Enredados en Cuba

Enredados en Cuba

Debido a años de bloqueo, la irrupción de internet en Cuba fue mucho más repentina que en otros países. Una población poco preparada para el aluvión de redes sociales sufrió el impacto. Sobre ese tema y su evolución reciente habló Javier Gómez Sánchez, director del documental “La dictadura del algoritmo”.

La dictadura del algoritmo es un documental estrenado en 2021, dirigido por Javier Gómez Sánchez, periodista y realizador audiovisual licenciado en Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual en la Universidad de las Artes de Cuba. En él se retrata cómo Cuba se vio repentinamente atravesada por la interacción digital con la irrupción de internet, un fenómeno que en el resto del mundo se dio de manera más paulatina.

Es que Cuba solo contaba con conexión satelital a internet hasta 2012, cuando accedió a un cable de fibra óptica proveniente de Venezuela; de esa manera multiplicó por 3.000 el ancho de banda disponible. Esta conexión permitió el primer salto en el acceso de la población en 2015, cuando comenzó a ofrecerse un servicio desde puntos con WiFi, aunque seguía siendo lento y caro para los estándares internacionales. El segundo salto se dio en 2018 y 2019, cuando se desplegó la telefonía móvil de 3G y 4G respectivamente; fue entonces que se masificó el acceso casi en simultáneo con la llegada de la pandemia. En la actualidad, aunque aún no hay anuncio oficial, se está conectando al país un segundo cable de fibra óptica desde Santa Lucía, el Caribe, para asegurar más rapidez en la conexión celular en horarios pico. Hoy, recargar entre uno a diez gigabytes de datos en el móvil puede costar de 100 a 950 Pesos Cubanos (CUP) mientras que un sueldo promedio puede llegar a los 4000 CUP, unos 16 dólares. Esa es la principal forma de conexión en la actualidad.

El documental de Gómez Sánchez retrata los efectos de la inmersión rápida de los cubanos a la lógica muchas veces tóxica de las redes sociales. Con una serie de testimonios diversos, se describen las expectativas iniciales de que Facebook permitiera conocer y debatir con personas de todo el país. En la práctica Facebook, junto con la pandemia, terminaron provocando una crisis social que sorprendió a la clase política.

“La velocidad a la que entró la población a un ámbito digital completamente desarrollado fue inédita, en comparación con otros países”, explica Gómez Sánchez. “Muchas personas comenzaron a incorporar dinámicas que veían en Facebook, sin importar si eran informaciones reales, semi-reales o falsas. Tuvo que pasar mucho tiempo hasta que las personas comenzaron a madurar la idea de que debían cuestionarse lo que veían”.

A dos años del estreno, ¿qué avance ves en la sociedad cubana alrededor de la presencia de la interactividad digital en el país?

El aumento de la conectividad. Cuando estábamos haciendo el documental, apareció el reporte de la compañía telefónica ETECSA que decía que se habían alcanzado 4.2 millones de personas conectadas sólo a la red de datos. A eso se suman personas que la usan a través de oficinas o PC. Para entender esta cifra, hay que comprender que Cuba llega a internet con cierto retraso, ligado a su conflicto histórico con EEUU. Durante mucho tiempo no estuvo conectada por cables de fibra óptica: cerca pasan tres cables que conectan Sudamérica, Centroamérica y el Caribe con EEUU. A esos cables no podía conectarse porque eran propiedad de compañías estadounidenses.

 

¿Cómo era el contacto con internet antes de la conexión por fibra?

Antes del 2012 se conectaba a través de una banda por satélite que era extremadamente lenta y permitía un servicio muy restringido, el uso que hacían las personas era a través del correo electrónico, mientras el mundo estaba inmerso en Facebook. Eso fue en los años 2007 a 2010. Aún así se desarrollaron dinámicas colectivas de cadenas de correo sobre determinados temas que llegaron a generar una conectividad digital de redes sociales en sí misma. Para 2012 ocurre la conectividad con un cable a través de Venezuela, llevó un tiempo que se organizara y sólo en el 2015 se comienzan a dar servicios. Primero en zonas Wi-Fi: en las ciudades se empezaron a poner antenas, tenías un reloj que contaba, pagaban una tarjeta y se conectaban. Veías los parques llenos de personas: era la primera forma en que la gente masivamente chocó con los contenidos en la red. Todavía no se hacía un consumo alto de videos; TikTok no había entrado a la escena ni la opción de shorts de Facebook. Era sobre todo Youtube lo que se consumía. Para 2018 comienza a darse la conectividad con datos 3G y en el 2019 la 4G. Ahí empieza a expandirse la cantidad de personas y la importancia de que en el 2021, rodando el documental, se hayan alcanzado los 4.2 millones. Ten en cuenta que Cuba tiene una población, según el censo, de 11 millones y un poco más de habitantes y que los 4 millones representaba la mitad de la población adulta del país. Actualmente es de 6.7 millones. Un golpe en apenas tres años.

