Charlando con Abelardo

Charlando con Abelardo

Se estrena Un hombre que escribe, un documental en el que el escritor Abelardo Castillo cuenta de su vida, sus pasiones, su ideario. Retrato de un intelectual comprometido.

“No es casualidad que esto se estrene en este momento”, señala Liliana Paolinelli, directora de Un Hombre que escribe, un documental sobre el escritor Abelardo Castillo que falleció el 2 de mayo de 2017. “Es un personaje que produce una profunda admiración, que va trazando un sendero por el que es interesante caminar, sobre todo en este momento en donde el arte, las personas de la cultura, están tan denigrados por este Gobierno; uno ve a un hombre que tiene un pensamiento autónomo, cabal, es una reivindicación hacia el arte y la literatura”.

El documental se estará proyectando el jueves 18 de abril y sábado 20 en el BAFICI, Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente. Las entradas para estas funciones ya se encuentran agotadas, sin embargo la película continuará en cartelera durante todos los viernes de mayo en el mismo complejo.

Se trata de una conversación, grabada por la directora en 2015, entre el escritor y las entrevistadoras María Moreno y Mayra Leciñana. “Surgió a partir de un deseo de él, después de ver un documental de Marlon Brando, que era un actor que a él le gustaba mucho. Y en una cena en su casa, con mi esposa Paula Grandio, comentó que tenía ganas de hablar, construir una especie de memoria. Y a partir de los temas que van surgiendo en la charla Abelardo va componiendo su vida, sin proponérselo, pero es lo que se terminó armando”, dice la directora Paolinelli.

La conversación pasa por múltiples tópicos: Abelardo Castillo habla sobre la literatura como su dependencia más fuerte, los talleres literarios, sus libros, su relación con el alcohol, sus autores predilectos y hasta el tema de la muerte está presente en la charla. La escritora y cónyuge, Sylvia Iparraguirre, comenta: “Soy, según Abelardo, la persona que más lo conoció, fue mi marido por más de 40 años, por lo tanto estoy en condiciones de afirmar que el que vea este documental va a tener un retrato muy cercano de él. Es un encuentro con Abelardo, donde no hay cosas alrededor del personaje, sino que está el personaje hablando”.

«Es un hombre con un pensamiento autónomo, cabal; una reivindicación al arte y la literatura”, dice Paolinelli.

Abelardo Castillo es uno de los grandes cuentistas latinoamericanos según la crítica. Fue un intelectual comprometido con convicción y sinceridad, diciendo exactamente lo que pensaba y compartiendo su visión del mundo en las revistas literarias que fundó. Hecho que lo llevó a estar en las listas negras de la censura durante la última dictadura militar al animarse a criticar al gobierno y expresar sus ideas socialistas.

“Compartíamos las mismas ideas sobre el mundo: un socialismo ético, acá se le llama socialismo a cualquier cosa con gente muy corrupta. Fue un intelectual comprometido, pero no con la literatura, él decía que el intelectual debía comprometer el cuerpo a través de su opinión. Y a través de sus revistas literarias como El escarabajo de oro o El ornitorrinco, él prefirió nunca dejar de expresar sus ideas a donde fuera”, sostiene Iparraguirre.

A pesar de contar con más de cuatro novelas, cinco libros de cuentos, ensayos, y múltiples premios nacionales e internacionales, Castillo no se consideraba a sí mismo un escritor, y a raíz de eso viene el título del documental. “El nombre Un hombre que escribe es porque Abelardo no se consideraba un escritor en el sentido profesional, no le gustaba el término. Él decía que no se la pasaba escribiendo todo el tiempo, que no es como un médico, un arquitecto o cualquier otro tipo de profesión la cual la ejercés día a día, sino que él podía pasar mucho tiempo sin escribir o tirando borradores que no leía nadie”, comenta Iparraguirre.

