¿Por qué el discurso machista otorga votos?

¿Por qué el discurso machista otorga votos?

Javier Milei abreva gran parte de sus votos en los jóvenes varones con un discurso antifeminista. ¿Es un movimiento de reacción ante la efervescencia de la marea verde?

En los últimos diez años, en nuestro país y en toda Latinoamerica, la ola feminista se constituyó en uno de los movimientos más potentes con más impacto para las sociedades. Cuestiones como la desigualdad de la brecha salarial entre hombres y mujeres, la legalización del aborto y las protestas ante los femicidios fueron las principales demandas de la agenda feminista. Escuelas, lugares de trabajo, transporte público, la calle, las camas: en todos los espacios hubo un reacomodamiento de hábitos instalados que requirieron nuevos equilibrios.

Teniendo en cuenta las transformaciones y las luchas que produjo el feminismo durante todos estos años, en ¿cómo impactó el avance del movimiento feminista en los votos de un candidato que hace campaña explícita con manifestaciones machistas?

“Esta revolución no solo tiene lugar en las calles y en las pancartas, sino también en las camas”, explica Mariela Singer, licenciada en Ciencias de la Comunicación en la UBA y Directora del Programa de Actualización en Cuerpo, Comunicación, Estética y Política. La licenciada explica cómo frente a un proceso de rupturas sociales se modifican todas las relaciones de la sociedad, incluso las más íntimas y personales. Debido a esto, plantea, es esperable una reacción frente a estas luchas y transformaciones que muchas veces descolocan a quienes se rehúsan a repensar sus actitudes.

“No me parece correcto responsabilizar a los feminismos por los votos de Milei”, aclara Singer y agrega que no se puede señalar a los movimientos sociales por las fracciones conservadoras que puedan surgir. Como ella explica, no hay fórmulas universales sino estrategias específicas en cada contexto histórico social. En este sentido, considera que las luchas políticas valen la pena y es importante llevarlas adelante.

El conservadurismo no es novedad

“El asunto de los candidatos con propuestas ultraderechas y conservadoras no es local sino global y se viene planteando desde hace más de diez años”, aclara la socióloga, feminista, docente e investigadora de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, María Alicia Gutiérrez. “No tienen problema con el feminismo sino con las políticas de la corporalidad, con derechos relacionados a la decisión, la autonomía y la libertad de los proyectos de vida”.

En este sentido, la investigadora feminista aclara que la novedad está en la utilización de las estrategias de expansión política que hoy están vinculadas a la influencia de las redes sociales. Las plataformas digitales han tenido un lugar de suma importancia en la transmisión de discursos políticos que interpelan directamente las emociones de quienes reciben ese mensaje en sus celulares.

En el partido de la Libertad Avanza, el uso de las redes sociales y principalmente de la plataforma de Tik Tok tuvo una relevancia muy llamativa. Iñaki Gutiérrez, un veinteañero identificado con la ultraderecha es el actual encargado de las redes sociales del partido y quien identificó elementos clave para el discurso de Milei que interpeló a los jóvenes.

Los números dan cuenta de ello: el informe «Juventudes, política y cultura« revela que el 40% de los jóvenes varones considera a Javier Milei como el candidato que mejor puede representar sus intereses, mientras que del lado de las mujeres solo un 12% coincide con ellos.

Para Maria Alicia Gutierrez, “El feminismo pone en cuestionamiento el modelo hegemónico capitalista y heteropatriarcal, y tuvo una expansión global. Eso claramente asustó. Es un movimiento social que plantea una disputa política general, que está repensando la reproducción social de la vida, el eje central de la organización del mundo”.

Queda en claro, entonces, que grandes cambios implican grandes reacciones y esto se refleja en el cuestionamiento de la derecha de los aspectos vitales sobre la organización de la sociedad. La especialista en antropología y co-coordinadora del proyecto CITRA, Gabriela Llamosas, adhiere a esta idea y aclara que “la oleada feminista ha logrado conquistar e institucionalizar demandas y esto involucra una contra movilización sobre estos avances, y gran cantidad de jóvenes especialmente varones se sienten atraídos por discursos que desprecian estas transformaciones”.

