Hacia un nuevo sitio de memoria

Hacia un nuevo sitio de memoria

La casa donde ocurrió la Masacre de Monte Grande durante la última dictadura, en la que los represores fusilaron a 16 militantes, fue señalizada el pasado 24 de mayo. Ahora impulsan un proyecto de expropiación y la búsqueda de justicia.

La casa donde el 24 de mayo de 1977 ocurrió la Masacre de Monte Grande, cuando 16 militantes fueron asesinados, entre ellos una ciudadana alemana, fue señalizada el sábado último como sitio de memoria con la participación de Ralf Horlemann, encargado de negocios ad interim de la Embajada de Alemania; Horacio Pietragalla Corti, secretario de Derechos Humanos de la Nación y su par provincial, Matías Moreno. También estuvieron Lorena Battistiol Colayago, directora nacional de Sitios y Espacios de Memoria y su par provincial, Gustavo Moreno y familiares y amigos de las víctimas y organizaciones de derechos humanos. “Es un acto de reconocimiento y de construcción de Memoria, Verdad y Justicia para todos nosotros”, expresó Liliana Franchi, viuda de Luis María Gemetro, una de las víctimas de la Masacre.

Los hechos

La noche del 23 de mayo de 1977, un grupo de militantes detenidos ilegalmente en el centro clandestino “El Vesubio” fue trasladado a una casa ubicada en el partido de Esteban Echeverría con la excusa de ser puestos a disposición del Poder Ejecutivo Nacional. Sin embargo, durante la madrugada del 24 de mayo, militares y colimbas irrumpieron en el domicilio, donde fusilaron a quemarropa a los jóvenes. “Pasó entre la una y las dos de la mañana. La balacera que comenzó despertó a todo el barrio, para mí duró un montón”, recordó Daniel Ardiles, vecino de Monte Grande y testigo de los hechos en diálogo con ANCCOM. “Antes de que termine escuché un grito más cerca de mi casa -sentenció-: escuché un ´Viva La Patria´, seguido por una ráfaga de ametralladoras”.

La Masacre de Monte Grande dejó 16 víctimas: Luis María Gemetro, Luis Fabbri, Catalina Oviedo de Ciuffo, Daniel Ciuffo, Luis de Cristófaro, María Cristina y Julián Bernat, Claudio Giombini, Elisabeth Käsemann, Rodolfo Goldín, Mario Sgroi, Esteban Andreani, Miguel Harasymiw, Nelo Gasparini y otras dos mujeres que nunca fueron identificadas. 

Los cuerpos de las víctimas fueron depositados en fosas comunes en el Cementerio Municipal de Monte Grande, lugar que también se encuentra señalizado por la Secretaría de Derechos Humanos. Algunos de los restos pudieron ser identificados y devueltos a los familiares.

Durante la víspera del 25 de mayo de 1977, el Ejército emitió un comunicado oficial en el que describió el hecho como un enfrentamiento, una práctica recurrente durante la última dictadura militar para legitimar los crímenes de lesa humanidad cometidos por el terrorismo de Estado. “Recuerdo haberlo leído en el diario de la tarde La Razón: “16 guerrilleros abatidos en enfrentamiento”. Luego, estaban escritos cada nombre de los compañeros y compañeras asesinadas”, afirmó Liliana Franchi.

Huellas

La señalización del chalet ubicado en Boulevard Buenos Aires (ex Uriburu) 1151 como sitio de memoria contaba con antecedentes civiles y municipales de colocación de baldosas, una placa y una estatua en homenaje a las víctimas de la Masacre. El cartel colocado por la Secretaría de Derechos Humanos, el pasado sábado 25 de junio, presenta la novedad de contener las fotos de los jóvenes asesinados. “Cada vecino que va a pasar por acá, cada pibe que va al colegio que pase por este lugar, cada vez va a mirar una cara distinta, y cada vez va a ser más piel esta lucha de nuestros compañeros y compañeras”, sentenció Pietragalla Corti.

El homenaje congregó a familiares de las víctimas de la Masacre: si bien muchos de ellos ya conocían la casa, algunos la visitaban por primera vez. “Esto pertenece a un proceso de cicatrización familiar y social, pertenece a nuestra historia directa. Y pertenece a un proceso de cierta reivindicación, también. Es útil para transparentar lo que realmente sucedió y hacerse cargo personalmente y socialmente, que se sepa cómo se movieron y las cosas que ocurrieron acá en plena avenida, pero 45 años atrás”, detalló Marcelo Goldin, sobrino de Rodolfo Goldin, quien nunca había asistido previamente al lugar de la Masacre.