En cuanto a la directora, que estudió en el departamento de cine en la Universidad Nacional de Córdoba, y recibió el título de técnica en medios audiovisuales, encabezó múltiples películas y cortometrajes de ficción y en el último tiempo se dedicó más a los documentales. Paolinelli remarca que sus proyectos fueron posibles gracias al INCAA, y que con el desfinanciamiento y cierre del instituto muchos proyectos ya comenzaron a rechazarse.

En palabras tanto de la directora como de Iparraguirre, el espectador se va a ir con la sensación de haber visto a un hombre con una convicción y una sinceridad abrumadora, de una claridad total en sus ideas, y por sobre todo de haber visto a una persona inspiradora para estos tiempos.

 

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En el marco del BAFICI, Un hombre que escribe se proyectará en Cine Arte Cacodelphia, Av. Pres. Roque Sáenz Peña 1150.

La vida después del incendio

La vida después del incendio

Este jueves se estrena en el Gaumont «Tormenta de fuego», un documental que muestra cómo siguió la vida de las personas que perdieron todo en los incendios patagónicos.

La Patagonia se quema todos los años y esto no parece significar gran pérdida para el poder político que administra los recursos nacionales. ¿Pero qué pasa con los habitantes locales una vez que el fuego se apaga? ¿Cómo se vive después de haber perdido hasta la última foto familiar? ¿Qué se hace cuando no hay donde volver?

Tormenta de fuego es el nuevo largometraje de Luciano Nacci y Axel Emilien, dos directores patagónicos que se unieron para cocrear este relato que busca encarnar una voz local. A través de la utilización de planos aéreos de los suelos chamuscados logran transmitir la dimensión de lo ocurrido en el verano de 2021 en distintas localidades de Chubut como algo inabarcable, irreparable.

El documental, que se estrena este jueves en el amenazado Cine Gaumont, toma una perspectiva íntima al narrar qué es lo que sucede detrás de cada incendio, qué significa para los habitantes locales perder sus hogares, ver su vida arrasada por el fuego.  Axel, habitante de El Hoyo, mira a cámara y expresa: “Todo lo que tenía en la vida se estaba quemando, prendiendo fuego, desapareció en un instante. Cuando empezó a arder de repente se ve todo un bosque de 200 metros de ancho por 100 de largo convertido en una sola llama, era el infierno en carne propia. Lo único que queríamos era seguir vivos, todo lo material no vale nada, la vida vale mucho más.”

Con un montaje inmersivo y sombrío, Nacci y Emilien logran presentar un relato sensible, poniendo voz y cara al costo de los incendios. En diálogo con Nacci, comenta sobre la decisión de narrar lo ocurrido desde la perspectiva de sus habitantes: “Cuando llegamos a la zona arrasada por el fuego nos encontramos con que ya habían hecho un montón de entrevistas a la gente que estaba ahí. Y generalmente lo que nos decían es que las entrevistas, eran amarillistas o más banales, y esto dolía. Nos comentaban que lo que más pesaba era que esto ya había sido olvidado por el ojo público, ya había dejado de estar en agenda.”

El realizador agrega: “Entonces, lo principal que encontramos en la película era la posibilidad de dejar ese registro, lograr que no se olvide. Ahora, el 9 de marzo ya se cumplen tres años desde el incendio, y la mayoría de la gente no volvió a construirse su casa.”

El documental muestra el trabajo de los guardaparques y brigadistas de la zona por defender los territorios incendiados, hogares de muchos de ellos que trabajaron horas inhumanas por rescatar a las más de 500 familias que perdieron sus hogares en el fuego. La duda que ronda toda la proyección es la intencionalidad del incendio, un misterio que hasta la fecha no fue resuelto y aún pesa como saldo pendiente ante una comunidad que lo perdió todo.

El largometraje ha impactado a lo largo del globo, con participaciones en festivales como el de Fonfria, España, donde obtuvo el premio a mejor documental; el Overcome Film en Estados Unidos,  donde obtuvo el quinto lugar a mejor documental, y el de Cine de Trieste, Italia, entre tantos otros, donde lograron acumular un numero impensado de premiaciones para un largometraje independiente. “El incendio es algo universal, por culpa de la ausencia estatal o la mano humana son cuestiones que se replican en otras partes del mundo, y esto genera mucho interés en públicos muy diversos”,  expresa Nacci.

