«Llega un momento en que tenés que decir basta»

«Llega un momento en que tenés que decir basta»

Organizaciones de personas con discapacidad se manifestaron frente a la Casa Rosada para protestar por el recorte de pensiones, la discriminación gubernamental y el cercenamiento de derechos.

Este lunes se llevó a cabo una gran movilización inclusiva por parte de personas con discapacidad, acompañadas por agrupaciones sociales, frente a la Casa Rosada con el objetivo de visibilizar las crecientes problemáticas de aquel colectivo en Argentina. La manifestación comenzó a las tres de la tarde y durante más de dos horas se reclamó por los recortes en prestaciones, la estigmatización, la discriminación promovidos por el Gobierno, además de los despidos masivos de las últimas semanas que sufrieron miles de trabajadores estatales que prestaban servicios a ese sector.

Al ritmo del cántico “ole ole/ole olá/ no soy idiota/che liberal/soy un sujeto con derecho a votar”, se dio comienzo a la jornada en donde se difundieron las dificultades por las que atraviesan las personas con discapacidad, sus acompañantes y familiares. Uno de los asuntos más preocupantes, subrayaron está vinculado con la educación. Sobre ese punto, Marcela Colcer, quien integra la agrupación Familias Unidas por la Educación Especial, indicó: “Venimos peleando en la ciudad porque los pibes mayores de 22 años quedaron afuera de la escuela, por una mala interpretación de la política del Gobierno de la Ciudad: va en contra de toda la normativa nacional, internacional. Peleamos por la educación pública hace mucho tiempo y la cuestión de la educación especial, es un aspecto de ella.”  La resolución a la que alude Colcer impide que las personas con discapacidad mayores de 22 años asistan a las escuelas integrales de educación especial dependientes del gobierno porteño.

“Ahora también estamos ayudando a familias que han recibido una carta donde le exigen que presenten una documentación en un plazo muy pequeño –agregó-, la medida está direccionada para que les arrebaten el derecho de pensión no contributiva, un monto miserable que no alcanza para el mínimo de subsistencia. Trabajamos para los derechos que les están quitando a las familias con discapacidad, no solamente la educación”.

Por otra parte, uno de los temas que más resonaron en la jornada fue los despidos a personas con discapacidad y la impotencia ante esta problemática. Rosa Almirón, sobreviviente de poliomielitis y vicepresidenta de la Asociación Polio Postpolio Argentina (APPA), especificó el drama que viven los discapacitados: “Llega un momento en que tenés que decir ´basta a los recortes para las personas con discapacidad´. Con todos lo que nos costó conseguirlos, están pisoteando los derechos que logramos luchando a lo largo de muchos años”.

A su vez, planteó una situación muy triste sobre una de sus clientas. “Tengo un kiosco que en el gobierno de Cristina me otorgaron por la Ley 24.308 y a uno de mis clientes del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, que tenía discapacidad, lo obligaron a renunciar. Tuvo un preinfarto y falleció. Me da mucha bronca porque esa persona a pesar de su dificultad iba todos los días a trabajar y luchar, no creo que haya nadie que lleve una estadística de las personas que están falleciendo, no solo por despidos, sino por la falta de remedios oncológicos, la falta de prestaciones, por la ayuda que se está eliminando”, exclamó.

Otro de los puntos más fuertes de la movilización fue en torno a la estigmatización y discriminación. Sergio Aguirre, padre de Fidel, un niño con autismo y parálisis cerebral, dejó muy clara su postura: “Estamos acá porque no aceptamos que nombren a nuestro hijo como ‘idiota’, ‘imbécil’ ni ‘retrasado’, son gente con capacidades diferentes. Son términos ofensivos. Se vulneran mucho los derechos, las luchas con las obras sociales para las autorizaciones de las prestaciones siempre son trabas.”

