Antiprincesas de 10 años

Antiprincesas de 10 años

La editorial Chirimbote cumple una década publicando literatura infantil alejada de los estereotipos y los clichés. Una de sus creadoras, Nadia Fink, cuenta la historia del sello y analiza la actualidad de las infancias.

Hace diez años, un grupo de personas decidió romper el hechizo de los cuentos de hadas. Frente a una industria cultural que ofrecía historias repetidas y estereotipadas, nació Chirimbote, una editorial autogestiva que propuso narrar otras infancias posibles. Con una impronta colectiva y feminista, lanzaron las colecciones Antiprincesas y Antihéroes, que se atrevieron a contar las vidas de mujeres y hombres reales: artistas, luchadoras sociales, poetas, disidentes, referentes populares. Desde Frida Kahlo hasta el Indio Solari, pasando por Gilda, Juana Azurduy, el Che o Bielsa, los libros de Chirimbote invitan a imaginar mundos más justos desde y para las infancias.

En esta entrevista, Nadia Fink, periodista, escritora y una de las creadoras del proyecto, repasa los orígenes del sello, los desafíos de sostener una propuesta editorial con perspectiva de género y compromiso social, y las nuevas apuestas para seguir transformando la forma en que niños y niñas se relacionan con la lectura y con su entorno.

¿Cómo nació la idea de hacer la colección de Antiprincesas y qué las impulsó a contar estas historias de una manera no tradicional?

Creo que había una necesidad. Se van a cumplir 10 años del primer #NiUnaMenos también, y no es menor tenerlo en cuenta, porque a veces los movimientos confluyen por un montón de gente pensando lo mismo. Yo trabajaba en un espacio más “de varones” donde no tenía la posibilidad de hablar ciertos temas, pero tenía mucho contacto con compañeras feministas. Es súper valioso sumar esas miradas. La premisa que teníamos con Martín (Azcurra) y con Pitu (Saá) era hacer algo para las infancias, pero no encontrábamos bien qué. Queríamos hablar de biografía, sí, pero también pensar en cómo. Yo sigo viendo hoy muchos libros para las niñeces que no están pensadas desde ellas, sino que se piensan desde el mundo adulto queriendo llevarles una información. Ahí hubo algo que necesitábamos que sucediera: esta idea de contar las historias de quienes no siempre ganan, pero, además, historias de mujeres, contadas para infancias y desde un lugar que se alejara un poco del “mundo de princesas”, respecto al cual siento que hay algunas conversaciones en las que constantemente avanzamos y retrocedemos. Es el caso Disney, que habían pasado de princesas tradicionales a incluir personas negras, con discapacidad, lesbianas, de un modo incluso forzado, y ahora optaron por sostener que “no se meten más en política porque es entretenimiento”. A lo largo de estos 10 años seguimos sosteniendo que siempre vamos avanzando desde las premisas con las que empezamos.

La política atraviesa todo e inevitablemente influye en las formas de ver las cosas. ¿Pensás que la editorial tiene la intención de “despolitizar” o, por el contrario, dar un mensaje vinculado a la comunicación de ciertos valores? ¿Cuál es la línea que elige Chirimbote?

Coincidimos, como línea editorial, en que la política atraviesa todo. Hay un riesgo en que las personas se muestren apolíticas, y es el de no hablar de un montón de cosas que son inherentes a lo cotidiano. Me parece que lo apolítico termina resultando muy peligroso, porque oculta una verdadera intención. Desde un principio, en Chirimbote expresamos lo que sentíamos, lo que pensábamos, de qué lado nos parábamos, aunque con el tiempo fuimos tratando de ser más suaves y no ir tan al hueso, porque ahora hay otra forma de recibir los temas. Nacimos un poco antes de que surgiera el #NiUnaMenos y revolucionara todo; era un contexto en el que estaba la posibilidad de poner todo sobre la mesa, de que se hablara en todos lados de qué era el feminismo, la violencia hacia las mujeres, pensar en las disidencias, en las personas trabas y trans.

¿Cuáles sentís que fueron los mayores hitos y desafíos que vivieron con el proyecto?