La producción fue realizada a pulmón por los directores, que al ver el incendio sintieron la necesidad de estar en el territorio, colaborar de alguna manera con gente que lo había perdido todo. “La película está financiada en su mayoría por la gente local, los habitantes de El Bolsón y de El Hoyo que nos dieron alojamiento, comida, vino, que fue necesario y también merienda. Fue muy tremendo, estás haciendo una entrevista a alguien que perdió todo. Y en plena pandemia, toda la gente en sus casas, y acá la gente afuera, sin tener donde ir”, dice Naicch y agrega: “Por suerte el Fondo Nacional de las Artes colaboró, y después el Instituto Nacional de Cine, y Artes Audiovisuales (INCAA) dio la posibilidad de poder estrenar en el Gaumont, un espacio que la administración nacional quiere cerrar”.

La proyección trae a la escena una discusión que está en boga sobre el cierre tanto del INCAA como del Fondo Nacional de las Artes, dos organismos cuyo funcionamiento da la posibilidad a productores independientes de construir una narrativa por fuera del epicentro de la capital federal. “Ahora ya ni siquiera eso, estamos discutiendo de cortar todo tipo de apoyo a un instituto que es autárquico. Consideran a la cultura como si fuese un enemigo. En realidad lo que hacemos es mostrar la realidad de lo que está sucediendo subjetivamente, pero es una forma de mostrar nuestra identidad”, aporta Nacci y denuncia: “Lo que se está intentando hacer es borrar la identidad nacional cultural, y no lo vamos a permitir, vamos a las calles a defender estos espacios”.

Tormenta de fuego es un relato íntimo de los vecinos, pero también es una denuncia social y el llamado a alzar la voz por lo perdido, un reclamo ante la desidia gubernamental y las decisiones políticas a espaldas del pueblo. El documental finaliza con paisajes impactantes y un llamado de la comunidad a la acción colectiva, a velar por el bien común y por el futuro de la humanidad y volver a encontrar un cauce común en la reconstrucción del lazo social.

Un documental sobre las desaparecidas trans

Un documental sobre las desaparecidas trans

La película «Donde habite la memoria”, de Clara Olmos y Carolina Musso cuenta la historia de Julieta González y Fabiana Gutiérrez, sobrevivientes del Pozo de Banfield.

Donde habite la memoria es un documental, producido y dirigido por Clara Olmos y Carolina Musso, que añade una pieza faltante a la historia en la reconstrucción de los recuerdos del horror durante la última dictadura militar en Argentina. En esta oportunidad, se alumbra a protagonistas que antes no habían sido visibilizadas, víctimas que no habían sido registradas como tales. La película se proyectará el viernes 15 de marzo a las 18 en el excentro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio (CCDTyE) «Pozo de Banfield», hoy convertido en Espacio para la Memoria, en la localidad bonaerense de Lomas de Zamora. Es en este CCDTyE fueron detenidas ilegalmente entre 1976 y 1977Julieta González y Fabiana Gutiérrez, miembros del colectivo trans y protagonistas de este documental.

“Queríamos recuperar las historias de un colectivo que también fue perseguido durante la última dictadura cívico-militar, pero que durante todos estos años permanecieron en los márgenes del relato oficial de nuestra memoria”, comentó Olmos, quien se formó como cronista de ANCCOM y actualmente trabaja en la Agencia de Noticias Télam, amenazada de cierre por el gobierno de Javier Milei.

Olmos reconoce el compromiso de Argentina en el trabajo de reconstruir el pasado reciente del terrorismo de Estado, no obstante, destaca que tuvieron que pasar 40 años para que se visibilice la represión específica y sistemática que la dictadura ejerció sobre la comunidad trans.

