Malvenido Cifelli

Malvenido Cifelli

Con abucheos al secretario de Cultura de la Nación, abrió la edición 2025 de la Feria del Libro. El discurso inaugural estuvo a cargo de Juan Saturain, quien criticó la figura de Best Seller; puso en valor al guionista de aventuras Héctor Oesterheld –desaparecido por la dictadura militar-y, elogió a los presidentes que leían y proponían debates. También advirtió sobre aquellos que perdieron la vergüenza, en un discurso lleno de entrelíneas, dedicado a los buenos entendedores. Reivindicación colectiva a Osvaldo Bayer.

La Feria del Libro volvió a abrir sus puertas en Buenos Aires como quien insiste en un ritual ancestral: con libros, multitudes, y una sensación compartida de estar participando, aunque sea por un rato, de algo que revitaliza. Sin embargo, esa apertura y cordialidad con el público en general, tuvo su interrupción en el Restaurante Central. Allí, donde se realizó el acto inaugural de la Feria, primó la exclusividad y el corporativismo: para poder acceder a la sala, decorada con arañas y luces azules, era necesario contar con una invitación otorgada por la Fundación El Libro, de la cual no se difundió información previamente, lo que provocó dificultades para el ingreso de la prensa. Entre los afortunados que recibieron la invitación, se encontraban en primera fila los funcionarios del Gobierno de la nación y de la Ciudad de Buenos Aires, directores de editoriales, representantes de la monarquía de Arabia Saudita -su capital, Riyadh -ciudad invitada en esta edición- y personalidades de la cultura afines al oficialismo, como el caricaturista Nik.

El encargado de dar inicio al evento fue el flamante Presidente de la Fundación El Libro, Christian Rainone, quien, en su discurso, estableció una marcada diferencia discursiva con su antecesor Alejandro Vaccaro, buscando el consenso con las autoridades nacionales y enfocando sus palabras más en convencer a los editores y empresarios que en interpelar a lectores y escritores. Con un tono empresarial y diplomático, afirmó que el eje de su gestión es “consolidar un escenario donde vivan armónicamente el valor de la tradición y la fuerza de la innovación”.

Siguiendo esta línea, Leonardo Cifelli, Secretario de Cultura de la Nación, hizo su primera aparición en la feria tras su ausencia el año pasado por las diferencias con Vaccaro. Cifelli le agradeció a Rainone por “haber impulsado un clima de diálogo respetuoso, constructivo y comprensivo con la realidad que atraviesa nuestro país. Su decisión de dejar atrás el tono politizado y confrontativo de las ediciones, pasadas abre una etapa renovada y valiosa», sosteniendo que «la política partidaria no debe intervenir en la cultura y mucho menos debe ser el motivo de gastos innecesarios», lo que provocó el abucheo de escritores y fotógrafos que, al grito de “mentiroso” y “caradura”, expresaron su desacuerdo. Este escenario se volvió a repetir cuando Cifelli le agradeció a Karina Milei por su “respaldo constante que ha sido clave para poder estar presente hoy”.

El secretario de Cultura, Leonardo Cifelli, pronunció su exposición en medio de constantes abucheos y silbidos.

 

Luego de las intervenciones, menos tensas y polémicas de Jorge Macri -jefe de Gobierno de Buenos Aires- y de Abdulatif Alguacil -Director Ejecutivo de la Comisión de Literatura del Ministerio de Cultura de Arabia Saudita-, finalmente llegó el turno del escritor, poeta, periodista, guionista, editor´, docente y exdirector de la Biblioteca Nacional, Juan Sasturain. El autor de Manual de Perdedores comenzó su discurso de más de 26 páginas -lo que fastidió a algunos de los presentes- y con su habitual tono satírico y humorístico destacó la “sensación de impostura en esta arena de lo que no deja de ser un circo”, seguido de la dedicatoria al rosarino Roberto Fontanarrosa con un chiste suyo para ilustrar la situación: “Ahora correspondería que, como en el chiste memorable, aparezca el presentador y con megáfono le explique al público presente: ´Señores y señoras, por ausencia del hombre bala, les ofreceremos una perdigonada de enanos…´ Y en el dibujo de Fontanarrosa aparecían los cinco enanitos asomados a la boca del cañón”.

Durante más de una hora, Sasturain realizó un recorrido por diferentes escritores y poetas latinoamericanos e hispanos, desde Discépolo, José Hernández y Maria Elena Walsh hasta Federico García Lorca, Nicanor Parra y Antonio Machado, pasando por los clásicos Jorge Luis Borges, Julio Cortazar y Adolfo Bioy Casares. En medio de citas memorables y chistes ácidos y sutiles, Sasturain destacó la importancia de recuperar el debate en la Feria del Libro entre voces diversas y posiciones contrarias: “Todavía oír se dejan sordos ruidos de escarceos y esgrimas ideológicas, brillos de espadas dialécticas, gestos de justa, libre y soberana argumentación nacional ante el discurso imperioso, presuntamente docente, de la mirada ajena. Porque no hace tanto tiempo –había una presidente lectora entonces- que el brillante escribidor que acaba de partir llevándose la justa gloria literaria, el Nobel y el apoyo explícito a flagrantes depredadores como gesto final, se cruzó con nuestro propio sensible argumentador serial: entre el penúltimo Vargas Llosa y el brillante objetor Horacio González acá, en diferido, se confrontó de lujo”.