El hombre afirmó: “Queremos que se anule la Resolución 187/25 (nota del r: modifica los criterios para otorgar pensiones), donde el Gobierno analiza la situación del discapacitado sin tener en cuenta qué necesita el beneficiario, dónde vive, en qué condiciones…”

También enfrentan inconvenientes aquellos profesionales que dedican su labor al cuidado de las personas con discapacidad, como es el caso de Ailín Kupferberg, delegada de la agrupación Prestadores Precarizades, que se conformó en 2016. “Soy acompañante terapéutica y trabajo en el área de educación como maestra integradora. Nuestros salarios rondan la línea de pobreza, ni haciendo un doble módulo podemos llegar a lo que es una canasta básica; necesitamos una recomposición salarial urgente. Los aumentos son insuficientes, como acompañantes terapéuticos estamos desregulados, no cobramos a través del nomenclador nacional y los centros abonan lo que quieren”, indicó.

Como si fuera poco, plantea que la imposibilidad de un salario digno no les ha dejado otra salida que la de abandonar sus puestos de trabajo. “Estamos dejando de hacer lo que amamos y para lo que estudiamos con tanto esfuerzo. Hoy acompañamos a los compañeros discas, porque creemos en la coordinación de todas las luchas: estudiantes, jubilados y diversidades, creemos en realizar un plan de lucha conjunto para golpear a este gobierno que nos está matando”, explicó.

Varios de los manifestantes señalaron que las marchas abren puertas y que es posible llegar a una solución de la problemática en muy poco tiempo. Almirón lo indica en estos términos: “Estamos acá para visibilizar la situación y que el Gobierno comprenda que nosotros somos seres humanos y tenemos derechos. Desde siempre, cuando hay un gobierno que no cumple con algo, lo único que nos sirve es salir a la calle y decir ‘basta’”.

De mamá a funcionaria

De mamá a funcionaria

Mara Recondo se involucró en la temática de la discapacidad a partir de su experiencia como madre de Francisco. Hoy, ocupa el cargo de Directora General de Discapacidad y Accesibilidad en la Municipalidad de Bahía Blanca. ¿Cómo influye su experiencia de vida? ¿Cómo se gestiona cuando el gobierno nacional quita pensiones y restringe derechos?

Francisco, de 23 años, vive en Bahía Blanca. Tiene una discapacidad cognitiva y es usuario de silla de ruedas. Sólo se comunica a través de gestos. Mara Recondo comparte con ANCCOM, que los primeros años de su hijo estuvieron marcados por el paradigma médico rehabilitador. “Empezamos rehabilitándolo para que sea lo más normalito posible y que esté incluido en la sociedad. Me volví su terapista ocupacional, psicóloga, abogada y neuróloga. Después entendí que Fran quería a su mamá, no todo eso”, confiesa. Junto con su esposo Hernán, aprendieron cómo acompañarlo. “Cuando dejé de esperar que Fran hiciera lo que tenía que hacer una persona para estar incluido en la sociedad y empecé a acompañarlo, descubrí a un Fran maravilloso”. Recondo reconoce: “Su vida no es fácil, porque los entornos no son accesibles. Sin embargo, él logró ser feliz y nosotros con él”.

Recondo se involucró como mamá activista, luego formando parte de una cooperadora de discapacidad y más tarde, creando el Observatorio de Discapacidad en Bahía Blanca. El año pasado, fue convocada por el actual intendente Federico Susbielles, para ocupar el puesto de Directora General de Discapacidad y Accesibilidad en la Municipalidad de Bahía Blanca (MBB). A un año de asumir este cargo, contó su experiencia a ANCCOM, sus motivaciones y desafíos. Mientras la Agencia Nacional de Discapacidad de Argentina (ANDIS), bajo el gobierno de Javier Milei, publicó una resolución usando términos como “idiota” o “imbécil” para describir a las personas con discapacidad intelectual -una medida de la que rápidamente debió retractarse- desde la MBB se trabaja de manera comprometida para abordar la temática de la discapacidad.

¿Quién era Mara Recondo antes de ser la mamá de Francisco?

A los 19 años trabajé en una empresa donde uno de los dueños era una persona sorda. Con él desarrollé un vínculo cercano. Me juntaba con él a tomar el té, me leía los labios y me enseñó algunas señas. La discapacidad ya empezó a rondar en mi vida. Mi sueño era formar una familia. Con Hernán nos casamos y al poco tiempo quedé embarazada de Magalí. Dos años más tarde, nació Fran, y seis años después, Lara. Hay una Mara antes y otra después de Fran: como persona, mujer y profesional.

 

¿Cómo fue lo de Francisco?