 

Al momento de rodar, ¿manejaban alguna hipótesis o preconcepto sobre las dinámicas digitales?

En el momento una matriz fuerte que existía, y que derribamos, era que “Internet no ha llegado al pueblo”, que “ la población llana no estaba en Internet” y que los temas que se movían en la red no era algo que formara parte de una opinión extendida. Según nuestra tesis no era así. Creíamos que había que prestarle atención porque la población estaba conectada a eso, en contra de los que decían que “eran pequeñas burbujas”. Al principio las personas no tenían toda la conciencia de por qué le aparecían las cosas que le aparecían: toda la cultura de comprender qué es un algoritmo, cómo funciona Facebook, todo eso ha venido poco a poco. Eso que llamamos la alfabetización informacional, cómo lidiar con los contenidos. La industria de las plataformas digitales ha ido evolucionando y, como toda competencia capitalista implica modelos de negocio que quedan atrás, modelos de negocio que se imponen. Tik Tok de alguna forma viene a ser una alternativa de uso rápido en comparación con Youtube. Pero hay que comprender que las redes sociales realmente son las personas. Nosotros nos confundimos muchas veces porque los mismos creadores de esas industrias nos han impuesto ese término, porque les conviene vender esa idea. Pero realmente son plataformas digitales para la gestión de redes sociales. Es una gran diferencia.

Amnistía Internacional presentó su primera investigación sobre TikTok en Argentina y las estrategias de los jóvenes para “domesticarlo”. ¿Existe algún tipo de “domesticación” en la sociedad cubana para limitar el impacto de las redes sociales?

Si una persona ya tiene un nivel de conciencia de los algoritmos, ¿por qué tendría que enfrentarse y tratar de domesticarlos? Tengo estudiantes que no tienen Facebook, que buscan otros lados, que no es que no tienen redes. Hay gente se ha ido a los grupos de WhatsApp y Telegram para tener un contacto más real, sobre todo durante la pandemia. Así empiezas a tener ahí una plataforma digital de un manejo de una red social real de gente que conoces y tiene un vínculo más concreto. Ahí cobra importancia el funcionamiento de los estados de Whatsapp como una forma de contenido, hay personas que navegan y tienen todo un vínculo con lo que se pone ahí. Ha resultado ser un consumo alternativo a Facebook sin interferencia de publicidad del tipo “sugerencias para ti” o “personas que tal vez conozcas”. Telegram tomó mucha fuerza por un tema práctico: compraventa en la medida en que han escaseado los productos básicos; pero ya de antes existía una especie de Mercado Libre o Ebay cubano. Como permite más a la hora de formar grupos que Whatsapp, las personas van ahí. Puede que haya personas que no conozcas, pero que están por una inteŕes común. Eso vino a sustituir grupos en Facebook, páginas de mercado, que a las personas le dejaron de funcionar porque les permite estar en un lugar relativamente cerrado.

Whatsapp y Telegram son canales de mensajería digitales más que redes sociales, pero se entiende que la sociedad cubana se reapropia para generar comunidad ahí.

-Se refuncionalizan: lo que vemos es una función más allá de la mensajería. Hay grupos con cientos de personas. No es que han dejado de conectarse. Han sustituido una red por otra. Las personas saben quién les está hablando, no hay trolls, tienes un número de teléfono. Yo sé que eres tú. Las personas son capaces de decirse cosas en Facebook que en la vida real no se dirían. El nivel de agresividad aumenta porque pierdes el contacto con la persona. De ese tipo de cosas es que huyen las personas que se van de Facebook.