“Tenemos el proyecto de expropiación de esta casa, lo vamos a presentar en el Congreso Nacional”, detalló el Secretario de Derechos Humanos de la Nación. El inmueble se encuentra en mal estado y fue adquirido por medio de juicio de usucapión, un modo de adquirir derechos reales, como la propiedad, por el transcurso de un determinado tiempo fijado en la ley . “Esta casa tiene que ser parte del pueblo -agregó-, parte de la militancia, parte de los organismos de Derechos Humanos. Esta casa la tiene que conocer cada uno de los chicos que pase por un primario o por un secundario de Esteban Echeverria”. 

El chalet donde ocurrió la Masacre de Monte Grande sufrió innumerables modificaciones edilicias que, sumadas al deterioro por el paso del tiempo, dificultan la preservación original del sitio. Actualmente, el lote cuenta con una pared de cemento a la calle pintada de color rosa con una pequeña puerta negra de metal. “Este frente no estaba. Había un pilarcito con un par de columnas, un portón de entrada de auto, había todo un parque y en el fondo estaba la casa. Había un par de árboles. Y adelante de la casa había un Falcon verde todo agujereado. La casa estaba atrás”, rememoró Ardiles sobre el aspecto del chalet horas después de la perpetración del fusilamiento. El vecino recordó también que, del otro lado de la calle, donde ahora se ubican los supermercados Easy y Vea, se levantaba una fábrica de clavos, con agujeros de bala, que tampoco fue conservada. “Esto te da a pensar que fue una preparación. ¿Qué hicieron? Tiraron también para el frente para simular un contragolpe, un contrataque”, desarrolló Ardiles, contribuyendo a señalar la magnitud de la pérdida que conllevó la modificación de las construcciones existentes en 1977.

 

Coincidiendo con el aniversario de los 44 años de la Masacre de Monte Grande, el 24 de mayo de este año se organizó una visita ocular al chalet, a cargo del juez Daniel Rafecas. Lo acompañaron un bombero y un ex colimba, dos testigos de los hechos. Siguiendo el testimonio de Lorena Battistiol, el procedimiento tuvo lugar luego de un intento de venta de la casa por parte de los actuales dueños, quienes obtuvieron la escritura a través de un juicio de usucapión.

El proyecto de expropiación de la casa de Boulevard Buenos Aires 1151 se encuentra impulsado tanto por familiares de las víctimas de la Masacre y organismos de derechos humanos, como por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y la Municipalidad de Esteban Echeverría. El objetivo es convertir el chalet en un Espacio de Memoria.

“Cuando participamos de estas actividades, tan necesarias, seguimos levantando las banderas de Memoria, Verdad y Justicia en un país que hoy pasó a ser ejemplo de cómo tramitar su pasado reciente”, indicó Matías Moreno. 

La señalización de la Masacre de Monte Grande se realizó en el marco de la Ley 26.691/11, la cual establece en su primer artículo: “Declárense Sitios de Memoria del Terrorismo de Estado a los lugares que funcionaron como centros clandestinos de detención, tortura y exterminio o donde sucedieron hechos emblemáticos del accionar de la represión ilegal desarrollada durante el terrorismo de Estado ejercido en el país hasta el 10 de diciembre de 1983”.

Durante el desarrollo del evento se dio lectura a una carta emitida por la familia de Elisabeth Käsemann que hacía énfasis en la importancia de la agenda nacional de derechos humanos: “Nos sentimos reconfortados y sostenidos aquí en Alemania por el recuerdo compartido con los demás familiares, pero también por los representantes argentinos que trabajan incansablemente para preservar la memoria y recordar a la sociedad lo que no debe volver a pasar”.

Justicia

Algunos responsables de la Masacre fueron condenados a lo largo de los tres tramos del juicio por los delitos de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino de detención, tortura y exterminio “El Vesubio”. No obstante, la responsabilidad directa de la Masacre de Monte Grande continúa siendo investigada. 

