Las primeras sufragistas

Las primeras sufragistas

Un día como hoy, pero de 1951, se llevaron a cabo las primeras elecciones con sufragio femenino en Argentina. A través de sus tres historias, Martha (92), Norma (90) y Noemí (90) recuerdan el día en que la mujer tuvo voz y voto por primera vez.

Noemí Rina Casas era estudiante cuando se llevaron a cabo los comicios del 51.

En un piso alto y luminoso, en la localidad bonaerense de Beccar, una mujer sostiene su tablet. Se trata de Martha Justa Torres, quien a sus noventa y dos años utiliza el dispositivo para mantenerse informada sobre el trabajo de sus hijos y leer el diario. Le gusta estar al día con la política, un interés que tiene desde su adolescencia. Ella, radical, y su hermano Fernando, peronista, ya compartían charlas de política en 1947, cuando la Ley 13010 estableció el sufragio universal en Argentina.

Oriunda de San Isidro, Martha es una de las 3.5 millones de mujeres que entraron al cuarto oscuro en aquel histórico 11 de noviembre de 1951, cuando el voto femenino finalmente llegó a la urnas. “Fue emocionante que por primera vez se acordaran de las mujeres”, expresa. “Por supuesto que cuando sucedió muchos no estuvieron de acuerdo. En aquel entonces ellos eran súper-hombres, y con el voto femenino eso se fue nivelando”.

Martha, quien había perdido a su madre a los 12 años, finalizó sus estudios al terminar la primaria. «Me mandaron a aprender costura, que no me gustaba», menciona sobre sus años adolescentes. Aunque la sociedad la educara para ser una niña ‘bien’, en privado tenía una afición que en ese entonces era vista como masculina: el amor por los autos. Años más tarde, ella fue una de las primeras mujeres de su familia en votar, un compromiso que asumió en esa ocasión y para toda la vida. “Hasta la última votación, me presenté”, asegura. A sus 92 años recibe asistencia permanente y se siente limitada físicamente, pero su mente sigue fresca. De cara a las elecciones de 2023, pondera la posibilidad de quedarse en su casa. “Como me cuesta movilizarme, pensaba no votar, pero me parece que voy a ir”, concluye.

Martha es una de las 3.5 millones de mujeres que entraron al cuarto oscuro en aquel histórico 11 de noviembre.

«Decían que no íbamos a saber votar, que nos íbamos a asustar en el cuarto oscuro. Yo me vestí como para ir a misa», recuerda Noemí.

Un rato más tarde, del otro lado del teléfono, Norma, que vive en San Isidro, hace memoria y vuelve al pasado. Ella y Martha no se conocen, pero están unidas por una experiencia común. Nacida en la navidad de 1931, Norma Elena Montero fue otra de las mujeres presentes en la primera votación mixta del país, un suceso que recuerda llena de alegría. “Cuando se promulgó la ley yo era una chiquilina, pero ya estaba metida en la política gracias a mi papá. Fui a votar con mucha ilusión, y lo hice en la escuela donde había estudiado toda la vida”, cuenta con entusiasmo. Aquel noviembre marcó dos momentos bisagra en su vida: el 11, las elecciones, y el 30, el día en que se recibió como maestra.

Evoca aquellos tiempos como una época de grandes cambios, de los cuales sigue conversando con sus ex compañeras de curso setenta años más tarde. Para hacer más memorable el recuerdo, cuenta que su hermana fue presidenta de mesa en ese entonces, lo que significó que no solo pudo votar sino que tuvo su libreta firmada por una mujer.

 Pensando en su versión de aquel entonces, Norma sostiene que “hoy una mujer de 19 años está más formada e informada de lo que estábamos nosotras”. A pesar de que lamenta la grieta que se ha fortalecido en la política nacional, asegura que nunca faltó a elecciones. “Hasta el último día de mi vida, y aunque sea en silla de ruedas, voy a ir a votar. Me llevé muchas desilusiones, pero uno siempre vota con la esperanza de que el país sea mejor”, piensa.

Noemí Rina Casas, quien cumplió 90 años el septiembre pasado y que vive en Adrogué, también era estudiante cuando se llevaron a cabo los comicios del 51. “En ese entonces yo era estudiante de Odontología. Aunque no fueran mis ideas, en ese gobierno la Escuela de Odontología se convirtió en Facultad y pude ser doctora”, explica. Hasta 1946, la carrera había constituido una especialización dentro de Medicina. Subraya que el clima universitario era un claro reflejo de las desigualdades de la época: “En Odontología seríamos 10 mujeres y 50 hombres. Mi abuela no me lo perdonó nunca, el ser universitaria”.

