El profe del Diez

El profe del Diez

Por Franco Ojeda

Fotografías: Gentileza Telam

«Yo estaba condenado a una vida intrascendente y aburrida y él la transformó en una vida maravillosa que ni en el mejor de los sueños la hubiese imaginado”, dice Signorini.

Jalisco, México, está a 7.778 kilómetros de Buenos Aires. Allí, donde Diego Maradona alcanzó la cumbre del fútbol mundial, se encuentra el hombre que lo preparó, Fernando Signorini. “El Profe” o “Ciego”, como afectuosamente le decía el pibe de Fiorito, trabaja actualmente para el Chivas de Guadalajara.

En coautoría con Luciano Wernicke y Fernando Molina, Signorini acaba de publicar Diego desde adentro, un libro editado por Editorial Planeta en donde cuenta su historia junto a Maradona, desde el momento en que se conocieron en Barcelona hasta su experiencia en la Selección Argentina.

“Fue el 28 de junio de 1983”, rememora con una sonrisa. Nacido en 1950 en Lincoln, provincia de Buenos Aires, a mediados de los 80 Signorini partió hacia Barcelona para estudiar los entrenamientos del entonces DT azulgrana César Luis Menotti. Era un día caluroso cuando el Profe vio que de un auto bajó Maradona un poco nervioso porque los portones del club estaban cerrados. Al ver la situación, Signorini dijo: “Viste Diego, después dicen que a los que madrugan Dios los ayuda”. “Tenés razón –le contestó el diez–, soy un verde, es la primera vez que llego temprano y está todo cerrado”.

Luego de ese primer encuentro, siguieron en contacto y Signorini se ganó el afecto y la confianza de Maradona. “A partir de esas reuniones empezamos a establecer una relación basada en la cordialidad, respeto y sobre todo lealtad”, subraya el Profe. El 24 de septiembre de 1983 marcó un antes y un después en el vínculo. Ese día, Diego sufrió la fractura del tobillo izquierdo en un partido contra el Athletic Bilbao, tras un tremendo patadón de Andoni Goikoetxea. Signorini participó del proceso de recuperación, considerado como milagroso porque Diego regresó a los campos de juego 100 días después de su paso por el quirófano.

“Fue un privilegio haber participado, porque de los miles de profesionales, Diego me eligió a mí para ejercer como preparador físico de un futbolista, una figura que hasta ese momento no existía”, señala Signorini. “Era asombrarme de las respuestas casi inmediatas y ante diferentes estímulos. Fue una recuperación que muy difícilmente la hubiera logrado una persona común y eso me dio la pauta que él no era uno más. Era un animal de competición, un gallo que quería pelear, que le peleaba a la mala suerte”, agrega.

 

Diego puso de rodillas a toda la industria construida alrededor de Italia ´90

Fernando Signorini

 

Ho visto a Maradona

Maradona es sinónimo de Nápoles. No sólo desplegó allí su mejor juego en el continente europeo, logrando títulos a nivel local e internacional, sino se transformó en el abanderado de lucha del sur, históricamente relegado frente a la opulencia del norte de Italia. Se metió en el corazón de los tifosi napolitanos que lo inmortalizaron con el cántico “Ho visto a Maradona”, entre tantas ofrendas.

“Su llegada fue como si pateás un hormiguero. Explotó todo, porque de verdad fue una catarata de afecto. Yo sigo pensándolo y no lo puedo creer”, asegura Signorini tocándose la frente al recordarlo. “Había tanto cariño con Diego que hasta, a veces, era un poco exagerado”, opina alegremente el Profe y sostiene: “El hombre es un animal de costumbres y por suerte tengo la facilidad de adaptarme a cualquier ambiente”.

Luego de la victoria de Argentina frente a Alemania en la final de México 86, adentro del vestuario, Signorini motivó a Maradona para el siguiente objetivo: “Él estaba en la ducha, luego del festejo, mientras yo sostenía el trofeo. Él me decía un montón de cosas de la copa, pero yo le dije ‘ya está, esto ya pasó, así que ahora tenés que prepararte para el próximo objetivo, el Scudetto’. Su reacción fue obvia. ‘¿Por qué no te vas a la puta que te parió? Dejame festejar’”.

Hacia 1987, las situaciones extradeportivas acechaban la figura de Maradona y fue Signorini quien ofició de soporte anímico e intervino en algunos de sus conflictos. “Teníamos una relación mutua de empatía. No sé por qué él tenía tanta confianza en mí, pero no tuve problemas en interceder por él y decir las cosas por su nombre. Diego en muchas ocasiones dijo que yo lo ayudé a mantener los pies en la tierra. Creo que fue exagerado, pero eso se debe a la relación de respeto mutuo”, afirma Signorini. En esa temporada, Maradona terminó de consolidar su mito obteniendo la primera Liga Italiana para el Nápoli.

Cuatro años más tarde, con el primer doping positivo y una suspensión de 12 meses, Maradona puso fin a su etapa en el fútbol italiano. “Fue la situación más triste que me pasó con Diego, porque fue el fin de una relación de mucho amor entre él y los napolitanos”, evoca Signorini.

«Diego era un animal de competición, un gallo que quería pelear, le peleaba a la mala suerte”, dice Signorini.

Diego y la Selección

            México 86 fue el primer mundial de Signorini junto a Maradona. Lo prepararon con el apoyo de un fisiólogo italiano. “Diego comenzó a visibilizar el Mundial antes que nadie. Por eso nos preparamos tres meses antes, porque él sabía a dónde iba a jugar”, remarca Signorini en relación a la climatología y el nivel de oxígeno en suelo azteca. “Ese contexto adverso podría ser beneficioso para Diego porque no iba a padecer las marcas asfixiantes a las que él estaba acostumbrado”, explica. “El Mundial está hecho para vos o para Platini, eso depende de vos”, le dijo Signorini, quien usaba al volante francés de la Juventus para motivar a Maradona.

“Me di cuenta que era su Mundial cuando él dijo a la prensa: ‘Yo seré la figura´ –cuenta Signorini–. Yo sabía que, si Diego no se lucía, el equipo lo iba a hacer. Entonces usé esa manera de desafiarlo y siempre considero que un gramo de tejido cerebral pesa más que 76 kilos de músculo. Por eso, cuando dijo esa frase, pensé ‘agárrense que el león dio el zarpazo’”. El rol de capitán y líder no sólo futbolístico sino también anímico del Seleccionado fue fundamental. “Tenía un carisma, una sonrisa, su mirada era contagiosa, sus gestos, su optimismo para apoyar a sus compañeros… La verdad fue un ser tocado por la varita”, se emociona Signorini.