Con Fran tuve un embarazo y un parto impecables. Pero a los tres días lo internaron casi muerto, había sufrido una convulsión por hipoglucemia. Yo sabía que algo no estaba bien. Tenía dificultad para alimentarlo por lactancia y pedía que me escucharan, pero me decían que tenía depresión postparto. A los días, Fran no tenía tono muscular y lo metieron en una incubadora con oxígeno. El médico le tomó la glucemia y no había azúcar en su sangre. Allí comenzó la odisea para salvarlo. Nos dieron un diagnóstico devastador: Fran tenía hipertrofia cardíaca severa. Sus paredes cardíacas eran del grosor de las de un adulto, algo impensable en un bebé de tres días. No sabían si su corazoncito iba a resistir la noche. Entramos con Hernán y pusimos nuestras manos en su corazón, como queriendo curarlo. Hice un pacto con Francisco: “Vos pelea acá adentro, que yo peleo afuera”. Y Fran se quedó. El martes siguiente, el grosor de las paredes de su corazón se redujo considerablemente, y para el miércoles ya era un corazón normal. El médico sale y dice: “¿Usted cree en los milagros? Ahí adentro hubo uno”. Después fue otra instancia. Fue a casa sin secuelas cardíacas, y vinieron las secuelas neurológicas. Nos confirmaron la lesión cerebral que afectaría su campo visual. A los 6 meses, le diagnosticaron Síndrome de West, que en cada convulsión mata neuronas. Logramos contener esas convulsiones rápidamente, eso permitió que Francisco tuviera menos daño. Sin embargo, hoy vive con disminución visual y parálisis cerebral.

 

¿En qué momento abriste la mirada en que había otras personas como Francisco?

Surgió de entender que nosotros pudimos construir para darle a Francisco las herramientas que necesitaba. Sería valioso compartir lo que aprendimos, para que otras personas no tuvieran que pasar por lo mismo. Me involucré en la cooperadora buscando recursos y más tarde, formé parte de la Escuela 509, donde Francisco estuvo desde los 3 hasta los 17  años. A medida que avanzaba, acceder a los derechos de Fran se iba haciendo más difícil. Tuvimos que recurrir a la justicia. La obra social no deja de ser un comercio y el proceso de dilación de trámites es una estrategia. Con el apoyo de un abogado, nos empoderamos para defender los derechos de Fran.

Después, creé el Observatorio, un espacio abierto, plural y participativo, donde la voz de las personas con discapacidad tiene un rol activo. Siempre fui firme en que la política debía ser con ellos, no para ellos. Hace un año y medio, el actual intendente me convocó para ser parte de su gobierno. Lo conocía porque siempre mostró interés por la discapacidad. Su visión sobre políticas públicas es crear una dirección transversal a todas las áreas. Hoy tenemos un enfoque de acompañamiento, no de asistencia. Es más amplio, involucra la intervención de múltiples áreas. Nos estamos moviendo de un paradigma médico rehabilitador a uno social.

Cuando me propusieron el cargo, lo pensé. Llevaba 22 años pegada a Fran y ahora tendría que estar fuera de casa 10 horas al día. Le dije a mi familia: “Siento que tengo que subirme a este tren. No solo es por Fran, es por otros Franes en la ciudad”. Así que acepté. Mi meta es dejar políticas públicas firmes, que las personas conozcan sus derechos y accedan.

Uno de los desafíos es desarrollar una política de empleabilidad para personas con discapacidad. Queremos involucrarnos desde la selección de personal hasta concientizar al sector productivo para fomentarla: en Bahía Blanca, el 86% de las personas con discapacidad está desempleado.

Mara Recondo

¿Qué medidas están llevando adelante? ¿Qué desafíos encontraron?

Uno de los desafíos es desarrollar una política de empleabilidad para personas con discapacidad. Queremos involucrarnos desde la selección de personal hasta concientizar al sector productivo para fomentarla: en Bahía Blanca, el 86% de las personas con discapacidad está desempleado. En la ciudad hay casi 16 mil personas con discapacidad. Digo “casi” porque estamos desarrollando la base de datos. Muchos de ellos no salen de sus casas, nuestro objetivo es acercarnos a ellos, empezando por los barrios más populares. El mayor requerimiento de las personas con discapacidad que hemos atendido, un 48% (alrededor de 2.500 personas entre mayo y diciembre), es el acceso a sus derechos.

