La pregunta del millón

La pregunta del millón

Se presentó el primer capítulo de “¿Cómo ganar plata?”, la serie documental ideada y conducida por Ofelia Fernández. La pieza analiza el mundo del trabajo juvenil para explicar su complejidad y contradicciones.

El martes se estrenó “¿Cómo ganar plata?”, el primer capítulo de la serie documental de Ofelia Fernández sobre las distintas formas en las que trabajan las nuevas generaciones. A lo largo de cuatro capítulos se propone hacer una radiografía de los problemas que enfrentan los jóvenes en el mundo laboral. La serie cuenta con la dirección de Agustina Claramonte, el apoyo de la fundación Fundar que se encargó del rigor técnico del proceso y el nuevo medio de comunicación Corta, que compartió el primer episodio en su canal de Youtube.

Desde las 18:00, la fila se fue armando en la vereda del Complejo Art Media, lugar donde se llevó adelante el estreno, y que también fue una de las locaciones de la serie. El interior estaba ambientado como un cine y se llenó por completo. En las paredes se colocaron carteles que decían: “Ganá plata mientras dormís”, “¿Querés ser tu propio jefe?”, “¿Y si te arriesgás y ganás?”. En las primeras dos filas, había varios elementos de oficina, computadoras viejas y teléfonos de cable, instalando una premisa sobre el choque entre lo viejo y lo nuevo en el mundo laboral.

Fernández entró al escenario presentada por Ivan Schargrodsky. Mostrando la frescura que la caracteriza y que marca el tono del documental, le dice al público: “Si alguno tenía la ilusión de venir acá a saber efectivamente cómo hacer mucho dinero, no tengo esa respuesta”. Afirma que “desde noviembre me di cuenta de que no entiendo nada. Entonces decidí salir a preguntar”. Después de los agradecimientos, comenzó la transmisión del primer episodio.

El capítulo

Fernández es clara y convoca esta vez desde la pantalla: “Los invito a dejar de negar esta crisis y les aseguro que no voy a encontrar la consigna, la síntesis que logrará volver a ponernos a todos a hablar el mismo idioma. Porque esto es mucho más complejo, pretendo rendirle honor a esa complejidad”. Fiel a su postulado, el “formato pregunta” está presente en todo el episodio, invitándonos a cuestionar en lugar de cerrar sentidos.

Para comenzar, el documental arranca con una anécdota: un abuelo le cuenta a su nieta que a su edad entró a un laburo donde pasó toda su vida hasta jubilarse, comprándose una casa y un auto. Este hecho contrasta con la experiencia de su nieta, que pasó por 25 trabajos, con eso alquila un monoambiente y ni siquiera piensa en jubilarse. Entonces Fernández se pregunta: “¿Qué hay de bueno y de malo en cada foto? ¿Hay que rearmar el mercado de trabajo que existió? ¿O hay que construir uno nuevo sobre el estallado que nos quedó en frente?”.

“Durante los últimos años advertimos: ¡vienen por tus derechos laborales! Vacaciones pagas, aguinaldo, indemnización, jubilación. Pero de repente nos desayunamos que eso no importó tanto, no asustó tanto. Porque quizás no es la realidad de la mayoría de la gente que labura. Quizás seguimos hablando como si el mundo se hubiera quedado congelado en el siglo pasado”, afirma Fernández.

“Con la realidad no hay que enojarse, hay que tratar de entenderla”, sostiene la exdiputada. Para entender cómo trabaja nuestra generación, Fernández empieza por lo más elemental: la conversación. Se acerca y habla con un ex-policía, con una trabajadora del ámbito privado, con una mesera, una influencer, una manicura, un repartidor, una profesora de educación física. ¿Por qué trabajan de lo que trabajan? ¿Cómo llegan a fin de mes? ¿Qué problemas tienen? ¿Cuáles son sus aspiraciones?

