¿Feliz Día del Periodista?

¿Feliz Día del Periodista?

El periodismo quedó envuelto en una tormenta perfecta: salarios por debajo de la línea de pobreza, pluriempleo, multitasking, cansancio y una industria que llega tarde a los cambios en el consumo de noticias. Un nuevo modelo de negocios que no termina de nacer y las continuas transformaciones tecnológicas.

Redacciones repletas, cierres acalorados, discusiones interminables sobre el título de una nota, charlas de café con las fuentes, salarios por encima de la pobreza: detalles de una foto vieja para el periodismo escrito. Hoy la noticia es digital y su norte es el click, los puestos se reducen y las tareas se multiplican. Las empresas y grupos de medios socializan sus derrotas pero apartan de sus conquistas a los trabajadores que necesitan más de un empleo para sobrevivir. Parece un contexto de frustraciones e incertidumbre que algunos asumen como realidad inamovible y muchos otros confrontan desde la organización y la empatía. Mientras tanto, ¿qué motiva a los periodistas a seguir escribiendo? ¿Quedan espacios para producir textos e ideas de calidad? ¿Se puede vivir de informar?

 

Apretados

La Encuesta Integral SiPreBa 2024 publicada hoy expone que, en el AMBA, el 76% de los trabajadores de
prensa cobra sueldos por debajo de la línea de pobreza. En prensa escrita casi nadie escapa de esta
realidad: el 92% de los encuestados no alcanza la canasta básica con su principal empleo (en 2023 era
el 63%) e incluso el 85% tampoco lo consigue contando todos sus trabajos.

«Le está pasando a toda la clase trabajadora: seas médico, maestra o redactor, con un solo trabajo no te alcanza», resume Inés Hayes, periodista, docente y delegada en Página/12 por el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBa). Como la mayoría de sus colegas, escribe para más de un medio y su jornada laboral ronda las diez horas: «Antes, un redactor de un diario sí podía vivir de su salario sin necesidad de tener cinco trabajos extra. Hoy en día los que nos dedicamos a la redacción no tenemos un solo trabajo y eso va en contra de la calidad periodística».

En los últimos años y con la digitalización de los medios gráficos la tarea del redactor cruzó los límites del texto. Hoy, además de investigar el tema, conseguir las fuentes y escribir una nota, el manejo de redes sociales y la edición de audio y video se vuelven condiciones excluyentes. «Pero eso no implica que te paguen más -aclara Hayes-, es lo mismo por muchísimas más tareas, que además necesitan que te formes: yo colaboro en el suplemento feminista de Página/12 y para eso me formé, porque tengo que tener una mirada de género para poder escribir sobre temas de género. Todo eso implica un tiempo y también un dinero. No existe correlación entre todo lo que te formás y lo que después te pagan».

La Encuesta Integral SiPreBa 2024 señala que, en el AMBA, el 76% de los trabajadores de prensa cobra sueldos por debajo de la línea de pobreza.

 

El último informe del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz advierte que, en promedio, alquilar un monoambiente en Capital Federal cuesta 320 mil pesos. Actualmente, Página/12 paga a sus redactores 328 mil pesos por mes, descontando días si adhieren a paros y medidas de fuerza, según denuncia la Comisión Interna del diario. Los colaboradores, que no gozan de los derechos que tiene un trabajador en blanco, cobran cerca de siete mil pesos por nota.

Tras meses de parálisis salarial y movilización gremial, en abril se firmó el último tramo de la paritaria de prensa escrita 2023/24, que estableció un aumento del 30% sobre los sueldos de diciembre del año pasado. Todavía muy por detrás de la inflación. No obstante, la Asociación de Editores de Diarios y Revistas de Buenos Aires (AEDBA) -que integran Página/12, Clarín, La Nación, entre otras empresas- se demoró en firmar ese acuerdo. La mayoría de estas compañías otorgó aumentos por su cuenta y de manera arbitraria y discriminatoria: «Nos decían que no había plata para los aumentos salariales pero después al que no hacía paro le pagaban más: eso es totalmente antisindical», revela Hayes.

La periodista apuntó contra el desinterés del multimedio y su director, Víctor Santa María, en preservar la integridad y el prestigio del diario: «Paga sueldos de hambre y no porque no tenga la plata. Seguramente la plata está, pero la pone en otro lado, no la pone en el diario. Yo le tengo mucho amor a Página, por cómo nació, por los periodistas que lo escribieron, por cómo defendió los derechos humanos. Pero hoy es la peor época de Página/12 en relación a la calidad periodística y a los sueldos que paga la empresa».

Quemados

Nicolás Palermo estudia Ciencias de la Comunicación en la UBA y escribe para un medio informativo digital de redacción joven y fuerte presencia en redes sociales. Se ocupa de las breaking news, es decir, va detrás de la agenda cazando noticias de todo tipo: «No tenemos redactores suficientes para que haya alguien enfocado en cada área, entonces me toca seguir desde el ‘poroteo’ en el Senado por la Ley Bases hasta el nuevo tema de Bizarrap, pasando por el Boca-River del fin de semana».

El medio prioriza los contenidos breves y la constante actualización de su portal, por lo que en un «día caótico» Palermo puede redactar hasta 10 notas. Y si bien describe un agradable ambiente de trabajo es el propio ritmo productivo el que ejerce la presión: «Hay días que te quemás la cabeza, que no parás de escribir un segundo. Me ha pasado de incluso alguna noche irme a dormir y soñar con que me faltaba una nota, soñar que estaba escribiendo».