“Lo que representa para nosotros judicialmente esta señalización es que, muchas veces, ese cartel ayuda a que alguien pueda verlo, leerlo y a partir de ahí generar la posibilidad de que haya más testigos”, declaró Pablo Llonto, abogado querellante de la causa, en diálogo con ANCCOM. “Sería muy importante que, quienes hoy nos acompañan, si tienen una mínima información, por insignificante que parezca, nos lo hagan saber. Pueden ser el nexo que faltaba para entender otros datos y circunstancias. También puede ser la diferencia entre la impunidad y la justicia”, expresó Graciela Wagner, viuda de Luis Fabbri, en representación de la Comisión Vesubio y Puente 12.

 

Doce actores en busca de una identidad

Doce actores en busca de una identidad

Una nueva edición de Teatro por la Identidad se desarrolla en el MultiTabaris, todos los lunes de junio. Esta vez con el formato de micromonólogos dirigidos por Mauricio Kartún.

Con un humor que lleva a reflexión, “Idénticos” presenta un ciclo de doce micromonólogos interpretados por otros tanto actores, distintos pero idénticos en lo que generan en el público. 

Una luz azul, cálida, cubre a los protagonistas al entrar en escena. Los envuelve mientras esperan su turno y ayuda a destacar a quien interpreta su papel. Con una duración máxima de cuatro minutos, los emotivos monólogos son acompañados por aplausos interminables, risas, silencios y coronados por los intérpretes con la ya tradicional la frase: “Mi nombre es (…) y puedo decirlo porque se quién soy”. 

En esta ocasión, participan Gabo Correa, Alejandro Mazza, Mercedes Funes, María Onetto, Daniel Fanego, Victoria Carreras, Maiamar Abrodos, Stella Gallazzi, Malena Figo, Gonzalo Urtizberea, Pablo Seijo y Martín Salazar.

Teatro por la identidad (Txi) surgió en los años 2000 y es uno de los brazos artísticos de Abuelas de Plaza de Mayo para llegar a las personas que dudan de su identidad. Un movimiento de actores, dramaturgos, directores y coreógrafos aportan a la misión para identificar a aquellos que aún viven con su identidad sustraída.

La risa, la reflexión y la música inundaron el MultiTabarís el último lunes de junio. La obra mantiene viva la incesante búsqueda por aquellos nietos y nietas que aún no restituyen su identidad y la eterna pregunta ¿dónde estás?  

“Es importante que lo sigamos viendo desde este lado con alegría, con esperanza, pero a la vez con la profundidad que se merece. Recordando la lucha, a las Abuelas que son las que nos han enseñado el camino y a las que seguimos siempre para ver para dónde vamos”, describió la nieta restituida Claudia Victoria Poblete Hlaczik, en diálogo con ANCCOM

A su vez, destacó el papel de lo artístico como otra vía para impulsar la búsqueda de nietos y nietas, atravesar las barreras de lo documental para que el lado artístico interpele a aquellos jóvenes adolescentes que pueden ser hijos o hijas de los nietos y nietas de las Abuelas, y puedan sembrar la pregunta en sus casas. 

La audiencia mayoritaria de TxI, actualmente son las nuevas generaciones. Viviana Rivero es profesora de Historia y el lunes se acercó a la función con sus estudiantes del programa Jóvenes y Memoria de la Escuela de Educación Secundaria Nº4 «Alicia Moreau De Justo” de Ingeniero Maschwitz, Provincia de Buenos Aires. “Traemos un grupo de Jóvenes y Memoria. Es un programa de la Comisión Provincial por la Memoria que reconstruye la historia reciente de la última dictadura”, explicó y describió qué hace con sus alumnos y alumnas: “Los chicos están trabajando sobre la identidad y sobre el racismo estructural que hay dentro de nuestra escuela. Y este tipo de actividades los ayuda a entender y comprender en profundidad estos temas que tanto nos interpelan a los argentinos”.

En la mitad de la función irrumpe la guitarra de Esteban Morgado y el público canta y se conmueve, teletransportado “a una guitarreada en la playa o a un fogón en un atardecer en Santa Teresita”, como él mismo describe, mientras interpreta canciones nacionales de Luis Alberto Spinetta, Fito Páez, Soda Stereo, entre otros temas que llegan al alma. “Hoy fue maravilloso, increíble. Creo que vibramos todos en la misma frecuencia. Hoy hubo mucha conexión”, expresó Morgado al salir del teatro.  Y remarcó el papel de los actores involucrados en la lucha: “Todo esto lo hacemos con una actitud militante, nadie cobra un peso, no hay carteles. Estamos todos poniendo el hombro porque queremos recuperar a esos nietos que han sido apropiados por la dictadura genocida cívico militar, eclesiástica que azotó al país y destruyó a tantas familias.”