En diálogo con ANCCOM, Fernández cuenta sobre el proceso: “Es combinar una inquietud, que es el deseo de interpretar y, ojalá, representar las nuevas demandas de mi generación. En este caso particular, de esta primera pieza, de la relación con el trabajo, con el dinero”. Afirma que esta es la mejor manera de contarlo. Para elegir a los testimonios del documental, cuenta que buscó a las representaciones más genuinas de algunas categorías de trabajo: “Creo que terminó siendo bastante representativo de cuál es la foto de esta generación en ese vínculo en particular. Siento que es un tema que podría ser re denso, y que de alguna manera termina siendo relativamente esperanzador”.

“Las ideas son algo muy valioso cuando parece que todo ya está hecho”, sostiene Fernández. En contraste a los videos rápidos y cortos que predominan, la exdiputada hace una apuesta artística para transmitir su mensaje. Capta los sentires de la época y los traduce con audacia en el lenguaje audiovisual.

 

La recepción del público

Al finalizar la proyección, ANCCOM dialogó con el público. Allí estaban, por ejemplo, los periodistas Lía Copello y Matias Mowszet. Sobre sus expectativas, Copello cuenta que “El título ya era algo tentador, porque es algo que está ahí presente en todo, así que valía la pena darle una oportunidad”. Mowszet agrega: “Me imaginaba que iba a ser algo provocador, uno de Ofelia se esperaba eso, y provocó”.

Copello resalta que le “llamó mucho la atención esta conclusión de que estamos todos pensando en la plata. Me aclara y me deprime a la vez. Con algunas cosas me sentí muy identificada, con laburos que nada tenían que ver con el mío”. Mowszet se queda con la parte donde se asegura que “la discusión política está concentrada en menos del 40% de la población laboral. Todo lo que discutimos a nivel laboral, está concentrado en muy poca gente. Me parece que identifica muy bien por qué se pierden las elecciones”.

El periodista Marcos Aramburu afirma que “hay algo de ir a buscar los testimonios y no presuponer esa información, que es sorprendentemente revolucionario en estos momentos de la política. Hay algo de ir a ver a quién estás pretendiendo representar”. También destaca la puesta artística “en un momento donde todas las piezas de comunicación política que ves son de un político tratando de hacer una Bizarrap Session. Esto es como un cachetazo impresionante. Estético, artístico y conceptual”.

El primer capítulo de esta serie documental, se encuentra disponible en el canal de Youtube Corta.

«Hay una decisión política de perseguir a ciertos sectores de la sociedad»

«Hay una decisión política de perseguir a ciertos sectores de la sociedad»

Ciento siete casos de violencia policial en un año, un sistema de encierro sobrepoblado y aumento de prácticas represivas, tal es el balance del nuevo informe del Mapa de la Policía, plataforma que visibiliza el accionar de la fuerza de seguridad porteña.

“La diferencia fundamental de la Policía de la Ciudad con el resto de las fuerzas es que desde su origen hasta hoy ha sido conducida por la misma alianza política”, afirmó la titular de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI), María del Carmen Verdú.

Lo hizo durante la presentación del Tercer Reporte del Mapa de la Policía, la plataforma que tiene como objetivo visibilizar casos de abuso policial. Verdú explicó la decisión de empezar por localizar la herramienta en territorio porteño: “No es casual que sea la fuerza de seguridad con el porcentaje más alto de muertes por gatillo fácil con el funcionario fuera de servicio pero con su arma reglamentaria”.

A un año de su lanzamiento, el último informe del Mapa –que abarca el primer semestre de 2023–, registró un total de 236 denuncias, de las cuales se decidió visibilizar 107. De estos casos, eligieron destacar e investigar la muerte del manifestante Facundo Molares como consecuencia de la represión policial.

“Queríamos desmentir con claridad la hipótesis que levantaban los medios de que había muerto por cuestiones que no tienen que ver con el accionar de la policía”, subraya Stephanie Darling, integrante del Equipo de Investigación Política (EdIPO), en diálogo con ANCCOM.

Con la herramienta colaborativa del Mapa buscan darle luz a prácticas reiteradas en materia de seguridad porteña. “No se trata de un policía particular, sino de una decisión política de perseguir, amenazar o violentar a ciertos sectores de la sociedad”, remarcó Ofelia Fernandez, la impulsora del proyecto, durante la presentación, realizada el pasado 26 de septiembre en FM La Tribu.