Ojo, en los grupos también circula muchísima matriz tóxica: cuando la pandemia se iba terminando y el gobierno empezó a desescalar el aislamiento, se anunció un grupo de medidas. “Mañana atentos todos que va a haber un anuncio en la televisión, la Presidencia va a salir a explicar”, decía. Ese mismo día comienza a circular en los grupos de WhatsApp una lista falsa de medidas, algunas mezcladas, cosas que se sentían más reales con cosas más ficticias. Te hablaban de que los gimnasios iban a funcionar de tal manera, que los hoteles iban a cerrar para el público nacional, cosas muy encaminadas a crear malestar en la población. En dos o tres horas aparece por la prensa de la Presidencia una alerta de que esa lista era falsa. ¿Cuánta gente pudo haber leído eso en tres o cuatro horas? Tú dices: “¿Qué sentido tiene una fake new si puede ser desmentida tan rápido?” Es que lo que les interesa es el estado de ánimo que queda en las personas, de molestia por haber leído eso y dicho “este gobierno de mierda”. A la semana siguiente es otra situación y la noticia falsa va pasando pero el estado emocional queda. Ese es el objetivo. Antes era de información contra desinformación y ahora es de emotividad contra racionalidad.

¿Creés que la violencia en las redes se deba también a que en el afuera uno se calla lo que le molesta?

Recordemos que el internet y las plataformas digitales le dieron a las personas una posibilidad que antes no tenían que era la de ser emisoras de información, irse por delante de los medios tradicionales de comunicación. De eso, que es positivo en gran medida, se pasó a decir “¡Qué mal todo esto!”. Esa se ha transformado en la manera en que se desenvuelve la humanidad. Ahora, se pierde un sentido editorial porque no se está amarrado a una ética básica siquiera. En el caso de Cuba, esa violencia es dirigida y aprovechada a partir de dinámicas psicológicas de grupos humanos. Pero se ha logrado capitalizar y ponerle funciones políticas, ese nivel de violencia no es gratuito. Hay mucho dinero detrás, mucha intencionalidad política. La violencia política no ha disminuido, ha ido evolucionando y también la gente aprende a lidiar con esto. Te encuentras personas que te dicen “Yo ya no discuto en Facebook”, porque incluso llega a buscarse problemas en la vida real por una discusión en el mundo virtual.

¿Cómo es el uso de otras plataformas como Instagram o Twitter?

Twitter es una plataforma que en Cuba ganó más terreno con el tema del trabajo institucional gubernamental, a partir de que todos los presidentes empezaron a tener cuentas oficiales. Las personas no la utilizan tanto desde un sentido individual o personal. Hay un plan del gobierno de incentivar el uso de Twitter: tiene que tener el Jefe, el Director, el Subdirector. Algo muy curioso es que el gobierno y las instituciones están en Twitter y el pueblo está en Facebook: Twitter es mucho más cómodo para un emisor institucional porque no permite el mismo nivel de comentarios o dinámica que Facebook. Nosotros tenemos falsos trolls de izquierda en Facebook que intoxican mucho los ambientes de personas realmente progresistas y revolucionarias. Hay una intencionalidad de derecha de agrietar y crear divisiones en los espacios de militancia. Esto está muy instrumentalizado por cifras millonarias del gobierno de los Estados Unidos hacia la subversión en Cuba. No hay que olvidarse que existe una fuerza de tareas del Ejército de los Estados Unidos para el internet Cuba.

La peor herencia de la dictadura | Estuve ahí

La peor herencia de la dictadura | Estuve ahí

María del Carmen Verdú, presidenta de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi), describe la construcción de la lucha contra el gatillo fácil y las muertes bajo custodia del Estado. Recuerda los primeros tiempos en que los organismos de Derechos humanos les daban la espalda y cuenta cómo finalmente comprendieron que era la continuidad de la represión militar. Walter Bulacio, Miguel Bru, el soldado Carrasco, José Luis Cabezas, Petete Almirón, Mariano Ferreyra, Jorge Julio López, Santiago Maldonado y Facundo Astudillo Castro entre una infinidad de casos que dan cuenta de una de las deudas más horrorosas de la democracia.

40 AÑOS – COMUNICACIÓN Y DEMOCRACIA (1983 – 2023)

ANCCOM –junto a la Carrera de Ciencias de la Comunicación y a la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA- lanza Estuve ahí, un ciclo de entrevistas audiovisuales a los protagonistas de estos 40 años de democracia que celebra la Argentina.

 

La serie recorre los temas más trascendentes que tejieron la trama social desde 1983: los derechos humanos, la vida política, el mundo del trabajo, la economía, la deuda externa, la vivienda, los pueblos originarios, el campesinado, las luchas de género y diversidades, el ambientalismo, la cultura y el mundo de la comunicación, entre muchos otros.

Cada conversación constituye un verdadero diálogo intergeneracional entre los jóvenes periodistas de la agencia y aquellos que escribieron la historia.

