Las fuerzas de Bullrich asesinaron a un bagayero

Las fuerzas de Bullrich asesinaron a un bagayero

A nueve días de la implementación del Plan Güemes, la Gendarmería Nacional reprimió a un grupo de bagayeros en la frontera de la provincia de Salta con Bolivia. Hubo un muerto y múltiples heridos de gravedad. ANCCOM habló con los protagonistas del episodio.

El pasado 18 de diciembre, un numeroso grupo de bagayeros y vecinos de la zona fue reprimido en un operativo de gendarmes del puesto 28, sobre la Ruta Nacional 50, en el municipio de Orán, provincia de Salta. Hubo más de 50 heridos, algunos de gravedad, y fue asesinado Fernando Gómez.

Según el informe oficial, un grupo de 80 personas que se encontraba transportando bultos sobre sus espaldas por la zona conocida como “La Isla” –a la vera del Río Pescado, un afluente del Río Bermejo que es la frontera entre el municipio de Aguas Blancas y la localidad boliviana de Bermejo–, se enfrentó a Gendarmería Nacional en la madrugada del miércoles. Al escuchar la voz de alto, “descartaron la carga y comenzaron a arrojar elementos contundentes contra los funcionarios”.

El contexto de este episodio impone mencionar aspectos culturales de las comunidades que habitan estas regiones. Los denominados “chancheros” o “coqueros” son personas que se dedican al transporte de hojas de coca desde Bolivia hacia la provincia de Salta o Jujuy. Si bien ese traslado es considerado una práctica ilegal, el consumo de estas hojas es una práctica cultural y completamente normal en el norte del país; y, como establece el artículo 15 de la Ley 23.737, “la tenencia y consumo de hojas de coca en su estado natural destinado a la práctica del coqueo o masticación, o a su empleo como infusión, no será considerada como consumo de estupefacientes”.

Luego de que todas las personas fueran dispersadas, se trasladaron 22 bultos a las instalaciones de la Sección “28 de julio”, que es un puesto de control fijo de la Gendarmería sobre la ruta nacional 50. Allí es donde se habría desencadenado un segundo conflicto luego de que “una multitud de “contrabandistas” del lugar, con actitud agresiva, intentaron recuperar lo secuestrado”.

Nunca antes se había registrado en ningún informe oficial que los señalados como “contrabandistas” volviesen a intentar recuperar su mercadería. Mucho menos si se tratase de estupefacientes, como alude Gendarmería Nacional. El informe oficial concluye que “una vez controlada la situación, los uniformados comenzaron a inspeccionar las bolsas del contrabando”, y es allí donde supuestamente habrían hallado 49 “ladrillos” con más de 50 kilos de cocaína, junto con más de 200 kilos de hojas de coca y seis mil paquetes de cigarrillos. En ninguna parte del informe se hace alusión a los 53 bagayeros heridos, ni al fallecido.

La primera víctima del Plan Güemes

Fernando Martín Gómez, de 28 años de edad, era pasador de hojas de coca, y se encontraba en el lugar de los hechos cuando fue asesinado por la Gendarmería Nacional. Fernando habría fallecido por un impacto de bala en su costado derecho, que fue donde se encontró el perdigón que le perforó un pulmón y la arteria aorta. Además, también tenía otra herida en la pierna, de una bala que lo hirió y salió.

 En diálogo con ANCCOM, Sandra, la pareja de Fernando, contó que “él se dedicaba a pasar la coca, era el único sustento de la familia, nosotros somos 12 personas en un sólo terreno”. Gómez trabajaba de martes a sábado todo el día, y le pagaban por cada viaje que hacía, a la noche llegaba a su casa y dejaba la plata para poder alimentar a su familia. Ese día no fue diferente, estaba llevando su carga a un vehículo que la iba a transportar cuando “lo sacaron a los tiros”. Ellos tenían tres hijos, el mayor de seis, uno de dos años y un bebé recién nacido. “Quedé yo sóla porque él era el que salía a trabajar y yo me quedaba a cuidarlos”, comentó Sandra.

Sobre cómo murió su pareja, ella contó que “estaba trabajando, no va a ir a donde estaban los gendarmes como ellos dicen que fue, porque él tenía que esconder la carga para que no se la quiten, a mi marido lo mató la Gendarmería, me quitaron al padre de mis hijos, le metieron un tiro en el corazón”.

La Ministra de Seguridad Patricia Bullrich publicó en sus redes un comunicado luego de los hechos con el título de “Bagayeros sí, Narcos no”, en el que aseguró que “a los trabajadores que viven de pasar mercadería les damos un camino ordenado para que puedan seguir caminando, pero a los narcos no”. Sin embargo, según la familia de Gómez, él sólo se dedicaba a pasar coca y cigarrillos.

“Ahora quieren que yo no haga nada y me quede de brazos cruzados, yo voy a hacer justicia”, comentó Sandra. Y sobre esto aclaró: “La ministra Bullrich estaba diciendo que mi marido era un narco, no es así, yo no vivo en una mansión, vivo en una casa humilde, de madera y con piso de tierra. Tenemos dos camas, una tele y una mesa chiquita para 12 personas”.

Entre lágrimas, Sandra contó cómo fue que se enteró del asesinato de su compañero. “Me llamó una vecina a las 3 de la mañana del miércoles, me dijo que mi marido había muerto, y a esa hora me fui al hospital con mi hijo para ver el cuerpo”. Ni la policía, ni el hospital se molestaron en comunicarse con ella, y por eso tuvo que tomar a su hijo recién nacido en brazos y acercarse para confirmar lo que su vecina le había dicho.

“Él siempre contaba que los gendarmes eran violentos con ellos, cada vez que se los encontraban los apuntaban con las escopetas en la nuca y los pateaban como perros”, contó Sandra. “Mi marido no es narco, que venga Bullrich a ver cómo vivimos, yo no tengo nada que esconder”, sentenció entre lágrimas.

Los heridos

En total hay más de 50 trabajadores de frontera heridos. El Ministerio de Salud Pública de Salta informó que 25 de ellos fueron recibidos en el Hospital San Vicente de Paul, de Orán. A su vez, se notificó un herido con bala en el abdomen que escapó antes de ser identificado, y otro que está en recuperación por una lesión similar. Asimismo hay una persona con una bala en la cabeza que está en terapia intensiva y dependiendo de un respirador artificial. Además, hay cinco víctimas más con graves complicaciones oculares que fueron trasladadas por vía aérea al Hospital San Bernardo, en la Ciudad de Salta.

El parte oficial, sin embargo, afirmó que los uniformados “fueron atacados a pedradas”, y “repelieron la agresión con detonaciones de municiones anti-tumulto”. Se hizo sólo una alusión al fallecimiento de una persona, y se mencionó que posteriormente, un grupo de bagayeros intentó “tomar” el Puesto 28 de Gendarmería, disipándose el “ataque” con “disparos con municiones de posta de goma”. En ningún momento se mencionaron las balas de plomo que acabaron con la vida de Gómez y que dejaron a sus compañeros heridos de gravedad. Los trabajadores mencionan que se trató de ese tipo de munición pero el aspecto está bajo investigación en manos de los fiscales de Orán y Tartagal, María del Carmen Núñez y Marcos Romero.

El conflicto continúa

Luego de la muerte de Gómez, el jueves se hizo un corte sobre la ruta, entre Orán y Aguas Blancas que duró casi ocho horas. Durante el mismo se generó un nuevo conflicto entre vecinos de algunos barrios oranenses que resultó en otra fuerte represión e intercambio de balas de goma por un lado, y piedras por el otro. De este incidente es que el Gobierno de la Provincia de Salta informó que hay en total 54 uniformados heridos, uno de ellos por arma de fuego. Por el lado de los manifestantes también se registraron heridos, pero ninguno se acercó al hospital por miedo a resultar detenido.