Además del caso de Facundo Molares, el Tercer Reporte considera que la elección de Gerardo Morales como candidato a vicepresidente de Horacio Rodríguez Larreta, días después de la represión al pueblo jujeño, fue el otro punto clave que evidenció una “sobreactuación” represiva del actual jefe de Gobierno porteño, que lo llevó a perder la interna con Patricia Bullrich, la principal representante del punitivismo en Juntos por el Cambio. Esta “carrera” electoral, según Ofelia Fernández, tuvo “un costo excesivamente alto”: el asesinato de Molares y 170 heridos en las movilizaciones de la provincia norteña.

Con un aumento del 900 por ciento en relación a 2020, hoy 1.400 personas están detenidas en comisarías y alcaidías de la Ciudad de Buenos Aires. “Están en condiciones indignas, las alcaidías no son espacios preparados para que las personas puedan alojarse. Que una persona esté privada de su libertad, no quiere decir que daba ser privada de todos sus derechos”, denuncia Stephanie Darling.

Frente a estos datos, el informe del Mapa de la Policía se pregunta el porqué del fenómeno. La respuesta es por la suba de presos durante el período 2015-2019, debido a la aplicación de leyes de endurecimiento penal, que se trasladan al Sistema Penitenciario Federal (SPF) porque CABA no cuenta con cárceles propias. “Y cuando el SPF cierra el ingreso, como hizo en 2020 para bajar su superpoblación, se empiezan a acumular en las comisarías y alcaidías”, consignan en el reporte.

Este tipo de medidas punitivas y los casos de violencia policial, para Ofelia Fernández, se relacionan con la inseguridad: “A veces la negligencia y el abuso policial explica la ausencia de seguridad en situaciones en donde hay demanda. Hay una conexión entre lo que se hace de más y lo que se hace de menos”.

La legisladora porteña opina que se debe abordar esta discusión de manera más profunda para no permitir que la dicotomía sea “seguridad o delincuentes”, y define al Mapa como un mecanismo para aportar datos y análisis concretos.

“Preferimos que los policías tengan miedo de ser denunciados en plataformas de estas características a que lo tenga un vendedor ambulante mientras hace su laburo», dice Ofelia Fernández.

El Mapa de la Policía funciona como una red de cuidados entre ciudadanos. “No queremos hacer una herramienta en contra de la Policía, pero es muy importante que todos tengamos la información necesaria sobre quién es la policía, qué debería cumplir y cuándo se trata de violencia policial”, precisa Stephanie Darling.

Tal como dijo Fernández, la creación de esta herramienta es una declaración política: “Preferimos que los policías tengan miedo de ser denunciados en plataformas de estas características a que lo tenga un vendedor ambulante mientras hace su laburo, o una persona que se está movilizando, o una mujer trans caminando por la calle”.

«No es revancha, es amor y dolor»

«No es revancha, es amor y dolor»

El peronismo porteño realizó un acto en Parque Lezama para «cuidar» a Cristina Fernández de Kirchner y solidarizarse con ella tras el atentado del que fue víctima el pasado 1º de septiembre.

Es una concentración anunciada en defensa (de la vida) de Cristina Fernández de Kirchner, pero a la vez hay un clima de recital o estadio de fútbol Con sus banderas de fondo, la multitud agita y aguanta arriba de las gradas del anfiteatro del Parque Lezama, dispuesta en un semicírculo que mira hacia el escenario que está en el centro. A una semana del atentado a su líder, partidos, agrupaciones y autoconvocados peronistas, kirchneristas y de izquierda, se concentran para repudiar el odio con unidad.

El jueves 1 de septiembre pasadas las 21, un hombre llamado Fernando Andrés Sabag Montiel gatilló dos veces en la cara de la vicepresidenta. En el video que se viralizó y que espantó a una gran parte de la población, se ve que justo en el momento en que el arma se acerca a su cara, Cristina se agacha a buscar un ejemplar de Sinceramente que se le había caído. En su declaración confiesa no haberse percatado de lo que pasó en ese momento. Muchos hablaron de un milagro por el que no salió la bala. 