Después de aquel 11 de noviembre, algo mutó. “Fue una revolución interna, la Facultad cambió. Quizás nos miraron de otra manera, como seres humanos. Fue un paso adelante. Yo voté en la escuela donde había cursado mis estudios primarios y donde más tarde fui odontóloga, hay mucha historia. Ser parte de eso por primera vez me emocionó mucho. Como decía mi abuela, me vestí como para ir a misa”, dice con la voz quebrada y llena de emoción.

Según ella, el sufragio universal desataba una fuerte puja de poder también por fuera de las urnas. “La mujer no tenía lugar para decir su opinión, para nada. El hombre era el hombre, y todavía tiene su machismo. En ese sentido, el voto fue un adelanto muy grande. Decían que no sabíamos votar, que íbamos a asustarnos en el cuarto oscuro. Yo creo que a ellos no les gustó mucho, pero bueno, no todo en la vida a uno le gusta”, comenta con humor.

Noemí, quien a sus noventa años estudia italiano, hace un curso literario y va a gimnasia, sostiene que nunca hay que retirarse, ni de la democracia ni de la vida. “Yo voté siempre, aunque ya estoy eximida lo hice igual. Habré votado bien, mal, no lo sé. Pero lo hace uno siempre con el corazón”.

Nueve décadas más tarde, Noemí reivindica a Alicia Moreau de Justo redactando un proyecto de ley para lograr el sufragio femenino en el 32, y festeja aquel día del 47 en el que escuchó por la radio que la ley se había sancionado. Con tanta vida vivida, mira el progreso social con ojos de esperanza y cree que todavía queda mucho camino por recorrer, pero que el escenario es optimista. “Cuesta, a las mujeres nos cuesta todo. Pero no por eso hay que rechazarse. Adelante”.

La película de Evo

La película de Evo

En el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata se estrenó «Seremos millones», un documental que narra el periplo de Evo Morales hasta convertirse en el gran líder boliviano.

El documental Seremos millones fue presentado en el Teatro Colón el pasado sábado en el marco de la 37° edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. A sala llena, la película dirigida por Diego Briata y Santiago Vivacqua, producida por el Grupo Octubre y Opera Mundi y musicalizada por León Gieco, Gustavo Santaolalla y Miss Bolivia, fue vista por primera vez y contó con la presencia del expresidente de Bolivia, Evo Morales.

La jornada comenzó con Gieco cantando algunas de sus canciones y el público coreando, mientras el eco de la llegada del dirigente político aumentaba las expectativas de quienes asistieron.

“Esta película refleja la lucha heroica de un pueblo y la conducción de un dirigente excepcional, del querido compañero Evo Morales”, indicó el Ministro de Cultura, Tristán Bauer, en la presentación de la película que recorre su vida con material de archivo inédito y las imágenes de aquello que, inicialmente, fue la cobertura de la caravana que acompañó a Evo en su regreso a Bolivia a un año del Golpe de Estado. “Hace 17 años llegamos. Estabas vos, Emir Kusturica, el gran Diego Armando Maradona, llegamos en el tren del Alba y acá se le dijo ‘Alca, al carajo’”, recordó el ministro.

“En 2020, después del año de exilio de Evo y el Golpe de Estado, con la certeza de que volvía porque el MAS había ganado las elecciones, se imaginó una caravana que iba a ir de Villazón hasta Chimoré y ante este escenario nosotros dijimos ‘hay que registrar esto porque es un hecho histórico, político y social’. No teníamos muy en claro qué íbamos a hacer con ese material, pero si teníamos en claro la importancia de esa caravana había que tenerla registrada”, comentó a ANCCOM Diego Briata, uno de los directores de la película.

“El material inicial que grabamos en la caravana nos dimos cuenta que era el final de la película. Para que eso tenga realmente sentido, empezamos a remontarnos para atrás y terminamos contando una película que abarca 500 años de historia y, con bastante detalle, los últimos 30 años del proceso político de Bolivia que se integra al proceso político de la región de los primeros años del siglo XXI. Evo a través de su liderazgo y el pueblo boliviano a través de su lucha, lograron refundar el país y plantearse un universo de posibilidades que les estaba vedado”, agregó el otro director, Santiago Vivacqua.