En noviembre del año pasado, el estudio Burnout 2023 reveló que Argentina es el país con más trabajadores «quemados« de la región: el 94% reconoció que padece agotamiento y estrés en su entorno laboral.

Aunque el medio donde Palermo trabaja pudo negociar un aumento por fuera de la paritaria de abril, la situación salarial no le permite buenas expectativas: «Yo estoy seguro de que si tuviera 35 años no me animaría a arrancar en un medio, porque sé que te van a pagar mal, que vas a necesitar muchos trabajos. Si yo tuviera que pagar un alquiler o mantener un pibe, no sé cómo haría. Y es una tragedia tener que elegir entre la profesión a la que te querés dedicar y la vida que querés llevar. No deberían ser excluyentes».

Entre notas cruzadas sobre política, cultura, deportes o lo primero que dicte la agenda, Palermo encuentra espacios para sus «notas de producción», que son más elaboradas y llevan su nombre, algo imprescindible para darse a conocer como periodista. «No sé si quiero hacer breaking news dentro de 10 años, pero sé que es una puerta de entrada a lo que de verdad me interesa: un periodismo que informe y que a la vez cuente una historia, que sea entretenido, interesante y que tenga recursos. Cuando tenés que hacer ocho notas en un día, cuesta darle esos matices». Mientras cumple con su trabajo y aprovecha cada firma, Palermo aspira a ejercer el periodismo de sus referentes, y entiende que «es una carrera de resistencia, no un pique corto».

¿Periodismo o clickbait?

Cuando Sebastián Díaz entró en Olé como pasante el diario todavía llevaba corresponsales a las canchas, de la primera nacional hasta el ascenso. Pero con la caída del papel y la inevitable digitalización del medio la presencia perdió por goleada: «Hay que hacer que el negocio funcione; ya no se puede ir a cubrir un partido de ascenso que ‘no vende’. Tenemos que hacer que el diario salga, que en la web haya notas, conseguir clicks y que la máquina siga girando», explica el periodista, que hoy escribe las páginas dos y tres del diario en papel y luego revisa todas las demás para el cierre: son dos tareas para un solo cargo. «Antes, con redacciones más pobladas, se trabajaba con mucha más rigurosidad, atención y gusto. Capaz estabas discutiendo una hora el foco y el título. Ahora un redactor tiene que llenar tres páginas y un editor tiene que leer 10, entonces no te podés frenar en cada nota. Tenés que sacar la página, después la otra y después la otra».

Pero el actual modelo de información que persigue clicks y degrada la calidad periodística tampoco es inagotable. Según Díaz, «hoy los medios gráficos se están dando cuenta de que tienen que fidelizar en vez generar un montón de clicks. El contenido del clickbait lo vas a encontrar en todos lados: TyC Sports publica notas sobre el precio del dólar, porque la gente googlea ‘dólar’ y entra a lo primero que le aparezca. De a poco entienden que lo importante es fidelizar al público, que quiera pagar por el contenido que le das, y no llenar la web de notas para que entren compulsivamente». Sin embargo, reconoce que este proceso es complejo, y que por lo general a los medios y sus empresas «les cuesta encontrarle el agujero al mate. Se entró en una industria de competencia con absolutamente cualquier persona con una cámara en su casa y los medios están llegando tarde a todos los recambios».

Si bien las crisis de los medios caen principalmente sobre los trabajadores, las empresas también tienen puntos de fuga. Y desde su posición como delegado en Clarín por el SiPreBa, Díaz lamenta que «los empresarios de medios sean demasiado antisindicales y no piensen en una relación virtuosa entre lo sindical y lo empresarial, que puede existir. Yo no creo que tenga que ser de conflicto y de estar a las piñas constantemente».

Otro ritmo

Natalia Sivina también estudia Comunicación en la UBA y este año decidió cursar menos materias, porque entró como redactora en Billiken, una revista infantil argentina con más de cien años de historia. Son ocho horas y cinco notas por día pero, a diferencia de Palermo, Sivina redacta contenidos evergreen, es decir, sin fecha de caducidad: «Escribo notas breves sobre ciencia, naturaleza e historia. Como no tenemos que correr detrás de la noticia, ni entrar todo el tiempo a redes sociales buscando accidentes o cambios en la economía, la redacción es mucho más tranquila en ese sentido».

La revista puede prescindir de muchas noticias, pero nunca de los clicks, así que Sivina tiene que adaptar sus palabras al Search Engine Optimization (SEO), una estrategia de marketing para mejorar el posicionamiento web: «Por ejemplo, si yo bautizo una nota con la palabra ‘subte’, posiblemente llegue a menos gente que si uso la palabra ‘metro’. No condiciona toda mi escritura, pero tengo que tenerlo muy en cuenta», detalla la periodista.

Fascinada por los clásicos del periodismo de investigación y atenta al trabajo de sus referentes, Sivina tiene mucho interés en especializarse, escribir crónicas largas y contar historias valiosas. Pero el vaivén de estudiar y trabajar en la comunicación le deja muchas preguntas: «¿Cuántas personas realmente leen un contenido larguísimo? ¿Existirán espacios que apuesten a producciones de largo plazo? Capaz tenga que hacerlo por mi cuenta, juntar mi equipo. Y capaz no pueda vivir de un solo proyecto, pero sí hacer lo que me gusta en todos mis proyectos o al menos intentarlo».

