El Gobierno recortó el 92% del programa que atiende a los pacientes con VIH

El Gobierno recortó el 92% del programa que atiende a los pacientes con VIH

Solo se ejecutó un 8% de los programas de prevención del VIH, de Infecciones de Transmisión Sexual y de Hepatitis Virales entre otros, que incluyen la provisión gratuita de medicamentos específicos. Denuncian faltantes de drogas e insumos.

La salud argentina es una variable más del ajuste libertario. Según un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), las áreas donde se notó una fuerte caída de ejecución presupuestaria interanual fueron el programa de Acceso a Medicamentos, Insumos y Tecnología Médica (-54%), el de Prevención y Control de enfermedades Transmisibles e Inmunoprevenibles (-45%) y el de Respuesta al VIH, Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), Hepatitis Virales, Tuberculosis y Lepra. Este sufrió un recorte presupuestario del 92%.

Este programa fue creado por la Ley Nacional 27675, aprobada y reglamentada en 2022 y plenamente vigente desde inicios del 2023. Gracias a esta normativa, se garantiza el acceso a la medicación y a los estudios de forma gratuita en el sistema de salud público y en el privado (obras sociales y prepagas) para todas las personas argentinas o extranjeras que lo soliciten. 

Con sólo un 8% de presupuesto con respecto al mismo periodo del año pasado, en todo el país comienza a haber faltantes. “El problema de que falte medicación es que muchas personas no pueden continuar con su tratamiento -denuncia Camila Arce, activista seropositiva-. Es una vergüenza porque no es algo caro lo que falta: la droga es genérica y se produce en un laboratorio nacional y privado”.

En este sentido, esta disputa es también por la soberanía. Lucas Fauno, periodista y activista VIH, lo sintetiza: “Cuando hablamos de VIH, hablamos de (no) producción pública de medicamentos, de ITS, de Educación Sexual Integral. La desfinanciación afecta a los medicamentos, pero también a los preservativos disponibles en todos lados y gratuitos, si hay información, cómo se está hablando de estos temas, cómo se evitan los nuevos casos y cómo es la calidad de vida de las personas con VIH. Vivir con el constante miedo de ir a retirar tu medicación y que no te la den, afecta tu salud”.

En febrero tenía que comenzar el proceso de licitación para la compra de medicamentos antirretrovirales, pero todavía Nación no inició los trámites.

En febrero tenía que comenzar el proceso de licitación para la compra de medicamentos antirretrovirales, pero todavía Nación no inició los trámites. Ante esta desidia planificada, los médicos cambian los componentes de los cócteles, arriesgando la adaptación de las personas ya en tratamiento. Además con las faltantes, se imposibilita el acceso a la biterapia, un esquema de tratamiento que reduce de tres a dos drogas.

Las provincias están tomando la responsabilidad de la compra de medicamentos faltantes para el sistema público. “En el caso Santa Fe estamos esperando una respuesta concreta del programa provincial, pero en Córdoba ya anunciaron que van a hacerse cargo de los medicamentos”, comenta Arce. Sin embargo, no todas las provincias tienen aceitada la implementación de los programas o el presupuesto necesario para hacer esta gestión.

Todas las aristas del cumplimiento de esta ley se resquebrajan. Por primera vez, A.T., una persona bonaerense viviendo con VIH hace más de una década, tuvo que pagar un copago de su obra social para hacerse los análisis semestrales. “La rutina de análisis es también para que me den los remedios. De nunca pagar nada, ahora tuve que pagar nueve mil pesos”, dice con indignación. Las personas con VIH deben testearse periódicamente para conocer el estado de su serología: si el virus no se detecta en sangre, el tratamiento está funcionando y es intransmisible. Si bien A.T. sigue recibiendo los remedios, teme por su continuidad.

“Es una situación que se repite históricamente: tenemos gobiernos neoliberales, de derecha y fascistas y esto es lo mismo que vivimos en 2017-2018”, recuerda Fauno sobre la desfinanciación en la gestión de Mauricio Macri. En ese momento, organismos como el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires presentaron pedidos de información y recursos legales para resolver las graves faltantes de medicación antirretroviral. En el 2018, el 70% de la población con VIH recibía su medicación del sector público, por lo que el Estado nacional estaba incumpliendo su obligación de garantizar el acceso y adherencia al tratamiento del mayor segmento de personas con serología positiva.