En tanto, ayer en CABA organizaciones políticas, sindicales, estudiantiles y de derechos humanos de la izquierda –que habían evocado la rebelión de diciembre de 2001 con un acto en Plaza de Mayo– caminaron hasta la Casa de Salta donde repudiaron el crimen de Gómez, exigieron su esclarecimiento y pidieron la renuncia de la ministra Bullrich.

Los trabajadores de la frontera

La economía de frontera en esta zona del norte del país lleva un plato de comida a la casa de más de 8.000 personas que trabajan transportando productos desde Bolivia hacia Argentina de forma ilegal. Es por ello que la política en este sector intenta en lo posible no coartar con el alimento de aquellos que viven de esto, porque es muy difícil para esas personas emplearse en otro rubro.

Popularmente, se les da un nombre a estas personas para distinguirlos según la carga que transportan. El bagayero es el que transporta ropa, también está el conocido como “bagayero vip”, que lleva electrodomésticos y productos de mucho mayor envergadura. El “chanchero” o “coquero” es una persona, generalmente de muy bajos recursos, que transporta a nado, y a altas horas de la noche, bolsas de consorcio que se supone deberían llevar hojas de coca y cigarrillos.

Sobre estos últimos, consultado por ANCCOM, comentó Adrián Zigarán, interventor del municipio de Aguas Blancas, que “es gente de escasos recursos que los contratan para que se tiren en el río flotando en esas bolsas que ya las tienen preparadas, en las que ellos no saben qué es lo que llevan, les pagan dos pesos, corren en riesgo su vida, y después no tienen ni para el velorio”.

Sin embargo, en las últimas semanas previas a la implementación del Plan Güemes, se empezó a detectar que la cocaína estaba pasando no sólo en las bolsas de coca, sino también entre los bolsos de ropa y dentro de los electrodomésticos. “La droga pasa de día y de noche, pero obviamente no son todos los bagayeros ni todos los chancheros”, afirmó Zigarán.

El Plan Güemes

Nueve días de implementación llevaba el Plan Güemes por parte del Ministerio de Seguridad de la Nación, hasta que se dió el primer incidente, uno de los más graves en la historia del conflicto con el narcotráfico en Salta. El norte de la provincia tiene desde hace ya muchos años un importante problema con este sector criminal, que se profundizó de manera tal que desde la justicia hasta la política, pasando por policías, bomberos y ambulancias, estaban manchados por numerosos casos de delitos relacionados con el narcotráfico. 

El mismo Intendente del municipio de Aguas Blancas había sido destituido meses atrás y condenado a prisión domiciliaria por el encubrimiento de pruebas en el caso del asesinato de su hermano, que supuestamente tenía vínculos con el narcotráfico. Y es por ello que se designa a Zigarán como interventor. “En ese marco, el gobernador Sáenz decide asociar a la Nación, que es quien se encarga del narcotráfico, para poner un freno a esta cuestión que era transversal a todas las instituciones y combatirlo”, comentó Zigarán.

Sin embargo, la situación es mucho más compleja con respecto a los trabajadores de frontera. El mismo Interventor admite que no puede “calificar de narcotraficantes a estos pobres tipos que vienen flotando en una bolsa, que se ganan una moneda, no saben qué llevan y pierden la vida”. 

Fernando fue la primera víctima del Plan Güemes, y una víctima más del complejo sistema criminal que se dió lugar en Salta en los últimos años. Lo que hacen no es legal, y ellos lo saben, pero reprimirlos y matarlos no debería pretender ser la solución.

“El peronismo no arranca de cero, arranca de menos diez”

“El peronismo no arranca de cero, arranca de menos diez”

Un año después de la asunción a la presidencia de Javier Milei, el peronismo ocupa la centralidad en la oposición pero sin encontrar aún proyectos y referentes que muestren otro rumbo a la sociedad. Daniel Arroyo y Julio Bárbaro, dos dirigentes justicialistas de distintas épocas y extracciones, dan su mirada.

En un contexto de fuerte crisis social y política, el peronismo busca reacomodarse de cara al año que viene. Hacia dónde debe ir el movimiento, quiénes serán sus líderes, cómo se capta el interés de los votantes más jóvenes y qué nuevas propuestas se deben poner sobre la mesa, son algunos de los interrogantes.

Frente al gobierno de Milei, el peronismo intenta recuperar el apoyo popular de una sociedad que viene muy golpeada por el aumento de los precios, el ajuste de los salarios y las jubilaciones y la precarización laboral. En este marco, la autocrítica al interior del propio movimiento se vuelve necesaria, sino urgente, para interpelar a la población y posicionarse como la principal fuerza opositora.

Daniel Arroyo, diputado nacional de Unión por la Patria y exministro de Desarrollo Social señala que “hay que partir de la base que la relación de la sociedad con la política está rota. La sociedad está muy enojada con el peronismo y estuvo dispuesta a votar algo que no quedaba claro qué era ni para dónde iba con tal de no seguir como estábamos”. Y agrega que “el peronismo no arranca de cero, arranca de menos diez. La sociedad siente que está en deuda, que muchas de las promesas y necesidades no se han logrado cubrir”.

La desilusión y el enojo con el sistema político no es una cuestión menor en la búsqueda del peronismo por volver a cautivar a propios y ajenos. En el mientras tanto, el caso de Edgardo Kueider, el ahora exsenador de Unión por la Patria que con su voto posibilitó el avance de las políticas de Milei, no hace más que avivar la polémica, impactar negativamente en la imagen del peronismo y aumentar esa distancia ya existente entre la política y la sociedad. “El caso Kueider para mi es claro. Un senador de la Nación que cruza al Paraguay y tiene en el baúl de su auto 200.000 dólares tiene que ser destituido, y creo que el Senado actuó rápido y bien. Si es peronista, radical, si armó otro bloque, votó tal o cual ley, eso es secundario”, puntualiza Arroyo. Y remarca que “esto aumenta la sensación de distancia con la política en general, no solo con el peronismo. Creo que Kueider ratifica lo que mucha gente cree de la política, esta idea de que la política vive de otra manera y que está en cualquiera, que es una joda, y eso es muy malo”.

La generación de nuevas propuestas que incluyan a la mayoría de la sociedad y que atiendan sus necesidades en un momento tan vulnerable, resulta imperioso. Julio Bárbaro, escritor y analista político, señala que “este es el peor momento de la decadencia argentina, estamos llegando a la miseria en la promesa de una salvación que es falsa. Las encuestas le preguntan a la gente: ‘Usted, que se está muriendo de hambre, ¿cuántos meses más aguanta?’. Es perverso”. El desarrollo de una reforma laboral que contemple las diversas realidades económicas y productivas tanto de la empresa como de la Pyme y del comerciante, la ampliación y generación de condiciones para el proceso productivo, la cuestión de la distribución y una reforma educativa profunda de la escuela secundaria, son algunos de los ejes y debates claves en la agenda del peronismo.

“Hoy es importante hablar de cómo se genera producción y cómo se amplía el proceso productivo. El proceso productivo no es solo la metalmecánica o la producción de alimentos, es también el cuidado de personas, la economía del conocimiento, el pibe que trabaja desde su casa y cobra en dólares, y el que maneja una bici o una moto llevando cosas. Hay que hablarle a ese conjunto de la población que tiene otras expectativas, otros intereses y que demanda libertad, entendida como menos impuestos, menos tensión, menos cantidad de agobio”, explica Arroyo.