Un matecito en el Obelisco

Un matecito en el Obelisco

Agricultores yerbateros de Misiones convocaron a una mateada en el Obelisco, con el objetivo de visibilizar la situación crítica que está sufriendo el sector y hacer llegar sus reclamos al gobierno nacional. 

“Vamos a tomar un matecito” fue la invitación de los miembros del Movimiento Agrario de Misiones (MAM) a los vecinos de la Ciudad de Buenos Aires para que se acercaran con su equipo de mate al epicentro porteño. Una delegación de productores agrarios misioneros se manifestó en la plazoleta de la 9 de Julio, entre banderas de Argentina y Misiones, estandartes con las siglas del Movimiento Agrario de Misiones, emblemas de pequeños productores y cánticos en contra del DNU y la Ley de Bases del gobierno de Javier Milei. 

Los trabajadores de la tierra habían lanzado la consigna «vos llevás el mate, nosotros ponemos la yerba». Entre los principales reclamos, piden al gobierno la restitución de la regulación de los precios de la yerba, la devolución de sus facultades al Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) con la designación de su nuevo presidente, y el cierre de las importaciones de yerba provenientes de Brasil y Paraguay que compiten con la producción local. Además, los productores denuncian los bajos precios de la hoja de mate y su brecha, cada vez más grande, con el precio de la yerba en góndola, resultado de las medidas de libre comercio de la administración de Milei.

Precios Justos

“Hicimos una mateada porque, nos guste o no, a los que somos de la provincia o del interior nos es más difícil cruzar la 9 de Julio que el Aconcagua”, explica Facundo López Sartori, Ministro de Agro y Producción de Misiones, que por un rato dejó su convulsionada provincia en conflicto con los empleados estatales. “Venir al Obelisco tiene su impacto, gracias a que los medios hacen llegar más rápido las noticias. La mateada es nuestra forma de traer a los productores y que cuenten su realidad. Que los vecinos de Buenos Aires sepan que detrás de cada mate, hay gente que se levanta a las cuatro de la mañana y hoy recibe menos de trescientos pesos por un paquete que sale cinco mil en góndola”, agrega. El Ministro revela que los mismos agricultores de yerba mate que en diciembre del año 2023 cobraban 0.60 centavos de dólar por cada kilo de hoja verde, actualmente reciben 0.30 centavos de dólar. Es decir que, considerando la inflación, hoy en día los productores cobran menos de la mitad que el año pasado por el mismo trabajo. 

“Esto pasa hoy porque ya no está en funcionamiento el Instituto Nacional de la Yerba Mate, que se encargaba de regular un precio mínimo y de asegurar de algún modo cierta igualdad entre los agricultores y los molineros, que son industriales”, explica Sartori, y asegura que hoy el sector está sufriendo las inclemencias del libre mercado, controlado por los diez molinos de misiones que compran el 80% de la hoja verde, estableciendo los precios. El Ministro advierte que este mercado liberado los está afectando de manera profunda, obligando a muchos agricultores a dejar sus colonias y buscar trabajo en las grandes urbes. 

“No hay que caer en la falacia de creer que porque la yerba se comercializa bien, nuestros agricultores van a estar a bien”, asegura Sartori, “nuestros agricultores son quienes trabajan en la tierra y los que mejor tienen que estar”, y confía en que la mejor manera de que su reclamo sea escuchado por el gobierno nacional es compareciendo frente a las lentes y micrófonos de los medios porteños.  

Entre las bolsas de yerba de cooperativas y pequeños productores a los presentes, se encontraban trabajadores como Luis Alberto Andrusyszyn, productor de yerba mate de Apóstoles, Misiones, quien compartió en diálogo con ANCCOM: “Nos han bajado el precio de la materia prima entre un 40 y un 50%. En cambio, la yerba en góndola no bajó para el consumidor. Quizá se malentiende que nosotros los productores somos los caprichosos y estamos ganando fortuna. Esto no es así, lo que estamos ganando hoy no está cubriendo los costos de producción”. 

Competencia desleal

Respecto de la importación desmedida de yerba mate desde Brasil y Paraguay, Carlos Alberto Fernandez, diputado nacional en representación de la Provincia de Misiones, afirma que “esto genera una competencia que perjudica la economía, no solo de Corrientes y Misiones, sino a nivel nacional. Los precios bajos de estas yerbas importadas se deben a que no tienen los controles bromatológicos que se le da a la yerba nacional, y denuncia que “se venden productos con metales pesados, como por ejemplo el plomo, que es tóxico y altamente perjudicial para la salud de los argentinos. Gracias a los estrictos controles nacionales, estos tóxicos no se encuentran en las yerbas locales”. De esta forma, el diputado alude no solo a la problemática que implica la importación de este bien a nivel económico y político, sino que inclusive alcanza a amenazar la propia salud de los argentinos.

En consonancia con estas declaraciones, Yolanda, trabajadora de la Cooperativa Agrícola Río Paraná, agrega “reclamamos que frenen las importaciones de yerba desde Brasil y Paraguay, y pedimos que se escuchen las voces de los productores. Como dice nuestra marca de yerba Titrayjú, que significa “tierra, trabajo y justicia”, buscamos que haya un tratamiento justo desde el productor hasta el consumidor. La yerba es un producto que está en la canasta básica, y hay que defenderlo”.