“Hay que pensar nuevas estrategias -propone Fauno-: reunirse y animarnos a disentir entre pares. También hay que pensar que no tiene que ver con VIH, sino con salud pública. Si a mí, viviendo con VIH me falta la medicación no significa que el área VIH falla, sino que está fallando el sistema de salud. En este caso, falla por la decisión de un gobierno”.

Avances y retrocesos en la salud sexual

Avances y retrocesos en la salud sexual

Este viernes se conmemora El Día Mundial de la Lucha contra el SIDA. Los avances contra la enfermedad lograron disminuir contagios y muertes pero, como contrapartida, aumentaron los casos de otras infecciones.

 ¿Cómo es posible explicar el aumento de casos de infecciones de transmisión sexual (ITS) durante los últimos años? ¿A qué se debe? ¿Hay falta de concientización? ¿Está ligado al avance de la ciencia en el tratamiento de enfermedades antes letales como la sífilis o el SIDA? Existen motivos para creer que la relajación en los cuidados durante las relaciones sexuales se traduce a partir de la caída en la tasa de mortalidad de ciertas enfermedades.

El 1 de diciembre se celebra el Día Mundial de la Lucha contra el SIDA. Es una de las jornadas de la salud más emblemáticos a nivel global, ya que es una oportunidad para recordar a quienes han perdido la vida a manos de esta enfermedad, concientizar y celebrar conquistas sociales como el derecho al acceso a servicios de prevención y tratamientos antirretrovirales.

Al mismo tiempo, es una buena oportunidad para visibilizar que dentro de la comunidad científica se advierte una gran preocupación debido a que desde hace unos años se registran en distintas partes del mundo un significativo aumento de casos de infecciones de transmisión sexual (ITS) a raíz del descenso en los cuidados durante las relaciones sexuales, y muchas personas las poseen incluso sin ser conscientes de ello. Las más comunes son sífilis, gonorrea, clamidia, VPH, herpes, entre otras. Afortunadamente, otros virus como el VIH y la hepatitis de tipo B mantienen una tendencia estable e incluso en algunas regiones a la baja.

 “Cuando surge la pandemia del VIH y las personas infectadas comenzaron a desarrollar lo que se conoce como el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, se observó que podían ser tratadas con un fármaco llamado Azidotimidina (AZT), que en algún momento se pensó como un antitumoral previo al descubrimiento del VIH. Lo que pasa con este fármaco pionero es que, a pesar de que tenía sus defectos o contras, le salvaba la vida a las personas”, comenta Federico Aballay, biólogo molecular, y activista coordinador adjunto del Área de Comunicaciones de La Red Argentina de Jóvenes y Adolescentes Positivos (RAJAP).

“La Argentina en 1990 aprueba lo que hoy conocemos como la vieja Ley de VIH, fuimos el primer país que legisló en esta materia, y en ese contexto fue una acción muy acertada, ya que la gente se estaba muriendo. Básicamente la ley lo que hacía era promover la prevención del VIH y su tratamiento para que las personas pudieran acceder por medio de la salud pública. Después, con el advenimiento de las obras sociales, las prepagas y la regularización de todos esos sistemas, con una ley se termina garantizando que las personas que conviven con VIH puedan acceder al tratamiento antirretroviral a través de estas prestaciones. A partir del 1994 empieza a haber como una explosión de antirretrovirales disponibles para tratar el VIH, entonces al día de hoy ya conocemos y tenemos disponibles varias clases”, agrega.

Pero este dato esperanzador tiene su contrapunto en el hecho de que se sospecha que las personas han perdido el temor a contraer el virus debido a la efectividad del tratamiento y optan por relajar los cuidados durante el sexo, hecho que trae aparejada la transmisión de otras ITS.

El 30 de junio de 2022 se aprobó la nueva Ley de VIH. 

