La naranja holando-argentina

La naranja holando-argentina

La Scaloneta llegó a los cuartos de final, en donde le tocará enfrentarse a la Selección de Países Bajos. ¿Cómo lo vivirá el programa de radio que une a la comunidad neerlandesa argentina con los porteños que viven en Holanda? ¿Cómo es ser un futbolista argentino en el Ajax?

La Selección Argentina está entre los ocho mejores del mundial y su próximo rival es Países Bajos, equipo comandado por Louis van Gaal, que salió primero en el grupo A y que viene de derrotar 3-1 a la Selección de Estados Unidos en los octavos de final.

Sin contar Qatar 2022, el conjunto europeo participó en diez ediciones de Copa del Mundo, de las cuales en tres llegó a la final, pero nunca ganó logró coronarse. Las primeras dos veces se remontan a la década del 70, cuando surgió una generación que dominó completamente los mundiales de Alemania Federal 1974 y Argentina 1978, con un estilo de juego muy particular que los hizo obtener el apodo: “La naranja mecánica”. Luego, recién en Sudáfrica 2010 el equipo volvió a jugar una final, pero su sueño fue frustrado nuevamente, esta vez con un gol de Iniesta en el alargue contra España.

 Jugar en Países Bajos

Gaston Sangoy es un jugador de fútbol argentino que debutó en Boca Juniors en 2003 y al año siguiente jugó a préstamo por un año en el Ajax, uno de los equipos más importantes de Países Bajos. En diálogo con ANCCOM, el ex futbolista señaló que al principio le costó mucho adaptarse al cambio de equipo y para desempeñarse en la vida diaria empezó a hablar inglés y neerlandés. “Me tocaron compañeros muy buenos, que siempre te daban una mano en lo que necesitabas y en ese sentido la vida cotidiana se hizo un poco más fácil y luego en el fútbol me costó los primeros seis meses, pero me adapté y los próximos cinco meses fueron muy buenos para mí, hice muchos goles”. Y agrega: “La ciudad es hermosa, entrenábamos con el frío, a veces con diez centímetros de nieve en la cancha, se me congelaban los pies. Fue muy duro ese momento”.

Su primera experiencia europea le permitió conocer a jugadores que años después se volvieron estrellas en el viejo continente como Zlatan Ibrahimovic, Wesley Sneijder y, por sobretodo, Ryan Babel: “Con él jugábamos mucho y ver a dónde llegó después y las cosas que hizo…, no me sorprendió porque era una bestia, pero me enorgullece haber compartido vestuario y cancha con esa clase de jugadores y poder disfrutarlos”.

Por otra parte, Sangoy explica sus sensaciones de cara al partido que se viene entre Argentina y Países Bajos: “Va a ser un partido duro, ningún partido fue fácil, pero creo que sí Argentina juega como jugó los últimos tres partidos teniendo esa tranquilidad y manteniendo el balón, siempre va a tener ocasiones de gol. El tema es que los holandeses no hagan un gol primero, porque por ahí se agrandan un poco, pero después son personas frías, tratan siempre de mantener la calma, se nota dentro de la cancha. En cambio, el argentino es más guerrero, si pierde la pelota la quiere recuperar rápido, no quiere que la tenga el rival. Creo que por ese lado vamos a andar bastante bien”.

 La hora naranja

Esta semana el programa radial “La hora naranja” cumplió siete años al aire. Se transmite de forma online todos los miércoles a las 15 en Más Que Una Radio. Nació como una forma de conectar la comunidad neerlandesa en Argentina con la comunidad argentina en Países Bajos. El equipo está integrado por tres neerlandeses: André Das, de 50 años y apodado “El Jefe”, se encarga de la producción y conducción; Wouter Joustra, de 67 años, es un ser espontáneo que aporta su dosis de humor y buena onda; Maarten Van Riel, de 24 años, un joven que se incorporó el año pasado para aportar una frescura generacional al programa.

A lo largo de estos años descubrieron muchas comunidades de descendientes de inmigrantes neerlandeses en varias provincias del país, como es el caso de la ciudad de Bella Vista, en Corrientes, donde hay alrededor de 100 familias: “Esa es la gracia del programa, conectar historias y conectar gente, porque acá ni la embajada ni la Cámara de Comercio Argentino-Holandesa, ni Tres Arroyos, donde está la colonia original de holandeses, nadie tenía idea de este grupo de descendientes. Fue realmente muy especial y lo más llamativo que nos pasó”, remarca el conductor André Das.

