«Estamos lejos de ser una juventud desinteresada»

«Estamos lejos de ser una juventud desinteresada»

Lucas Grimson publicó «Disputar el presente», un libro en el que reflexiona sobre la denominada Generación de Cristal. Qué lo une y qué lo separa de los jóvenes que votan a Milei. Entrevista publicada el 15 de noviembre de 2022.

Feminismo, pandemia, salud mental y el rol de la juventud respecto a la situación del país son tan solo algunos de los tópicos que se abordan en Disputar el presente: Una generación en busca de nuevos sentidos. Su autor, el estudiante de Ciencia Política de 21 años Lucas Grimson, dialogó con ANCCOM acerca del proceso de creación de su obra, qué implica ser joven hoy y qué pasa con lo que se conoce como «Generación de Cristal».

El libro -presenta su autor- trata de experiencias, recorridos, anécdotas y discusiones que atraviesan profundamente a nuestra generación, a quienes nacimos un poco antes o un poco después del 2001, que es una generación que está en disputa, en construcción. Hay distintos hechos a lo largo de nuestra historia más reciente que nos atravesaron, pero donde además nos involucramos. Uno de ellos es el estallido de la cuarta ola feminista a partir del 3 de junio de 2015, que a la vez estuvo atravesado por todos los años del gobierno macrista, que ya lleva 15 años en la Ciudad de Buenos Aires y estuvo cuatro como gobierno nacional. La juventud también estuvo ahí, movilizándose junto a las organizaciones sociales frente a los ataques del macrismo. Después de todo eso llegó la pandemia, que también vino a revolvernos como jóvenes e implicó un montón de cuestiones para pensar.”

¿Cómo surgió la idea de materializar estas discusiones en un libro?

La propuesta fue de la editorial Paidós hace poco más de un año, cuando la pandemia todavía pegaba bastante fuerte y habíamos vuelto a las restricciones. Si bien la idea me sorprendió, no dudé ni un segundo en emprender este proyecto, justamente para poder poner en palabras muchas discusiones que se venían pensando y militando.

 

Precisamente, ¿qué cuestiones sobre los jóvenes abordás en relación a la pandemia?

Mucho de lo que veníamos discutiendo antes de la pandemia se vio cuestionado en un grado mayor de profundidad. Si veníamos a partir del feminismo cuestionando las formas de relacionarnos, los vínculos sexoafectivos y la violencia, la pandemia también nos hizo repensar de otra manera los vínculos, atravesados por la virtualidad. Después, las restricciones que se hicieron implicaron discusiones respecto de nuestras libertades y nuestros derechos y también de las injusticias que se vieron a partir de eso, como a quién perseguía la policía y qué miedo se instalaba en ese sentido. Por último, la salud mental, que es un tema que afecta profundamente a la juventud. De hecho, hoy la tasa de suicidio en adolescentes y jóvenes en nuestro país es muy alta. Me parece que ahí la pandemia tuvo un efecto particular sobre el que todavía tenemos que trabajar.

 

¿Qué son los jóvenes según Lucas Grimson?

Creo que la juventud no es solamente una franja etaria determinada, sino también se caracteriza en distintos momentos por distintas cuestiones. Hoy es importante decir que no somos un sujeto desinteresado, nos involucramos por lo que nos importa, por lo que nos preocupa, por nuestras urgencias. Hay una frase que está muy remarcada en el libro, que la dijo una vez la compañera Victoria Freire en una actividad: «Las generaciones se construyen cuando logran correr el límite de lo posible». Creo que la juventud hoy se caracteriza por eso.

 

¿Qué es lo que diferencia a los jóvenes de hoy respecto a los de otras épocas?

Creo que generación tras generación se van construyendo distintas luchas, cada una tiene distintos compromisos. Hay generaciones anteriores a la nuestra que tuvieron profundas luchas, con mucho compromiso, como la que se propuso organizarse frente al estallido del 2001 y hubo otras muy comprometidas con los derechos humanos, por la memoria, la verdad y la justicia. Como generación, hoy tenemos el desafío de poder marcar cuáles son nuestras banderas, cuáles son nuestras urgencias y a partir de eso que se entienda que estamos lejos de ser una juventud desinteresada. Queremos justamente construir nuevas formas organización, nuevas formas de intervención y especialmente nuevas formas de hacer política que nos permitan seguir apostando a esa herramienta como una herramienta de transformación.

 

¿Tu definición de jóvenes también incluye a sectores libertarios?