Actualmente, el municipio tiene 33 personas con discapacidad en planta permanente. Estamos evaluando a cada uno para identificar qué ajustes razonables necesitan, adaptar el trabajo para que sea lo más autónomo posible para ellos, sin demandar un esfuerzo excesivo al empleador. Un ejemplo es el de Yanina, una trabajadora que es usuaria de silla de ruedas,  no tiene brazos y escribe con los dedos de los pies. Le compramos un teclado inalámbrico que puede usar con los pies y unos auriculares con micrófono para que se comunique con los proveedores. Esta inversión mejoró significativamente su calidad de vida y su desempeño. Queremos replicar esta experiencia en las empresas para que se animen a contratar. La inclusión fomenta la convivencia con la diversidad en el equipo de trabajo, creando un ambiente empático y positivo.

A lo largo de 2024, trabajamos cinco ejes que continuaremos este año. El primero es la capacitación. Ofrecemos formación en perspectiva de discapacidad para agentes municipales. Capacitamos a 980 personas y dimos cursos de lengua de señas nivel 1 y 2, con 72 personas certificadas en ambos niveles. El segundo eje es la accesibilidad comunicacional. Para los colectivos, diseñamos pictogramas para personas con autismo, que indican cómo saludar, usar la tarjeta SUBE, buscar asiento y bajarse del colectivo. Esa secuencia los organiza y les da autonomía. Además, trabajamos en la accesibilidad del medio físico. Hicimos accesible el Parque Independencia con una nueva rampa y en todos los eventos públicos instalamos plataformas elevadas. También creamos un consejo de políticas de accesibilidad, donde participan instituciones de personas con discapacidad y organismos del Estado. Este viernes tendremos la reunión número 14 en la que continuaremos trabajando en un programa de fortalecimiento de los talleres protegidos. El año pasado, acompañamos a tres instituciones de discapacidad con una inversión de 96 millones de pesos.

 

 

¿Cómo se vive la gestión peronista en Bahía Blanca, teniendo en cuenta las diferencias con el gobierno nacional?

Es muy difícil. Fui a la Agencia Nacional de Discapacidad en Buenos Aires a obtener información sobre el estado de las pensiones para personas con discapacidad. Hoy, las personas que tramitan su pensión no contributiva no tienen forma de saber en qué instancia se encuentra su solicitud. Es una negación de derechos. La gestión nacional está evaluando eliminar pensiones no contributivas. Existe una ley que regula estas pensiones desde 1997, hubo resoluciones posteriores que ampliaron derechos. Hoy cobran $280.000 de pensión no contributiva. Ayuda pero no les resuelve la vida. Hubo irregularidades pero es importante que se controle manteniendo el derecho vigente.

Otro tema es la falta de entrega de pasajes de larga distancia para personas con discapacidad. La plataforma no está habilitada y la Comisión Nacional Reguladora del Transporte (CNRP) no actúa. Cuando no hay una política pública nacional, debemos reforzar la política pública municipal. En algunos casos no podemos resolverlo.

La gestión peronista, luego de una Bahía Blanca radical de toda la vida, se la ganó Federico con su política de cercanía. Cuesta entenderlo porque nunca hubo política pública integral. En el pasado las instituciones enfrentaron solas muchos desafíos. Todavía persiste esa mentalidad de trabajar de manera aislada. Cuando tenés una persona con discapacidad en tu familia estás tan ocupado en su bienestar y cómo resolver las cuestiones inherentes a eso que es difícil pensar en otros y colectivamente.

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En una de las organizaciones de las que Recondo formó parte, CILSA, reciben donaciones destinadas a proporcionar sillas de ruedas y recursos a niños y niñas.

Un cuento para cada infancia

Un cuento para cada infancia

La cooperativa Seguí es una editorial que publica cuentos y fabrica juegos en temas de diversidad, equidad y derechos. No solo contempla contenidos inclusivos sino también formatos amigables para chicos con discapacidad.

