“Hay que seguir resistiendo a este Gobierno inhumano”

“Hay que seguir resistiendo a este Gobierno inhumano”

Bajo el nombre de “Jornada Federal de Lucha”, convocada por las Madres de Plaza de Mayo y las dos CTA, se realizó una multitudinaria marcha de reclamo contra las políticas de hambre del Gobierno nacional.

“El Gobierno quiere destruir a nuestras organizaciones sociales. La Policía Federal está frenando los micros que están llegando para esta movilización porque no quieren que el pueblo se manifieste, no quieren que se vea en el mundo que mientras Milei dice que es un líder mundial del conservadurismo, hay un pueblo que dice ‘Queremos una patria liberada, una patria para todos y todas, no una colonia’. Aunque él quiera tapar el sol con las manos, este pueblo no deja de manifestarse, mostrarse y organizarse en unidad”, dijo a ANCCOM Hugo Godoy, el secretario general de la Central de Trabajadores de la Argentina Autónoma (CTA-Autónoma), desde la cabeza de la manifestación que tuvo lugar este 5 de diciembre en la Ciudad de Buenos Aires y que se replicó en otras partes del país. 

“La patria no se vende” decía la bandera que sostenían quienes encabezaban la movilización hacia Plaza de Mayo, que empezó con una concentración en Avenida de Mayo y 9 de Julio a las 11 de la mañana. Con el ruido de bombos y platillos de fondo, que no dejaron de sonar ni por un segundo, Godoy dijo a esta agencia que “Milei duplicó a los hambrientos y multiplicó la pobreza en nuestro país mientras hay 50 multimillonarios, que son los que rodean al presidente y lo sostienen, que están multiplicando por 20 sus riquezas, como los Eurnekian, los Galperin, los Rocca. A esos les decimos que no queremos una patria para que ellos se enriquezcan, queremos una patria para todos, con soberanía y justicia social, y es esto lo que estamos construyendo hoy en las calles de todo el país”. 

“Jornada Federal de Lucha” fue el nombre que se le dio a esta manifestación, que también tuvo como protagonistas a la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), sindicatos de la Confederación General del Trabajo (CGT), organismos de derechos humanos, referentes de pequeñas y medianas empresas y agrupaciones de jubilados, entre otros. 

Al lado de Godoy, en la cabeza de la marcha, también estuvo Hugo Yasky, el secretario general de la CTA, quien en una conversación con esta agencia dijo que “salimos en unidad las dos CTA, los movimientos sociales, una parte importante del cooperativismo y el empresariado PYME a decirle a este Gobierno que no queremos seguir viviendo en una Argentina que pisotea los derechos de los jubilados, donde el consumo de carne cayó como no caía desde hace 28 años. Queremos un país sin hambre, con empleo, con dignidad para los trabajadores”. La movilización crecía cada vez más y más en cantidad de manifestantes que avanzaban a paso lento hacia Plaza de Mayo cuando Yasky agregó que “el Gobierno sabe que esta decisión que tomamos nosotros no tiene retorno. Vamos a estar en la calle hasta que seamos escuchados”. 

En el centro de la columna de manifestantes, a la altura de Avenida de Mayo y Piedras, el sol pegaba de lleno en una bandera gigante de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), que decía “Nuestra idoneidad la demostramos todos los días. Basta de estigmatizar a les trabajadores”. Hacía referencia a la reciente política implementada por el Gobierno nacional consistente en tomar un examen a los empleados estatales para definir si conservarán (o no) sus puestos de trabajo. “Hoy hemos llamado a un paro en todo el país. Esta concentración en la Capital Federal resulta masiva —dijo a ANCCOM Mercedes Cabezas, la secretaria general adjunta de ATE Nacional—. Hace casi un año Milei les declaró la guerra a las y los trabajadores estatales. Ha disuelto organismos y espacios importantísimos para la política pública nacional. Lo que está generando el hambre en nuestro pueblo es la falta de abrazo del Estado para nivelar la desigualdad estructural del sistema. Por eso hoy estamos en las calles y nuevamente estaremos la semana que viene, antes de las fiestas, porque sabemos que es con lucha y con unidad pero fundamentalmente que no es en base a este modelo económico que vamos a resolver los problemas de las y los argentinos”.