Al finalizar los créditos, Morales se hizo presente en el escenario y, conmovido, comentó su sorpresa, agradeciendo por el resumen de este documental y compartió algunas reflexiones: “Aprendimos a no dividirnos y no rendirnos. En mi experiencia de lucha sindical, lucha cultural y lucha electoral, es importante la unidad”, afirmó.

Esa misma unidad a la que hace referencia Evo es una de las vértebras que retoma el documental a través del mito del Inkarrí. “El cuento por detrás de los hechos es la idea de aquel personaje desmembrado, con sus partes enterradas por el territorio que, cuando sus partes se unan, va a poder derrotar al adversario. Es esa la unidad en la que Evo centra su energía”, comentó Vivacqua.

Horas antes del encuentro, Evo Morales estuvo en Buenos Aires en la Primera Asamblea Plurinacional hacia una América Plurinacional de la Runasur, un espacio que impulsó luego del Golpe de Estado, al respecto mencionó: “Inauguramos el evento internacional y proclamamos ‘América Plurinacional de los pueblos para los pueblos’. La plurinacionalidad es la unidad de la diversidad para enfrentar la adversidad. La diversidad es la riqueza de nuestra identidad y nuestra dignidad. Bajo la política de descolonización tenemos la obligación de recuperar otra forma de vivencia en armonía con la madre tierra. Les quiero decir a las nuevas generaciones que si alguien quiere hacer política, haga política por la patria y no por la plata. La política es la ciencia del servicio, esfuerzo y sacrificio por la gente humilde. Si esa es la política, hay que hacer política”, comentó Evo y finalizó: “¡Que viva Bolivia! ¡Que viva Argentina! ¡Que viva la Patria Grande!”.

La jornada del sábado finalizó con las comparsas de residentes bolivianos que contagiaron el espíritu festivo, pero la película continúa su recorrido participando en el próximo Festival de Cine de La Habana y esperando llegar a las salas el próximo año.

“Nos encantaría que la película llegue a lugares de proyección como escuelas, unidades básicas, centros culturales. Pensar esas proyecciones para generar debates y disputar el sentido, generar que los pibes y las pibas conozcan la historia del pueblo boliviano porque se puede transpolar a cualquier pueblo de latinoamérica. Hay que salir a disputar a través del cine los lugares simbólicos que generan sentido”, concluyó Briata.

Diez años sin Favio

Diez años sin Favio

El cineasta, actor y cantante popular, Leonardo Favio fue recordado y homenajeado en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata con una retrospectiva y una conferencia que analizó su obra.     

“Pasión. Poesía. Memoria”, fueron las palabras que recorrieron la conmemoración a Leonardo Favio. A diez años de su partida, la ciudad de Mar del Plata estuvo repleta de homenajes al ‘trabajador de la cultura’ -como prefería ser nombrado-, en el marco de la 37ª edición del Festival de Cine Internacional donde se proyectaron Juan Moreira, El Dependiente y Nazareno Cruz y el lobo, además de realizarse un panel con ensayistas y críticos para reconstruir su imagen. En el transcurso del festival, el ilustrador Gustavo Sala realizará un mural en homenaje al reconocido director en el foyer del Teatro Auditorium.

“Una tarde como todas las que iba al cine El Dependiente, de Recoleta (nota de la r: se llamaba como una película de Favio), abrí la cabina y saludé al proyectorista, cuando me encontré a Leonardo Favio, que rompió el hielo y me dijo: ‘Pibe, ¿por qué no va a probar como suena la sala?’”, recordó el director y autor, José Ludovico. “Era el hombre más sencillo del mundo. Tenía en su casa sillones de roble para los invitados, pero él se sentaba en un sillón de caña. No había premios exhibidos, las únicas fotos que tenía eran con Maradona y su madre”, agrega.

Fuad Jorge Jury Olivera nació el 7 de junio de 1938 en Mendoza, donde transitó sus primeros años. Leonardo por Da Vinci, le sugirió su madre al pensar su nombre artístico, de quién él robaría su apellido de fantasía, “Favio”. Su figura al día de hoy es irrepetible tanto en la actuación, la música y el cine. “Fue un autodidacta- mencionó el periodista y editor Pablo Scholz-. Aprendió a tocar la guitarra cuando tenía ocho años, con un zapatero chileno que le enseñaba las canciones de Atahualpa Yupanqui a cambio de trabajo”. Sus orígenes atravesados de privaciones, marcaron la retrospectiva de su obra y dejaron una huella para la posteridad.