En cuanto al mundial, Das se juntó para todos los partidos con otros 200 neerlandeses en un bar ubicado en Plaza Serrano, en el barrio porteño de Palermo. El encuentro contra la Scaloneta no será la excepción: “Nací y crecí en Holanda y desde hace 20 años vivo acá, pero soy holandés y voy a hinchar por la Selección Holandesa. Los descendientes de holandeses que nacieron aquí hinchan por Holanda, pero para este partido hinchan por Argentina, porque se sienten más argentinos que holandeses”, afirma. “Este partido puede ser un 0 a 0 muy largo hasta que uno quiebre ese marcador, que acá todos esperan que sea Messi, que tiene gran chance porque está jugando muy bien y no sé si vamos a poder frenarlo. Pero nuestro técnico van Gaal es muy inteligente, siempre tiene un plan, así que seguramente se le ocurra algo”.

 Un neerlandés suelto en Córdoba

Carlo Schaaij, de 27 años, es un UIX designer, una persona que diseña software web y gestiona la experiencia de los usuarios en productos digitales. Como parte de su trabajo en la empresa Avature, está viviendo en Córdoba capital por dos años. No obstante, no es la primera vez que deja su patria: En 2018, se fue a Irlanda, donde trabajó como Human Interface Designer en Apple, es decir, diseñó junto a un equipo software interno; luego dejó ese país y creó plataformas en línea para organizaciones en Europa y África; y finalmente trabajó para la ONU, no solo como UIX designer sino también como product manager.

“Acá en Argentina la gente siempre da abrazos, besos y su mente es muy creativa, siempre tienen una solución muy rápida para todo, eso me gusta mucho. La personalidad de los argentinos es más cómoda para mí porque en Holanda son un poco más distantes y eso no me gusta. Creo que soy muy extrovertido, por eso converso mucho con la gente y acá en Córdoba siempre hablan mucho conmigo en cafeterías y bares”, expresa Schaaij.

Si bien no le gusta el fútbol local de Países Bajos ni de Argentina, si se emociona mucho con estas épocas mundialistas: “Honestamente yo creo que Argentina ganará porque el fútbol es parte de su cultura. Holanda está bien con el fútbol, pero Argentina ganó la copa dos veces y Holanda nunca”. Y añade: “Acá la gente tiene agua en los ojos, lloran, pero no por estar triste sino por ser feliz con el fútbol. Antes era raro para mí, pero ahora entiendo y siento que este país es parte de mí porque yo vivo acá y la gente es muy amable conmigo. Argentina es mi nueva casa”.

Los canguros del soccer

Los canguros del soccer

La Scaloneta llegó a los octavos de final y ahora le toca enfrentarse a la Selección de Australia. ¿Cómo es ser argentino en Melbourne y australiana en Argentina?

La Selección Argentina superó la primera fase del Mundial y ahora le toca enfrentarse a Australia, equipo que salió segundo en el Grupo D al derrotar 1-0 a los seleccionados de Túnez y Dinamarca. Solo perdió en su debut: 4-1 ante Francia.

Los “Socceroos”, como se autodenomina la selección australiana participaron solamente en seis mundiales. La primera vez fue en Alemania Federal 1974 y el resto de forma consecutiva entre 2006 y 2022. Esta es la segunda vez que llegan a los octavos de final, en el resto de las ocasiones nunca superaron la fase inicial.

Si bien Australia pertenece a Oceanía, desde las eliminatorias para Sudáfrica 2010 se mide contra equipos de Asía para lograr la clasificación al mundial y obtener mayor competitividad. Esto se debe a que era muy superior a las demás selecciones de su continente de origen, al punto que casi siempre ganaba la clasificación que daba media plaza. Es decir, el primer puesto no daba la clasificación directa sino la posibilidad de participar en un repechaje contra un equipo de otro lugar del mundo, ocasiones en las que mayormente el conjunto australiano perdía por la diferencia de nivel.

