¿Qué pasó con las familias desalojadas de Guernica?

¿Qué pasó con las familias desalojadas de Guernica?

A tres años de la toma de tierras el Gobierno provincial está construyendo 160 viviendas en el predio para aquellos que fueron desalojados . Los beneficiarios reclaman que sus abogados y arquitectos participen del proyecto.

Archivo 2022. 

Corrían los últimos días de julio del 2020 en la localidad de Presidente Perón cuando un grupo de familias ocupó 100 hectáreas en el barrio Numancia de Guernica en plena pandemia del covid-19. Tres meses después se produjo el desalojo con una feroz represión de Policía Bonaerense. ANCCOM quiso saber qué pasó con aquellas demandas por viviendas.

El 29 de octubre del 2020 se produjo el operativo del que participaron cuatro mil policías. Las casillas de los ocupantes fueron derribadas y algunas incendiadas por efectivos de la Guardia de Infantería. También reprimieron con disparos de balas de goma a las 300 personas que se resistían a abandonar los terrenos con pedradas e insultos. Hubo decenas de detenidos acusados de los delitos de resistencia a la autoridad y usurpación.

A finales de mayo de 2022 el gobernador Axel Kicillof anunció que el gobierno provincial destinaría 1.098 millones de pesos para edificar 160 viviendas de las cuales ocho serían para personas con discapacidades, en un proyecto que incluía veredas, forestación y equipamiento para el barrio, en el mismo predio donde dos años atrás unas dos mil familias sin vivienda habían sido desalojadas. 

los vecinos concurren al predio con frecuencia para ver si hay avances en la obra de construcción. «Ya había un proyecto, estaba aprobado, hubo licitaciones, se empezaron a construir las casas, son dos partes, una de 160 viviendas y la otra de 600 y pico, pero aún así no llegaría a resolver la totalidad de esos vecinos que se organizaron y estuvieron ahí en la recuperación», precisó Torrado.

Los beneficiarios proponen armar una comisión de seguimiento de avance de obra, «un proyecto de barrio comunitario, el cual claramente nos rechazaron y es todo bastante como ilógico, porque ellos nos rechazan este proyecto, nos desalojan y después nos dan las propuestas de estas viviendas en el mismo territorio de donde nos sacaron», dijo la mujer. La idea es obtener un nuevo compromiso del gobierno provincial y municipal para que los profesionales, como arquitectos y abogados de derechos humanos, puedan ser parte de esta comisión y así seguir acompañando a las familias.

Ana Torrado es de las mujeres que aguardan una solución habitacional. 

Nicole Salvatierra, de la Asamblea Permanente de Guernica, precisó que en el mismo predio donde los desalojaron se están construyendo viviendas que serían entregadas para las familias de Guernica en un plazo que está atado a dos licitaciones. Una finalizará en noviembre de este año, y la otra en abril del año 2024. Agregó que habrá una entrega parcial a los vecinos que firmaron el acta, por sorteo, y destacó que «la siguiente pelea que estamos dando en este momento es por todos los demás».

Ante esta problemática y a partir de Ley de Acceso Justo al Hábitat, el Estado Nacional comenzó con la ejecución de un proyecto de construcción de viviendas, el cual está en proceso con las primeras 160 de las 853 licitadas, por lo que en la actualidad las familias continúan sin un techo para dormir, comer o bañarse. Ya fueron realizadas las tareas de desmalezamiento, cercado, tendido eléctrico e instalación de luminaria en la zona. El pasado viernes 27 de octubre, en coincidencia con los tres años del desalojo, algunas de las familias de Guernica fueron al municipio de Presidente Perón para exigir la concreción de las promesas de urbanización y entrega de viviendas con servicios.

Paula Delfino y Yamila Rodriguez Alagastino. 

Paula Delfino es autora del libro Recuperación de tierras de Guernica. Experiencia y perspectivas desde el trabajo social, junto a Yamila Rodríguez Alagastino. En diálogo con ANCCOM señaló que en la actualidad en Guernica siguen las familias organizadas, y están reclamando para que se pueda efectivizar la entrega de las viviendas. En distintos momentos hubo promesas de los lotes de adjudicación de viviendas, pero todavía no fue concretado. “La lucha sigue y están en ese proceso de seguir demandando al Estado que cumpla con lo prometido», apuntó Delfino. Las escritoras explicaron que su libro pretende ser un aporte que permita entender cómo fue el proceso de organización comunitaria para que miles de familias recuperen tierras en Guernica, así como para «abrir el debate en torno a la responsabilidad del Estado y la intervención de profesionales en conflictos por la tierra y la vivienda».

