Un libro sonoro

Un libro sonoro

Experiencias desde la comunicación comunitaria y sugerencias para nuevas creaciones se recopilan en «Poscat. El podcast después del podcast», el libro de Ernesto lamas y Gastón Montells que se presenta el miércoles 6 de diciembre en FM La Tribu.

Poscat. El podcast después del podcast es un registro abierto que tematiza el formato sonoro y la comunicación comunitaria desde diversas experiencias en Argentina y Latinoamérica. El libro es el resultado de una seguidilla de seminarios que llevan el mismo nombre, dictados por Gastón Montells y Ernesto Lamas, autores y compiladores, que empezaron el proyecto en 2020 y que continúa hasta hoy. “En un contexto tan singular como ha sido la pandemia, el podcast funcionó como una especie de fogón digital que, con distintos husos horarios y desde distintos territorios, nos agrupó a conversar”, contó Montells en una entrevista para ANCCOM.

“El libro documenta reflexiones sobre la comunicación comunitaria alternativa y las narrativas artísticas sonoras de manera colectiva. Es una especie de itinerario de cuaderno, la imaginamos así.” La edición fue ideada cuidadosamente y ningún detalle gráfico queda suelto. De la mano del estudio de diseño El Fantasma de Heredia, las páginas fueron intervenidas con garabatos, palabras subrayadas, se sumaron anécdotas compinches, frases filosóficas e imágenes imponentes. “Le queríamos dar a la impresión gráfica el ritmo y los atributos de la oralidad. Desde su concepción el libro habilita a intervenirlo”, marcas que registran algo de eso volátil e íntimo que pasa en una conversación con uno mismo o con otros.

Gastón Montells y Ernesto Lamas –que se conocen hace 30 años– escribieron “el libro de sus sueños”. Como no querían ninguna restricción externa, decidieron inagurar su propia editorial: El nombre del Mar ediciones, y estrenaron allí su primera publicación.

El libro viene a llenar un espacio vacío en la literatura sobre el tema, habilitando la conversación sobre una historia que es reciente pero importante. “Queríamos poner mucho énfasis en los podcast pensados para los proyectos comunitarios, desde la comunicación alternativa. Habilitar la pregunta por la voz pública de muchos sectores subalternos que no llegan a los medios hegemónicos: ¿cómo pueden hacer para contar historias?”, planteó Lamas.

 El libro consta de tres partes que emulan el recorrido de los talleres, privilegiado espacio de producción colectiva. En la primera parte, “Cuadernos desde el mar”, se reúnen conceptos y perspectivas inéditos que son el resultado de investigaciones y la experiencia de los autores. Son “paisajes conceptuales”, como explicó Montells, porque “tienen una gran raíz pero son inacabados, en permanente transformación”.

En “Anotaciones desde los territorios de la oralidad” se hace referencia a proyectos y experiencias dignas de ser amplificadas, entre ellas Las Raras podcast, La Voladora Radio, Vokaribe.mp3. Además, se puede encontrar una parte técnica, con ejes a tener en cuenta al producir un podcast, consejos, softwares de producción, plataformas y bibliotecas, e incluso un listado de fondos de fomento para todos aquellos que se aventuren a producir una pieza artística.

Por último, en “Voces desde la indisciplina” aparecen otros y otras autoras que ilustran cómo a partir del podcast se pueden visibilizar temáticas y perspectivas relacionadas al género, a la vida en situación de encierro, la discapacidad, la cancelación y el escrache virtual, entre otros.

Para los autores, “en la creación y los sentidos elaborados del libro hay una cantidad muy grande de personas que participaron de manera muy diversa, más de 40 referentes de radio comunitarias de América Latina, integrantes de más de 200 organizaciones populares de Argentina, estudiantes de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA, tanto de los seminarios que hemos dado como de las clases de Taller 3. Hay una autoridad de sentido ahí colectiva que es, para nosotros, muy conmovedora”.

En relación al formato, Lamas afirmó: “Si se autopercibe podcast, es podcast”. Se trata de un formato novedoso, pero a su vez antiguo. Si bien empezó en 2004, pasó mucho tiempo hasta que se consolidó. Su boom durante la pandemia popularizó su producción, tanto desde medios masivos como desde pequeños productores que se lanzaron a probarlo. Si bien tiene algunas de las características de la radio, la relación entre estos formatos es de solidaridad mutua. “La oralidad de siempre aparece relanzada de modos singulares en todo una ingeniería artefactos digitales, de medios, pero también de procesos domésticos. Queremos que el libro sea inspirador para movilizar otras iniciativas creativas”.