La cooperativa Seguí, un grupo conformado por mujeres profesionales, se dedica a la creación de cuentos, juegos y juguetes accesibles y sostenibles con el objetivo de eliminar las barreras que limitan el desarrollo de niñas y niños. Aunque su labor no se reduce únicamente al entretenimiento, sino que también busca la educación y la sensibilización en temas de diversidad, equidad y derechos. “Queremos ser un puente que amplifique esa voz de las infancias”, expresó Paola López Cross, una de las integrantes del proyecto.

Así, a lo largo de estos últimos años ha recibido reconocimientos por parte del entonces Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad, la Secretaría de Economía, la Legislatura porteña y otras instituciones. En diálogo con ANCCOM, las integrantes principales de Seguí, López Cross y Noelia Bertola, hablaron sobre el rol de la cooperativa, su proceso de producción y la importancia de incluir a todas las infancias tanto en los juegos como en la literatura.

Todos cuentan

Todo comenzó en 2016, cuando López Cross ganó una beca para estudiar comunicación con perspectiva de género. A partir de allí le surgió la idea de hacer su proyecto final sobre cuentos infantiles pero que muestren otros tipos de masculinidades a la masculinidad machista. Un año más tarde, los relatos se presentaron en la Feria del Libro junto con la asociación civil Infancias Libres. Aunque, con el paso del tiempo, junto con su compañera Bertola, se dieron cuenta que había infancias que quedaban por fuera.

Es así como surge el proyecto literario “Un mundo TIC – Todas las Infancias Cuentan”, una colección de cuentos infantiles que tiene como objetivo brindar a los más chicos la oportunidad de expresarse y que cuenten cómo comprenden el mundo. “Lo que hicimos fue trabajar con infancias con y sin discapacidad y les preguntábamos a cada uno de los chicos y chicas, por ejemplo, “¿Qué es la belleza para ustedes?” y a partir de allí cada uno contaba lo que significaba la belleza para uno mismo. Y no se trataba de una belleza estereotipada, sino una belleza mucho más ligada a la ternura, a lo particular y a lo íntimo. Y eso nos ayudaba conceptualmente a trabajar con este término”, señaló López Cross.

Así, las temáticas que abarcan los relatos van desde la Educación Sexual Integral (ESI), la equidad de género, hasta el autocuidado y el duelo. Asimismo, destacó Bertola: “Los cuentos también los hicimos pensando para personas con baja visión: las letras se encuentran en mayúsculas y se utilizaron altos contrastes para poder distinguir las páginas de otras y vienen acompañadas con ilustraciones”. Por otro lado, el último libro de la colección, Muchachitxs sensibles, fue declarado de Interés por los Derechos Humanos en la Legislatura porteña.

Aparte de los cuentos, la cooperativa elabora, de la mano de emprendedoras, juegos y juguetes. “Queremos que todas las infancias puedan acceder a su derecho de poder expresarse y al mismo tiempo que accedan el derecho a jugar y a disfrutar», dijo López Cross al respecto. Todos se encuentran fabricados con materiales biodegradables y van desde muñecas y muñecos con distintas tonalidades de piel hasta juegos para aprender el alfabeto en braille.

“Hay que seguir”

“Este material está por fuera del circuito económico porque si tuvieses que cobrar todo el trabajo interdisciplinario sería carísimo y nosotras lo que queremos justamente es que sea accesible en todos los sentidos”, destacó López Cross. Y agregó Bertola: “Todo está hecho con manos, cabeza y corazón argentino”.

“Nosotras vemos que lo que hacemos da resultado. No hay que quedarse, hay que seguir. Quizás el contexto de nuestro país no nos favorece, pero siempre seguimos buscando la manera de cómo producir y continuar llevando todo este material a las infancias. Apuntamos a mostrar el material al exterior y conseguimos financiamientos. También vendemos en ferias”, dijo López Cross sobre los desafíos de llevar adelante una cooperativa en donde la situación actual del país es compleja. “Nuestra cooperativa es Seguí justamente por esto. Siempre pensamos en que hay que seguir, buscarle la vuelta y no bajar los brazos”, aclaró Bertola, en la misma línea.

Los productos pueden comprarse por la página web y desde allí se puede acceder al formato de audiolibro y en lengua de señas, el cual este último es producido gracias a la ayuda de profesoras. “Eso también es muy importante -enfatizó López Cross- porque no ejercemos violencia cultural, sino que lo elaboramos en conjunto. Para nosotras sería más fácil contratar a un intérprete-oyente y que lo traduzca, pero hacemos las cosas con las personas que son también las destinatarias”. Por otra parte, la cooperativa también cuenta con el apoyo de la Editora Nacional Braille y Libro Parlante por si alguien desea leer algún cuento en braille. El mismo se puede conseguir escribiendo a editorabraille@senaf.gob.ar .