Por su parte, Neka Jara, militante autonomista, popular y feminista, señaló que en ese momento «fue muy difícil, porque no hubo una política que accediera a una posibilidad de negociación que tenga que ver con el acceso a la tierra, a una casa para vivir». Jara participó desde el área de salud en la asistencia de las personas accidentadas y heridas. «Sentí mucha desolación, la represión marcaba un camino de mucho abandono, de una exposición de una fragilidad enorme a toda esa población», dijo. A su criterio, “con la lucha hay que seguir exigiendo el derecho a la tierra, al hábitat y el derecho a construir nuevas relaciones”

 

Fanatismo a cielo abierto

Fanatismo a cielo abierto

Durante más cinco meses las fans de Taylor Swift acamparon en la puerta del Mâs Monumental a la espera de los recitales de esta semana. ¿Quiénes son? ¿Por qué lo hicieron?

“No va a volver”, dice Carmen, una de las swifties que está acampando fuera del estadio de River Plate en el barrio porteño de Núñez. “Ella está acostumbrada al público yankee y acá somos muy eufóricos. No le va a gustar que estemos todos llorando y gritando”, explica.

Esa muestra de exaltación a cielo abierto se espera para el 9, 10 y 11 de noviembre, cuando la cantante estadounidense Taylor Swift se presente por primera vez para sus fans argentinos en el Estadio Mâs Monumental. Desde que salieron a la venta las entradas a principios de junio, las swifties (sí, mayoritariamente mujeres) están preparando sus outfits, haciendo pulseras de la amistad y acampando fuera del estadio para recibir a su ídola.

Desde el lanzamiento de su primer álbum en 2006, la carrera de Swift ha tenido altos y bajos: pasó por críticas, cancelación y se reinventó en múltiples ocasiones. Pese o gracias a todo esto la cantante estadounidense se convirtió en un fenómeno mundial de la industria musical y un ejemplo ensordecedor de fanatismo.

“Yo llegué el 6 de junio”, nos cuenta Carmen. La dinámica del acampe, que busca garantizar buenos lugares en la fila de ingreso, requiere un mínimo de horas por persona y pasar al menos una noche cada mes en la carpa. “Ahora somos cuarenta más o menos”, explica Josefina, que comparte la “Carpa 3” junto a Carmen y María: “Arrancás y son como cien en la carpa y se van limpiando a medida que nadie contesta, que nadie viene”.

Actualmente hay cuatro carpas fuera del estadio que cuentan con entre treinta y cuarenta personas cada una y una quinta abandonada que, según las chicas, pertenece a una persona que alquila lugares a swifties del exterior y otras provincias, que no tienen la posibilidad de acampar. En los días previos a los conciertos esperan que se sumen más carpas.

«»Fanatismo

“Originalmente, la palabra ‘fan’ proviene del deporte donde se hablaba de ‘fanáticos’. El problema con la palabra ‘fanático’ es que genera una asociación con la idea de ser demasiado exagerado en algunas creencias”, explica Libertad Borda, doctora en Ciencias Sociales y docente de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA. Al extenderse a otros terrenos como la música, el concepto de “fan” fue utilizado con una impronta «peyorativa y patologizante», e incluso ridiculizante por parte de la prensa, que oscilaba entre dos polos, el de la “multitud histérica” y el del “solitario obsesionado”.

Si bien a partir de la década de 1990 se empezó a pensar al fanatismo como un espectro con multiplicidad de variantes, actualmente la swifties coparon el  imaginario colectivo del concepto. La prensa hizo foco en las manifestaciones eufóricas y devotas, con críticas de que abandonan todo para acampar. “Yo trabajo y estudio. Hago los impuestos de una empresa de afuera. Trabajo muchísimo y tengo tiempo para venir a acampar, entonces me molesta mucho cuando pasa uno a la noche y nos grita ‘¿Por qué no van a trabajar?’ Son las dos de la mañana y vos estás gritándole a una carpa…”, cuenta Carmen y agrega: “Creo que la gran mayoría de acá trabaja y estudia”.

