Por Joaquín Uturbey
Fotografía: Milagros Gonzalez, TELAM

Este viernes se conmemora El Día Mundial de la Lucha contra el SIDA. Los avances contra la enfermedad lograron disminuir contagios y muertes pero, como contrapartida, aumentaron los casos de otras infecciones.

 ¿Cómo es posible explicar el aumento de casos de infecciones de transmisión sexual (ITS) durante los últimos años? ¿A qué se debe? ¿Hay falta de concientización? ¿Está ligado al avance de la ciencia en el tratamiento de enfermedades antes letales como la sífilis o el SIDA? Existen motivos para creer que la relajación en los cuidados durante las relaciones sexuales se traduce a partir de la caída en la tasa de mortalidad de ciertas enfermedades.

El 1 de diciembre se celebra el Día Mundial de la Lucha contra el SIDA. Es una de las jornadas de la salud más emblemáticos a nivel global, ya que es una oportunidad para recordar a quienes han perdido la vida a manos de esta enfermedad, concientizar y celebrar conquistas sociales como el derecho al acceso a servicios de prevención y tratamientos antirretrovirales.

Al mismo tiempo, es una buena oportunidad para visibilizar que dentro de la comunidad científica se advierte una gran preocupación debido a que desde hace unos años se registran en distintas partes del mundo un significativo aumento de casos de infecciones de transmisión sexual (ITS) a raíz del descenso en los cuidados durante las relaciones sexuales, y muchas personas las poseen incluso sin ser conscientes de ello. Las más comunes son sífilis, gonorrea, clamidia, VPH, herpes, entre otras. Afortunadamente, otros virus como el VIH y la hepatitis de tipo B mantienen una tendencia estable e incluso en algunas regiones a la baja.

 “Cuando surge la pandemia del VIH y las personas infectadas comenzaron a desarrollar lo que se conoce como el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, se observó que podían ser tratadas con un fármaco llamado Azidotimidina (AZT), que en algún momento se pensó como un antitumoral previo al descubrimiento del VIH. Lo que pasa con este fármaco pionero es que, a pesar de que tenía sus defectos o contras, le salvaba la vida a las personas”, comenta Federico Aballay, biólogo molecular, y activista coordinador adjunto del Área de Comunicaciones de La Red Argentina de Jóvenes y Adolescentes Positivos (RAJAP).

“La Argentina en 1990 aprueba lo que hoy conocemos como la vieja Ley de VIH, fuimos el primer país que legisló en esta materia, y en ese contexto fue una acción muy acertada, ya que la gente se estaba muriendo. Básicamente la ley lo que hacía era promover la prevención del VIH y su tratamiento para que las personas pudieran acceder por medio de la salud pública. Después, con el advenimiento de las obras sociales, las prepagas y la regularización de todos esos sistemas, con una ley se termina garantizando que las personas que conviven con VIH puedan acceder al tratamiento antirretroviral a través de estas prestaciones. A partir del 1994 empieza a haber como una explosión de antirretrovirales disponibles para tratar el VIH, entonces al día de hoy ya conocemos y tenemos disponibles varias clases”, agrega.

Pero este dato esperanzador tiene su contrapunto en el hecho de que se sospecha que las personas han perdido el temor a contraer el virus debido a la efectividad del tratamiento y optan por relajar los cuidados durante el sexo, hecho que trae aparejada la transmisión de otras ITS.

El 30 de junio de 2022 se aprobó la nueva Ley de VIH. 

Tomás Orduna, médico infectólogo, ex jefe del Servicio de Medicina Tropical y Medicina del Viajero del Hospital Muñiz y miembro del Comité Científico de la Fundación Mundo Sano, explica que “una vez que empezó a disminuir la posibilidad de morir por HIV y se empezó a ver que la gente podía vivir con la infección de manera crónica, indetectable, con mejores drogas, con menores efectos colaterales, que pudieron hacer sus vidas, casarse, tener hijos… en paralelo con eso, que es maravilloso que esté sucediendo, el preservativo empezó a ser dejado de lado, hasta llegar a este escenario”.

En países de todas las regiones se observan aumentos de este tipo de infecciones. Puntualmente en Argentina la tasa de casos reportados de sífilis en hombres y mujeres creció a partir de 2010 de modo sostenido hasta su pico en 2019, con 56,12 personas por cada 100 mil habitantes para ambos sexos en todo el país. En cuanto a la edad promedio de los diagnósticos, son adolescentes y jóvenes los que concentran la mayor cantidad de casos positivos.

Se estima que en Argentina viven alrededor de 140 mil personas con VIH, que el 65% se atiende en el sistema público, y que más del 98% de las infecciones se producen por relaciones sexuales sin protección.