La escena del cierre de la jornada es cálida, amigable, el público se entremezcla con actores y actrices que van saliendo de la función, conmovidos ellos también por el testimonio de la nieta que completa el sentido del ciclo al explicar la importancia del arte y de la presencia de todos en la sala.

“Quisimos ponerle poesía al texto, sacarle el humor y llevarlo a una cosa más romántica y de amor. Del recuerdo de eso que te duele en la piel, que no lo podés decir. No es una herida que se ve, que está dentro, que es más profunda”, describió la actriz Maiamar Abrodos sobre el monólogo “Tenía un gusto distinto”, de Alejandra Toronchick y dirigido por Pablo D’ Elía, en el que dialoga con la ausencia. “Había que poner el cuerpo y el alma porque lo que se estaba diciendo es el ser quien soy”, concluyó.

La velada del lunes cerró con Morgado junto a su hija Julia que cantó “Soy todo lo que recuerdo”, de Gabo Ferro y estremeció el rincón de público que quedaba por conmover.

¿Dónde y cuándo?

La obra ‘Idénticos’ bajo la coordinación dramatúrgica de Mauricio Kartun, música en vivo de Morgado y dirección general de Daniel Veronese dará su última función el lunes 4 de julio a las 20, en el Teatro Tabarís, Av. Corrientes 831, con entrada gratuita.

«Sabemos combatir con la pluma, no con la espada»

«Sabemos combatir con la pluma, no con la espada»

Las Abuelas de Plaza de Mayo presentaron dos obras en la Feria del Libro. Una narra la historia de una docena de sus integrantes y el otro volumen recopila el camino de la organización en sus 45 años de lucha.

A meses de iniciarse las celebraciones por los 45 años de Abuelas de Plaza de Mayo, el pasado fin de semana la organización realizó la presentación de dos textos en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Historias de Abuelas, la tercera publicación del proyecto Ovillo de trazos destinado al público infantil y juvenil fue el primero. Luego fue el turno de La historia de Abuelas donde el recorrido de la institución es ampliado y actualizado en esta nueva edición tras 10 años de la primera publicación: La institucionalización de políticas públicas para la búsqueda, el apoyo social y el encuentro de más nietos y nietas retratan la nueva etapa de la entidad.

El viernes 6 de mayo, a las 14.30, la Sala Ernesto Sábato de la Feria del Libro se llenó de historias. Buscarita Roa, integrante de Abuelas de Plaza de Mayo y su nieta restituida, Claudia Poblete, participaron en la charla sobre la publicación de Historias de Abuelas, junto a seis de los siete autores del flamante libro: Paula Bombara, Mario Méndez, Andrea Ferrari, Laura Ávila, Sandra Comino y Andy Riva, quien hizo las ilustraciones. Solo faltó Jorge Grubissich que se encontraba enfermo. Todos ellos se unieron para darle vida a una serie de doce relatos que retratan las historias de vida de Estela de Carlotto, Rosa Tarlovsky de Roisinblit, Buscarita Roa, Delia Giovanola, Sonia Torres, Ledda Barreiro, Emilce Flores, Raquel Radío de Marizcurrena, Aída Kancepolsky, Berta Shubaroff, Chela Fontana y Nélida Navajas. 

Desde el amor, las alegrías y tristezas, los relatos cuentan una parte no tan conocida de las Abuelas: sus infancias y juventudes. Todos esos momentos que las llevaron a ser las mujeres que hasta el día de hoy siguen luchando por la aparición de sus hijos y nietos que la última dictadura cívico militar les arrebató. “Me parece maravilloso tener que presentar un libro de las historias de las Abuelas, eso quiere decir que vamos a quedar en la historia. En la historia de los nietos, de los niños que no nos conocen aún pero que con el tiempo se van a enterar que hubo unas abuelas buscando nietos”, señaló Buscarita Roa con su pañuelo blanco en la cabeza.