Esa es una discusión que tenemos que asumir. En primer lugar, no podemos negar que hoy existe una parte importante de la juventud que banca a Milei. Creo que ese sector viene con una especie de fachada de rebeldía, pero en realidad intenta reproducir lógicas y propuestas viejas para nuestro país que ya fracasaron y que además están atravesadas por una profunda violencia. Me parece que para dar esa discusión hay que entender también de dónde surge ese discurso, a quiénes viene a interpelar y entender esa diversidad dentro de la juventud.

 

¿A qué crees que se debe el crecimiento de esa tendencia? 

Estamos en un momento donde es muy difícil ser joven en el mundo y en nuestro país en particular por motivos sociales, políticos, pero especialmente por la crisis económica. Hay un malestar social que se construye a partir de eso y el sector representado por Milei viene a tomar esa bronca para profundizarla. Sin embargo, me parece que a nosotres también nos enoja el contexto tan difícil en el que estamos y lo que tenemos que hacer con ese enojo es transformarlo en organización y en respuestas que nos permitan salir de esta situación.

 

Entonces, más allá de las diferencias ideológicas entre jóvenes de distintos colores políticos, ¿existen similitudes?

Efectivamente hay preocupaciones en común como la cuestión del trabajo, la cuestión económica, cuestiones vinculadas con la vivienda, con la educación, con la libertad, pero en cuanto profundizamos un poco nos damos cuenta que toda la forma de responder a eso parte de ideas muy distintas. Tiene que ver principalmente con discutir qué intervención queremos frente a eso y cuál es el rol del Estado. También, respecto a la libertad, no podemos pensarla como si no tuviéramos a nadie alrededor. Construir más libertades para todes implica hacerlo con un sentido solidario profundo, con una perspectiva más comunitaria para que sea una libertad más colectiva. Esa es la discusión que tenemos que dar en un momento en el cual hay múltiples sectores de la sociedad que empujan a que todo tienda hacia el individualismo.

Estamos en un momento donde es muy difícil ser joven en el mundo y en nuestro país en particular, por motivos sociales, políticos, pero especialmente por la crisis económica.

Lucas Grimson

¿A qué te referís en el libro con «Generación de Cristal»?

Como juventud construimos una sensibilidad que nos permite tener empatía frente a lo que le pasa al otro, tener registro frente a las injusticias y especialmente sentir la necesidad de hacer algo para transformar todo eso. La idea de la «Generación de Cristal» se suele usar para criticar esa sensibilidad, tildándola de cierta exageración, de que no nos bancamos nada, de que somos frágiles. Eso aparece frecuentemente frente a temas de género y la salud mental y siento que ahí lo que pasa es que muchos se olvidan de la gravedad de esas situaciones.

 

¿En qué sentido?

Cuando discutimos la salud mental, queremos discutir lo que nos pasa cotidianamente porque entendemos que afecta a nuestra vida, pero también porque vemos esa tasa altísima de suicidios en adolescentes y jóvenes. Seguimos discutiendo temas de género porque entendemos que no hay, como algunos quieren instalar, una supuesta nueva hegemonía feminista donde ya se habrían solucionado todos los problemas, sino que seguimos viendo femicidios prácticamente todos los días. Entonces, me parece que justamente ahí hay toda una lógica que se arma y que resulta necesario cuestionarla y desarmarla. Creo que es importante que nos entendamos como una generación que toma la palabra, que busca activar frente a las urgencias, las necesidades y las preocupaciones que tenemos. El libro es una invitación a seguir abriendo preguntas y a seguir compartiendo reflexiones. Espero que sea una herramienta más de debate en ese sentido.

«Históricamente los creadores de dibujitos animados han sido hombres»

«Históricamente los creadores de dibujitos animados han sido hombres»

Ana Oly, la creadora de la tira cómica Fracasitos, fue convocada por el canal infantil Cartoon Network para animar su personaje. ¿Por qué la señal empezó a poner el ojo en artistas mujeres y latinoamericanos? Entrevista publicada el 4 de octubre de 2022.

Lo que empezó como una pequeña tira cómica que nació en las redes sociales, pronto ganó miles de seguidores y motivó el llamado de Cartoon Networks, el canal de televisión infantil. De esta manera, Fracachica, una chica alegre e inocente que siempre intenta responder con optimismo a los pequeños problemas cotidianos que se le presentan, dio el salto de las historias contadas en viñetas hacia el mundo de la animación. Su creadora, Ana Oly, dialogó con ANCCOM sobre las particularidades de este proyecto, la importancia de que haya producciones locales y los cambios que hay en la industria de los dibujos animados en materia de género.

 

¿Qué es Fracasitos?