A lo que nosotros nos hizo “romper el cascarón” de esa idea muy chiquita que teníamos fue una nota que nos hizo el portal de la BBC. También fuimos tapa de Clarín, de La Nación… hoy sería imposible. En ese momento era algo disruptivo, pero con el tiempo no quedó ninguna editorial sin hacer una colección de biografías de mujeres. Por ese entonces había muchas de ellas que estaban dando la batalla desde adentro: compañeras feministas dentro de grandes medios, sindicalizadas… hoy hay un desmantelamiento tan grande y una negativa tan profunda respecto a ciertos temas que es mucho más difícil hablar de esto. Otro hito que tengo presente es el libro que hicimos durante la campaña por la lucha por el aborto legal, que se llamó Feminismo para Jóvenas. Obviamente, recibimos muchas críticas por elegir esa A: nos atacaron por redes como nunca, incluso hubo librerías que no quisieron el libro porque era una “aberración al lenguaje”. Pero fuimos avanzando y hoy en día nuestra página casi no tiene haters, algo bastante llamativo. También hubo cosas hacia adentro que nos fueron marcando, sobre todo el crecimiento de la cooperativa y de la editorial: en vez de crecer hacia arriba, decidimos crecer a lo ancho y sustentar nuestra base de compañeras y compañeros.

En los inicios, ¿cómo fue el recibimiento del público?

Muy bueno. Muchas familias estaban buscando algo así. Nos decían: “Me tienen podrido con las princesas”. Nos contaban que en cualquier salón de fiestas las nenas sólo podían vestirse de princesas, pero también les gustaba el fútbol, las espadas, cosas absolutamente comunes que no resonaban con un estereotipo de género ni de juego. También fueron libros trabajados por docentes, que los siguen usando porque encuentran referencias en cierto tipo de valores y de construcción colectiva. Sí nos han preguntado: “¿Por qué ‘Antiprincesas’? ¿No es ir en contra de algo?” Pero recorrimos todo el país y nunca hemos tenido una situación violenta, enojos ni agresiones directas.

En algún punto sí se va contra algo: esa construcción literaria más hegemónica, pero también es dar la probabilidad de “otro algo”, que lo que hay no deje de estar, pero que haya otra cosa también para elegir. En ese sentido, ¿cómo eligen a las figuras que trabajan? ¿Qué criterio usan para narrar en un lenguaje accesible para las infancias?

Las primeras tres (Frida, Violeta y Juana) fueron pensadas juntas, las tenía muy estudiadas. Eran figuras que me gustaban y en las que quería profundizar. Ahí nos dimos cuenta que estábamos buscando formas de rotar el interés de las mujeres, promulgar la idea de que se puede llevar adelante lo que una desea, más allá de la familia y las construcciones más antiguas representadas en las princesas conocidas. Con Gilda, la primera argentina, quisimos incorporar un poco de cultura popular (la cumbia, los santos populares). Comenzamos a pensar en formas de llegar a todos los públicos, incluyendo los formatos (que sean accesibles, baratos, fáciles de manipular). Respecto a la forma de narrar, cada libro cuenta la historia de una manera distinta. Ninguno es igual. Leemos los personajes y luego los pensamos en “clave de infancia”, para que no suceda esto de readaptar lo que fue pensado para grandes. Está directamente pensado para la infancia: lenguaje claro, directo, adaptado pero no empobrecido, siendo respetuosos. Buscamos que cada cuento sea algo diferente, único, que no tenga un formato preestablecido. Tenemos como premisa seguir divirtiéndonos con lo que hacemos, para ser lo más honestas y honestos posible con las niñeces.

¿Qué nuevas preguntas traen las infancias hoy?

La pregunta más grande es cómo desafiar a las tecnologías, ante esta idea que está establecida de que “compite con el libro”, o que ciertas cosas “van a desaparecer”. Sin embargo, sentimos que el libro nunca se fue de las infancias. Por ahí es un poco más complicado en la pre-adolescencia y en la adolescencia, etapas donde, por lo general, se suele perder el hábito de la lectura y se retoma un poco después. Hay muchas investigaciones que recomiendan que las pantallas se usen cada vez más tarde, y ahí es donde el libro está. En bebés, en niños, en escuelas, antes de dormir. Estamos convencidos de que hay que ralentizar el tiempo, volver a pensar en lento, en pequeño y en comunidad. El libro es una posibilidad absoluta.

En ese sentido, ¿cuál es el papel que tiene la literatura en esa construcción de infancias más libres?