El primer podcast de Argentina se hizo en FM La Tribu cuando Montells era su director. Es una radio que empezó en 1989 como un proyecto de estudiantes de la Carrera de Comunicación, entre los que estaba Ernesto Lamas, y con el paso del tiempo se fue profesionalizando hasta crear una empresa sin fines de lucro. “Durante el período de dirección de Gastón, con una necesidad de amplificar la radio, creamos un sitio de podcasting donde subíamos audios que nos parecían tenían que perdurar en el tiempo, esa era la lógica”, contó Lamas. El 17 de julio de 2005 se estrenó el primer podcast que arrancaba contundente: “La tecnología sirve para decirle al mundo que no estamos de acuerdo”.

Los primeros podcast eran más bien musicales, poéticos, con algunas frases. “Después empezamos a hacer cosas más de investigación con un tema concreto, por ejemplo “Made in Bajo Flores” que investigaba la explotación de la empresa CyA en los talleres textiles”, recordó Montells. Es uno de los primeros podcasts argentinos realizado por un medio comunitario, que además recibió el premio internacional: Nuevo Periodismo de La Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI).

 

El libro será presentado el miércoles 6 de diciembre a las 18.30hs en el auditorio de FM La Tribu (Lambaré 873).

La radio libera

La radio libera

Se desarrolló la Primera Conferencia Latinoamericana de Radio en Contextos de Encierro. Miembros del programa de diferentes rincones del mundo compartieron sus experiencias y dieron cuenta del poder de reinserción de esta herramienta.

Se realizó la Primera Conferencia Latinoamericana de Radio en Contextos de Encierro, organizada por Prison Radio International, el Programa de Extensión en Cárceles de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA) y FM La Tribu donde se inauguró el encuentro el 4 de octubre, último.

En esta primera conferencia llamada “Escuchar la cárcel”, invitados de distintas ciudades del mundo reflexionaron y dialogaron acerca del derecho a la comunicación de las personas detenidas, de derribar mitos y prejuicios del mundo exterior y de pensar a futuro la radio en contexto de encierro.

La conferencia contó con tres paneles de especialistas en la temática: “Radio en cárceles en América Latina y el mundo” del que participó Phil Maguire, director ejecutivo y fundador de Prison Radio International en Inglaterra. Al comienzo de su ponencia propuso creer en el poder de la radio para transformar las vidas. En cuanto a la puesta en marcha del Programa de Prison Radio Internacional en cárcel planteó: “Nosotros no nos acercamos al micrófono porque supimos que las voces que importaban eran las de ellos”. Maguire fue productor radiofónico en la BBC y creó con Prison Radio la primera emisora de radio nacional del mundo para personas privadas de su libertad.

Ximena Granja, trabajadora del servicio nacional de integración a personas adultas privadas de su libertad en Ecuador, también hizo su aporte a esta mesa y contó lo gratificante que le resultó la implementación del Programa de radio en su país: “Los privados de su libertad proponen los temas en el programa de radio en cárcel, nadie les impone el tema, el guion, la producción, edición, locución es cien por ciento elaboración de los detenidos”. Además agregó que ellos solo hacen revisión por si hay algún contenido que no es adecuado aunque eso nunca pasó. Sobre la respuesta de los detenidos declaró: “Ellos asumieron el reto, fueron respetuosos y tuvieron una gran experiencia, de todo el grupo que salió y pasó por el taller. Hubo cero reincidencias y eso es algo que nos llena de satisfacción porque entienden que estos proyectos les trajo nuevos retos a su vida, los empoderó como seres humanos al momento de obtener su libertad y eso da la idea que están bien organizados”.

Paulina Olalla, exdetenida que participó del Programa en Ecuador contó: “Fue maravilloso porque me sentí libre frente a un micrófono, mis pensamientos eran libres, nunca ninguna de las autoridades me dijo `di esto`. Mis compañeras y yo éramos libres, manifestamos lo que sentíamos, volábamos detrás de unos muros que nos detenían, estábamos encerradas pero nuestra mente fue libre”.