Por un lado, está Fracasitos como tira cómica y después Fracasitos como animación. Nació a fines de 2016 y se llama así porque busca reírse de las pequeñas desgracias de la vida cotidiana. Es una especie de ejercicio terapéutico; es como cuando uno dice «me río para no llorar», un recurso de supervivencia. Transformar una experiencia negativa en algo gracioso es como una necesidad para poder llevarlo de mejor manera.

¿Cómo surgió?

Fue un proyecto que no tenía una meta, no era un proyecto ambicioso. Era algo para divertirnos entre amigos y empezó a ganar seguidores en Instagram. De repente, había un público al que le interesaba y hubo también una cosa recíproca con los seguidores, y la sigue habiendo, que es que muchas veces me cuentan o mandan fotos de algo que les salió mal.

¿Cómo fue que te propusieron la creación del dibujo animado?

En 2019, me contactó una chica por Instagram y me preguntó si le podía pasar un mail porque trabajaba para Cartoon Network y les interesaba hacer algo conmigo. Estaban organizando una serie de ilustraciones con distintos artistas de Latinoamérica, en la que querían que cada uno diseñara un alíen de Ben 10 que representara su país. Todo con un tinte humorístico porque uno de los grandes pilares conceptuales del canal es el humor. Después me convocaron para una campaña del Día de la Mujer en donde les pidieron a diferentes autoras de Latinoamérica que eligieran algún personaje de Cartoon y lo dibujaran a su estilo. Para ese entonces estaban empezando a hacer producción local y dentro de ese marco también me convocaron a mí y me preguntaron si me interesaba hacer unos cortos animados porque veían que Fracasitos tenía un humor muy parecido al que hacen, que es un humor irreverente, ridículo.

¿El público de la tira cómica es el mismo que el de la serie?

Antes que empezara a trabajar con Cartoon estaba apuntado a un público más adulto porque todas las tiras estaban basadas en experiencias personales o de gente cercana. Yo tengo 34 años, entonces involucraba temáticas como tomar alcohol y fracasitos amorosos, pero cuando vi que se presentaba esta oportunidad de trabajar con Cartoon, sentí una responsabilidad y dije: “Bueno, voy a empezar a cuidar que el contenido sea ATP”. Entonces, buscamos temáticas con las que pudiera sentirse identificado un niño. O sea, que fuese algo universal, que también un adulto pudiera verlo porque un adulto puede tener los fracasitos de tener una mascota o ir a la playa y sentirse identificado con eso.

Hecho por latinoamericanos

Además de Fracasitos, Cartoon Network apostó en el último tiempo por otros proyectos creados por argentinos, como es el caso de Guau y Miau de Alexis Moyano, así como también de otros países de la región. Por ejemplo, Otra semana en Cartoon, del uruguayo Agustín Ferrando Trenchi; Villanos, del mexicano Alan Turiel; ¡Golpea duro, Hara!, del chileno Matías Latorre; Hermano de Jorel, del brasileño Juliano Enrico, entre otros.

¿Qué motivaciones pensás que hubo para que se empiece a apostar por dibujos animados locales?

Históricamente se importa de Estados Unidos, se hace el doblaje y chau. Ha sido así todo este tiempo y en los últimos años el canal tuvo esta iniciativa de hacer producciones locales. Más allá de que obviamente hay un montón de talento, de artistas, escritores y autores latinoamericanos, tenemos valores propios, nuestra propia cultura, un humor distinto. Entonces, se quería hacer algo con eso.

¿Qué es lo que caracteriza a los creadores locales?

Una vez, en una charla con Alexis, Agustín y Alan, decíamos que nos parece que en Latinoamérica estamos acostumbrados, muchas veces por falta de recursos, a hacer un poco de todo. En Estados Unidos por ahí está el «equipo de color», el «equipo de sonido», el «equipo de» que está buenísimo pero nosotros empezamos todos siendo artistas independientes y veníamos acostumbrados a decir: «El dibujo lo hago yo, el color lo hago yo, la música la hago como puedo». Es algo que nace en respuesta a una necesidad pero que después a la hora de producir en el canal es valiosísimo porque terminamos estando involucrados en todas las partes del proyecto. Eso hace que se mantenga mejor la esencia de lo que uno quiere hacer.

El doblaje de tu serie también tiene una esencia local…

Cuando hicimos las voces de Fracasitos, la consigna de Cartoon era que sea argentino, no querían que nadie hable neutro. Si estamos hablando de producción local, que sea re local.

