intento de encubrir lo ocurrido.”

Muchos Octavios
La Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi) afirmó que el acta policial “que debería haber reflejado con precisión lo ocurrido, es más un guion de encubrimiento que un documento oficial. Nada coincide con las imágenes de las cámaras. Nada explica por qué un joven desarmado, vulnerable, terminó muerto bajo las botas policiales”.
Esta organización antirrepresiva recordó que “la historia reciente está marcada por episodios similares: jóvenes, adultos y personas mayores fallecidas en procedimientos policiales de este tipo. No hace falta recordar el caso de George Floyd en EEUU. Aquí están las historias de Diego Villarreal Cabrera (CABA, 2017), Facundo Morales Schonfeld (CABA, 2023), Gianfranco Fleitas Cardozo (Don Torcuato, 2021), todos aplastados o golpeados hasta morir. O Fernando “Pata” Díaz (Moreno 2010), Jorge “Tito” Ortega (Pergamino, 2013) y Alejandro “Tino” John (Lago Puelo, 2021), directamente fusilados por la policía que había sido convocada frente a una crisis emocional o situación de salud mental”.