 

Dos argentinos en Australia

Bruno Bravo es un futbolista de 27 años que vive junto a su novia desde hace cinco meses en Australia. Jugó para los Heidelberg Eagles de la State League 3, semejante a una sexta división, y en unas semanas debutará en el Canberra Croatia FC de la National Premier League, la segunda división australiana. En dialogo con ANCCOM, explicó las características de los jugadores australianos: “Son fenómenos en la parte física. Si bien uno en el fútbol argentino está acostumbrado a los golpes, a caerse y levantarse sin buscar la falta, acá sinceramente lo vi mucho más duro en ese aspecto. Debe ser por la costumbre del rugby o el footy, que es un rugby con reglas australianas, algo muy amado por ellos. Esa es la ventaja que tienen, ya nacen con el cuerpo estructurado como para jugar un deporte de contacto, entonces se hace difícil salir sin ningún golpe”.

En este sentido, piensa que el partido del sábado va a ser muy duro: “Sé que Australia nos va a respetar muchísimo, como respetó a todos los rivales con los que estuvo jugando, porque es un equipo que defensivamente se para muy bien y busca el momento justo para salir de contra y aprovechar cuando el otro equipo no está bien posicionado. Lo importante va a ser tener la pelota la mayor cantidad de tiempo posible y cuando tengamos la posibilidad de hacerle daño, aprovecharlo porque es un equipo que tiene el aire para jugar los 90 minutos. Tienen buenas individualidades y en el caso de perdonar alguna posibilidad después se puede pagar muy caro como hemos visto en el caso de Alemania”.

«Me he cruzado con personas que no sabían quién era Messi y, sinceramente, me chocó», dice Bravo.

Algo que notó en estos meses es que al pasar por los bares a cualquier hora, siempre están viendo partidos de rugby o footy, porque son dos de los deportes más populares por encima de cualquier otro: “Hace poco fue la gran final de footy y fue una revolución, es como ver la final de la Libertadores o la final de la Champions”. Y agrega: “Me he cruzado con personas que no sabían quién era Messi y sinceramente me chocó bastante, pero después son personas muy abiertas, muy serviciales, muy acostumbradas al turismo porque el extranjero es una porción importante de la población”.

Australia es un país que desde los últimos años fomenta la llegada de inmigrantes para poder solventar su déficit de mano de obra, lo que a su vez conlleva al fortalecimiento del turismo y el comercio. Es por eso que en la actualidad se puede afirmar que cada vez más hay una multiplicidad cultural dentro del territorio.

 

Un argentino varado por covid-19

Mariano Gutierrez es un hombre de 32 años que tiene una pequeña productora llamada Ocean Films. En marzo de 2020 realizó su primer intento de ir a Australia: viajó desde el sur a Buenos Aires y al llegar se cerraron las fronteras a causa de la pandemia de covid-19. El plan se demoró hasta que hace muy poco recibió la noticia de que su novia fue aceptada para hacer un doctorado en biología marina, con lo que hace un mes fueron directo al continente oceánico.

Actualmente viven en la ciudad de Melbourne y se quedaran allí, en principio, por tres años. Según él, se trata de un lugar que tiene más extranjeros que australianos. “Para alquilar en Australia tenés que tener un historial y un trabajo estable, en blanco, que demuestre que podes solventar el gasto. Lo único que teníamos era el estudio de mi novia y yo no tenía trabajo porque apenas llegábamos. Buscamos departamentos y en uno el dueño neozelandés al ver que somos argentinos nos dice: ‘Me gustan Los Pumas, Del Potro, Ginobilli’ y nos alquilaron el departamento por ser argentinos. Luego, nos compramos el auto, me atiende un loco de la India, ve mi registro de conducir y dice: ‘Argentino… uhh Messi’ y me hizo todos los papeles. Cuando decís que sos argentino se te abren un montón de puertas y creo que es gracias al deporte que estamos muy bien vistos en el mundo”.

Ahora bien, para el partido entre la Scaloneta y los “Socceroos”, se armó un grupo de WhatsApp entre los argentinos que están en Melbourne. Ya son 180 y planean juntarse en el Federation Square de Melbourne: “Es como el Obelisco nuestro, es donde pasa todo, y van a poner una pantalla gigante, pero también está el comentario de que va a haber bastante presencia policial porque claramente van a haber muchos australianos viendo el partido. Australia ni siquiera pensaba llegar hasta esta instancia, así que van a estar un poquito eufóricos los muchachos”.