Hecho por mujeres

Ana Oly no sólo marca un antes y un después en la industria de la animación, al ser una de las primeras personas de Latinoamérica en producir su propia serie infantil para una cadena internacional, sino también es de las pocas mujeres en lograrlo. A nivel mundial, los antecedentes más sobresalientes son el de Arlene Klasky (en 1991 creó Los Rugrats, en 1995 Santo Bugito, en 1998 Los Thornberrys y en 1999 Rocket Power), Sue Rose (en 1997 creó Pepper Ann), Emily Kapnek (en los 2000 creó Ginger), Rebecca Sugar (en 2013 creó Steven Universe) y Daron Nefcy (en 2015 creó Star vs. Las fuerzas del mal). En el plano regional, el caso más conocido es el de Bernardita Ojeda, quien creó varios dibujitos, siendo el más destacado Clarita (2004), la primera serie animada hecha para la televisión chilena.

¿Qué opinas de ser una de las primeras mujeres latinoamericanas que hizo una producción infantil para un canal internacional?

Esto es otra cosa que Cartoon buscó de manera intencional, porque era muy evidente que históricamente la mayoría de los creadores de dibujitos animados han sido hombres. Eso está cambiando porque hay una intención de que cambie, no fue algo que se fue dando de manera natural. Hay un interés de querer involucrar mujeres acá también y tener otras perspectivas. Vuelvo a lo de la cultura latinoamericana versus la cultura de Estados Unidos: tenemos distintas historias para contar, tenemos distintas ideas, distintas experiencias, son distintas voces y yo creo que a mayor diversidad, mejor. Es más, se buscó que la mayoría del equipo de Fracasitos estuviera conformado por mujeres.

¿Qué reflexión hacés sobre estos cambios en la industria de la animación?

Espero que esto algún día se dé de manera natural y no haya que estar diciendo: «A ver, ¿cuántas mujeres y varones tenemos?» Creo que se va a dar, pero ahora estamos en un momento de transición. Pasa lo mismo en el mundo de la música, en los festivales y en un montón de otros ámbitos.

¿Tenés referentes en la animación?

Cuando era chica, me encantaba dibujar y decía: «Yo, cuando sea grande, voy a hacer dibujitos animados» y mi referente era Hanna Barbera. Justo tenía una maestra que se llamaba Hanna, entonces pensaba que se trataba de una mujer y un día, más de grande, me enteré que eran dos señores que se llamaban William Hanna y Joseph Barbera. Recuerdo que me re desilusionó. Era mi heroína, mi modelo a seguir, y no existía. Igual me sirvió como referente imaginario, como que para mí una mujer podía hacer tranquilamente dibujitos animados.

¡Y pudiste!

A partir de que empecé a trabajar con Cartoon me planteé que me estoy convirtiendo en una referente para alguna niña que quiera hacer dibujitos el día de mañana. Está rebueno porque así como yo tuve a Hanna Barbera imaginaria, está buenísimo verse representado en algo. Hay gente que piensa que es una pavada y dicen: «¿Qué te importa si hay mujeres y varones?» Lo mismo pasa con las disidencias y con las distintas culturas: «¿Qué importa si aparecen o no en un cartel?» Es muy importante tener representación en algo porque entonces naturalizás que eso sí puede hacerse. Por ejemplo, si tenés todas imágenes de veterinarios varones y nunca viste una imagen de una veterinaria mujer, se naturaliza que es algo que solo hacen los hombres. Es una pavada lo que estoy diciendo pero hay mucha gente que no lo entiende.

¿Qué consejo le darías a aquellas personas que quieran incursionar en este rubro?

Muchas veces es más importante hacer las cosas que esperar a hacerlas perfecto. A mí me encanta apuntar a lo perfecto y que no hay que ser conformista, pero no permitamos que esa búsqueda termine anulando todo. A veces en esa búsqueda no hacés nada, entonces como no es perfecto no lo hacés y a veces la perfección, si es que existe, se alcanza de manera gradual y avanzando. Eso es algo que me gustaría transmitirle a cualquier estudiante o artista o aspirante a lo que sea. Menos para dibujo técnico, ahí si aplica.

 

La producción de la segunda temporada de Fracasitos está cerca de terminar, con lo que pronto todos podrán disfrutar de las nuevas y pequeñas situaciones que le toca vivir a Fracachica, y en diciembre Ana Oly publicará un libro en el que no solo recopila las tiras que hizo a lo largo de estos años, sino también incluirá otras nuevas que nunca se han visto. Todo de la mano de una mujer latinoamericana.