Se estima que en Argentina viven alrededor de 140 mil personas con VIH, que el 65% se atiende en el sistema público, y que más del 98% de las infecciones se producen por relaciones sexuales sin protección. En 2021, la tasa de VIH se ubicó en 10,7 por cien mil habitantes, 15,3 entre los varones y 6,2 entre las mujeres. Al comparar el promedio de las tasas de los períodos 2011-2015 y 2017-2021, se aprecia un descenso del 35%. Se observa una caída en la tasa de mortalidad sostenida en los últimos años, dato que resulta significativo teniendo en cuenta que la tendencia de la tasa de nuevos diagnósticos se mantiene estable, al igual que el porcentaje de diagnósticos tardíos. Si se comparan 2019 y 2020, en el último año hubo 126 muertes menos.

“Después de cuarenta años de trabajar en infectología, en el día a día en la internación en el hospital, el consultorio mío en Avellaneda, uno va viendo cambios a lo largo de estas cuatro décadas. Cuando yo empecé en infectología en el 81, recién se comenzaba a describir el síndrome de inmunodeficiencia adquirida, y desde aquel momento hasta hoy, el HIV ocupa otro lugar en todo este escenario, habiendo pasado por la etapa más trágica que fueron los comienzos de los años 90”, dice Orduna.

“En paralelo a este horrendo panorama se rescató el uso del preservativo como un mecanismo preventivo, fundamentalmente porque veníamos de una época en la que se encontraba en desuso, y la incidencia que tenían las ITS clásicas como gonorrea, sífilis, entre otras, no tenían el impacto que hoy tienen, llamativamente. Yo atiendo una vez por semana en mi consultorio, una cantidad bastante acotada, un promedio de doce pacientes por lunes, y como mínimo uno tiene sífilis. La frecuencia con que ha ido incrementando la incidencia de sífilis a lo largo de la última década podés observar que está pasando en el resto del mundo, en países como Japón y Alemania”. Que las personas estén dejando de lado el uso del preservativo está relacionado al hecho de que disminuyó fuertemente la transmisión de HIV/SIDA debido a que tenemos al 80% aproximadamente de los pacientes en tratamiento, y un importante número de ellos poseen una carga viral indetectable, que se traduce en intransmisible”, agrega.

Viviana Leiro, jefa de Dermatología del Hospital Muñiz y experta en ITS, respecto a si también observa una relación directa entre el avance en los tratamientos y la relajación en los cuidados, dice: “Las enfermedades como la sífilis vienen con un aumento sostenido desde 2010, y lo que se ha visto es no solamente un aumento en adultos, sino también un aumento en sífilis congénita, cuando se transmite de la madre al recién nacido. Esto se da a nivel global, no solamente acá en Argentina”.

Para ella, el aumento “un poco tiene que ver con el tema de los tratamientos antirretrovirales, que hoy vos con una sola pastilla podés controlar la infección por HIV, o el hecho de que indetectable es igual a intransmisible. O sea, que una persona que inicia un tratamiento contra el HIV en pocos meses logra que su carga viral sea indetectable debido a la efectividad de las drogas, y cuando es indetectable más allá de seis meses, esa persona ya no transmite el virus. Eso trajo una relajación en los cuidados, ya no hay tanto temor puntualmente al SIDA. Además de eso, puede haber otros factores que influyen en esta tendencia, como las redes sociales que facilitan y favorecen los encuentros sexuales, nuevas prácticas que aumentan las exposiciones de riesgo, la globalización y los viajes”.

La falta de una mayor inversión en la financiación de los programas de salud, de constantes campañas de concientización y la falta de educación sexual son factores que contribuyen al aumento de estos alarmantes índices. Con la reapertura de la vida social en 2021, después que a raíz del confinamiento producto del covid-19 se observara una fuerte caída en la notificación de todos los eventos de transmisión sexual, y ya con los datos del 2022, se advierte que se han disparado nuevamente este tipo de infecciones en todo el mundo. Al observar cómo se mantiene o asciende esta tendencia, cabe preguntarse qué medidas hay que intensificar para lograr concientizar sobre la importancia de la prevención, fundamentalmente en los grupos etarios más jóvenes.

“Hay que hablar de estrategias de prevención combinada. Hay que hablar del uso del preservativo, de profilaxis preexposición y profilaxis posexposición para el VIH, testeos, vacunas, todo tiene que entrar en el combo. Además hay que implementar campañas sin discriminar y sin estigmatizar, y que sean sostenidas en el tiempo”, agrega Leiro.

Es por esto que esta fecha es una gran oportunidad para volver a concientizar a la población respecto a la importancia de no dejar de tomar los recaudos necesarios a la hora de mantener relaciones sexuales, ya que nos permite gozar del sexo sin exponernos a riesgos innecesarios, evitando contraer cualquier tipo de infección y cuidando tanto nuestra salud como la del otro.