 

Una australiana en Argentina

Lucy Alexander dejó Australia en 2013 para emprender un viaje de cinco meses como mochilera en América Latina y en Bolivia conoció un grupo de argentinos que la invitaron al país. Visitó varios lugares del territorio, pero de pronto fijó su atención en una huerta orgánica de Escobar, en donde conoció a su compañero de vida, con quien tuvo una hija, y se quedó a vivir ahí. “Extraño un montón Australia, ahí está mi familia, mis amigos y los lugares donde crecí. Estoy muy feliz, tengo mi hija acá, mi familia y mi emprendimiento, pero por otro lado siempre hay un llamado de querer volver”, expresa.

El futbol no le despierta la más mínima emoción, pero cuenta que le sorprende la actitud de algunos en esta época de mundial, como el caso de un amigo que canceló un turno con el dentista solamente para poder ver el partido. “En las últimas semanas me pasa, a veces, que cuando en la calle me preguntan de dónde soy, si digo que soy de Australia la reacción ha sido solamente cómo va en el Mundial”, indica. “Es el tercer mundial que he estado en Argentina, la primera vez estaba en Córdoba y fue cuando jugaron con Alemania en la final. Después del partido iba a haber una fiesta y las personas con quien me estuve quedando estaban todos bajoneados y yo pregunté a qué hora era la fiesta y me dijeron: ‘Ya no hay, si perdimos’. No entendí el nivel de involucramiento emocional de la gente”.

En la casa de Lucy hay un choque de naciones: ella australiana, su pareja chileno y su nena chiquita una argentina. Si bien ninguno está pendiente de lo que sucede en el Mundial, ella no descarta que en el futuro su hija se enamore de este país y su selección: “Es como el proceso de soltar, que tu hijo no es tu propiedad y que va a tener su propia personalidad, con sus gustos y disgustos y si nosotros nos vamos de acá en algún momento, porque no sabemos si vamos a estar acá para siempre, quizás ella va a querer volver a sus raíces. Va a ser interesante ver todo ese proceso”.

¿La pelota no se mancha?

¿La pelota no se mancha?

Lavado de dinero, sobornos, 6500 trabajadores migrantes muertos por construir estadios de fútbol y protestas ante un sistema islámico que vulnera derechos humanos hacen que Qatar 2022 sea el más cuestionado desde Argentina 1978.

“Es un mundial que ha sido muy criticado a nivel de derechos humanos. Desde que se supo que iba a ser sede, en 2010, hasta hoy, se reconoce que murieron unos 6.500 trabajadores sin derechos ni indemnizaciones. En casi todos los países de la Península Arábiga, el régimen migratorio estipula que cuando uno va a trabajar, el que le da trabajo es el que dispone el permiso de residencia; si decide dejar el trabajo o lo echan, esa persona queda ilegal en el país, por lo cual es expulsada, no tiene ningún derecho”, explica, en diálogo con ANCCOM, el especialista en geopolítica y analista internacional Eduardo Martínez.

“A ese sistema de patrocinio de las empresas se lo denomina ‘kafala’, que en árabe significa ‘garantías’, pero en realidad los trabajadores migrantes no tienen posibilidad de reclamar unas mínimas condiciones a través de sindicatos. Trabajan bajo temperaturas de más de 50 grados durante jornadas interminables con escasas medidas de seguridad”, agrega.

La población migrante de Qatar ronda los 2,4 millones del total, estimada en 2,7 millones, y menos del 10 por ciento son qataríes. El grueso de los migrantes proviene de India, Bangladesh, Nepal, Sri Lanka y Pakistán.

“Es una cultura muy cerrada, muy compleja, que tiene el índice de prosperidad per cápita más grande de la tierra, 93.500 dólares, pero que a la vez va muy atrás en lo que tiene que ver con los derechos”, sostiene Martínez.

Qatar se rige por la Sharía o Ley Islámica, un código de conducta que afecta todos los aspectos de la vida de los musulmanes. Tiene sus raíces en su libro sagrado, El Corán, y la Sunna, un conjunto de enseñanzas del profeta Mahoma. Según El Corán, todo musulmán debe imitar a Mahoma, para eso la Sunna es una guía perfecta.