Según Borda, «También hay un sesgo de género bastante fuerte» porque “siempre se cuestiona más cuando son chicas jóvenes que cuando son hombres”. Como explica Carmen al mencionar su relación con hinchas de River Plate: “Ellos llegan a la casa a las tres de la mañana después de un partido y se enojan porque estamos acá. Me parece muy hipócrita ese pensamiento”.

 

En busca de un ídolo

“A mí me gusta Taylor hace más de la mitad de mi vida. Amo decirlo de esa manera”, cuenta Josefina, que actualmente tiene 23 años. “Empecé a escucharla cuando YouTube estaba en su peak y veía sus videoclips. Me gustaba mucho la canción You Belong With Me pero ahí no me fanaticé. Eso pasó después”.

Otra de las chicas, María, cuenta que descubrió a Swift en Hannah Montana: La película, de 2009, pero mantenía su fanatismo en secreto: “Si en esa época vos decías que escuchabas a Taylor Swift, capaz primero no tenían ni idea de quién era. Y si la registraban de algún lado, te hacían burla, entonces preferías no decirlo” porque ”era la época en la que, si escuchabas música en inglés, te tildaban de cheta”.

Más allá de mantenerlo en secreto o hacerlo público, tener ídolos es un hito central de la adolescencia, que puede extenderse a otros momentos de la vida. Según Daniela Licciardi, psiquiatra de adultos e infanto juvenil y especialista en psicoanálisis, “la adolescencia es un momento álgido donde prima el desencuentro entre padres e hijos”. Se trata de una instancia de “desprendimiento” en la que al adolescente “ya no le valen los consejos ni ideales prestados por ese ‘otro’” y busca sustitutos, como pueden ser amigos o ídolos.

Si bien Josefina destaca que se sintió acompañada por Swift y su música durante la adolescencia, remarca un momento en el que siente que todo cambió, para ella y la sociedad en general: “Yo creo que todos éramos fans de Taylor pero la enfermedad arrancó en la pandemia cuando sacó Folklore y Evermore, dos álbumes re tristes… y qué triste que era la pandemia. Fue una compañía en cierto punto”, explica y remarca que su conexión se profundizó cuando Swift comenzó a regrabar sus primeros álbumes: Cuando sacó Red (Taylor’s Version) en 2021, “me sentí como cuando lo escuchaba a los 12 pero ahora puedo decir que sí me identifico”.

En un mundo en el que el avance en las comunicaciones ha hecho que todo sea fugaz, sorprende que un artista se mantenga en pie después de más de diecisiete años de trayectoria. Josefina tiene su explicación: “Ella perdura en el tiempo por la disciplina que tiene, además del talento, porque vos podés ser la persona más talentosa del mundo, pero sin disciplina no vas a llegar a ningún lado”.

En tanto a qué la hace especial, las chicas mencionan la manera en la que compone su música: “Parece que se arranca el corazón y lo pone en una hoja. No entiendo sino cómo hace para escribir lo que escribe y con el vocabulario con el que lo hace”, opina Carmen. Según María, Swift tiene la capacidad de que sus canciones se sientan personales, cosa que no le sucede con otros artistas. El idioma no parece ser una barrera.

Para Borda esta vivencia es compartida por todos los fans, independientemente del ídolo, y lo performático juega un rol central: “Por más que ellas encuentren sus letras particularmente reveladoras o que las hacen sentir determinadas cosas, es probable que esa misma letra cantada por otra persona en un cover no tenga el mismo efecto”.

Más allá de tratarse de un fenómeno universal, las razones del furor por la cantante estadounidense son una incógnita: “En el 2011, con Justin Bieber había una enfermedad, pero nunca vi algo tan grande como con Taylor. La verdad no sé qué hizo”, dice Josefina y agrega: “Me enoja, porque si hubiera venido antes, cuando estaba cancelada o no tenía tantos hits, yo estaría acampando en el Obras y no acá con noventa mil personas, pero bueno, ahora todo el mundo es fan y me la tengo que bancar”. Según Borda, a pesar de que existan fans que prefieren mantener a sus ídolos como un consumo de nicho, “en general tienden a querer amplificar los públicos”, porque los hace sentir parte del fenómeno. “Los fans quieren ser parte de la carrera de su ídolo y la industria lo sabe”, explica Borda. Aún así, no podemos decir que la industria cultural utiliza a los fans para generar mayores ventas y promoción ya que estos actúan de manera voluntaria. “Reconocemos que a Taylor le gusta la plata y también que nos gusta dársela. Es un ciclo sin fin”, admite María.