Ruth Armstrong, abogada y criminóloga, experta en justicia penal, contó su experiencia en una cárcel en Texas: “Estuve frente a detenidos que hicieron cosas muy malas, pero en vez de conocer criminales conocí personas. Todos necesitamos construir algo mejor y la pena de muerte no es la solución, yo aprendí a escuchar las voces. Muchos crecimos con una política que dice que tenemos lo que merecemos y te das cuenta de que esa no es la realidad. Hacer este tipo de actividades te motiva a tener otro corazón, a tener un sentimiento social distinto y te promueve a hacer otra cosa.” Para ella “la radio en la cárcel construye esperanza, esa esperanza es un hacha con el que se derriba una puerta cuando hace falta”.

“Fue maravilloso porque me sentí libre frente a un micrófono, mis pensamientos eran libres. Mis compañeras y yo éramos libres, manifestamos lo que sentíamos, volábamos detrás de unos muros que nos detenían, estábamos encerradas pero nuestra mente fue libre”, dijo Olalla.

El panel de Derechos y comunicación contó con la participación de Miriam Lewin, defensora del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual quien habló del trabajo de la Defensoría y comunicó: “En la Defensoría consideramos que la comunicación desde adentro es fundamental. Estamos convencidos de que, cuanto más porosas y transparentes sean las paredes de las instituciones cerradas, menos posibilidades hay de que se violen otros derechos fundamentales”. 

Lewin también compartió las «Recomendaciones para el abordaje mediático responsable de los contextos de encierro y las personas privadas de la libertad» disponibles en la página de la Defensoría. (https://defensadelpublico.gob.ar/wp-content/uploads/2023/07/recomendaciones-contextos-de-encierro-1.pdf ).

También estuvieron Claudia Cesaroni, directora del CEPOC (Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos) y Macarena Fernández Hoffman, la coordinadora del equipo de Política Criminal y Violencia en el encierro del CELS (Centro de Estudos Legales y Sociales), ambas hablaron del derecho a la comunicación de los detenidos informando, desmintiendo mitos en torno a la tenencia de los celulares en la cárcel.

Cesaroni aclaró: “El derecho a la comunicación significa poder usar dispositivos como lo usamos todas las personas, y si algunas personas usan estos dispositivos para cometer delitos, de ninguna manera eso implica prohibirlas para todos”. Luego habló del derecho que tienen las personas privadas de su libertad a poder mostrarse o ser mostrados, habló de cómo se comunica cuando una persona es procesada, condenada o que cometió un delito y la necesidad de evitar que esas comunicaciones sean violatorias de su dignidad: “No hay una intervención pública suficiente cuando esa manera de ser mostrado es denigrante”, advirtió.

Por otro lado, la coordinadora del CELS recalcó: “La cárcel es sólo privación de libertad y el resto de los derechos, como la comunicación, deben ser garantizados”.Y sobre el uso de celulares, describió:“El celular no es solo comunicarse sino también una puesta a futuro al momento de la salida.. Es una fuente de denuncia de violencia, el celular expande otros derechos. Un ex detenido contaba que antes, cuando usaban el teléfono público, había peleas si te pasabas un minuto y había una pelea que no sabía cómo podía terminar. Con el uso del celular bajo la violencia y la ansiedad de saber qué pasa con su familia al estar encerrado”.

Cesaroni opinó sobre el caso de la Provincia de Buenos Aires con la regulación y la habilitación del uso de celulares a partir de marzo del 2020: “Para garantizar los derechos al contacto con familiares y con el afuera, el servicio penitenciario bonaerense desarrolló un protocolo para habilitar y regular los celulares y a partir de ese momento el protocolo está vigente. De esta práctica se observó una disminución de la violencia dicho tanto por los detenidos, los defensores y los jueces como los trabajadores del servicio penitenciario.

La Comisión de Hechos Violentos comunicó que desde el 2019 al 2021 los hechos violentos disminuyeron un 49%. “Todas las personas con celulares tienen registrados el aparato y el chip, solamente se puede tener acceso a whatsapp, no a redes sociales, Si de alguna manera te conectas a una red social salta de una manera y te hacen un acta o una sanción disciplinaria”.

En el último panel, denominado “Qué será de la radio en cárceles”, fue una invitación a pensar la construcción de la identidad sonora identitaria.

Gastón Montells, comunicador, docente y productor cultural, afirmó que las ideas más grandes son las que podemos pensar en conjunto. “Si hay un desafío comunicacional inicial que habilite una conversación tiene que ver con el hecho de ́desencantar, de quitar el encantamiento, entendiendo como encantamiento a todo proceso normalizador o de sumisión, debemos desnaturalizar, permitirnos construir otros reales posibles”.