“No son textos indiscutibles, están sujetos a interpretación –afirma Martínez–, dependiendo de la escuela jurídica que los descifre, la Sharía se aplicaría de una o tal manera. En Qatar no es tan estricta como en Irán”.

La homosexualidad en cualquiera de sus formas y expresiones es vista como una falta grave a la moral. La prohibición de demostraciones de afecto también alcanza a las parejas heterosexuales. La pena por incitar a la “sodomía” o “disipación” puede llegar hasta los siete años de prisión. También se prohíbe el alcohol, salvo en algunos reductos turísticos.

Desde Europa se alzaron voces de protesta contra la vulneración de derechos en Qatar. La Selección alemana, en su partido clasificatorio contra Islandia en 2021, posó con camisetas negras con una letra en blanco que formaba “human rights”, para atraer la atención ante el abuso de los derechos laborales de los trabajadores migrantes contratados para la construcción de la infraestructura del Mundial. Cinco de los jugadores de la selección pertenecen al Bayern Munich, club patrocinado por Qatar Airways.

Noruega, un día antes, había adoptado una postura similar en su partido de Eliminatorias contra Gibraltar, portando remeras con la leyenda “human rights on and off the pitch” (derechos humanos dentro y fuera del campo). “Se trata de presionar a la FIFA para que sea más directa, más firme con las autoridades de Qatar, para imponer requisitos más estrictos”, señaló el técnico noruego, Stale Solbakken, en conferencia de prensa luego del encuentro.

 

En Francia, tierra del actual campeón del mundo, municipios como París, Lille, Estrasburgo, Rodez, Burdeos y Marsella no transmitirán por pantalla gigante los partidos de su selección. “Realmente me hubiera sentido cómplice”, expresó el alcalde de Burdeos, Pierre Hurmic.

En Dinamarca, la marca deportiva Hummel presentó en septiembre pasado las camisetas que la selección danesa vestiría en el Mundial, de un solo color, roja la titular y negra la suplente. A través de la sobriedad y la ausencia de ornamentación, se trataba de protestar por la situación de los derechos humanos en el país anfitrión. Pero la FIFA se las prohibió, como así también las de entrenamiento que portaban la leyenda “derechos humanos para todos”. La Federación Danesa tuvo que acatar la decisión para evitar multas y sanciones.

“Este tipo de protestas no se han vuelto tan firmes. Las hubo más contundentes. Cuando se jugó el Mundial 1978, hubo jugadores que decidieron no participar en protesta por las violaciones a los derechos humanos por parte de la dictadura militar argentina”, recuerda Martínez. El alemán campeón del mundo en 1974, Paul Breitner, renunció a jugar e incluso acusó a la Federación Alemana de connivencia con la dictadura argentina.

Quizá el premio para la selección ganadora de Qatar 2022, 42 millones de dólares, cuatro más que los obtenidos por Francia en Rusia 2018, sea uno de los motivos por los cuales las críticas no hayan sido tan firmes.

“Qatar es un error”

“Hoy me siento qatarí, hoy me siento árabe, hoy me siento africano, hoy me siento gay, hoy me siento discapacitado, hoy me siento un trabajador migrante”, manifestó Gianni Infantino, presidente de la FIFA, en una rueda de prensa un día antes del inicio del Mundial, y acusó de hipócritas y dueños de una doble moral a quienes han criticado su accionar.

El 2 de diciembre de 2010 Qatar fue elegido como país anfitrión de la Copa del Mundo 2022 dejando atrás a Estados Unidos, Australia, Corea del Sur y Japón, entre otros. Sin tradición futbolística, una superficie reducida –sus 11.610 kilómetros de superficie son la mitad de la provincia de Tucumán– y con temperaturas por encima de los 40 grados en junio-julio, por lo que hubo que postergarlo para noviembre-diciembre.

Una investigación a cargo del exfiscal general de Estados Unidos, Michel García, detectó sobornos y lavado de dinero por la atribución de derechos de mercadotecnia y patrocinio para competiciones organizadas por la FIFA, en lo que se conoció como el “FIFA Gate”.