Los trabajadores estatales afiliados a ATE movían de un lado a otro banderas y carteles que pedían por una mejora en su sector al tiempo que tocaban los bombos y platillos sin parar. No faltaron las bombas de humo verde y blanco. “Lo mejor que puede hacer el Gobierno es reaccionar. No sabemos si lo va a hacer porque es un Gobierno que no escucha, que no mira, que no ve. Tiene que haber un Gobierno que entienda que si no quiere implementar una política para las mayorías populares se tiene que ir”, completó Cabezas.

A la altura de Avenida de Mayo y Piedras estaba también, con sus 72 años de edad, Raúl Chávez de la agrupación “Generación 70”, que nuclea a jubilados de San Martín, provincia de Buenos Aires. “Estamos acá porque la política de Milei y todos sus secuaces ya nos está acorralando demasiado —dijo a esta agencia—. Venimos a expresarnos, y seguiremos en las calles, más ahora que nos están sacando los remedios”. ¿El Gobierno escuchará los reclamos a partir de esta movilización? “No, en absoluto. La derecha no reacciona —comentó el referente—. Me parece que la manija la tenemos las organizaciones sociales, el pueblo, la calle. Si esto no se consolida, la derecha va a cumplir su propósito implementando el hambre, la miseria y la venta del país”.

Mientras Chávez pronunciaba esas palabras, una mujer a su lado sostenía un cartel que decía “No a la eutanasia silenciosa a lxs jubilados”. También había, muy cerca de esa zona de la calle, un muñeco gigante con la cara de Milei llena de víboras, que sobresalía de la manifestación.

 Cuando el sol llegó a su punto más alto, pasadas las 12 del mediodía, la movilización hizo tope en Plaza de Mayo. Frente a Casa Rosada había una hilera infinita de vallas negras que, para sorpresa de muchos, no estaba acompañada de policías. Desde arriba de un camión que funcionó como escenario hablaron los representantes de la CTA y la CTA-Autónoma, además de referentes de la UTEP y otras agrupaciones sociales.

 

 El que se llevó todas las miradas fue Adolfo Pérez Esquivel, máximo defensor de los derechos humanos y ganador del Premio Nobel de la Paz, que estuvo desde temprano en la movilización, con sus 93 años a cuestas, bajo el sol de mediodía como uno más. Desde arriba del escenario dijo que “tenemos que unirnos en la diversidad. Hay mucha fuerza y lucha en todo el país. Aquí veo a muchos compañeros de La Rioja, Catamarca, Jujuy, Corrientes, Misiones. Toda esa fuerza hay que unirla para superar a este Gobierno vendepatria. La soberanía no se vende. La seguridad alimentaria depende de nuestros campesinos, de la agricultura familiar, y no de las grandes corporaciones con los monocultivos y el glifosato, que acarrea enfermedades a nuestro pueblo. Tenemos que sumar voluntades y no bajar los brazos. Por favor, no dejen de sonreírle a la vida. El día que eso pase es porque los vencieron, y eso nunca”.

Después de Pérez Esquivel también habló “Taty” Almeida, de Madres de Plaza de Mayo. “Acá estamos los organismos de derechos humanos haciendo la marcha de la resistencia. Hoy más que nunca hay que seguir resistiendo a este Gobierno inhumano que pretende borrar la memoria. No lo va a lograr”, dijo Almeida a la muchedumbre. El cierre estuvo a cargo de la CTA-Autónoma, que a través de la voz de Godoy dijo que “la única lucha que se pierde es la que se abandona”.