Tomás Orduna, médico infectólogo, ex jefe del Servicio de Medicina Tropical y Medicina del Viajero del Hospital Muñiz y miembro del Comité Científico de la Fundación Mundo Sano, explica que “una vez que empezó a disminuir la posibilidad de morir por HIV y se empezó a ver que la gente podía vivir con la infección de manera crónica, indetectable, con mejores drogas, con menores efectos colaterales, que pudieron hacer sus vidas, casarse, tener hijos… en paralelo con eso, que es maravilloso que esté sucediendo, el preservativo empezó a ser dejado de lado, hasta llegar a este escenario”.

En países de todas las regiones se observan aumentos de este tipo de infecciones. Puntualmente en Argentina la tasa de casos reportados de sífilis en hombres y mujeres creció a partir de 2010 de modo sostenido hasta su pico en 2019, con 56,12 personas por cada 100 mil habitantes para ambos sexos en todo el país. En cuanto a la edad promedio de los diagnósticos, son adolescentes y jóvenes los que concentran la mayor cantidad de casos positivos.

Se estima que en Argentina viven alrededor de 140 mil personas con VIH, que el 65% se atiende en el sistema público, y que más del 98% de las infecciones se producen por relaciones sexuales sin protección.

Se estima que en Argentina viven alrededor de 140 mil personas con VIH, que el 65% se atiende en el sistema público, y que más del 98% de las infecciones se producen por relaciones sexuales sin protección. En 2021, la tasa de VIH se ubicó en 10,7 por cien mil habitantes, 15,3 entre los varones y 6,2 entre las mujeres. Al comparar el promedio de las tasas de los períodos 2011-2015 y 2017-2021, se aprecia un descenso del 35%. Se observa una caída en la tasa de mortalidad sostenida en los últimos años, dato que resulta significativo teniendo en cuenta que la tendencia de la tasa de nuevos diagnósticos se mantiene estable, al igual que el porcentaje de diagnósticos tardíos. Si se comparan 2019 y 2020, en el último año hubo 126 muertes menos.

“Después de cuarenta años de trabajar en infectología, en el día a día en la internación en el hospital, el consultorio mío en Avellaneda, uno va viendo cambios a lo largo de estas cuatro décadas. Cuando yo empecé en infectología en el 81, recién se comenzaba a describir el síndrome de inmunodeficiencia adquirida, y desde aquel momento hasta hoy, el HIV ocupa otro lugar en todo este escenario, habiendo pasado por la etapa más trágica que fueron los comienzos de los años 90”, dice Orduna.

“En paralelo a este horrendo panorama se rescató el uso del preservativo como un mecanismo preventivo, fundamentalmente porque veníamos de una época en la que se encontraba en desuso, y la incidencia que tenían las ITS clásicas como gonorrea, sífilis, entre otras, no tenían el impacto que hoy tienen, llamativamente. Yo atiendo una vez por semana en mi consultorio, una cantidad bastante acotada, un promedio de doce pacientes por lunes, y como mínimo uno tiene sífilis. La frecuencia con que ha ido incrementando la incidencia de sífilis a lo largo de la última década podés observar que está pasando en el resto del mundo, en países como Japón y Alemania”. Que las personas estén dejando de lado el uso del preservativo está relacionado al hecho de que disminuyó fuertemente la transmisión de HIV/SIDA debido a que tenemos al 80% aproximadamente de los pacientes en tratamiento, y un importante número de ellos poseen una carga viral indetectable, que se traduce en intransmisible”, agrega.

Viviana Leiro, jefa de Dermatología del Hospital Muñiz y experta en ITS, respecto a si también observa una relación directa entre el avance en los tratamientos y la relajación en los cuidados, dice: “Las enfermedades como la sífilis vienen con un aumento sostenido desde 2010, y lo que se ha visto es no solamente un aumento en adultos, sino también un aumento en sífilis congénita, cuando se transmite de la madre al recién nacido. Esto se da a nivel global, no solamente acá en Argentina”.