“Los proyectos que logran contarse son realmente diferenciales, las experiencias con las radios comunitarias o los proyectes en cárceles son una confirmación de eso, de cómo juntos habilitan narrativas que empiezan a ser originales, empiezan a anunciarse por sí mismos, la oportunidad que permite, con otros tiempos y otros lenguajes”, describió Montells.“Los proyectos comunitarios han sido fundantes de procesos porque siempre intentan construir sus condiciones de existencia .Los cuerpos están encerrados y las imaginaciones son infinitas, la imaginación nos permite narrarnos con otras enunciaciones”.

Mikki Lusardi, directora de Nacional Rock, sostuvo que  lo mejor que puede dar lo público es el federalismo. “La gran ventaja de institucionalizar este tipo de comunicación tiene que ver con romper con la estigmatización, cuando algo se vuelve institucionalizado es mucho más difícil construir un discurso que vaya en contra. Si las personas privadas de su libertad puedan tener un entramado que los ampare y los proteja solo les abre oportunidades”.

Lili Cabrera, exdetenida cerró la mesa: “Pensaba en el título del evento “escuchar la cárcel”, cómo sobreviven estos proyectos si nos gana el neofascismo y en ese contexto veo la crueldad del sistema”. Cabrera recordó: “Se llevaron a cabo proyectos que parecían imposibles, yo soy liberada pero pienso en las personas que estaban dentro y en sus familiares, pienso también en las conquistas y es difícil que estos proyectos funcionen. Yo también entré con otros proyectos, como el de la fibra óptica para que se pueda estudiar en la cárcel”. Luego retomó algo de construir sentido y recordó: “En nuestro colectivo la comunicación es muy importante para comunicar un producto de la cooperativa textil y de encuadernación, como comunicar lo que hacemos sin victimizarnos”.

Cabrera cerró: “Como sociedad tenemos ese desafío, cómo hacer que las personas privadas de su libertad salgan y puedan hacer otra vida, las personas pobres son las que van a la cárcel pero cualquiera puede pasar por un penal”.

En la conferencia se abordaron distintos temas en torno a la comunicación en el encierro. Algo quedó en claro y es que nada sucede sin intervención y sin articulación colectiva.

«El treinta por ciento de los locutores está debajo del límite de la pobreza»

«El treinta por ciento de los locutores está debajo del límite de la pobreza»

Las voces de los medios se encuentran en conflicto con las radiodifusoras y exigen aumento salarial. Además, existe preocupación por el reemplazo de profesionales por programas de inteligencia artificial.          

Están en la radio, en la televisión, detrás de una publicidad pero, en general, no los conocemos. A veces, ni siquiera le vemos las caras. La locución tiene mayor reconocimiento en la radio, pero allí también se alzan reclamos para que la profesión sea respetada como corresponde. El Sindicato Argentino de Locutores y Comunicadores (SALCo) viene pidiendo desde hace tiempo una recomposición salarial, incluso con medidas de fuerza. “La paritaria de ARPA (Asociación de Radiodifusoras Privadas Argentinas) todavía sigue estando dura, los empresarios privados no quieren dar rienda suelta”, dice Fernando Costa, locutor institucional en la Televisión Pública que también trabaja en la radio digital Conexión Abierta. Hace 32 años que desarrolla el oficio, marcado a fuego por su padre, y hoy su hijo continúa la dinastía familiar.

SALCo lleva adelante el reclamo junto con una intersindical, donde se encuentran el Sindicato Único de Trabajadores Espectáculo Público (SUTEP) y la Asociación Argentina de Trabajadores de las Comunicaciones (ATRAC), que nuclea a los operadores, más algunos gremios de prensa.

“ARPA no quiere dar los aumentos y entonces deja al trabajador en condiciones paupérrimas. Los medios siguen esa política, a pesar a pesar de que algunos compran y venden medios o quiebran y los trabajadores continúan su labor por su vocación para sostenerlos”, relata Costa, secretario de Profesionalidad e integrante de la Comisión Directiva nacional y secretario de Acción Social del sindicato.