Yo pienso no sólo en la literatura sino particularmente en la ciencia ficción. La literatura atraviesa, es un lugar donde se puede respirar. En estos tiempos de vorágine, de tanta información, de tanta violencia, que se ejerce de forma directa de parte del Estado, incluso física (algo que vemos todos los miércoles en las marchas de los jubilados, en las que también son reprimidas niñeces), sumado al constante bombardeo de las tecnologías, que todo es placer-placer al segundo… me parece que la literatura y la ciencia ficción ayudan a imaginar, a bajar ese ritmo, a parar, algo que nos refresca incluso como personas adultas. Me gusta la metáfora de “salir a tomar aire”, que no es poca cosa en este contexto tan hostil en el que nos encontramos.

La estación de los pañuelos

La estación de los pañuelos

A un año del fallecimiento de Nora Cortiñas, referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, diferentes organizaciones sociales conformaron la Comisión por la Estación Nora Cortiñas, que busca renombrar la parada Castelar del Ferrocarril Sarmiento. Este viernes realizaron un festival con música, fotografías y relatos para recordar a la luchadora por los derechos humanos.

Agrupaciones políticas, por los derechos humanos, estudiantiles y barriales de la ciudad de Castelar conformaron este año la comisión que busca ponerle a la estación de tren que pasa por allí el nombre de Nora Cortiñas, madre del desaparecido Gustavo Cortiñas e incansable activista contra las violaciones a los derechos humanos de la dictadura y de la democracia. “La convocatoria original surge de la Asamblea de Vecinos Autoconvocados de Morón, que nos invitó. Muchas organizaciones y militantes de la Zona Oeste respondimos y comenzamos, desde una dinámica muy democrática y transversal, a pensar este proyecto”, repasa Margarita Pinto, miembro de la Comisión y militante del colectivo Memoria Militante. El 26 de abril pasado la Comisión realizó su primera actividad, una caminata por la memoria en las calles de Castelar pasando por sitios importantes en la vida de Nora y Gustavo. La movilización partió de la esquina de la casa de Cortiñas, pasó por la Biblioteca Paulo Freire donde hay un mural realizado en su honor y concluyó en la estación de tren,  donde se descubrió una placa en memoria del militante desaparecido. “Nosotros queremos que la estación sea un lugar de memoria, ponemos el nombre de Norita como faro, porque ella además no sólo suscribió a la lucha por la desaparición de su hijo, sino que fue mucho más que eso. Es una forma de continuar su legado”, afirma Pinto. 

La activista de Memoria Militante también considera que este tipo de intervenciones se vuelven más urgentes en el panorama actual. “En este contexto de apologistas de la última dictadura militar, nosotros redoblamos la apuesta y militamos por que la lucha de Memoria Verdad y Justicia no se apague”, sostiene. El proyecto de la Comisión se piensa a largo plazo, realizando múltiples actividades e intervenciones. “ Somos conscientes de que las luchas se consiguen a través del territorio y por eso sabemos que esto es algo a largo plazo. Creemos que la ciudadanía tiene que tomar esto como propio para poder legitimarlo a través de la necesidad y que sea algo que permanezca a través del tiempo”, afirma Pinto. 

Norita, como le decían, estaba en todos lados, no había conflicto que esquivara y se hacía presente casi siempre acompañada por Karina Díaz, amiga de Cortiñas, fotógrafa y trabajadora del Subte. “Es una idea maravillosa, porque es una forma de que no se olvide que queremos saber qué pasó, dónde están los nietos que todavía no recuperaron su identidad. Creo que funciona como un conjunto, ver ese nombre, lo que significa ese nombre, pensar quién era esa madre, y en esa madre todas las madres y todos los hijos”, plantea. 

El viernes 30, a un año del fallecimiento de Cortiñas, la Comisión organizó la actividad “Norita eterna: Sembrando Memoria sembramos lucha” en Los Incas y Timbúes, saliendo del túnel de la estación Castelar del lado norte. El evento contó con música, relatos, fotografías y la convocatoria a distintos sectores: “Quisimos generar un diálogo entre las fotografías de Norita y los diferentes compañeros militantes que ella acompañó en sus luchas”, explica Pinto. El evento tuvo la presencia de Margarita Noia, hija de la Madre de Plaza de Mayo Pepa Noia, que relató su caminar junto a Nora en la búsqueda de Memoria, Verdad y Justicia. Se convocó a niñeces y adolescencias para visibilizar el repudio al proyecto de baja de edad de imputabilidad y a la Comisión por Palestina, una lucha que Cortiñas también acompañó. “No quisimos perder esa impronta de Nora por la cual la llamábamos la Madre de todas las luchas. Quisimos que el evento sea un ejercicio de memoria, no un encuentro para llorarla sino para tener presente que a pesar de su partida física está viva”, propone Pinto. Y reflexiona: “Eso también es lo que hacemos cuando hablamos de los desaparecidos, hacemos memoria de la vida. Pedimos justicia, pedimos saber qué pasó con ellos, pero también representamos su militancia, su lucha”. 

