La radio libera

La radio libera

Se desarrolló la Primera Conferencia Latinoamericana de Radio en Contextos de Encierro. Miembros del programa de diferentes rincones del mundo compartieron sus experiencias y dieron cuenta del poder de reinserción de esta herramienta.

Se realizó la Primera Conferencia Latinoamericana de Radio en Contextos de Encierro, organizada por Prison Radio International, el Programa de Extensión en Cárceles de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA) y FM La Tribu donde se inauguró el encuentro el 4 de octubre, último.

En esta primera conferencia llamada “Escuchar la cárcel”, invitados de distintas ciudades del mundo reflexionaron y dialogaron acerca del derecho a la comunicación de las personas detenidas, de derribar mitos y prejuicios del mundo exterior y de pensar a futuro la radio en contexto de encierro.

La conferencia contó con tres paneles de especialistas en la temática: “Radio en cárceles en América Latina y el mundo” del que participó Phil Maguire, director ejecutivo y fundador de Prison Radio International en Inglaterra. Al comienzo de su ponencia propuso creer en el poder de la radio para transformar las vidas. En cuanto a la puesta en marcha del Programa de Prison Radio Internacional en cárcel planteó: “Nosotros no nos acercamos al micrófono porque supimos que las voces que importaban eran las de ellos”. Maguire fue productor radiofónico en la BBC y creó con Prison Radio la primera emisora de radio nacional del mundo para personas privadas de su libertad.

Ximena Granja, trabajadora del servicio nacional de integración a personas adultas privadas de su libertad en Ecuador, también hizo su aporte a esta mesa y contó lo gratificante que le resultó la implementación del Programa de radio en su país: “Los privados de su libertad proponen los temas en el programa de radio en cárcel, nadie les impone el tema, el guion, la producción, edición, locución es cien por ciento elaboración de los detenidos”. Además agregó que ellos solo hacen revisión por si hay algún contenido que no es adecuado aunque eso nunca pasó. Sobre la respuesta de los detenidos declaró: “Ellos asumieron el reto, fueron respetuosos y tuvieron una gran experiencia, de todo el grupo que salió y pasó por el taller. Hubo cero reincidencias y eso es algo que nos llena de satisfacción porque entienden que estos proyectos les trajo nuevos retos a su vida, los empoderó como seres humanos al momento de obtener su libertad y eso da la idea que están bien organizados”.

Paulina Olalla, exdetenida que participó del Programa en Ecuador contó: “Fue maravilloso porque me sentí libre frente a un micrófono, mis pensamientos eran libres, nunca ninguna de las autoridades me dijo `di esto`. Mis compañeras y yo éramos libres, manifestamos lo que sentíamos, volábamos detrás de unos muros que nos detenían, estábamos encerradas pero nuestra mente fue libre”.

Ruth Armstrong, abogada y criminóloga, experta en justicia penal, contó su experiencia en una cárcel en Texas: “Estuve frente a detenidos que hicieron cosas muy malas, pero en vez de conocer criminales conocí personas. Todos necesitamos construir algo mejor y la pena de muerte no es la solución, yo aprendí a escuchar las voces. Muchos crecimos con una política que dice que tenemos lo que merecemos y te das cuenta de que esa no es la realidad. Hacer este tipo de actividades te motiva a tener otro corazón, a tener un sentimiento social distinto y te promueve a hacer otra cosa.” Para ella “la radio en la cárcel construye esperanza, esa esperanza es un hacha con el que se derriba una puerta cuando hace falta”.

“Fue maravilloso porque me sentí libre frente a un micrófono, mis pensamientos eran libres. Mis compañeras y yo éramos libres, manifestamos lo que sentíamos, volábamos detrás de unos muros que nos detenían, estábamos encerradas pero nuestra mente fue libre”, dijo Olalla.

El panel de Derechos y comunicación contó con la participación de Miriam Lewin, defensora del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual quien habló del trabajo de la Defensoría y comunicó: “En la Defensoría consideramos que la comunicación desde adentro es fundamental. Estamos convencidos de que, cuanto más porosas y transparentes sean las paredes de las instituciones cerradas, menos posibilidades hay de que se violen otros derechos fundamentales”. 

Lewin también compartió las «Recomendaciones para el abordaje mediático responsable de los contextos de encierro y las personas privadas de la libertad» disponibles en la página de la Defensoría. (https://defensadelpublico.gob.ar/wp-content/uploads/2023/07/recomendaciones-contextos-de-encierro-1.pdf ).

También estuvieron Claudia Cesaroni, directora del CEPOC (Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos) y Macarena Fernández Hoffman, la coordinadora del equipo de Política Criminal y Violencia en el encierro del CELS (Centro de Estudos Legales y Sociales), ambas hablaron del derecho a la comunicación de los detenidos informando, desmintiendo mitos en torno a la tenencia de los celulares en la cárcel.

Cesaroni aclaró: “El derecho a la comunicación significa poder usar dispositivos como lo usamos todas las personas, y si algunas personas usan estos dispositivos para cometer delitos, de ninguna manera eso implica prohibirlas para todos”. Luego habló del derecho que tienen las personas privadas de su libertad a poder mostrarse o ser mostrados, habló de cómo se comunica cuando una persona es procesada, condenada o que cometió un delito y la necesidad de evitar que esas comunicaciones sean violatorias de su dignidad: “No hay una intervención pública suficiente cuando esa manera de ser mostrado es denigrante”, advirtió.