Hay entre 10 mil y 14 mil locutores activos, muchos cobran en negro, algunos son independientes pero están afiliados al gremio con una cuota de 660 pesos. El salario básico de un locutor es de alrededor de 120 mil pesos, muy por debajo de la canasta básica que ya supera los 200.000 pesos. El rango de categoría se compone de seis escalas, “A es la principal, imaginate, un pueblito en La Rioja, que se cobra en la categoría “F”, no llega a los 100 mil pesos. Entonces, el 30 por ciento de los locutores está bajo el límite de la pobreza. El profesional que tiene formación académica, que consigue un puesto en blanco, con todos los descuentos cobra muy por debajo de la canasta básica”, describe Costa.

Otro tema de conflicto está vinculado con la situación de los empresarios del entretenimiento y de otros sectores que fueron comprando emisoras emblemáticas en los últimos años, pero no reconocen las deudas contraídas por las gestiones anteriores. Es el caso de Radio Rivadavia y de Radio Del Plata. Costa recuerda la deuda que esas emisoras tienen con el SALCo y lo que plantean: “Nos dicen: ‘Les pago a ustedes o se lo doy a los trabajadores’».

Voces que no son humanas

Un tema en auge que afecta a la profesión es el uso de la inteligencia artificial (IA). “Estamos en contra de la mal llamada ‘inteligencia artificial’ porque si está programada por alguien, no es inteligente, y repudiamos todo formato que quite puestos de trabajo”, enfatiza Costa. “Promovemos los puestos para personas humanas, creemos en que hay que respetar las condiciones dignas de trabajo, así como las normativas vigentes en Argentina, que son muchas, no así en el resto de América Latina y el mundo. Somos uno de los pocos países con un sindicato declarado y reconocido por el Ministerio de Trabajo de la Nación, por la Ley de Medios. Dentro de ese marco, tenemos la protección de poder reclamar que se defienda y proteja el trabajo del comunicador y del locutor, y repudiamos todo lo que nos quite trabajo real”.

La polémica también gira en torno a los derechos de uso, ya que la IA utiliza una base de datos de creaciones hechas para generar patrones sin permiso y de forma gratuita. “La voz del hombre no se puede reemplazar por una máquina, y esto le está quitando trabajo a cantantes, actores, actores de doblaje, músicos, artistas plásticos, porque toman parte de su obra, crean algo nuevo y no pagan derechos de autor, ni de uso, tampoco los derechos de originalidad de la voz, entonces se vuelve en contra”.

Desde el sindicato y las multisectoriales del rubro audiovisual, se están interiorizando con expertos en la materia y del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, evaluando de qué manera se pueden reglamentar las normativas de uso cuidando los puestos de trabajo ante el advenimiento de esta tecnología.

Un asunto adicional es la aparición de plataformas digitales, como LuzuTV o República Z, entre otras, que transmiten vía web en un estudio de radio, con presencia de conductores y operadores, pero no de locutores. “El soporte que se use, independientemente de la tecnología, hace que no se pierda el espíritu de radio”, opina Costa. El Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM), al no poder actuar sobre un formato que incorpore Internet, no puede regular. La convivencia, según Costa, es lo mejor.

 

Doblajistas y publicidad

La profesión de doblajista es un mundo totalmente aparte, ya que gana mucho menos que un locutor y trabaja de forma independiente. Para lograr un ingreso digno tiene que hacer varios doblajes paralelos y si es una participación protagónica se rige por un convenio con la Asociación Argentina de Actores (AAA) a través de normas internacionales, puesto que el locutor también es actor de doblaje, a pesar de que hay actores y cantantes que incursionan en la tarea.

A su vez, la locución publicitaria es una rama fundamental que está presente en nuestras vidas al encender el televisor, escuchando radio o viendo un video y que se interrumpa por un aviso. Se rige por un convenio entre la Asociación Argentina de Agencias de Publicidad (AAAP), la Cámara de Anunciantes y el Ministerio de Trabajo. “Cuando viene alguna agencia y se jactan de lo maravillosos que son, los premios que ganaron, cuando empiezan a regatear el tema de las tarifas y los precios les decís: ‘¿Cómo le vas a poner precio a mi trabajo?’. ¿Cómo vas a tirar abajo tu laburo? ¡Ponete un parripollo! Tenés que enseñar a pagar a los trabajadores, el locutor tiene un precio y está en el costo de producción. La esencia está en el locutor que es el que vende el producto”, sostiene Costa.