 

La Madre de todas las luchas 

Al momento de su desaparición Gustavo Cortiñas tenía 24 años, estudiaba Ciencias Económicas en la UBA y militaba en la Juventud Peronista Universitaria. El 15 de abril de 1977, en la misma estación Castelar cuyo nombre ahora se pretende modificar, Cortiñas fue detenido, secuestrado y desaparecido. La vida de Nora, que tenía 47 años, se dedicaba a su hogar y a dar clases de alta costura, se transformó radicalmente a partir de ese profundo dolor. “Se ha dicho que Nora era una madre común, que estaba en su casa, que se ocupaba de las labores hogareñas, digamos, y que la desaparición de Gustavo la transformó en una luchadora. Pero yo creo que, al final, también fue una madre común, no una madre como cualquier otra, sino que Nora fue una madre común a todos nosotros”, reflexiona Gonzalo Moyano Balbis, amigo de Cortiñas, parte del Encuentro Memoria Verdad y Justicia y militante del Encuentro Militante Cachito Fukman. 

Nora comenzó su lucha para saber qué habían hecho con su hijo y en el camino se convirtió en la madre de todas las luchas. “Nora aprendió de Gustavo de un modo muy profundo lo que es la solidaridad”, afirma Moyano Balbis, y recuerda una anécdota que la propia Cortiñas contaba recordando a su hijo, en la cual ella, al ver que Gustavo estaba dedicándose intensamente a la lucha social y que había situaciones de cierto riesgo, le pidió que al ir a las movilizaciones se cuide, “que no se ponga tan adelante”. Su hijo le respondió que no podía cuidarse a sí mismo en pos de dejar en riesgo a otros, porque si él no estaba adelante, lo estarían otros, otros que eran hijos de otras madres. “La necesidad de solidaridad Nora la daba un poco por explicada con esa anécdota y esto es lo que transformó su lucha, entender esa cuestión de que no era sólo su hijo, que su hijo era parte de una lucha enorme, mundial, porque por eso ella recorrió el mundo”, explica Moyano. Y recuerda: “Nora estuvo con las madres kurdas, con mujeres en Japón que habían sido sometidas a la prostitución por miembros del Ejército durante la guerra, con los zapatistas en México, contra el genocidio en Gaza. Una cosa es plantear la cuestión de la necesidad de una lucha integral y otra es vivirlo como lo vivía Nora”. 

Díaz reflexiona sobre el año transcurrido desde su muerte. “Cada vez que alguien me ve en alguna marcha lo primero que me dicen es cómo se la extraña a Nora y a su vez, quienes formamos parte de su grupo de confianza hoy en día nos planteamos lo difícil que hubiera sido cada miércoles con este Gobierno”, plantea la fotógrafa en referencia a las sucesivas represiones que los jubilados, reporteros y civiles que se solidarizan sufren cada miércoles en el Congreso por parte de la Gendarmería. “Hubiera sido muy difícil para nosotros decirle que tal vez no podía ir, porque esta gente no tiene reparo por nada. Hace dos semanas atacaron de forma criminal a curas tercermundistas, amigos de Norita. No tienen límite y tampoco lo hubieran tenido con ella, pero sabemos que Norita hubiera querido estar cada miércoles ahí”, apunta.

Legado eterno

A un año de su ausencia física, Norita continúa presente en cada movilización, en cada marcha y en cada enseñanza que dejó a quienes militan por una realidad más justa. Díaz, afirma que “el acompañar al que más lo necesita, acompañar los juicios y las causas justas”, es parte de las enseñanzas que Cortiñas dejó con su ejemplo. “Creo que parte de su legado es seguir nombrando a los 30.000 detenidos desaparecidos, seguir pidiendo por la restitución de los nietos que faltan recuperar su identidad y exigir que se abran los archivos del 74 al 83. Esa lucha es parte de lo que nos deja y hay que seguirla”, sostiene. “A veces la gente tiene miedo, pero el miedo paraliza. Hay que seguir luchando y ocupando las calles”, propone.

