«La decisión es que se queme»

«La decisión es que se queme»

Córdoba arde: 70 mil hectáreas ya fueron devoradas por el fuego. Todos coinciden en que fue ocasionado de manera intencional. Los vecinos y los brigadistas están en la primera línea luchando contra las llamas. ANCCOM habló con dos de ellos y responsabilizan a la ausencia estatal.

La provincia de Córdoba está en llamas. Las localidades de San Marcos Sierra, Capilla del Monte, Chancaní, La Granja, Villa Bernal y Salsacate, en especial, no tienen tregua. Alrededor de 800 bomberos, brigadistas y voluntarios de esas comunidades cavan trincheras cortafuegos, y luchan cara a cara con el fuego que ya se llevó puestas esta semana más de 69 mil hectáreas. Los brigadistas sospechan o incluso denuncian que las llamas fueron iniciadas con toda intención.

“Se han encontrado bidones de nafta en las zonas de los incendios, gente corriendo con los bidones y subiéndose a camionetas –afirmó a ANCCOM María Paula Guilaberti, integrante de la brigada cordobesa Forestal Aromito–. La base común a todos los incendios se debe a que se descontroló por un mal manejo del combate del fuego, todos los incendios fueron intencionales, ninguno fue por un asadito o un pucho que se apagó en el suelo, que es lo que suele circular. El tema de los incendios con intencionalidad viene hace años en Córdoba sustentado por  intereses en cambiar la función de los suelos en la provincia..

Por otro lado, la brigadista asegura que hay malas prácticas y escasa responsabilidad de parte de los equipos del gobierno provincial en la utilización del método contrafuego, la quema de territorios para quitar combustible natural al incendio. Por ejemplo, sostuvo que  “si vas a hacer un contrafuego, cómo lo vas a apagar sin contar con los recursos para apagarlo. Estas contradicciones generan muchas dudas sobre las verdaderas intenciones en ayudar”. 

Diego Leandro Pasmanik, integrante de la brigada de San Marcos Sierra, aseguró que “no hay ninguna decisión política, ni provincial ni nacional, para que el fuego frene. Son los vecinos los que salen a colaborar y tratar de apagar el fuego. Siempre hay una cuestión de decisión política de frenar el fuego a tiempo o no. Si quienes tienen los recursos no lo hacen, las instituciones y el Estado, claramente la decisión es que se queme”.

La indiferencia y la no respuesta por parte del Estado no ayudan a que catástrofes de esta magnitud sigan efectuándose. La Ley Bases, el RIGI, el desfinanciamiento hacia la protección ambiental, y la poca predisposición del Gobierno nacional -más allá de la visita de hoy del presidente Javier Milei a Córdoba- perjudican la prevención y la solución urgente al drama del fuego. Con presupuesto reducido, los recursos no alcanzan.

El Equipo Técnico de Acción ante Catástrofes (ETAC), creado por el gobierno provincial en el año 2021, luego de la catástrofe de incendios que se dio en el año 2020, a cargo del Ministerio de Seguridad cordobés, está abusando con la práctica de contrafuego, según la brigadista de Forestal Aromito. “Es una intencionalidad que no entendemos, la ETAC perdió legitimidad en la misma gente de la comunidad, los vecinos tienen miedo, no hay confianza, ya no sabes si están ahí para combatir el fuego o para lo contrario”, expresó y agregó que “con el combate directo y con los aviones hidrantes haríamos una diferencia increíble, por eso la urgencia de una emergencia nacional y el apoyo de Nación, serían clave para obtener más recursos que no tenemos en el territorio y mejorar la situación. El recurso físico humano ya no da abasto. Las condiciones climáticas azotan a toda la región y el país, hay que dejar de fragmentarlas como si fueran asuntos separados. Nuestros recursos naturales y nuestro ecosistema es uno, hay que cruzar discusiones que parecen aisladas pero no lo son, por eso hablamos de emergencia nacional.”

Brigadas, bomberos voluntarios y vecinos organizados autoconvocados hacen frente al fuego con lo que hay, con su fuerza física –que ya no da abasto– van al combate, caminan kilómetros para llegar a donde no llegan otros actores, sin dormir y enfrentando en simultáneo su vida cotidiana. Sin embargo, la intervención y apoyo del Estado escasea. “Los vecinos y voluntarios que vamos a los fuegos intentamos ser los ojos de los que no están acá, sentimos la desesperación y la necesidad de decirlo. Necesitamos que la población reaccione, que se levante a decir basta, sino no va a pasar nada y van a seguir quemando todo”, dijo Pasmanik.