En Italia 90 el contexto era diferente. Maradona venía de ganar su segundo Scudetto y era visto en el norte como el enemigo número uno. En ese torneo, las lesiones en el tobillo fueron un condicionante para su juego, pero lo suplió con otra faceta. “Diego era capaz de soportar el dolor, él no tenía obstáculos porque para él lo más importante era la Selección”, destaca Signorini, quien sostiene que el partido más importante de esa copa ocurrió en Nápoles, en la semifinal contra Italia. En una conferencia de prensa previa al partido, Diego se animó a criticar el falso nacionalismo italiano y esto caló hondo en los hinchas del Nápoli. “A través del fervor y todo el agradecimiento que ellos tienen por Diego, gran parte de ellos estuvieron contentos de que Diego pusiera de rodillas a toda la industria construida alrededor de ese torneo”.

La preparación para Estados Unidos 1994 fue la más conmovedora. Maradona decidió entrenarse en un campo en La Pampa para encontrar paz y tranquilidad. “Fueron los mejores diez días que pasé junto a él –manifiesta Signorini–. Era un lugar que lo volvía a poner en contacto con la naturaleza y lo hacía recordar sus años en Fiorito. Al principio no quería estar ni un minuto, pero luego no se quería ir más de ahí por el cariño que recibió de la gente del lugar”. Según el Profe, la salida de Diego durante aquel mundial fue desmoralizadora para el conjunto argentino que no se pudo recuperar de su ausencia: “Fue la mejor Selección a nivel individual que se conformó, pero su partida aplacó todas las ilusiones”.

En 2008, Diego regresó a la Selección como entrenador y Signorini lo acompañó como preparador de ese equipo que participó en Sudáfrica 2010. “Fue la guinda del postre y que él haya confiado en mí para preparar a esos jugadores, yo no le puedo pedir más a la vida”, agradece Signorini, quien, con modestia, prefiere no decir qué fue Diego en su vida, pero con una sonrisa responde: “Yo estaba condenado a una vida intrascendente y aburrida y él la transformó en una vida maravillosa que ni en el mejor de los sueños la hubiese imaginado”.

¿Un argentino en la luna?

¿Un argentino en la luna?

 «Lo primero que hice cuando tuve una cámara fue apuntar al espacio”, cuenta Andrés Jones, realizador visual de efectos especiales, publicista, astrónomo aficionado desde pequeño y… ¿primer argentino en ir a la luna? Es pronto para decirlo, pero asegura que quiere ser uno de los ocho turistas que viaje al satélite terrestre en 2023.

Con sus primeros trabajos audiovisuales Jones compró su primera cámara reflex para capturar el cielo nocturno. Esta pasión no es mera casualidad porque estaba predestinada. Todo comenzó cuando Andres tenía unos cinco años y jugaba con un compañero, a quien su padre le regalaba juguetes de la NASA. A partir de ese momento, empezó a interesarse por el cielo. El punto de quiebre fue cuando llevó su libro favorito de astronomía al colegio y su maestra de primaria le dio una palmadita en la espalda de aprobación. Ese empuje, pero también curiosidad, sembró una semilla que creció hasta hoy, convirtiéndolo en un profesional de la fotografía.

Su pasión por el cielo se desarrolló a la par de producciones fotográficas y hasta el momento su único vínculo con el espacio era la recreación visual del espacio para documentales. Luego de unos años y ya con su Reflex en la mano, decidió dedicarse a la astrofotografía sin saber que su vida cambiaría tras el anuncio de Yusaku Maezawa, fundador CEO del negocio de moda más grande de Japón, ZozoTown: “Les invito a acompañarme en esta misión. Ocho de ustedes, procedentes de todo el mundo, viajarán conmigo a la luna”, dice el multimillonario en el video de su página oficial. El japonés habría comprado en 2018 todos los boletos para llevar a cabo el viaje privado de SpaceX que pertenece a la compañía de Elon Musk, la cual transportará a diez o doce personas.

 

Para muchos, esta propuesta fue descabellada. Andrés, por el contrario, no tardó ni tres segundos para inscribirse: «Estaba con mi pareja y le dije ‘Me inscribí para ir a la luna’. Ella incluso se anotó», comienza narrando. «Después le mandé un mensaje a mi hija contándole que me había anotado y me respondió ‘No es normal que a uno le llegue un mensaje así’”. Aun así, Andres cuenta con el apoyo de su familia para emprender esta travesía.

La última vez que los humanos alunizaron fue en diciembre de 1972, durante la misión Apolo 17, tripulada por los astronautas de la NASA Eugene Cernan, Harrison Schmitt y Ronald Evans. Durante la conferencia de prensa de lanzamiento de este proyecto, Musk dijo: “La intención es ayudar a avanzar en la tecnología de cohetes hasta convertirnos en una especie de múltiples planetas y una verdadera civilización espacial».

 

En este caso, la idea principal del japonés era que participaran pintores tradicionales. Sin embargo, cuenta en un video que durante años reflexionó sobre el concepto de «artista” llegando a la conclusión de que es “cualquier persona que haga algo creativo”. Para el astrofotógrafo esta particularidad se debe a que el empresario pone el ojo en la creatividad y no tanto en el arte clásico: “El artífice siempre transmite cosas pero en este caso, él no habla de ramas como podría ser un pintor sino de personas creativas. En este caso, yo soy creador audiovisual pero hoy me dedico de lleno a la fotografía nocturna. Esto es lo que me apasiona y por eso busco la creatividad en mis trabajos”.

 

Respecto al proceso de selección en curso, Jones detalla como fundamental el uso de computadoras actualizadas con un sistema operativo sólido para realizar diversas tareas en la página DearMoon. “Una de las primeras fue redactar nuestro proyecto de vida justificando como este viaje lo potenciaría. También tenías que enviar tres fotos personales, información sobre redes sociales y número de seguidores». En este sentido, es interesante pensar por que sería necesaria esta información para poder participar. Asimismo, detalló Spacex, la intención es generar turismo espacial con un aeropuerto en la luna. Hasta el momento, no está esa estructura así que este sería un vuelo orbital similar a lo que hizo la famosa misión del Apolo 11.

Como explicó el empresario nipón, quienes queden seleccionados, pasarán por tres instancias más que incluyen tareas, videoconferencias y chequeos médicos; a su vez Maezawa se hará cargo de todos los gastos, tanto del entrenamiento como del viaje. En cuanto a la confirmación, se estima que para junio estén los seleccionados para empezar el entrenamiento en EE.UU. “Si yo no quedo, me gustaría que algún argentino o latinoamericano quede seleccionado: esta es una gran experiencia para vivirla de cerca”, cierra el entrevistado.