“El desajuste de Favio es su potencia política. Más allá de las temáticas o sus películas más históricas, tiene que ver con poner en crisis todas las categorías con las cuales nosotros queremos pensar el cine y pensar nuestras categorías sociales”, comentó la académica, Yamila Volnovich. Favio, su mirada personal, llegaba al corazón y rompía el lenguaje del arte convirtiéndolo en oro para el público. Es ese compromiso con el público que lo llevó también a pensar su rol como realizador: “Quien nace cineasta viene con una urgencia: testimoniar el llanto, testimoniar la historia, cantarle a la poesía, ser memoria”, agrega Volnovich.

“En Latinoamérica fue más conocido como músico que como cineasta. Sus películas no pasaron la frontera argentina porque a él no le gustaban los festivales”, comentó Scholz. Sin embargo, revisó su obra fílmica: “Se puede dividir en tres: su trilogía en blanco y negro con Crónica de un niño solo, Este es el romance del Aniceto y Francisca y El dependiente. Juan Moreira inaugaría su trilogía de cine color, con Nazareno Cruz y el lobo y Soñar, soñar. Sus últimas tres fueron, al regresar del exilio, Gatica, Perón, sinfonía del sentimiento y Aniceto”.

“Retomar su última película, Aniceto, sintetiza algunos de los tópicos que se despliegan en toda su obra: la infancia, la vida rural, la feria, el circo y la historia política, en especial la historia del peronismo”, mencionó Volnovich, quien se detiene en la reflexión respecto a la dirección de Favio a los animales: “En Aniceto, la verdadera danza es la de los gallos. Una muestra periférica del erotismo, la violencia y las tensiones”.

Cientos de personas de todas las edades asistieron este sábado a sus obras, que continuarán proyectándose durante la semana del festival. A diez años de su partida, su figura continúa inabarcable.

El rol de las mujeres y las disidencias también se discute en el Festival de Cine de Mar del Plata

El rol de las mujeres y las disidencias también se discute en el Festival de Cine de Mar del Plata

Una de las actividades complementarias a la competencia de películas es el Foro de Género que analiza la situación en la industria cinematográfica.

En el marco de la edición 37º del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, realizadoras y académicas problematizaron y reflexionaron sobre las desigualdades de género en los diferentes ámbitos relacionados con el cine en el 5° Foro de Cine y Perspectiva de Género en el Club Español de esa ciudad.

“La batalla es cultural en torno a los temas y la aceptación de los temas, pero también en torno a las estéticas”, indicó la historiadora académica, Alejandra Portela, y agregó: “Hay un proceso de desaprender los temas que hay que hacer, pero también desaprender las imágenes que llevan esos temas, los modos de plantar la cámara, de jugar y de enunciar. Hay que transversalizar para crear nuevos espacios en un mundo de por sí estructurado que se resiste a deconstruir y, cuando logra deconstruir, hay que sostener esa deconstrucción”.

La docente, activista y referente trans, Sofía Victoria Diez, reflexionó sobre las dificultades de su comunidad: “El primer obstáculo que nosotras encontramos es que morimos a los 35 años. Si morimos jóvenes, ¿a qué tiempo somos niñas? ¿A qué tiempos somos ancianas? Si morimos jóvenes y somos expulsadas muy temprano de nuestro hogar, ¿cómo podemos pensar que vamos a tener educación? ¿Cómo podemos pensar que una travesti entre a una escuela de cine? ¿Cómo podemos pensar que una travesti sea productora de cine?”.

“Quiero una sociedad mejor donde las mujeres y las diversidades podamos ser realmente libres. Y quiero que todas las travitas que vienen, todas las mariquitas que vienen, todas las que están viniendo y las que están siendo, puedan tener una idea de representación en las pantallas que sea positiva, que puedan decir ‘el día de mañana puedo ser presidenta’ o ‘el día de mañana puedo ser directora de cine’”, concluyó Sofía.

Según el último informe realizado por el INCAA, “la industria audiovisual argentina desde una perspectiva de género 2021”, el grado de inserción de la mujer en los ámbitos educativos y profesionales vinculados al audiovisual muestra una mayor participación de la mujer en la formación y menor inserción en lo laboral y profesional. Mientras que en la formación de posgrado en Artes Audiovisuales tanto el porcentaje de estudiantes como de egresados cuentan con una participación de mujeres superior -tres cuartas partes de estudiantes y casi dos tercios de egresados-, en la industria audiovisual de Argentina la mujer representa menos de la mitad de la fuerza laboral

El grado de inserción de la mujer en los ámbitos educativos y profesionales vinculados al audiovisual muestra una mayor participación de la mujer en la formación y menor inserción en lo laboral.