Estrenamos todos los lunes! La primera, que estará disponible el próximo 28 de agosto, será a Estela Barnes de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.

Entre los entrevistados se pueden mencionar a Adolfo Pérez Esquivel, Estela Carlotto, León Arslanián, Héctor Recalde, Federico Pinedo, Gustavo Grobocopatel, Mercedes Marcó del Pont, Daniel Arroyo, Dora Barrancos, Myriam Bregman, Juliana Di Tullio, Ana Castellani, Noemí Brenta, Luis Felipe Noé, Daniel Divinsky, Eduardo Longoni, Moira Millán, el padre Pepe Di Paola, Flavio Rapisardi, Emilce Moler, Manuel Goncalvez, Gervasio Muñoz, Enrique Viale y Damián Loreti, por mencionar solo algunos.

Créditos

ANCCOM
Equipo Audiovisual: Eduardo Morales – Jairo García – Noelia Pirsic
Producción Periodística: Diego Rosemberg, Sebastián Comellini, Clarisa Veiga, Ángel Berlanga, Cecilia Chervabaz, Esteban Magnani, Guillermo Wulff, Alejandro Cánepa, Horacio Cecchi, Adriana Meyer, Federico Corbiere.
Producción Fotográfica: Victoria Gesualdi y Leandro Teysseire.
Redes y Contenidos Digitales: Julio Alonso y Estefanía Hernández.
CEPIA
Florencia Mendes, Javier Ildarraz, Gustavo Intrieri, Nadia Rebrij, Florencia Canosa, Juan Lescano, Jorge Pinola.
Autoridades CCOM
Larisa Kevjal – Directora
Dolores Guichandut – Secretaria Académica | Sebastián Ackerman – Coordinador Técnico | Yamila Campo – Coordinadora Centro de Prácticas
Equipo de trabajo
Lucía Thierbach, Grisel Schang, Paula Morel, Emilia Silva y Sebastián Comellini

“El negacionismo del nuevo gobierno es un plan para gobernar”

“El negacionismo del nuevo gobierno es un plan para gobernar”

La cantaautora y guitarrista Barbie Recanati actuó en el festival “40 años de democracia: derechos humanos para siempre” . Su mirada del papel feminismo y la música ante el nuevo gobierno.

Barbi Recanati es multifacética: compone, escribe, canta, toca la guitarra, hace radio y mucho más. Sin embargo afirmó “me re cuesta mirarme de afuera, a veces me dicen cosas que me cuesta mucho asumirlas como propias”. Es referente feminista y LGBTIQ+ en la música. Además, junto con la radio Futurock tienen “GOZA Records”, un sello discográfico que desde 2018 apuesta a la igualdad en la escena musical.

Recanati llevó su arte al festival  “40 años de democracia: derechos humanos para siempre” en la exESMA, organizado por H.I.J.O.S. Capital; Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora; Abuelas de Plaza de Mayo; Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas y el Espacio Cultural Nuestros Hijos, en conjunto con la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP) y con el apoyo del Ministerio de Cultura de la Nación.

 

¿Qué significa estar en este espacio tan importante para la memoria?

Me parece reimportante estar acá, más que nunca, porque empieza a gobernar un presidente negacionista, y para mí es la primera vez. Me acuerdo de cuando era adolescente escuchar mucho el discurso de “pasemos de página”, era chica y no entendía bien eso. Después vino el 2001 y fui entendiendo que un país como el nuestro, sin memoria no tiene ni presente ni futuro. En este momento, el negacionismo del nuevo gobierno no lo veo de forma inocente, lo veo como un plan para gobernar, para sacarnos un poco la memoria y así poder repetir un montón de cosas sistemáticas que pensamos que ya no iban a suceder. Que no tienen que ver solo con la violencia social sino también con la económica y con la privatización de nuestro futuro.

 Como abanderada del feminismo, ¿cómo pensás que se va a resistir desde la música y desde el movimiento feminista?

Tal vez las nuevas generaciones van a tener que vivir algo que el resto vivimos en los últimos seis años como una especie de oasis en la historia contemporánea. El feminismo siempre fue una palabra mal vista fuera del feminismo: que las mujeres se quejan, son histéricas, que sos mujer o sos varón, que todo lo que hay en el medio o en los costados no existe. Para mí fue una novedad cuando el discurso se empezó a dar vuelta mediáticamente, cuando en los medios se empezaron a cuidar las palabras o a acusar los malos comportamientos. Más que miedo pienso “bueno, acá vamos de nuevo”. Es una nueva etapa porque es la primera vez que vivo a la argentina antifeminista como feminista, lesbiana, madre y artista.