 

Viajar a la luna es uno de los proyectos con más interés en los últimos años. Esto quiere decir que SpaceX no es la única compañía que trabaja en brindar unas vacaciones fuera de la Tierra, ya que otras empresas privadas han estado construyendo diversas formas de llevar turistas al espacio. Una de esas empresas es Orion Span que pertenece a Amazon y permitiría a partir del 2022 visitar la Estación Espacial Aurora. La pregunta central es qué tan caros serán los viajes y quienes estarían en condiciones de pagarlo. Las reservas ya están abiertas por 80.000 dólares, que formarán parte del total del precio, que asciende hasta los 9,5 millones de dólares por cabeza. La compañía asegura que seiscientas personas ya compraron sus pasajes, incluidas celebridades como Leonardo DiCaprio.

Todavía es pronto para saber con exactitud cuál de estas compañías encabezará este viaje. ¿Estamos más cerca de poder pasar las vacaciones fuera del planeta? En el mejor de los casos, algunos podrán hacerlo. ¿Quién ganará la carrera espacial, en versión privada, de llevar a los primeros turistas? ¿Será Andres Jones uno de los primeros junto a SpaceX y Yusaku Maezawa?

Trabaja en el Mercado Central, es madre de mellizos y se consagró campeona argentina de fútbol

Trabaja en el Mercado Central, es madre de mellizos y se consagró campeona argentina de fútbol

Carolina Troncoso la tiró larga por la derecha, le ganó en velocidad a la lateral de River y tiró un centro bajo al área. Recibió Andrea Ojeda de espaldas al arco, marcada de cerca, y pivoteó rebotándola hacia atrás. A la altura de la medialuna del área, con el número 16 en la espalda, apareció Lorena Benítez a la carrera para entrarle de lleno a la pelota y clavar un derechazo inatajable contra el palo derecho. Transcurrían tan sólo 30 minutos del primer tiempo y ya Boca goleaba a River 3 a 0 en la final del primer torneo semiprofesional de fútbol femenino argentino. Todas corrieron a festejarlo con ella, que terminó aplastada debajo de una montaña de compañeras que gritaban desaforadas.

“No soy de pisar el área o gambetear a la arquera. La mayoría de mis goles fueron remates de afuera, pero bueno, no son muchos”, se sincera Benítez. Con 22 años, la volante central es una prodigio del fútbol femenino nacional: formó parte del seleccionado que jugó el histórico Mundial de Francia en 2019, fue referida como una de las mejores jugadoras de futsal en el mundo y, la semana pasada, le fue otorgado el premio a Mejor Jugadora del Torneo tras la final que ganó Boca en un descomunal 7 a 0 frente a River.

Las luces se encendieron sobre su fútbol, pero también sobre su maternidad -es madre de mellizos: Renata y Ezequiel- y su trabajo en el Mercado Central. Sin embargo, Lorena no acuerda en que el camino de una jugadora deba ser ese. En esta entrevista con ANCCOM, reflexionará sobre la necesidad de una profesionalización completa del fútbol femenino. Recordará sus orígenes humildes y el camino que abrió ella a la fuerza para ingresar a ese mundo -todavía- abrumadoramente masculino. Con voz cansada luego de un largo día de trabajo y entrenamiento, hablará de fútbol, contará sus sueños y develará sus deseos personales.

Lorena Benítez fue galardonada como la Mejor Jugadora del primer torneo argentino semiprofesional de fútbol femenino.

Boca salió campeón invicto y sin goles en contra. Tanto en la semifinal con San Lorenzo como en la final con River, dos rivales de peso, dominaron completamente el partido. ¿A qué se debió este rendimiento tan alto?

Creo que al esfuerzo nuestro. Desde que empezamos a entrenar durante la pandemia teníamos bien en claro lo que queríamos. Sabíamos que este campeonato iba a ser muy importante porque era el primer torneo semiprofesional, pero también fue clasificatorio a la Copa Libertadores. Pudimos demostrar la preparación y las ganas que teníamos en la cancha y ganando el campeonato.

Normalmente, el fútbol femenino se juega en las canchas auxiliares de los clubes. Pero la final la jugaron en el Estadio José Amalfitani, la cancha de Vélez Sarsfield. ¿Se sintió el cambio por disputar el partido en un campo de juego más amplio?

Sí, obviamente. Nos cuesta un montón a nosotras jugar en los estadios porque obviamente el césped es distinto, las dimensiones de la cancha también. No estamos acostumbradas. Aunque no se notó por las ganas que teníamos y porque corrimos desde el primer minuto.

¿Esa fue también una de las dificultades que tuvieron cuando jugaron el Mundial en 2019?

Sí, aparte también de que los otros países tenían otra preparación. Es muy notorio en comparación a lo que es Argentina. Yo había dejado de trabajar hacía una semana antes de viajar; nosotras queremos vivir tranquilamente de esto, dedicarnos cien por ciento a lo que es el fútbol.

¿Qué cambios paulatinos fueron viendo a partir de la semiprofesionalización del fútbol femenino?

Los espacios, más que nada en el club, que nos fuimos ganando. Por ahí, en vez de una cancha de entrenamiento, ahora tenemos dos o tres a disposición. También una sala de kinesiología, una sala de rehabilitación, de pileta, de hielo. Todas esas cosas que antes no las teníamos para la preparación de un equipo son fundamentales. Lo mismo la alimentación, más entrenamiento, todas esas cosas las fuimos ganando poco a poco.

¿Y qué haría falta para que Argentina pueda ponerse a la par del resto de los países?

Los sueldos, más que nada. Que todas podamos vivir realmente de esto y que ninguna jugadora tenga que salir a trabajar de otra cosa. Una persona que sale a trabajar de madrugada, a la mañana, o lo que sea, no rinde lo que realmente tiene que rendir. Entonces, hace falta que podamos vivir de esto y todas nos dediquemos por completo al fútbol.

Bueno, vos trabajás en el mercado central. Con la profesionalización del fútbol, ¿tenés la necesidad económica de seguir trabajando ahí?

Lo que nosotras ganamos no alcanza, más como está el país. No sé si llega a un dos por ciento de lo que gana el masculino. Yo soy madre de mellizos y quiero lo mejor para ellos. Entonces, mi intención es salir a trabajar para que ellos puedan estar bien y nosotras -su pareja, Verónica Rivero- también.

«Lo que ganamos no alcanza», subraya Benítez.

¿Cómo lo complementás el trabajo con el fútbol, el futsal y tu familia?

Yo entro a trabajar a las 9 de la mañana hasta las dos de la tarde. De ahí salgo directo a entrenar. Entrenamos tres horas al día, seis días a la semana. Llego tipo a las 19 o 20 horas a mi casa, tengo una hora, hora y media de viaje dependiendo el tráfico. Y, por último, que los nenes me dejen descansar. Es bastante poco lo que llego a dormir a veces. El año pasado dejé de jugar al futsal directamente.

¿Por qué?

Porque el club donde jugaba, Kimberley, se desafilió en el femenino. Ahí se desarmó todo el plantel. Igualmente siempre estuve pensando en el descanso que necesitaba y el tiempito para estar con los mellis.