La acefalía del INYM

Otro de los reclamos de los trabajadores se centra en la designación de un nuevo Presidente del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM). Actualmente, este organismo no estatal que se encarga de fomentar y proteger la producción y comercialización de la yerba mate, se encuentra acéfalo, ya que la responsabilidad de nombrar a quien lo presida recae en la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación. Respecto a esta situación, Nancy Karina Umfurer, productora agrícola, comenta: “El organismo se dejó sin efecto en la provincia. Como no hay un capitán a bordo del barco, la situación es pura incertidumbre”. Umfurer, además, comparte que uno de los objetivos del sector en su diálogo con el gobierno es asegurarle que la restitución del INYM no supone un gasto para nación, ya que esta institución creada en el 2001 “se maneja a través del estampillado. Es decir, que la plata proviene de la provincia de Misiones”.

La yerba y la canasta básica

Esta infusión tradicional que, bajo las duras condiciones económicas muchas veces sirve de alimento y ayuda a cubrir comidas, se encuentra bajo la Canasta Básica Alimentaria, junto a otros productos fundamentales para la dieta del argentino como la leche, el pan o el queso

Durante la jornada, hizo aparición la diputada de Unión Por La Patria, Victoria Tolosa Paz, para manifestarse en apoyo de los productores. “El mate ya es una marca de la Argentina en el mundo, y eso queremos protegerlo y cuidarlo”. Tolosa Paz recalcó la importancia de la yerba en la mesa de todos los argentinos: “Es la infusión por naturaleza más importante en las barriadas y todos los hogares del país. Es parte del ABC de los alimentos junto con la leche”. En defensa del INYM, la diputada agregó: “Sin este organismo, la brecha entre el precio de la góndola y la ganancia de los productores se va ir incentivando negativamente. Hay una desigualdad en la negociación de los pequeños productores de hoja frente a una industria monopólica. Debe existir un instituto que pueda garantizar una vida digna para esa cadena productiva, sin dejarlo al libre mercado”, y cerró con la promesa de “defender la industria nacional yerbatera con uñas y dientes”.

El encuentro finalizó con una foto grupal de los asistentes, ondeando las banderas de los productores que exhibían mensajes como “el sabor de la yerba mate nace del esfuerzo de sus productores. Precios justos YA”. Entre bolsas de yerba y la intimidad de compartir un mate en lo que fue una fría tarde de otoño, los productores misioneros esperan haber logrado dar a conocer su mensaje de manera pacífica y así evitar que esta tradicional infusión no se convierta en un producto de importación en detrimento de la economía local. Es a través de la difusión de los diversos medios porteños que se presentaron para captar el encuentro que los yerbateros exigen, al igual que en el 2001, medidas gubernamentales que logren sacar de la crisis este sector fundamental de la economía argentina.

«La presencia del INTI en el territorio es fundamental»

«La presencia del INTI en el territorio es fundamental»

Trabajadores denuncian despidos encubiertos y el desmantelamiento del organismo. “Si tocan a uno, nos tocan a todos”, afirman. Ya cerraron las sedes provinciales que no contaban con laboratorio y alertan sobre la posible disolución absoluta si se llega a aprobar el proyecto de Ley Bases.

 

El presidente del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), Daniel Afione, ha comunicado a los subgerentes regionales que la Secretaría de Industria y Desarrollo Productivo ha decidido «proceder al cierre de todas las sedes provinciales que no tengan laboratorio».

Según el comunicado difundido por los trabajadores, Afione se negó a considerar cualquier propuesta para revisar la decisión, argumentando que la iniciativa no es de su autoría, sino que responde a directrices de la cartera de Industria y Desarrollo Productivo. «Esto no es algo que yo quiera, es lo que pide la Secretaría», expresó el titular del INTI.

Desde su creación en 1957, el INTI ha sido un pilar fundamental para la industria argentina, proporcionando asistencia tecnológica, promoviendo la internacionalización de pequeñas y medianas empresas, mejorando la competitividad, y certificando recursos humanos, procesos y productos. En 1972, el organismo asumió el rol de Instituto de Metrología, con la responsabilidad de mantener los patrones nacionales de medida y asegurar la exactitud de las mediciones, posicionándose como un actor clave en el ámbito científico, legal e industrial, con representación en comités internacionales.

La red de laboratorios del INTI y sus profesionales especializados ofrecen más de 8.500 servicios a diversas ramas del sector productivo, desde grandes empresas hasta pequeñas cooperativas, en todas las provincias del país. Esta capacidad de vincular las actividadeslocales con las capacidades técnicas nacionales es indispensable para el desarrollo industrial y tecnológico de Argentina.

Sin embargo, los Artículos 3 y 6 del denominado proyecto de “Ley Bases”, hoy en discusión en el Senado, ponen en riesgo estas capacidades, al proponer la «eliminación de competencias que resulten innecesarias» y la posible disolución o reorganización del INTI bajo criterios inciertos. Este contexto ha generado una gran preocupación entre los trabajadores y directivos del Instituto.