Para ella, el aumento “un poco tiene que ver con el tema de los tratamientos antirretrovirales, que hoy vos con una sola pastilla podés controlar la infección por HIV, o el hecho de que indetectable es igual a intransmisible. O sea, que una persona que inicia un tratamiento contra el HIV en pocos meses logra que su carga viral sea indetectable debido a la efectividad de las drogas, y cuando es indetectable más allá de seis meses, esa persona ya no transmite el virus. Eso trajo una relajación en los cuidados, ya no hay tanto temor puntualmente al SIDA. Además de eso, puede haber otros factores que influyen en esta tendencia, como las redes sociales que facilitan y favorecen los encuentros sexuales, nuevas prácticas que aumentan las exposiciones de riesgo, la globalización y los viajes”.

La falta de una mayor inversión en la financiación de los programas de salud, de constantes campañas de concientización y la falta de educación sexual son factores que contribuyen al aumento de estos alarmantes índices. Con la reapertura de la vida social en 2021, después que a raíz del confinamiento producto del covid-19 se observara una fuerte caída en la notificación de todos los eventos de transmisión sexual, y ya con los datos del 2022, se advierte que se han disparado nuevamente este tipo de infecciones en todo el mundo. Al observar cómo se mantiene o asciende esta tendencia, cabe preguntarse qué medidas hay que intensificar para lograr concientizar sobre la importancia de la prevención, fundamentalmente en los grupos etarios más jóvenes.

“Hay que hablar de estrategias de prevención combinada. Hay que hablar del uso del preservativo, de profilaxis preexposición y profilaxis posexposición para el VIH, testeos, vacunas, todo tiene que entrar en el combo. Además hay que implementar campañas sin discriminar y sin estigmatizar, y que sean sostenidas en el tiempo”, agrega Leiro.

Es por esto que esta fecha es una gran oportunidad para volver a concientizar a la población respecto a la importancia de no dejar de tomar los recaudos necesarios a la hora de mantener relaciones sexuales, ya que nos permite gozar del sexo sin exponernos a riesgos innecesarios, evitando contraer cualquier tipo de infección y cuidando tanto nuestra salud como la del otro.

VIH no es delito

VIH no es delito

Pese a que la ley de VIH garantiza un trato “libre de criminalización” para las personas portadoras, persiste el estigma social e incluso la persecución judicial.

En un comunicado conjunto, la Fundación Huésped y el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre VIH/Sida (ONUSIDA) reclaman la rectificación de la contradictoria normativa legal que criminaliza a las personas portadoras de VIH.

Si bien la Argentina es uno de los países más avanzados de Latinoamérica en cuanto al diagnóstico, análisis y tratamiento, el problema más grave para quienes padecen la enfermedad sigue siendo la estigmatización social -cuya principal causa es la desinformación-, y de la cual participan tanto los medios como el Poder Judicial.

Huésped y ONUSIDA hacen un llamamiento al Estado para que implemente medidas acordes a la erradicación de la percepción socialmente difundida que vincula la exposición al VIH como un delito.

Por caso, un hombre fue detenido recientemente en Santa Fe tras ser acusado de haber transmitido la enfermedad de manera intencional a dos exparejas. A raíz del hecho, algunos medios difundieron datos personales y aspectos de la vida íntima del imputado.

La Ley 27675 de VIH, Hepatitis Virales, Tuberculosis e ITS sancionada en junio de 2022 establece el derecho a recibir un trato digno y libre de criminalización respecto a nuestro estado de salud, tanto en el marco social como jurídico. Y prohíbe explícitamente que el dato sobre la salud de las personas salga a la luz y sea expuesto públicamente, como así también utilizarlo en su contra en un proceso penal.

El nuevo marco jurídico garantiza el trato igualitario de todas aquellas personas que posean la enfermedad, y establece que se deben implementar programas informativos sobre su tratamiento, tanto a nivel personal como social, con la finalidad de que no sean marginadas.

“La utilización de la Ley 12331 de Profilaxis, aprobada en 1936, que en su artículo 18 sanciona ‘con reclusión o prisión de tres a quince años, el que propague una enfermedad peligrosa y contagiosa para las personas’, no sólo resulta contraria a la legislación vigente, sino que contradice la evidencia científica existente para la prevención del VIH”, afirman en el comunicado.

«Los juicios que usan la Ley de Profilaxis, además de criminalizar, develan el estado de salud de la persona, vulnerando y exponiendo un dato sensible», dice Mar Lucas.