A diferencia de los setenta, ya no podemos mirar a un estilo de música como voz para resistir. A veces me encuentro con músicos del folclore, del tango, de la cumbia y el rock y todos hablamos porque nos une una ideología más que un estilo de música.

Barbie Recanati

¿Creés que la juventud se “derechizó”?

Creo que no, creo que los jóvenes son jóvenes y a veces cuando vivís en un país de derecha rebelarse es ponerse la remera del Che Guevara y odiar al Estado. Pero la realidad es que los últimos 20 años de Argentina fueron de no dar vuelta la página sino escribir una nueva, para la historia argentina después de la dictadura y del menemismo. Los jóvenes que estaban mal porque no tenían un peso, porque la economía en Argentina está re difícil, porque en sus casas sus papás no paraban de quejarse, porque ellos veían que no se iban a vivir poder solos nunca, se rebelaron contra el sistema como en ese momento podían que era con el discurso de derecha, pero no creo que sean de derecha.

 El rock fue la expresión musical que resistió a la dictadura, ¿cuál crees que es hoy?

A diferencia de los setenta ya no podemos mirar más a un estilo de música como voz para resistir. Eso es algo que cambió los últimos años que a mí me encanta. A veces me encuentro con músicos del folclore, del tango, de la cumbia y el rock y todos hablamos porque nos une una ideología y convicción más que un estilo de música. Eso hoy se ve y se vive. Trueno con Victor Heredia es un ejemplo de eso, de dos artistas queriendo comunicar lo mismo de diferentes maneras.

 ¿Qué le dirías a una piba que se quiere iniciar en la música y no sabe cómo hacerlo?

Le diría que arme tribu de trabajo, que se rodee de un equipo de pares y que trabaje de la forma más cooperativa que pueda, que de esa forma va a poder continuar haciendo arte toda su vida. Si trata de destacarse entre todas, ser la mejor en algo y tener gente trabajando para ella para lograrlo lo más probable es que eso termine funcionando mal en algún momento. Por eso está bueno armar equipo, tribu y encontrar un buen grupo que te haga sentir muy bien y que vos también hagas sentir muy bien. Armar una familia tan humana como artística.

¿Te sentís parte de la industria musical?

Me siento por fuera de la industria musical en la manera de trabajar porque no tengo sello discográfico pero no me siento para nada excluida. Eso me hace sentir muy bien. Que igual me inviten a participar de los espacios y de los eventos siendo que no tengo contrato con ninguno de esos espacios me hace sentir que hoy hay más diversidad con respecto a la industria musical. Está la industria pero también está la escena musical, yo me creo más parte de la escena. La industria está dentro de ella y no pueden dejar afuera a la escena. Hoy tenes un montón de bandas desde “La Delio Valdez” o “Él mató” que son superautogestivas e igualmente forman parte de muchos espacios.

 ¿En qué momento de tu carrera crees que estás?

Estoy en mi mejor momento hasta ahora, muy feliz a nivel musical porque tengo las posibilidades, gracias al público, de poder grabar, girar y tocar. Al mismo tiempo, me siento lo suficientemente grande como para no querer formar parte de ciertos espacios y que se sienta bien, puedo elegir donde quiero estar. Me costó mucho encontrar ese lugar y me hace muy bien poder elegir qué música hacer, dónde tocar, con quién tocar, por qué tocar. El público que tengo es un público increíble, que coincide en las cosas que más me importan, es muy lindo hacer música y que la gente que consume esa música sea gente que le importa lo que tengas para decir y que quiera participar de eso.

«Estamos en guerra»

«Estamos en guerra»

El psicoanalista, docente, periodista y escritor Alfredo Grande reflexiona sobre el escenario social y político luego de la victoria de Javier Milei. ¿Se observa un fenómeno cada vez más explícito del goce con el sufrimiento ajeno?  

A días de la asunción presidencial de Javier Milei, Alfredo Grande, escritor y psicoanalista, analiza la situación política y social actual. Invita a repensar la relación entre el Estado y el pueblo, el triunfo histórico de la derecha y el fenómeno creciente de ciertos discursos de odio.

En un contexto donde prima una sensación de incertidumbre, el psicoanalista sostiene que no hay tiempo para reproches: “Lo que nos queda ahora es hacer una severa autocrítica, cosa que no todos quieren y pueden hacer”.