En una resolución de asamblea de la Subgerencia Regional Patagonia, el personal rechazó de manera categórica el cierre de sedes y unidades de extensión, planteando que esto impactaría sensiblemente en la interacción de la industria y la sociedad con los agentes del INTI. «Nos están empujando a que nos mudemos a centros a más de 500 kilómetros de distancia con nuestras familias», señalaron los trabajadores, que calificaron la medida como «despidos encubiertos».

Jorge Schneebeli, ingeniero mecánico y ex vicepresidente del INTI, entrevistado por ANCCOM, subrayó que “el cierre de las unidades de extensión no sólo afecta a la Patagonia, sino a todas las provincias del país.“El INTI –agregó– creció con presencia en todas las provincias y eso es bueno en un país donde necesitamos fortalecer el federalismo. La presencia en el territorio es fundamental para el desarrollo local”.

El ingeniero destacó además que el INTI es clave no sólo para la industria, sino también en aspectos de seguridad, medioambiente y formación. «No tener presencia territorial debilita ese aspecto. La industria local necesita tener referentes que faciliten acceder a herramientas para fortalecer su actividad y la presencia del INTI en territorio tiene esa finalidad», remarcó.

La asamblea de trabajadores de la Subgerencia Regional Patagonia decidió declararse en estado de asamblea permanente y convocar al resto de las sedes del INTI y a los sindicatos a unirse en esta postura. «Rechazamos los despidos encubiertos, la relocalización y los retiros voluntarios forzados. Consideramos que este es solo el comienzo de los despidos en INTI. Si tocan a uno, nos tocan a todos», manifestaron.

El cierre de sedes y la reducción de personal, según Schneebeli, podría tener consecuencias nefastas para el desarrollo industrial del país. «En los años 90 pasamos de 1.500 agentes a 850, después de los retiros voluntarios. Se perdieron líneas de trabajo y otras tardaron 20 años en recuperarse. En general, se va gente de experiencia, lo que genera un debilitamiento institucional difícil de revertir», explicó.

Los trabajadores del INTI hacen un llamado urgente a los legisladores para que revisen los artículos mencionados y aseguren reformas sostenibles para el crecimiento de la Argentina.

 

Lentes que fueron tapitas

Lentes que fueron tapitas

El Taller Proyecto Mutan recicla tapitas de plástico en anteojos, composteras, lámparas, muebles, macetas y tachos de basura. Armaron sus propias máquinas de triturado, inyección y prensa. Trabajan con cooperativas de recicladores.

Del dicho al hecho, a veces, puede haber un corto trecho. Sergio Fasani, fundador del Proyecto Mutan, dice y hace en consonancia. Al momento de conversar con ANCCOM, lleva puestos unos anteojos cuyo marco fue elaborado en su propio taller, en el cual él y sus cinco colegas producen lentes, composteras, lámparas, muebles, macetas y tachos de basura con tapitas de plástico recicladas. 

Desde la planta alta del taller, ubicado en Villa Martelli, Provincia de Buenos Aires, Fasani cuenta que estudió Diseño Industrial en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y que ya desde el último tramo de su carrera se empezó a interesar por el universo del reciclaje y las cooperativas. Lo dice sentado en una silla hecha con plástico reciclado, mientras toma un café que está apoyado sobre una mesa también reciclada. La lámpara que ilumina la sala de la planta alta, que funciona como oficina, también está hecha con tapitas de plástico fundidas. Dice que su tesis de grado exploró, allá por el 2013, la idea de triturar plástico para transformarlo en nuevos objetos. “Al final de la carrera quedó más como una pequeña investigación. Diseñamos cestos de residuos y nos empezamos a juntar acá, en este taller, para hacer pruebas. Primero fuimos a ver algunas fábricas que ya trabajaban con plástico tratando de que nos hicieran algunos prototipos con sus máquinas, pero en ese momento no había mucha conciencia del reciclaje y los productores no querían hacerlos. Los que nos hacían un prototipo ya después no nos querían hacer un segundo o tercero. Por eso terminamos haciendo nuestras propias máquinas. La primera, que es una vieja hormigonera que todavía tenemos, nos permitió hacer las luminarias”, cuenta. 

Unos minutos antes Candela Aris, quien también trabaja en el taller, había mostrado la máquina trituradora de plástico a la que se referiría Fasani, que se encuentra en la planta baja del lugar junto con las otras herramientas que utilizan en el día a día. Ella había contado que el artefacto en cuestión fue el proyecto final de la materia Tecnología 4 de la carrera de Diseño Industrial de la UBA. “Acá todos venimos de la universidad pública”, había dicho mientras gesticulaba con las manos para explicar el funcionamiento de la máquina. Ese aparato y los demás, una inyectora para objetos pequeños, una rotomoldeadora para objetos huecos y una máquina de prensa con calor, fueron construidos por los integrantes de Mutan con componentes adquiridos a través de proveedores nacionales. 

Ahora, en la planta alta, Fasani cuenta que la tesis del 2013 se transformó, en 2016, en la presentación oficial del primer producto (las lámparas) en el mercado, que se hizo junto con la Fundación Garrahan en la Feria Puro Diseño. Garrahan le había vendido a Mutan las tapitas de plástico con las que elaboraron las luminarias, por eso estuvieron juntos en la presentación. ¿Cuánto tiempo les llevó, y les lleva, hacerlas? 