 

–Hay que reconocer a las brigadas como actor clave e incorporarlas en el manejo del fuego. Nuestro principio es proteger al monte, pero los intereses económicos y políticos por cambiar el uso del suelo nos dejan fuera de la mesa de discusión, tener una voz sería clave para poder denunciar malas prácticas y romper mitos –aseguró Guilaberti.

 

–¿Cuáles son las medidas a seguir en un futuro?

–Que los montes vuelvan a ser bosques. Después de que el fuego se apague seguir hablando y poner en evidencia que esto viene pasando hace muchos años, hay que seguir en la lucha contra estos intereses económicos gordos sobre nuestros recursos naturales. Que no se vaya la preocupación cuando se va la emergencia, y se vuelva a desatar la emergencia cuando ya sea todo cenizas –indicó la brigadista de Forestal Aromito.

 

–¿Qué pasó con los territorios quemados en años anteriores y qué pasará con los que se están incendiando ahora?

–No hubo nunca cambios sustanciales en las políticas de manejo. Algunos de los territorios en zonas quemadas fueron loteados, no se sabe con qué criterio, ni quien maneja esos expedientes, todo está escondido. Hay que tomar decisiones políticas responsables, transparentes y poner los recursos donde hay que ponerlos.

 

–Sabemos que los fuegos intencionados son órdenes de una directiva de gente de altos cargos -completa Pasmarnik-, es gente que paga por hacerlo, la gente que va a quemar representa instituciones. Pareciera que quieren dejar un cementerio a cielo abierto, la gente tuvo que evacuarse de sus casas sola mientras el fuego avanzaba, no había nadie.

Más de 150 organizaciones piden la declaración de emergencia haciendo un llamado a la acción colectiva y a la organización intersectorial con un Estado presente y comprometido, lo urgente es extinguir los incendios.

La vida después del incendio

La vida después del incendio

Este jueves se estrena en el Gaumont «Tormenta de fuego», un documental que muestra cómo siguió la vida de las personas que perdieron todo en los incendios patagónicos.

La Patagonia se quema todos los años y esto no parece significar gran pérdida para el poder político que administra los recursos nacionales. ¿Pero qué pasa con los habitantes locales una vez que el fuego se apaga? ¿Cómo se vive después de haber perdido hasta la última foto familiar? ¿Qué se hace cuando no hay donde volver?

Tormenta de fuego es el nuevo largometraje de Luciano Nacci y Axel Emilien, dos directores patagónicos que se unieron para cocrear este relato que busca encarnar una voz local. A través de la utilización de planos aéreos de los suelos chamuscados logran transmitir la dimensión de lo ocurrido en el verano de 2021 en distintas localidades de Chubut como algo inabarcable, irreparable.

El documental, que se estrena este jueves en el amenazado Cine Gaumont, toma una perspectiva íntima al narrar qué es lo que sucede detrás de cada incendio, qué significa para los habitantes locales perder sus hogares, ver su vida arrasada por el fuego.  Axel, habitante de El Hoyo, mira a cámara y expresa: “Todo lo que tenía en la vida se estaba quemando, prendiendo fuego, desapareció en un instante. Cuando empezó a arder de repente se ve todo un bosque de 200 metros de ancho por 100 de largo convertido en una sola llama, era el infierno en carne propia. Lo único que queríamos era seguir vivos, todo lo material no vale nada, la vida vale mucho más.”

Con un montaje inmersivo y sombrío, Nacci y Emilien logran presentar un relato sensible, poniendo voz y cara al costo de los incendios. En diálogo con Nacci, comenta sobre la decisión de narrar lo ocurrido desde la perspectiva de sus habitantes: “Cuando llegamos a la zona arrasada por el fuego nos encontramos con que ya habían hecho un montón de entrevistas a la gente que estaba ahí. Y generalmente lo que nos decían es que las entrevistas, eran amarillistas o más banales, y esto dolía. Nos comentaban que lo que más pesaba era que esto ya había sido olvidado por el ojo público, ya había dejado de estar en agenda.”