De allí la necesidad urgente de una actualización, para evitar una colisión de sentidos antagónicos entre las leyes. “No hay evidencia científica que asegure la identificación de quienes transmiten la enfermedad. Los juicios que usan la Ley de Profilaxis, además de criminalizar, develan el estado de salud de la persona, vulnerando y exponiendo un dato sensible a la par que se construye un relato de su vida personal que intente justificar el estigma social que le es impuesto”, sostiene la directora de Innovación Estratégica de Fundación Huésped, Mar Lucas, en diálogo con ANCCOM.

“Resulta imposible establecer la cadena de transmisión del VIH con certeza, ya que no existen herramientas que permitan acreditarla: se trata de información que involucra datos sobre el cuidado en las relaciones sexuales de las personas y de sus parejas previas. En algunas investigaciones judiciales suele observarse la difusión de información privada y sensible, articulada con conjeturas y prejuicios, muchas veces carentes de evidencia”, agregan en el comunicado.

Una forma de evitar ser acusado de contagiar la enfermedad sería no testearse. “En otros países donde se han implementado leyes penales contra la transmisión del VIH, se obliga a las personas con sida a decir que son portadoras a la pareja antes de tener cualquier tipo de interacción sexual. Esto ha generado que gran parte de la población no se testee a fin de tener en su defensa el beneficio de la duda, de no saber”, señala Lucas.

No es la primera vez que Huésped y ONUSIDA insisten en la resolución de este tipo de problemáticas. La criminalización es constante, aunque hay casos más resonantes que otros por impulso de medios de comunicación que dispersan el estigma social. A menudo con un lenguaje inadecuado y discriminatorio, terminan entorpeciendo la búsqueda de soluciones.

La respuesta al VIH necesita de la cooperación de los diferentes poderes del Estado, así como de la comunidad, para suprimir de raíz la sanción punitiva por medio de la debida aplicación de investigaciones que aíslen las posturas estigmatizantes contra los pacientes. Para Huésped y ONUSIDA, está claro: “Promover el testeo, las medidas de prevención y cuidado y favorecer el acceso a la salud y la educación sexual”.

PositHIVa

El II Festival Sociales PositHIVa, realizado el pasado viernes en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA,  facilitó el acceso a testeos rápidos de VIH, distribuyó preservativos de manera gratuita y organizó una serie de conversatorios y cconferencias vinculados al tema.

La actividad fue llevada adelante el viernes pasado por la Consejería de Salud Sexual Integral de la Facultad junto al área de Salud y Población del Instituto Gino Germani (IIGG).

Nuevas leyes de VIH y oncopediatría

Nuevas leyes de VIH y oncopediatría

La nueva normativa de VIH aborda la cuestión desde una perspectiva integral. Busca, entre otras cosas, evitar la estigmatización que aún sufren los pacientes. La aprobación de la Ley de Oncopediatría se basa en los derechos de las niñeces: 1.500 chicos por año padecen la enfermedad. Mirá las imágenes de ANCCOM de las marchas de apoyo a las iniciativas.

La cuarta es la vencida

La cuarta es la vencida

Después de tres intentos fallidos, se presentó en la Cámara de Diputados un cuarto proyecto para una nueva Ley de VIH, con una mirada más social que la actual, donde prevalece el enfoque sanitario. Buenas perspectivas de aprobación.

Seis años después de su primera presentación y después de tres intentos fallidos, el pasado 30 de marzo, se presentó el proyecto que tiene por objetivo dar un enfoque no sólo médico sino social a la cobertura y tratamiento del VIH, las hepatitis virales, la tuberculosis e infecciones de transmisión sexual (ITS). La finalidad del proyecto es actualizar la Ley 23.798 que data de 1990.

ANCCOM estuvo durante la presentación del proyecto en donde la diputada Carolina Gaillard dijo: “Entendemos que la ley vigente tiene más de 30 años, por lo que es necesario actualizarla y tener un abordaje integral. La mirada de la ley de hace 30 años era una mirada que se limitaba a la salud, pero eso ya no es suficiente”.