Juan Sasturain brindó un discurso inaugural lleno de entrelíneas, como en los años más oscuros del país.

 

Para una mejor estructuración de su discurso -para el que recurrió, según sus palabras, al IA (Ingenio Argentino)-, Sasturain eligió un triple título: Elogio del libro abierto y usado, seguido de una reflexión sobre la idea narrativa de aventurar, con una modesta proposición como colofón y remate no vinculante. En la primera parte, el elogio, realizó un diagnóstico de la industria editorial, criticando a la figura de best seller y destacando la importancia de la lectura: “Escribir, editar, comprar y almacenar libros son actos generalmente saludables para y en el concepto de la equívoca cultura que supimos conseguir. Sin embargo, hay un solo acto central e ineludible con respecto al libro que otorga sentido a todos los demás, que es el fundamento en su origen y el único sostén genuino de su porvenir, de su mera existencia: la lectura, el gesto íntimo, personal, fundante de leer”.

Aprovechando que “la ocasión ha querido que este acto coincida temporalmente con la apoteosis celebratoria y de reconocimiento del autor y de la obra que uno considerara el relato más poderoso generado en la Argentina en la segunda mitad del siglo pasado”, la reflexión giró en torno a HéctorGermán Oesterheld -autor de El Eternauta y desaparecido por la última dictadura militar en 1977- y el acto de narrar la aventura. “Héctor Oesterheld fue un notable contador de aventuras y, por sobre todas las cosas, un hombre bueno y sensible, que contaba aventuras que no necesariamente ´terminaban bien´ pero que dejaban en claro que había razones suficientes para sentirse cerca de sus personajes buenos. Sus buenos no necesariamente ganaban. La vida no era para él una cuenta de resultados o una carrera por llegar antes o ser el mejor. No buscó ni la riqueza ni el poder. Quiso ser coherente, escribir y vivir de acuerdo y sin contradicción con lo que creía. Eso es muy valioso y cuesta caro. Y se gana respeto y admiración y memoria como ésta; pero se paga como en su caso, con la muerte violenta. Este hombre digno, bueno y coherente, que fue el mejor escritor de aventuras que dio este país, además de un ejemplo para uno y para muchos de nosotros, murió asesinado como un perro”.

Sasturain fue el único de los oradores que resultó ovacionado.

Los síntomas de la enfermedad mediante la cual las personas van perdiendo la vergüenza son “la incapacidad de empatía, la agresividad creciente, la flagrante irresponsabilidad y la megalomanía y la consecuente arrogancia”, dijo Sasturain y dejó que cada uno le coloque el sayo a quien corresponda.

Para finalizar, la proposición giró en torno a la vergüenza, introduciendo la noción del Mal de Bierce, una enfermedad social degenerativa mediante la cual las personas van perdiendo la vergüenza, sentimiento que para Sasturain “tiene que ver con la responsabilidad, lindante con la culpa, y es un mecanismo inhibitorio si se quiere de autodefensa o de represión sentimental o ética”. Los síntomas de dicha enfermedad son “la pérdida de la capacidad de empatía, la agresividad creciente, la flagrante irresponsabilidad y la megalomanía y la consecuente arrogancia” Dijo y dejó que cada uno le calce el sayo a quien le corresponde. Enseguida, el escritor propuso: “Cabe estar atentos todos a la aparición –enfrente, a nuestro lado o en el espejo personal- de cualquiera de estos síntomas lamentablemente generalizados. Y obrar en consecuencia, antes de que sea tarde. Mientras sintamos vergüenza habrá esperanza para todos y cada uno. La vergüenza es salud. Brindemos por eso”. Finalizando así su participación, que tuvo como frutilla del postre el reclamo de periodistas y escritores presentes por la reciente decisión del Poder Ejecutivo Nacional de retirar el monumento a Osvaldo Bayer, alzando varias réplicas de papel de su figura.

El escritor y periodista Osvaldo Bayer fue reinvindicado por los presentes frente a la destrucción del monumento que lo homenajeaba en la Patagonia, a cargo de las autoridades de Vialidad.

Un Papa de la periferia para los periféricos

Un Papa de la periferia para los periféricos

En la madrugada de ayer el mundo despertó conmocionado con la muerte de Francisco, el primer Papa argentino y latinoamericano de la Iglesia Católica. Dos expertos en temas eclesiásticos, el periodista Washington Uranga y el sociólogo Fortunato Mallimaci, analizan la impronta, rupturas y continuidades de una conducción caracterizada por cuestionar fuertemente al poder concentrado y bregar por los derechos de los desamparados.