El difícil camino del deportista paralímpico

El difícil camino del deportista paralímpico

¿Cómo llega una persona con discapacidad a representar al país en una competencia atlética? ¿Cuaánto les aporta el Estado? ¿Y los privados? Aquí dos experiencias responden los interrogantes.

En los Juegos Paralímpicos de París del año pasado, la delegación argentina coronó una de sus mejores participaciones al lograr superar lo cosechado en los juegos de Tokio 2020. Detrás de esta histórica intervención se encuentra la dedicación y el entrenamiento de alto rendimiento de paradeportistas que a pesar de su discapacidad le dedican varias horas de la semana a prepararse para dejar al país en lo más alto. Hablamos con la bochista adaptada Stefanía Ferrando y el para-atleta Brian Impellizzeri, abanderados en la ceremonia de clausura en la ciudad de las luces, para conocer sobre la preparación para competir en el alto rendimiento.

El deporte siempre estuvo presente en sus vidas. En el caso de Stefanía de 34 años, oriunda de Gualeguay, provincia de Entre Ríos, comenzó a nadar para su rehabilitación debido a su atrofia muscular espinal de nacimiento y buscando como alternativa un deporte que pudiera hacer durante todo el año se encontró con bochas adaptadas en el 2016. Al año siguiente ya estaba participando de su primer torneo nacional y en el 2018 ya representaba al país con la selección nacional de bochas adaptadas.

Mientras que Brian de 26 años, quien sufrió una hemiplejía del lado izquierdo al nacer, realizó diferentes deportes desde chico hasta que en  2017 conoció a su actual entrenador, Matías Arroyo -el mismo que entrena a la atleta Yanina Martínez medalla de oro en Tokio 2020- y se involucró con el atletismo destacándose en salto en largo. Ese mismo año se integró a la selección nacional de la disciplina y represento al país por primera vez en un torneo en Brasil.

Para competir en el alto rendimiento los atletas dedican varias horas de la semana a entrenar y lo combinan con otros ejercicios para prepararse de la mejor manera cuidando su salud. “Me levanto temprano, desayuno y a partir de la 1 de la tarde nos encontramos en la pista de atletismo para entrenar, dependiendo del día y la carga de trabajo, entre una y tres horas. Además, complementamos con trabajo de kinesiología preventiva, gimnasio todos los días y nutricionista”, cuenta Brian, que entrena en el Estadio Municipal de Rosario

Por su parte,  Stefanía, quien entrena en el Centro Bancario de Gualeguay, al lado de su casa, dice: “También tenemos el entrenamiento invisible, miramos rivales y los analizamos. Y tenemos la parte psicológica en la que hacemos terapia. Aparte de lo deportivo y lo laboral, voy a terapias, hago kinesiología dos veces por semanas, natación dos veces por semana y terapia ocupacional dos veces por semana”.

Además de destinar varias horas al entrenamiento se dedican a otras actividades. En el caso de Stefanía trabaja como community manager manejando cuentas sociales de empresas y emprendimientos. Mientras que Brian devuelve un poco de lo que le dieron junto a su entrenador. “Hoy tenemos una escuela de desarrollo de atletismo adaptado junto con mi entrenador, Martín Arroyo, en la ciudad y tenemos un grupito de chicos que vienen a entrenar tres veces a la semana”, explica.

Para su preparación, entrenamiento y participación en competencias de alto rendimiento los atletas de deportes adaptados y sus entrenadores reciben una ayuda económica de parte del ENARD ( Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo) y la Subsecretaría de Deportes por medio de la asignación de una beca.

Los paradeportistas de alto rendimiento que acceden a una beca son aquellos quienes representan al país en las especialidades y pruebas del calendario Paralímpico y ParaPanamericano que hayan alcanzado o proyecten alcanzar un objetivo, según se detalla en el Sistema de Otorgamiento de Becas 2024 publicado por el ENARD. Asimismo, los paradeportistas que acepten la beca deben cumplir con ciertas obligaciones.
 Los objetivos son definidos entre las Federaciones Nacionales, a las cuales los deportistas deben estar afiliados, fichados o registrados como una de las condiciones para acceder a la ayuda económica, junto con el ente nacional. Según su logro reciente un deportista o grupo puede acceder a una de las dos becas conforme su nivel.