 

El día a día

El staff mínimo que requiere una emisora de radio son diez locutores, y legalmente tiene que haber uno por turno, tanto comercial como informativo. Antes el número era mayor, pero con la incorporación de periodistas, actores y celebrities, se redujo al mínimo e indispensable para estar en el aire. La sigla de la radio debe ser hecha por un profesional habilitado, que además es el único apto para decir las marcas y leer el boletín de noticias.

Cuando un locutor recién egresa, algunos institutos enseñan a armar un demo y hay que golpear la puerta del medio para darse a conocer. En la actualidad, muchos se dedican al trabajo independiente, porque hay buena remuneración por una campaña de radio. “Pero tienen que hacer un home studio para que pueda servir el material y ganar un concurso o un casting, sino tenés que salir a patear a las emisoras de radio, televisión y cable”, señala Costa, para quien “el bagaje que tiene cada persona va a hacer que conquiste un laburo o no”.

Sobre el sentido de la locución, Costa reflexiona: “Para mí es muy profundo, porque mi padre, mi hijo y yo somos locutores. Somos tres generaciones vivas de profesionales, nos recibimos en el ISER y seguimos activos. Mi padre en la ciudad de Luján despunta el vicio después de haber recorrido todos los medios grandes. Imaginate, para mí atraviesa toda mi historia, desde muy cachorro, ver a los más grandes de la radio y la televisión, crecer mirándolos y aprender, enamorarme del medio, después trabajar con muchos de ellos en este camino y que mis hijos hayan elegido uno la locución y otro la producción y dirección de televisión, significa que algo han heredado de esta pasión por la comunicación. En lo profesional, hace que uno se meta en el sindicato y defienda todo, por los que nos precedieron, por lo que estamos transitando, por los que vienen y por los que se están formando. Mientras, tengamos el corazón que lata vamos a querer y defender la profesión con mucho orgullo”.

«¿Por qué todo es transparente y la cárcel no?»

«¿Por qué todo es transparente y la cárcel no?»

El Centro Cultural Paco Urondo reunió tres experiencias de emisiones radiales desde presidios. Se viene el encuentro internacional de la Prison Radio Conference.

¿Qué vemos, escuchamos y sabemos sobre las vidas de quienes pasan sus días privados de la libertad? ¿Quiénes y desde dónde las y los hablan? ¿Qué conocemos más allá de los estereotipos estigmatizantes fabricados en noticieros y ficciones?

Estas preguntas reúnen algunas de las cuestiones principales de las que se hablaron, el viernes pasado, en el Centro Cultural Paco Urondo, en el panel ¿Qué onda? Radios y Cárceles en Latinoamérica y el mundo, que reunió diferentes experiencias de radios en cárceles, principalmente, de Reino Unido y Argentina.

En un tiempo histórico en el que reina el mandato de mostrarlo todo, la Defensora del Público, periodista y exdetenida desaparecida Miriam Lewin, se preguntó: “¿Por qué todo es transparente pero la cárcel no?” Y afirmó que «cuanto más transparentes y más porosas son las paredes de las cárceles en cuanto a derecho a la comunicación, menos posibilidades hay de que se violen otros derechos fundamentales como el derecho a la vida, al trabajo y a la salud».

Ya sea como crítica a la concepción empresarial, mercantil e ideologizada de los mensajes que circulan en los medios de comunicación masivos y audiovisuales, ya sea a partir de los interrogantes a cómo estos mensajes imponen ciertas interpelaciones, ya desde los cuestionamientos a la falta de políticas públicas, el derecho humano a comunicarse anudó las diversas exposiciones del panel.

Lewin y Dany Fernandez, integrante del programa La comunicación desde adentro de la Defensoría del Público, comentaron que el organismo trabaja promoviendo en las cárceles el derecho a la comunicación y la formación de audiencias críticas, y analizaron cómo las representaciones y discursos estigmatizantes de los medios funcionan como condena, aunque muchas veces la justicia aún no se haya expedido o lo haga tarde y mal.

“Los medios invisibilizan las problemáticas que se viven en los contextos de encierro así como las acciones inclusivas realizadas en las unidades penales como talleres, cooperativas y la educación a la que acceden internos e internas», seña el informe compartido por la Defensoría del Público que, además, expresa: “El ejercicio de derechos se asocia con la idea de privilegios inmerecidos, fomentando la negación de todo derecho”. Asimismo, denuncia la ausencia de fuentes y estadísticas confiables o el uso sesgado de las mismas en los informes periodísticos.