 

The Eras Tour, inició el 17 de marzo de este año en Glendale, Arizona y tiene previsto culminar el 23 de noviembre de 2024 en Toronto, Canadá. La desmesura de su éxito también en esos países es tal que ha influido en la economía por la cantidad de personas y dinero que movilizó. Según Carmen, la cantante ha “levantado la economía argentina” ya que “estamos saliendo a gastar de a quince lucas para hacer pulseritas para dárselas a gente que no conocemos porque ella lo dijo en la letra de una canción”.

La devoción por una ídola capaz de mover hasta la economía de EE.UU. no impide una mirada consciente: las fans mencionan que la cantante no es el tipo de celebridad que “se tira sobre su público” en los conciertos. Según Josefina, “Ella no te mira a los ojos, está haciendo su performance y le gusta ser el centro de atención, pero te cautiva igual. Para mí es el Maradona de las chicas”.

La comunidad

El compañerismo es central en la comunidad swiftie, abarca desde recomendar locales de mostacillas en Once hasta prestar tarjetas de crédito para comprar entradas sin recargo. Según Borda, el fanatismo va más allá del gusto por cierto artista ya que “en algunos casos es una forma de encontrar lazos comunes” con otros que comparten el mismo sentimiento. Licciardi coincide: “Los jóvenes tienden a formar comunidades, como parte del proceso de consolidación de su identidad, en las cuales se sienten fortalecidos”.

Si bien existen personas y cuentas anónimas que se destacan en las redes sociales, la comunidad swiftie argentina se caracteriza por su horizontalidad. “Ya no existe la dinámica de que haya un club de fans oficial con un presidente que sea conocido en el fandom”, explica María. Esto tiene que ver con el avance de tecnologías que facilitan la comunicación directa con los ídolos, sin necesidad de intermediarios, y que los fans mismos puedan interactuar entre sí.

Las chicas, en su experiencia acampando para la llegada de Swift a Argentina, también mencionan las interacciones que han tenido con personas ajenas al fandom. A pesar de haber tenido incidentes con hinchas y transeúntes, Carmen destaca un momento en el que se sintieron acompañadas y protegidas: “Una vez vino un varón a patotearnos, nosotras llamamos a los guardias y cayó una mina de la barra de River con una pala de asado diciendo ‘yo las voy a defender siempre’”.

Después de cinco meses de acampe y a días de los conciertos de The Eras Tour en Buenos Aires, las chicas cuentan: “Si bien todos los recitales tienen una mística, para nosotras fue mucho más que solo comprar la entrada. Allá, en Estados Unidos, tuvieron todos los tours; acá no tuvimos ninguno, entonces es una oportunidad única. Tenemos que vivir lo que allá viven todos los años. Vamos a hacer las pulseras, el outfit y vamos a acampar. Queremos tener la experiencia completa”, resume Carmen.

Las voces de las fans

¿Quiénes son las swifties? Desde que salieron las entradas en junio, las fanáticas de Taylor no dudaron en instalar sus carpas en la puerta del estadio River Plate para esperarla. En este episodio nos cuentan su experiencia.

¿Quiénes son las swifties?

por Marina Ampuero y Mailen Farías.

Charly García te espera en la esquina

Charly García te espera en la esquina

Con motivo de los 40 años que cumple «Clics Modernos», Nueva York bautizará con el nombre del músico argentino a la esquina donde se realizó la foto de tapa del emblemático disco.

En 1983 Carlos Garcia Moreno se mudo una temporada a Nueva York junto a su representante Daniel Grinbank para trabajar en el Electric Lady Studios, fundado por el gran Jimi Hendrix. Allí grabó casi todos los instrumentos de su segundo disco solista: pianos, teclados y guitarras, aunque contó con la colaboración de algunos músicos como Pedro Aznar en el bajo (quien por entonces integraba Pat Metheny Group) pero que también había sido miembro de Serú Girán. La gran novedad fue la incorporación de la batería electrónica Roland TR-808, una de las primeras cajas de ritmos programables.