Escraches y masculinidades

El feminismo planteó distintas metodologías para producir un cambio rápido en la sociedad. Sobre todo, permitió que voces que antes no tenían un lugar dentro de la sociedad, hoy puedan ser escuchadas y que se generen nuevas formas de gestionar conflictos antes invisibilizados. Sin embargo, el camino no siempre es claro y hubo decisiones que fueron adoptadas, luego cuestionadas y debatidas internamente. Un ejemplo son los escraches.

“Cuando hablamos de feminismos en plural estamos hablando de distintas posturas dentro del feminismo. Los escraches fueron un gran tema en cuanto a las diferentes perspectivas que incorporaron los feminismos y que interfieren muy fuertemente en la relación con los adolescentes varones y el feminismo”, explica Mariela Singer.

Los escraches se multiplicaron en un momento en muchas escuelas, por ejemplo, y terminaron aislando o forzando a cambiar de institución a chicos que tal vez habían cometido un error o estaban dispuestos a reconsiderar su accionar. Por eso, se abrió un debate al interior del feminismo que contemple la complejidad de cada situación. Por ejemplo, un trabajador de Kentucky echó a dos mujeres que se besaron en el local. En protesta, se realizó una manifestación colectiva en la puerta del local repudiando el hecho; el dueño salió a explicar que ya habían echado al trabajador. Frente a esto ,los manifestantes reclamaron que lo vuelvan a incorporar porque no se había entendido lo que plantean los feminismos.

Como explica Singer, “El feminismo no es disociar la cuestión de género, de la cuestión de clase, de la cuestión del trabajo. En el feminismo se integran todas las cuestiones de la vida. Por eso es importante pensar cada caso concreto con sus consecuencias y responsabilidades” y agrega: «Yo estoy de acuerdo en los escraches cuando ya no quedó otra solución. O sea no estoy de acuerdo con los escraches como primera instancia, si antes no hubo un diálogo, sino hubo una posibilidad de transformación. Lo asumo como última medida cuando todo lo demás no funcionó, dependiendo los casos obviamente”.

Juventud y movilización política

Una cuestión que suele escucharse diariamente es que los jóvenes se volvieron “apolíticos”, que nada parece conmoverlos para que se movilicen políticamente y generen espacios sociales donde se incentive el debate y la lucha por sus derechos. Ante este prejuicio, las investigadoras explican el porqué de esta ausencia de formación política.

“En la pandemia los adolescentes sufrieron una falta de espacio de escuela en términos de socialización y contención con sus vínculos adultos referentes como lo son los docentes”, explica Llamosas. Esta ausencia de socialización se relaciona con los modos en los que se relacionan los jóvenes en la actualidad: “En muchos casos no es que los jóvenes no participen en la política, sino que no hay muchas instancias de participación tradicional como lo comunitario y lo barrial, sino que hay una militancia política desde espacios como el ciberactivismo”.

Gutiérrez coincide con esta postura: “La situación particular de Argentina, marcada por la crisis y las dificultades, junto con la influencia de la pandemia en la vida de los jóvenes, produjeron una crisis sumamente profunda que afectó a toda la ciudadanía, especialmente a los jóvenes. Esta crisis está relacionada con problemas en el sistema capitalista y la economía, generando una sensación de incertidumbre sobre el futuro. En este contexto, los jóvenes, si bien no tienen grandes proyectos, tienen la inclinación a rebelarse. Como en la década de los setenta y Milei aparece para romper con todo lo constituido”.

La pandemia, la digitalización y el feminismo han sido fenómenos de alto impacto que transformaron nuestro contexto sociopolítico. En este escenario, el crecimiento de los partidos de ultraderecha no son una novedad ante situaciones de transformación y cambio social. También es importante entender que el feminismo nunca se desmovilizó políticamente y que sigue manifestando sus derechos y reclamos, como fue el pasado 28 de septiembre donde se convocó a participar en las calles para seguir repensando la vida en sociedad.