Traspasar los muros, confrontar estereotipos, romper la incomunicación y el aislamiento, desarmar las frases hechas y contar en primera persona el funcionamiento del dispositivo judicial y la experiencia del encierro es una necesidad y un derecho.

Radio Mosquito, proyecto coordinado por Diego Skliar y Diego Tejerina y realizado por estudiantes del Centro Universitario San Miguel (CUSAM) en la Unidad Penal N° 48 de José León Suárez, cuenta en su episodio 62 la absolución de Martín Muñoz, quien pasó 13 años y 6 meses preso por una “causa armada”.

Para Skliar «no es un tema de visibilidad, nadie puede decir que no sabe cómo se vive en las cárceles argentinas”. Sostuvo que estamos en un momento “triste y problemático” porque se trata de un grado superior de represión legitimada. Y disparó la pregunta: “¿Por qué las voces de las personas privadas de la libertad sólo aparecen en medios comunitarios y no tienen representación en los grandes medios públicos y privados?” Señaló el necesario compromiso de estos actores fundamentales y afirmó que “la política pública no puede ser una carambola” que deje la resocialización en el plano del poder de resiliencia de cada persona.

Fernández, fundador e integrante del proyecto Radio Belgra, y Daniel Tejerina, sociólogo y creador de Radio Mosquito, conocen en carne propia y desde su cuerpo silenciado -y hablado por otro- qué significa el encierro. Coinciden en que recuperar y construir la propia voz es lo que les permitió pensar y construir nuevas narrativas y proyectos de vida. «Fue la literatura y el acceso al espacio radial lo que me llevó a preguntarme quién era, si era en verdad eso que decían de mí, si eran verdad esas representaciones en la radio o la tele de los pibes con visera, si era verdad que quería morirme en cana», contó Dany.

RadiOculta, una experiencia radial puesta en marcha en la cárcel de Devoto en 2017, emite semanalmente los jueves a la medianoche por FM La Tribu y está coordinada por la radio en conjunto con el Programa de Extensión en Cárceles (PEC) de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Alejandro Demasi, de FM La Tribu, insistió en que es preciso que en las cárceles se apropien de la radio como instrumento, “más allá de las organizaciones sociales u organismos públicos vinculados al proyecto” y que una meta colectiva deseable tiene que ser la construcción de una red nacional de este tipo de proyectos.

Phil Maguire, docente, periodista y activista, compartió en el panel la experiencia de National Prison Radio (NPR) en Reino Unido, “una radio hecha por y para personas privadas de la libertad, escuchada aproximadamente por el 75 por ciento de la población que vive en cárceles, en un promedio de 13 horas por semana”. Maguire destacó que NPR tuvo muy buenos resultados y logró cambiar la representación que algunos noticieros tenían sobre lo que pasa dentro de las cárceles, hecho que les sirvió para evidenciar el impacto del proyecto y obtener el apoyo “estratégico y financiero” del Ministerio de Justicia que es hoy “su principal socio”.

Maguiere llegó a Argentina buscando tender redes para un ambicioso proyecto: poner en sintonía las radios en cárceles a escala internacional. El próximo 15 de junio, en Oslo, Noruega, tendrá lugar la primera edición de la International Prison Radio Conference. Se espera que el encuentro sea replicado en 2023 en Londres y en 2024 en algún país de Latinoamérica.¿Queremos involucrarnos y escuchar?

Discriminación y silencio de radio

Discriminación y silencio de radio

«Tenemos una doble desigualdad por nuestra condición de género”, señaló la operadora de radio Natalia Bravo. Esta frase se enmarca en los resultados obtenidos de la encuesta anual de la organizaciónOperadorxs autoconvocados, en donde se demuestra la disparidad de género en los cargos de operación y coordinación de aire en las radios de Argentina. El censo tuvo como objetivo visibilizar esa falta de paridad en ese sector de medios, la aplicación de la Ley 27.499 o más conocida como Ley Micaela y la (falta de) inclusión del cupo trans y no binarie.

El relevamiento realizado a 783 operadores que se desempeñan en 83 radios del país mostró que el 79% de quienes ejecutaban esa función eran hombres. “Creo que las mujeres, trans, travestis y no binaries no están siendo invitades a tomar el control en las radios. No están siendo estimuladas ni incentivadas”, consideró Bravo.

