Por Octavio Crespo (desde Bariloche)
Fotografía: Gentileza Parques Nacionales, TELAM

Un incendio forestal arrasó ya 400 hectáreas a orillas del Brazo Tristeza del lago Nahuel Huapi. “No había mucho equipo disponible, ya que parte está destinado a combatir el fuego en el Parque Nacional Los Alerces”, dicen los bomberos.

A pocos kilómetros de la ciudad de San Carlos de Bariloche hay un incendio forestal que continúa activo y avanzando sobre más de 400 hectáreas, destruyendo gran parte del hábitat natural del Parque Nacional Nahuel Huapi.

Se trata de la costa sur del Brazo Tristeza del lago Nahuel Huapi, sobre la ladera del cerro Capitán, en donde un fogón mal apagado, en un lugar donde está prohibido hacer fuego, habría ocasionado que el domingo pasado se encendieran las alarmas y que el lunes la ciudad amaneciera tapada por el humo. El fiscal Rafael Vehils Ruiz, al frente de la Fiscalía Federal de Bariloche, solicitó a quienes puedan aportar datos para esclarecer el origen del siniestro que se acerquen a la repartición (San Martín 425 de esa ciudad o se comuniquen por teléfono (0294 442 1474) o vía correo electrónico fisfed-bch@mpf.gov.ar .

Ya van dos semanas de incendio ininterrumpido en el Parque Nacional Los Alerces y ya son más de 6.000 hectáreas afectadas sobre la provincia de Chubut. Este otro siniestro, en las cercanías de Bariloche, implica la división de los equipos para combatir el fuego y enfrentar ambos frentes al mismo tiempo. “No había mucho equipo en disponibilidad, y parte de lo que estaba trabajando en Alerces lo destinaron para acá”, cuenta Marcelo Miocevich, que trabaja en el Departamento de Incendios Forestales del Consejo Nacional de Bomberos Voluntarios y es el coordinador provincial y regional.

“El Estado Nacional está trabajando desde Parques Nacionales, se sumó al equipo de trabajo el Servicio de Prevención y Lucha contra Incendios Forestales (SPLIF), que es de la provincia de Río Negro, más los bomberos voluntarios de las ciudades cercanas; son más de 60 personas trabajando para apagar el fuego”, agrega Miocevich.

La zona del Brazo Tristeza es muy boscosa, con mucha pendiente, de difícil acceso, lo que hace que el operativo de los brigadistas sea todavía más complicado, porque solo se puede llegar con embarcaciones, resultando indispensable el trabajo aéreo. Un comunicado oficial del Parque Nacional Nahuel Huapi anunció que el miércoles se sumaron a los dos helicópteros con helibalde de mil litros cada uno, y dos aviones; uno de ellos es un anfibio que carga agua directamente desde el lago, con una capacidad de tres mil litros.

“Uno de los problemas con los que se está enfrentando es que no se estaba permitiendo el uso de los helicópteros, ya que no pueden acercarse completamente a la zona del incendio porque entre las altas temperaturas más el fuego generado en la zona, se queman”, comenta Eugenio Lettieri, bombero voluntario con rango de sargento primero, del cuartel Ruca Cura.

Los helicópteros cargan combustible en el helipuerto del hotel Llao Llao, y a su vez los aviones tienen que acercarse hasta el aeropuerto que queda a varios kilómetros del foco de incendio. Mientras tanto los brigadistas embarcan en Bahía Lopez, donde ayer se instaló un puesto sanitario de emergencias para atender a heridos. El trabajo terrestre también termina siendo clave. “Los incendios forestales por lo general se apagan con herramientas de zapa, es decir, pala, hacha, motosierra, rastrillo, todo lo que sirva para evitar que el incendio se propague por cada raíz y ramita seca del suelo”, dice Lettieri.

Para no depender solo de la vía aérea en la utilización del agua, los bomberos armaron una cadena de motobombas. “Con la mangueras se extrae agua del lago, se deja en una especie de pelopincho a 150 metros, que se conecta con otra pileta y así se va ascendiendo a través de la montaña”, cuentan en el equipo de bomberos de Ruca Cura.

Los incendios generados con o sin intención por los humanos se repiten todos los años en el sur de Argentina. “Siempre tuvimos incendios –dice Miocevich–. El tema es que con las condiciones más extremas del clima que estamos teniendo, cómo la falta de humedad, la sequía, las temperaturas altas, nos enfrentamos a incendios cada vez más extremos, ya que el suelo se convierte en una especie de combustible”.

 

Con el proyecto, por ahora rechazado, de la Ley Ómnibus, se hubieran modificado dos leyes importantes que protegen el medio ambiente y territorios de patrimonio nacional como lo son los parques nacionales. Se trata de la Ley de Quema y la Ley de Manejo del Fuego, las cuales, en caso de modificarse como el gobierno quiere, permitirían la venta de tierras con fines productivos, luego de haber sufrido incendios.

El martes 6 las lluvias fueron muy fuertes y ayudaron a bajar la intensidad con la que el fuego avanzaba; así mismo, tal como afirma el comunicado oficial de Parques Nacionales, “no sobrepasó las líneas de defensa construidas en las jornadas previas”.

“El mayor problema es que el viento no cesa, y no solo te mueve el fuego, sino que también te seca el combustible, es decir quita mucha humedad”, dice Miocevich. El pronóstico para los próximos días indica que tanto jueves y viernes puede haber algunas lluvias pero con viento. Por lo cual habrá que esperar hasta el fin de semana para ver si con menos viento se pueden desactivar los focos de incendio.

Lo cierto es que aquel lugar paradisíaco del Brazo Tristeza ya no volverá a ser el mismo, por ese motivo desde Parques Nacionales, como el equipo de bomberos, y mismo la gente que vive por la Patagonia, pide que se tome conciencia de no prender fuego en lugares que no está permitido. Que un simple fogón o colilla de cigarrillo mal apagada puede ocasionar un desastre natural irreversible.