Al hablar de consensos al interior del movimiento, de la unidad del peronismo en todas sus vertientes, y también de liderazgos, la cuestión se vuelve más difusa. “No creo que sea posible generar una unidad a partir de cúpulas. La unidad no significa que cuatro o cinco dirigentes se pongan de acuerdo y entonces ahí hay unidad sino que es al revés, creo que la sociedad va a acomodar al peronismo”, analiza Arroyo. También remarca que “lo más sano es que en la cuestión legislativa en 2025 haya una oferta electoral múltiple, diversas candidaturas peronistas, filoperonistas de distinto tipo. Sinceramente creo que la sociedad no va a ir para atrás, sino que va a ir para adelante. Si se generan nuevas ideas y nuevas miradas, van a surgir nuevos liderazgos”.

Por su lado, Bárbaro señala que “el desafío del peronismo hoy es encontrar a alguien que lo exprese. Un movimiento sin quien lo exprese es un movimiento inexistente. Hay que encontrar una conducción, alguien que tenga la grandeza y la autoridad moral de convocar a un Frente, sino va a ser muy difícil. Hoy Kicillof es el único que está peleando”.

En relación al discurso político, la pregunta por cómo el peronismo debe hablarle a la sociedad teniendo en frente a una figura como la de Milei, marcada por la descalificación y el hostigamiento constantes, tanto Arroyo como Bárbaro coinciden en que la respuesta no es con más violencia. “El modelo de Milei es el modelo de las redes, habla como si estuviera twitteando todo el tiempo, a lo bestia, diciendo cosas extremas. Yo creo que hay que tener una actitud más humana, hay que acompañar con contenido, poner el cuerpo, conversar, escuchar. No creo que se contraponga a una cosa alocada, otra cosa alocada para hacerse notar”, remarca Arroyo.

Por su parte, Bárbaro señala que “la política es pasión, no es hacerse el distraído. Hoy la rebeldía es casi la expresión de una nueva ideología. La política le tiene que hablar a la gente con transparencia. La honestidad surge, se nota y se delata”.

En esa pregunta también entran los jóvenes y la necesidad de captar el interés del sector que más votó a Milei. Este año, las diversas marchas universitarias a lo largo del país dejaron en claro que la juventud está más que comprometida a movilizarse cuando sus derechos son vulnerados. En relación a este punto, Arroyo analiza que “hay una parte muy importante de los jóvenes que lo siguen a Milei y que le dieron un mandato: ‘vos andá y rompé todo, esto no da para más’. Cuando empezó a romper el sistema educativo, los mismos jóvenes dijeron ‘pará, esto no me lo rompas porque sino no puedo estudiar’.

El diputado de Unión por la Patria vuelve sobre la necesidad de hacer una fuerte autocrítica y no subestimar las necesidades de la juventud. “Primero se le habla a los jóvenes partiendo de la base de que las cosas están mal, que hay que hacer un cambio profundo y ser rupturista en cuanto ideas, otra escuela secundaria por completo, otro esquema laboral muy diferente, otro modelo de producción muy distintos. Yo creo que los jóvenes sienten que eso no va, y no va”, concluye Arroyo.

Orgullo y rebeldía

Orgullo y rebeldía

En un mismo acto, los trabajadores del Garrahan homenajearon a sus compañeros que realizaron el primer transplante en asistolía a un niño en Latinoamérica y reclamaron contra el desfinanciamiento de salud y la precarización laboral que lleva adelante el gobierno de Milei.

La comunidad del Hospital Garrahan realizó un acto en homenaje a los trabajadores y trabajadoras que hicieron posible el primer trasplante de hígado pediátrico de un donante en asistolia en Latinoamérica. El acto se desplegó en el marco de un paro y jornada de lucha para reclamar salarios mínimos equivalentes a una canasta básica familiar, recomposición salarial del 100%, mejoras en las condiciones de trabajo, y rechazar tanto el recorte del presupuesto 2025 del 20% para el hospital como el impuesto al salario de la cuarta categoría. “Queremos seguir construyendo salud como derecho universal accesible para todos, de calidad y mejorar cada día. Sin salarios ni condiciones dignas del equipo de salud, no hay Garrahan. Prodigios como este trasplante que hoy festejamos están en riesgo por las decisiones que están tomando”, manifestó Norma Lezana, secretaria general de la Asociación de Profesionales y Técnicos (APT) del Garrahan.

Participaron de la convocatoria la APT del hospital, Autoconvocados del Garrahan, ATE, médicos, enfermeros, técnicos, administrativos, trabajadoras sociales, maestras jardineras, instrumentistas, camilleros, choferes, entre otros trabajadores que conforman el equipo de salud de la institución pediátrica. Además, se sumaron en solidaridad los jubilados del Plenario de Trabajadores Jubilados y de las asambleas barriales San Cristóbal, Monserrat y Constitución, artistas que imprimían en serigrafía, músicos tocando en vivo, la Asociación Gremial Docente y el diputado Gabriel Solano.

La canción “Cerca de la Revolución” de Charly García dio la bienvenida a los trabajadores que se fueron amontonando en la entrada del hospital. La banda de músicos Somos Puré tenía como telón de fondo una bandera con la consigna: “Salud en Lucha. Salud pública y de calidad para las infancias”. Charlas animadas sobre residencias y el día a día en el hospital iban y venían entre los trabajadores que almorzaban y disfrutaban de la música.

Lezana leyó la carta de los trabajadores del equipo de salud dirigida al ausente ministro de Salud Mario Lugones, a los diputados y a los senadores de las comisiones de Salud que fueron invitados al acto. Allí contaron cómo fue posible este hito: el trasplante requirió de la participación de más de 50 personas que incluyó cirujanos, percusionistas médicos, enfermeros especializados, intensivistas, instrumentadores, camilleros, choferes y coordinadores del hospital donante. Además de las horas de trabajo e investigación científica, se realizaron entrenamientos y capacitaciones en el exterior. Esta técnica “permite utilizar órganos de donantes que no sean exclusivamente por muerte encefálica, sino ahora también por paro cardiorespiratorio”. Lezana explicó: “La continuidad de ese avance es que se van a hacer más trasplantes para chicos que hoy no tendrían la posibilidad de sobrevida”.

El repertorio siguió con “Raros peinados nuevos” y “Nos siguen pegando abajo”. Los ambos verdes, azules, amarillos y combinados se mezclaban con los delantales blancos e impolutos de los médicos y el cuadrillé de las maestras jardineras. En pintura roja y sobre el lienzo blanco de su guardapolvo, una médica tiene en su espalda escrito “Salud pública”. Otra trabajadora, lleva en su uniforme intervenido con pintura negra todavía fresca: “El Garrahan no se toca”. Una jubilada tiene colgado el cartel “Jubilados con el Garrahan. Uniendo todas las luchas”. 

Pese al logro reconocido por el mismo Ministerio de Salud, el borrador del presupuesto para el 2025 incluye un 20% de ajuste al hospital. A tres semanas de terminar el año, los funcionarios del gobierno de Javier Milei y el Consejo de la Administración continúan desoyendo las demandas salariales que producen una fuga de los profesionales a otros centros de salud por los bajos salarios. Los puestos no son reemplazados por nuevos trabajadores y ponen en riesgo la continuidad del hospital. Se le suman la reducción de las vacantes del jardín que imposibilita a la simultaneidad de trabajar y maternar, y la amenaza permanente del gobierno que baraja privatizar el hospital volviéndolo inaccesible para niños y niñas de bajos recursos. “Esta lucha que estamos dando también es porque están en riesgo los derechos que tienen los niños, las niñas y las adolescencias de este país con la política criminal que estamos sufriendo”, manifestó Alejandro Lipcovich, Secretario General de la Junta Interna de ATE.

«La vida de nuestros pacientes no cabe en columnas de Excel”, dijo Lezama.