Y tienen un proceso de horneado y rotación —explica en detalle Fasani—. O sea, básicamente es como cocinar. Lo metemos en el horno, con un molde y una matriz, y está una hora calentándose y una hora enfriándose. Así que hacer una lámpara demora dos horas en máquina, más todo el armado de la pieza. Los productos más pequeños, como los anteojos o los llaveritos que solemos vender a las empresas, llevan dos minutos. Las composteras te toman medio día, porque son muchos módulos por vez. Casi todos tienen procesos posteriores, de pulido y de corte, para terminar de darles la forma”. 

Mientras Fasani cuenta esto, se puede ver detrás de él una estantería que reúne todos los productos terminados: un cesto de residuos, una compostera, una maceta, y así. Un ejemplar de cada uno. Dice que Mutan no sólo consigue las tapitas de plástico a través de Garrahan, sino que también se las compra a cooperativas que se dedican a recolectarlas, clasificarlas y limpiarlas, y también a algunas empresas que tienen su propio descarte industrial. Cuenta que él y sus compañeros no se encargan del acopio porque les interesa dedicarse directamente a la transformación y al diseño de los productos. 

«Cuestionarse, como diseñadores, con qué material está hecho lo que producimos o qué va a pasar con nuestros materiales después es algo relativamente nuevo», dice Fasani.

De todas maneras, el vínculo con las cooperativas va más allá de la obtención del material, dice Fasani. Por ejemplo, tiempo atrás Mutan empezó a producir los estuches de los anteojos con el reciclaje de bolsas plásticas. En el ínterin conoció a Entramadas, un colectivo socioambiental de mujeres emprendedoras del barrio 1-11-14 también dedicado al reciclaje, y las ayudó a conseguir máquinas. Después Mutan les dio capacitaciones y ahora ellas producen los estuches en su totalidad. Fasani cuenta que él y sus compañeros también tienen vínculo, gracias a un proyecto de la UBA, con la Cooperativa Recuperadores Urbanos del Oeste. Dice que la idea es montar un pequeño taller y brindarles capacitaciones. 

Con respecto al vínculo con las empresas, Fasani dice que los primeros cien anteojos que hicieron en Mutan fueron elaborados con las carcasas de pavas eléctricas que tenían fallas, las cuales fueron provistas por Newsan, que produce electrodomésticos. Esas pavas se transformaron y volvieron a la empresa en forma de lentes. Fasani dice que también fabrican premios y mini souvenirs para firmas como Andreani y el Consejo Publicitario Argentino. “¿Ves?”, y Fasani señala un pequeño galardón de color blanco con pintitas de colores, los vestigios de las otrora tapitas de plástico.

¿Mutan recibe algún tipo de ayuda estatal? “No de forma constante”, dice Fasani. Cuenta que han obtenido subsidios del exMinisterio de Ciencia, Tecnología e Innovación, sobre todo, para fabricar o mejorar alguna máquina. “Hoy se cortó bastante”, agrega. “Es más dice tenemos uno que nos dieron el año pasado para mejorar la tecnología de los lentes y ya lo rendimos y todavía no logramos que nos firmen el okey de la rendición. No hay nadie que lo firme, lo que pasa en un montón de sectores, me parece”. 

¿Qué es lo más desafiante de llevar adelante el Proyecto Mutan? “Que la gente note la calidad de los productos”, dice Fasani después de pensarlo un poco. Ahora se explaya: “Como el reciclaje estaba más asociado a lo artesanal, quizás no se confiaba en la calidad de un producto reciclado. Creo que eso está cambiando bastante y fuimos parte de eso, de mostrar que podemos hacer productos complejos, como los anteojos, o con una estética particular, como la compostera, que para mí es la más linda del mercado”, dice entre risas. ¿Y lo más gratificante? “Trabajar en una nueva área del diseño, porque cuestionarse, como diseñadores, con qué material está hecho o qué va a pasar con nuestros materiales después es algo relativamente nuevo. Eso nos interesa a todos los que formamos parte de Mutan, y saber que lo que hacemos tiene impacto en la gente. Con esta nueva conciencia, sabemos que hay que producir y consumir mejor, entonces tratamos de acompañar ese camino y es gratificante saber que estamos haciendo algo en ese sentido”, concluye. 

La salud también para

La salud también para

Los trabajadores de FATSA realizaron paros por turnos y medidas de visibilización durante toda la semana en reclamo de aumentos salariales. La medidas de fuerza continuarán hasta el próximo 28.

“Estado de alerta y movilización” anuncian en rojo sobre negro los carteles que se encuentran en las fachadas y volantes de diversas instituciones de la salud. La Federación de Asociaciones de Trabajadores de la Sanidad Argentina (FATSA) lanzó un plan nacional de lucha debido al atraso salarial que los trabajadores del sector en el marco del ajuste llevado a cabo por el gobierno de La Libertad Avanza.

Entre bombos, colectivos, ambulancias y autos particulares que tocan bocina y banderas celestes y blancas, Norberto Correa, trabajador e integrante de la comisión interna del Sanatorio Franchín de Construir Salud relata: “Estamos pidiendo un reajuste sobre abril y sobre mayo desde hace más de un mes. No estamos llegando a ningún acuerdo”. Decidieron salir a la vereda para hacer más visible el reclamo.