El valor de cada asignación varía según el tipo y el nivel de beca a la que acceda el paradeportista, siendo la beca Paralímpica de Excelencia la más alta con un valor de 689.907 pesos y la más baja la beca ParaPanamericano sudamericano con 275.963.

Asimismo, cuando los paradeportistas viajan a representar al país en competencias internacionales, como por ejemplo mundiales, parapanamericanos o paralímpicos, los gastos también son cubiertos en su totalidad por el ente nacional y la Subsecretaría de Deportes. Sin embargo, en los torneos nacionales hay costos que son cubiertos por los propios paradeportistas como también sucede con los viajes de concentración mensual que realizan algunas disciplinas.

En el caso de Stefanía y Brian perciben una Beca Excelencia Paralímpica por haber logrado medallas en los últimos Paralímpicos de París 2024. La bochista entrerriana, avanzó de una Beca de Excelencia Panamericana a una de Excelencia Paralímpica al haber conseguido la primera medalla de bronce junto a su compañero Rodrigo Romero en la categoría BC3 pareja mixta en bochas adaptadas. Mientras que el atleta rosarino sigue manteniendo su beca de Excelencia Paralímpica al lograr nuevamente el podio con su primera medalla dorada en salto en largo categoría T37.

La ayuda económica debería cubrir los gastos de los deportistas como los traslados locales y nacionales para entrenamiento y concentración, para renovar o mantener el equipo personal o la vestimenta que utilizan para entrenar o competir, alquilar instalaciones o servicios no contemplados por los organismos públicos e inversiones para la formación personal de los atletas, entre otros. Sin embargo, la realidad es que la beca no alcanza para cubrir la totalidad de los gastos. “Nos alcanza solo para comprar el material deportivo” cuenta Stefanía. 

En cuanto a la posibilidad de conseguir financiamiento del sector privado, a través de sponsor, que sirva de complemento a la beca es difícil. “Yo he pedido sponsors, pero la verdad, nunca tuve una respuesta favorable. Es difícil hasta para los olímpicos, siendo que  tienen más visibilización que nosotros”,  dice Stefanía. Sin embargo, Brian pudo conseguir un patrocinador. “En el último tramo se sumó Sonder una marca de ropa de Rosario, como sponsor, pero finalizamos el contrato ahora en diciembre”.

«Nos matan de una manera simbólica y brutal»

«Nos matan de una manera simbólica y brutal»

Organizaciones que nuclean a familiares y personas con discapacidad marcharon para visibilizar el daño que está causando el vaciamiento de las políticas públicas en ese sector. Además, preparan un proyecto de ley en línea con lo que establece la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad.

Han pasado casi diez meses desde que Javier Milei asumió la Presidencia de la nación el 10 de diciembre pasado, con la promesa firme de que “el ajuste lo pagaría la casta”. Bajo el calor húmedo y agobiante de este lunes 30 de septiembre, un grupo de personas se congrega alrededor de la Pirámide de Mayo, a los pies de la Casa Rosada. A simple vista, ninguno de ellos parece pertenecer a esa supuesta casta: hay adolescentes, ancianos, trabajadores de la salud, personas ciegas y jóvenes en sillas de ruedas. Sin embargo, están aquí porque, desde aquel día, muchos han perdido sus trabajos o se han visto privados del acceso a derechos fundamentales, especialmente para quienes tienen alguna discapacidad.

La movilización, que comenzó pasadas las 15, contó con el testimonio de representantes de distintas organizaciones -Discas en Lucha, Prestadorxs Precarizadxs de Salud y Educación, Jubilados Insurgentes, Familias Unidas Por la Escuela Especial, Asociación Argentina de Terapistas Ocupacionales, Red Nacional de Terapia Ocupacional-,  para luego movilizarse a la sede de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), ubicada en Rivadavia 879, donde se realizó una conferencia de prensa difundiendo la problemática, iniciativa que se replicó en ciudades como Mar del Plata, Santa Fe y Entre Ríos.