Editado por Amauta, Historias de Abuelas es la tercera publicación de Ovillo de trazos. El proyecto literario está pensado para que la generación de los bisnietos y las bisnietas sigan manteniendo viva la memoria de los 30 mil desaparecidos. A su vez, para que docentes y bibliotecarios puedan acercar la pregunta por el derecho a la identidad a las infancias y juventudes. Este proyecto literario, en su primera edición, convocó a doce escritores especializados en literatura destinada a niños, niñas y jóvenes, para que pensaran historias que hablaran de identidad. Luego, fueron ilustradas y expuestas en un banner que, en 2015 a través de Adriana Redondo, directora del Plan de Lectura del Ministerio de Educación de la Nación por aquel entonces, repartió gratuitamente en las escuelas. Ese mismo trabajo, a su vez, y en colaboración con Pakapaka se transformó en cortos animados que se transmitieron bajo el título Historias que abrazan. En 2016, con la segunda etapa del proyecto, surgió una antología de cuentos para jóvenes donde la pregunta sobre la identidad y el derecho a conocerla e interrogarlo fue central. El libro fue seleccionado por el Plan Nacional de Lectura en 2019. 

La tercera etapa dio a luz a Historias de Abuelas, pensado en tiempos prepandémicos: “La idea surgió luego de que en una escuela primaria donde se habían expuesto las microficciones de Ovillos de trazos, a la que yo había ido a dar una charcha, una niña pequeña me preguntó si cuando fuera grande quería ser una de las Abuelas. Sentí que teníamos que contar quiénes eran estas mujeres además de ser parte de Abuelas. Llevé la idea al equipo y floreció”, contó Paula Bombara, escritora y colaboradora del proyecto. 

Entonces, se convocó a seis escritores y escritoras comprometidos con la causa quienes, luego de entrevistas y la presentación de borradores a las Abuelas, produjeron doce historias en microficciones. Además, Historias de Abuelas incluye retratos de las protagonistas, realizados por el artista visual Andy Riva, quien se dedicó a recrearlos a partir de fotos. En diálogo con ANCCOM, comentó que participar del proyecto fue muy significativo para él: “Yo nací en el 80. No tengo recuerdo de la dictadura, me acuerdo pocas cosas del contexto. De lo que sí estoy seguro es que si hoy caminamos en libertad es porque se lo debemos en gran parte a las Abuelas, a las Madres y a toda la gente que junto a ellas trabaja para que muchas cosas no vuelvan a pasar”. Hace tiempo que Riva trabaja con Abuelas pintando murales y haciendo cortometrajes. Sin embargo, este trabajo le resultó particularmente interesante: “Cuando te sumergís en gestos para retratarlos, pueden ser proyecciones o reflejos de las cosas que vivieron, ya sean alegrías, tristezas y cosas pesadas que cargan”, describió. A su vez, explicó que esto mismo lo llevó a reflexionar sobre su propia historia e identidad.  

Claudia Poblete además de ser una nieta restituida también es madre. Ahora su hija tiene a su bisabuela retratada. Al referirse a las Abuelas de Plaza de Mayo en la presentación, reflexionó: “Eran mujeres que no tenían nada que ver con la política. En esa época, pudieron tomar esos roles y reconstruir sus vidas alrededor de la búsqueda, con el dolor que les causó la pérdida de sus hijos, pero sin perder nunca la alegría y la esperanza de encontrar a sus nietos”. Su Abuela Buscarita fue quien continuó con la charla, y dejó claro que la lucha no ha sido en vano. “No es fácil ser Abuela de Plaza de Mayo. Duele. Yo encontré lo que buscaba, pero seguí trabajando para que mis compañeras también pudieran encontrar a sus nietos. Todavía nos faltan muchos, pero esperamos tener un poco más de vida para poder encontrar a los que faltan. Es muy importante que los padres y madres dejen que los niños lean este libro para que vayan sabiendo de chiquitos lo que ha sucedido en su país. No hay que ser indiferentes, las historias se pueden volver a repetir y luchamos para que eso no vuelva a pasar”, concluyó.

El sábado 7 de mayo se realizó la presentación de La historia de Abuelas en la Sala Tulio Halperín Donghi, con un panel compuesto por Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo; el nieto restituido Leonardo Fossati; el rector de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), Alfredo Alfonso; y el Director del Centro de Derechos Humanos de la UNQ, Rodolfo Brardinelli.