“Todos estamos en la indigencia, no tendríamos que hacer ningún trámite”

“Todos estamos en la indigencia, no tendríamos que hacer ningún trámite”

Los jubilados volvieron a manifestarse frente al PAMI ante el anuncio del Gobierno de Javier Milei de que quitará el beneficio de los medicamentos gratuitos a quienes cobran más del monto equivalente a un haber mínimo y medio. Otra vez hubo hostilidad policial.

Los jubilados se movilizaron ayer desde la sede del PAMI, en el centro porteño, hasta el Congreso de la Nación, donde fueron reprimidos por la Policía de la Ciudad, en reclamo de la restitución del 100 por ciento de la cobertura en medicamentos.

La movilización estuvo encabezada por el Plenario de Trabajadores Jubilados y la agrupación Jubilados Insurgentes, con el acompañamiento de militantes y dirigentes del Frente de Izquierda.

“Llegamos a un punto en que tenemos que elegir entre comer o comprar los medicamentos. Este gobierno, con su política de indigencia, ajusta cada vez más a los jubilados. Nosotros no somos la casta, Milei dijo que la casta debía pagar el ajuste”, afirmó Alicia Paz, de la Agrupación de Jubilados Clasistas.

Otro miembro de la agrupación, Antonio Massimilla, criticó a la Confederación General del Trabajo (CGT) y a otras organizaciones que no acompañaron la marcha: “La CGT ya tendría que haber manifestado su apoyo y hacer un paro general. No podés tener a un jubilado con 300 mil de mínima, ni hablar si tiene que alquilar. ¿Y para comer, cómo hace?”.

Durante la protesta, la Policía porteña intentó reprimir a los manifestantes, lo que generó empujones e insultos, aunque sin mayores consecuencias. “Estábamos tranquilos, expresándonos en democracia, pero ellos vienen a provocar. Es una vergüenza que repriman a gente mayor”, señaló una jubilada que prefirió permanecer en el anonimato.

“De alguna manera, el protocolo que está vigente vulnera el derecho a la protesta y la posibilidad de la libertad de asociación y de expresión. En ese sentido, es un hecho más que se suma luego de la implementación de ese protocolo, ya hace un año. Es algo que venimos denunciando consecutivamente en nuestros informes”, señaló FedericoSchmeigel, representante de la Comisión Provincial por la Memoria, durante la movilización.

En el último año, los medicamentos más consumidos por las personas mayores en Argentina registraron un incremento promedio del 210,7 por ciento, superando la inflación general del período, que alcanzó el 201,5. Este panorama, agravado por la reducción de la cobertura del PAMI y el endurecimiento de los requisitos para acceder a beneficios, evidencia un retroceso significativo en los derechos de una población vulnerable, que en promedio consume cinco medicamentos mensuales.

“El daño psicológico que le produce a un jubilado pensar que no puede tener su medicamento diario genera un impacto enorme en la salud psíquica y física. Además, los medicamentos no están indicados caprichosamente, todo tiene una prescripción”, indicó Virginia Fernández, de Jubilados Insurgentes.

«El medicamento que tomo para la presión arterial siempre estuvo cubierto al 100 por ciento, pero ahora solo tiene una cobertura del 50. Lo mismo ocurre con otro que uso para el colesterol alto, que también pasó de estar completamente cubierto a tener solo el 50 por ciento de cobertura. Conozco a otros jubilados que toman más medicación y ya no cuentan con ningún medicamento con cobertura total», detalló Silvia Gabay, jubilada y militante del Partido Obrero.

“Yo tomaba diez remedios, ahora solo cuatro, bajé diez kilos porque como una vez al día. Y tengo anemia al no poder comer bien”, expresó Argentina Leyes, otra jubilada presente en la movilización. Además, compartió su dolor por la muerte de su hijo, Javier Gerez, hace 11 años: “A mi hijo lo mató la policía con una bala de goma. Lucho por justicia porque cerraron la causa y nadie fue preso. Un pajarito no lo mató, y yo soy la mamá. Voy a luchar hasta el último día”.