Un patio nutritivo

Un patio nutritivo

Se cumple un año de un proyecto colectivo entre estudiantes universitarios y activistas, que da cuenta que es posible plantar en la urbanidad de forma ecológica y acceder a la alimentación de forma soberana y saludable.

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Voluntariado, música y brindis en una tarde de más de 30 grados de calor. De esta manera se celebró el viernes el primer aniversario de la creación de la Huerta de Ciencias Médicas, que se encuentra ubicada en el Patio de Nutrición de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.

El proyecto es co-gestionado entre estudiantes de nutrición y el Colectivo Reciclador, encabezado por Carlos Alberto Briganti, mejor conocido en redes sociales como el Reciclador Urbano. En diálogo con ANCCOM, el docente especializado en generar huertas con pasivos ambientales, como cubiertas de autos y tachos, señaló que esta iniciativa creada por el estudiantado es una herramienta demostrativa y pedagógica: “Acá se producen alimentos a costo cero, entonces la gente que viene empieza a entender quién es el formador de precios, qué es la soberanía alimentaria, el valor e importancia de la semilla, que los espacios improductivos deben ponerse al servicio de quienes quieren trabajar la tierra y producir alimento sin pesticida. Una huerta de estas no va a saciar el apetito y el hambre del mundo, pero si va a enseñar a las nuevas generaciones que hay otros caminos que no van de la mano del agronegocio, de la industria corporativa que produce los alimentos y que los remarca con precios excesivos”.

En el Patio de Nutrición hay varios pilares que hacen a la huerta. Primero, allí funciona la Escuela de Huerta Urbana Agroecológica “La Margarita”, en donde los activistas del Colectivo Reciclador transmiten su experiencia y conocimientos, no solo al alumnado, sino también a toda la comunidad en general. Segundo, hay un bar saludable manejado por los estudiantes, el lugar de destino de las frutas y verduras cosechadas. Tercero, hay un sector llamado “El Jardín de Mariposas”, con plantas que atraen a esos insectos que lucen sus coloridas alas durante el día, aunque también es posible cruzarse con abejas, mientras que a la noche se puede escuchar cantar a los grillos.

Emiliana Bravo, presidenta del Centro de Estudiantes de Nutrición y una de las coordinadoras del proyecto, explica que esto “es revolucionario porque es la primera huerta urbana agroecológica en un ámbito universitario. Es revolucionario porque históricamente la Facultad de Ciencias Médicas tiene una concepción bastante estructurada y clínica y como movimiento estudiantil empezamos a dar un abordaje de la salud desde otra perspectiva. Es revolucionario porque lo hacemos con una mirada ambiental, porque es uno de los factores que intervienen dentro de la salud, y hay participación ciudadana de vecinos, estudiantes, docentes y no docentes”.

Mercedes Docampo es una mujer que conoció la huerta por recomendación de una amiga y se sumó como voluntaria. Desde ese lugar destaca todo lo que aprendió junto a sus pares: “Es un espacio donde te explican cómo hacer agricultura urbana en la ciudad, cómo podés con dos neumáticos de repente tener un maíz, girasoles, acelgas. Me entusiasma ver cómo va creciendo y también me motiva a armarlo en mi balcón y a su vez motivar a mi familia y amigos”. Y agrega: “La revolución es posible, esto no tiene techo. Espero que se replique por muchos lugares más de la ciudad y en otras universidades o centros de salud y estudios”.

Reconvertir el espacio desde cero y cambiar la visión del cemento por un espacio productor de alimentos de forma agroecológica en el medio de la urbanidad, requirió sudor, esfuerzo y mucho corazón. Desde el acarreo de tierra y cubiertas hasta la limpieza y el sembrado. Todo a pulmón, con donaciones y trabajo voluntario. Tanto los estudiantes como el Colectivo Reciclador y los voluntarios esperan que con las banderas del compostaje, el reciclaje, la agroecología y la biodinámica puedan seguir creciendo y dar batalla para que se respete el derecho al acceso y la disponibilidad de los alimentos de la forma que cada uno elija.

El catamarqueño que dibujó a Zelenski

El catamarqueño que dibujó a Zelenski

En las últimas semanas se publicó en Estados Unidos un cómic biográfico sobre el presidente de Ucrania Volodimir Zelenski que tuvo repercusión mediática a nivel mundial. Su dibujante, el argentino Pablo Martinena, relata cómo fue el proceso de producción y reflexiona sobre su trayectoria profesional. Entrevista publicada el 30 de mayo de 2022.