Yendo al plano personal, ¿cómo era tu familia cuando eras chica?

Nací en Lomas de Zamora y viví toda la vida en Luis Guillón. Mis padres son paraguayos, como toda mi familia, que es muy humilde. Terminás remando todo vos sola. Mis padres obviamente me apoyaban en lo que quería, pero también tengo siete hermanos. Cuando estaba en la Selección, en la sub-17, la remaba sola. Y bueno, siempre lo que ganaba era muy mínimo, llegaba a juntar para poder quizás comprarme un botín o ayudarla a mi mamá a comprar las cosas. Una familia muy humilde que por suerte pudo salir adelante. Hoy con lo poco que puedo llegar a generar con el trabajo y el fútbol los sigo ayudando.

¿A qué edad comenzaste a interesarte en el fútbol?

Desde muy chica. Uno de mis hermanos, que andaba atrás mío siempre, me enseñó a patear y demás. Después, mis tíos también siempre estuvieron atrás mío enseñándome a jugar desde muy chica. Jugué en el club del barrio, de la esquina de mi casa, con los varones. De ahí fui a una escuelita de fútbol femenino cuando tenía 11 años y ahí conocí a un entrenador de chicas que en ese momento estaba en San Lorenzo y fui a jugar ahí. Así empecé.

Varias veces contaste que te costó jugar en el club de tu barrio por ser mujer.

Sí, en mi categoría fui más que nada un poco rechazada. En categoría 98, el técnico no quería que yo jugara por ser mujer. Después tuve la oportunidad de que en la categoría 99 me abrieran las puertas de lo que es el fútbol ahí en el club. Así que estuve jugando desde muy chica con ellos. Por supuesto que me sacaban los aritos y me llamaban “Lorenzo”.

En otras palabras, te hacías pasar por varón para poder jugar al fútbol.

Sí, más que nada para que los otros equipos tampoco me rechacen. Mi técnico sentía que estaba al mismo nivel que los chicos, entonces él siempre estaba contento de que yo jugara. Y obviamente también porque quizás yo le servía.

¿Tenías ídolos a esa edad?

No, mucho fútbol no miraba. Sí Messi, toda la vida. Por cómo juega, por la persona que es. Siempre me llamó la atención en todo sentido, más allá de que jugamos en posiciones totalmente distintas. Al único que miré siempre fue a él. Cuando ya conocí el mundo del fútbol femenino y llegué a jugar en San Lorenzo, empecé a tener referentes de ahí, como Florencia Quiñones. También miro mucho a mis jugadoras. Me asombra la forma de jugar de Florencia Bonsegundo. Pero después no, mucho fútbol no miro.

El 2019 fue un año particular para vos: fuiste madre a la misma vez que jugaste un Mundial. ¿Cómo lo viviste?

El Mundial era algo que no me esperaba, jamás se me había cruzado por la cabeza. No había tenido la oportunidad de estar en la selección mayor porque estaba haciendo el tratamiento de fertilización asistida. Y fue algo realmente increíble, porque un Mundial es el sueño de cualquier jugadora o jugador. Por suerte pude estar ahí. Y por suerte pude estar en el nacimiento de mis hijos. Los disfruté poco pero bueno, creo que el hecho de haber estado cuando nacieron fue el momento más maravilloso de todos.

La buena racha continuó, porque la semana pasada fuiste elegida como la mejor jugadora del torneo con gol en la final incluído. ¿Cómo definirías tu forma de jugar? ¿Sos de pisar el área como en esa jugada?

No, me dicen a veces que le pegue de afuera. Yo creo que no es mi juego. Me gusta jugar un poco más retrasada, tener la cancha de frente, dar pases, asistencias. Creo que el gol no es lo mío. No soy de pisar el área o gambetear a la arquera. La mayoría de los goles fueron de remates de afuera, no son muchos. En la final, la adrenalina del partido me hizo terminar llegando al área y convertir.

Cambiando de tema, también sos madre. ¿Cómo vivís la maternidad? ¿Cómo ven tus hijos que seas jugadora?

Es algo realmente muy hermoso porque creo que tener hijos no se puede explicar. Es un amor aparte de todo. Aparte del deporte, de la pareja. Los disfruto el tiempo que puedo estar con ellos y ellos obviamente disfrutan estando con su madre. Creo que se les nota la alegría cada vez que me ven jugar en la tele y gritan “mamá, mamá”, porque es lo único que saben decir hasta ahora.

¿Qué esperás para ellos en el futuro?

Que sean felices con lo que decidan hacer, con lo que realmente se les presente en el camino. Y ojalá tomen buenas decisiones, pero eso es algo que realmente una no lo puede decidir.

Esto también se relaciona a cómo una futbolista tiene que sobrevivir. Alguna vez contaste que, aún teniendo uno de los mejores salarios en Boca, igual necesitabas otro trabajo para mantener a tu familia. ¿Cómo ves el panorama del fútbol femenino argentino?

Hay que mejorar en muchas cosas. Va a ir creciendo poco a poco, como realmente tiene que ser. No está bueno tampoco pegar unos saltos gigantes, sino ir disfrutando lo que se nos va presentando en el camino. Sí, siempre crecer y no estancarse. En algún momento, no sé si nosotras, pero quizás las que vienen atrás, van a poder vivir de esto.

Hablando particularmente del juego, ¿son distintos el fútbol masculino y el femenino?

Son muy distintos. Los hombres tienen otra fuerza, tienen otro ritmo. El juego en sí es el mismo. La diagonal hay que hacerla igual, los cambios de frente si pueden hacerse se tienen que hacer igual. Lo que cambia mucho es el ritmo y la fuerza que tienen los hombres. Pero después es el mismo deporte y es la misma pasión.

¿No creés que haya ninguna ventaja de lo femenino?

No sé. Me parece que quizás nosotras lo sentimos de otra manera. No sé si llamarlo así, pero creo que también al no ser profesionales, jugar por lo que realmente nos gusta y hacerlo como hobbie, nos lleva a que una lo sienta el doble, digamos.

Hablás de vivirlo de otra forma. El martes pasado jugaron Tristán Suárez contra San Telmo por el ascenso a la Primera Nacional y se podían ver en el partido patadas, gritos, insultos, mañas. ¿Eso sucede en el fútbol femenino?

Me parece que los hombres son un poco más sobreexigentes en esas cosas. Creo que se calientan un poquito más también. Nosotras sí nos pegamos, pero no creo que con una doble intención o algo así. Creo que disfrutamos de lo que hacemos y siempre tratamos de hacerlo de la mejor manera.

Tenés 22 años y una carrera larga por delante. ¿Qué esperás del futuro?

Seguir creciendo, obviamente. Jugar quizás en Europa. Ese el sueño de cualquier futbolista también. Seguir jugando mundiales. Apostar siempre a más.