 La producción de lo que iba a llamarse originalmente Nuevos Trapos cambió cuando García, caminando junto al fotógrafo Uberto Sagramoso en búsqueda de una pared para grafitear, se encontró una silueta oscura, pintada por el artista callejero canadiense Richard Hambleton, que le recordó a las que portaban durante una marcha a las Madres de Plaza de Mayo y otros organismos de Derechos Humanos. Esta silueta estaba acompañada de la leyenda en inglés “Modern Clics” frase que traducida al español le cerraba perfecto al músico y compositor para lo que quería expresar en sus canciones.

Volver a las pistas

Con el regreso de la democracia, el rock nacional convocó a la juventud a las pistas de baile. Sus letras eran el reflejo del cambio de época que se estaba viviendo: la sociedad ya no tenía miedo de expresarse libremente después de los años oscuros de la última dictadura cívico-militar. Como explica el músico Sebastián Furman, “Clics Modernos está hecho por canciones que parecen más bailables aunque también tienen un trasfondo muy oscuro por ser compuestas en dictadura. Entonces combinan un sonido moderno y a la vez una cosa muy de la Argentina tanguera, por lo que muchos dicen que es el mejor disco de la historia nacional”.

El autor del podcast La canción sin fin, producido por Futurock y donde se describe y analiza la obra de Charly García, explica que en el disco “se respira libertad, algo de lo que vendría y algo de lo que pasó. Fue muy especial la época en la que salió”. El 5 de noviembre de 1983 fue la fecha elegida para su lanzamiento, un mes antes de que los militares se retiraran del poder. El 15 de diciembre de ese año se presentó oficialmente en el Luna Park. Canciones como “Nos siguen pegando abajo” o “No me dejan salir” son una referencia al periodo de oscuridad que atravesó Argentina pero también manifiestan ese espíritu de celebración digno de la transición democrática.

Aniversario

Para festejar el 40 aniversario de Clics Modernos la intersección de Walker St. y Cortlandt Alley en el barrio de Tribeca, en Nueva York, pasará a llevar oficialmente el nombre de “Charly García Corner”. Allí, en pleno Manhattan fue tomada la foto que ilustra la portada de Clics Modernos, el segundo disco solista de Charly Gacia lanzado hace 40 años.

El reconocimiento será posible gracias al trabajo del actor y director Mariano Cabrera, radicado en Estados Unidos y al consulado argentino que trabajaron junto al Departamento de Transporte de la ciudad estadounidense para que esa esquina sea bautizada. En la actualidad esa pared de la zona de “lower manhattan” le pertenece a un hotel importante.

 Como parte de la inauguración brindaran un show de media hora Hilda Lizarazu, quien hizo coros en la banda de Charly García entre los años 1989 y 1993, Alfie Martins y Fabián “Zorrito” Quintiero en los teclados junto a dos músicos chilenos que integraron The Prostitution la última banda conocida de Charly García: Toño Silva y Kiuge Hayashida.

Furman entiende que las canciones de García están vigentes aún 40 años después por que asegura que tienen un trabajo, profundidad y desarrollo meticuloso, que están compuestas con amor, dedicación y creatividad, y cree que “las cosas que se hacen bien son las que perduran”.

Cómo veía Estados Unidos el final de la dictadura

Cómo veía Estados Unidos el final de la dictadura

El proyecto Desclasificados publicó 129 documentos acerca de la transición a la democracia. La mirada que por entonces tenía EE.UU sobre el peronismo, el radicalismo, los universitarios y los obreros. El caso de Antonio Cafiero releído por su nieto Santiago, el canciller.

A pocos días de un balotaje histórico en nuestro país, este lunes 30 de octubre se cumplieron 40 años de la elección presidencial que consagró a Raúl Alfonsín como presidente en 1983; de esta manera, finalizaba el período más oscuro de la historia argentina –la última dictadura cívico-militar (1976-1983)– y se inauguraba el período democrático más largo e ininterrumpido de nuestro país. A propósito de esta efeméride, el proyecto Desclasificados publicó la Colección Democracia 1983, compuesta por 129 piezas documentales producidas por el Departamento de Estado y la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglás en inglés) durante el período comprendido entre los años 1982 y 1984. Este acervo recorre ejes temáticos como la transición a la democracia –antes, durante y después de las elecciones–, el resurgimiento de los movimientos políticos, las relaciones bilaterales con Estados Unidos, los problemas económicos que enfrentaba el gobierno entrante, el número de personas desaparecidas y los intentos de los militares por evitar los juicios por los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura.