 

“Consignas que quizás antes estaban ligadas a otros espacios, ante tal orfandad de propuestas, provocó que el papa Francisco apareciera como la única persona y líder legitimo a nivel global para hablar de muchos de estos temas. El Papa puso el cuerpo y se hizo cargo”, analizó Fortunato Mallimaci, sociólogo argentino, en diálogo con ANCCOM. “Así pudo criticar el capital y el neoliberalismo salvaje, decir que la propiedad privada es secundaria frente al carácter social de la vivienda. Sus jóvenes no tenían organizaciones políticas y sociales tradicionales, como las socialistas, comunistas, demócratas, a las que recurrír. Entonces se acercaron a organizaciones cristianas, a movimientos populares encauzados en la religión y encuentraron ahí una respuesta a sus creencias, a sus promesas y esperanzas, que no lo encontraban ni encuentran en otros espacios. Existe cierto descrédito de ciertas formas de hacer política, de ciertos personajes populares, que permiten al Papa poner su cuerpo”.

 Murió el papa Francisco a sus 88 años en su residencia de la Casa Santa Marta en la Ciudad del Vaticano. El deceso se produjo en la madrugada del Lunes de Pascuas, luego de un notorio deterioro de su salud y de 38 días internado por neumonía bilateral. Arzobispo de Buenos Aires por 15 años, el padre Jorge Bergoglio fue ungido Papa el 13 de marzo de 2013 y adoptó el nombre Francisco en honor a Francisco de Asís, el santo de los pobres. Por su parte, era San José, el carpintero, protector de trabajadores y obreros, el santo favorito del pontífice. El Papa que llegó de la periferia para darle lugar a los periféricos y habló para las mayorías y los marginados que hasta el momento no tenían lugar en la Iglesia Católica, y llamó a “construir puentes” con los sectores descartados. “Una iglesia pobre y para los pobres”, una frase que rigió su papado y de las tantas que le son inseparables de su espíritu y visión, que fue cambiando entre los tiempos de Arzobispado y los de Sumo Pontífice. En su nuevo cargo se diferenció de sus antecesores, fue crítico y renovador del catolicismo, al que extrajo del interior de las iglesias húmedas y desparramó en las calles. Por ello, molestó a los más ortodoxos y se convirtió en líder para muchos otros más allá del credo religioso. Lector de Borges, hincha del Club Atlético San Lorenzo de Almagro y oriundo del barrio porteño de Flores. Fue transgresor de algunas tradiciones y doctrinas del cristianismo, incluso póstumo al determinar que sus restos descansen en la Basilica Santa María la Mayor y no en la Basílica de San Pedro como se acostumbra hace siglos. Mencionado en juicios de Lesa Humanidad en Argentina como actor clave en la protección de muchos curas y fieles (también tuvo críticas en dirección contraria), entre ellos curas militantes del Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo, perseguidos por la última dictadura cívico militar, años en que el Sumo Pontífice tenía el cargo de Superior Regional de los jesuitas argentinos.

El periodista y comunicador Washington Uranga, experto en temas eclesiásticos, analizó para ANCCOM las principales líneas de debates abiertas por el primer Papa del Hemnisferio Sur: “Bergoglio ha sido un gran lector de la situación mundial, de los problemas del mundo que ha enfrentado como ningún líder actual lo ha hecho. Denunciando y anunciando, aportando salidas. Su legado es una postura que coloca al hombre como centro de toda preocupación, con una fuerte impronta de doctrina de justicia social a partir de la doctrina social de la Iglesia. Su preocupación por el medio ambiente y la denuncia de la desigualdad que produce el capital económico y el capitalismo en general. Además fue un gran defensor de los Derechos Humanos. Sin embargo, siempre está presente la posibilidad del retroceso, no hay nada exento: si bien Francisco ha instalado cambios estructurales muy importantes y eso consolida una mirada”.

 Por su parte, Mallimaci analizó que “hoy vivimos una fuerte corriente en contra de la línea de apertura y de intransigencia frente al capital y las guerras, que caracterizó al papa argentino. Es un momento en que la política está muy corrida a la derecha y no acompaña estos lineamientos. Sin embargo, creo que El Vaticano tiene una gran tradición de defensa de la paz, la dignidad de las personas, de todas las personas, hay distintos acentos. Francisco dijó, ‘quién soy yo para decirle a una persona homosexual que no pertenece o no se acerque a Dios’. Antes la dignidad humana era para los hombres, de a poco se abrió a las mujeres y ahora hay un mayor arco inclusivo. Creo que ahí hay una cultura de intransigencia contra toda guerra, no solo la de Gaza y Hamas o Ucrania y Rusia, el Papa calificó que todas las guerras son ‘intrínsecamente perversas’. Habló también de derechos básicos, como techo, trabajo y tierra a los que Francisco le agregó el adjetivo ‘sagrado’, ese componente religioso que justifica que Dios así lo quiere, y quienes no lo quieren de ese modo tienen otro Dios, el demonio, siguiendo el lenguaje de Francisco. Las categorías que se utilizan para favorecer o estigmatizar tienen un fuerte contenido cristiano. No hay muerte de Dios, hay guerra de dioses. Como defensor de la paz estaba en las causas de las injusticias y de la dominación, que no son religiosas, que son económicas, financieras y geopolíticas. Esto lo debatió con distintos mandatarios y líderes religiosos. Él decía que las religiones no son las responsables de las guerras y desigualdades. Por el contrario hay utilización de esas religiones por parte de los grandes grupos de poder, para no ser sus intereses y accionar discutidos”.