Las protagonistas de este documental estuvieron detenidas ilegalmente en el Pozo de Banfield cuando tenían 15 años, en el caso de Fabiana, y entre los 19 y 20 años, en el caso de Julieta. Ambas sufrieron abusos y violencia por parte de sus opresores. “Al menos seis mujeres trans estuvieron detenidas en este centro clandestino de detención en esos años”, contó Olmos. Entre noviembre de 2022 y abril de 2023, declararon por primera vez en la causa Brigadas, un juicio de lesa humanidad que juzga los crímenes cometidos en el Pozo de Banfield, el Pozo de Quilmes y el Infierno, en Avellaneda. “Sus declaraciones fueron un hecho histórico en sí mismo, que esperamos pronto resulten en la primera sentencia mundial sobre el tema”, expresó Olmos con esperanza.

Julieta Gonzalez.

Por su parte, Musso está convencida de que la dictadura tuvo una dimensión profundamente patriarcal que se evidenció en el encarnizamiento y la violacion de los derechos humanos de tantísimas mujeres trans, aprovechando su vulnerabilidad, especialmente en aquel momento. La mayoría de las sobrevivientes hoy ronda en los 60 años, fueron violentadas física y psicológicamente y, al igual que otras personas pertenecientes a este colectivo, actualmente atraviesan una situación compleja: hay quienes tienen una jubilación o pensión mínima para subsistir, otras se encuentran en situación de pobreza o indigencia, sin acceso a salud o sin una vivienda digna, explicó. “Nuestro objetivo es acompañar el reclamo de la comunidad trans de una reparación histórica por la persecución y los delitos ejercidos contra sus identidades no solamente en dictadura, sino también a las que sufrieron durante las primeras décadas de la democracia”. Esta es una de las mayores deudas actuales de la democracia en Argentina, afirmó Musso.

Uno de los desafíos que se les presentó en el proyecto, fue el hecho de tener pocas mujeres trans sobrevivientes de la dictadura. Durante el proceso de investigación conversaron con muchas víctimas, y si bien todas daban cuenta de las persecuciones policiales sufridas desde la década del ochenta en adelante, la mayoría eran aún niñas durante los primeros años de la dictadura, comentó Musso. Las directoras decidieron desarrollar el documental a dos voces porque consideraron que en sus relatos subyace, junto a la dimensión profundamente subjetiva del horror, una trama colectiva. “Los testimonios de las protagonistas hacen de este documental un relato crudo, desgarrador y de una profunda ternura a la vez”, alegó Olmos.

Durante la etapa de investigación, las directoras dieron con el caso de Fabiana Gutiérrez, pero se encontraba viviendo en Italia. Sin embargo, lograron un vínculo que permitió que tomara la decisión de viajar desde el viejo continente para visitar el Pozo de Banfield y formar parte del documental, abriendo recuerdos dolorosos. En una charla con ANCCOM, Gutiérrez agradeció a todas aquellas personas que trabajan decididamente para iluminar una parte anulada de la historia en los años oscuros de la dictadura. “En esos momentos éramos violentadas, abusadas y nos mandaban desnudas a las celdas, cumpliendo días o meses dentro de la misma, sólo por ser lo que éramos”, contó. Era menor en ese entonces, hoy tiene 62 años y siente el deber de ayudar a la construcción de la memoria por eso decidió ser partícipe del proyecto y colaborar con sus compañeras. Recuerda la primera vez que intentó escaparse y como resultado recibió un golpe en la cabeza. No obstante, cuando logró quedar en libertad buscó refugio en el exterior. Sin embargo dijo: “A pesar de vivir afuera, mi corazón siempre está en Argentina, amo mi país”.

 

Fabiana Gutierrez.

Clara Olmos y Carolina Musso, ambas comunicadoras, fueron las realizadoras del proyecto, en el marco de su tesina de grado de la Licenciatura de Comunicación Social en la UBA. Contaron con el acompañamiento de sus tutores, el recientemente fallecido Eduardo Morales, Silvina Manguía y María Rosa Gómez. Sobre la elección del formato de tesina, Musso explicó que “no fue una elección al azar. Fue una decisión política: queríamos generar un material que no quedara circunscrito al ámbito académico sino, por el contrario, pudiese circular en el espacio público. Desde un comienzo, las comunicadoras se plantearon el deseo de orientar su trabajo hacia la creación de una herramienta al servicio de la comunidad travesti-trans. Luego llevaron a cabo varias jornadas de filmación y finalmente la edición fue de realización propia.