Grande es un hombre con amplias capacidades. Es psiquiatra, psicoanalista, docente, actor teatral, escritor y periodista. Escribe regularmente en la Agencia de Noticias “Pelota de trapo” y conduce, junto con Irene Antinori, el programa radial “Sueños posibles” por La Retaguardia. Además, es miembro fundador de la cooperativa de Trabajo en Salud Mental el “Ático”.

 Estas últimas semanas se hicieron públicas varias manifestaciones como comentarios festivos por aquellos que van a perder su trabajo, discursos de odio y racismo, “escraches públicos», entre otros. ¿Observás que este fenómeno crece cada vez más?

Sí. Lo que pasa, es que hay una cuestión generacional. Para los que vivimos situaciones en la dictadura, dicen que nos acostumbramos pero a mí no me sorprende.

No considero que la violencia sea el absoluto mal. Hay violencias que en una época se decían ser revolucionarias y otras contrarrevolucionarias, obviamente. En este caso, yo siempre diferencio violencia de crueldad como dos registros distintos.

Clausewitz, un teórico militar prusiano muy citado, acuñó una frase de esas que son para siempre: “La política es la continuación de la guerra por otros medios”. En la actualidad, hay una divisoria de aguas entre “La política es superadora de la guerra” y “la política es la continuación de la guerra por otros medios”. Es muy importante empezar por ahí.

Desde ya que muchos consideran válida la primera opción. Yo no creo en eso. Hace más de cuarenta años que Alberto Morlachetti, el creador de “Pelota de trapo”, la agencia de Noticias que forma parte del Movimiento Nacional Chico del Pueblo, acudió a la frase “El hambre es un crimen”. El hambre es una masacre dirigida especialmente a los sectores más vulnerabilizados. Existe y seguirá existiendo. Entonces, si la política es la continuación de la guerra, no nos puede sorprender que ciertas políticas activen mecanismos que solamente se ven en la guerra. Por supuesto que es deplorable, pero no es sorprendente. Si alguien se sorprende con esto es porque está mal informado, nació en cuna de oro o directamente es cómplice. Tampoco sorprende el atrevimiento del fascismo ni del nazismo. La violencia contrarrevolucionaria, que yo llamó crueldad, está siempre. Inclusive en las primaveras democráticas de las políticas del estado bienestar.

La derecha conoce al sujeto para someterlo. Y la izquierda no lo conoce para liberarlo

Alfredo Grande

Ahora que ganó Milei, ¿se pueden sentir más legitimados aquellos enuncian los discursos de odio?

Sí, claro. Antes eran más cobardes o hipócritas. La derecha y el fascismo esperan su oportunidad histórica. Evidentemente ahora la tiene. Yo creo que Milei es un efecto, no una causa. Hay que arrancar pensando “¿Por qué Milei?” como en su momento fue “¿Por qué Macri?”. Nadie le prestó atención a eso. Los cuatro años de gobierno de Mauricio Macri no sirvieron para pensar por qué llegó al poder.

Si bien cuando asumió Macri no se observó tanto, hoy la diferencia está entre lo encubridor y lo descubridor. En la apariencia, sin Macri no existía Milei y sin Menem no existía Macri. Yo viví el menemismo triunfante y observé todo el apoyó que recibió del peronismo en su momento. Es una continuidad que pocos quieren ver. Porque es un espejo que los muestra como cómplices, no como víctimas.

 

¿Tampoco sorprende la idea de que el mismo pueblo y no solo un sector privilegiado votó por este candidato?

La idea de pueblo hay que desconstruirla rápidamente. La frase “El pueblo nunca se equivoca” es un mito absoluto. El pobre se equivoca, acierta y ambas cosas al mismo tiempo. El pueblo es una realidad no coherente y absolutamente contradictoria.

Milei ganó en muchos lugares muy humildes. ¿Por qué sucede? Porque no tienen conciencia de clase. Hoy, el mito del ascenso social es un desplazamiento. La aspiración de un proletario es ser burgués. Pero no pueden ser todos burgueses. Entonces, los extranjeros, los negros, los indios, los villeros, los piqueteros, todos ellos ¡Afuera! Eso jode. Pero no joden a la clase alta, a ellos ni los tocan. Joden a la clase media. La lucha de clases se da entre pobres e indigentes. Eso siempre lo explota la derecha. Yo tengo un aforismo que dice “La derecha conoce al sujeto para someterlo. Y la izquierda no lo conoce para liberarlo”. La prueba de esto es la publicidad. Nunca falla a la hora de fomentar un consumo.