En el último año, 350 trabajadores fueron despedidos de la Agencia Nacional de Discapacidad al terminar sus contratos, situación que podría agravarse debido al vencimiento inminente de otros cientos. Maive Carones Fernández, trabajadora despedida de ANDIS cuenta: “Yo era parte de la Dirección de Accesibilidad que a su vez pertenecía a la Dirección Nacional de Inclusión de Personas con Discapacidad, que hoy ya no existe, fue absorbida por la subdirección de la ANDIS. La Dirección de Accesibilidad se encargaba de eliminar barreras en los entornos físicos, comunicacionales y actitudinales, lo que quiere decir que las personas con discapacidad encuentran dificultades en su cotidianeidad para poder desarrollar su ciudadanía completa y ser sujetos plenos de derechos. Nosotros interveníamos en una diversidad de proyectos porque éramos un área transdisciplinar, donde había arquitectos, comunicadores, intérpretes de lengua de señas argentina-español, asesores sordos, programadores, entre otros. Hoy el área está totalmente diezmada”.

Para quienes tienen la suerte de aún conservar su fuente de trabajo, la situación no deja de ser alarmante: “Hoy la prestación de apoyo para terapeutas está en 10.000 pesos. Y la prestación de apoyo para el servicio de integración escolar está por debajo de los 300.000 pesos. O sea que un integrador escolar que trabaja cuatro horas de lunes a viernes en una escuela, gana 300.000 pesos. Pudiendo trabajar solo dos turnos, se llega a los 600.000 pesos. No llegamos ni cerca de la canasta básica que hoy está en un millón de pesos”, cuenta Rocío, integrante de la organización Prestadorxs Precarizadxs de Salud y Educación. Por otro lado, el traspaso de ANDIS desde Presidencia a la órbita del Ministerio de Salud generó inconvenientes para establecer un diálogo fluido: “Es completamente perjudicial, porque siempre hacíamos nuestros reclamos en Presidencia, teniendo una llegada directa, y ahora no. Quedamos en manos de Salud, como si ser discapacitado es ser enfermo. Esa es la ´igualdad´ que están pretendiendo implantar”.

Para poder dimensionar el daño que causan estas políticas y cómo se traducen estos números en la cotidianeidad, Guadalupe Bargiela, una militante ciega que lucha por los derechos de las personas con discapacidad, expresa su preocupación por el vaciamiento que está sufriendo el área: “Nos están matando de una forma simbólica y brutal. Las personas ciegas, en particular, no somos sujetos de derecho al querer sancionar la boleta única sin accesibilidad en las elecciones próximas. Estamos acá porque este gobierno nos está avasallando, nos está diciendo que no podemos, que no somos. Y hoy, más que nunca, creo necesario gritar que nuestra identidad es orgullo, que nuestra identidad es política. Somos ciudadanos”.

La manifestación reunió a múltiples organizaciones con puntos de vista y necesidades diferentes. Marcela, integrante del colectivo Familias Unidas por la Escuela Especial alerta: “Las personas mayores de 22 años en la Ciudad de Buenos Aires son dejadas fuera del sistema público educativo. Las escuelas de modalidad especial fueron creadas para brindar opciones pedagógicas a las necesidades y a las posibilidades en los tiempos que tienen las personas con discapacidad intelectual. El colectivo de discapacidad es muy amplio.

Generalmente el discapacitado no tiene un problema sino varios. Tenemos desde personas con un retraso leve madurativo, que tienen perfecta posibilidad de desempeñarse en el mundo laboral, hasta personas con una muy importante discapacidad intelectual que no podrían incorporarse. Pero todos tienen derecho a tener un plan de vida”. Por esta razón decidieron presentar un proyecto de ley que plantea que “como establece la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad, las personas con discapacidad tienen derecho a educación permanente y sin límite de edad. Según sus capacidades se organiza un plan de vida. Eso es lo que ofrece y eso es lo que queremos, volver a tener escuelas que, sin límite de edad temporal, les permita asistir, concurrir a sus talleres en los tiempos de una escuela y poder realizar estos aprendizajes que a veces son permanentes y perpetuos. Son aprendizajes que se tienen que reforzar permanentemente”.