En 2024, el PAMI redujo el vademécum gratuito de casi 3 mil a 2 mil medicamentos, limitando el acceso a cinco mensuales para quienes perciben hasta una jubilación mínima y media. Además, el descuento en medicamentos “de uso eventual” pasó del 80 al 40 por ciento, y se endurecieron los requisitos para el subsidio social, excluyendo a jubilados con ingresos superiores al umbral o que posean ciertos bienes.

“Hay que hacer una declaración jurada para demostrar que uno no es pudiente. Como si ganar 400.000 pesos te da el carnet de pudiente, ¿no? Es decir, todos estamos en la indigencia, no tendríamos que hacer ningún trámite”, se quejó Víctor Ragonese, de Jubilados Insurgentes.

“He presentado cuatro proyectos por el tema del PAMI. Ya con la resolución anterior que habían recortado una parte de los medicamentos, habíamos pedido la interpelación a Esteban Leguízamo (director del organismo) en la Cámara de Diputados, y no fueron ni capaces de responder”, sostuvo Vanina Biasi, diputada del Frente de Izquierda.

Los proyectos proponen aumentar los haberes jubilatorios hasta alcanzar la canasta básica, financiado por impuestos a grandes fortunas y evasores, no por el IVA. También busca promover el trabajo registrado para asegurar fondos para el ANSES. Además, plantea interpelar al director del PAMI y derogar resoluciones que limitan el acceso a medicamentos gratuitos para quienes ganan más de 389.000 pesos.

Gabriel Solano, diputado del Frente de Izquierda de los Trabajadores, subrayó: “Ya no se trata de proyectos nada más, hay que luchar. Porque el Gobierno bloquea los proyectos, y cuando eventualmente se aprueban, los veta. La pelea más importante es fuera del Parlamento”.

Los estudiantes reclaman un paro nacional

Los estudiantes reclaman un paro nacional

Columnas de estudiantes marcharon desde el Obelisco a Plaza de Mayo y a la CGT, para reclamar definiciones a la central obrera. La marcha se realizó siguiendo lo decidido en una asamblea el sábado pasado.

El movimiento estudiantil se movilizó este viernes a Plaza de Mayo y a la CGT desde el Obelisco. Fue una de las definiciones de la Asamblea Interfacultades del sábado pasado, para visualizar y mantener el plan de lucha por salarios dignos de docentes y no decentes, mayor presupuesto universitario, y exigir un paro nacional que acompañe la próxima marcha educativa convocada para el martes 12 de noviembre. Ante el reclamo, no apareció más que la policía y su protocolo antipiquete.

 A las cuatro de la tarde en la Ciudad de Buenos Aires el sol parecía picar contra la piel, pero el Obelisco cubría buena parte de su plaza con sombra. A esa hora comenzó el corte de las columnas estudiantiles que lograron cruzar la avenida 9 de Julio, pero apenas pusieron un pie en Sáenz Peña, aparecieron los exabruptos de coté de la policía de la Ciudad. “¡El achique, el achique!”, gritaba un oficial a los empujones. Al rato, las fuerzas se acomodaron y marcharon junto al movimiento estudiantil hacia la Casa Rosada. Pero su compañía no duró mucho más una vez que el ruidazo estaba fuera de vista de la Casa de Gobierno. Así, los estudiantes ganaban los adoquines de calle Balcarce.

 Después de varias cuadras y bocinazos molestos, el movimiento llegó a la CGT, en la esquina de Independencia y Azopardo, sobre las calles anchas pero nada transitadas de los límites de San Telmo con Puerto Madero. En medio de todo el griterío organizado, Miriam, de 73 años, se acerca exasperada a su columna: “¡Toqué timbre y no contestó nadie!”  

-¿Y vos por qué apoyás el movimiento estudiantil?