Por otro lado, el voto ha sido capturado por la derecha. El voto nace como una herramienta contra el famoso fraude patriota, pero ahora son campañas publicitarias. Perdió toda cualidad de cambio. Es más, como hay voto, estos candidatos son legítimos. Porque el voto te da legitimidad. La derrota es absoluta. Es una derrota cultural. Por ejemplo, el famoso voto en blanco surgió cuando el peronismo estaba proscripto. Ahora no hay partidos proscriptos. Ni siquiera a Milei lo proscribieron. ¿Reivindican la dictadura? Bueno, eso es un delito. No podés ser candidato. Existen estas herramientas, pero no las usan. 

 

Prendió la idea de “mejor destruir lo que tenemos en vez de mejorarlo”

Desde la perspectiva de los privatizadores, el objetivo es maximizar la tasa de ganancias. ¿Porque Edesur y Edenor siguen siendo empresas privadas? ¿Por qué el Estado no administra la energía? No nos quedamos sin luz, nos quedamos sin electricidad. Otro ejemplo, es YPF. No es una empresa estatal en su totalidad. Solo en un 51%. En esos huecos enormes que se dejan, aparece la derecha fascista y se hace un picnic. Lo que es muy interesante, es repensar esa relación unívoca entre Estado y pueblo. El Estado necesita población y territorio. Estos dos elementos lo conforman. Sin embargo, vos vas a la Patagonia y la encontrás en manos extranjeras. ¿Qué hicimos con la Patagonia? Debería estar superpoblada. Yo creo que Milei es un efecto de todo esto. Si los buenos no actúan, vienen los malos. Es la historia de la humanidad. No hay muchas dudas en eso.

¿Se puede plantear que peligra la paz social?

Absolutamente. No es que peligra la paz, no hay paz. No puedo saber hace cuánto, pero estamos en guerra. Por ahí alguna vez más o menos maquillada. En Argentina, un 60% de pibes con menos de 11 años sufre hambre. Si eso no es guerra, ¿qué es? Lo peor es que estamos desarmados.

 

¿Qué esperás para los siguientes años?

Espero que la clase trabajadora termine de tomar conciencia. Si estamos en guerra hay que ganarla. Hace rato que vivimos en una batalla cultural. Por lo tanto hay una guerra cultural. El tema es no negarla. Necesitamos ganarla y eso no se puede hacer negociando. En una época se decía que un fascista era un liberal asustado. Hoy los liberales ya no se asustan más, ahora los asustados somos nosotros. Entonces yo lo que te diría, y me lo digo a mí mismo, es que hay que apostar a la batalla cultural. Si se pierde este horizonte, te gana la derecha porque le permite crear consensos.

 

Primó una sensación de “No queda de otra” en toda la campaña y sobre todo a la hora de votar. 

Sí, totalmente. Por eso también es una batalla cultural. Siempre hay otra opción. No solamente otra. Hay otras y otros. Eso de “no queda otra” es la ética de la resignación que es el gran triunfo de la derecha y del fascismo.

 

-¿Y cómo se puede empezar a militar esta batalla cultural?

 

-Bueno, esta charla es un aporte en ese sentido. En una época había grupos de discusión, de formación, se leía y se pensaba mucho. Hay muchísimos escritos de autores nacionales e internacionales. Cada vez que aparece un autor, todo el mundo corre detrás de la última novedad, pero, ¿leyeron a José Ingenieros, a Karl Marx, inclusive a Juan Perón? ¿Leen? Lo primero es la formación, que lamentablemente se ha perdido. Es necesario retomarlo.

El periodista que incomodó a Videla y se transformó en portavoz de Alfonsín | Estuve ahí

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José Ignacio López fue uno de los pocos que se animó a desafiar la censura en plena dictadura. Su recompensa fue convertirse en el vocero del primer presidente en el regreso de la democracia.

40 AÑOS – COMUNICACIÓN Y DEMOCRACIA (1983 – 2023)

ANCCOM –junto a la Carrera de Ciencias de la Comunicación y a la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA- lanza Estuve ahí, un ciclo de entrevistas audiovisuales a los protagonistas de estos 40 años de democracia que celebra la Argentina.

 

La serie recorre los temas más trascendentes que tejieron la trama social desde 1983: los derechos humanos, la vida política, el mundo del trabajo, la economía, la deuda externa, la vivienda, los pueblos originarios, el campesinado, las luchas de género y diversidades, el ambientalismo, la cultura y el mundo de la comunicación, entre muchos otros.