Paola Rizzi fue una de las primeras directoras de fotografía del país, quien no sólo reflexionó acerca de las cifras de mujeres en el ámbito audiovisual, sino también las dificultades que se presentan en el transcurso del ciclo profesional, al respecto mencionó: “No solo te discriminan por ser mujer, sino también por la edad. Muchas mujeres primero son madres y paran un poco para cuidar a sus hijos. Después hay que cuidar a los padres y, cuando terminás, ya sos grande. Reinsertarse después de haber pasado por un gran parate y siendo mujer es mucho más difícil. Somos las cuidadoras eternas”.

“Si uno ama el cine, no tiene que dejar de insistir. Si una se encuentra con un techo de cristal, hay que reinventarse, pero nunca ir para atrás, siempre mirar para adelante”, completó Rizzi.

La relación entre el cine y los activismos fueron debatidos debido a las dificultades que se presentan en pensar nuevas historias. Al respecto, la realizadora Clarisa Navas mencionó: “No hay que negar que estamos completamente colonializades y pensar una posible descolonialidad en esas narrativas y en esas formas de ver el mundo, supone un trabajo muy grande que tiene que ver con poder sacudirse de esas matrices perceptivas que nos han llevado a tener una lógica de mundo, ritmo y formatos que cuando mínimamente se corren, dejan de ser vistos. No hay algo más de colonial que no poder nombrar el misterio que supone un otre y, muchas veces, las definiciones nos llevan a cerrar eso”.

Pensar las políticas públicas culturales también estuvo en la agenda, ya que resultan fundamentales para no omitir las desigualdades que subyacen. Al respecto, Sofía mencionó: “Lo que falta aún es un abismo, pero hay que comprometerse todos los días, cotidiano, es en la micropolítica que también se da la batalla cultural”.

 El primer día finalizó con un pañuelazo por la implementación del aborto seguro, legal y gratuito, en Argentina y todo el mundo. El foro continúa este sábado 5 a las 10, también en el Club Español de Mar del Plata, para seguir repensando el rol de las mujeres y disidencias en el cine.

Las olas, el viento y el cine

Las olas, el viento y el cine

Comenzó el 37º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Tras dos años de pandemia, retorna la presencialidad plena, con un homenaje a Leonardo Favio a diez años de su muerte y un reconocimiento a las trayectorias de Ricardo Darín y Cecilia Roth. Habrá proyecciones al aire libre y en la cárcel de Batan.

Comenzó la 37ª edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata con su vuelta total a la presencialidad. El evento, que permitirá el encuentro entre cineastas, elencos y público se desarrollará hasta el 13 de noviembre, ofreciendo una programación integrada por 180 películas provenientes de 28 países.

“El festival es muy relevante para los artistas y cineastas, para quienes forman parte de la industria cinematográfica argentina y mundial, pero sobre todo para el público, lo que se busca siempre es tender un puente entre quienes hacen las películas y quienes ven”, contó a ANCCOM el director  artístico, Pablo Conde.

“Está lleno de propuestas, es eterno enlistarlas y eso nos llena de alegría porque va a haber mucho para todo el mundo y eso es lo que buscamos: una muestra heterogénea que le hable a distintos públicos y que sea atractivo para todos ellos”, agregó.

Hoy por la tarde con entradas agotadas, el Cine Ambassador proyectó Imperio de luz, la película del director inglés Sam Mendes, una historia que intenta retratar la relación entre el público y la magia del cine. A través de un grupo de empleados del Cine Empire, Mendes los sigue y recorre los comienzos de la década de 1980, en la costa sur de Inglaterra.

Mientras tanto, en el Teatro Auditorio se desarrolló la ceremonia de apertura, seguida de la exhibición de la icónica película Sin Aliento (1960), la ópera prima del realizador francés fallecido Jean-Luc Godard y un homenaje a su huella indeleble. El acto inaugural contó con la presencia del ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer; la directora ejecutiva de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES), María Fernanda Raverta; la presidenta del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires, Florencia Saintout; y la subsecretaria de Políticas Culturales de la Provincia de Buenos Aires, Victoria Onetto; entre otros funcionarios.