-Porque soy estudiante -respondió orgullosa.

Federico estudia en la Universidad Nacional de La Matanza, la misma en la que hace casi un mes el rectorado cerraba la reja de ingreso a los empujones, en conjunto con La Liga Federal, agrupación peronista que conduce el Centro de Estudiantes, para impedir la asamblea. Desde esa experiencia, le parece importante para el movimiento estudiantil haber consolidado la decisión de reclamar a la CGT un paro nacional para la próxima marcha educativa, el 12 de noviembre: “Necesitamos consolidar una unión obrero- estudiantil para pararle la mano al gobierno. Ataca a todos por igual”.

 

Igualmente -irrumpió Germán, estudiante de la Facultad de Sociales de la UBA yo no creo que este sea el movimiento estudiantil. Me encantaría decir lo contrario, pero acá veo más orgas, los independientes somos pocos, y si no hay sector independiente no es genuino. Si bien tiene el mismo valor porque son estudiantes, el participar dentro de agrupaciones te hace pelear por lo partidario, y las disputas se cegan, se disputan cosas de mas arriba, y creo que el independiente puede aportar más esa lucha específica del estudiante. Quiero poder estudiar, no me interesan tanto sus peleas internas. 

 

Mientras el sol se aleja de a poco, la concentración se disolvió, sin respuesta de la CGT. Sin embargo, el tamaño gigantesco de aquella puerta cerrada no intimidó al movimiento en cultivo. Hoy, estudiar parece ser un acto de rebeldía, y con más dudas que certezas, no hay negativa que detenga a los rebeldes en defensa de la universidad de los trabajadores. Y al que no le gusta, se jode, se jode.

 

“No podemos permitir el desguace del Estado”

“No podemos permitir el desguace del Estado”

ATE llamó a un paro nacional por 36 horas. La medida fue acompañada con una movilización al Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado, a cargo de Federico Sturzenegger.

La Asociación de Trabajadores del Estado realizó una movilización al Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado y un paro de 36 horas que se enmarcó en una serie de acciones de protesta en reclamo por la apertura de paritarias para una recomposición salarial y por la reincorporación de trabajadores despedidos en lo que va de la gestión actual.

La concentración fue al mediodía del martes en el Obelisco, en donde se congregaron trabajadores de PAMI, ANSES, ENACOM, de salud y educación, entre otros. De allí, marcharon hacia la sede del Ministerio de Desregulación, ubicado en Av. Roque Sáenz Peña 782. Efectivos de la Policía de la Ciudad formaron un cordón para evitar el corte de Avenida Corrientes y el paso del Metrobús de 9 de Julio, pero no pudieron disuadir a la columna que se formó para marchar sobre Diagonal Norte.

“Estamos movilizando para reclamar por una urgente recomposición salarial para todos los trabajadores del Estado”, planteó Federico Giovanetti, miembro de la junta interna de ATE CONICET en Capital. “Estamos luchando contra el desguace, el desfinanciamiento de los proyectos de investigación y el recorte en los ingresos”, completó.

“El recorte en CONICET genera que muchos proyectos se queden sin financiamiento para comprar equipamiento, para pagar viáticos y para todo lo que hace al funcionamiento de un grupo de investigación. Este vaciamiento deja truncos a un montón de trabajos y hace que compañeros y compañeras terminen yendo a laburar a otros lugares”, añadió.

Pablo Torres, delegado de ENACOM, organismo que hoy cuenta con 1.350 trabajadores, señaló que a comienzos del año eran 2000. “Las delegaciones en las provincias las cerraron todas por decisión del Gobierno nacional, diciendo que ahora se hace todo por trámite virtual, pero eso es una mentira grande. Ahora estamos reclamando por la reincorporación de los despedidos, por la reapertura de las delegaciones y por todo lo que está pasando a nivel nacional. No solamente en las universidades recortan, recortan todos los presupuestos. Por ahí no te cierran, pero te recortan el presupuesto y el organismo se ve con las manos atadas”.