Por otro lado, la coordinadora del CELS recalcó: “La cárcel es sólo privación de libertad y el resto de los derechos, como la comunicación, deben ser garantizados”.Y sobre el uso de celulares, describió:“El celular no es solo comunicarse sino también una puesta a futuro al momento de la salida.. Es una fuente de denuncia de violencia, el celular expande otros derechos. Un ex detenido contaba que antes, cuando usaban el teléfono público, había peleas si te pasabas un minuto y había una pelea que no sabía cómo podía terminar. Con el uso del celular bajo la violencia y la ansiedad de saber qué pasa con su familia al estar encerrado”.

Cesaroni opinó sobre el caso de la Provincia de Buenos Aires con la regulación y la habilitación del uso de celulares a partir de marzo del 2020: “Para garantizar los derechos al contacto con familiares y con el afuera, el servicio penitenciario bonaerense desarrolló un protocolo para habilitar y regular los celulares y a partir de ese momento el protocolo está vigente. De esta práctica se observó una disminución de la violencia dicho tanto por los detenidos, los defensores y los jueces como los trabajadores del servicio penitenciario.

La Comisión de Hechos Violentos comunicó que desde el 2019 al 2021 los hechos violentos disminuyeron un 49%. “Todas las personas con celulares tienen registrados el aparato y el chip, solamente se puede tener acceso a whatsapp, no a redes sociales, Si de alguna manera te conectas a una red social salta de una manera y te hacen un acta o una sanción disciplinaria”.

En el último panel, denominado “Qué será de la radio en cárceles”, fue una invitación a pensar la construcción de la identidad sonora identitaria.

Gastón Montells, comunicador, docente y productor cultural, afirmó que las ideas más grandes son las que podemos pensar en conjunto. “Si hay un desafío comunicacional inicial que habilite una conversación tiene que ver con el hecho de ́desencantar, de quitar el encantamiento, entendiendo como encantamiento a todo proceso normalizador o de sumisión, debemos desnaturalizar, permitirnos construir otros reales posibles”.

“Los proyectos que logran contarse son realmente diferenciales, las experiencias con las radios comunitarias o los proyectes en cárceles son una confirmación de eso, de cómo juntos habilitan narrativas que empiezan a ser originales, empiezan a anunciarse por sí mismos, la oportunidad que permite, con otros tiempos y otros lenguajes”, describió Montells.“Los proyectos comunitarios han sido fundantes de procesos porque siempre intentan construir sus condiciones de existencia .Los cuerpos están encerrados y las imaginaciones son infinitas, la imaginación nos permite narrarnos con otras enunciaciones”.

Mikki Lusardi, directora de Nacional Rock, sostuvo que  lo mejor que puede dar lo público es el federalismo. “La gran ventaja de institucionalizar este tipo de comunicación tiene que ver con romper con la estigmatización, cuando algo se vuelve institucionalizado es mucho más difícil construir un discurso que vaya en contra. Si las personas privadas de su libertad puedan tener un entramado que los ampare y los proteja solo les abre oportunidades”.

Lili Cabrera, exdetenida cerró la mesa: “Pensaba en el título del evento “escuchar la cárcel”, cómo sobreviven estos proyectos si nos gana el neofascismo y en ese contexto veo la crueldad del sistema”. Cabrera recordó: “Se llevaron a cabo proyectos que parecían imposibles, yo soy liberada pero pienso en las personas que estaban dentro y en sus familiares, pienso también en las conquistas y es difícil que estos proyectos funcionen. Yo también entré con otros proyectos, como el de la fibra óptica para que se pueda estudiar en la cárcel”. Luego retomó algo de construir sentido y recordó: “En nuestro colectivo la comunicación es muy importante para comunicar un producto de la cooperativa textil y de encuadernación, como comunicar lo que hacemos sin victimizarnos”.

Cabrera cerró: “Como sociedad tenemos ese desafío, cómo hacer que las personas privadas de su libertad salgan y puedan hacer otra vida, las personas pobres son las que van a la cárcel pero cualquiera puede pasar por un penal”.

En la conferencia se abordaron distintos temas en torno a la comunicación en el encierro. Algo quedó en claro y es que nada sucede sin intervención y sin articulación colectiva.

La construcción del miedo

La construcción del miedo

El asesinato de la niña Morena Domínguez dio lugar a la distribución de fakes news, la acusación falsa sobre un chico de 14 años, y la utilización política eludiendo responsabilidades. Opinan Claudia Cesaroni abogada antipunitvista y Mercedes Calzado, expertas en medios.

La muerte de Morena Domínguez, la nena de 11 años de Lanús que falleció a raíz de un violento asalto mientras iba al colegio, tejió un extenso manto de dolor y, con él, cubrió al país entero. Su trato mediático, político y, por qué no, político-mediático, transmite una sensación de deja-vú a la sociedad respecto a noticias policiales anteriores de índole similar, al reavivar las discusiones sobre la edad de imputabilidad, la capitalización político-partidaria de la pérdida y el duelo, la espectacularización de los hechos policiales, y la propagación de fake news lejos de cualquier búsqueda de la verdad. ANCCOM habló con Claudia Cesaroni, abogada antipunitivista, y Mercedes Calzado, doctora en Ciencias de la Comunicación, para entender estas dimensiones del hecho.

El escenario en el que resuena la muerte de Morena está poblado de actores. Por ejemplo los vecinos de Lanús que, como ellos mismos cuentan, se ven obligados a cuidarse entre ellos ante los hechos de inseguridad. En el escenario también están las numerosas personas que acompañaron el coche fúnebre de Morena camino al cementerio. Está su familia, sus compañeros del colegio, y las madres de otros chicos que la asistieron inmediatamente después del asalto, a la espera de la ambulancia municipal que tardaría demasiado. Se abre espacio entre la multitud de gente un actor más: el actor político, cuyo primer paso luego del asalto lo da el Municipio de Lanús al difundir la primera versión policial de los hechos.