Cada conversación constituye un verdadero diálogo intergeneracional entre los jóvenes periodistas de la agencia y aquellos que escribieron la historia.

Estrenamos todos los lunes! La primera, que estará disponible el próximo 28 de agosto, será a Estela Barnes de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.

Entre los entrevistados se pueden mencionar a Adolfo Pérez Esquivel, Estela Carlotto, León Arslanián, Héctor Recalde, Federico Pinedo, Gustavo Grobocopatel, Mercedes Marcó del Pont, Daniel Arroyo, Dora Barrancos, Myriam Bregman, Juliana Di Tullio, Ana Castellani, Noemí Brenta, Luis Felipe Noé, Daniel Divinsky, Eduardo Longoni, Moira Millán, el padre Pepe Di Paola, Flavio Rapisardi, Emilce Moler, Manuel Goncalvez, Gervasio Muñoz, Enrique Viale y Damián Loreti, por mencionar solo algunos.

Créditos

ANCCOM
Equipo Audiovisual: Eduardo Morales ? – Jairo García – Noelia Pirsic
Producción Periodística: Diego Rosemberg, Sebastián Comellini, Clarisa Veiga, Ángel Berlanga, Cecilia Chervabaz, Esteban Magnani, Guillermo Wulff, Alejandro Cánepa, Horacio Cecchi, Adriana Meyer, Federico Corbiere.
Producción Fotográfica: Victoria Gesualdi y Leandro Teysseire.
Redes y Contenidos Digitales: Julio Alonso y Estefanía Hernández.
CEPIA
Florencia Mendes, Javier Ildarraz, Gustavo Intrieri, Nadia Rebrij, Florencia Canosa, Juan Lescano, Jorge Pinola.
Autoridades CCOM
Larisa Kevjal – Directora
Dolores Guichandut – Secretaria Académica | Sebastián Ackerman – Coordinador Técnico | Yamila Campo – Coordinadora Centro de Prácticas
Equipo de trabajo
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El desafío de construir un Estado democrático | Estuve ahí

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La serie recorre los temas más trascendentes que tejieron la trama social desde 1983: los derechos humanos, la vida política, el mundo del trabajo, la economía, la deuda externa, la vivienda, los pueblos originarios, el campesinado, las luchas de género y diversidades, el ambientalismo, la cultura y el mundo de la comunicación, entre muchos otros.

Cada conversación constituye un verdadero diálogo intergeneracional entre los jóvenes periodistas de la agencia y aquellos que escribieron la historia.

Estrenamos todos los lunes! La primera, que estará disponible el próximo 28 de agosto, será a Estela Barnes de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.

Entre los entrevistados se pueden mencionar a Adolfo Pérez Esquivel, Estela Carlotto, León Arslanián, Héctor Recalde, Federico Pinedo, Gustavo Grobocopatel, Mercedes Marcó del Pont, Daniel Arroyo, Dora Barrancos, Myriam Bregman, Juliana Di Tullio, Ana Castellani, Noemí Brenta, Luis Felipe Noé, Daniel Divinsky, Eduardo Longoni, Moira Millán, el padre Pepe Di Paola, Flavio Rapisardi, Emilce Moler, Manuel Goncalvez, Gervasio Muñoz, Enrique Viale y Damián Loreti, por mencionar solo algunos.

Créditos

ANCCOM
Equipo Audiovisual: Eduardo Morales ? – Jairo García – Noelia Pirsic
Producción Periodística: Diego Rosemberg, Sebastián Comellini, Clarisa Veiga, Ángel Berlanga, Cecilia Chervabaz, Esteban Magnani, Guillermo Wulff, Alejandro Cánepa, Horacio Cecchi, Adriana Meyer, Federico Corbiere.
Producción Fotográfica: Victoria Gesualdi y Leandro Teysseire.
Redes y Contenidos Digitales: Julio Alonso y Estefanía Hernández.
CEPIA
Florencia Mendes, Javier Ildarraz, Gustavo Intrieri, Nadia Rebrij, Florencia Canosa, Juan Lescano, Jorge Pinola.
Autoridades CCOM
Larisa Kevjal – Directora
Dolores Guichandut – Secretaria Académica | Sebastián Ackerman – Coordinador Técnico | Yamila Campo – Coordinadora Centro de Prácticas
Equipo de trabajo
Lucía Thierbach, Grisel Schang, Paula Morel, Emilia Silva y Sebastián Comellini