Entre los sectores presentes que reclamaron por la caída de sus salarios se encontraban los trabajadores de hospitales públicos. Los médicos y residentes son de los grupos más castigados ante la falta de paritarias y llevan meses de conflicto con el Ejecutivo nacional. Alejandro Lipcovich, delegado de ATE Garrahan, denunció el recorte en salud: “Estamos en una crisis bárbara. Los salarios se han pulverizado en todas las categorías, profesiones y oficios que componen un hospital, que es el hospital más importante del país en pediatría. Si se mantiene esta política de salario y de recorte presupuestario, está cuestionada la propia existencia del hospital. Eso es algo que no podemos permitir que suceda”.

A las 12:45 los diferentes gremios abandonaron la plaza en dirección al Ministerio. Tras unos encontronazos con la policía, la columna se abrió paso por la avenida. La caravana prosiguió hasta el cruce de las calles Perón y Esmeralda. Frente al monumento a Lisandro de la Torre, un camión se detuvo y cortó el paso de la circulación. Allí se montó un escenario desde donde los delegados y dirigentes de ATE y CTA-Autónoma dieron sus discursos.

Rodolfo Aguiar, secretario general de ATE, cargó contra la política oficial de superávit fiscal a cualquier costo: “El presupuesto 2025 tiene dos líneas directrices. Una es el pago de la deuda externa a cualquier costo, aunque le destrocen la vida a la gente. Y la segunda es el ajuste a las provincias. Quiere decir que Milei les está diciendo a los gobernadores y a los intendentes que van a tener que ajustar el doble de lo que se ajustó a nivel nacional”.

“Desde acá tenemos que empezar a poner en evidencia a los gobernadores y a los intendentes que coquetean con la Casa Rosada para que el ajuste no se descargue sobre las espaldas de los trabajadores”, remarcó.

Por su parte, Claudio Arévalo, secretario de ATE Provincia de Buenos Aires, exigió a presidencia el pago de los fondos a las provincias. “No podemos permitir que vengan por el desguace del Estado; que nos quieran privatizar los organismos que le dan servicio a los que menos tienen. Por eso desde ATE Provincia de Buenos Aires le venimos a decir a Sturzenegger, a Milei y a Caputo que nos devuelvan los fondos de la provincia de Buenos Aires que nos quitaron, que los utilizábamos para la educación, para la salud y para las políticas sociales”. El referente sindical finalizó su intervención anunciando una Marcha Federal contra el hambre organizada por la CTA-Autónoma nacional, que tendrá lugar el próximo 6 de diciembre.

Sí, hay plata

Sí, hay plata

Mientras el presidente Javier Milei ajusta a la clase media y baja, un grupo de organizaciones está desarrollando un proyecto de ley para crear un Fondo Alimentario de Emergencia que sirva para contener la crisis social que vive el país.

“¿De dónde sacamos la plata?”, es el argumento que repiten casi al unísono legisladores, funcionarios y militantes ligados al presidente Javier Milei cada vez que reclaman recuperar el poder adquisitivo algunos de los sectores más golpeados por el ajuste de La Libertad Avanza, como los jubilados y los docentes y estudiantes universitarios.

Esa trampa matemática sirve para echar por tierra cualquier intento de evadir el ajuste impulsado desde la Casa Rosada por un mandatario que proclama sin tapujo alguno su anhelo por ser “el topo que destruye el Estado desde adentro”, y lo está cumpliendo. Tanto la recomposición para los adultos mayores como el incremento razonable al presupuesto universitario se encontraron con el veto presidencial y una frase que repite casi tanto como un mantra: “No hay plata”.