Según esta versión ya desmentida, el responsable por la muerte de Morena habría sido un chico de 14 años de la zona. Mercedes Calzado reflexionó sobre la difusión de esta versión y las posibles intenciones detrás. “Hubo muy probablemente un doble propósito – cuenta-. Primero, uno de índole política. ¿Cómo? Así: difundir rápidamente la idea de que el asesino es un chico de 14 años les permite alimentar las definiciones políticas de la mano dura y seguir militando la baja de la edad de imputabilidad”.

“Segundo – dice Calzado -, está el propósito de darle a la sociedad una respuesta rápida y cerrar el caso. Pero el deseo real es tirar la pelota a otro lado y no hacerse cargo”. Sostiene que entre ambas intenciones el actor político entreteje un doble juego que nunca lo deja mal parado y le permite señalar dedos acusatorios al mismo tiempo que evita toda responsabilidad.

Cesaroni comparte la observación de Calzado: “Me parece gravísima la intervención de la política, sobre todo de Diego Kravetz (Jefe de Gabinete, Responsable del área de Seguridad del municipio y actual intendente provisorio en reemplazo de Néstor Grindetti, de licencia para presentarse como candidato a gobernador bonaerense en la fórmula de Patricia Bullrich) al insistir en una mentira”.

La temporalidad del hecho no es algo menor. A pocos días de las elecciones, mucho se dijo sobre el impacto del homicidio de Morena en la intención de voto. La sensación es que los candidatos, dirigentes y campañas se esfumaron de los medios tradicionales y las redes sociales sin dejar rastro. Pero algo indica que este proceso fue más complejo de lo que parece a simple vista.

“La campaña sigue estando, no se cerró, sólo se suspendieron los actos de campaña – sugiere Mercedes Calzado-. El actor político no paró sus esfuerzos, sólo los redirigió. Además a la mayoria de los candidatos les es fácil hacerlo, porque se sienten cómodos hablando de la inseguridad. Incluso muchos cuentan con carreras políticas dadas por la gestión de la seguridad; algunos, como Bullrich, ni siquiera tienen que decir nada. Les viene como anillo al dedo”.

“Lo mismo pasó con el caso de Roberto Sabo, el kiosquero asesinado cerca de las elecciones legislativas de 2021 – dice Claudia Cesaroni -. Lamentablemente tenemos una mayoría de clase politica que usa estos casos para carenciar. También los medios de comunicación. La verdad prácticamente pierde sentido y la mentira se convierte en motor para una ganancia distinta – para ellos, más valiosa”.

Explica la abogada que en casos como estos la intervención de los medios tiene un gran nivel de perversión y de mentira. Hablar de que demoraron al menor implicado en el homicidio no es lo mismo que hablar del niño que fue falsamente acusado e ilegalmente detenido por la policía. “Los medios que actúan así saben lo que causan – sostiene -, saben que fomentan el odio y la política del exterminio. No son discursos gratuitos”.

Parecen convivir en aquellos discursos dos exigencias distintas intentando hacerse lugar entre ellas: una que pide que la justicia y la seguridad funcionen como deberían, y otra que, en simultáneo, erige a la vindicta pública y la bala en la nuca como única solución.

La especialista en comunicación sostiene que el trato mediático del caso de Morena es un disparador muy claro para ver cómo se construyen las noticias policiales y qué perspectiva toman como válida a la hora de difundir una noticia. La fuente policial fue tomada como verdadera antes de la versión oficial de la fiscal, con lo cual para muchos el responsable por el delito fue y sigue siendo un chico de 14 años. A esto se le suma la relevancia de la filmación de la cámara de seguridad. “Los golpes y la muerte – cuenta – quedaron filmados y hacen que la noticia se haga doble: la imagen se suma a la historia y hace que una historia policial tome más relevancia, la urgencia de esa grabación permite que se convierta en un caso público”. La fuente se amplía gracias a la imagen. El sistema mediático y el político-partidario capitaliza. El dolor se espectaculariza.

«No compremos perlas truchas sin chistar»

«No compremos perlas truchas sin chistar»

“Te aseguro que a los medios concentrados los arruino, chau pauta, chau exenciones impositivas”, dijo Juan Grabois en una rueda de prensa de medios comunitarios, alternativos y universitarios. En la recta final de la campaña el precandidato a la presidencia de Unión por la Patria aseveró que, de perder la interna, apoyará a Sergio Massa, aunque no sería ministro de un eventual gobierno.

En la última semana de su campaña de las Primarias Abiertas para Presidente de la Nación, el precandidato de Unión por la Patria Juan Grabois se presentó en una rueda de prensa para medios populares, alternativos y universitarios en Barricada TV. “Para caretas ya están los demás”, dijo el abogado y activista social, que respondió todas las preguntas y, tras citar una canción del Indio Solari, se declaró ricotero. A continuación, tramos salientes del intercambio con los periodistas que participaron de la conferencia.

 Dentro de un programa de gobierno, ¿qué cosas se pueden implementar para que quienes hacemos comunicación comunitaria estemos en espacios de definiciones políticas y de contribuición a la causa popular?