 

 

 

Las voces de la marcha #28S

Las voces de la marcha #28S

El 28 de septiembre es el día de acción global por el acceso al aborto legal, seguro y gratuito. En este marco, y a dos años de la sanción de la ley, los feminismos volvieron a salir a las calles y reclamaron que “la libertad es nuestra”

Las voces de la marcha realizada el jueves 28 de septiembre convocada por los movimientos feministas.

por Producción: Laura Alcaraz, Marina Ampuero y Eliana Rossi

Más voces del #28S - Segunda parte

por Producción: Laura Alcaraz, Marina Ampuero y Eliana Rossi

La marea verde volvió a subir

La marea verde volvió a subir

Con una marcha masiva de Plaza de Mayo a Congreso, el movimiento feminista recuperó las calles en defensa de los derechos logrados, y ante la amenaza que representa un eventual gobierno de la derecha.

Colores estridentes, brillos en las caras y bailes exagerados vistieron de festividad la Avenida de Mayo y el Congreso de la Nación en el Día de Acción Global por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Miles de mujeres y disidencias decidieron ocupar las calles, -su lugar de lucha- para hacer visible su descontento ante los resultados de las PASO y enfrentar de forma conjunta la amenaza de Javier Milei al poder. 

La convocatoria de este 28 de septiembre hizo que Buenos Aires, después de una pandemia que redujo los números en movilizaciones feministas y un silencio como nunca antes visto, se vuelva a pintar de verde: colgados en las mochilas, en la cabeza como vinchas, en el cuello como una bufanda o flameando por los aires. En cualquier lado que se mirase, la ciudad porteña contaba con un pañuelo abortista. 

“Si avanzó tanto la reacción patriarcal, si avanzó tanto el ajuste principalmente para las mujeres, es porque abandonamos las calles y eso no puede volver a pasar. Hay que mostrar que cuando nos movilizamos somos imparables” explica Myriam Bregman, candidata a presidenta por Frente de Izquierda por los Trabajadores – Unidad y dirigente del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS).

El lema principal de la movilización pedía por el cumplimiento de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo en todo el país, la ESI, las vidas dignas e ir contra las derechas, el ajuste y el FMI.

Las veredas, los edificios y los lugares de comida se llenaron de afiches con la palabra libertad. Había una diferencia: las feministas hicieron que el término se apropiase de ellas, sus cuerpos y voces para gritar bien fuerte y todas juntas: “¡La libertad es nuestra!”

“Libertad es que tu vieja haya podido jubilarse”, se lee en uno de los carteles que se entremezclan con la multitud; “Libertad es que la educación siga siendo laica, pública y gratuita”, “Libertad es que el 80% de las infancias que sufrieron abusos, pudieron contarlo gracias a la ESI”. 

“Denunciamos que quienes quieren cerrar el Ministerio de Mujeres, Género y Diversidades buscan avanzar en una censura contra nuestros derechos. Reclamamos más presupuesto para la implementación de políticas de género efectivas”, expresa una integrante del Movimiento Ni Una Menos, en contraposición a la idea de Javier Milei acerca de cerrar ministerios, incluidos el de mujeres,  derogar el derecho al aborto y evitar la implementacion de la ESI en las escuelas. 

Detrás de cientos de tambores, murgas y coreografías, se desprendía una alegría compartida: volver todas juntas a la calle. Miradas cómplices, sonrisas de oreja a oreja, bailes al compás de la música y mates de por medio. Mujeres con sus hijos e hijas, jóvenes entre amigas o “La revolución de las viejas” como se hacían llamar un grupo de mujeres adultas. Todas ellas tenían algo en común y era ese brillo en los ojos que denotaba la emoción de reencontrarse con sus compañeras para aferrarse a sus derechos conquistados. 

“Exigimos el acceso pleno a la interrupción voluntaria del embarazo en todo el sistema de salud privado y público. Por un aborto cuidado, libre de violencias y obstaculizaciones”, reclama la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, encabezada por la presencia de Nina Brugo, una pionera del movimiento y declarada Personalidad Destacada los Derechos Humanos por la Legislatura porteña. 

Con el bajar del sol, llegaron las bebidas, los choripanes y las ronditas en el medio de la calle. Si no eran brillos, eran vinchas de flores, pelucas o máscaras que formaban un ambiente festivo, de alegría y tranquilidad. Con un par de conos y una pelota, se armó un partido de fútbol y se sumaba quien quería, en el medio de Avenida de Mayo.  