La editorial norteamericana Tidal Wave Productions lanzó el pasado 18 de mayo «Political Power: Volodymyr Zelensky», una historieta que cuenta en 22 páginas la vida del sexto presidente de Ucrania, uno de los protagonistas actuales de la geopolítica mundial a raíz de la guerra con Rusia. Desde que se encuentra disponible para la venta, Pablo Martinena no para de recibir mensajes, no solo de periodistas argentinos sino también de diferentes partes del mundo.

¿Qué te pasó por la mente cuando te dijeron que tenías que ilustrar la vida de Zelenski?

Me pareció un lindo desafío. Yo vengo realizando con esta editorial estos tipos de títulos porque es la propuesta que tiene el sello Tidal Wave: presentar a los lectores adaptaciones a formato de comics sobre la vida de celebridades de diferentes ámbitos, sea cultural, deportivo, político, espectáculo, la realeza, religiones. Me han tocado figuras más controversiales que otras y en esta oportunidad Zelenski, que viene teniendo mucha notoriedad a nivel mundial por todo lo que está pasando.

¿Cómo fue el proceso de creación?

Cada vez que saca un nuevo título, el sello editorial conforma un grupo creativo de trabajo. Al guion en esta oportunidad lo hizo el estadounidense Michael Frizell, con el cual ya trabajé en otros títulos anteriores. Tiene la particularidad de que cuando hace el guion también es proveedor de mucho material. Tenemos barreras idiomáticas, entonces para un mejor entendimiento, él me suele proveer de links para ver páginas y entrevistas. Lo que suelo hacer para tener una referencia más puntual de la persona a la que estoy por ilustrar es hacer un estudio de sus gestos: un tic de levantar la ceja, fruncir el ceño, mover la boca para un costado o para el otro, la posición de las manos, el cuerpo. Entonces, una vez que tengo todo eso trato de trasladarlo a las diferentes páginas. También, siempre lo que tratamos es, lo que es habitual al principio de una serie o una película, mostrar un entorno para que vos sepas que la historia va a ocurrir en tal lugar. Entonces, cuando empezamos a contar la vida de Zelenski nos ubicamos en su ciudad natal y vemos cómo se desarrolló, dónde fue su juventud y a lo qué él apuntaba y cómo estaba Ucrania en ese momento. Y así, de elegir la carrera de actor y comediante, apostar y prepararse para eso y después pasar a lo analítico, exige una preparación de cómo vas a colorear eso para que se transmita emocionalmente el devenir del lado de la comedia y pasar a algo más serio como es estar al frente y representar un país con todas las problemáticas que viene teniendo.

¿Se puede ser neutral en el armado de estas biografías?

Por más neutral que tratemos de ser, vos vas a sacar tus opiniones y eso es lo que a nosotros nos interesa en estos títulos, que no sea tan solo un entretenimiento. Es para todas las edades porque para un chico esto es una herramienta didáctica, como para que vaya formándose y tome sus opinions. Por supuesto, tratamos de que no sean inducidas. Ayudamos a recopilar la información y brindarla resumida, presentada en este formato, en esta forma de relatar que tienen los comics y de que pueda tomar una lectura cualquier edad, cualquier género.

De Catamarca al mundo

Martinena trabaja desde el año 2000 en la editorial estadounidense. Desde entonces, y sin salir de su provincia natal, participó en la ilustración de biografías de otras figuras internacionales como Nelson Mandela y Margaret Thatcher, e incluso argentinos como Maradona, Messi y el Papa Francisco.

¿Es la primera vez que vivís esta repercusión mediática?

La tuve en otras oportunidades porque me tocó hacer la vida de los príncipes William y Harry en el momento que cada uno de ellos hacía su boda. La verdad ha sido un boom en el cual no había hora en que parara de sonar mi celular. Lo más importante de esto es que todos al mismo tiempo, el guionista, el editor y el resto que conforma el equipo, tenemos reportajes pero hay como una preferencia a que sea el dibujante el que dé la nota. Por un lado para mí es emocionante porque estoy hablando de lo que trabajé y me llama la atención que a la gente le interese eso.

¿Nunca te propusieron irte a vivir a Estados Unidos?

La practicidad que tienen hoy las comunicaciones permite trabajar desde donde estemos o queremos. Ellos me dicen que sería bueno estar cerca pero la verdad que también es bueno estar así. Si así conseguimos cosas, que siga funcionando de esa forma. Me parece un poco «tirado de los pelos» decir que porque me va bien en algo me deba ir a otro lado sin pensar un poquito en el futuro. También estoy arraigado porque tengo mi familia, todo eso hace que todavía siga trabajando desde Catamarca.