El libro, impreso a contrarreloj, es una edición ampliada y actualizada de la publicación La historia de Abuelas 30 años de búsqueda 1977-2007, lanzada hace más de 10 años. Fue producido por el Área de Prensa y Difusión de Abuelas, y coeditado con el Programa Universidad y Derechos Humanos de la Universidad Nacional de Quilmes y la Editorial de esa universidad. El libro reconstruye al presente la extensa historia de lucha de la organización. “La Universidad Nacional de Quilmes coedita, colabora con Abuelas y va a seguir coeditando y colaborando porque es su obligación hacerlo y porque es una de las formas en que entiende que está poniendo en práctica la definición de la Universidad como uno de los derechos humanos”, contó Rodolfo Brardinelli sobre la participación de la Universidad Nacional de Quilmes en la edición del libro.

La historia de Abuelas narra parte de la historia de Leonardo Ortega Fossati, uno de los nietos restituidos, quien es miembro de la Comisión Directiva de Abuelas. Fossati remarcó la importancia de la edición de libros de Abuelas de Plaza de Mayo: “Para que el paso del tiempo no vaya poniendo en color sepia a estos logros, sino que estén siempre vigentes. En mi caso personal, son un ejemplo de vida indudablemente”, señaló.

Tras casi 45 años de lucha, la institución realizó cambios en los estatutos para ingresar a los nietos como parte de la comisión directiva. El libro da cuenta del rol que adoptan los nietos y nietas en el traspaso generacional y la continuidad en el legado de la lucha de Abuelas de Plaza de Mayo. “Ahora, atención, mientras que exista una abuela, manda la abuela. Una abuela que escuche, que acompañe, que abrace, una abuela que diga no me parece, pero ustedes tienen razón”, declaró Estela de Carlotto sobre la integración de los nietos a la Comisión Directiva de la Asociación. A modo de cierre, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo concluyó: “Cuando Abuelas encuentra a un nieto, es para hacerlo libre y que viva como quiera, con quien quiera y haga lo que él libremente quiera hacer de su vida. Le damos la identidad para la libertad”. La presidenta de Abuelas advirtió además que no va a parar hasta encontrar a los 300 nietos que faltan y que esta es una lucha que no termina: “Ya sabemos combatir con la pluma, no con la espada. Siempre con la palabra amor. Cuando uno ama entrega el corazón, entrega la vida, la confianza, la tranquilidad”.

El libro La Historia de abuelas se puede descargar gratuitamente en la web de Abuelas Plaza de Mayo.

Desenterrar la memoria

Desenterrar la memoria

Con la presencia del juez Daniel Rafecas, se iniciaron las excavaciones en lo que fue el Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio Club Atlético, con el objetivo de hallar pruebas judiciales. Por allí pasaron 1.500 detenidos-desaparecidos.

Formalmente se iniciaron ayer las excavaciones arqueológicas para recuperar la totalidad del ex Centro Clandestino de Detención y Exterminio Club Atlético, ubicado en la avenida Paseo Colón 1266, en pleno barrio de San Telmo, debajo de la Autopista 25 de Mayo, y por donde pasaron alrededor de 1.500 detenidos-desaparecidos durante la última dictadura cívico militar. El trabajo permitirá encontrar información que se constituya como futura prueba judicial, además de aportar a la memoria de lo que allí ocurrió.La acción se lleva adelante en marco al convenio firmado entre la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y Autopistas Urbanas S.A. (AUSA). Luego 20 años de reclamos y gestiones, se logró que el terraplén de tierra que cubrió el sitio histórico fuera finalmente removido. 

Este sitio de detención ilegal formó parte del circuito represivo conocido como ABO (Atlético-Banco-Olimpo), tres centros clandestinos que funcionaron de manera consecutiva y bajo el control de los mismos grupos de tareas, dependientes del Primer Cuerpo de Ejército y del Batallón de Inteligencia 601 e integrados por efectivos de la Policía Federal, el Ejército, el Servicio Penitenciario Federal y Gendarmería. El Atlético funcionó como campo de concentración entre los meses de febrero y diciembre de 1977. A principios de 1978, el edificio fue demolido para la construcción de la autopista. En la noche del 28 de diciembre, los detenidos fueron trasladados a “El Banco”, ubicado a unos 200 metros de la intersección de la Autopista General Ricchieri y el Camino de Cintura, en el partido de La Matanza. En agosto de 1978 comenzó a funcionar “Olimpo”, en el barrio porteño de Floresta, construido con parte de la estructura desmantelada del “Club Atlético”.