Habiendo perdido estado parlamentario en 2016, 2018 y 2021, el panorama actual del proyecto pareciera ser más favorable. La presentación fue acompañada por más de 50 firmas de diputados y diputadas de los distintos bloques partidarios y la adhesión de más de 180 organizaciones, sindicatos y redes, representando el esfuerzo colectivo, contribuyendo a una mirada interseccional e intersectorial.

Hoy el objetivo es cubrir nuevas demandas y trabajar además para eliminar la discriminación y el estigma asociados con el virus VIH. El nuevo proyecto plantea garantizar el acceso universal y gratuito al tratamiento a personas afectadas y expuestas a cualquier ITS. Es importante entender que el problema principal no es siempre el virus en sí mismo, sino el estigma y la discriminación que se sufre en todos los ámbitos.

Asimismo, se plantea realizar testeos masivos, promover campañas de difusión y prevención de contagios y la creación de un régimen de jubilación especial para quienes transiten las enfermedades de VIH y hepatitis B o C, además de una pensión no contributiva de carácter vitalicio para las personas que estén en situación de vulnerabilidad social.

Necesitamos que esta ley también dé impulso a políticas activas. No podemos pensar que es solo una cuestión de tratamiento y de salud; es un derecho que le corresponde a toda persona que está en el territorio argentino”, agregó Gaillard en la presentación.

En Argentina, entre cuatro y seis personas mueren al día por causas relacionadas al sida. Todos los años se notifican en promedio 11 mil casos de tuberculosis, 4.500 de VIH y 2.500 de hepatitis virales. Además, siete de cada diez personas tienen hepatitis y lo desconocen; una de cada cinco que tiene VIH tampoco lo sabe. A esto se le agrega que las personas con VIH tienen 18 veces más posibilidades de contraer tuberculosis y una de cada tres muertes relacionadas con el sida se debe a la tuberculosis. Más de 500 mil personas tienen hepatitis B o C en el país.

Por este motivo, y por muchos otros, la participación de quienes viven con alguna de estas enfermedades es clave para llevar a cabo políticas públicas acordes a sus necesidades. ANCCOM habló con la Red Argentina de Jóvenes y Adolescentes Positivxs (RAJAP), quienes formaron parte de la comisión de escritura del proyecto y expresaron: “Las personas con VIH hoy en día somos las que nos ocupamos del acceso a la información, la asesoría legal, la contención de nuestres pares, la adherencia al tratamiento. Somos conscientes de las distintas violencias que enfrentamos y de cuáles son nuestras necesidades”.

El diputado Daniel Gollán, exministro de Salud bonaerense, defendió el nuevo proyecto.

Leandro Cahn, director ejecutivo de Fundación Huésped, expresó que este proyecto es esencial para no solo garantizar un marco jurídico para el acceso oportuno y sin interrupciones a las herramientas de prevención sino también para eliminar las formas de discriminación que existen, por ejemplo, en el ámbito laboral o educativo. Desde RAJAP cuentan que “en los exámenes preocupacionales para ingresar a un trabajo, muchas veces se realizan testeos ilegales de VIH. Si dan positivo, en un acto claramente discriminatorio, se decide no contratar a la persona”.

Además –señalan-, que en la escuela, aún cuando se aplica la ESI, por lo general se habla de las ITS con un modelo de prevención antiguo e ineficaz, basado en el miedo.

Los atropellos no se limitan a esos ámbitos sino que existen casos en donde a las mujeres cis y personas gestantes, muchas veces se les niega el derecho a un parto respetado: se sugieren cesáreas innecesarias basadas en el estatus serológico cuando, en realidad, es posible tener parto natural sin riesgo de transmitir el VIH al bebé. Por estas y otras tantas razones, es que se necesita una nueva ley pensada para enfrentar la realidad de las personas con VIH.

Cahn agregó que una nueva ley podría por un lado ayudar a contribuir a levantar estas barreras pero también asegurar que no dependan sólo del sistema público de salud sino que los diferentes subsistemas lo puedan garantizar.

El proyecto de ley, dijo Gaillard, se convirtió en una lucha federal. RAJAP, por su parte, cree fervientemente que esta ley sentará un precedente para pensar políticas públicas de salud colectivas, con perspectiva social, de derechos humanos y de género.