El realizador agrega: “Entonces, lo principal que encontramos en la película era la posibilidad de dejar ese registro, lograr que no se olvide. Ahora, el 9 de marzo ya se cumplen tres años desde el incendio, y la mayoría de la gente no volvió a construirse su casa.”

El documental muestra el trabajo de los guardaparques y brigadistas de la zona por defender los territorios incendiados, hogares de muchos de ellos que trabajaron horas inhumanas por rescatar a las más de 500 familias que perdieron sus hogares en el fuego. La duda que ronda toda la proyección es la intencionalidad del incendio, un misterio que hasta la fecha no fue resuelto y aún pesa como saldo pendiente ante una comunidad que lo perdió todo.

El largometraje ha impactado a lo largo del globo, con participaciones en festivales como el de Fonfria, España, donde obtuvo el premio a mejor documental; el Overcome Film en Estados Unidos,  donde obtuvo el quinto lugar a mejor documental, y el de Cine de Trieste, Italia, entre tantos otros, donde lograron acumular un numero impensado de premiaciones para un largometraje independiente. “El incendio es algo universal, por culpa de la ausencia estatal o la mano humana son cuestiones que se replican en otras partes del mundo, y esto genera mucho interés en públicos muy diversos”,  expresa Nacci.

La producción fue realizada a pulmón por los directores, que al ver el incendio sintieron la necesidad de estar en el territorio, colaborar de alguna manera con gente que lo había perdido todo. “La película está financiada en su mayoría por la gente local, los habitantes de El Bolsón y de El Hoyo que nos dieron alojamiento, comida, vino, que fue necesario y también merienda. Fue muy tremendo, estás haciendo una entrevista a alguien que perdió todo. Y en plena pandemia, toda la gente en sus casas, y acá la gente afuera, sin tener donde ir”, dice Naicch y agrega: “Por suerte el Fondo Nacional de las Artes colaboró, y después el Instituto Nacional de Cine, y Artes Audiovisuales (INCAA) dio la posibilidad de poder estrenar en el Gaumont, un espacio que la administración nacional quiere cerrar”.

La proyección trae a la escena una discusión que está en boga sobre el cierre tanto del INCAA como del Fondo Nacional de las Artes, dos organismos cuyo funcionamiento da la posibilidad a productores independientes de construir una narrativa por fuera del epicentro de la capital federal. “Ahora ya ni siquiera eso, estamos discutiendo de cortar todo tipo de apoyo a un instituto que es autárquico. Consideran a la cultura como si fuese un enemigo. En realidad lo que hacemos es mostrar la realidad de lo que está sucediendo subjetivamente, pero es una forma de mostrar nuestra identidad”, aporta Nacci y denuncia: “Lo que se está intentando hacer es borrar la identidad nacional cultural, y no lo vamos a permitir, vamos a las calles a defender estos espacios”.

Tormenta de fuego es un relato íntimo de los vecinos, pero también es una denuncia social y el llamado a alzar la voz por lo perdido, un reclamo ante la desidia gubernamental y las decisiones políticas a espaldas del pueblo. El documental finaliza con paisajes impactantes y un llamado de la comunidad a la acción colectiva, a velar por el bien común y por el futuro de la humanidad y volver a encontrar un cauce común en la reconstrucción del lazo social.

Fuego en los bosques del Nahuel Huapi

Fuego en los bosques del Nahuel Huapi

Un incendio forestal arrasó ya 400 hectáreas a orillas del Brazo Tristeza del lago Nahuel Huapi. “No había mucho equipo disponible, ya que parte está destinado a combatir el fuego en el Parque Nacional Los Alerces”, dicen los bomberos.

A pocos kilómetros de la ciudad de San Carlos de Bariloche hay un incendio forestal que continúa activo y avanzando sobre más de 400 hectáreas, destruyendo gran parte del hábitat natural del Parque Nacional Nahuel Huapi.

Se trata de la costa sur del Brazo Tristeza del lago Nahuel Huapi, sobre la ladera del cerro Capitán, en donde un fogón mal apagado, en un lugar donde está prohibido hacer fuego, habría ocasionado que el domingo pasado se encendieran las alarmas y que el lunes la ciudad amaneciera tapada por el humo. El fiscal Rafael Vehils Ruiz, al frente de la Fiscalía Federal de Bariloche, solicitó a quienes puedan aportar datos para esclarecer el origen del siniestro que se acerquen a la repartición (San Martín 425 de esa ciudad o se comuniquen por teléfono (0294 442 1474) o vía correo electrónico fisfed-bch@mpf.gov.ar .