A un año del comienzo de gobierno de Javier Milei, el delegado adjunto de ATE y auxiliar de farmacia del Garrahan Gerardo Oroz, describe su política en salud como destructiva y criminal: “Mientras nosotros reclamamos aumentos de salarios, a 80 metros de acá querían cerrar el Hospital Bonaparte. En el Posadas hay despidos. En el Garrahan la gente se va porque los salarios son malos y no los reemplazan. Todo lo que no es un negocio para este gobierno, es algo marginal que se tiene que excluir y solo sirve la salud pensada para ellos en términos de negocio”. En sintonía con Oroz, Lezana expresa: “No somos números. La vida de nuestros pacientes no cabe en columnas de Excel”. El recorte del 96% a medicamentos y test de VIH, el aumento de aranceles en el Hospital Roffo que deja sin tratamiento oncológico a pacientes que no puedan pagarlo y la quita de remedios a jubilados que ganen más de 398 mil pesos, pintan una escena sombría para el futuro de la salud pública.

“Yo les propongo algo, un acto de rebeldía”, dijo Lezana durante el acto. Con la voz entrecortada, temblorosa por la emoción, entre aplausos y silbidos de apoyo, recitó el poema de Walt Whitman: “No te dejes vencer por el desaliento. No permitas que nadie te quite el derecho de expresarte, que es casi un deber. No abandones tus ansias de hacer de tu vida algo extraordinario”. La Licenciada finalizó diciendo: “Pongámonos de pie compañeros. Pongámonos arriba de los bancos. Pongámonos arriba de lo que sea. El Garrahan está de pie. El Garrahan está en lucha, no nos van a vencer”. Uno a uno, médicos, enfermeros y técnicos se elevaron sobre los asientos. Algunos ayudaban a otros a subir. Otros cantaban “Llamen al peluca de Milei para que vea que este equipo no cambia de idea, pelea y pelea por el hospital”.

Durante el 2024, los trabajadores del Hospital del Garrahan marcharon, hicieron RCP frente a la casa Rosada, movilizaron al estadio de River, al Obelisco y, además, salvaron vidas.

“Hay que seguir resistiendo a este Gobierno inhumano”

“Hay que seguir resistiendo a este Gobierno inhumano”

Bajo el nombre de “Jornada Federal de Lucha”, convocada por las Madres de Plaza de Mayo y las dos CTA, se realizó una multitudinaria marcha de reclamo contra las políticas de hambre del Gobierno nacional.

“El Gobierno quiere destruir a nuestras organizaciones sociales. La Policía Federal está frenando los micros que están llegando para esta movilización porque no quieren que el pueblo se manifieste, no quieren que se vea en el mundo que mientras Milei dice que es un líder mundial del conservadurismo, hay un pueblo que dice ‘Queremos una patria liberada, una patria para todos y todas, no una colonia’. Aunque él quiera tapar el sol con las manos, este pueblo no deja de manifestarse, mostrarse y organizarse en unidad”, dijo a ANCCOM Hugo Godoy, el secretario general de la Central de Trabajadores de la Argentina Autónoma (CTA-Autónoma), desde la cabeza de la manifestación que tuvo lugar este 5 de diciembre en la Ciudad de Buenos Aires y que se replicó en otras partes del país. 

“La patria no se vende” decía la bandera que sostenían quienes encabezaban la movilización hacia Plaza de Mayo, que empezó con una concentración en Avenida de Mayo y 9 de Julio a las 11 de la mañana. Con el ruido de bombos y platillos de fondo, que no dejaron de sonar ni por un segundo, Godoy dijo a esta agencia que “Milei duplicó a los hambrientos y multiplicó la pobreza en nuestro país mientras hay 50 multimillonarios, que son los que rodean al presidente y lo sostienen, que están multiplicando por 20 sus riquezas, como los Eurnekian, los Galperin, los Rocca. A esos les decimos que no queremos una patria para que ellos se enriquezcan, queremos una patria para todos, con soberanía y justicia social, y es esto lo que estamos construyendo hoy en las calles de todo el país”. 

“Jornada Federal de Lucha” fue el nombre que se le dio a esta manifestación, que también tuvo como protagonistas a la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), sindicatos de la Confederación General del Trabajo (CGT), organismos de derechos humanos, referentes de pequeñas y medianas empresas y agrupaciones de jubilados, entre otros. 

Al lado de Godoy, en la cabeza de la marcha, también estuvo Hugo Yasky, el secretario general de la CTA, quien en una conversación con esta agencia dijo que “salimos en unidad las dos CTA, los movimientos sociales, una parte importante del cooperativismo y el empresariado PYME a decirle a este Gobierno que no queremos seguir viviendo en una Argentina que pisotea los derechos de los jubilados, donde el consumo de carne cayó como no caía desde hace 28 años. Queremos un país sin hambre, con empleo, con dignidad para los trabajadores”. La movilización crecía cada vez más y más en cantidad de manifestantes que avanzaban a paso lento hacia Plaza de Mayo cuando Yasky agregó que “el Gobierno sabe que esta decisión que tomamos nosotros no tiene retorno. Vamos a estar en la calle hasta que seamos escuchados”. 

En el centro de la columna de manifestantes, a la altura de Avenida de Mayo y Piedras, el sol pegaba de lleno en una bandera gigante de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), que decía “Nuestra idoneidad la demostramos todos los días. Basta de estigmatizar a les trabajadores”. Hacía referencia a la reciente política implementada por el Gobierno nacional consistente en tomar un examen a los empleados estatales para definir si conservarán (o no) sus puestos de trabajo. “Hoy hemos llamado a un paro en todo el país. Esta concentración en la Capital Federal resulta masiva —dijo a ANCCOM Mercedes Cabezas, la secretaria general adjunta de ATE Nacional—. Hace casi un año Milei les declaró la guerra a las y los trabajadores estatales. Ha disuelto organismos y espacios importantísimos para la política pública nacional. Lo que está generando el hambre en nuestro pueblo es la falta de abrazo del Estado para nivelar la desigualdad estructural del sistema. Por eso hoy estamos en las calles y nuevamente estaremos la semana que viene, antes de las fiestas, porque sabemos que es con lucha y con unidad pero fundamentalmente que no es en base a este modelo económico que vamos a resolver los problemas de las y los argentinos”.

Los trabajadores estatales afiliados a ATE movían de un lado a otro banderas y carteles que pedían por una mejora en su sector al tiempo que tocaban los bombos y platillos sin parar. No faltaron las bombas de humo verde y blanco. “Lo mejor que puede hacer el Gobierno es reaccionar. No sabemos si lo va a hacer porque es un Gobierno que no escucha, que no mira, que no ve. Tiene que haber un Gobierno que entienda que si no quiere implementar una política para las mayorías populares se tiene que ir”, completó Cabezas.

A la altura de Avenida de Mayo y Piedras estaba también, con sus 72 años de edad, Raúl Chávez de la agrupación “Generación 70”, que nuclea a jubilados de San Martín, provincia de Buenos Aires. “Estamos acá porque la política de Milei y todos sus secuaces ya nos está acorralando demasiado —dijo a esta agencia—. Venimos a expresarnos, y seguiremos en las calles, más ahora que nos están sacando los remedios”. ¿El Gobierno escuchará los reclamos a partir de esta movilización? “No, en absoluto. La derecha no reacciona —comentó el referente—. Me parece que la manija la tenemos las organizaciones sociales, el pueblo, la calle. Si esto no se consolida, la derecha va a cumplir su propósito implementando el hambre, la miseria y la venta del país”.

Mientras Chávez pronunciaba esas palabras, una mujer a su lado sostenía un cartel que decía “No a la eutanasia silenciosa a lxs jubilados”. También había, muy cerca de esa zona de la calle, un muñeco gigante con la cara de Milei llena de víboras, que sobresalía de la manifestación.