 

 Finalmente ambos especialistas se refirieron al proceso que se aproxima en relación a la Apostólica Sede Vacante, y la selección del nuevo obispo de Roma. “Me resulta muy difícil pensar que puede haber otro papa argentino, por lo menos en lo inmediato –analiza Uranga-. Incluso es difícil que pueda surgir un papa latinoamericano. Sin embargo, los resultados del Cónclave son muy inciertos. Es un espacio donde se dan muchisimas negociaciones, en el que juegan intereses variados. Y la pregunta fundamental es qué quieren, los cardenales que se van a reunir, de la Iglesia en el futuro, y si acaso eso coincide con lo que quería Francisco”.

En una línea similar se expresó Mallimaci: “Lo que elija el Colegio Cardenalicio, si será o no próximo a la postura de Francisco, dependerá de las dinámicas internas propias, hay que ver si surgen dinámicas novedosas. En esta oportunidad se definirá qué tipo de conducción, de dirección y sensibilidad desean para el próximo periodo. Cuanto continuar con la apertura o volver a cerrarse sobre ciertas posturas, si desean avanzar para ser un gran movimiento de cristinos o un pequeño grupo. Son las grandes discusiones que se están dando desde la década del 60 del siglo pasado hasta hoy. Hay que ver en qué dirección quiere ir este conjunto de cardenales. En el Cónclave se reúnen 138 cardenales electores, si bien la mayoría fueron elegidos por Francisco, en general la conformación de cada Colegio Cardenalicio al momento de la selección de un nuevo Papa, está conformado por mayorías elegidas por el Papa saliente. Cuando renunció Benedicto XVI, todos analizabamos que en su mayoría el Cónclave estaba conformado por Cardenales designados él, eran europeos, conservadores, afines a su misma línea más ortodoxa, y resultó elegido un jesuita argentino, el padre Bergoglio se convertía en Papa y casi nadie lo había calculado. Ni siquiera el mismo esperaba tal designación que ocurrió cuando ya, preparandose para su retiro, había reservado una habitación en el hogar de los jesuitas”.

GALERÍA DE IMÁGENES. 

El arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, celebró una misa en la Basílica San José de Flores en homenaje al papa Francisco. Cientos de personas participaron de la ceremonia que se realizó en el barrio donde nació y creció Jorge Bergoglio. Entre los asistentes se encontraban representantes de la política como la vicepresidenta Victoria Villaroel, el diputado Leandro Santoro y el diputado Gerardo Martinez. También participó el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel. 

Otro miércoles de represión

Otro miércoles de represión

Las fuerzas de seguridad reprimieron la protesta que realizan cada semana jubilados y jubiladas para reclamar por un aumento en sus haberes y dejaron más de cien heridos como saldo.

Como cada miércoles manifestantes se reunieron frente al Congreso para reclamar por la suba de las jubilaciones. Las fuerzas de seguridad reprimieron la protesta, que dejó más de cien heridos, entre ellos niños y niñas, periodistas y un diputado nacional. Al cierre de esta edición había, además, dos personas detenidas.

La movilización en defensa de los jubilados reunió a manifestantes de diversas edades y espacios políticos y sociales frente al Congreso de la Nación. La protesta, que se realiza desde hace varias décadas pero que cobró aún más presencia desde septiembre de 2024 cuando el Poder Ejecutivo vetó la Ley de Movilidad Jubilatoria, otra vez fue reprimida en el marco del protocolo antipiquetes. Los fotógrafos de Tiempo Argentino Edgardo Gómez y Eduardo Sarapura fueron gaseados y golpeados por la policía.

Juan Domingo, albañil de 72 años, continúa trabajando pese a estar jubilado: “Tengo la suerte de poder hacer algunas changas. Es un genocidio lo que le están haciendo a los jubilados”. Y alentó a otros adultos mayores a sumarse a la protesta: “No tengan miedo, traten de venir, sean troskos, peronistas o apolíticos. Tratemos de resolverlo juntos”.

Horacio tiene 80 años, viaja desde La Plata todos los miércoles. Relata que la manifestación pasada un efectivo lo empujó y le provocó un corte en el brazo: “Tengo tres puntos. Me di cuenta cuando estaba en Constitución porque tenía todo el brazo mojado de sangre”.