Ya van dos semanas de incendio ininterrumpido en el Parque Nacional Los Alerces y ya son más de 6.000 hectáreas afectadas sobre la provincia de Chubut. Este otro siniestro, en las cercanías de Bariloche, implica la división de los equipos para combatir el fuego y enfrentar ambos frentes al mismo tiempo. “No había mucho equipo en disponibilidad, y parte de lo que estaba trabajando en Alerces lo destinaron para acá”, cuenta Marcelo Miocevich, que trabaja en el Departamento de Incendios Forestales del Consejo Nacional de Bomberos Voluntarios y es el coordinador provincial y regional.

“El Estado Nacional está trabajando desde Parques Nacionales, se sumó al equipo de trabajo el Servicio de Prevención y Lucha contra Incendios Forestales (SPLIF), que es de la provincia de Río Negro, más los bomberos voluntarios de las ciudades cercanas; son más de 60 personas trabajando para apagar el fuego”, agrega Miocevich.

La zona del Brazo Tristeza es muy boscosa, con mucha pendiente, de difícil acceso, lo que hace que el operativo de los brigadistas sea todavía más complicado, porque solo se puede llegar con embarcaciones, resultando indispensable el trabajo aéreo. Un comunicado oficial del Parque Nacional Nahuel Huapi anunció que el miércoles se sumaron a los dos helicópteros con helibalde de mil litros cada uno, y dos aviones; uno de ellos es un anfibio que carga agua directamente desde el lago, con una capacidad de tres mil litros.

“Uno de los problemas con los que se está enfrentando es que no se estaba permitiendo el uso de los helicópteros, ya que no pueden acercarse completamente a la zona del incendio porque entre las altas temperaturas más el fuego generado en la zona, se queman”, comenta Eugenio Lettieri, bombero voluntario con rango de sargento primero, del cuartel Ruca Cura.

Los helicópteros cargan combustible en el helipuerto del hotel Llao Llao, y a su vez los aviones tienen que acercarse hasta el aeropuerto que queda a varios kilómetros del foco de incendio. Mientras tanto los brigadistas embarcan en Bahía Lopez, donde ayer se instaló un puesto sanitario de emergencias para atender a heridos. El trabajo terrestre también termina siendo clave. “Los incendios forestales por lo general se apagan con herramientas de zapa, es decir, pala, hacha, motosierra, rastrillo, todo lo que sirva para evitar que el incendio se propague por cada raíz y ramita seca del suelo”, dice Lettieri.

Para no depender solo de la vía aérea en la utilización del agua, los bomberos armaron una cadena de motobombas. “Con la mangueras se extrae agua del lago, se deja en una especie de pelopincho a 150 metros, que se conecta con otra pileta y así se va ascendiendo a través de la montaña”, cuentan en el equipo de bomberos de Ruca Cura.

Los incendios generados con o sin intención por los humanos se repiten todos los años en el sur de Argentina. “Siempre tuvimos incendios –dice Miocevich–. El tema es que con las condiciones más extremas del clima que estamos teniendo, cómo la falta de humedad, la sequía, las temperaturas altas, nos enfrentamos a incendios cada vez más extremos, ya que el suelo se convierte en una especie de combustible”.

 

Con el proyecto, por ahora rechazado, de la Ley Ómnibus, se hubieran modificado dos leyes importantes que protegen el medio ambiente y territorios de patrimonio nacional como lo son los parques nacionales. Se trata de la Ley de Quema y la Ley de Manejo del Fuego, las cuales, en caso de modificarse como el gobierno quiere, permitirían la venta de tierras con fines productivos, luego de haber sufrido incendios.

El martes 6 las lluvias fueron muy fuertes y ayudaron a bajar la intensidad con la que el fuego avanzaba; así mismo, tal como afirma el comunicado oficial de Parques Nacionales, “no sobrepasó las líneas de defensa construidas en las jornadas previas”.

“El mayor problema es que el viento no cesa, y no solo te mueve el fuego, sino que también te seca el combustible, es decir quita mucha humedad”, dice Miocevich. El pronóstico para los próximos días indica que tanto jueves y viernes puede haber algunas lluvias pero con viento. Por lo cual habrá que esperar hasta el fin de semana para ver si con menos viento se pueden desactivar los focos de incendio.