“Cuando vi lo que pasó me angustié, lloré. Me sentí violenta también, que es algo que me sorprendió de mí porque no soy así. Pero la verdad, sentí ganas de romper todo. Y me siento impotente para contrarrestarlo, no encuentro las herramientas”, reflexiona Silvana, subiendo la voz entre los cánticos de la hinchada compañera y los temas de Los Redondos que salen de los parlantes. En su rol como docente ve cierta violencia que se refleja en padres, madres y estudiantes de su escuela. Habla de cierta responsabilidad en el sistema de enseñanza, con una materia como Historia “que no se ve como la historia de la política, entonces los profesores la enseñan como una sucesión de eventos que no tienen lógica, donde no se mencionan las pujas entre los intereses de los distintos sectores”. 

En el escenario, Dora Barrancos se levanta de su silla y toma el micrófono. Describe el atentado bajo la carátula de un intento de “magnifemicidio”, poniendo sobre la mesa que “los odiantes no soportan la calidad de la inteligencia, de las convicciones y del coraje de Cristina”. La socióloga y asesora presidencial hace dos pedidos. El primero a “lo que queda de justicia justa”, con el petitorio de que la investigación “llegue hasta las raíces mismas: no nos van a convencer de que los miembros de un grupo marginal sean los actores principales de esta tentativa”. El segundo, un recado a la unidad de los manifestantes presentes y los simpatizantes de la vicepresidenta al grito de “¡si estamos unidos, las hienas retrocederán!”.  

Lola y Alondra son dos pibas de Mar del Plata. Allá hay manifestaciones, como a la que fueron el viernes, pero comentan que no son tan masivas como las que suceden en CABA o como en la que están hoy. Cuando vieron las imágenes se quedaron duras mirando la pantalla. “Me dio miedo, después me asusté, después me enojé y al otro día fuimos a la plaza”, cuenta Lola. “El aguante allá siempre está, pero es una ciudad que la gobierna la derecha hace años. Es complejo, por eso hay que estar ahí”, explica Alondra.  

Arriba del escenario, Ofelia Fernández, hace alusión a sus jóvenes 22 años, expresando que “lo que pasó el jueves que intentaron asesinar a Cristina, es una excepción en mi vida y en la política que conozco pero no en la historia y menos en la del peronismo”. En medio del debate del “ellos o nosotros”, la legisladora recuerda la movilización del viernes pasado donde “no había revancha, había amor y había dolor”. Y hablando de amor concluye su discurso apenada porque “debe ser realmente desesperante lo que les pasa, porque nadie nunca los va a querer como nosotros la queremos a Cristina, la historia nunca se va a acordar de ellos y eso les debe doler mucho”. Se piantan unos lagrimones en algunos rostros que se disimulan con aplausos. 

El sol ya empieza a bajar. A una mitad de la tribuna le sigue pegando el sol, mientras que la otra se saca los lentes y las gorras para descansar en la sombra. Constantemente dos cosas se atraviesan por los discursos de los dirigentes: el humo de las parrillas y los cantitos peronistas. Ambos cruzan el aire de la plaza, incontenibles. 

Como en todo recital de rock, partido de fútbol o marcha peronista, no falta el merchandising. Accesorios y ropa nacional y popular, librerías itinerantes, manteros con todo para la cartera de la dama y el bolsillo del caballero compañero. Silvia, así como lo hizo el viernes pasado, vende stickers, pins e imanes a cuatro manos en su puestito frente al escenario. “La rueda del odio se frena con la unidad, es la única que hay, con la lucha en las calles como lo hicimos siempre”, comenta la feriante. 