En la inspección estuvieron presentes el juez federal Daniel Rafecas; Laura Duguine, coordinadora del Área de Arqueología y Conservación del Espacio para la Memoria, Valeria Contissa, conservadora de bienes culturales en la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación; integrantes del equipo de arqueología, la Mesa de Trabajo y Consenso del Espacio, junto a sobrevivientes y familiares de víctimas del terrorismo de Estado.

Laura Duguine, coordinadora del área de Arqueología y Conservación. 

Silvia Fontana es hermana Liliana Fontana, quien fue desaparecida por el terrorismo de Estado y pasó por el “Club Atlético”. En diálogo con ANCCOM, expresó que “a pesar de que los militares intentaron tapar sus actos atroces con tierra, hoy estamos celebrando que con lucha es posible remover todo. Nuestro lema es y será desenterrar la memoria”. También agregó que, “si bien es contradictorio sentir dolor y alegría, es gratificante saber la verdad, para que no vuelva a suceder. Quiero decirles a todos los jóvenes que no tiene que existir nunca más un Centro Clandestino de Detención”.

Carlos Leibovich, sobreviviente de este ex Centro Clandestino de Detención, contó que se exilió 30 años del país luego de lo sucedido y que, según sus palabras “los sobrevivientes tuvimos suerte”. Siguió atentamente el proceso de la causa desde lejos, pero encontrarse con sus pares lo ayudó a recordar a los que hoy siguen desaparecidos. “Es una sanación para mi restituir estos espacios, que habían quedado en negro en mi vida. Es importante que se siga escribiendo sobre lo que se descubra y lo que aconteció, en libros. A la distancia me sentía cerca a través de estos. Las excavaciones me van a permitir cerrar mi ciclo”, agregó.

Por su parte, el juez Rafecas expresó: “Como Poder Judicial estamos comprometidos. Tenemos un interés genuino y concreto, no solo buscamos juicio y castigo sino también reconstruir la historia. Me animo a decir que tenemos que esperar seis años más de trabajo constante para terminar de desenterrar lo que nos queda, lograr la construcción del Sitio de Memoria y el proyecto final, que todo este solar sea un gran Centro de Memoria de la Ciudad de Buenos Aires de la zona sur como lo es la ex Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA) en zona norte”.

Silvia Fontana, al finalizar la inspección, expresó la importancia de este espacio: “No tenemos un lugar físico para hacer nuestro duelo, por eso estamos acá. Este lugar nos representa, nos identifica con la memoria, la verdad y la justicia. Vamos a seguir luchando por ellos que no pudieron. Vamos a seguir desenterrando memoria”.

 

El pueblo las abraza

El pueblo las abraza

Las Madres de Plaza de Mayo celebraron sus 45º aniversario con una de sus tradicionales rondas. Hubo artistas, militantes, dirigentes y, por supuesto, mensajes políticos.

El sábado 30 de abril se cumplió un nuevo aniversario de la primera ronda de los jueves de las Madres de Plaza de Mayo. La conmemoración se extendió a lo largo de la semana bajo la consigna “Reivindicamos la lucha revolucionaria de nuestrxs hijxs”. El miércoles se hizo la Marcha en la Plaza San Martín de filial La Plata y el jueves, en Plaza de Mayo, tocaron diferentes bandas de rock yl viernes, en Ensenada, hubo una concentración en la casa donde nació Hebe de Bonafini.

La Plaza recibe a las Madres con dos escenarios y al grito de “Madres de la Plaza el pueblo las abraza». En el escenario más chico, ubicado frente a la Casa Rosada, un grupo de Madres encabezado por Nora Cortiñas comienza a caminar y a rodear la pirámide. Al comenzar el recorrido, mencionan los nombres de militantes desaparecidos y culminan con la frase “¡Presentes!” y con el puño en alto. Al terminar la vuelta, exigen la aparición con vida de Jorge Julio López, desaparecido por segunda vez, luego de declarar en el juicio de lesa humanidad por los crímenes cometidos cometidos contra él y un centenar de víctimas. En simultáneo, en otro lado de la plaza, en el escenario principal dio la bienvenida la presidenta de la Asociación, Hebe Bonaffini. La plaza se fue colmando de personas y de banderas que representaban a diferentes municipios del conurbano.