Nosotros predicamos y practicamos que la gente que tiene un fuerte lugar de decisión es está embebida en la temática por su experiencia vital, no únicamente por conocimientos académicos. Promovemos una cartonera diputada y también una cartonera directora de reciclado o una villera para que dirija la organización de los barrios populares. Tenemos esa concepción doctrinaria de que sólo el pueblo salva al pueblo. En relación a los recursos que se destinan, no sé cuánto va a ir para los medios comunitarios, pero para los medios concentrados te aseguro que los arruino, chau pauta y chau extensiones impositivas. Los medios están exentos de IVA, no van a seguir recibiendo guita del Estado. Efectivamente creo que debe haber un sistema de pauta; primero que aplique un criterio de discriminación inversa, más para el más débil; segundo que sea transparente, porque se utiliza de una manera que no es ética; y tercero, yo soy muy crítico de nuestro propio movimiento de economía popular, entonces aparece el dilema sobre cuál es la función de los medios comunitarios. Si ser un canal de comunicación masiva que dispute sentido, si ser un espacio de apertura local de la consciencia y acceso al trabajo y a la formación en medios audiovisuales. Los medios comunitarios son trincheras de resistencia social que construyen a partir del acceso que tienen un montón de pibes a un mundo desconocido que es el de manejar una consola, agarrar un micrófono. Si el conjunto de los medios comunitarios va a construir una contrahegemonía comunicacional, no lo sé; y tampoco me desvela, porque tampoco creo que la economía popular tenga que competir en términos de productividad con el sector privado capitalizado. Creo que su productividad es alternativa y creo que hay una mitología gorila, meritocrática, de que todos tenemos que tener el impacto del grupo Clarín. Y si todos tuviéramos ese impacto seríamos una máquina de manipulación, porque para tener ese impacto hay que manipular, construir formas adictivas como las redes sociales.

 ¿La radicalidad de tus propuestas podrían jugarte en contra? ¿Te ves como un candidato fuerte para las próximas elecciones?

Si no hiciera las propuestas que hago sería un mentiroso, porque son las cosas en las que creo. Quiero que si la gente nos vota lo haga por nuestras convicciones e ideas y no porque la careteamos mejor; porque además para caretas ya están los demás, y les sale bárbaro. En relación a la candidatura digo lo que siento, esto lo digo y lo hago; hay cosas de las que estoy seguro, como de que no voy a ser ministro de Massa, y de que si gana Massa las PASO lo vamos a apoyar. Si a nosotros nos va muy bien, sí creo que quedará un piso armado; y si nos va muy mal lo que me corresponde es decir «che a la gente no le caí muy simpático, no le gustó la forma en que yo transmitía, busquemos otro compañero o compañera». Del resultado de esta elección depende para mí la interna, cómo queda la relación de fuerzas dentro de Unión por la Patria, porque si nos va muy mal va a quedar todo corrido para la derecha; y también depende de la construcción de un liderazgo para el futuro. Vi tanta gente que arruinó organizaciones y grupos queriendo siempre estar, con pésimos resultados… Yo voy a tratar de no reincidir en ese rol que siempre critiqué.

¿Qué valoración haces de la Ley de Equidad de Género en los medios? Y en relación a la libertad de expresión, ¿qué posición tenés sobre los discursos violentos y de odio?

Salvo en los medios comunitarios, la primera vez que vi en un medio público, en un medio grande, a una mujer con una cámara, fue en la TV Pública. Me dijeron que fue una lucha ganada por SiPreBa para que haya mujeres con cámaras. Yo creo que hay que avanzar con eso y también creo en los sistemas de cupos, siempre creí que tiene que haber un cupo para personas que viven en barrios populares, pueblos originarios, personas con discapacidad, etc, porque hay siempre un corte de clase que queda afuera, ahí sí banco fuerte. Con respecto a los discursos de odio no tengo una posición tan firme porque lo que tengo claro es que están mal en torno a las discriminación de grupos que tienen vulneraciones específicas, nacionalidad, clase; pero en términos de política, salvo que sea una amenaza directa contra la integridad física de una persona, creo que hay que bancársela; si es contra un dirigente político.

 Hay algo que aparece mucho en tu campaña, una minoría intensa que te acompaña. ¿Cuál es el mandato para esa minoría y cuáles son las tareas que se vienen en la nueva etapa de Argentina?

Es difícil contestar si no podemos caracterizar la etapa y el resultado electoral va a tener una incidencia fuerte en esa caracterización. Una etapa gobernada por Bullrich es distinta a una gobernada por Massa. Creo que la tarea fundamental de la militancia popular desde hace años es unir a los sectores excluidos. La prioridad es levantar la bandera de los que están socialmente excluidos, de los más empobrecidos y por otro lado, la prioridad es, hoy estoy un poco ricotero, no comprar perlas truchas sin chistar como dice la canción. Comprala, ¡pero chistá! Porque si no estamos en una especie de narrativa disociada, entregando y arrastrando todas las banderas, y prácticamente con una estrella roja en la boina.

Una bacanal mediática

Una bacanal mediática

La actuación de los medios en casos emblemáticos se transforma en un clamor de venganza. A partir de la detención de una pareja que supuestamente dio muerte a su beba, y que derivó en un descarnizado maltrato periodístico, reflexiones de especialistas sobre ética en los medios.

“El calvario de una mamá y un papá: murió su beba y los acusaron de haberla matado”, así se leyó en los titulares de los medios cuando se comprobó la inocencia de Layla Melani Rivero y Omar Barrientos, padres de Alison Barrientos Rivero, la beba de 21 días que falleció de un paro cardíaco en un hospital Balestrini, de Ciudad Evita.

El día 7 de febrero por la mañana los padres llevaron a Alison de urgencia al hospital porque parecía no respirar. Al ingresar, la beba fue llevada a terapia intensiva y los padres inmediatamente detenidos para ser interrogados. Alison falleció a las pocas horas y los médicos que la atendieron entregaron un informe donde denunciaban que ella presentó signos de abuso.