“Sentimos mucho orgullo por Julieta y Fabiana que, 40 años después, se atrevieron a contar su historia y a reclamar lo que como sociedad aún les debemos”, expresó Olmos. “Nos alegra profundamente poder hacer nuestro aporte como generación que no vivió la dictadura, pero que tiene el deber de continuar y fortalecer la memoria de nuestro país y la historia de los 30.000 desaparecidos y detenidos”, afirmó reflexiva.

Para las realizadoras, el documental es una invitación a seguir reflexionando sobre nuestro pasado reciente y el irrenunciable compromiso con la defensa de los derechos humanos. Es también, una oportunidad para conocer una parte de la historia de la cual poco se ha hablado. Para Musso: “Contra todo impulso epocal hacia la deshistorización, el ex CCDTyE Pozo de Banfield es un espacio en el cual la historia se hace carne, volviéndose ineludible”.

 

Los feminismos cotidianos

Los feminismos cotidianos

“Me gusta cuando hablas”, un documental que invita a la reflexión colectiva, se estrena en vísperas de un 8 de marzo que promete resistir ante la hostilidad gubernamental. El sexo en la tercera edad, los complejos del cuerpo, los vínculos amorosos entre otros temas que atraviesan a todas las generaciones.

Me gusta cuando hablas es un documental de observación en la vida privada de los feminismos. Estará en el Cine Gaumont del 7 al 13 de marzo a las 18:10 horas. Todos los temas entran atravesados de manera transversal: el placer sexual en la tercera edad, la militancia ambiental, los vínculos amorosos, los complejos con el cuerpo, entre otros. Siempre desde la cotidianeidad a través de seis mujeres de diferentes edades y sectores sociales.

El documental, desarrollado en su totalidad por mujeres, no busca teorizar el movimiento sino mostrar que no existe un único feminismo. Las voces protagonistas son de Rosa Rodríguez, Fabiele Rodrigues Bombif, Violeta Osorio, Montserrat Tolaba, Carolina Rodríguez y Cecilia Giordano. Está guionado por Sol Bonelli, Brenda Howlin y sus directoras Marlene Grinberg y Silvina Estévez.

Si bien el documental está hecho por feministas también, comparte Grinberg, “es interesante que lo vea todo el público porque es una película que se ofrece de un lugar de mucha empatía y comprensión hacia las protagonistas”, dado que más que mensajes, se dejan preguntas para replantearnos cómo actuamos como sociedad. Incluso cada integrante del elenco se cuestionó sus feminismos: “La película me hace reflexionar sobre mi vida, pone luz sobre un montón de cuestiones. Rompe con la idea de que existe una sola verdad”, comenta Violeta Osorio.

La película fue apoyada por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA). Pasó por un proceso competitivo de selección federal y fue seleccionado por un comité para el programa Incubadora INCAA, que ya no existe. Estévez cuenta que en este programa “cineastas emergentes tuvimos la posibilidad de tener tutores internacionales que nos ayudaron a trabajar nuestros proyectos para hacerlos más competitivos y para traccionar fondos internacionales. Todo eso se hizo bajo nuestro legítimo derecho”. También ganaron el premio DocsLab Mx en México, contó con apoyo de Mecenazgo y participó en el Mercado de Visions du Réel en Suiza. Se proyectó por primera vez en octubre del 2023, en el Festival Internacional de Cine Documental Buenos Aires (FIDBA). 

Me gusta cuando hablas… hoy

El documental fue rodado en el año 2021. Todo el elenco pensó que algunas discusiones que abría la película “podían quedar caducas o que dejaran de estar en agenda”, dice Estévez. Y agrega: “De modo completamente impensado estamos estrenando en este contexto muy adverso donde se cuestionan derechos adquiridos. Entonces, de alguna manera, cada escena, cada fotograma de la película, cobra una relevancia que nosotras pensamos que ya en el momento del estreno no la iba a tener”.