Gabriela Cerruti abre el acto de cierre. Recibe algunos silbidos contados con los dedos de la mano. La portavoz presidencial se refiere, entre otras cosas, a la cuestión en boca de todos los últimos días. ”A veces siento que le quitamos ideología cuando decimos ‘discursos del odio’. No se trata de una crítica, un insulto o una discusión.  Es un discurso que cree que construye un ‘otro’ que no tiene valores democráticos, con el que no se puede convivir y tiene que ser exterminado de la sociedad. Es profundamente ideológico, un discurso provisto por el neoliberalismo y la ultraderecha, que tiene detrás intereses económicos”. 

 Mariano Recalde cierra el acto con certezas: “Con Cristina hay 2023”. La multitud ovaciona y ahí nomás siguen con el repertorio peronista. Un montón de voces corean “cuánto les falta para entender que no fue magia, nos conduce una mujer”. 

Un grupo de pibes y pibas militantes del Frente Patria Grande van y vienen armando pogos en el medio del anfiteatro. «Vinimos para dar una demostración, como decía Néstor, de conciencia popular frente al odio que se genera en los tiempos que corren», expresa Abril, militante y estudiante de trabajo social, mientras respira después de una tarde de saltar y cantar.    

Una familia tipo con dos hijos de alrededor de 13 y 9 años, se van de la movilización bailando ante una cámara que los transmite en la pantalla. La madre habla por todos: “Tenemos que dejarles un país mejor a nuestros hijos. ¿Y cuál es? Con Cristina”. 

«Vamos de una Casa Rosada que mira al FMI hacia otra que mira a la Plaza de Mayo»

«Vamos de una Casa Rosada que mira al FMI hacia otra que mira a la Plaza de Mayo»

«La movilización y el debate político son una necesidad para el desarrollo de nuestros derechos», advierte Ofelia.

Mayo fue quizás el mes clave de las contiendas electorales de 2019. Entre la lista de novedades y armados hubo uno que fue particularmente celebrado en las redes sociales: con 19 años, Ofelia Fernandez competiría en la lista del Frente de Todos por un lugar en la Legislatura porteña. ANCCOM fue hasta la sede céntrica del Frente Patria Grande para entrevistar a la candidata que, según todos los pronósticos, se convertirá en la legisladora más joven en la historia de América Latina.

El ritmo de campaña es incesante y a nivel mediático se expresa claramente en la visibilidad de Ofelia. Medios internacionales se vienen haciendo eco de la posibilidad histórica que implica su candidatura, la más notoria entre los posibles legisladores de la coalición en CABA.  El local partidario, ubicado en pleno microcentro porteño, parece funcionar como una estación, en la cual detenerse solo lo necesario para retomar la nutrida agenda: banderas sobre algunos costados, sillas apiladas listas para ser usada en alguna presentación, un cuarto que refleja el trabajo militante de base, y anotaciones con números que diagraman la parte operativa.

A tono con el ritmo incesante del microcentro, habitado por correntadas de personas que trazan un ir y venir permanente, llega a paso apurado la ex presidenta de uno de los Centros de Estudiantes secundarios más afamados del país (Carlos Pellegrini). Ofrece sus disculpas por la demora y se sienta a dialogar.

¿Qué balance de campaña haces y cómo llega el Frente de Todos?

En lo más personal, es una experiencia nueva, sin dudas, de mucho compromiso y disponibilidad. Pero yo siempre tuve esa filosofía con la militancia de que hay que poner el cuerpo, convencer. Me permitió humanizar a personas que para mí eran una imagen, que aparecían en la tele y ver como esa construcción es profundamente humana. Hay decisiones, una convicción y compromiso muy fuerte sobre todo en este momento que la elección carga una épica. En lo colectivo, a nivel nacional no hay que sacarle valor a lo que se logró. Porque no es que Macri perdió tanto porcentaje de apoyo, no hay que reducir nuestros logros a un mal gobierno de ellos sino también a nuestra capacidad de generar resistencias en estos cuatro años y dejar mezquindades para armar un gran frente opositor. Y en la Ciudad se pudo romper un techo histórico, en la línea de no jugar a la rosca sino a tratar de ganar. Hay condiciones para llegar al ballotage y si seguimos teniendo la posición que venimos mostrando, de demostrar que es posible una ciudad que sea linda pero también justa, vamos bien.