La misma suerte corrieron los comedores comunitarios que hay desperdigados por todo el país y que no sólo no recibieron ayuda de parte del Gobierno, sino que también tuvieron que recurrir a la Justicia para que el Ministerio de Capital Humano de Sandra Pettovello se digne a repartir alimentos que estaban guardados en galpones y a punto de expirar, en un contexto con casi un 53% de pobreza a nivel nacional.

¿Qué pasa si, en realidad, sí hay la plata suficiente para cumplir con la demanda de alimentos que existe actualmente en la Argentina? Esa es la premisa que impulsa a diferentes organizaciones sociales nucleadas en Territorios en Lucha para exigirle al gobierno de Javier Milei que cree un Fondo Alimentario de Emergencia. El pedido no quedó únicamente en palabras, ya que se está elaborando un proyecto de ley que especifica de dónde saldría el dinero para hacerle frente al hambre que hay en el país.

“Venimos planteando la necesidad de tener una propuesta común para debatir con la sociedad esta situación que estamos atravesando fundamentalmente respecto del empobrecimiento y la cantidad de personas en situación de indigencia, algo que nosotros vemos cotidianamente en nuestros comedores”, explica la dirigente de Libres del Sur e impulsora de la iniciativa, Silvia Saravia. El trabajo de Territorios en Lucha va por el mismo andarivel que la campaña que encabeza el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, que se llama “La peor violencia es el hambre”, junto a iglesias católicas y evangélicas. En el mismo reclamo también se encuentra la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), cuyo principal referente es el dirigente social y exprecandidato a presidente de Unión por la Patria, Juan Grabois.

“Creemos que además de protestar y denunciar lo que está saliendo del Gobierno, hay que llevar propuestas al Poder Legislativo. Así que por eso es que desde distintos sectores fuimos construyendo este proyecto de ley que todavía no está terminado, es una propuesta que puede seguir teniendo algunos aportes y esperamos lanzar una gran campaña para plantear que sí hay plata en Argentina”, sostiene la dirigente. “Si existiera la decisión política podrían desplegarse políticas públicas para al menos paliar la situación de hambre en Argentina o de malnutrición y la dificultad de acceso a los alimentos saludables”, agrega Saravia. Por eso, comenzará una ronda de reuniones con todas las bancadas para que la iniciativa reciba eventuales aportes y el impulso de alguno de los bloques para llevarla finalmente a las comisiones y al recinto.

¿De dónde la sacamos?

El borrador del proyecto de ley estipula la creación del Fondo Alimentario de Emergencia (FAE), dependiente del Ministerio de Capital Humano, para desarrollar políticas relacionadas al derecho a la alimentación y la desnutrición. A diferencia de la reforma jubilatoria y la Ley de Financiamiento Universitario, esta iniciativa contempla de dónde obtener el dinero para cubrir con los costos que se necesitan para cubrir un fondo de tal magnitud.

En líneas generales, comprende la instauración de un impuesto a las ganancias para jueces y funcionarios judiciales, intereses de depósitos en entidad financieras y las sociedades argentinas que cotizan en la Bolsa de Estados Unidos, conocidas como ADR; el cobro de bienes personales a los inmuebles rurales y depósitos en entidades financieras; la quita de la exención impositiva a la actividad minera y la economía del conocimiento y el Impuesto al Valor Agregado (IVA) a los directores de sociedades.

Además, contempla la tributación presunta basada en el volumen de negocios de las 500 empresas más grandes del país, la alícuota del Impuesto de Bienes Personales para las 50 primeras fortunas, el tributo con alícuota de 15% a los salarios de legisladores nacionales y funcionarios del Poder Ejecutivo y el recupero de impuestos por mayor demanda de alimentos en el mercado interno, entre otros.

“El cálculo que nosotros hicimos fue de un fondo que necesitaría casi 18 mil millones de dólares. Y todas las fuentes de financiamiento que proponemos llegan a contabilizar casi 40 mil millones de dólares. O sea, se duplica la cantidad de fondos para llevar a cabo esta propuesta”, explica Saravia.