 Cuando el sol llegó a su punto más alto, pasadas las 12 del mediodía, la movilización hizo tope en Plaza de Mayo. Frente a Casa Rosada había una hilera infinita de vallas negras que, para sorpresa de muchos, no estaba acompañada de policías. Desde arriba de un camión que funcionó como escenario hablaron los representantes de la CTA y la CTA-Autónoma, además de referentes de la UTEP y otras agrupaciones sociales.

 

 El que se llevó todas las miradas fue Adolfo Pérez Esquivel, máximo defensor de los derechos humanos y ganador del Premio Nobel de la Paz, que estuvo desde temprano en la movilización, con sus 93 años a cuestas, bajo el sol de mediodía como uno más. Desde arriba del escenario dijo que “tenemos que unirnos en la diversidad. Hay mucha fuerza y lucha en todo el país. Aquí veo a muchos compañeros de La Rioja, Catamarca, Jujuy, Corrientes, Misiones. Toda esa fuerza hay que unirla para superar a este Gobierno vendepatria. La soberanía no se vende. La seguridad alimentaria depende de nuestros campesinos, de la agricultura familiar, y no de las grandes corporaciones con los monocultivos y el glifosato, que acarrea enfermedades a nuestro pueblo. Tenemos que sumar voluntades y no bajar los brazos. Por favor, no dejen de sonreírle a la vida. El día que eso pase es porque los vencieron, y eso nunca”.

Después de Pérez Esquivel también habló “Taty” Almeida, de Madres de Plaza de Mayo. “Acá estamos los organismos de derechos humanos haciendo la marcha de la resistencia. Hoy más que nunca hay que seguir resistiendo a este Gobierno inhumano que pretende borrar la memoria. No lo va a lograr”, dijo Almeida a la muchedumbre. El cierre estuvo a cargo de la CTA-Autónoma, que a través de la voz de Godoy dijo que “la única lucha que se pierde es la que se abandona”.

«No pienses en el futuro, asumí el presente»

«No pienses en el futuro, asumí el presente»

Luego de su paso por Argentina para presentar su último libro, Contraofensiva -escrito en coatoría con Bastien Cany-, Miguel Benasayag conversa con ANCCOM desde Francia, donde reside. Reflexiona sobre la implicancia de la tencología en nuestras vidas y los modos de transitar proyectos políticos de transformación: ¿la toma de poder o la transformación de la vida cotidiana?

Miguel Benasayag es escritor, filósofo, psicoanalista, investigador en neurofisiología y saxofonista. En los setenta, participó del Ejército Revolucionario del Pueblor para luchar contra la dictadura argentina, fue torturado y privado de su libertad durante tres años.
Benasayag, vivió mil vidas en una. Reflexiona sobre todas ellas, pero también sobre la vida común, la colectiva: la que hoy está atravesada por la tecnología casi completamente. Escribió sobre ello en libros como La inteligencia artificial no piensa, el cerebro tampoco. Reside en Francia desde su exilio. Su última visita al país fue en octubre de este año, en el marco de la presentación de “A pesar de todo”, un colectivo de investigadores creado en Argentina y extendido a diferentes partes del mundo.

 

¿Por qué creés que resistir tiene que estar ligado a la posibilidad de crear?

En realidad, la cuestión de oponerse a la injusticia, querer un mundo diferente, una vida diferente, tiene dos vías: tuvo toda la vida la vía más occidental, más dominante -que fue la que dominó durante dos siglos casi- la idea un poco vertical que tiene que ver con el binarismo, con lo viril: hay que tomar el poder. Creyendo realmente la hipótesis marxista-hegeliana, que es lo que (Rodolfo) Kusch llama “El mundo del ser”. Entonces, dentro de este dispositivo hay un lugar, “Big Brother”, desde donde se dirigen las cosas. Entonces, es muy colonial, muy binaria, en el sentido de que están “el poder”, y “los sometidos”. Pero siempre hubo otra vía, que es que nosotros llamaríamos “el contrapoder” que es la vía donde, al no estar de acuerdo, al encontrar una injusticia se desarrollan modos de vida, modos de producción, de arte, de relaciones personales diferentes. Pero se desarrollan sin esperar la toma del poder. Estas son dos vías.

En occidente, el que va a teorizar esto es Foucault, por supuesto, con su famosa “muerte del hombre”. El hombre no es el ser humano, el hombre es un dispositivo material, modo de producción, etcétera. Que es el modo colonial binario del ingeniero: problema-solución. Entonces Foucault, no por casualidad, es el mismo que habla de microfísica del poder. Él se da cuenta que el poder no es la estructura vertical, piramidal, sino que la estructura piramidal es una de las formas que toma el poder nada más, pero que el poder son todas las relaciones horizontales, rizomáticas, funciona por todos lados. Foucault llega hasta ese punto, que es la frontera de lo descolonial, o sea el fin del mundo occidental que entra en crisis. Nosotros hace mucho tiempo, concretamente en la “generación guevarista” hablábamos de estas dos vías que eran muy claras: estaba la vía comunista marxista que había que tomar el poder y cambiar todo, hacer el socialismo. Pero había la vía de contrapoder que seguía al indigenismo, al feminismo, efectivamente era un modo de ver la norma, lo que te hace feliz de repente. De otra manera, esta vía “horizontal”, rizomática, de creación, que sería lo que nosotros decimos ahora “resistir es crear”, siempre fue aplastada por la vía mayoritaria. El último gran aplastamiento fue con el “no global”. Yo era una de las figuras en el no global, a nivel internacional, que representaba la vía horizontal. Y los del mon diplomatic, los trotskistas y qué se yo, ellos agarraron e impusieron la vía chavista, la vía, de Nuevo, “del poder”

Eso fue una historia muy triste, porque suponete, en la guerra de liberación de Argelia, las mujeres combatientes hablaban de feminismo, y sistemáticamente se les decía “bueno, eso se verá después”. Pero ese después no llega nunca. Los que tomaron la vía vertical, nunca llegaron a nada. Y cuando llegaron, produjeron lo contrario de lo que se quería. O sea, la Unión Soviética produjo el Gulag. Camboya fue un genocidio. La represión después, es más o menos fuerte. Es cierto que en Cuba, no fue Gulag pero tampoco… En Nicaragua, una vergüenza. En Venezuela, uno dice “pero ¿cómo puede ser?” Hace tanto tiempo que tienen el poder, están ahí, tienen el petróleo. Entonces la vía vertical, para nosotros, históricamente está comprobado que es la vía del fracaso porque está entrampada en la visión colonial binaria, vertical, viril. La otra vía es la que realmente cambió el mundo. Porque cambió el sentido de los movimientos de mujeres, los movimientos de las minorías sexuales, los movimientos cívicos, de los derechos cívicos de los negros. O sea, cuando uno se da vuelta dice “pero qué pasó”. Si uno se pone del punto de vista del mangrullo del poder, dice: “Fue un fracaso total”. Si uno se pone del punto de vista más difuso, se da cuenta y dice: “Bueno, no, el mundo cambió”.

El mundo cambió enormemente para un montón de gente. Entonces, nosotros decimos, en este momento, realmente, toda resistencia a la destrucción tiene que ser una resistencia múltiple. Que no es que no haya que oponerse, hay veces que hay que oponerse, hay veces que hay que luchar. Usar todos los métodos de lucha necesarios. Pero, digamos que resistir es crear. Cuando digo “todos los métodos de lucha necesarios” hago un paréntesis coyuntural. El terrorismo es siempre reaccionario, pero efectivamente los grupos de liberación tienen causas comprensibles, con las que podemos estar de acuerdo, pero que utilicen el terrorismo es la peor de las trampas verticalistas. Porque tratan con el terror de modificar el mundo, y eso es un paréntesis. Porque en realidad, resistir es crear. Hay veces que hay que oponerse, hay que luchar. Pero la lucha también tiene sus límites.