Osorio cree que en este panorama el documental es de suma importancia “porque el gobierno está cuestionando el feminismo y lo está convirtiendo en un enemigo público. El documental marca esto de que ‘el feminismo está vivo, las feministas estamos vivas’ y estamos dando la pelea no solo en las instancias públicas sino en el interior de nuestros hogares. Es muy interesante el contexto en el que esta película aparece para dialogar con un gobierno que nos está convirtiendo en blanco y nos está negando e invisibilizando”.

El pasado martes 27 de febrero, días antes del estreno del documental, el vocero presidencial, Manuel Adorni, anunció que se prohibirá el lenguaje inclusivo y todo lo referente a la perspectiva de género en la administración pública. Frente a esto también agrega que “no se va a poder utilizar la letra ‘e’, el @, la ‘x’ y evitar la innecesaria inclusión del femenino”.

Al ser rodado en el año 2021 el documental tiene lenguaje inclusivo con el objetivo de no excluir a ningún sector. La decisión del Estado no es que prohíbe su obligatoriedad: prohíbe directamente su uso. Esto implica dejar afuera a las disidencias y dar la espalda a una parte de la sociedad. En relación a los dichos de Adorni, Estévez afirma que “el documental de repente pasa a estar prohibido”

Ante esta prohibición Estévez añade: “Los cineastas emergentes pasamos por un montón de procesos legitimados por nuestro instituto de cine y por laboratorios internacionales y que al momento del estreno nuestra película pase a estar prohibido el lenguaje inclusivo sinceramente nos deja en una situación donde nos sentimos censuradas, donde sentimos que se está ejerciendo la violencia hacia todos los trabajadores de la cultura, hacia las mujeres, hacia las comunicadoras sociales que también somos y hacia las feministas que somos”.

Apoyo al Gaumont

El documental estará en el Cine Gaumont a precios populares de 400 pesos al público general y 200 pesos para jubilados, pensionados y estudiantes de todos los niveles educativos.

El lunes 4 del corriente mes se realizó una reunión en el INCAA, por pedido de la Junta Interna de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), con Carlos Luis Pirovano, el nuevo presidente del organismo, quien tiene nula experiencia en el ambiente del arte. En esta reunión Pirovano planteó que habrá una segunda etapa de despidos, desfinanciación del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata y Ventana Sur y el cierre de Cine.Ar, Cine.Ar Play y Cine Gaumont, con la posterior venta de este último.

Ante dicho escenario Estévez dice: “Es muy importante en este momento bancar el cine argentino, y en la semana del 8M bancar estos contenidos hechos con un cupo femenino. Es importante valorar estos espacios, que son nuestro patrimonio cultural y defenderlos”.

Entre todo este contexto de ataques, prohibiciones y cierres que se dan en la esfera social, Me gusta cuando hablas es un respiro y empujón a continuar combatiendo el día a día donde nunca se sabe hacía donde apuntará la motosierra.

El cine tiene cámara de mujer

El cine tiene cámara de mujer

Cada martes, hasta el 16 de abril, se llevará adelante el Ciclo Directoras Argentinas en el Cine Arte Cacodelphia, donde habrá también debates con las realizadoras.

Este martes 5 de marzo comenzó el Ciclo Directoras Argentinas en el Cine Arte Cacodelphia, organizado por el sitio de cine GPS Audiovisual y la Comisión de Género de Directores Argentinos Cinematográficos (Género DAC). Cada semana, el ciclo proyectará una película dirigida por una directora argentina, quien estará presente durante la proyección y será entrevistada posteriormente por Julia Montesoro, directora de GPS Audiovisual. ANCCOM dialogó con ella y con Tamae Garateguy, vocal titular de Género DAC, el día anterior a la proyección inaugural.