En el Hospital Italiano, los trabajadores marcharon por las calles aledañas también con batucada y entonando canciones al megáfono. César Latorre, delegado general, explica: “Nuestra paritaria está vencida desde el 31 de marzo y tenemos una pérdida de poder adquisitivo muy grande, que viene ya de larga data, y hoy estamos en una situación casi de miseria con sueldos básicos iniciales de 200 mil pesos debajo de la línea de pobreza”. En concordancia, un cartel blanco exige: “Básicos iniciales igual a la canasta familiar (hoy $1.163.391) con cláusula de ajuste mensual”.

Entre ellos se encontraba Adriana Pizarro, también de la institución del barrio de Almagro, quien denunció que “hubo aprietes a los trabajadores, sacando fotos y enviándolas a Departamento de Enfermería, por lo cual los delegados debieron intervenir garantizando ante la patronal que el paro es nacional”.

A pocas cuadras de ahí, en el Instituto Médico de Alta Complejidad (IMAC), Hernán Lucero, administrativo del sector de internaciones y subdelegado general de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina en Buenos Aires, coincidió: “Estamos pidiendo una recomposición salarial urgente por la inflación y el estado del país. La consigna es ‘Sin salario, no hay salud’”. También puede verse un afiche con la frase: “Sin aumento, hay paro”.

La medida ocupó toda la semana del 20 de mayo, con asambleas informativas el lunes y martes y después con paros que fueron aumentando su duración durante los distintos días: el miércoles fue de dos horas por turno, el jueves de tres y el viernes de cuatro. “El gremio ha llamado a esta jornada nacional, que nosotros desde La Bordó (MST) creemos que viene tardía y también que esta modalidad de dos horas por turno dificulta el accionar conjunto de todos los trabajadores. Más allá de eso, el martes hicimos asamblea general, adherimos a las medidas como las dictó el sindicato para poder hacer fuerza igual, a pesar de tener estas críticas”, agregó Latorre desde el gazebo que lleva los colores de su agrupación.

 “La cámara empresaria quiere omitir el mes de abril y ahora nos ofrece un 6% de aumento en nuestro sueldo, siendo que el índice de inflación fue en mayo un 8,8%”, opinó Lucero y aclaró: “Acá somos 500 personas y el acatamiento es bajo porque la gente tiene miedo de algún tipo de represalia o de perder su trabajo, a algunos tampoco les gusta la modalidad del paro por horas y por turnos”.

Mientras Correa contaba 1200 trabajadores para el Sanatorio Franchín, Latorre apuntó que en el Hospital Italiano “el acatamiento es grande, los compañeros están con necesidad de parar para poder manifestar que necesitan que les aumenten el salario”.

El delegado de La Bordó criticó a Héctor Daer, histórico dirigente de Sanidad, ex diputado nacional por el Frente de Todos y miembro del triunvirato que dirige la Confederación General del Trabajo (CGT), porque “el pedido que, según los trascendidos de los medios, está realizando es de un 17% en dos veces, lo cual no cubre para nada la pérdida de poder adquisitivo que tuvimos y la inflación de los últimos meses tampoco, considerando que ya llevamos 65% en lo que va del año”.

Consultados sobre si se reúnen con las autoridades, Lucero respondió que “no nos reunimos específicamente para esto. Nosotros como comisión hemos conseguido el aumento del 10% del presentismo, pero eso es un beneficio extra, fuera de la paritaria. Uno de los integrantes del directorio del IMAC forma parte de ADECRA como vocal y ellos no están muy de acuerdo con los aumentos”.

Por otro lado, Latorre expandió que “las patronales no quieren dar aumento con la excusa de que les volvieron atrás con el tema de aumentar libremente las prepagas y esa situación es la que les está haciendo crisis, la cual es tan fuerte que el sindicato se ve obligado a convocar a esta medida de fuerza nacional”.

También consultado sobre si se juntan con las autoridades, relató: “Nosotros tenemos semanalmente reuniones con la patronal, ellos plantean el panorama de que con la situación que están perdiendo varios juicios y amparos por el tema del aumento de las prepagas y esta situación en general, de tener de nuevo los controles, le rompe todos los esquemas, le hace inviable el negocio y por esa situación está en crisis la institución. De hecho, han mandado una comunicación pública a todos los empleados en esa tónica”.

Con un tono burlón, Lucero también dijo que las autoridades “lloran, todo el tiempo lloran por la situación económica y porque no les alcanza, pero se pasean en su Audi. Y no creo que esto sea no rentable porque la ocupación de camas está a un 95% por lo menos”. Mientras tanto, Latorre destacó que “Tampoco es que muestran los libros contables como para decir ‘la crisis es tal’”. Y agregó: “Habían festejado que había ganado Milei, que les había permitido aumentar la prepaga como sea, y ahora están con estas contradicciones. El sistema de salud en general está bastante mal porque ahora, la salida que pueden llegar a darle a todo este conflicto, es rebajar el Programa Médico Obligatorio, esto significa que cubran menos prestaciones que las actuales y por esa vía tratar de adaptar los nuevos aumentos que puedan llegar a hacer en las prepagas. La verdad que es malo y muestra claramente que no puede haber un negocio detrás de la salud”.

En cuanto a cómo seguir, Correa señaló que “mañana se incrementa el horario y así hasta que haya algo positivo para nosotros” a tono con el nuevo comunicado del viernes por la noche de ATSA, ya que debido a que aún no llegaron a un acuerdo en las reuniones que tuvieron estos días, continuarán con las medidas durante el fin de semana y hasta el martes 28 inclusive “a causa de la irresponsabilidad de los empresarios”.