Lo cierto es que aquel lugar paradisíaco del Brazo Tristeza ya no volverá a ser el mismo, por ese motivo desde Parques Nacionales, como el equipo de bomberos, y mismo la gente que vive por la Patagonia, pide que se tome conciencia de no prender fuego en lugares que no está permitido. Que un simple fogón o colilla de cigarrillo mal apagada puede ocasionar un desastre natural irreversible.

Los incendios que no son tapa

Los incendios que no son tapa

Mientras los incendios en el Delta de Paraná ocupaban los titulares de los principales medios, los estragos por el fuego en La Pampa quedaron en el olvido. En las últimas décadas, la sequía y la intromisión humana en el ecosistema generaron un desierto artificial propenso a arder, pero no a ser problematizado. ¿Qué tiene que ver con el fuego el conflicto con Mendoza por el río Atuel?

La regular invasión de humo en la capital porteña abre y reabre hace años en los principales medios de comunicación y redes sociales el debate sobre el control de los incendios. El estado de alerta en torno al cambio climático y sus efectos son discusiones de extensa repercusión e importancia en nuestros días. Sin embargo, existen zonas de la Argentina donde, debido a su escasa población y poco interés económico, el fuego genera menos urgencia. Por ejemplo, en el 2022 hubo 82.000 hectáreas afectadas por el fuego en el Departamento Chalileo, provincia de La Pampa. Ese mismo año en el Delta del Paraná se quemaron unas 110.000 hectáreas: ambos fueron incendios de gran tamaño, pero, mientras los del delta aparecían en todos los medios, sólo los portales locales se encargaron de relevar algo de información sobre el caso pampeano.

La provincia de La Pampa es un claro ejemplo de invisibilización de problemáticas medioambientales a nivel nacional pese a que se posiciona en los primeros puestos del ranking de hectáreas quemadas en nuestro país. La crisis ambiental por las altas temperaturas se suma a la intervención del ser humano; el interés económico supera al cuidado de la vida silvestre y hace que el oeste pampeano sea un desierto artificial propenso a arder. Pero, si esto es sabido, ¿por qué no se hace nada? ¿Hay algo por hacer? La Pampa reconoce la problemática ambiental y, desde su provincialización a mediados del siglo XX, ha reclamado ante la justicia los derechos fluviales de la principal fuente de agua en la zona, el Río Atuel, actualmente a manos de Mendoza.

Contexto histórico

El oeste de la región pampeana, ubicada en una zona semiárida, ha experimentado profundos cambios medioambientales desde mediados de la década del cuarenta. Esto se debe a transformaciones significativas en el entorno debido a la interrupción permanente del río Atuel en el territorio pampeano resultado de dos elementos clave. Por un lado, la explotación intensiva en Mendoza para establecer y fortalecer la región fructífera de San Rafael y General Alvear. Por el otro, la presa Los Nihuiles que desde 1948 desabastece los cauces del río que ingresaba por el noroeste de la provincia de La Pampa. Como consecuencia, la población local se vio obligada a emigrar, lo que ocasionó un progresivo abandono del territorio. Esta situación ha llevado a un reclamo firme por parte de La Pampa, ya constituida como provincia a partir de 1951.

Sin embargo, la fauna y flora silvestre no pudieron mudarse y, bajo la amenaza del fuego y la sequía, permanecen como pueden en territorios cada vez más acotados y hostiles. Por estas razones, y por el avance de la frontera agraria, poblaciones de animales terrestres fueron desplazándose a territorios alejados de lo que fue su hábitat natural. Por su parte, la población de aves disminuyó, lo que representa una pérdida de riqueza natural enorme debido a la importancia internacional del humedal pampeano. 

El conflicto socio-ambiental ha atravesado diferentes etapas que incluyen dos demandas presentadas por La Pampa ante el máximo tribunal de Argentina en 1978 y en 2017. En ambos casos, los fallos han resultado a favor de La Pampa, aunque no generaron cambios en la situación hídrica. Mendoza sostiene que no cuenta con la disponibilidad de agua requerida; sin embargo, en años recientes se ha comenzado a implementar fracking en Malargüe que demanda volúmenes considerables de agua. Esta situación contradice, en cierta medida, la postura adoptada y lleva a pensar que existen otras prioridades por parte de Mendoza.