 

Estamos en un mecanismo de colonización: la tecnología te coloniza el bocho, te coloniza la economía, te coloniza la sociedad. Lo que hay que tratar de ver es cómo podemos hibridarnos. No abandonar la máquina, porque eso no es posible, pero ¿cómo podemos, tener otra forma de relacionarnos?

Miguel Benasayag

Mientras te escucho pienso en algunas discusiones que estuvieron dándose al interior de la política y de la militancia argentina, de alguna manera insinuar que el fenómeno Milei sería una consecuencia de los movimientos feministas y de otras minorías que estuvieron en los últimos años. ¿Es una salida fácil culpar al progresismo de esto?

Claro, es siempre una visión simplificada, reducida. Un poco tontita, que es “la culpa la tiene el otro”. Sea quien sea el otro. Parte de negar la complejidad de los factores que intervienen. Ahora, cuando Milei acusa al feminismo, al wokismo, a la deconstrucción, es porque él en realidad lo que representa es el odio a esta multiplicidad, que no es una multiplicidad “todos en fila atrás de Cristina Kirchner”, es una multiplicidad conflictual, viva  Y él lo que quiere es eso. Él necesita tener un enemigo que se enfrente. Porque cuando hay un enemigo que se enfrenta, gane quien gane, la reacción ganó. Y es ahí donde nosotros tenemos que mantener esta multiplicidad conflictual. No hace falta que estemos de acuerdo, hace falta que mantengamos esta multiplicidad de resistencia y de creación.

 

¿Qué implicaría “asumir la complejidad de la época”?

La visión colonial, esta visión del poder, parte de la base de “yo miro el mundo desde afuera” (el sujeto mundo-objeto) y veo que hay problemas, y digo cómo tengo que resolverlos. En realidad, nosotros estamos dentro del mundo. No hay nadie ni nada que esté fuera del mundo, y no se puede seguir mirándolo como problemas y soluciones. Asumir la complejidad significa tratar de comprender un poco de qué lado van las cosas. Cuáles son las vías de destrucción, de construcción, qué es lo que pasa e intervenir. Intervenir dentro de ese conjunto complejo, sin tratar de solucionar las cosas. O sea, que la idea sería un actuar que no busca soluciones, sino que busca asumir las situaciones desarrollando la vida. O sea, dejar atrás esta pregunta de cuál es la solución. No hay solución porque no hay problema. Lo que hay son realidades, (horribles, lindas, lo que venga). Pero ese asumir la situación, es diferente a ver los problemas y buscar “la” solución.

 

¿La lógica del problema-solución está ligada a la ilusión de un mundo sin tragedia?

Claro, totalmente. O sea, ese dispositivo problema-solución hace que uno esté en un nivel de abstracción donde lo que está al lado tuyo, lo que hace parte de tu situación, lo interpretás con una grilla que está por fuera. Y entonces, esa una grilla de la impotencia. La grilla que hace que ahí donde vos podés actuar, no actúes. Y que de última tu comprensión de tus situaciones es una comprensión abstracta.

 

¿A qué te referís cuando decís que “La inteligencia artificial no piensa y el cerebro tampoco?”

Es un título que es como un chiste de investigador porque, viste que todo el mundo dice “pero la Inteligencia artificial piensa mejor que nosotros, piensa más rápido, es más inventiva” y en realidad, desde un punto de vista neurofisiológico, el cerebro no piensa. El cerebro participa con el cuerpo, con otros cuerpos, con el ambiente, participa en la producción del pensamiento articulado. Habría por lo menos dos tipos de pensamiento: el pensamiento del cuerpo (o sea, cada cuerpo resuelve problemas, pero acá estamos hablando de pensamiento simbólico, o sea con frases, con palabras, con articulaciones). El pensamiento simbólico, es una producción absolutamente colectiva en la cual los cerebros son fundamentales pero están muy lejos de ser los productores de la cosa. Participan en eso. Entonces, el chiste, es decir “sería muy extraño que una máquina piense, dado que los cerebros tampoco piensan”.

El lado ya menos chistoso, más serio, es decir: “Lo que tenemos que ver no es si el cerebro va a reemplazarse o no, sino cuál es la influencia dentro de esta cadena de montaje, de que aparezca -al lado de los cerebros y los paisajes-, una máquina que va a influenciar mucho el modo de pensamiento”. O sea, no hay reemplazamiento, lo que hay es que aparece dentro de este conjunto un vector muy fuerte, que efectivamente modifica mucho el modo de pensamiento, haciéndolo un poco maquínico, un poco mecánico.

 

¿Cómo evitamos caer en posturas catastróficas en relación a la tecnología?

Como investigador, lo que veo es que hay que tratar de hibridarse. O sea, estamos en un mecanismo de colonización: te coloniza el bocho, te coloniza la economía, te coloniza la sociedad. Lo que hay que tratar de ver es cómo podemos hibridarnos. No abandonar la máquina, porque eso no es posible, pero ¿cómo podemos, tener otra forma de relacionarnos? La diferencia es muy tonta. Por ejemplo, vos tenés alguien que se está aburriendo: agarra el celular, explora las aplicaciones, se mete ahí adentro, mira shorts, etcétera… La cuestión es muy simple: se trata de hacer todo lo contrario, de acuerdo a lo que vos querés hacer en la vida, ver qué aplicación te sirve. Una cosa es ser colonizado —yo exploro los posibles de la máquina— y la otra es decir: ¿Cómo, para mis deseos, puedo utilizar los posibles de la máquina? Es lo que estamos haciendo ahora. No es que nos aburríamos y dijimos: «Ah, ¿y si charlamos?», sino que, de repente, esta máquina, este Meet, esta computadora, esta tecnología, la estamos utilizando para un deseo, una entrevista, un proyecto, que es nuestro. De eso se trata.

¿Qué lugar tiene el arte en todo esto?

Yo soy saxofonista. El arte hoy me parece central porque, efectivamente, son las formas artísticas, el imaginario artístico, lo que permite a todos los niveles de la vida explorar nuevas pistas. Por ejemplo, nosotros hicimos un trabajo muy serio, de neurofisiología. En el que nos preguntamos de dónde venían las hipótesis nuevas a los investigadores científicos. Y siempre vienen como influencias artísticas. El ejemplo histórico más grande, enorme, es cuando en 1900, de repente los físicos empiezan a encontrar que la materia, que las formas materiales con las que trabajaban, no eran el final ni mucho menos, sino que eran una forma. Y que atrás había moléculas y que había partículas… Esa deconstrucción de las formas en realidad, diez, quince, veinte años antes, la habían operado los artistas, cuando de repente agarraron y dijeron: ¿Qué son estas formas de la belleza? ¿Qué son estas formas figurativas? ¿Por qué nosotros tendríamos que hacer tal cosa? Entonces, eso es el ejemplo arquetípico. Pero eso pasa en permanencia, o sea, un artista es alguien que tiene como una especie de sensibilidad boba, que está observando, recibe influencias, que el otro, que está más cuadrado, más inserto en la sociedad, no lo recibe. Entonces, la cuestión es que, los artistas, efectivamente, son los primeros. Los poetas, los pintores, poco importa. Son los primeros siempre que, sin comprender para nada lo que les pasa -sin comprenderlo racionalmente- tienen entre comillas “noticias” de que algo está cambiando. Entonces, es muy interesante de ver qué pasa en el arte, qué es lo que preocupa a los artistas porque tiene que ver con lo que profundamente está pasando, como los cambios en el mundo, en la vida.

¿De qué maneras puede utilizarse transgresivamente la tecnología?