Las Madres, una vez más, iniciaron su tradicional ronda. Con fuegos artificiales de fondo, por el ingreso de una columna de jóvenes militantes por Avenida de Mayo, comenzó la recorrida alrededor de la Pirámide empapelada con los rostros de los hijos e hijas desaparecidos por la dictadura. 

En el escenario, la locutora leyó adhesiones que llegaron de todo el país y comenzó la lista de oradores. Primero tomó la palabra Facundo Grande, estudiante del Colegio Nacional Buenos Aires, quien arengó: “Ahí, en la Casa Rosada, todos tendrían que tener el valor y el coraje que le sobra a las madres. Nuestra democracia fue forjada por las Madres, cuando nadie se la jugaba por el futuro, cuando nadie se la jugaba por la historia”. Al finalizar, recordó con un poema a los compañeros del Colegio desaparecidos. Lo siguieron el periodista y abogado Pablo Llonto, Roberto Di Nicola (en representación del grupo de apoyo a las Madres de Italia) y el ministro de Desarrollo de la Comunidad de la Provincia de Buenos Aires, Andrés Larroque. “Las Madres no se equivocan y no se equivocaron -subrayó el funcionario-. Seamos humildes y hagámonos cargo que a veces no nos da el cuero. Y fueron estas Madres también, con todo lo que vivimos en esos cuatro años terribles (en alusión al gobierno macrista), las que siempre estuvieron al frente de la lucha”. En su intervención, también resaltó que se está atravesando un momento difícil y que nadie se tiene que enojar ante los discursos críticos: “Cuando hacemos una declaración en aras de poder encontrar una salida, una solución a este momento que nos toca enfrentar, muchos se enojan y dicen: «Cuidemos la unidad porque vamos a perder en 2023”. A mí me preocupa que en el 2022 se resuelvan los problemas de la gente, pero también les quiero avisar algo, ya perdimos, perdimos hace cinco meses, porque no nos despertamos y hacemos lo que tenemos que hacer”. Larroque Continuó: “No tenemos que tener miedo a enfrentar cualquier interés que venga. Esa es nuestra historia. En defensa de esa cultura política, de esa doctrina y en defensa de la memoria de nuestros compañeros y compañeras desaparecidos”. Y concluyó entre cánticos y aplausos: “Yo les digo, compañeros y compañeras, dejémonos de pavear, a despertarnos y a transformar la historia”. 

Para cerrar el acto, Hebe de Bonafini tomó el micrófono y agradeció a todos los que apoyaron y acompañaron siempre su lucha y destacó las palabras de la juventud representadas en el primer orador: “Cada vez estoy más convencida que la juventud nos lleva por delante, un kilómetro o dos, por no decir muchos más». Entre los asistentes se escucha un “gracias a ustedes”. Continúa con el recuerdo de lo que sus hijos le decían sobre el Fondo Monetario Internacional y que a ella no le parecía creíble en ese momento. Así comenzó su discurso y criticó al ministro de Economía Martin Guzmán: “Hoy tenemos a este Ministro de Economía que parece más Ministro de los yanquis que de nosotros. Nos mienten. El presidente y él. Los dos nos mienten”. Con la reivindicación de la lucha de sus hijos e hijas, afirmó que ellos dieron un paso muy importante en sus vidas, y afirmó que sabían que les podía pasar algo porque la revolución era eso. Luego mencionó lo que como madres aprendieron de ellos: “La relación con los padres que ellos tuvieron nos fueron cambiando el parecer. Nos mostraron lo que era la solidaridad. Cada paso que ellos dieron nos enseñó cosas. Hay que hacer con alegría y con amor. La revolución se hace con amor. El amor y el cariño de la gente son el oxígeno para vivir”, afirmó la presidenta de Madres Asociación. Luego se despidió y agradeció a Charly García: “El tipo que más hizo recitales en esta plaza para tocar gratis para toda la juventud”. Invitó a seguir marchando todos los jueves a las 15.30 y a celebrar la marcha número 2300, el 12 de mayo, “dos vuelvan a la Plaza”.

Mientras en el escenario mayor se despedían, en el otro escenario la murga estilo uruguaya “Entre tanta pavada» se hacía paso entre los asistentes y, con sus ropas de color y las caras maquilladas, y cerraron el acto.