Exponiendo los pañuelos al aire y en un grito unánime, tan fuerte que erizaba los vellos del cuerpo y retumbaba en el corazón de las presentes, se repitió la consigna que hizo nacer a la Campaña del Aborto Legal, Seguro y Gratuito: “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir”. Como si fuera un ritual, hicieron sonar sus bocas como indias y resonaron en todo el Congreso de la Nación bajo la luna llena del jueves.

Las voces de la marcha en el micrófono de ANCCOM Podcast.

Las voces de la marcha realizada el jueves 28 de septiembre convocada por los movimientos feministas.

por Producción: Laura Alcaraz, Marina Ampuero y Eliana Rossi

El antifeminismo y la campaña electoral

El antifeminismo y la campaña electoral

La socióloga e historiadora feminista Dora Barrancos analiza la avanzada  en contra del feminismo en medio de los discursos de campaña. La importancia de contar con un Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, el llamado a deconstruir los discursos que se denominan liberales y cuáles son hoy los objetivos del movimiento feminista.

En diálogo exclusivo con ANCCOM, Dora Barrancos analizó algunas de las postales que cristalizan discursos en medio del inicio de la campaña electoral que ya comenzó antes de estar definidos los futuros candidatos.

Postal 1: 2022. Javier Milei, diputado nacional, líder del partido La Libertad Avanza y candidato a presidente, es entrevistado en el marco de la presentación de su libro El camino del libertario en la Rural. “Yo no tengo por qué sentir vergüenza de ser un hombre blanco, rubio y de ojos celestes. No tengo que pedir perdón por tener un pene, el Ministerio de la mujer ya saben, pista”, dice Milei y hace un gesto con la mano como quien echa a alguien. El público aclama.

Postal 2: 2023. Horacio Rodriguez Larreta, Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y candidato a presidente por la alianza Juntos por el Cambio, realiza una entrevista para Radio Rivadavia. “Voy a reducir los ministerios a la mitad. Yo no creo que la importancia que uno le de a un tema dependa de tener un ministerio, secretaría o subsecretaría”. El periodista le pregunta si planea cerrar el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad a lo que Larreta responde que sí, que los ministerios solamente implican más burocracia. Esta entrevista se realizó un día antes del  8 de marzo. Al día siguiente, el movimiento feminista se movilizó a las calles por el Día Internacional de la Mujer.

¿Por qué estos discursos sobre el cierre del Ministerio pasaron a formar parte de la campaña electoral?

Esa es la superficie, la fórmula discursiva en realidad entraña algo más. En primer lugar, es una oposición al avance de la perspectiva de género. Lleva embutido ese principio medular una oposición a los feminismos, a las feministas y a una política de las feministas, el avance con derechos hacia la equidad, hacia la paridad y hacia la justicia de género. En segundo lugar, es una oposición a la diversidad sexogenérica, al reconocimiento de los derechos de las personas y sus identidades. Ahí está el programa. Entonces, cuando dicen que quieren eliminar el Ministerio en realidad quieren eliminar estos principios. No se trata simplemente de una degradación del Ministerio, porque no podrían hacerlo desaparecer del todo, eso es evidente. En suma, es una amalgama de retrocesos tal como viene ocurriendo en las plataformas de la derecha y de la extrema derecha del mundo.

 

¿Qué importancia tiene contar con un Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad?

¿Cómo se puede analizar la jerarquía valorativa conceptual del Estado sino a través de sus simbolizaciones en materia de jurisdicciones, potencias y poder? Si el Ministerio es llevado a una Dirección General, hay una degradación de las políticas tendientes a la equidad humana. Es el aspecto simbólico que el Estado le da, que corresponde a jerarquías. En el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires nunca se jerarquizó la institución por lo tanto nunca se jerarquizaron las políticas que tienen que ver con la equidad de género. Tiene una cierta materialidad pero además tiene un valor simbólico respecto de la jerarquía de los problemas del Estado.

¿Qué concepciones del Estado se ponen en juego cuando se reproducen estos discursos?