Eso es un desafío. Porque, contrariamente a la imagen de la red horizontal, la tecnología digital es súper centralizada. O sea, los poderes pueden hacer lo que quieren: cortar, censurar. Entonces, el asunto es cómo, a pesar de esta hipercentralización, se puede, poco a poco, utilizarlo de una manera transgresiva. No quedarse en el formataje que te hace. Pero eso, queda un poco a la inventiva. Pero lo más importante va a venir de las posibilidades que vaya imaginándose la gente también, de transgresión técnica. Cómo puede sabotear, modificar lo dado. Eso es un desafío. Pero cuando yo digo «de manera transgresiva», es para decir: ojo, hay que desconfiar de la fascinación por la máquina.

En Argentina -al menos en la cultura masiva-, hoy no pareciera haber muchos casos de utilización transgresiva de la tecnología. Más bien lo contrario, hay una generación de artistas que se benefició con la digitalidad, -porque les permitió hacer música con pocos recursos, difundirla en internet, ganar un enorme alcance- y sin embargo sus letras y discursos de alguna manera reconfirman el estado de cosas. Con un cierto culto al dinero, como si ese fuera el único fin. ¿Creés que esto en algún momento puede darse vuelta?

Claro. En realidad, es cierto que la utilización masiva, mayoritaria, es una utilización alienante. Esto sucede por muchas razones —mismo razones biológicas—, la máquina te captura. Aparte, es cierto que esa dependencia hace que, frente al mínimo aburrimiento, frente a la mínima angustia, “la máquina” (para hablar así en general) te colma todas las brechas. Eso es cierto. Pero estamos en una época que, a la vez de ser amenazante y todo lo que uno quiera, es una época muy rica. Porque los procesos que la fundan son visibles. Las épocas de crisis tienen ese lado: son muy amenazantes, uno no sabe hasta dónde la destrucción va a continuar. De acuerdo. Pero, a la vez, para la gente que —por suerte, por buenos encuentros— puede tener una especie de motor deseante interno, es una época muy interesante y llena de posibilidades. Lo que hay que hacer, para no ser aplastado es poner entre paréntesis lo que pasará. Porque no tenemos la más mínima idea qué pasará. Lo que hay que hacer es lo que debe pasar ahora, liberándose un poco de la dictadura del futuro.

Ya veremos si los punk tenían razón y «no hay futuro», o si el “no hay futuro” es más bien una consigna liberadora en el sentido de: «No pienses en el futuro, asumí el presente». En ese presente está toda la pavada instantánea, pero eso no es el presente. El presente es algo mucho más amplio. El presente es estar acá, instalarse, asumir la realidad. Yo pienso que no hay que ser ni optimista ni pesimista: hay que actuar, hay que buscar, actuar, pensar y, como siempre, tomar la disciplina de tu deseo.

O sea, el deseo determina la disciplina que vos tenés que tener. Vos deseás lo que venga y para seguir ese deseo hay una disciplina. Esa disciplina es fundamental, porque hay que luchar contra la idea de la instantaneidad, la imposibilidad de soportar la frustración o esta legitimación grosera de que lo único que vale es la guita. Ante las consignas del tipo «yo salí del barrio, y ahora estoy lleno de guita», decir: “Bueno, pero capaz que otra cosa puede ser más deseable que la guita”.

¿Cómo surge el colectivo “a pesar de todo”?

El colectivo es muy viejo. Tiene más de 30 años. Fue cuando, de repente, paramos la lucha armada y muchos artistas, filósofos, educadores, nos reunimos. Yo los convoqué a un grupo en París y dije: “Bueno, tenemos que articular la complejidad con el compromiso. Decir: “Bueno, veamos la complejidad, pero, a la vez, guardemos ese deseo de compromiso”.

El colectivo existe acá, en Italia, y ahora, bueno, lo fundamos en Brasil y en Argentina, con esta idea, de esa alegría de intervenir. Pero el colectivo, a la vez, lo único que busca es poder influenciar, y ningún poder. O sea, no se trata de buscar ningún lugar de poder, sino de explorar. Entonces, esa geometría es variable… de repente hay gente, científicos, artistas, que quieren hacer algo con nosotros. Acá, por ejemplo, Teodoro Cohen, coordina un grupo de jóvenes africanos sin documentos con el que ocupan teatros, desarrollan actividades. Es muy multifacético, pero es una experiencia que, justamente, por un lado, trata de salvarnos de la trampa de “ser yo”. O sea, ser “El personaje” que hace algo. Y de la trampa también de un partido. Nos identificamos más con la idea de ser un grupo deseante de geometría variable. Una especie de experiencia teórica y práctica.

¿Sentís que ese gusto por lo colectivo puede tener que ver con tu pasado militante?

Tiene que ver con mi pasado como músico hippie, rockero, como guerrillero también. Porque yo, dentro del ERP-PRT, lo que quería era siempre desarrollar las experiencias de contrapoder, doble poder. Y yo sistemáticamente encontraba que lo que hacíamos en una villa, en un barrio, era muy interesante y me parecía muy peligroso ir siempre al enfrentamiento solamente. Y, bueno, desgraciadamente, fue así. Se fue al enfrentamiento. Pero, digamos, para mí, es algo muy antiguo el deseo de crear las cosas; más que andar pensando en cómo hay que tomar el poder.

Es algo de lo que no podemos dejar de hablar nunca la generación de los 70

Sí. Pero yo escribí hace unos meses, junto con Ariel Pennisi, un artículo para Tiempo Argentino. El título que pusimos era “No nos respeten tanto”. Porque hay toda una mítica con respecto a los años 70 que aplasta mucho a los jóvenes. En Uruguay, directamente, los tupamaros sistemáticamente aplastaron a todos los jóvenes que tenían ideas más importantes, más potentes: ecologistas, feministas… los aplastaron, porque ellos habían luchado.

Y a mí me parece que es importante inscribirse dentro de una tradición de lucha, tenerla en cuenta, recordarla, pero también me parece que los setentistas hace mucho que tendrían que haberse dejado de hinchar y acompañar lo nuevo. Bajarse un poco de esa posición de “Yo lo hice”, porque esa actitud inhibe mucho a los jóvenes e impide que lo nuevo aparezca.

Entiendo, y si lo trasladamos al arte, en la música pasó algo parecido. Como si después de referentes como Charly García y Luis Alberto Spinetta no hubiera pasado nada.

¿Qué te parece? Claro, es un horror. Por supuesto, Charly, todos ellos son fantásticos, pero… a mí me parece que hay algo ahí que no es tan inocente. El hecho de que hayan sido “ellos y nunca más me parece un poco raro, sospechoso. Me parece que no se dio tan naturalmente. Quizás hubo un actuar de empresarios, disqueras… Porque, no permitieron que salgan cosas nuevas, que emerjan otras cosas. Y fue una especie de dictadura gerontocrática.

Lo que resulta llamativo también es que los nombres femeninos que más quedaron de esa época son los de las mujeres que les hacían los coros a esos artistas, sus músicas o amigas

Totalmente. Yo hablo por haber vivido de adentro el movimiento hippie de la época. Era absolutamente patriarcal, falocrático. Y el rol de la mujer era, claro, ser la corista, estar ahí en el fondo. Capaz que los cambios no se ven porque hacen que no estemos más en una época de próceres. Capaz que lo que hay —como pasa en ciencia en este momento, en investigación o en filosofía— son cosas que se mueven donde la gente participa. En filosofía, por ejemplo, no son más Badiou, Toni Negri, qué sé yo, Marcuse. Somos algunos que, en contacto con algunos y algunas, la cosa va siguiendo. Y a mí me parece que no es que después de los 70 no haya pasado nada, sino que pasa de otra manera. Pasa de una manera justamente más múltiple, más horizontal y con menos próceres. Fue lo que fue, pero ahora no se trata de decir: “Ves que no hay más Spinettas”. No, no hay más Spinettas. Ahora la creación es una cosa más difusa, de otra manera, que no corresponde más justamente a esta visión patriarcal, vertical, de “el” prócer. Entonces, lo que hay que hacer, más bien, es ser un poco atento a cómo la creatividad se está desarrollando felizmente. De una manera complicada de entender, sí, pero si nosotros guardamos la idea de los próceres, no vamos a ver nada de lo nuevo.