En el informe, también se observó una gran desigualdad ante las operadoras que tienen hijas e hijos, algo que funciona como un condicionante para el acceso a los puestos de trabajo. En muchos casos han señalado que deben omitir su maternidad para poder ser tenidas en cuenta en la selección de personal. “Existen jefes de operadores que aclaran que no toman mujeres para hacer suplencias, que es la manera de entrar a una emisora. La disponibilidad horaria para cubrir la oferta de suplencias está marcada por la condición de no ser madre”, señaló Alejandra Nieto, delegada sindical de la Asociación Argentina de Trabajadores de la Comunicación (ATRACC). “No existen contemplaciones para las madres que amamantamos o tenemos niñes pequeñes –agregó-. A la hora de aceptar una suplencia hemos llegado a llevar a nuestros hijes a pasar la trasnoche con nosotrws en los controles de transmisión”

En el marco de la pandemia, desde esta organización señalan que se profundizó aún más el destrato en los medios para las operadoras y los operadores y de radio, quienes en muchos casos eran obligados a asistir a esos espacios mientras los conductores trabajan desde sus casas, sino que también, en muchos casos, debían asistir a lugares que carecían de protocolos para evitar los contagios.

Desde la organización, enfatizan las cuestiones de los maltratos y la vulnerabilidad en los derechos laborales de los y las encargadas de la operación, quienes por un sueldo que no llega a cubrir la canasta básica, deben realizar otras labores como productores, técnicos o inclusive personal de limpieza. «Los operadores estamos ganando muy poco, pero no tener matrícula para operar puede llevarte a radios que se manejan arbitrariamente por la cantidad como por la calidad de trabajo. En algunos lugares, te pagan cuando y como quieren y ni hablemos de los montos irrisorios., que en gran parte se cobra en negro”, declaró Bravo. “Los operadores con carnet –añadió- pueden pasearse por un montón de radios, en donde no solo no se le respeta el título, sino tampoco la experiencia y sus derechos”.

En un ámbito laboral que mayoritariamente es realizado por hombres, consideran desde la organización que en la actualidad las personas siguen siendo juzgadas y maltratadas por su género. “El maltrato tiene sus técnicas: el ninguneo, el descrédito, el mansplaining, el ‘yo sé más que vos, vos no sabés nada’», consideró Bravo. A lo que siguió: “La mujer que opera es doblemente evaluada. Tenés que saber un montón de cosas, que no importa que los hombres no sepan: vos lo tenés que saber». A pesar de los cambios sociales que han suscitado en las últimas décadas, desde la organización, poco ha cambiado en las condiciones de acceso a los puestos jerárquicos de los controles. “En más de 20 años de trabajo en el sector he conocido una sola mujer jefa de Operadores y no he conocido compañeras que hayan ido a hacer la técnica de transmisiones de fútbol a las canchas en radios de las que llamamos grandes”, manifestó Nieto.

            Durante los últimos años, producto del cierre y del cambio de dueños de muchas radios, muchas y muchos operadores quedaron sin trabajo y han tenido dificultades para poder reinsertarse laboralmente en un medio. En paralelo, el crecimiento de las radios por internet, lejos de mejorar las condiciones laborales, profundizó aún más la precariedad laboral. “Las radios online quieren a los operadores de radio pero pagándoles miserias y ante tanta necesidad y precariedad, tomamos esos puestos completamente vulnerables, desprotegidos, entregados y hasta regalados”, enfatizó Bravo. En tanto, Nieto, en la misma sintonía, señaló que en los lugares donde más se profundizó la precariedad laboral, mayoritariamente se encuentran las operadoras y trabajadores sin licencia.

            El énfasis sobre la cuestión de género, también es considerado un límite para poder desarrollar su actividad con normalidad. “Siempre está la discriminación por nuestro género, por encima de nuestra capacidad, individualidad, subjetividad”, afirmó Bravo. Siguiendo este planteo agregó: «Cuando dicen: ‘Que bueno, una operador mujer o trans’, están enfatizando nuestro género, celebrando nuestro  género y a los hombres no se les dice nada. Nosotres estamos haciendo nuestra labor, nada más.”

            En Operadorxs autoconvocadxs, personas de distintas partes del país, comparten e intercambian sus experiencias y oportunidades laborales a través de las redes sociales. “Hay que visibilizar este tipo de cosas, nos dimos cuenta de que hay violencia que no se pueden dar y si se dan, no podemos ser cómplices», cerró Bravo.