La noticia se dio a conocer cuando ese mismo día por la tarde el periodista policial Mauro Sztajnszrajber, o Szeta como se lo suele conocer, anunció por twitter: “Ahora, otro bebé, abusado y asesinado por sus padres”. Seguido por otros tweets donde el periodista de Telefe publicó las fotos de los padres al momento de la detención y escribió: “Estos son los padres asesinos que abusaron y asesinaron a su bebe. – De nombres Melanie Rivero y Omar Barrientos. – La nena tenía solo 21 días. – ‘Se ahogó con la leche dijo la madre en el hospital, antes de que se descubra el horror”. En ese mismo hilo amplía sobre la situación y la expectativa de condena: “Alison tenía 21 días de vida. – sus progenitores quedaron detenidos por homicidio agravado. – La sospecha es que el crimen devino de la violación. – En esta nota, el caso. Quiénes son los padres, Qué pena les espera…”

Inmediatamente otros medios comenzaron a replicar la noticia y, los días siguientes, en los diarios y programas de televisión se leyeron titulares como: “Abusaron y asesinaron a bebe de 21 días. Niños en peligro ¿Quién los cuida? ¿Dónde está la justicia?”, en Crónica TV; “La beba de 21 días muerta tenía signos de abuso y se espera por la autopsia”, en Télam; “Arrestaron a una pareja por llevar a una beba de 21 días a un hospital con muerte cerebral y signos de abuso”, en el portal de La Nación; “La Matanza: detuvieron a una pareja acusada de asesinar a su beba de 21 días, en Página/12; “Abuso infantil. Detuvieron a una pareja de 14 y 16 años acusados de matar a su beba de 21 días”, América TV. La directora del Hospital Balestrini apareció en repetidas notas comentando la situación y exponiendo el informe de signos de abuso que habían presentado los médicos que atendieron a la beba. Tampoco faltaron los comentarios y réplicas en las redes sobre el caso, denunciando y condenando a la pareja y exigiendo justicia por Alison. 

Al poco tiempo salió un segundo informe, este de la autopsia, que contradecia el informe presentado por los médicos y demostraba que la beba no habia sufrido ningun abuso sexual y no tenia traumatismos. Para garantizar el buen tratamiento del caso, la Fiscalía pidió un tercer informe al Ministerio Público Fiscal, a medicina forense, y luego de cinco días de acusaciones y mediatización del caso, se confirmó nuevamente que falleció por falta de oxígeno y que los supuestos signos de abuso no corresponden a ningún tipo de maltrato. 

El 12 de febrero en los medios se leyeron titulares como los de Infobae: “Tras ser liberados, los padres de la beba que murió en La Matanza denunciarán a policías y personal médico”; Página/12: “Liberan a los padres de la beba de 21 días que murió de un paro cardíaco” y Todo Noticias: “El drama de los papás de Alison”. Al día siguiente Mauro Szeta salió en Telefe a pedir disculpas a los padres y a compartir: «Una enseñanza, porque yo al publicar en mis redes sociales afirmé, lo que era una etapa incipiente en este caso, como si fuera concluyente. Esa es mi responsabilidad, la enseñanza de que los procesos penales (me lo digo), son largos, no son concluyentes», dijo el periodista de larga trayectoria en noticias policiales, casado con Clarissa Antonini, Fiscal en Poder Judicial Provincia de Buenos Aires, reflexionando, luego de varios años, sobre la típica temporalidad de los procesos penales.

Ernesto Meccia, sociólogo, profesor e investigador, Universidad de Buenos Aires, en conversación con ANCCOM, reflexionó sobre los sucesos: “En casos tan delicados como los que nos ocupan la responsabilidad del periodismo debería pasar por informar en base a las evidencias que van produciendo quienes tienen capacidad técnica de hacerlo. Esto no significa para nada que estas evidencias sean indiscutibles, pero el periodismo debería saber que las pruebas son la base de su labor y que por lo tanto tiene que esperar. Lamentablemente esto no se produce y lo que tenemos es la ‘justicia mediática’, es decir, un veredicto flojo de papeles probatorios divorciado de la ‘justicia institucional’. Este veredicto conmociona a la sociedad creando un estado de pánico moral que termina condicionando el accionar de esta última. Y lo expresado tiene íntima relación con lo que dije anteriormente: las evidencias no son indiscutibles. Una evidencia científica, por más científica que sea, puede ser desestimada debido al estado de conciencia crispado que produjeron los medios; la opinión pública puede aplastarla, literalmente”. 

“La acusación de un delito, por más grave que sea, no puede transformarse inmediatamente en una condena», dice Cesaroni.

“La acusación de un delito, por más grave que sea, no puede transformarse inmediatamente en una condena. Ahí hay una responsabilidad de los medios y del Estado de promover esta especie de justicia directa, donde se los acusan de determinado delito e inmediatamente son unos asesinos”, dijo Claudia Cesaroni, abogada, magíster en criminología, docente, integrante del CEPOC (Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos), y de la Red Argentina No Baja. Cesaroni planteó la importancia de repensar cómo actúa la Defensoría del Público en estos casos y cómo “los periodistas construyen el propio código de ética en cuanto a la inmediata condena y la exhibición de las caras de los acusados o cualquier información que los haga reconocibles.Y por otro lado, igual o más grave, la responsabilidad pública de la policía de difundir estas fotos que ella misma se saca. Porque hay alguien que las está difundiendo. Mientras que deberían ir al expediente y nada más, estas fotos son sistemáticamente repartidas”.

Una vez comprobada su inocencia, los medios llamaron a los padres para relatar los sucesos. En una entrevista en Radio con Vos, Layla, la mamá, contó cómo las policías le decían: “´Ahora cuando te pongan con las demás presas te van a matar porque eso no se perdona’. Me decían que les dijera a las presas que estaba por robo. Pero apenas entré a la celda estaba la tele prendida y una piba (que la reconoció por la foto) me tiró una patada en la cara y después eran como 20 pibas pegándome”.