El entonces presidente de la FIFA, Joseph Blatter, declaró recientemente: “Para mí está claro, Qatar es un error, la elección fue mala”. Y responsabilizó al expresidente de la Unión de Federaciones Europeas de Fútbol (UEFA), el francés Michel Platini.

Lo cierto es que Qatar 2022 le otorgará a la FIFA un ingreso de unos 4.826 millones de dólares. Por eso, su actual presidente, Gianni Infantino, se justificó: “No dividan, el mundo ya está suficientemente dividido. Organizamos una Copa del Mundo, no una guerra”. 

Las pibas a un paso del mundial

Las pibas a un paso del mundial

Argentina vs Panamá en la clasificación al mundial, Tres jugadoras argentinas festejanLa tarde cae en Sarandí. Las banderas celestes y blancas inundan las calles que rodean al estadio Julio Humberto Grondona de Arsenal. Hay olorcito a choripán y promesa de fiesta en los tablones. Por primera vez, un partido de la Selección Argentina es libre y gratuito. Las y los hinchas que llegan con bombos y redoblantes completan la celebración. Quince mil personas cruzan los molinetes y llenan las tribunas para alentar a las jugadoras que disputan frente a Panamá un lugar en la Copa Mundial Femenina Francia 2019. Hombres, mujeres, niño y niñas. Los pañuelos verdes se mezclan con las camisetas argentinas y las vinchas. 

El equipo recorre el camino que separa al vestuario del campo de juego escuchando la tradicional “que esta barra quilombera / no te deja, no te deja de alentar”. El camino hasta el repechaje fue difícil. Años sin espacio para entrenar, viáticos miserables, nada de indumentaria ni premios, nulo apoyo oficial, pero siempre la pasión y un reclamo en alto: “¡Queremos ser escuchadas!”. Las pibas salen a la cancha y la multitud les da la bienvenida con cánticos y una suelta de globos albicelestes por el cielo de Avellaneda. Suena el himno panameño y el público responde con un aplauso respetuoso. Suena el argentino y lo corea a viva voz. La checa Jana Adamkova da el pitazo inicial y la percusión de la popular no se detendrá en los 90 minutos siguientes. Los hinchas en las gradas están encendidos, los espectadores fugaces que vuelven de sus trabajos en el tren Roca miran con curiosidad desde el terraplén del ferrocarril, el combinado nacional arranca con buen pie.

Mujer tocando el bombo en la tribuna

Las y los hinchas que llegan con bombos y redoblantes completan la celebración.

A los 10 minutos, penal para Argentina. “¡Penalazo!”, grita un plateísta. Pero la “asombrosa Bailey”, tal como la caracteriza la FIFA en su web oficial, hace valer su reciente título de Guante de Oro y ataja el disparo. Once minutos dura el mal trago hasta que Mariana Larroquette manda la pelota a la red panameña y convierte el primer gol. Cinco minutos transcurren nomás y Eliana Stabile amplía la diferencia. El estadio estalla de alegría. Las pibas dejan todo y la hinchada agradece a puro aliento.

Antes de que termine el primer tiempo, un rincón de la popular empieza a cantar “¡Aborto legal, en el hospital!” y el grito se contagia. Ya en el complemento, mientras la zaguera Aldana Cometti para cualquier intento de ofensiva panameña, Estefanía Banini despliega su calidad de juego, corre y gambetea “a lo Banini” –frente a quienes insisten en llamarla “La Messi”– y le deja servido el tercer tanto a Yamila Rodríguez, dueña de todas las pelotas paradas, que hace honor a su potente pegada.

La roja a la panameña Linedth Cedeño desnivela aún más el juego y, sobre el cierre, la referí cobra un nuevo penal para Argentina que Stábile cambia por gol. Las chicas se abrazan y festejan un triunfo adentro y fuera de la cancha. 

Arquera panameña ataja un pelotazo

La “asombrosa Bailey”, tal como la caracteriza la FIFA en su web oficial, hace valer su reciente título de Guante de Oro y ataja el disparo.

El camino al mundial no es sencillo. Tras 11 años de ausencia albiceleste, el tercer puesto en la Copa América las trajo hasta este repechaje. El próximo martes en el Estadio Rommel Fernández, en Panamá, se disputará el partido de vuelta. Será el último escalón para llegar a Francia 2019.