Primero, desde la perspectiva de esos discursos el Estado debería reducirse a una expresión mínima. Una expresión apenas emergencial, exclusiva a lo que las operaciones del mercado no pueden hacer. Se llegan a exacerbaciones que ponen en tela de juicio al mismo liberalismo. No son fuerzas liberales, son fuerzas que se han construido sobre la base de una gran operación ideológica y política contraria al Estado. La vieja receta liberal, si nos vamos a las fuentes liberales como Smith y Ricardo, no tienen nada que ver con esta pantomima. El poco retazo de liberalismo que tuvimos en Argentina fue la construcción de algo en manos del Estado. El liberalismo en Argentina se determinó por dos circunstancias que son eminentemente construcciones del Estado: la educación básica y la salud pública. Ni siquiera leen sus propias tradiciones.

 

¿Qué modelo de libertad proponen?

La libertad que proponen es la libertad de los fuertes, de los poderosos, no la libertad que tiene cada individuo. Es una libertad para subyugar. Es todo muy falaz y hay que deconstruir sus argumentaciones haciendo un buen ejercicio semiológico. Por eso yo a menudo recuso que a todas estas fuerzas se las llame neoliberales. Son neoconservadoras y neofascistas en gran medida. Se mueven con la falacia más cínica, la revolución. Es un oxímoron. Esas fuerzas están muy complicadas por situaciones gravísimas. Si hay una justicia un poquito más independiente, menos colonizada, algo debería pasar con los rituales de cercanía que han tenido con quienes intentaron el feminicidio y el magnicidio.

 

¿Qué cree que debería hacer el feminismo?

El feminismo debería empinarse de manera rotunda. Yo lo que diría es que no tiene que perder mucho tiempo en nombrar personas, sino en nombrar las políticas. No importan los nombres, puede ser Milei o Bullrich, lo importante es denunciar estos programas. La novedad de las fuerzas reaccionarias es que han incorporado activamente ir contra el feminismo y la diversidad.

 

Mujeres cooperativas

Mujeres cooperativas

En la semana de la reivindicación de los derechos de la mujer, tres trabajadoras cuentan su experiencia en otro modelo de organización económica. Relatan cómo se unieron para enfrentar las dificultades del mercado laboral, para recuperar una fábrica u organizarse para cuidar a sus compañeras.

En la semana en la que se conmemora la lucha de las mujeres trabajadoras por igualdad de derechos, que tuvo origen con las trabajadoras textiles de las fábricas de Chicago, ANCCOM conversó con mujeres que llevan adelante asociaciones y cooperativas de trabajo para demostrar que otra economía es posible. De Berazategui y como parte de la Comisión Directiva de Safra, habló Graciela Avalos; desde el valle de Uco, lo hizo Francisca Agüero, integrante de Mujeres de la Viña y María Ramallo, integrante de la cooperativa Ave Fenix de la economía social y popular, se pronunció desde Ezeiza.

Graciela forma parte de Safra, una cooperativa de Berazategui que fabrica caldos deshidratados, sopas instantáneas y salsas. Tuvo origen en 2010, cuando los trabajadoras y trabajadores decidieron recuperar y autogestionar la empresa que estaba en vías de extinción. “La idea de formar una cooperativa surgió por necesidad. Antes de llevarla a la quiebra comenzaron a hacer un desgaste y muchos se fueron buscando otros horizontes y los pocos que quedamos dijimos que teníamos que hacer algo: o formábamos una cooperativa o cerrábamos y nos íbamos. Ni siquiera hizo falta tomar la empresa porque hicieron abandono del lugar”.

El espíritu de resistencia no sólo lo tenían los trabajadores y trabajadoras, sino que contaron con el apoyo de los vecinos de la fábrica, quienes les avisaron cuando empezaron a llevarse las máquinas del lugar, por lo que tuvieron que empezar a dejar guardias todo el día: “La mayoría éramos mujeres y de noche una mujer sola en el lugar era más peligroso. Durante todo el día íbamos las mujeres, con los chicos y a la noche se quedaban los varones”.

Graciela trabajaba en la empresa como personal de maestranza y dice que eso la ayudó y le sirvió porque escuchaba muchas cosas que nunca pensó que en algún momento le iban a servir para entender cómo organizar el trabajo, desde la producción hasta la venta. Cuando surgió la idea de la cooperativa nadie sabía nada de cooperativismo: «Para mí conformarla fue un mundo aparte, había escuchado de empresas recuperadas por sus trabajadores, pero no sabía bien lo que había que hacer. Un día estuvimos ahí y dijimos: ´¿Seguimos luchando por esto o cada uno se va a su casa y ve su rumbo?´ Había muchas chicas jefas de familia con hijos que su única entrada era esa. Fuimos aprendiendo con muchas ganas. Fue difícil aprender, pero tuvimos gente que nos ayudó, de la UOM y del INAES, por ejemplo». 