Sergio Ríos, de 70 años, hincha de Chacarita, señaló que desde que asumió el actual gobierno el PAMI sólo le cubre el 50% de su medicación para la convulsión: “Me sale 10 mil pesos”. Recordó además la manifestación del 12 de marzo, cuando un fotógrafo fue herido por una escopeta de gas lacrimógeno. Pablo Grillo fue operado nuevamente este miércoles y evoluciona favorablemente.

Ramón, otro de los jubilados presentes, denunció haber sido gaseado en esa ocasión mientras permanecía sobre la vereda. Hoy asistió con un cartel que llevaba el dibujo de un grillo en referencia al fotógrafo: “Lo saqué de Facebook, le pedí a una chica que lo dibuje”. Y agregó, “el único delito que cometió fue llevar su cámara. Esa granada podría haber sido para cualquiera”.

También participó Beatriz Bianco, jubilada de 87 años herida en la represión de marzo, a quien la ministra de Seguridad calificó como “patotera”. “Patricia Bullrich nunca me llamó”, dijo. Y a pesar de agradecer los abrazos de jóvenes manifestantes, expresó: “Nos sentimos tan desprotegidos”.

En la manifestación también estuvieron presentes los Misioneros de Francisco, con una imagen de la Virgen de Luján en los hombros. Viajaron desde Luján para asistir a la protesta. “Vayan y pónganle la virgen adelante, a ver si con eso se conmueven”, gritó una manifestante al verlos pasar.

Algunos carteles exhibidos rezaban: “Ayúdame a luchar, el próximo viejo sos vos”, “Los jubilados no aflojan, fuera Milei” y “CGT no quiero tu solidaridad, quiero tu lucha ya”, en alusión al paro general de la semana pasada, donde la central obrera se plegó a la marcha de los miércoles.

Palos, gases y golpes

Cerca de las 17, los manifestantes intentaron, como en ocasiones anteriores, realizar una ronda alrededor del Palacio Legislativo. Al cruzar la avenida Entre Ríos durante el corte del semáforo, fueron dispersados por efectivos de Gendarmería Nacional y de la Policía de la Ciudad. En ese momento se produjeron las primeras escenas de represión.

Jubilados, periodistas y militantes fueron alcanzados por gases lacrimógenos y golpes de bastón policial. Los efectivos forzaron la dispersión de las columnas hacia las esquinas y la plaza, donde personal médico voluntario de la agrupación Cepa (Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios) atendió a las personas afectadas. Muchos se encontraban sentados o acostados sobre el pavimento, rodeados de charcos de leche, utilizada para mitigar el ardor en los ojos.

El operativo se extendió hasta las 19 horas. Según fuentes médicas presentes en el lugar, se registraron 116 personas heridas, principalmente por golpes y efectos de los gases. Entre ellas, una niña de 13 años, un adolescente de 16 y un reportero gráfico herido por el impacto de un proyectil Byrna, según el Monitoreo que realizó en el lugar la Comisión Provincial por la Memoria.

El diputado del Frente de Izquierda, Alejandro Vilca, tuvo que acudir a la guardia oftalmológica porque fue gaseado directamente en el rostro.

Esto es una locura. Laburé toda mi vida y ahora estoy pasando hambre. ¿No tienen madres? ¿Abuelas? Son asesinos. No es para reírse”, gritó una mujer a uno de los efectivos que sonreía mientras se refugiaba tras el cordón policial. Sobre avenida Rivadavia, varios taxis quedaron atrapados en la multitud, lo que motivó un nuevo avance represivo.

Ana María, de 75 años, participa de las marchas desde enero: “Siempre hay un montón de efectivos para un grupito de viejos. Yo cobro un poco más de la mínima, pero no me alcanza. Los que cobran la mínima no pueden ni comer”.

Actualmente, el haber jubilatorio mínimo es de $285.820,63, con un bono de $70.000 que se mantiene congelado desde marzo de 2024. Según el último Boletín Estadístico de la ANSES, el 27% de los jubilados cobra el haber mínimo. En total, 5,4 millones perciben menos de $400.000, mientras que la canasta básica del adulto mayor, que incluye categorías como “medicamentos”, fue estimada en $1.200.000 en marzo por la Defensoría de la Tercera Edad.

Entre septiembre de 2023 y marzo de 2025, las jubilaciones mínimas perdieron un 13,3% de su poder adquisitivo.

“Estamos de pie y luchando”

“Estamos de pie y luchando”

Ante el ataque y el ajuste del gobierno de Milei, investigadores del CONICET realizaron una jornada en defensa del sistema científico argentino, que incluyó charlas sobre diferentes temas y puestos para que chicos y grandes jueguen y aprendan.

Con elecciones legislativas cercanas, es sábado por la tarde y al Parque Rivadavia lo bordean grupos de jóvenes que ofrecen boletas partidarias. Algunos peatones las aceptan, otros las ignoran y siguen camino por la ruidosa vereda junto a la avenida. Al subir la escalinata para adentrarnos en el parque, el panorama se cubre de un tono festivo.