Omar, el padre, se sumó a las denuncias de abuso de poder de parte de los policías: “Si yo, que soy hombre, viví un calvario; imagínese mi pareja, que es mujer y es la primera vez que toca una comisaría. A mi mujer también la maltrataron y la golpearon». Él pasó dos días sin que le dieran un vaso con agua y con llagas en la boca, mientras los policías le decían que esas eran las consecuencias de consumir paco. «Me decían que merecía lo peor. Estuve dos días sin tener contacto con el mundo y lo único que recibía eran insultos -sumó el padre de la beba-. Fuimos a la comisaría a hacer una declaración y cuando nos dimos cuenta estábamos encerrados y no sabíamos por qué. En el hospital no nos informaron nada y lo peor que me pudo haber pasado fue enterarme que había muerto mi beba estando preso».

“Mauro Szeta pidió disculpas pero el daño ya está hecho”, dijo Meccia.

“Yo creo que, más que moral, es una responsabilidad ética la que tienen que tener los periodistas en el mejor ejercicio de las prácticas de su profesión. En primer lugar, las fuentes que en general usa el periodismo, y sobre todo el llamado periodismo policial o vinculado a hechos que tienen que ver con lo policial, son los policías o el Poder Judicial, y en base a esas fuentes construyen lo que pareciera ser una verdad única”, explicó Cesaroni que, entre otras cosas, es la autora de La vida como castigo: el caso de los adolescentes condenados a prisión perpetua en la Argentina y Contra el Punitivismo: una crítica a las recetas de la mano dura. “Muchas veces, como en este caso tan tremendo, además de violar presupuestos éticos de la profesión, configura un delito y una invitación a cometer delitos, que de hecho sucedió, ambos fueron golpeados y torturados en los lugares donde estuvieron esos días presos”, siguió.

Cuando Mauro Szeta anunció: “Otro bebé asesinado y abusado por sus padres”, lo dijo haciendo referencia al caso de Lucio Dupuy, nene de la Pampa abusado y asesinado por la madre y su pareja. El caso de “la beba de La Matanza” se desarrolló en medio del alza mediática por las condenas de los juicios de Fernando Báez Sosa y Lucio Dupuy. El 2 de febrero se conoció el veredicto del juicio por el crimen de Lucio y la madre y su pareja fueron declaradas culpables del homicidio agravado del niño y ambas recibieron una pena de prisión perpetua. Por otro lado, el 6 de febrero se sentenció a prisión perpetua a cinco de los asesinos de Fernando y los otros tres a quince años de prisión. No hubo medio que no hablara de estos juicios de manera consistente los días anteriores y posteriores. 

Ante esto Cesaroni explicó que el punitivismo funciona de múltiples maneras, no se expresa solamente aplicando penas más duras o creando nuevos delitos. “En el caso del juicio de Lucio, por ejemplo, hay toda una corriente de castigar a la jueza que le otorga el cuidado a la mamá, a las maestras que no vieron ninguna señal, al personal del hospital -planteó la abogada de la UBA-. Se construye la idea de que las escuelas y los hospitales tienen que tener una función casi policial, y eso se convierte en un problema porque no es el rol de estos lugares. Una cosa es estar atentos a detectar alguna situación que pudiera configurar un abuso de algún orden, pero esa no es la función principal ni de los maestros, ni de los médicos. Esto ha pasado históricamente, cuando llegaban mujeres desangradas a realizarse algun tratamiento obstétrico y los médicos inmediatamente cumplian una funcion policial que era denunciar un aborto. Entonces, cuando se pone por encima la función policial por sobre la médica o de la salud pública o la escolar hay un problema”. Cesaroni sostuvo que en este caso había una alta demanda de cumplir esta función y de estar atentos: “porque todo podía ser abuso. La médica sale inmediatamente a los medios a cuidarse las espaldas y a presumir un abuso que no era. Algo muy grave. Imaginate para unos padres que se les había muerto la bebe asfixiada que encima los denuncien de haberla matado. Tiene un nivel de brutalidad y crueldad que es importante señalar para poder pensar a futuro”.

La abogada especialista en punitivismo explicó que esta es la idea de que todo conflicto social o toda conducta humana que parezca inadecuada, molesta o agresiva, se resuelve con castigos y penas cada vez más largas y brutales. Y, que si el Estado no cumple con estas funciones, es “saludable” tercerizar el castigo haciendo eso que es mal llamado “justicia por mano propia”, cuando en realidad sería “venganza por mano propia”. Meccia por su parte, al hablar del lugar moral de los medios en estos casos, dijo: “En el caso de Lucio, las estadísticas son muchas y muy claras: la violencia doméstica extrema es mucho más frecuente en varones. Sin embargo, el caso activó sentimientos lesbofóbicos, algo que nos demuestra que algunos cambios culturales no son tan profundos como creíamos. Por otra parte, Fernando fue un muchacho ‘ejemplar’. ¿Qué hubiera sucedido con la moralidad mayoritaria si la víctima hubiera sido un joven con problemas con la ley, o un joven que consumiera sustancias más de lo debido? Probablemente no hubiera sido una víctima que importase”. 