Hablar de la situación de los incendios y, en especial del Atuel, “excede lo que es meramente hídrico: abarca también lo que es socioambiental”, aclara en conversación con ANCCOM la geógrafa María Laura Langhoff. “En Mendoza hay intereses muy fuertes de acaparar el agua para otros usos y negársela a los mismos productores-regantes. Se está impulsando desde el sector de la minería y el sector hidrocarburífero proyectos como el de Cerro Amarillo, en la cuenca alta del Atuel, para extraer metales como cobre y oro” cuenta Langhoff. De esta manera, las respuestas evasivas del gobierno mendocino se entrelazan de forma sospechosa con intereses privados. 

En palabras de Langhoff, a nivel discursivo, el Atuel se convirtió en “el río que tapó el tema del agua”, ya que, según la especialista, “el reclamo no puede ser el mismo de hace 50, 60 o 70 años porque son otros actores los que intervienen, es algo más complejo”. La centralización de la demanda por los derechos del Atuel por parte de La Pampa condicionó la discusión por el correcto uso del agua ya que éste no es el único caso de interrupciones humanas de ríos en la zona.

Proyectos mineros en la zona de Malargue, Mendoza.  

Problemática política y territorial

Mendoza es una de las provincias más importantes en cuanto a influencia política y económica de la zona. El turismo, el vino y los deportes de montaña son los principales atractivos de una provincia cuyo principal ingreso se da por el aprovechamiento de los caudales de agua retenidos y la explotación de sus recursos naturales. Sus casi dos millones de habitantes superan por gran diferencia los 366.022 habitantes de La Pampa, actualmente concentrados en el este de la provincia. 

Los puesteros del oeste y los pequeños pueblos aislados en la árida región no parecieran ser lo suficientemente relevantes o políticamente influyentes como para aparecer en las discusiones cuando se habla de las víctimas del fuego a nivel nacional. “En un año que hubo incendios en casi toda la provincia de La Pampa, allá cerquita del pueblo mío, murió un concejal apagando el incendio; después murieron siete vecinos del campo de mi padre” cuenta Ariel Hugo “Alpataco” Vasquez, poeta oriundo de la comunidad puestera del oeste pampeano.

“La ayuda de los vecinos, de los puesteros, no solamente es necesaria para apagar los incendios sino para lo que viene después: luchar con los animales, con el poquito campo que ha quedado sin quemarse”, resume Vazquez. “Todo aquello que era tan verde, próspero y fértil dejó de ser, pasó a ser lo contrario, se transformó en un desierto. Creo que es el desierto producido por el hombre más grande del mundo, del tamaño de Bélgica”, reflexiona Alpataco. “Ha sido un cambio de ciento ochenta grados para los pobladores, para los puesteros de esos lugares que no solamente están sufriendo la sequía. Para peor que cada 4 o 5 años les largan de golpe el agua sin avisar y le vuelven a quitar los puestos y a matar los animales”. Muchos lugareños ven sus chozas afectadas por las crecidas repentinas, cuando, rara vez, Mendoza abre las compuertas del Atuel y lo deja correr por un período corto de tiempo. “Es como si fuera una provocación que nos hacen. A ciento cincuenta kilómetros al norte está la capital de rafting y nosotros ahí tragando polvo, arena”, concluye “Alpataco”.

Mientras las discusiones políticas siguen, cientos de familias pampeanas continúan abandonando el oeste. Si la falta de respuestas por los gobiernos provinciales y la idea de polos opuestos se sostiene es de estimar que la migración se convierta en una constante. De esta manera, en cuanto a las víctimas del fuego, la tendencia natural es que ya no quedará quién sufra de los incendios y la invisibilización habrá terminado (salvo, por supuesto, si no tomamos en cuenta al ecosistema y el legado cultural de la zona).

El vaciamiento territorial, la invisibilización de la problemática a nivel nacional y discurso combativo del gobierno pampeano ocasionaron un antagonismo que dificulta las posibles soluciones entre sectores provinciales. Los reclamos por el agua y la situación estructural de los incendios siguen hoy día sin respuesta y a no ser que condiciones extraordinarias ayuden, es de estimar que el panorama se mantendrá como a lo largo de estas más de siete décadas.

«Los mataron para tapar mafiosos»

«Los mataron para tapar mafiosos»

“En cumplimiento del deber: Iron Mountain, el incendio” se estrenará el próximo 9 de febrero en el cine Gaumont. La película muestra la historia oculta detrás del fuego, vinculado al lavado de dinero, paraísos fiscales y una red de corrupción que permanece sin condena, con pruebas y documentos inéditos.