¿Tuviste ofertas de Europa?

Sí, pero creo que todavía no estaba preparada para ese momento. Prefiero prepararme mejor.

¿Preparar en qué sentido?

En cuanto a lo físico, a la cabeza. En poder llevar a la familia. Un montón de cosas, decisiones que tenés que tomar.

¿Tenés algún sueño en particular?

Creo que ya he vivido un montón de cosas, como el Mundial, que es algo máximo. Ojalá pueda seguir viviendo de lo que es el fútbol o, mejor dicho, llegar a vivir realmente lo que es el fútbol.

“El endeudamiento explica cómo Chile toleró tanta desigualdad”

“El endeudamiento explica cómo Chile toleró tanta desigualdad”

Marco Enríquez Ominami fundó el Partido Progresista de Chile en 2010, también es integrante fundador del Grupo de Puebla. Entre 1990 y 2009 había militado en el Partido Socialista. Fue diputado en el período legislativo 2006-2010, en representación del distrito N° 10, en el que se encuentra la capital, Santiago. Además, fue candidato a presidente en 2009, 2013 y 2017. Su trayectoria está signada por la política desde el inicio en la militancia universitaria.

Actualmente se encuentra inhabilitado para votar y participar en elecciones por el Servel (Servicio Electoral Chileno). Este sábado que pasó, presentó un recurso de protección en contra del Servicio Electoral Chileno para recuperar sus derechos ciudadanos y políticos que le fueron sustraídos en el marco de un proceso judicial abierto en su contra por fraude de subvenciones durante su campaña en 2014.

En las elecciones presidenciales de 2009 obtuvo el tercer lugar con un 20% de los votos. En esa elección, apoyaron su candidatura el Partido Humanista, el Partido Ecologista, el Movimiento Amplio Social (MAS), el Movimiento SurDa, el Movimiento Red Progresista, el Movimiento Regionalista y el Movimiento Unificado de Minorías Sexuales (MUMS). 

“Desde el 18 de octubre de 2019 el pueblo chileno decidió ponerse de pie y participar en el debate económico activamente”, interpretó. Enríquez Ominami en una entrevista. Desde su perspectiva, la sociedad se cansó de vivir endeudada y señala que su tarea política actual es la unidad. Advierte que, si hiciese falta, está dispuesto a ponerse el overol y ser comandante de la misma.

Como rémora de la Constitución de Pinochet, los representantes políticos de las distintas regiones de Chile, son designados por el Poder Ejecutivo. Los chilenos nunca han elegido en las urnas a sus gobernadores. Por eso, la elección que tuvo lugar el 16 de mayo fue histórica: por primera vez la ciudadanía estuvo habilitada para escoger democráticamente a los gobernadores de las 16 regiones del país.

El pasado 13 de junio se realizó la segunda vuelta de las elecciones a gobernador en trece de las dieciséis regiones del país, entre ellas la Metropolitana correspondiente a la Ciudad de Santiago, donde ganó la Concertación.

A propósito del momento político actual que vive la sociedad chilena, ANCCOM dialogó con Marco Enríquez-Ominami.

¿Cuáles fueron los hechos que propiciaron la expresividad política del pueblo chileno en los últimos años?

 Hemos sostenido como progresistas que el milagro chileno se explica, en buena parte, por la bancarización de las y los chilenos. En los años noventa, y también en dictadura, las y los chilenos tuvieron que bancarizarse para pagar su educación, su salud, su previsión, el transporte, etc. Y, por lo tanto, ese endeudamiento privado que explica cómo un país pudo haber tolerado tanta desigualdad durante tantos años, despierta una gran rabia. En particular, el partido Progresista lo que ha dicho es que el presidente de Chile no puede pretender seguir endeudando a una sociedad sobreendeudada, donde el 40% de los chilenos ya no tiene capacidad de endeudamiento adicional. No puede proponer créditos en medio de una pandemia en la que, justamente, hay que disminuir la movilidad, por lo tanto, disminuir la oferta y la demanda, disminuir el consumo, disminuir la actividad económica y, en consecuencia, aumenta el desempleo. Ofrecer créditos en un contexto así es, simplemente, un error.

 ¿Por qué creé que fue esa la iniciativa del gobierno en este contexto?

 Creo que por la falta de empatía. La idea de la derecha para conducir la economía: desde una responsabilidad y austeridad fiscal está basadas en datos que no son ciertos. Chile tenía ahorro fiscal, una deuda pública baja, una buena calificación internacional permitiendo, en un momento excepcional, actuar con un Estado que protegiera, que fuera también excepcional en su comportamiento. Lo que ellos hicieron fue, con ideas conservadoras, enfrentar una crisis que requería mucha  audacia.

 ¿Cuáles son los elementos más conservadores en la Constitución promulgada por la dictadura pinochetista?

 La Constitución actual es la que establece que Chile sea la Corea del Norte del capitalismo. Por ejemplo, en que el Estado es esclavo del mercado, en que no exista descentralización efectiva de las regiones, en que tengamos una monarquía napoleónica y borbónica, en que no tengamos una democracia participativa y directa junto con la democracia representativa y liberal, junto al no reconocimiento del derecho al trabajo.

¿Qué relevancia política tiene la Convencional Constituyente recientemente electa?

 Creo que el proceso Constituyente es esencial. Aunque las cifras también indican que no tocamos el corazón de los chilenos. Recordemos que del 100% del padrón habilitado votó apenas el 43% e incluso los chilenos votaron más por sus alcaldes, por sus consejeros municipales, que por sus constituyentes. Por tanto, eso no le quita la legitimidad necesaria a esa fantástica Constituyente. Aunque es cierto que tampoco se tocó el alma profunda de Chile. Este es el desafío que a mi juicio la Constituyente tendrá. Hacer reformas, nuevas reglas, un nuevo texto constitucional, convocando a la gran mayoría de chilenos. Pero de todas maneras, esto no le quita ni un ápice de legitimidad a la Constituyente.

¿Está legitimada por la sociedad la Convencional Constituyente?

 La Constituyente tiene un poder legitimado. La legitimidad es importantisima, no solamente por su origen democrático sino por su composición popular, feminista, progresista e indigena.

 ¿Quiénes han sido los ganadores y perdedores en los nuevos tiempos políticos que vive Chile?

Ganó el cambio, la renovación de la política, pero creo que también ganó la ruptura. Eso es indiscutible. Fue derrotado el gobierno y las ideas de la derecha.

¿Piensa postularse a presidente?