¿Cuáles serían las primeras medidas que debería tomar el Frente de Todos, en caso de imponerse en la Ciudad?

Hoy hay siete mil personas en situación de calle, cosa que no debería poder ser eludible por el gobierno de la Ciudad. No es un problema menor. Hay algo a rever ahí. No solamente tener una política de construcción de paradores, que además no existe. Hay dos paradores de varones, uno de mujeres que te verduguean, te maltratan, hay malas condiciones. Hay que tener una política de construcción de vivienda social. No es solamente regalar vivienda sino acompañar en un proceso de reinserción laboral, educativo. Igual que en la problemática del consumo, no pasa por decir “déjate de drogar”. El Estado tiene que estar ahí para que se dejen de drogar porque están matando a los pibes, pero también para que accedan a la educación, al trabajo. Para generar una reinserción real.  El tema educativo también me parece importante.

¿Esas serían las prioridades?

Hay miles de cosas. Para mí la Ciudad tiene muchísimos problemas. Se empezará por todo a la vez y en consonancia con el Estado que nos dejen en la Capital y en el país. Hay problemáticas que atañen a los dos lugares y en la Ciudad la gente tiene que poder comer, trabajar. Estamos también con un proyecto de casas de juventudes.

¿Como imaginas la agenda de la juventud en la gestión?

Alberto dice algo que a mí siempre me conmueve, después de cómo se trató a la juventud en el último tiempo y la política represiva permanente. Ante nuestras expectativas dice “tienen que estar movilizados, expresándolo, no quiero una juventud que esté anestesiada y domesticada”. Yo siempre aclaro, si alguien me corre por izquierda, que no necesito su permiso (risas) pero igual es muy esperanzador para mí que un posible presidente entienda a la movilización y el debate político como una necesidad para el desarrollo de nuestro pueblo y nuestros derechos. Y creo que, sin duda, tenemos que estar a la altura de ese pedido. Y es importante porque no es una agenda tan propia de la política tradicional la que trae la juventud, no es la política que se viene hablando en las campañas. Tiene que ver, por un lado, con el feminismo que tiene mucha historia, pero también una dosis de novedad, al menos en el carácter de esa agenda y la masividad. La agenda ambiental que también es una novedad para la política, el modelo productivo en argentina es destructivo, es extractivista, es de megaminería. Después de una crisis económica como esta, ¿de dónde saldrán los dólares? Pienso en el campo, Vaca muerta, pero hay que poder pensar que sustentabilidad tiene ese proceso. Hay que entender la importancia de esa inyección después de cinco millones de nuevos pobres, pero no hay que perder el largo plazo. Hay que anular la incineración de basura que se votó, que está prohibida en muchas partes del mundo (se refiere a la ley 5966 aprobada por la Legislatura porteña en 2018). No hay que ser importadores de basura y es necesario entender a la justicia ambiental como una cuestión de justicia social. Se expresan desigualdades en las que unos generan ganancias y, en esa ambición, ignoran la destrucción de los recursos naturales y otros la sufren.

Antes mencionaste a la educación…

Sí: la educación pública, su defensa y reformulación. Si podemos dejar de discutir que se nos caen los techos en la cabeza, que hay ratas, que no hay viandas, podremos discutir qué educación queremos, que no es esta porque es vetusta sin dudas. La educación es un derecho real, no un privilegio de algunos.

«La Ley de Educación Sexual Integral es una prioridad clara», subraya Ofelia.

¿Y cuál es la agenda del feminismo?

La Ley de Educación Sexual Integral es una prioridad clara que nos hace pensar otras sociedades, otros vínculos, otras percepciones, que sean diversas, consentidas. El aborto tiene que ser legal, seguro y gratuito. El Protocolo de Interrupción Legal del Embarazo (ILE) debería estar cumpliéndose hace un tiempo: eso el primer día tiene que estar garantizado. Tiene que haber promotoras territoriales contra la violencia de género, más presupuesto para la atención de casos de violencia. La violencia económica termina siendo el mayor de nuestros problemas. La agenda feminista es muy amplia e implica una óptica para ver la política. No tenemos las feministas que reducirnos a una agenda porque el poder real es ese, el que no están queriendo ceder, el tema esta en que podamos discutir todo lo demás porque impregnarle de una perspectiva feminista a la economía es importante ya que la crisis nos golpeó a todes pero principalmente a las mujeres. La pobreza esta feminizada y la riqueza completamente masculinizada. De hecho, las 26 personas mas ricas del mundo son todas varones.