El próximo 9 de febrero se presentará en Argentina el documental ”En cumplimiento del deber: Iron Mountain, el incendio”, en el cine Gaumont. Una coproducción de INCAA y la Universidad Nacional de Quilmes, sobre los sucesos del 5 de febrero del 2014, en el siniestro del depósito de la firma Iron Mountain en Barracas, donde se produjo un derrumbe que terminó con la vida de  siete bomberos y dos miembros de defensa civil. El film devela la historia oculta detrás del fuego, relacionado al lavado de dinero a escala global y una red de corrupción que permanece sin condena, con pruebas y documentos nunca antes mostrados.

Dirigida por Jorge Gaggero, la película dura 68 minutos  y cuenta con la voz de la actriz Cecilia Roth en la narración de los hechos. El proyecto retoma lo sucedido y da a conocer el testimonio en la voz propia de familiares de víctimas del incendio. Fue producido por el diputado nacional del Frente de Todos (FdT) Eduardo Valdés y la investigación estuvo a cargo de su hijo, el legislador porteño del FdT Juan Manuel Valdés, el periodista de El Destape Ari Lijalad y su colega especializado en economía Pablo Waisberg. En diálogo con ANCCOM,  Gaggero señala “Fuimos con cámara en mano a acompañar los peritajes desde el 2016 y comenzamos con el trabajo de investigación”. En el documental se pueden observar tomas aéreas del incendio brindadas por C5N, material de archivo de Telefé y de la Policía Federal. La hipótesis de que el fuego se originó accidentalmente fue confrontada rápidamente por los primeros indicios y testimonios de los sobrevivientes. El historial de Iron Mountain confirma que ya había sufrido siniestros en Estados Unidos, Inglaterra, Canadá e Italia: en cinco de esos casos fue demostrada su intencionalidad. Veintinueve empresas investigadas por lavado de dinero guardaban sus archivos bancarios en el depósito siniestrado, entre ellas, la misma Iron Mountain. Las primeras pericias confirmaron que el fuego había sido intencional. Mientras que la empresa, beneficiada con una excepción impositiva, no contaba con la habilitación adecuada y los expedientes permanecen desaparecidos. 

En cumplimiento del deber, se presentó de forma internacional en la sección Latinoamérica en Perspectiva del 43º Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana que tuvo lugar del 1 al 11 de diciembre del 2022 y contó con la presencia del director y del productor. La película fue seleccionada entre más de dos mil y la función estuvo acompañada por bomberos de la ciudad de La Habana. En el circuito internacional se prevé recorrer los distintos países de Latinoamérica para la exposición de una historia que merece ser difundida. Jorge Gaggero comenta que fue un espacio importante para hacer llegar la película y también para conocer otras historias de bomberos caídos. Además, el director señala que la proyección tuvo un clima emotivo y una buena recepción, dado que coincidió con un hecho desafortunado en el último tiempo, donde un rayo hizo explotar un destacamento de los bomberos de Cuba. 

En este sentido, destaca que la película busca “ser un instrumento para contar una historia, ponerse al servicio de esto, para generar memoria. El documental recorre la lucha de los familiares de las víctimas y el pedido de justicia, donde se enfrentan a intereses muy fuertes, y pregunta: ¿Quiénes están detrás de esto? ¿Quiénes quieren ocultar esta información?” Además, remarca la importancia de la reflexión en relación al contexto político actual: “Es un momento, también, para reflexionar sobre lo que queremos como país y como sociedad”.

“¿Qué escondían esas cajas siniestradas? ¿Qué responsabilidades tuvieron en el hecho el poder político y qué relaciones tenía con las empresas involucradas?”, son las preguntas que resuenan en El cumplimiento del deber. La actriz, Cecilia Roth subraya: 

“Esto afectó de manera irremediable y definitiva a mucha gente. Y está bueno que con el documental afecte a más. Es la única manera que tenemos posible de que la justicia tenga más miradas encima. Para generar memoria y que esto no vuelva a pasar”; y, agrega: “Es muy fuerte, la profundidad con la que está contado, los datos precisos que desconocía la relación con otros Iron Mountains en el mundo. El gran hecho de todos estos incendios y lo que supone para todos nosotros, que haya pasado lo que pasó. El trabajo con los familiares, llevaba a un relato emocional”. Por su parte, el director destacó especialmente el fuerte compromiso de la actriz en todo momento para la difusión de la obra y la historia en sí.  