“Para acercarnos al pensamiento punitivo voy a centrarme en el caso del crimen de Fernando”, continuó el investigador de la UBA, explicando que, con claridad, este crimen fue motivado por mandatos de género, conformando un gran problema que el pensamiento punitivo no dejó ver, ni abordar. “Los varones no nacen con esos mandatos en su ADN, los varones adquieren esos mandatos mediante procesos de socialización. Así tendríamos que pensar que el género implica la somatización de las relaciones sociales, es decir, que se hace carne en los sujetos que habitan el sistema machista y patriarcal – siguió Meccia-. Surge entonces una paradoja: hablamos ‘sistémicamente’ pero luego queremos respuestas ‘individualizadas’, como si borráramos con el codo lo que escribimos con la mano.Si prendemos la televisión, leemos los portales o vamos a las redes; vamos a escuchar como la gente habla todo el tiempo del ‘sistema’ patriarcal, del ‘sistema’ de sexo-género, del ‘sistema’ machista y, sin embargo, los asesinos de Fernando fueron demonizados como personas. Hay algo que no cierra”. 

Meccia planteó que por definición, un sistema tiene más poder que los individuos particulares que lo componen, un sistema: “como si fuera un tsunami, se los lleva puestos, o tiene chances de hacerlo: ¿Cuánta capacidad de resistencia al sistema puede tener una persona que fue socializada por años y años ahí adentro?”. Entonces se preguntó: “¿Por qué no hacernos cargo del sistema que crea esta clase de subjetividades violentas y dejamos de crear monstruos? Estos jóvenes no salieron de la nada, salieron de nuestra sociedad y, pese a quien le pese, se parecen a muchos, a muchísimos otros jóvenes que viven cerca nuestro. Hagamos algo para poner en perpetua al sistema, no a las personas. Cuando se habla de la necesidad de la ESI en las escuelas queremos, justamente, hacernos cargo del sistema para evitar que niños y adolescentes adquieran ese tipo de subjetividad”.

En conversación con ANCCOM, la abogada Cesaroni explicó cómo el recorrido legal puede verse modificado en casos mediatizados: “En esta oportunidad era muy evidente que no había responsabilidad, pero en otros casos, como por ejemplo el homicidio de Fernando, sino hubiera estado Burlando al frente de esa querella probablemente la condena habría sido mucho menor, ‘hubiera quedado impune’, como muchos dicen, y eso para mi no es un mérito. Hay una falsa identificación, a mi juicio, de impunidad con poco tiempo de castigo. Como si estar 10 años preso fuera un nivel de impunidad. Se ha logrado introducir en la cabeza de la gente que justicia solo es prisión perpetua, en el caso de Fernando fue evidente. Eso es muy grave, porque a mi pensar, la perpetua es una condena a muerte en vida, porque la lógica es ‘yo no te puedo matar porque la pena de muerte está prohibida, entonces te mando cincuenta años a la carcel sin que puedas salir’. Perpetua para mi no debería existir para nadie, pero de existir solo reservarse para casos absolutamente minoritarios, porque sino nos encontramos con una banalización del monto de la pena que me parece gravísimo. No se han impuesto penas de prisión perpetua por la Corte Penal e Internacional por delitos de genocidio, de lesa humanidad. Se han aplicado como mucho penas de treinta años, y estamos hablando de genocidio, no un caso particular a la salida de un boliche, que es un caso grave pero no es un caso para perpetua, ni siquiera en las condiciones en las que sucedió. Y donde otra vez los medios repitiendo ‘si no hay perpetua, no hay justicia’ y acompañando esa idea de que la única manera de restañar el dolor es imponiendo penas crueles e inhumanas, hay que discutirlo aunque cueste”. 

¿Cómo podemos pensar un periodismo distinto? Claudia Cesaroni propuso que desde el periodismo hay mucho por hacer: “Buscar otras fuentes y no apresurarse a condenar basándose solamente de las fuentes policiales es fundamental. Explicar cómo son los procesos, entendiendo que un proceso penal empieza con una detención pero puede terminar con una absolución. No promover el castigo indiscriminadamente, no promover la tortura. Como fue en el caso del juicio de Fernando, donde hubo medios donde día y noche se dedicaron a advertir a los ocho jóvenes imputados y luego condenados que cuando llegaran a la cárcel los iban a violar, invitando a que eso suceda”. Y cómo fue con el caso Layla y Omar, donde, de manera automática, fueron abusados y torturados por los oficiales y los demás detenidos al momento de ver sus rostros en las noticias. “Eso es completamente ilegal y es una brutalidad que el Estado no intervenga en esa emisión pública de invitación a cometer delitos -dijo la abogada-. Si no se sale a discutir esto, es un problema, porque las personas que tienen otra posición son minoritarias. Les periodistas lo que pueden hacer es exhibir otras posiciones y dar lugar a por lo menos poner las primeras en duda”. 

El profesor de Metodología de la Investigación en la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA reflexionó sobre la responsabilidad del periodismo y el deber que tiene este para ayudar a pensar la complejidad. “Tiene que poder mirar desde varios puntos de vista antes de construir el propio. Pero, sobre todo, pienso que no deben ser sádicos -siguió Meccia-. Pienso que si bien es difícil sustraerse a la lógica televisiva del rating o a la fiebre contagiosa de las redes, un camino podría ser tomarse en serio la formación ética en todas las carreras de Comunicación Social y Periodismo”.

«Tienen la intención de no dejarnos crecer»

«Tienen la intención de no dejarnos crecer»

Lucía Maccagno es la directora de “En la Cancha. TV Comunitaria, Fútbol y Censura”, el documental que cuenta como TyC le impide a Parés TV televisar los partidos de Flandria. Integrante de BarricadaTV, la realizadora detalla su perspectiva sobre los intereses de los medios hegemónicos y la ausencia del Estado.