Para Gerardo Szalkowicz, amigo de Cortiñas y autor de Norita, la Madre de todas las batallas, ella “fue un ser extraordinario, no sólo como referente política sino como persona. Su inmensa humanidad, su ternura, su sensibilidad, su defensa de la alegría como una trinchera era admirable”, recuerda. “Creo que tenemos que tener siempre presente como enseñanza su compromiso ético, su consecuencia entre el decir y el hacer, su pedagogía del ejemplo y su poner el cuerpo. Poner el cuerpo y no bajar los brazos, ese fue un mensaje que siempre nos dió  y que en estas épocas  de tanto escepticismo, tanta apatía, tanta desesperanza hay que tener presente”, afirma el autor. 

Por su parte, Moyano Balbis afirma que “este año sin Nora es imposible pensarlo sin tristeza y sin pensar que es una pérdida enorme, pero a la vez se afirma la necesidad de continuar con su ejemplo y su lucha, que era algo que nos pedía que prometiéramos cada jueves”, recuerda Moyano. A su criterio, el legado de Cortiñas “es la comprensión de la lucha unitaria, de que la lucha está en todos lados y que nos debe abarcar a todos, junto con la forma en que Nora lo llevó adelante, es central y debemos sostenerla en este momento con mucha más fuerza que nunca”. 

Sin ley y sin prestadores

Sin ley y sin prestadores

Los prestadores de servicios a personas con discapacidad pararon durante cinco días. Una marcha de los trabajadores y los familiares exigió la aprobación de la Ley de Emergencia para las Personas con Discapacidad.

Los prestadores de servicios en discapacidad resolvieron marchar y llevar adelante un paro de cinco días desde el lunes pasado para visibilizar la situación que están atravesando. Denuncian el congelamiento del salario porque no actualizan el nomenclador, una baja en las prestaciones, el atraso en los pagos que va desde los 60 a 90 días, incluso hasta un año de deuda y la desregulación que implica que las obras sociales paguen lo que quieran.

Para visibilizar la emergencia del sector este jueves se realizó una jornada federal donde se movilizaron prestadores, personas con discapacidad y familias en todo el territorio nacional. El epicentro fue el Congreso nacional, a dónde llegaron más de cinco mil personas que luego marcharon al Ministerio de Salud, pasando por la sede de Pensiones de la Agencia Nacional de Discapacidad. En el Ministerio, confluyeron con los trabajadores y usuarios de Hospitales Nacionales y de CABA. La jornada contó con una alta adhesión de personas con discapacidad, prestadores, centros y familias a nivel nacional.

Ailín Kupferberg es estudiante de psicología de la UBA, trabaja como acompañante terapéutica y como maestra de apoyo a la inclusión. Contó a ANCCOM que son dos trabajos que se cobran distinto porque el acompañamiento terapéutico no está nomenclado y el trabajo en colegio sí, aunque ambos son bajo monotributo: “Estar nomenclado significa cobrar a través de un tarifario que está congelado desde el año pasado. Los aumentos del 2024 fueron insignificantes, del 0,5% o 0,1%”. Actualmente, el nomenclador está en casi 310.000 pesos por trabajar de lunes a viernes un módulo, que son 4 horas. A su vez, Elizabeth Foschi, presidenta de C.A.S.A.I.E (Cámara Argentina de Servicios de Apoyo a la Inclusión Educativa) e integrante del centro Andalican, manifestó que “la situación es muy compleja, venimos cobrando un 73 por ciento abajo de la inflación que se viene acumulando”.

Kupferberg consideró que tienen “muchísimo trabajo invisibilizado”, en referencia a reuniones finalizado el horario laboral, preparación de materiales, adecuaciones curriculares, reuniones con familias e informes. Además “pretenden sacar el monotributo y que pasemos a ser responsables inscriptos, lo que implica pagar muchísimo más de impuesto”, enfatizó la profesional y sentenció: “Si trabajamos ocho horas diarias no llegamos a una canasta básica”.