 Me lo preguntan todos los días, a toda hora. Me parece que hoy un error de los candidatos y candidatas es presidencializar el debate. Yo creo que lo importante era la elección de gobernadores, la primera en la historia, de este fin de semana. Después tenemos, por supuesto, la pandemia y la economía, además la Constituyente. Creo que, muy a último minuto, se tiene que hablar de la elección presidencial. Para ese momento, nadie puede restarse. En lo personal, no tengo ningún plan para eso pero tampoco voy a decir que no estaré disponible si sirvo de algo en alguno de los cargos que sirva

“Una ley pensada para y por las trans”

“Una ley pensada para y por las trans”

Hoy, en una sesión especial y antes de lo previsto, el Senado puede convertir en ley el texto que garantiza la «Promoción del Acceso al Empleo Formal para Personas Travestis, Transexuales y Transgénero”. Lleva el nombres de las recordadas activistas Diana Sacayán y Lohana Berkins. Paula Arraigada es heredera de esa militancia, asesora en la redacción del texto final y militante política. En medio del debate, explica los aspectos centrales de la norma pensada “por las que están vivas y luchan todos los días”.

¿Qué se siente haber logrado la sanción del proyecto en la Cámara de Diputados?

La media sanción es un primer paso para la sanción definitiva y son un montón de emociones. Quizás es la alegría, la felicidad, pero también el orgullo de todo el camino que se trazó a lo largo de este tiempo, la militancia y también el acompañamiento de muchos sectores y también de muchas diputadas que hicieron que esto llegara a este fin. Es cierto que hay que valorar el esfuerzo de las organizaciones y de los espacios, sobre todo porque es una ley que se trazó desde el seno del movimiento travesti/trans. 

¿Qué implica que el proyecto haya sido elaborado por el propio colectivo?

Como cualquier proyecto de ley que va direccionado hacia cierto colectivo, hacia cierto grupo de personas, creo que lo más importante es que ese grupo haya participado. Lo más importante es que sea consensuado, sea pensado o elaborado por las propias personas, porque sino a veces las cosas se pueden hacer con buena voluntad, pero  termina faltando algo. Con esto se manifiesta que las actoras sean las protagonistas, y me parece que abre esto nuevo de generar espacios de representatividad. Es una ley que fue militada y también confeccionada por el colectivo, con lo cual tiene esa representatividad. Hay muchas diferencias en los posicionamientos sobre algunos temas dentro del colectivo trans, pero acá hubo un acuerdo en el que éste era un tema principal para militar. Por suerte, en el último año, hubo consenso en apostar a un proyecto unificado. Aunque no hayamos saldado ese pacto con nuestra sangre, lo saldamos con nuestra historia, y con lo que nosotras debíamos como lealtad, que es justamente hacer que esas compañeras que hoy necesitan un trabajo formal para mejorar su calidad de vida lo pudieran tener. Por eso, es una ley pensada para y por las trans.  

El proyecto engloba a otros doce previos, ¿cuáles son los aspectos más importantes de este texto unificado? 

El proyecto toma lo mejor de cada presentación. Las virtudes en la esencia de cada uno fueron sostenidas para elaborar este proyecto único. Pero lo más importante, creo que es lo que nosotras queríamos, es que el proyecto intenta, y digo «intenta» porque la letra escrita a veces no se cumple, es priorizar la generación de empleo para quienes no han tenido la posibilidad. O sea, a un sector minoritario que no tuvo la posibilidad de conseguir trabajo y que por su identidad autopercibida luego fue privada de eso. Yo te puedo decir veinte veces «generar oportunidades» pero ¿qué es lo que se lee con «generar oportunidades»? Hay muchas compañeras, sobre todo, las de determinada edad, que por la decisión que tomó indirectamente el Estado, quedaron excluidas del sistema laboral porque no tuvieron acceso al sistema educativo, porque no tuvieron la complementación de la familia, o por otras razones resulta que esas compañeras quedaron fuera de ese enmarcado. Entonces el Estado hoy, nuestro gobierno que es el que rige el Estado, tiene que tratar de subsanar eso que el mismo Estado provocó.

Un Estado que profundiza la ampliación de derechos.

Esta ley viene a ser una forma de reparación, una de las formas posibles de reparación. Por eso, necesitamos que cuando se reglamente y cuando se empiece a cumplimentar, realmente entren las compañeras que necesitan el trabajo. El cupo tiene que ir a rescatar, a salvar, a esa compañera que no tuvo oportunidades. No está pensando para romper el techo de cristal, está pensado para poder despegar ese piso de brea, porque sino entramos en una disyuntiva donde pareciera que solamente es una adquisición para que todas las personas trans tengan trabajo. Es verdad que es para que tengan trabajo, pero empezando siempre por las que más lo necesitan, que son las que deben tener una solución urgente.

¿Qué promueve esta ley?

El trabajo en relación de dependencia genera otras cosas, y a veces lo que genera es esta potestad de poder decidir, por ejemplo, si me voy de vacaciones, que eso en la economía informal siempre tenés que estar pendiente de si juntaste plata o no. Acá ya sabes que tenes quince días para vacacionar, ya sabes que no tenes que ir a trabajar si vos te enfermás, que además si vos te enfermás podes tener una obra social que te cobije. Alguna vez las personas «cis» tuvieron la posibilidad de tener un trabajo registrado, aunque sea dos meses en su vida, por lo menos lo hicieron. Nosotras no tuvimos la oportunidad nunca. Entonces vamos a apelar a esas oportunidades para que esas compañeras empiecen a tener una mejor calidad de vida, porque todas las que hemos pasado por esa experiencia sabemos que nos cambia la vida, sabemos que poder tener la heladera llena nos posibilita, nos da la libertad de soñarnos, de pensarnos, de pensar no solamente en las vacaciones, sino de pensarnos también como presidentas, como diputadas, como formadoras, como maestras, y también nos da en la cabeza los sueños de llegar a viejas y poder estar sentadas como lo hacen algunas señoras y algunos señores mirando televisión aunque más o menos con una jubilación que mínimamente nos pueda acompañar. Lo que aspiramos siempre es a ser igual que el resto de las personas. 

Si bien el proyecto prevé incentivos para las empresas privadas, ¿por qué no está explícitamente el cupo para el ámbito privado?

Se pueden generar incentivos para que el sector privado pueda seguir el espíritu de la norma, pero desde el Estado, no se puede obligar a los ámbitos privados. Si el Estado toma la decisión política de incorporar a las personas trans directamente en los ejecutivos, provinciales, nacionales, municipales, no hace falta. No hace falta porque van a sobrar personas trans. ¿Y sabés qué pasa con eso? Eso también genera el incentivo en los privados, porque de hecho, hay empresas privadas que empiezan a contratar, porque primero la empresa privada se maneja por el marketing, se maneja por el «quedar bien», y nosotras hoy somos parte de esto: de  «quedar bien», porque contratar una trava es ser progresista, es ser inclusivo, es ser bandera de orgullo. Muchas empresas están contratando a compañeras, y la verdad es que contratan a las personas que tienen determinadas características. Por eso, tiene que estar el cupo, porque viene a saldar las que no entran en ninguna de esas características. Y, por eso, tiene que estar contenida dentro del Estado para que el Estado cuide y la acompañe en eso que el Estado no acompañó. Porque nosotras no venimos a pedir algo que no nos corresponde, nos corresponde porque nos lo quitaron de forma prepotente solamente por tener una definición de género diferente a la que esperaban. Entonces es hora de curar esas heridas, devolverle a las compañeras lo que les quitaron, y las compañeras responden con mucho orgullo haciendo su trabajo, haciéndolo con alegría, y demostrando que la capacidad no está puesta en la decisión identitaria que tenga cada uno, sino en las ganas, en los deseos, y también en el mismo porte que generan los espacios, este caso el Estado, para que esas personas se vayan formando.   