¿Qué pensás de que te haya tocado hacer cómics biográficos de Maradona, Messi y el Papa Francisco?

Las ironías de la vida. Que le toque a un argentino retratarlos y que no me haya tocado solo uno sino tres argentinos, es una linda locura. Mientras hacés tu trabajo estás sonriendo, estás con toda la buena energía. Es una linda sensación por todo eso que te remonta. O sea a Messi y Maradona lo asociás con esa energía que uno experimenta en un partido de fútbol, que son gladiadores en el césped consiguiendo sus victorias y todo lo que conlleva eso. Tanto mi actividad como la de ellos es una preparación constante, tenemos que entrenar, tenemos que aprender. Estamos expuestos a que siempre va a haber un público que va a pretender lo mejor en cada presentación que uno da.

Reconocimientos y producción local

En 2011, el Concejo Deliberante de la capital catamarqueña le otorgó a Martinena la medalla de «Distinción al Mérito San Fernando» por su amplia trayectoria. Luego, tomó la idea del formato cómic biográfico para hacer sus propias versiones de figuras históricas de nuestro país. Para ello creó la editorial Nexo ediciones, en donde publicó Felipe Varela:Batalla del Pozo de Vargas y Fray Mamerto Esquiú: Laetamur de Gloria Vestra. Dichas producciones fueron distinguidas en 2016 por su aporte cultural.

¿Cuál es el objetivo de ilustrar personajes locales?

Nexo ediciones trata de adaptar a este formato nuestras figuras nacionales y provinciales. Me interesa más que nada difundir las figuras del norte. Creo que tenemos mucho sobre Belgrano, San Martín y Sarmiento. También hay otras figuras del interior a las que hay que tener en cuenta, valorar y, como dije, sacar conclusiones propias.

¿Qué se siente que tus trabajos sean reconocidos?

Siempre son gratas satisfacciones pero para mí no es trabajo, todo esto es en base a una pasión que tengo. He tenido la oportunidad de ser invitado a escuelas y estar frente a alumnos. Les hablo y veo que quedan con ganas de saber más. Después ellos solitos se contactan conmigo y me dicen: «Mire yo leí tal libro porque eso me motivó a querer aprender un poco más». Eso lo considero gratificante como reconocimiento, más allá de lo que pueda ser una placa o una distinción de estas que suelen darme. No es tan solo reconocerme a mí sino motivar a otras personas.

¿Qué debería saber el lector de tu trabajo que no sabe?

Siempre se habla de los resultados positivos pero detrás de esto hay horas sentado frente a un tablero. También es estar abierto a críticas. Si yo hago un dibujo, no le puede gustar a todos pero lo importante es que a vos te genere una reacción, sea positiva o negativa. Para mí eso es lo importante porque sé que he llegado a vos, te has detenido a leerlo o a analizarlo. Creo que lo más fiero que te digan es «no sentí nada». Para mí eso es de preocuparse porque no te llegué de ninguna manera, entonces ahí es para replantearse.

«La locura que hay en la Argentina, no existe en Francia»

«La locura que hay en la Argentina, no existe en Francia»

A un paso de la gloria en Qatar 2022, la Scaloneta se enfrentará a la Selección de Francia, el campeón del Mundial de Rusia 2018. ¿A quién prefieren los galos que viven en Argentina?

Tras ganarle 3-0 a Croacia, la Selección Argentina llegó a la final del Mundial de Qatar, en donde buscará la revancha ante Francia, el vigente campeón que derrotó 4-3 al conjunto albiceleste en los octavos de final hace cuatro años.

“Les Bleus”, como se conoce al equipo francés en referencia al color azul con el que viste, llegó varias veces a los primeros lugares de la máxima competición: ganó la copa cuando se disputó en su territorio en 1998 y también en Rusia 2018, mientras que en Alemania 2006 fue subcampeón y obtuvo el tercer lugar en Suecia 1958 y en México 1986.

 

Les Anciens Combattants

Entre 1870 y 1871 se produjo la Guerra franco-prusiana. Al finalizar, hubo mucha emigración francesa hacia varios lugares, entre ellos Argentina, en donde se fundó la Unión Francesa de ex Combatientes de Guerra, una asociación ubicada en el barrio porteño de Constitución. Cuando terminaron la Primera y la Segunda Guerra Mundial, se incorporaron más veteranos. En la actualidad, no hay excombatientes de esa época, pero sí sus hijos y nietos y un restaurante abierto al público.