Por su parte, Foschi contó que “los centros no pueden sostener los alquileres, impuestos, materiales y lo necesario para funcionar”. Además, destacó que nunca hicieron paro: “Es la primera vez en tantos años que hacemos un cese de actividades. El cuello de botella es tan fino que no damos más”.

Sin reunión

Los prestadores denuncian que es una mesa de directorio la que marca el nomenclador nacional donde se encuentran la Superintendencia de Salud, PAMI, ANDIS y representantes de los prestadores. Hace nueve meses que no se actualiza el nomenclador y como no van a dar aumento, no hay reunión.

Otra de las variables de la situación es que el acompañamiento terapéutico no está regulado, durante la gestión anterior la ley obtuvo media sanción pero ya perdió estado parlamentario por lo que cada centro y obra social paga lo que quiere, entonces cada acompañante va a trabajar a donde mejor pagan.

La figura del acompañante cobró relevancia y visibilidad a partir de la sanción de la Ley de Salud Mental 26.657, promulgada en el año 2010. Ésta prohíbe la creación de nuevos manicomios y resalta el derecho de las personas que estuvieron encerradas muchos años en ellos a vivir en comunidad. Al respecto, Kupferberg remarcó que “la función del acompañante tiene que ver con restituir la ciudadanía”.

“No hay una contención en los tratamientos en ningún sentido –lamentó Kupferberg-. Quizás estás trabajando con alguna niñez para fortalecer el vínculo y si no te pagan tenés que dejar de trabajar”. La terapueta también habló sobre la importancia de ese vínculo: “No es fácil conseguir acompañante, para algunos es su único lazo social porque hay gente que no tiene familia ni comunidad”, destacó.

Más motosierra a la memoria

Más motosierra a la memoria

Referentes, directivos y trabajadores de instituciones vinculadas a los derechos humanos detallan los avances del deterioro en las políticas de memoria , verdad, justicia y derechos humanos y anuncian la marcha de este viernes en el Espacio para la Memoria (ex ESMA)

«Los derechos humanos no se degradan por decreto», sostuvo la Junta Interna de ATE en el Ministerio de Justicia. Ante los avances del gobierno contra la Secretaría de Derechos Humanos, organismos de derechos humanos y la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) llamaron a convocarse este viernes 30 de mayo a las 17 horas en una actividad en el espacio de memoria que funciona en lo que fue el campo de concentración de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).

En los últimos días, Milei puso al Museo Sitio ESMA, patrimonio de la humanidad, y al Archivo Nacional de la Memoria como «unidades» del Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos». También le quitó autonomía y autarquía al Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG).

Mañana por la tarde se caminará al interior del predio, Avenida del Libertador 8151, para repudiar la decisión del Gobierno de Javier Milei de degradar la Secretaría de Derechos Humanos a subsecretaría.

Guillermo Rodolfo Fernando Pérez Roisinblit es uno de los tantos nietos restituidos gracias a la labor de Abuelas de Plaza de Mayo. Nació durante el cautiverio de su madre, Patricia Julia Roisinblit, en la ESMA, y hace algunos años es Miembro de la Comisión Directiva de Abuelas. Sobre la decisión gubernamental, dice: “No son cuestiones que tengan que ver con lo presupuestario. Desde un primer momento, desde el Debate Presidencial, supimos la postura que se tenía sobre el tema. Si analizamos las medidas que han estado tomando, vemos que la manera de pensar de este gobierno no es negacionista sino reivindicatoria: recortan un montón de políticas de Estado tendientes a garantizar la memoria, la verdad y la justicia; desconocen las medidas internacionales, pero premian a los genocidas que estaba detenidos en Ezeiza, los asesinos más feroces que tiene la historia más reciente de nuestro país, trasladándolos a Campo de Mayo”, enumera.

“No son coincidencias, delimitan lo que mostraron en la candidatura. Estamos teniendo un retroceso de más de 30 años. Con esto se derriban todos los consensos democráticos, y lo que hoy defendemos es algo que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO”, agrega el nieto restituido. Es clave tener presente que el 19 de septiembre de 2023 el organismo que menciona Pérez Roisinblit declaró el Museo Sitio de Memoria ESMA como Patrimonio de la Humanidad a razón de su valor como lugar asociado a la represión y a la violación de derechos humanos durante la dictadura argentina, destacando la importancia de la memoria y la lucha por los mismos.