“Hemos visto que desde varios sectores se ha comenzado a cuestionar que no se avance sobre lo que sucede con los bienes personales, o con algunos incentivos a lo que es la economía del conocimiento y excepciones de IVA totalmente injustificadas porque se les hace a empresas que tienen muchísimas ganancias. Entendemos que también hay otros sectores que cuestionan el hecho de que se refuerce un sistema impositivo regresivo como el que tenemos hace muchos años, en lugar de que paguen más impuestos los sectores que no solamente tienen más ganancias, sino que tienen la mayor cantidad de dinero en propiedades”, detalla.

“Hay algunas cuestiones que realmente no tienen lógica en un contexto donde el Presidente dice que no hay plata para determinadas cuestiones. Entonces, nosotros decimos que sí, hay plata: hay sectores que hoy tienen grandes fortunas y grandes ganancias y reciben exención de impuestos, o subsidios que no deberían tener”, remarca. Esta iniciativa choca con el discurso de la Casa Rosada, que insiste en que el Gobierno nacional se está ocupando de las clases más bajas y critica a las gestiones que pasaron anteriormente por el palacio presidencial.

“Ellos creen que el tema está resuelto porque han aumentado los montos de la Tarjeta Alimentar y de la Asignación Universal, que son transferencias que evidentemente han aumentado mucho. Lo que pasa es que ellos no contemplan que aún con eso, hoy tenemos el doble de indigentes en Argentina”, analiza Saravia. “Evidentemente, la situación es muy dramática y muy crítica. Estas herramientas son todas propuestas que hemos hecho desde las organizaciones, pero no como la solución, sino como paliativos ante situaciones críticas, porque nosotros estamos muy lejos de pensar que la solución es un plan social o un comedor comunitario”, sostiene.

De raíz

“La solución es otro modelo productivo, o un sistema impositivo progresivo y no regresivo. O sea, hay otras cuestiones que para nosotros son de fondo que deberían modificarse. Creo que tienen una miopía respecto de no ir más allá. Ven cerquita, ven su entorno, pero no terminan de ver las consecuencias gravísimas a las que están llevando a la población”, insiste la referente de Barrios de Pie. Al hablar del modelo productivo, un dato que no puede pasarse por alto es que la Argentina es un país que produce alimentos para 400 millones de personas aproximadamente, pero más de la mitad de su población está bajo la línea de la pobreza. Para Saravia, la explicación es que el país tiene “un modelo productivo extractivista”.

“No importa si se produce y el costo de esa producción envenena el agua o envenena la gente que vive cerca de esos lugares donde se siembra, sino que lo único que importa es cuánto se vende el extranjero y cuántas divisas ingresan. Ese modelo lamentablemente hace rato que no se modifica. No es algo nuevo, es histórico, que solo en breves periodos tuvo algún cambio, pero que hoy se está profundizando”, argumenta.

En un contexto en el que 2 de cada 10 personas están bajo la línea de la indigencia, Saravia considera que ese es el primer problema para atacar: “Eso debería ser posible en un tiempo corto con las características que nosotros tenemos en nuestro país respecto de los recursos naturales y las posibilidades de producir alimentos, Estoy convencida que es algo que puede resolverse rápidamente si hay voluntad política”, analiza. A su criterio, “la pobreza tiene que ver ya con algunas otras cuestiones, cómo generar un modelo productivo diferente, pero eso más en general, con desarrollo soberano. No estar pensándonos como un eslabón primario cumpliendo el rol de producción primaria, sino como un eslabón en las economías regionales y mundiales de producción con tecnología y agregado de valor propio. En esas condiciones, yo creo que ahí podríamos hablar de pobreza cero”, agrega. Saravia concluye: “Uno piensa en la urgencia, seguramente, que es lo que ha pasado durante todo este tiempo y ese es un problema. Desde el primer momento hay que pensar en el mediano plazo, sabiendo que iniciaste el camino para revertir esa situación”.