“Lamentablemente la concentración de medios no es un tema de debate de la agenda ni para la política, ni para los que tienen que tomar definiciones alrededor de eso, ni para la discusión general”, dijo Lucía Maccagno, realizadora de En la Cancha. TV Comunitaria, Fútbol y Censura; documental que habla sobre una empresa monopólica TyC que persigue y ahoga a un medio comunitario (ParesTV) argumentando perjuicios económicos porque transmitía los partidos de los equipos de la zona. Si bien a la compañía de transmisiones deportivas nunca le interesó transmitir esos partidos quiso impedir que otros lo hicieran.

En 2010, Maccagno no tenía muy en claro hacia dónde se iba a dirigir su carrera, lo único  de lo que tenía certeza era de lo que le gustaba: la fotografía y los medios. Para ese mismo año, se inscribió en el seminario Televisión Alternativa, lo que la acercó a BarricadaTV y a los medios comunitarios.

¿Cómo surgió la idea de documentar el caso de ParesTV?

Desde la militancia en común que BarricadaTV tiene con otros canales comunitarios del país como lo es para ParesTV, me empecé a acercar un poco a su historia. En ese momento estaba pensando un tema para mi tesina dentro de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA. Definí que me parecía importante visibilizar esa historia por la relevancia que tiene el caso tanto para la comunicación comunitaria como para entender cómo funcionan los medios concentrados en nuestro país. Ahí me decidí por hacerla audiovisual.

Al día de hoy todavía no se ha resuelto…  

No se resolvió, Pares TV sigue haciendo esas coberturas, sigue yendo, sigue generando ese contenido, pero no lo puede transmitir de manera plena. Lo que hace hoy es que sigue haciendo las transmisiones, pero ponen una placa sobre las imágenes para demostrar que la voluntad de ellos es seguir con ese trabajo y seguir llevándoles a los hinchas, a las hinchas, ese contenido de manera abierta y gratuita pero que están impedidos de hacerlo por estas intimaciones y esta censura. 

¿TyC quiere todo para sí?  

Creo que sí, hay una clara intencionalidad de ese sector de la comunicación, de que los canales comunitarios no crezcamos, no nos desarrollemos, pero no porque tengan algo en contra de nosotros o porque no les gusta nuestra línea editorial, sino porque creo que ellos ideológicamente creen en la libertad de mercado y creen que esta lógica debe regir la comunicación también, digamos la de la privatización.  Cuando fue sancionada la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual se abrieron los primeros concursos para obtener las licencias para transmitir, los primeros en oponerse y llevar una causa a la justicia fueron los canales comerciales privados nucleados en la ATA. Los argumentos usados por los grandes medios era “competencia desleal”. Sin embargo, los participantes eran medios de potencias bajas (11 a 17 km). Entre ellos están BarricadaTV y ParesTV, quienes obtuvieron su licencia y con esta tienen el derecho de ser incorporados a la grilla de cable. Una normativa emitida por Enacom ratificada por las dos gestiones anteriores. 

 ¿Estas medidas son cumplidas?

Las cableras no lo hacen, y además son las mismas empresas mediáticas. Bueno, por ejemplo, Clarín que ahora es Telecom, es la dueña de ese servicio de Internet, no hace caso a esas normativas y a nosotros, por ejemplo, no nos incorpora en la grilla del cable. Son cosas que vos vas sumando y ves que claramente se mueven con esa lógica. Primero, es como si dijeran: no voy a hacer caso a la ley porque yo estoy como por encima de la legislación y de las normativas. Y segundo, hay una intención de que los sectores que planteamos la comunicación como derecho y no como mercancía, no podamos crecer.

 Eso también se debería reclamar, ¿no?   

Es algo que venimos exigiendo e insistiendo para que se cumpla, pero del otro lado además del poder de estas empresas tenés un Estado que muchas veces no está cumpliendo con su función. Falta una pata ahí, que tienen que ver claramente con el rol del Estado para que esos reclamos y esos derechos se puedan respetar.  

La privatización de la información

 

Desde su incorporación a Barricadas TV, Maccagno comenzó una militancia para contrarrestar el discurso de los medios concentrados en el país, lucha que al día de hoy continúa por el cumplimiento de los derechos que ha adquirido el sector de la comunicación y también por los deberes que estos tienen con las audiencias. Ya no combate de manera audiovisual sino construyendo y fortaleciendo a los medios comunitarios como forma de contrarrestar el discurso de los medios concentrados.

¿Hay una privatización de información? 

Exacto. Hay un problema con  los derechos sobre la información y de las audiencias. Nos encontramos con esta ridiculez de que hay una empresa que tiene los derechos, que los compró pero que al mismo tiempo no los utiliza porque no cubre los partidos. Y hay una audiencia que no puede ver los partidos de su equipo porque la empresa que tiene los derechos no los transmite. 

¿Se podría decir que por  abandono estatal la justicia ha demorado en dar una respuesta? 

La justicia es lenta en general y tarda en tomar definiciones, sobre todo cuando se ponen en juegos intereses tan importantes, en este caso en particular en donde estamos hablando de los intereses de un grupo económico tan poderoso como lo es Clarín. Me parece que ahí la demora en tomar definiciones desde la justicia no creo que sea casual o que obedezca simplemente a la demora de la justicia en general.  

 ¿El Estado no hace cumplir la normativa en el campo mediático?

No, hay un montón de artículos de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que quedaron en pie y al día de hoy están vigentes. Entonces hay un marco legal que, a vos como Estado, te posibilita accionar en un montón de cosas, pero no se hace. Bueno la convocatoria para armar ese listado de eventos de interés relevante está absolutamente vigente y no se hace, evidentemente hay una falta de decisión política de hacerlo. Entonces claramente hay algo en el Estado que no está terminando de funcionar.