Por otro lado, el nieto restituido en 2001 advierte: “Estoy convencido de que, en lo que se etiqueta como cuestiones de derechos humanos, Abuelas es el blanco preferido de este gobierno, y un ejemplo de esto es lo que pasa con el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG)”. Si bien, hasta ahora, el organismo había funcionado de forma autónoma y autárquica, hoy se enfrenta a la “motosierra” de Javier Milei.

Visita de Marie Claire King, genetista quien inventó el índice de abuelidad, al BNDG en 2022.  

El genetista, investigador y activista Víctor Penchaszadeh fue uno de los creadores del primer índice de abuelidad que permitió identificar a hijos de desaparecidos. En 1987, por ley N° 23.511, Abuelas de Plaza de Mayo impulsó la creación del BNDG con el objetivo de obtener y almacenar información genética que permitiera identificar a los hijos de desaparecidos. “El Presidente y el Jefe de Gabinete han firmado un decreto suprimiendo el cargo de director administrativo del Banco Nacional de Datos Genéticos”, cuenta Penchaszadeh. “Eso implica que todas sus finanzas, hasta ahora manejadas por el propio Banco, van a pasar a ser manipuladas por el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado, dirigido por Federico Sturzenegger. Hay una gran incertidumbre por parte del personal del Banco, que cuenta con 30 o 40 empleados, y cuya directora tiene vencido el nombramiento hace dos semanas; está técnicamente acéfalo. Es un destrato al BNDG y a todo su personal, que trabaja para algo tan fundamental como es el derecho a la identidad”.

Sin embargo, como lo mencionó Pérez Roisinblit, esto no pareciera ser casual: “Todas las instituciones que tienen que ver con derechos humanos están siendo ninguneadas, como el Archivo Nacional de Memoria, la Comisión Nacional por el derecho a la Identidad o el propio Museo Sitio de la Memoria. Niegan que hubo terrorismo de Estado, niegan los más de 30.000 desaparecidos, niegan todo. Entonces, les molesta que haya entidades que se ocupen de los derechos humanos y de la memoria del terrorismo de Estado. Están tratando de desactivarlas, y legalmente no va a ser fácil. Se olvidaron de que existe el derecho a la identidad”, detalló Guillermo.

La actual Directora Ejecutiva del Museo Sitio de Memoria ESMA, Mayki Gorosito, puso al tanto de la situación a ANCCOM: “La actualización más reciente es el decreto presidencial del 22 de mayo, donde se desjerarquiza absolutamente a la institución. Justamente en la semana donde cumplimos 10 años de ser una institución pública que trabaja por la memoria, la verdad y la justicia. Estamos a la espera de las definiciones sobre la nueva estructura, pero eso es un punto en el camino de todas las afectaciones que hemos tenido durante este último año, vinculadas a despidos y a la casi nula ejecución presupuestaria respecto de las necesidades y demandas del Museo Sitio para su ejemplar funcionamiento y cumplimiento de las responsabilidades del Estado argentino ante la justicia. (Responsabilidad) Por nuestra condición de prueba judicial y ante los organismos de integración subregional como el Mercosur, que somos parte de la lista de patrimonio cultural, y ante la UNESCO, por ser parte de la lista de patrimonio mundial”.

Mayki Gorosito, Rosita Soffiantini y Guillermo Pérez Roisinblit en el 10° Aniversario del Museo Sitio de Memoria ESMA.

Si hay algo en lo que coinciden todos los organismos que hace meses vienen sufriendo las medidas del actual gobierno, es en la falta absoluta de comunicación. “De su parte, no están circulando información ni comunicándose mediante ningún tipo de diálogo hacia el Museo”, confirma Gorosito, cuyo puesto de trabajo está en juego. “Nos enteramos del proyecto de decreto y estuvimos atentos a cuándo salía publicado en el Boletín Oficial. Son reestructuraciones que, por supuesto, no tienen en consideración las características y necesidades del Museo, que se encuentra funcionando de forma habitual con lo que nos quedó de los equipos, entre los cinco despidos y las doce renuncias que se presentaron en función de la rebaja salarial, a un promedio del 50 por ciento”.