Cada martes a las 19,  hasta el 16 de abril inclusive, se proyectará en el Cine Arte Cacodelphia una de siete películas seleccionadas: Puan (2023) de María Alche y Benjamín Naishtat, Partió de mí un barco llevándome (2023) de Cecilia Kang, Baldío (2019) de Inés de Oliveira Cézar, El silencio de los hombres (2023) de Lucía Lubarsky, Blondi (2023) de Dolores Fonzi, El viento que arrasa (2023) de Paula Hernández y Mariquita, mujer revolución (2023) de Sabrina Farji. Cada entrada tiene un precio de 1.600 pesos.

La colaboración entre Montesoro y Género DAC comenzó en la pandemia, época en la que organizaron muestras virtuales, pero hacerlo en sala era “una cuenta pendiente”, según Montesoro. En noviembre del 2023 comenzaron con el proyecto de una muestra presencial que se realice durante el mes de la mujer: “Empezamos a buscar películas, a ver posibilidades porque obviamente no somos dueñas de los derechos, ahí tuvieron que hacer un gran trabajo de hablar con cada una de las productoras o las directoras para ver qué posibilidades había” contó Montesoro.

“Hablamos de mirarnos a nosotras mismas, escucharnos a nosotras mismas, saber nuestros nombres -expresó Garateguy-. Entonces estas son instancias de encuentro que nos permiten ejercer esto, porque las prácticas más patriarcales tienen que ver con que nos aprendemos los nombres de los artistas varones, de los pensadores varones, los intelectuales varones y no de las mujeres”. Garateguy también destacó el hecho de que, al final de cada función, las directoras sean entrevistadas por Montesoro: “Es una experta de cine desde hace mucho tiempo, conoce las carreras de las directoras” y señaló que Montesoro publicó 50 mujeres del cine argentino, un libro con entrevistas a mujeres de diferentes oficios dentro de la industria audiovisual argentina.

Respecto a la selección de películas, Montesoro expresó: “Nos planteamos que estuvieran las generaciones más jóvenes” y señaló que en la muestra habrán dos “casi preestrenos”: El viento que arrasa, la cual se estrena algunos días antes de la proyección, y el documental Partió de mí un barco llevándome, la cual fue estrenada en el Festival de Cine Internacional de Mar del Plata, pero no comercialmente. Otras dos películas del ciclo destacadas por Montesoro fueron Puán y Blondi: “Fueron las dos películas dirigidas por mujeres que más público llevaron a las salas el año pasado”. Montesoro también subrayó que todas las directoras contactadas accedieron y que “algunas incluso tenían otros compromisos y nos pidieron cambiar la fecha que habíamos programado originalmente para poder estar en la función”. También habló sobre sus expectativas para el ciclo: “La sala es muy buena, es de fácil acceso, está todo dado para que convoque”.

Montesoro sostuvo que “la selección que quedó es muy actual, muy ecléctica; hay documentales, ficción, películas de directoras y protagonistas tanto conocidas como emergentes. Nos pareció importante dar un panorama, sobre todo en este momento en el que la cultura, el cine, y el cine realizado por mujeres en particular, atraviesan un momento muy difícil. Por eso la presencialidad en salas también nos parece importante”. Ante la actual incertidumbre del ámbito cultural, Montesoro expresó que para seguir adelante “la forma que encontré, hace un tiempo ya, es seguir trabajando, seguir generando”. “Una de las claves van a ser las asociaciones -expresó Garateguy- esta cosa de las colaboraciones, más en lo que hacemos. Hay que resistir creando espacios, aunque sean pequeños” y destacó que “toma mucha trascendencia lo presencial, el encuentro”.

“Es un momento donde no hay demasiados espacios para el cine argentino en general, los grandes complejos programan otro tipo de cine” señaló Montesoro y concluyó que “abrir esta posibilidad, con películas argentinas y hechas por directoras, por mujeres, es también muy importante, porque cuesta mucho llegar a una sala, pero también cuesta mantenerse y cuesta la difusión. Así que tejiendo redes, sumando voluntades, vamos avanzando”.