Presentaron un proyecto de ley contra los despidos

Presentaron un proyecto de ley contra los despidos

Lo elaboraron diputados de Unión por la Patria junto a integrantes de la Central de Trabajadores de la Argentina y la Asociación de Trabajadores del Estado. Buscan, además, disputar el sentido común de la sociedad y revertir el clima de derrota popular.

Este miércoles 22 de mayo, se presentó el proyecto de Ley Antidespidos en el auditorio de la Cámara Baja del Congreso de la Nación con el objetivo de declarar la emergencia pública en materia ocupacional y frenar la ola de despidos injustificados, tanto del sector público como privado, hasta diciembre de 2027.

El proyecto fue impulsado por el diputado Hugo Yansky de Unión por la Patria y acompañado por las firmas de las diputadas Vanesa Siley, Blanca Osuna, Gabriela Pedrali, Hilda Aguirre, Lorena Pokoik, Julia Strada, Natalia Zaracho, y diputados Pablo Carro, Carlos Cisneros, Daniel Gollán, Sergio Palazzo, Mario Manrique, Daniel Castagneto y Juan Pedrini. También acompañaron el proyecto de ley y su presentación en el Congreso, la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA).

Durante la conferencia, Daniel Catalano Secretario General de ATE Capital, describió la situación que atraviesan los trabajadores del Estado: “Es muy difícil planificar tu vida cuando sentís que tenés los días contados. Es muy difícil encarar la resistencia cuando lo que se vive en cada área de laburo es la desolación, la angustia y la incertidumbre”.

Para Catalano, el proyecto antidespidos es central, porque les permitiría a los trabajadores la posibilidad de construir un clima distinto al de derrota que instaló Javier Milei: “Es un escenario donde intentan que nosotros naturalicemos que es solamente una cuestión de tiempo y terminemos entendiendo que debe suceder”.

En sintonía con el Secretario Sindical, el diputado nacional de Unión por la Patria José Pablo Carro, coincidió en que el proyecto de ley tiene como objetivo visibilizar la masividad de despidos y el aumento de desempleo, y establecer una posición no solamente contraria al modelo económico y político del Gobierno de Javier Milei sino también presentar un modelo propio y alternativo que incluye al movimiento de los trabajadores en su conjunto.

Según el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG), más de 127 mil trabajadores del sector público y privado de todo el país fueron afectados por la reducción de la producción, suspensiones y despidos desde diciembre del año pasado, hasta el 21 de mayo.

En referencia a los despidos masivos, Carro explicó que esto produce el cierre de organismos en las provincias, generando una concentración de las instituciones en la Ciudad de Buenos Aires. Se fomenta, de esta manera, un modelo porteñocentrista, lo que afecta no solo a los trabajadores sino también a los usuarios de esos servicios: “No solo se pierden puestos de trabajo sino que además es regresivo en términos federales” y concluye diciendo: “Nos hablan de una Argentina del siglo XXI pero quieren volver al siglo XIX”.

Sobre el recibimiento que puede llegar a tener en el Congreso, Strada, en diálogo con ANCCOM expresó: “Creo que en el congreso nos vamos a encontrar con mucha resistencia. Estamos en una etapa en la que Milei plantea que está ‘genial’ despedir gente. Así que lo más importante tiene que ver con lograr cambiar el sentido común. Cambiar la lógica que está ocurriendo por estos días, reivindicar el rol de los trabajadores y las trabajadoras del Estado, reivindicar al Estado también y a los trabajadores que fueron despedidos, precisamente, por una situación de crisis y parálisis de la actividad económica”.

Durante la conferencia de prensa se destacaron las movilizaciones masivas que permitieron la articulación de los distintos espacios en oposición a las políticas de ajuste del Gobierno libertario. Entre ellos, se mencionó el paro de mujeres y marcha del 8 de marzo, la movilización del Día Nacional de la Memoria por Verdad y Justicia, el 24 de Marzo y la culminación del movimiento estudiantil en la marcha de la que participó toda la comunidad educativa a nivel federal el 23 de abril. Se suman a las manifestaciones populares, las derrotas en el Congreso que se produjeron hasta de hoy como es el fracaso legislativo de la Ley Ómnibus, ahora en su versión reducida Ley Bases, la ausencia del Pacto de Mayo que simbolice la unidad con los gobernadores y la falta de apoyo para aprobar el DNU 70/2023.

Se remarcó que el avance del proyecto de ley es importante, pero no reemplaza la necesidad de organizarse dentro y fuera del Congreso, para rechazar la Ley Bases y el DNU 70/2023 cuyas medidas impactan directamente a las trabajadoras y los trabajadores en su conjunto, a través de la implementación del Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI), la privatización de las empresas públicas y la suspensión de la moratoria previsional, entre otros.

Por último, se planteó que el proyecto de ley responde a la necesidad de construir otro imaginario social que permita pensar en una comunidad donde ningún trabajador sobra y donde la amenaza por despido no sea naturalizada. En este sentido, Daniel Catalano concluyó: “Nosotros estamos peleando. Estamos ganando las calles, los ministerios, las plazas, las veredas, pero centralmente lo que hay que ganar es la cabeza de nuestras compañeras y compañeros porque la sensación de derrota de lo que nos están imponiendo es brutal”.