Rodeando a un Simón Bolívar de cinco metros y medio, figura emblema de la emancipación hispanoamericana, se realiza el festival “Ciencia de la A a la Z”, de la A de ARSAT a la Z de Zika. Al otro lado del monumento, sobre una tarima de piedra como escenario, por los parlantes se oye que «en este Cienciapalooza está saliendo el sol, lo mejor que podía pasarnos esta tarde», en la que estaba pronosticado lluvia.

Entre la muchedumbre que deambula se destacan algunas remeras negras que dicen “No a la destrucción del sistema científico” y de fondo, atada entre los árboles, una larga bandera argentina flamea que deja leer la misma frase más otra: “En defensa de la ciencia argentina. No al recorte del presupuesto”.

Algunos se sientan frente al escenario para escuchar distintas voces que toman el micrófono. Entre ellas, la del ex combatiente de Malvinas Germán Bonanni. “¿Buscamos venganza? Absolutamente no, buscamos dignidad”, afirma y lo aplauden. Entonces recalca la importancia de la Ley de Tierras y la necesidad de tener soberanía para ser un pueblo libre. “Para el resto del mundo, nuestro país es un diamante en bruto”.

Mientras tanto, muchos recorren los stands del festival donde hay propuestas didácticas del CONICET, de las facultades de Ciencias Exactas y Naturales, Filosofía y Letras, y Ciencias Sociales de la UBA, de editoriales independientes, y otras. Niñas y niños se agolpan ante un murciélago suspendido en resina, y también ante una mesa de juegos de lógica que los adultos observan atentos, escudados tras sus hijos.

En otra mesa, se exhiben un molar de oso perezoso y una almeja fósil que convivió con los dinosaurios, mientras un muchacho casi recibido de paleontólogo explica el método de datación relativa: un ordenamiento de fósiles desde los más antiguos a los más modernos, por ejemplo, teniendo en cuenta si fueron encontrados en estratos más profundos o más elevados.

Entonces desde el escenario se oye la voz de una mujer que declara fundamental “poder sostenernos, a partir de muestras de solidaridad, contra el gobierno de Milei, el ajuste y el protocolo represivo de Bullrich”. Al finalizar su discurso, se sortean tres libros y el primero, escrito y dedicado por Martín Kohan, lo gana contenta una mujer cana con un mechón rosa que le cubre la frente.

Más tarde, toman la palabra dos representantes de ATE CONICET (Asociación Trabajadores del Estado del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas), y en todo el parque resuena el término “gobierno anticientífico”, en una breve, pero contundente, alocución: “No hay recursos, nuestros salarios cayeron más del 35 por ciento y hoy lamentamos la pérdida de 1300 puestos de trabajo en el CONICET. Actividades como esta sirven para dar pelea. Para defender la producción científica argentina es que estamos de pie y luchando”.

“Sentimos el amor impresionante del pueblo”

“Sentimos el amor impresionante del pueblo”

Entre dibujos, música y caminatas asistidas, el fotógrafo Pablo Grillo da señales de recuperación. Mientras tanto, afuera del hospital, su padre Fabián reclama justicia sin eufemismos.

A un mes de la represión en el Congreso que casi lo mata, el fotoperiodista Pablo Grillo (35) continúa internado en la terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía de la ciudad de Buenos Aires. El pasado 12 de marzo, mientras cubría la movilización de los jubilados de los miércoles, fue impactado en la cabeza por un cartucho de gas lacrimógeno disparado a corta distancia por la Gendarmería.

En comunicación con ANCCOM, su padre, Fabián Grillo, brinda detalles sobre el estado de salud de Pablo: “Sigue en terapia intensiva, pero tiene una evolución buena. Lee, escucha música, escribe y dibuja en una pizarra para chicos. Camina un poco, con ayuda de los médicos. Su motricidad fina parece que no fue afectada”.

Contra todo pronóstico y pese al diagnóstico –grave traumatismo de cráneo y pérdida de masa encefálica–, Pablo avanza favorablemente. “Por momentos tiene una desconexión, pero los médicos dicen que es totalmente normal por los traumas que tuvo en la cabeza”, afirma su padre.

Respecto a las posibles secuelas neurológicas, según el equipo del Ramos Mejía, aún no pueden determinarse con precisión: si llegaran a aparecer, se sabrá con el tiempo. “Está podrido de estar acá, lo cual es bueno –bromea Fabián sobre el estado de ánimo de su hijo–. La idea es que cuando salga de terapia intensiva haga rehabilitación, pero en otra institución, porque el Ramos Mejía no cuenta con ese sector”.

A propósito de la causa judicial, Fabián Grillo cuenta que avanza con lentitud. La jueza Servini de Cubría está de licencia y la familia de Pablo reclama que todavía no fue confirmada como parte querellante. En las últimas horas se conoció que el gendarme acusado, el cabo Héctor Guerrero, designó como abogados a Claudio Pedro Nuncija y Martín Luis Sarubbi, quien defendió a tres oficiales por el homicidio de Lucas González, finalmente condenados a cadena perpetua en 2023.