“Este festival pone en funcionamiento toda la industria cultural que genera muchísimo trabajo. Estamos felices porque tenemos presencialidad plena, vamos a vivir diez días a pleno cine que es el arte que nos queda para siempre, nos invita pensar, imaginar, debatir y soñar el mundo donde queremos vivir”, comentó Onetto.

La 37ª edición será dedicada a la obra y figura de Leonardo Favio a diez años de su partida, que se cumplirá este sábado 5 de noviembre. Ese día se contará con un evento especial en el Auditorium, donde se proyectará la película Juan Moreira (1973), mientras que en el Teatro Colón se podrán ver, con entrada gratuita y en 35 mm, El dependiente (1969) y Nazareno Cruz y el lobo (1975). “Mi adorado Favio- señaló la actriz, Graciela Borges en el acto de apertura del festival- veía sus imágenes de un cine tan cautivador y tan puro con esa cámara que indultaba a cualquier personaje siniestro u oscuro que él siempre veía con amor.”

También estuvieron presentes las actrices Alejandra Darín, Cecilia Roth y Alejandra Flechner, quien mencionó: “Necesitamos mucho de nuestro cine. Todo este talento del que se sienten orgullosos, necesita de acompañamiento. Este festival es nuestra historia con el cine: venir, estar y participar. En momentos tan complejos para el cine, para nuestra cultura, poder estar acá mostrando lo que somos, lo que fuimos y lo que queremos ser me parece fundamental”.

Además, se reconocerán las trayectorias de Cecilia Roth, de Ricardo Darín, del Cine Club Núcleo y de la directora del Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken, de la ciudad de Buenos Aires, Paula Félix Didier. Además, contará con la visita de figuras reconocidas que formarán parte de las Charlas con Maestras y Maestros,  como el director norteamericano John McTiernan, la cineasta francesa Patricia Mazuy, el actual jefe de redacción de la revista Cahiers du cinema,  Marcos Uzal y la productora y realizadora argentina Lita Stantic.

El festival contará con siete secciones competitivas, encabezada por el tramo internacional, con doce filmes. Entre ellos, se encuentra la película La Uruguaya. “Espero  que sea bien recibida y con amor la película que tanto nos costó”, indicó en diálogo con ANCCOM Ana García Blaya, su directora. La adaptación de la exitosa novela de Pedro Mairal será estrenada en el evento y participará de la Competencia Internacional. La realizadora comentó: “Los espacios de festival son un oasis en todo lo que es el camino cuesta arriba del cine independiente. Se trata de un reconocimiento a todo ese esfuerzo y es un lugar de encuentro. Las películas que ves y te gustan, te inspiran y te hacen querer salir a escribir porque te llena de esperanzas. Enriquece a realizadores, espectadores, productores y cualquier persona que lo aproveche”.

“Estos espacios son fundamentales para los proyectos independientes, ya que son una posibilidad de exhibición nacional e internacional”, mencionó, en el mismo sentido, Lucía Van Gelderen, la directora de Reparo, un relato pequeño y sensible que participará de la sección Panorama Argentino. La historia recorre los caminos a desandar para volver a encontrarse, la realizadora indicó: “Es un proyecto de hace muchos años y este es el comienzo: poder mostrarlo y compartirlo en un marco del festival de cine donde la gente viene con mucho interés y se genera debate”.

Además de las proyecciones, el festival tendrá  distintas actividades especiales. Se realizará el Foro de Cine y Perspectiva de Género por quinto año consecutivo, dos jornadas consecutivas donde expositoras y diversas representantes de la industria disertarán sobre el rol de la mujer y disidencias en el ámbito audiovisual. También se realizará el lanzamiento de los dos libros editados por el Festival y se harán funciones al aire libre de Argentina, 1985, de Santiago Mitre; 30 noches con mi ex, de Adrián Suar; El suplente, de Diego Lerman; Las rojas, de Matías Lucchesi; y El sistema K.E.OP/S, de Nicolás Goldbart.

Las entradas se pueden adquirir a 200 pesos desde la web del Festival, ingresando en “Programación” o en las salas. Por cada operación que se realice a través de miboleteria.com.ar o Plateanet, el usuario deberá abonar el costo del service charge (cargo administrativo) indicado en cada sitio web. Mientras que estudiantes y jubilados pueden abonar 100 pesos, presentando carnet únicamente en la boletería. Las funciones en el Teatro Colón cuentan con entrada gratuita a retirarse desde una hora antes de cada función, máximo dos por persona. A su vez, las pantallas al aire libre de Villa Victoria y de Villa Mitre también son con entrada libre y gratuita.

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