¿Cuál será el rol del Frente Patria Grande dentro de un eventual gobierno del Frente de Todos? ¿Cómo imaginas esa convivencia de diferentes espacios en la coalición en caso de llegar al gobierno?

Tenemos un recorrido diferente, muy específico. Nosotros nos propusimos generar representaciones políticas. Las bancas que conquistamos expresan a un sector que no está representado en la política: en mi caso la juventud. Tuvimos la intencionalidad de que no entren personas particulares que no hacen la diferencia, no por subestimar a nadie sino para aportar y sumar voces desde otro lugar, con otras lógicas. En el caso de Natalia Saracho de las excluidas: ella es cartonera, promotora de salud en su barrio, Villa Fiorito. Fede Fagioli que es de Glew y armaron un barrio de cero, que trae la experiencia y las demandas de los movimientos sociales (ambos son candidatos a diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires). A nosotros nos interesó hacer esa apuesta. Nuestra prioridad es el programa para esos sectores, que el próximo gobierno tenga un programa de tierra techo y trabajo, una perspectiva feminista, juvenil, educativa, de salud pública. Muchos ejes para los cuales nuestros ámbitos de pelea no suelen ser los institucionales y no vamos a abandonar nuestros espacios de organización.

¿No corren riesgo de institucionalizarse?

La apuesta electoral que hacemos es parte de un proceso superador, tanto en el feminismo como en los movimientos sociales que seguirán peleando en las calles por todos los derechos que siguen faltando ahí.  En muchos casos son estructurales y de larga data y es prioritario resolverlo. Y vamos a estar peleando por esos programas desde adentro, en esas Cámaras, desde afuera con nuestras organizaciones y también con la confianza de que vamos a una etapa que va a ser receptiva. Lo sintetizo así: vamos a una etapa de una Casa Rosada que mira a las oficinas del Fondo (Monetario Internacional) hacia una que mire a la Plaza de Mayo. Desde un lugar de acompañamiento sin perder esas herramientas que son la política más transformadora. Hay una recepción en el gobierno que se viene, de todas estas demandas, de una sensibilidad, esa es la diferencia. Hay un modelo meritócrata que se está contraponiendo con uno de oportunidades. Se pueden venir grandes cosas. Nuestro aporte va a ser en ese marco, darle voz a los reclamos que se gestan en nuestros espacios, que no suelen ser esa realpolitik pero que sin embargo tienen fuerza y demandas más que urgentes.

Una de las características que más se te reconoce en redes sociales es tu locuacidad y capacidad argumentativa, si tuvieras que describir de modo general, ¿cuáles serían las lecturas o autores que más te identifican? 

Y hay distintas. No soy la persona más leída del planeta. Leo igual. En materia feminista está Rita Segato que para mí es la más importante o la que más discusiones habilitó en mi cabeza. Silvia Federici tiene muchos libros que están buenos. Acá hay muchos interesantes de economía feminista. El otro día me regalaron “Una lectura feminista de la deuda” de Luci Caballero y Veronica Gago que me gusto. Hay muchas cosas, pero a mí me pasa con los libros que a veces me falta la sistematización. Una compañera el otro día decía algo de que las feministas van más al grano, no juegan tanto al pedantismo, no dan tanta vuelta. En un momento leía mucha filosofía que no se si tiene tanto vuelo en lo que hago hoy o si esa influencia es más inconsciente. Spinoza me interesó mucho, Hobbes también. Y más reciente, Vida de perro de Horacio Verbitsky, Diego Sztulwark  y La larga marcha de Cambiemos, de Vommaro.