Ambos letrados también estuvieron relacionados con el caso de Santiago Maldonado y con el de Revolución Federal, la agrupación involucrada en el atentado a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Además, Sarubbi defendió en 2021 al policía que le disparó a Chano (Santiago Moreno Charpentier), líder de Tan Biónica, mientras este sufría un brote psicótico en su casa. Charpentier tuvo lesiones severas en el bazo, el páncreas, el colon y el riñón.

La familia de Pablo se manifiesta agradecida por el acompañamiento y apoyo desde distintos sectores sociales y políticos. “Se acercaron de todos los partidos menos de La Libertad Avanza. Hablé con (el ministro de Salud porteño) Fernán Quirós hasta con Cristina Fernández de Kirchner. También vinieron de la CGT, de ARGRA (Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina), de SiPreBA (Sindicato de Prensa de Buenos Aires). Sentimos el amor impresionante del pueblo, salvo de la Justicia y del Estado”, destaca.

Este sábado 12 de abril, desde las 14, se realizará un Festival Solidario por Pablo Grillo, organizado por sus familiares y amigos, en la Plaza Mariano Moreno de Remedios de Escalada.

La calle como freno al poder autoritario

La calle como freno al poder autoritario

En la víspera del paro general, la CGT, las dos CTA y numerosas organizaciones sociales se concentraron masivamente ante el Congreso para apoyar a los jubilados en sus reclamos al Gobierno por su despiadada política de recortes de medicamentos y haberes a los ancianos.

Mabel tiene 73 años. Fue contadora, jubilada hoy con la mínima. Primera universitaria en una familia de laburantes. Empezó a trabajar a los 12, vendiendo empanadas para ayudar a su mamá. Hoy camina despacio, con un bastón, pero con paso firme, entre carteles, cantos y banderas. Se había acercado al Congreso “por los jubilados”, pero al llegar la desbordó otra cosa: “Me encontré con una plaza colmada de necesidades», dice. «Esto no es solo por nosotros: es por los médicos, los enfermeros, los docentes… estamos pasándola muy mal». Mabel habla serena, pero su voz se entrecorta. La rodean las vallas, mira el operativo sin bajar la mirada: “Este gobierno no ayuda. Nos pone cada vez más el pie encima. Quiere sembrar el miedo”. Acaricia con una mano el borde de su campera gris, se seca una lágrima. El bastón firme en la otra. Se le quiebra la voz: “Los que ya tenemos canas y pasamos los 70, no tenemos que tener miedo”. Y se queda ahí. Quieta, pero inmensa.

Como cada miércoles, jubilados y jubiladas se congregaron frente al Congreso de la Nación para reclamar por sus derechos, por sus remedios, por una vida digna. Pero esta vez no estaban solos. Los gremios que integran la Confederación General del Trabajo (CGT), junto a las dos CTA y una gran cantidad de organizaciones sociales, se sumaron a la manifestación en la antesala del paro general de 36 horas convocado por el movimiento obrero. Sin embargo, la Unión Tranviarios Automotor (UTA), que nuclea a los choferes de colectivos, ya anunció que no participará de la medida.

El Congreso estaba vallado. El perímetro, reforzado. Los efectivos, en posición. Las cámaras, atentas. Desde el mediodía, las columnas comenzaron a llegar a la plaza: jubilados, sindicatos, organizaciones sociales, organismos de derechos humanos, personas que llegaron solas pero marcharon acompañadas. Una marea con un mensaje claro: frenar el ajuste, defender lo público, ponerle un límite a un modelo que recorta, privatiza y delega.

Entre quienes participaron de la marcha, se encontraba Carlos “Chaca” Dawlowfki, jubilado e hincha de Chacarita, que hace unas semanas sufrió represión policial en esta misma plaza. “Venimos a reclamar nuestros derechos y los de los pibes que no tienen futuro. Hoy en la Rural había diez cuadras de cola por un puesto de trabajo. Nosotros ya estamos jugados, pero a la juventud esto le va a costar mucho”, dice. Y apunta directamente al Gobierno: “Es criminal, te saca los remedios, no te da aumentos. Que esta movilización sirva para la juventud y los mayores como nosotros que votaron a este personaje. Que el Congreso actúe y avance con un juicio político. Es lo mínimo, que pague como pagamos todos los argentinos”.

“Esta es la alegría del pueblo, una fiesta popular porque no está la policía”, dice Evelyn, jubilada docente, con una camisa colorida repleta de margaritas y un pañuelo fucsia atado al cuello. Levanta el puño con firmeza y una sonrisa luminosa. “No nos van a sacar la alegría”. “Fuera Milei, fuera Villarruel. Es fundamental bancar a los jubilados, y que todos —trabajadores, la CGT, las CTA, los barrios, el pueblo entero— salgan a la calle. Este gobierno, esta economía, este fascismo, se enfrenta así: con cuerpo, con alegría y con unidad”, remata Evelyn, como quien entiende que resistir también es una forma de celebrar.