Como se indicó, la compañía dedicada al almacenamiento de archivos bancarios de grandes empresas y corporaciones, ya había sufrido siniestros en donde fue demostrada su intencionalidad.  En el caso de Argentina, las primeras pericias confirmaron que el fuego había sido intencional. En diálogo con ANCCOM, Liliana Barricola, hermana de Pedro Barricola, uno de los rescatistas fallecidos afirma que: “Era muy sospechoso que en tan poco tiempo cobrara tanta magnitud el incendio, por eso se descubre la intencionalidad del hecho, donde se estima que se colocaron focos ígneos, justo un día antes de que la UIF (Unidad de Información Financiera) se acercara a realizar una inspección por lavado de dinero. Nosotros fuimos un mes después de lo sucedido y todavía salía humo”.

Pedro Barricola era rescatista de Defensa Civil, asistió a los bomberos en los incendios. Liliana explica: “En la primera línea de fuego están los bomberos y los rescatistas están atrás asistiendo, ayudando, sacando heridos, pero no como pasó en ese momento, que estaban todos en la primera línea de fuego. Ellos pensaban que había gente adentro y buscaban salvar vidas. Nadie les dijo que eran sólo papeles de empresas que estaban fundiendo el país, que no había personas adentro. Algunos vecinos nos dijeron que la alarma de incendio sonó seis veces, algunos cuatro y que la apagaban. Quiénes llamaron a los bomberos fueron los mismos vecinos. Actualmente, el cuidador del depósito está prófugo, pero nadie lo busca, porque no les interesa”.

En este sentido, Barricola señaló la importancia de la película y la presencia en el festival  más reconocido en el ámbito latinoamericano: “El festival abre un panorama muy grande, nuestra historia va a llegar a distintos lugares. En Barracas se hizo como un altar en homenaje a los bomberos y rescatistas asesinados, donde se dejaron las cosas quedaron del incendio. Ocho años después se realizó la presentación de la película como preestreno en la calle, en la esquina donde ocurrió. Esa misma semana, lo volvieron a incendiar el espacio, el tronco que quedaba lo prendieron fuego, y se llevaron cosas”.

En relación a la causa judicial, Liliana comenta que tuvo algún movimiento en febrero de 2020, cuando los papás de Maximiliano Martinez, uno de los bomberos fallecidos, lograron reabrir la causa y remarca el pedido de justicia. “Porque esto no nos pasó solo a nosotras, o a once familias más –enfatiza–. Porque después de los chicos asesinados, se suicidaron dos miembros del grupo de bomberos sobrevivientes, ya que tampoco tuvieron ningún tipo de contención psicológica. Esto no fue solo un incendio. Los mataron para tapar mafiosos, el lavado de dinero y todas las grandes empresas que fugaban guita, que perjudicaron económicamente a todo el país. Necesitamos justicia, memoria activa y que esto se siga, que la causa no quede en el olvido. Recorrimos los medios, pero hay muchos que nos cerraron las puertas”.

Todos los años el 5 de febrero se realiza en el lugar del hecho, Quinquela y Jovellanos, un homenaje a las víctimas. Los vecinos del barrio y familiares se reúnen para recordar a los bomberos y los miembros de Defensa Civil. Tanto Cecilia Roth como el equipo de producción coinciden en que los vecinos han sido muy solidarios para mantener el lugar, el santuario: “Lo vivimos el día de la proyección en el lugar de la película en el barrio, los vecinos venían con sillas porque ya no había más lugar, salían y ofrecían cosas. También muchos vecinos se acercaron después de ver la película y nos dijeron “la verdad no sabíamos todo esto”. Vino todo el barrio, nosotros nos sentamos en el cordón de la vereda, fue muy emocionante”. 

El próximo 9 de febrero, acompañando a las víctimas en su búsqueda de justicia,  se presentará en ”En cumplimiento del deber: Iron Mountain, el incendio”, en el cine Gaumont a las 20 hs. y permanecerá en cartelera en los espacios INCAA de todo el país. A partir de marzo se encontrará disponible en la plataforma de Cine. AR. Una película para recuperar la memoria de los caídos.