¿Qué expectativas hay para la discusión del proyecto en el Senado?

La mejor. Porque estamos nosotras discutiendo una ley, fuimos partícipes del proyecto, somos partícipes en los espacios de decisión, estamos peleando por ocupar las bancas. Más allá del éxito o el fracaso, está esa disputa que antes no estaba, entonces hay toda una eclosión que se debe también a que hay una sociedad que participa, una sociedad que acompaña, una sociedad que avala, y una sociedad que sabe que este país es un país que incluye a todo, no solo a nosotras sino a otros colectivos y a otras diversidades, a la diversidad cultural, a las compañeras afro, a las migrantes, todas que están buscando su lugar. Este país que es tan fuerte, es tan orgulloso, es tan buena cepa que seguramente todas van a estar contenidas, y nosotras más que nada tenemos que estar orgullosas del lugar, del tiempo que nos corresponde, de poder estar haciéndolo en un gobierno que tiene una base fuerte dentro del peronismo, y nosotras como peronistas también (…) Hay muchísimas compañeras que soñaban con tener un trabajo en relación de dependencia, que soñaban con tener una vida como tiene el resto y no lo pudieron vivir. 

Paula Arraigada trabaja como asesora parlamentaria, cuenta también con un largo recorrido político que casi la sienta en una banca como representante de la agrupación La Nelly Omar, un espacio dentro del peronismo con perspectiva de género y que presta especial atención a las identidades travesti trans, entre otros colectivos. 

Paula recupera del pasado la presencia de no pocas luchadoras, pero se preocupa por el presente,  “Esto -afierma- es un logro para las que no están, es una recompensa, es un homenaje que les debíamos a ellas”, pero subraya: “Hay que empezar a hablar de las que están vivas, porque se habla mucho de las que están muertas y de las que son famosas, pero no se habla de las que están vivas y luchan todos los días”.

«La libertad individual en abstracto puede ser el origen del terror»

«La libertad individual en abstracto puede ser el origen del terror»

“Sólo es pensable la libertad si ampliamos sus márgenes colectivos, no los individuales – explica Alicia Stolkiner, titular de la Cátedra de Salud Pública y Salud Mental de la Facultad de Psicología de la UBA–. Pero se nos enseña desde muy chicos que mis derechos terminan donde empiezan los del otro. Eso es muy riesgoso porque da la impresión de que cuanto menos otro haya, mejor, y eso justifica una serie de segregaciones. Un ejemplo: mi casa termina donde empieza la de mi vecino, ahora, si estoy en Alemania en el inicio del nazismo y mi vecino es judío, quizás puedo hacer una denuncia que me facilite usar su terreno. Siguiendo al filósofo Emmanuel Lévinas, sobreviviente de los campos de concentración y pensador de la otredad, es posible pensar que mis derechos son los del otro y míos en cuanto yo soy el otro del otro”.

A partir del aislamiento preventivo, parte de la sociedad se ha manifestado contra las limitaciones a la libertad individual, ¿por qué?

Las respuestas de la sociedad estuvieron atravesadas por dos posiciones distintas que son, además, dos concepciones de la vida y dos conceptualizaciones del derecho. Hubo también, desde sectores de la oposición, un intento de capitalización política de los conflictos y malestares que generaba la pandemia y las medidas que se tomaban gubernamentalmente para disminuir su impacto. Pero esto no explica totalmente el accionar de las personas, su adhesión a ese discurso, hay una relación más compleja entre discursos sociales y subjetividades. Sucede que atravesamos una situación absolutamente inédita que produce una gran incertidumbre. Aún quienes lo niegan saben que se ha producido un desequilibrio catastrófico en un sistema que ya estaba en un altísimo nivel de inestabilidad, que era la forma de gestión de la vida humana en el planeta. Frente a eso hay distintas respuestas de adecuación o adaptativas, y algunas de ellas se resuelven por la vía de la negación, de dar por no existente el fenómeno o sus dimensiones, posibles riesgos o consecuencias. Estas posiciones también tuvieron manifestaciones políticas, como el presidente de Brasil diciendo que por qué darle semejante envergadura a una gripe común. Estamos hablando de cómo se articulan los macrodiscursos con las posiciones que después toman subjetivamente las personas. El segundo paso de la negación es la oposición a restricciones a la “libertad individual” dispuestas por el Estado para garantizar determinadas formas del funcionamiento social. Eso precede a la pandemia. Extrañamente, quienes aceptan medidas restrictivas cotidianamente se oponen a estas. Por ejemplo, la libertad de ir de acá a Rosario a 300 kilómetros por hora no depende del auto que se tenga, aunque el coche lo permita no se puede sin recibir una sanción, porque en la regulación de las normas del tránsito el Estado cumple una función del cuidado del derecho a la vida y, por ende, limita una acción individual que puede poner en riesgo a otros. En su libro Terror sagrado. La cultura del terror en la historia, Perry Anderson afirma que esa idea de libertad absoluta que no conoce ni vínculos ni límites inherentes como un deseo o una expansión infinita, está en el origen del terror.

Mucha gente tiene internalizada la lógica de cuidado individual. Más aún: creen que lo que lograron fue solo por su esfuerzo…

Hay personas para las que la renegación del fenómeno ha sido muy alta. Inventan razones para pensar que están fuera del riesgo. Son los que decían que era mayor la mortalidad por la gripe común. Ahora, cuando comparamos las cifras de 2020 con las de años anteriores, vemos un aumento determinado por el covid. Ahora están en debate los casos de los varados en el exterior que, por supuesto, son un grupo minoritario. Pero no hay que abordarlo por el lado de la culpabilidad, porque cualquiera puede tomar una mala decisión en estas circunstancias, inclusive por negación. Lo que resulta llamativo es que algunas personas apelen a que es una violación a la libertad individual que no puedan regresar, cuando firmaron una declaración jurada en la que aceptaban los riesgos al salir del país. Uno no le reclama a un seguro cuando firma un contrato que dice que no se van hacer cargo de determinados riesgos. En la década del 90, las prepagas de salud no cubrían el HIV. Decían que era una enfermedad de adquisición voluntaria. Había gente que firmaba contratos para atenderse ellos y su familia, sabiendo que no lo cubría. Obviamente si lo hacían es porque pensaban que no les sucedería. Jamás hubieran firmado un contrato que no cubriera el cáncer.