Graciela plantea que recuperar la empresa le dio otro valor al trabajo en cooperativa: «Lo único que tenés es la necesidad de sostener un trabajo y las ganas de trabajar». Graciela también menciona la diferencia que hay entre el mercado laboral formal y el cooperativismo: «Acá lo que entra, se reparte para todos igual, no hay empleados. La otra diferencia es que cuando pasamos por momentos difíciles en lo que estás en la disyuntiva de cerrar o no, en ningún momento se piensa que vamos a sacar a cinco o diez para salvar a unos pocos, en la cooperativa se salvan todos o ninguno.» Y también la ve en el rol que las mujeres tienen en Safra: «Cuando estaba el anterior dueño llegó un momento en el que quería echar a las mujeres porque decía que faltaban porque se embarazaban, o porque siempre tenían problemas con los hijos y echó a bastantes chicas. Éramos más mujeres porque el trabajo es muy manual y las mujeres tenemos más habilidad con las manos. Los varones estaban en lugares donde tenían que hacer tareas de fuerza». Graciela destaca que hoy en la cooperativa trabajan todos igual: “Todos a la par, siempre cuidando el respeto entre todos porque somos todos iguales, todos tenemos que saber hacer todo. Tenemos muchos proyectos a futuro, queremos ampliarnos, pero también queremos que el consumidor tenga la posibilidad de elegir”.

Mujeres de la Viña es una asociación productoras conformada por 23 trabajadoras. Estas mujeres eran dueñas de tierras en el Valle de Uco (Mendoza) donde se producían uvas de alta calidad que, en su mayoría, eran comercializadas a bodegas extranjeras.

Federica Agüero, técnica de los centros de desarrollo vitícola del INTA quien trabajó en articulación institucional con la Coviar (Corporación Vitivinícola Argentina), contó que se conformaron en 2018 como una asociación que trabaja con espíritu cooperativo. En ese año, las uvas no tenían buen valor y estaban teniendo inconvenientes para venderlas y colocarlas en la zona, dominada por bodegas extranjeras que compran a los pequeños productores para sus vinos de alta gama. «Ese año las bodegas estaban con stock de vino y era un problema que tenían en común las mujeres».

Federica trabajaba dando asesoramiento y apoyo técnico en la zona: «Me di cuenta que había muchas mujeres dueñas de sus unidades productivas que les costaba mucho insertarse en el mercado y ser visibilizadas en el sector vitivinícola. Las empezamos a visitar con más frecuencia y se unieron, en especial a las que eran mujeres porque los hombres, como es una actividad masculinizada, se apoyaban con el precio de la uva, se prestaban maquinaria y con las mujeres no sucedía eso». 

Ese año el problema era la venta de la uva y surgió la propuesta de hacer un vino bajo su propia marca aprovechando que lo que mejor que tenían era la materia prima, ya que sus uvas son de alta calidad. El proyecto fue creciendo de menor a mayor ya que primero fueron seis o siete productoras y después, con el boca en boca se fueron invitando a otras productoras. Agüero comentó que al principio les costó porque costaba que ellas encontraran su espacio. Pero que la idea era darles un espacio para que pudieran capacitarse en la elaboración de vino y fortalecerse como mujeres empresarias, productoras y que pudieran visibilizar todo lo que estaban haciendo. 

Otro punto en común de estas mujeres era el amor por sus tierras que no querían perder, porque también eran tradiciones de familia. Los viñedos eran tradición masculina e históricamente los trabajaban los hombres. Pero, más allá del arraigo a sus tierras, más allá que las unía la necesidad al momento de vender la uva y elaborar un vino para mejorar la rentabilidad, las experiencias compartidas pasaban por no ser visibilizadas como mujeres productoras, explica Agüero. «Entonces empezaron a trabajar, a charlar, a contar historias y eso las unió y les permitió plantearse objetivos claros y sumar mujeres que estén en la misma situación». Federica las acompañó, escuchó, asesoró y ayudó a buscar capacitaciones. «Mi rol es contar las historias hermosas que tiene cada una. Hoy, en 2023 las veo y es increíble el crecimiento de este grupo, vendiendo su marca a nivel nacional con cuatro líneas de vino. 