¿Qué te pasa cuando volvés a la Argentina? ¿Qué ves?

Lo primero que ve cualquier persona que va de Europa a Argentina, aunque parezca mentira, es la polenta que hay en el país. Cómo hay gente que está viva. Es lo primero que uno ve viniendo de acá, donde todo es institucional, todo es pesado, sin entusiasmo. Lo primero que uno ve es eso, y dice: “No se puede creer”.

Yo voy dos veces por año, desde que pude volver con Alfonsín. Y siempre, aunque esté el horror de Menem o Milei, te encontrás esa polenta. Motivada por una cuestión quizás de protagonismo. Hay muchas ganas de hacer. Increíblemente. Y yo diría que eso es lo fundamental, es lo que yo veo y que me encanta. Trato de hacer la vida entre los dos países, porque necesito lo que hay ahí.

Donde hay una necesidad, nace una deuda

Donde hay una necesidad, nace una deuda

Investigadores e investigadoras de universidades nacionales y de Latinoamérica junto a algunas organizaciones sociales se reunieron para pensar un proyecto de ley para el desendeudamiento de las familias. Según los especialistas los sectores más afectados son las mujeres y personas con responsabilidades de cuidado. El impacto del costo de los medicamentos y alquileres.

Con la idea de diseñar un proyecto de ley integral que tenga como objeto principal el desendeudamiento de las familias, el diputado nacional Daniel Arroyo inició un seminario junto a especialistas y académicos de Argentina, Brasil y Chile. Participaron del intercambio representantes de la Universidad de Estado de Río de Janeiro y de la Universidad Central de Chile e investigadores de la Comisión Económica Para América Latina y El Caribe (CEPAL), el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), las universidades nacionales de Buenos Aires (UBA),  de San Martín y General Sarmiento, entre otros. Durante su intervención Ariel Wilkis, autor del libro Una historia de cómo nos endeudamos sintetizó la problemática: “Cuando hay una necesidad ya no hay un derecho, hay una deuda”.

Costos fijos altos, créditos bajos y tasas usurarias

“Alguien que saca un crédito de 200 mil, no puede devolver más del doble”, denuncia el diputado nacional Daniel Arroyo durante su exposición.

Entre el tintineo de las tazas de café, las jarras de agua sirviendo, las lapiceras escribiendo y las páginas de los cuadernos dando vueltas, comenzó el seminario con la idea presentada por Wilkis: “La hipótesis que estamos trabajando y pensando hace tiempo es que múltiples malestares sociales, políticos y subjetivos, tienen conexiones con dinámicas de endeudamiento, sin necesidad -y esto es importante- de que el endeudamiento sea el desencadenante”.

El trabajo realizado por el autor y decano de la Escuela Interdisciplinaria de Altos Estudios Sociales de la UNSAM, se complementa con las estadísticas realizadas por el CELS en conjunto con el Ministerio de Economía de la Argentina sobre el endeudamiento, en particular, del crédito informal. Soledad Villafañe, investigadora de la CEPAL en diálogo con ANCCOM explica que esta nueva estadística “complementa la del Banco Central porque la del Banco Central solo mide el atraso del pago de las deudas de las personas que se endeudaron en el sector formal”.

 

Arroyo entiende que el endeudamiento generalizado es un fenómeno de varios años en la Argentina que se agravó con el aumento de los costos fijos como luz, gas, agua, alimentos y transporte. En referencia al gobierno actual de Javier Milei expresa: «El gobierno, para mí, es nada de Estado y todo el mercado, a lo bestia. Eso en términos prácticos generó tres efectos que aumentaron el endeudamiento”. Entre los efectos que nombra, en primer lugar, está el aumento de las tarifas y los servicios básicos. En segundo lugar, la caída del ingreso de las Pymes, del trabajador formal y del que hace “changas”. Por último, menciona el decreto 70/2023 que desregula, entre otras cosas, la tasa de interés de las tarjetas de crédito. “Eso alteró todo el sistema porque ahora el banco te cobra la tasa de interés que quiere. La financiera de la esquina, lo mismo. Ese decreto es brutal y absurdo. No hay país en el mundo que no fije una tasa de interés”, explica el diputado Arroyo.

“Muchas personas –agregó Villafañe- desconocen el historial crediticio. No saben porqué de pronto se encuentran en el veraz. La situación de encontrarse en el veraz te excluye automáticamente de todo el sistema formal y de todo el endeudamiento que tiene menores costos”.

El 70% de los hogares de menores ingresos donde la mujer es el principal sostén y no hay otro cónyuge, recurrió a financiamiento en el último mes. Además, el 54 % de los hogares recurre a crédito mientras que el porcentaje aumenta al 60% cuando son de menores ingresos.

Cuestión de género

El endeudamiento de las familias es mayor en el caso de los hogares monomarentales y está directamente relacionado con los trabajos de cuidado. Según el Primer Informe del Equipo de trabajo de la CEPAL y el Ministerio de Economía de la Argentina sobre endeudamientos, géneros y cuidados, el 70% de los hogares de menores ingresos donde la mujer es el principal sostén y no hay otro cónyuge, recurrió a financiamiento en el último mes. Además, el 54 % de los hogares recurre a crédito mientras que el porcentaje aumenta al 60% cuando son de menores ingresos.

La investigadora del Conicet, Sol Prieto, profundiza: “Estos hogares monomarentales, son deudores en todos los sentidos financieros, especialmente informales pero son acreedores en términos alimentarios: el 68 % de los hogares monomarentales no recibe la cuota alimentaria en tiempo y forma y eso se distribuye en un 12% que recibe de manera esporádica lo que le parece al progenitor y un 56% que no recibió nada en los últimos seis meses”. Además, según la investigadora del Conicet el 58% se endeuda con las familias, lo que puede desembocar en un costo social muy alto que en casos de violencia de género deja a la víctima en un mayor aislamiento.

Durante el seminario se nombraron otros sectores sociales e intersecciones que generan un mayor índice de la vulnerabilidad financiera. En particular, aquellas personas sobre las que recae la responsabilidad del cuidado y que están a cargo de adultos mayores, personas con discapacidad o con algún problema de salud mental. El ajuste a las jubilaciones, el retiro de los medicamentos gratuitos para personas mayores y las bajas en las pensiones por discapacidad, fomentan la espiral de endeudamiento que asumen las personas a cargo del cuidado. Esto repercute directamente en su salud mental y física, conlleva costos emocionales y síntomas psicosomáticos.

En el caso de las fintech o las fuentes de crédito digitales, el perfil de los deudores suele ser mujeres, jóvenes y/o trabajadores informales.

Perelman aporta sumando otro actor de gran vulnerabilidad financiera que son los inquilinos por su situación de mayor precariedad en el derecho al acceso a la vivienda: “Nuestra investigación apuntó a mostrar que ese no atraso en el pago del alquiler en realidad estaba encubierto por una deuda que tenía origen de ser una deuda habitacional pero que se había transformado en una deuda financiarizada de diferentes formas”.

Hacia un proyecto de desendeudamiento de las familias argentinas, Arroyo en diálogo con ANCCOM, afirma que el proyecto debe contar con tres elementos clave: un tope a la devolución y la tasa de interés, un mecanismo para que distintos sectores puedan reducir o bajar el nivel de endeudamiento y un sistema de crédito productivo viable para pequeños emprendedores.