Pensaban que el HIV no les iba a tocar…

Claro, lo negaban. Cuando aparecía y era una catástrofe, le reclamaban al Estado. No a la empresa, porque esta les decía que habían firmado un contrato que no incluía su cobertura. No había una legislación que lo regule, llegó después. No cuestiono las razones por las cuales las personas hacen cosas que, inclusive a veces, son en contra de sí mismas. No todo el mundo opera cuidándose a sí mismo. En cambio, sí preocupa cuando aparecen discursos que exigen, en nombre de la libertad individual, que se arriesgue el derecho de vida de otra persona, por ejemplo, si entra la variable del Delta porque alguien regresó del exterior y no hizo la cuarentena invocando su libertad de circular.

¿Los discursos antivacunas son un síntoma social o se trata de casos aislados?

Preexisten a la pandemia. Ganaron impulso después de que la revista The Lancet publicara un artículo de investigación, del que luego tuvieron que retractarse porque era erróneo, que relacionaba la vacuna contra el sarampión con el autismo en Italia. Lo cierto es que la aparición del complejo médico-industrial- financiero ha hecho que la gente desconfíe de los medicamentos. Y para serte franca, yo también desconfío. Soy lo suficientemente grande para saber que alguna vez se vendió algún medicamento que se llamaba talidomida, que se distribuyó entre mujeres embarazadas e hizo nacer niños con deformidades. Soy de la generación que incrementó el cáncer de mama por consumir pastillas anticonceptivas de alto dosaje hormonal. Entonces, hay un punto de anclaje para la sensación de desconfianza, pero en esta situación las vacunas son una esperanza. Se trata además de su capacidad de circulación, un virus que tiene una mutación muy rápida y para peor. Si no se controla la circulación a nivel global, como alguna vez se hizo para erradicar la viruela, se van a seguir produciendo mutaciones. Es necesaria una acción mancomunada de las naciones, y no de los mercados. Se debe lograr un acuerdo como el que se consiguió cuando nació la OMS para erradicar la viruela y se vacunó al 80 por ciento de la población mundial. En este momento tenemos a toda África sin vacunar, salvo algunos países. Y volviendo a la cuestión de la individual, no queda otra opción más que vacunarse. Hay que aceptarlo, aunque a uno le produce cierto temor. ¿Nos va a mejorar? Sí. ¿Va a bajar la mortalidad? Sí. ¿Va a desaparecer la enfermedad? No, porque ninguna vacuna garantiza una efectividad del 100 por ciento. Esto no es la polio. No por ahora. La polio tampoco está erradicada en todo el mundo. Además, debo recordarles que Sabin renunció a la patente. La podía fabricar todo el mundo. Hoy, mientras se pone en riesgo a gran parte de la humanidad, hay gente que está peleando la ganancia. Y después, hay una cierta instrumentación política de los antivacunas también o articulación, en los Estados Unidos coinciden mucho con los partidarios de Trump.

¿Cómo va a ser la nueva normalidad?

Algunas prácticas ya no van a ser como eran. La psicología incorporó de manera masiva el uso de las tecnologías. Si bien todos añoramos volver al contacto cara a cara, cuerpo a cuerpo, esto me parece que se instaló. Pero es difícil saber cómo van a ser las nuevas normalidades, porque hay un desequilibrio del sistema global… Es como cuando se caen las laderas de una montaña y se va armando una avalancha: estamos en la avalancha. No sé qué va a pasar cuando termine. Estoy segura que ni la universidad ni la escuela van a volver a ser lo mismo, no deberían. Dicho sea de paso, esas instituciones ya estaban en crisis. Además, la pandemia señaló la inviabilidad de los grandes centros urbanos, porque uno de los problemas más serios que tenemos en este país es que la tercera parte de la población está agrupada en una sola unidad urbana, el Área Metropolitana de Buenos Aires.

¿Qué duelos implica la pandemia?

Los duelos son por uno mismo y por la pérdida de certeza respecto al futuro. En segundo lugar, por las pérdidas concretas, materiales, de proyectos y trabajos. También por las muertes, en un contexto de funcionamiento muy extraño, porque en la actualidad alguien puede salir de dar una clase, abrir WhatsApp, enterarse de que murió una persona que para una era significativa y entrar a hacer otra actividad…

Las muertes se convirtieron en una cifra para la televisión…

Perdimos el contacto corporal. Son curiosas las pandemias, van tocando lo relativo al vínculo con las personas. Cuando habíamos logrado terminar con la viruela, empezaron a aparecer las enfermedades emergentes, la primera fue el sida. Y fue y tocó justo ahí, en la sexualidad, con algo que la humanidad ya sabía porque la sífilis había sido igualmente grave, hasta que después aparecieron los antibióticos. Hubo una generación que, con los antibióticos y los anticonceptivos, rompió con la ecuación sexualidad y muerte. Pero en este caso, este tipo de alteración en el contacto corporal con los otros, la cercanía… Nos va a producir efectos que nos va a costar mucho cambiar. No soy partidaria de psicopatologizar, pero sí creo que los esfuerzos adaptativos a realidades totalmente nuevas producen conductas, sensaciones y sentimientos que pueden ser confundibles con psicopatologías, pero no las clásicas. Preguntaste por la nueva normalidad, es un oxímoron, o sea: o es nuevo o es normal. Esta crisis no sólo es una pandemia, sino que está derrumbando el mundo como fue organizado en la posguerra. Está en reconsideración toda la geopolítica, cómo será la hegemonía de las monedas cuando se preanuncia el final del patrón dólar, qué sucede con esos poderes económico-financieros corporativos que parecen estar por encima de los Estados… Todo eso cambia radicalmente la idea de cómo puede llegar a ser el futuro. Da la impresión de que estamos en un cambio de época, como fue el pasaje del feudalismo al capitalismo. No digo que estemos pasando del capitalismo a otra cosa, sino que hubo un cambio de época importante.

La crisis sanitaria puso en evidencia múltiples desigualdades estructurales, ¿podría haber una oportunidad para resetear nuestra forma de vida a una más justa?

Es una oportunidad. Es una situación de crisis cuyo final no es predecible, puede ser distópico u utópico. De lo que estoy absolutamente segura, es que, si no la aprovechamos para transformar nuestra forma de vida, nuestra forma de vida va a acabar con nosotros. El hombre de la modernidad se creyó el verso de que podía dominar la naturaleza. La naturaleza nos va a sobrevivir si nosotros no tenemos otro vínculo con ella.