En diálogo con ANCCOM, el franco-argentino Carlos María Rodríguez, miembro de la comisión directiva de la Asociación, nombra varias cosas que dan cuenta que la relación entre Francia y Argentina es de larga data: “Cuando Francia invadió España y se nombró a José Bonaparte Rey de España, se produjo la Revolución de 1810, es decir, la ruptura que se hace con España en el primer gobierno patrio argentino tiene que ver con un hecho que produce Francia; de los cinco premios Nobel que tuvo la argentina, Luis Federico Leloir nació en París y Bernardo Houssay era hijo de franceses; la arquitectura de Buenos Aires de la Generación del 80 de fines del siglo XIX, imitaba la arquitectura de Haussmann, el arquitecto de París”.

Sobre la final del Mundial, señala: “Estoy perturbado, tengo unos minutos que apoyo a uno y otros minutos que apoyo al otro. Lo que me pasaba cuando se cruzaban en otros mundiales, es que cuando uno era eliminado, yo seguía siempre en el mundial, tenía un equipo todavía, pero ahora estoy muy dividido internamente. Estamos con uno, pero estamos con el otro. Es esto de la biculturalidad: Si Argentina pone un gol me alegro, pero me disgusta y es lo mismo del otro lado”.

Misión: difundir la gastronomía

Cocu Boulangerie es un café y panadería que cumplió hace una semana diez años en Argentina. Nació como un proyecto de tres inmigrantes franceses que querían difundir la gastronomía de su país en Palermo Soho. Actualmente, cuenta con tres sucursales, pero dos de los socios se volvieron a su tierra natal. Solo quedó Morgan Chauvel: “Me encanta el proyecto porque es un concepto que hay en Europa de mercado abierto, donde puedes comer un poquito de comida asiática, francesa, italiana, española, argentina, norteamericana, todo en el mismo lugar”, dice.

En lo que respecta a las características de la gastronomía francesa, explica: “A pesar de ser un país muy chiquitito, Francia tiene mucha variedad: tiene comida de mar, comida de montaña, muchos quesos, mucha trayectoria en el vino. También la gastronomíaI francesa está reconocida mundialmente por su pastelería, son pocos los países que tienen una identidad pastelera. Es algo que nos enorgullece”.

Ahora bien, Morgan señala sus sensaciones sobre el partido que se viene: “Estoy muy contento de poder disfrutar de una final entre mi país de origen y mi país de adopción, así que para mí no hay perdedor”. Y agrega: “Yo le digo a mis dos hijos francoargentinos de seis y cuatro años, porque uno está más por Francia y otro más para Argentina: ‘Esto es un deporte, tiene que haber un ganador, así que no se pongan mal»’.

La voz de Francia

Agathe Cipres es profesora de francés y música. En marzo de 2010 dejó Francia a los 23 años para comenzar su aventura por Buenos Aires, en donde desarrolló su carrera musical. Primeramente, formó una banda llamada “Agathe y El Fideicomiso”, con la que grabó dos discos. Luego se disolvió, pero aun así no abandonó su amor por la trompeta, el piano y escribir canciones. Muchas de ellas están en francés y otras en castellano y mezclan el estilo del pop con inspiraciones del folclore argentino y artistas de canciones tradicionales galas.

A principios de esta semana, viajó hacia Francia y vio cómo se está viviendo el Mundial allá: ”Estuve en París el día del partido con Marruecos y no escuché nada, ni un ruido. También el tema es que acá hace mucho frío, entonces es un poco difícil salir a la calle, pero no había nadie con la bandera, nadie disfrazado, pintado, aunque los bares estaban bastante llenos”. Y añade: “Es increíble lo que pasa en Argentina con el mundial, creo que es único, yo nunca viví algo así. El nivel de locura que hay no existe en Francia, ni en pedo vas a faltar a la escuela por ver un partido de fútbol, ni parar la empresa y cerrar las administraciones”.

Por último, expresa que tiene cariño por ambos países, pero expresa su amor por uno solo: “Yo soy 100% hincha de Argentina. Me parece que lo merece mucho más, Francia ya lo ganó la vez anterior. Tengo ganas de decirlo: merecemos, porque yo me siento medio binacional, siento que sería muy merecido”.

El camino fue largo, tanto para un equipo como para el otro. Tuvieron momentos de alegría, de tensión y preocupación, pero superaron los obstáculos y a otras 30 selecciones. Uno va por la única copa que le falta al mejor jugador del mundo, mientras que el otro tiene el anhelo de ser el tercer país, además de Brasil e Italia, en obtener el bicampeonato de manera consecutiva. Sea como sea, habrá un solo ganador, que se definirá este domingo a partir de las 12 en el Estadio Lusail de Qatar.