En 2018 estaban preocupadas por tratar de levantar la cosecha y tratar de saber cómo negociar el valor de la uva a la bodega, y hoy están trabajando para exportar su línea de vinos, su marca. Por ejemplo, hay mujeres que vendieron toda su vida a bodegas, donde tenían que rogar y negociar el precio. Hoy las llaman porque son conocidas, porque saben que producen su propia marca y porque el bodeguero quiere su uva, entonces hay otro tipo de negociación. No son esas productoras sumisas que vendían la uva con tal de no dejar nada en la planta y levantar la cosecha, hoy están en otra posición».

Agüero destaca que Mujeres de la Viña es un colectivo que está todo el tiempo estudiando, porque ellas aprenden en todos los roles: desde la finca, que empezaron a capacitarse con asesoramiento técnico, después en la elaboración del vino. «Ellas están asesorando y aprendiendo siempre sobre comercialización, comunicación, sobre toda la cadena completa que lleva el vino. El estar constantemente capacitándose, adquiriendo conocimiento también les genera poder. El conocimiento es fundamental en ellas porque algunas son profesionales, otras amas de casa, otras modistas, otras trabajadoras de la educación. El valor más importante que tienen es que se transmiten una a la otra su conocimiento y eso también las empodera y las pone de pie frente a cualquier situación en las que tenga que negociar con una bodega, vinoteca o empresario del vino».

María Ramallo comenzó a trabajar en la cooperativa Ave Fénix de la economía social en 2009 debido a la situación económica que atravesaba el país. «Me llevó a ser parte de una cooperativa el tener que satisfacer una necesidad, participar en la economía social a través de un colectivo, organizado solidariamente y para prestar un servicio a la comunidad».

En el trabajo que realizaban, pudo darse cuenta de la diferencia que se da con el mercado laboral tradicional: «Las cooperativas dan oportunidades no sólo económicas, sino también educativas. Por fuera no tendríamos esas oportunidades, ya que las cooperativas generan los espacios para eso». María dice que las mujeres en las cooperativas tienen herramientas que sirven como una salida económica instantánea, pero también como oportunidad de estudio, ya que son un espacio para organizarse y satisfacer sus necesidades en todos los ámbitos de sus vidas y también en su propia comunidad. 

En 2013, el Ministerio de Desarrollo Social sumó a Argentina Trabaja un nuevo programa que se llamó Ellas Hacen, con el objetivo de otorgar una ayuda económica a madres solteras y a mujeres que hubieran atravesado situaciones de violencia de género. María, además del trabajo en la cooperativa, tuvo la oportunidad de realizar una diplomatura que dictó el organismo y comenzó con otras compañeras un equipo de «operadoras de género». En ese sentido, asegura: «Doy gracias a que las cooperativas me dieron el lugar y así estudié una diplomatura que me abrió muchas puertas». Desde ese año trabajó en la cooperativa y ayudó a decenas de mujeres que recurrían a sus asesorías y acompañamiento por grupos de WhatsApp: «Fue un trabajo que costó pero que al fin pudimos articular con las instituciones del distrito para ayudar y acompañar a las mujeres que estuvieran atravesando diferentes problemáticas. Hoy acompaño a las mujeres en sus denuncias, empezando ese camino al que llamo «la ruta crítica». 

María se jubiló hace dos años, pero no dejó de trabajar y tampoco de luchar por los derechos que faltan conquistar. «Los próximos años los veo difícil con este sistema capitalista. Creo que las cooperativas son clave para generar trabajo, igualdad, equidad; la salida está en la economía popular», asegura.

Graciela, Federica y María son tres de las tantas mujeres que se pusieron en pie ante las adversidades que se les presentaba el mercado laboral. Como reflexiona Federica: «Las mujeres somos así, si nos cierran las puertas nos metemos por la ventana. No hay maneras que nos pongan trabas. Solas sí, y es lo que tratamos de transmitir siempre a otras mujeres productoras o emprendedoras y es que la unión hace la fuerza».