Paula Donadío, delegada de ATE, también adelantó a la Agencia las próximas medidas de fuerza y dio detalles sobre la movilización de mañana miércoles: “Hay muchísimos organismos que acompañarán a ATE, entre ellos, familiares de desaparecidos y detenidos por razones políticas, asociaciones, sindicatos… Todos pensamos que esto es algo mucho más grande que la sola degradación de la Secretaría: es la falta de una política con respecto a la protección y defensa de derechos humanos que tiene este gobierno. Se evidencia con la situación actual del Garrahan, en su momento la del Bonaparte, todos los miércoles con la represión de jubilados, y más. Buscamos que estén todos representados. Además, pensamos la caminata a modo de unir dos áreas que son de las más golpeadas por estos últimos cambios: el Archivo Nacional de la Memoria y la ex ESMA. La principal preocupación que tenemos es que todo ese achique conlleva a más despidos. Con esta iniciativa buscamos hacer hincapié en que no queremos volver hacia atrás sobre lo construido”.

El Garrahan en terapia

El Garrahan en terapia

Residentes del hospital pediátrico, acompañados por trabajadores de su institución y de otros centros de sanitarios, marcharon hasta el Ministerio de Salud para reclamar por el aumento de sus haberes y el fin del desfinanciamiento.

La calle se transforma en un campo de lucha nuevamente, el bombo y el platillo acompasan el caminar de los presentes que llenaron las calles en pos de un pedido de reconocimiento salarial de su labor médica. “Sin residentes no hay hospital” es el canto recurrente, que evidencia el esfuerzo, las horas sin dormir, sin comer, corriendo de aquí para allá, para atender los pacientes que ingresan al hospital.

Los corazones violetas son portados por varios, en señal de apoyo y vinculación con el hospital Garrahan cuyos residentes fueron quienes encabezaron la marcha de este jueves, a la que también se sumaron residentes de otros hospitales, como los del Fernández, los de Ana Goitia, y los del Laura Bonaparte, entre otros.

Las personas que se cruzan con la procesión aplauden, tocan bocina, saludan desde sus lugares de trabajo, y desde las escuelas también, mostrando su apoyo al reclamo, no obstante, médicos y residentes, tienen otro canto que impulsa la reflexión, “con aplausos no se llena la heladera”.

La residente de clínica pediátrica, Candela Medina, comenta: “hoy en día los residentes de primer año de pediatría ganamos entre dos mil o tres mil pesos la hora, percibimos un sueldo de 797 mil pesos, y trabajamos entre sesenta y setenta horas por semana, con guardias de veinticuatro horas, sin descanso, con demanda complejísima”. El hospital Garrahan es un centro de atención pediátrica de alta complejidad; sin embargo, los profesionales que se formaron durante años para estar al nivel de tratar estas afecciones, viven con un sueldo bajo la línea de pobreza. Según Candela, esto es ya “insostenible”.

La marcha comenzó con un fragmento del himno, “Al gran pueblo Argentino, salud”, y en momentos posteriores, se señaló lo contemplado en nuestra constitución como el derecho a la salud, a la educación y al trabajo digno que no estaría siendo respetado. Lola Flores, quien tiene una hija que se atiende en el Hospital comenta: “apoyar a la Garrahan es una necesidad, es mi obligación, mi nena se atiende ahí, si llega a cerrar nos perjudica a nosotras también, que nuestros hijos se atienden ahí”.

Micaela Ramos, jefa de residentes de medicina general y familiar del Hospital Álvarez, reflexiona sobre las implicancias futuras de esta precarización: “Esta lucha no es solo salarial, habla también del funcionamiento del sistema de salud, de fomentar el hecho de que se vayan profesionales de hospitales nacionales, provinciales y municipales a causa del salario, no sólo en detrimento de la salud actual, sino de la salud futura”. Agrega, que al irse estos profesionales, aquellos que vengan después a capacitarse en el sistema de residencias, no tendrán el mismo grado de formación.

Si bien el reclamo salarial fue encabezado por residentes, se extiende para toda planta y equipos de salud, ya que los sueldos están depreciados y estáticos desde hace un año y medio. El paro, afecta también el funcionamiento del hospital, ya que se está haciendo un paro sin cobertura de guardia desde la semana pasada, “y esto dificulta cubrir guardias y brindar una buena calidad de atención a los pacientes”, explica Rita Marcela Fernández, pediatra y miembro de la Comisión Directiva de la Asociación de Profesionales.

El viernes 30 de mayo, habrá una audiencia pública en el Congreso donde se pedirá por una ley de financiamiento y blindaje presupuestario para combatir el vaciamiento de la salud pública.