Los jubilados le enseñan cómo luchar a la CGT

Pasadas las cuatro de la tarde, una bandera roja abrió paso a la columna de los Jubilados Insurgentes y del Movimiento Activo de Trabajadorxs y Jubiladxs, dos de las agrupaciones que desde el año pasado vienen sosteniendo concentraciones semana tras semana frente al Congreso. Avanzaban al canto de “que lo vengan a ver, los jubilados le enseñan cómo luchar a la CGT”, mientras quienes estaban apretados sobre Rivadavia se abrían para recibirlos y sumarse al ritmo de bombos, aplausos y cánticos que, esta vez, no encontraron represión, la policía se mantuvo lejos, casi invisible, y en esa invisibilidad quedó expuesto que la represión no es inevitable: es una decisión política. Cuando no hay voluntad de palos, no hay palos.

Esteban tiene 78 años, es jubilado de la construcción y sostiene con firmeza un cartel que dice: “La deuda es hambre”. Lleva meses marchando por su jubilación, como tantos otros. “Estamos cosechando el haber estado en la calle durante tanto tiempo. Peleamos por nuestras jubilaciones, por la moratoria que cortaron y deja sin cobertura a siete de cada diez mujeres. Muchas van a terminar en la indigencia, en la calle”, advierte.

Habla con bronca, pero también con claridad política: “Estamos sometidos a las imposiciones del FMI. Esto es un gobierno bananero, y no están solos: hay una complicidad explícita de los opositores con peluca. La CGT no tuvo más remedio que salir, porque quedó descolocada frente a las viejas y los viejos que venimos poniendo el cuerpo sin tener sindicatos que nos respalden”.

Para Rubén, del Movimiento Activo de Trabajadorxs y Jubiladxs, lo que hoy se vive en la Plaza es resultado de una acumulación: “Somos el epicentro de la resistencia. No vamos a poder solos, pero generamos esto y sentimos el apoyo, incluso de sindicatos que al principio veíamos lejanos. Eso es lo que nos pone contentos”. En un comienzo marchaban junto a otras agrupaciones como Jubilados Insurgentes, sin demasiada visibilidad. Hoy, dice Rubén, el escenario cambió: “Somos el epicentro, pero el terremoto está abajo. Queremos que todas esas luchas dispersas se junten y construyan un plan que nos lleve a una huelga general hasta que este gobierno caiga con su política y su economía”.

Unidad, masividad y un límite al autoritarismo

La masividad de la convocatoria y la presencia de gremios robustos fueron dos factores clave para que esta vez Patricia Bullrich se mantuviera lejos de la idea de una nueva represión. En la previa del paro general convocado por la CGT, Rodolfo Aguiar, secretario general de ATE, lanzó una advertencia cargada de diagnóstico y expectativa: “La medida de fuerza de hoy es una de las más grandes y de mayor consenso contra el gobierno nacional. En el caso de los estatales, somos optimistas. Esa guerra que Milei nos declaró apenas asumió, después de varias batallas, sentimos que la empezamos a ganar”. Aguiar se refiere a un hecho inédito: “Anoche a la madrugada el Presidente nos convocó a paritarias. ¿De verdad piensan que eso va a boicotear la masividad del paro? Es patético si creen que pueden frenar la protesta con maniobras así”.

El dirigente de ATE también apuntó a la profundidad de la crisis: “Los salarios no alcanzan para cubrir los derechos básicos estipulados por ley: vivienda, salud, educación, esparcimiento… No somos solo estatales y jubilados: los pequeños empresarios se funden, los comercios no venden, las economías regionales están devastadas. La expectativa de buena parte de la población está desapareciendo. Ya no hay luz después del túnel. Se deja de creer en Milei y en Bullrich. Hay un rechazo creciente y silencioso al autoritarismo de este gobierno”.

En la misma línea, Hugo “Cachorro” Godoy, secretario general de la CTA Autónoma, reivindicó el protagonismo de quienes abrieron el camino de la resistencia desde el primer día: “El conjunto de la clase trabajadora está abrazando al mayor símbolo de coraje y dignidad del pueblo argentino, que son nuestros jubilados. Ellos sostienen miércoles a miércoles esta lucha por una jubilación digna y por el derecho a acceder a medicamentos y atención médica”. Y agregó: “Con esta movilización enorme estamos prefigurando un paro contundente, en repudio a la política económica y social, y a la aceptación pasiva —por decreto— de las imposiciones del FMI. Esta unidad del pueblo argentino se va a sostener hasta que este gobierno se tenga que ir”.

Frente a un país en crisis, jubilados, docentes, trabajadores y estudiantes hacen cuerpo en las calles. No por nostalgia, no por rutina. Por necesidad, por urgencia. Por la vida que todavía no se resigna. Porque ahí donde crece el miedo, la calle sigue siendo el freno. La cita será, como siempre, el miércoles que viene.