Una transición turbulenta

“Políticamente agotadas y desacreditadas, las Fuerzas Armadas argentinas han prometido la restauración del gobierno civil”, afirma un documento de la CIA titulado Argentina: una transición turbulenta en junio de 1983, y continúa: “Los problemas económicos aparentemente intratables y los desacuerdos entre civiles y militares sobre cuestiones políticas delicadas agravan una situación inherentemente inestable. Además, existe cierto temor de que un gobierno civil no pueda sobrevivir”. Este informe de inteligencia señala a las violaciones de derechos humanos, la derrota en la guerra de Malvinas y la corrupción económica –particularmente, la millonaria deuda contraída con el Fondo Monetario Internacional (FMI)– como factores clave para la transición a la democracia, tras la pérdida de legitimidad del gobierno de facto.

 La visión de la transición turbulenta se mantiene incluso de manera posterior a la elección presidencial del 30 de octubre. En noviembre de 1983, un artículo del Washington Post retomado por la CIA menciona que “fuentes de inteligencia remarcan dos posibilidades igualmente alarmantes a raíz de la elección del líder moderado del Partido Radical, Raúl Alfonsín, como presidente de la Argentina: un golpe militar para prevenir la ceremonia de apertura programada para diciembre o terrorismo de izquierda renovado si llega al cargo”. Asimismo, otros documentos de la misma agencia analizan minuciosamente las “inestabilidades políticas de la Argentina” o “las debilidades que enfrenta el gobierno de Alfonsín”.

 Sobre estos documentos, el sociólogo y periodista internacional Pedro Brieger desarrolla que en aquel período era “casi impensable creer que iba a haber 40 años de democracia. Todavía se pensaba mucho que los militares podían intervenir nuevamente. La pregunta parecía ser por cuánto tiempo tendríamos una ventana democrática, tomando en cuenta la historia argentina donde en las décadas anteriores había habido más dictadura que democracia”.

El retorno de la política

En octubre de 1982, Antonio Cafiero realiza un análisis sobre la transición a la democracia –el exfuncionario se había reunido a discutir perspectivas sobre la temática con el embajador estadounidense Harry Shlaudeman– en el que afirma que “el gobierno civil tendrá que ser severo, duro e inspirar respeto o incluso miedo, pero este tipo de mandato sólo será posible si es en un gobierno de «unidad nacional» en el que los principales partidos acuerden sobre algunos puntos políticos fundamentales”. 

El actual ministro de Relaciones Exteriores de la Nación argentina, Santiago Cafiero, repasa este documento del Departamento de Estado y ofrece una visión contemporánea de las declaraciones de su abuelo Antonio: “Él proponía un gobierno de unidad nacional en un contexto en que Argentina tenía muchos desafíos: de ordenamiento macroeconómico y de ordenamiento social, más la cuestión de la recuperación de la institucionalidad democrática”. Consultado por una posible semejanza con la misma convocatoria en el presente a un «gobierno de unidad nacional», Santiago Cafiero responde que “si bien hay puntos en que puede vincularse, como la necesidad de avanzar con un programa económico que favorezca la distribución del ingreso y que reduzca la pobreza, hoy la institucionalidad democrática, quizás con dificultades y cosas a corregir, sí está garantizada en nuestro país”.

En un aerograma de diciembre de 1982, el Departamento de Estado realiza una caracterización de la historia política de Argentina y los partidos políticos que participarían de las elecciones democráticas prometidas por Reynaldo Bignone luego de la masiva marcha a Plaza de Mayo convocada por la Multipartidaria. Si bien este documento menciona un amplio abanico de partidos políticos –como el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), el Partido por la Democracia Social (Massera) [sic], el Partido Demócrata Cristiano (PCD), y a los partidos “socialistas” y de derecha, entre otros–, se hace foco en el Partido Justicialista (PJ) y en el partido de la Unión Cívica Radical (UCR) como los actores electorales más importantes de aquella coyuntura, a pesar de “la falta de dos gigantes de batallas pasadas, Juan Domingo Perón y Ricardo Balbín”. Además, el Departamento de Estado se pronuncia sobre las posibles alternativas en los comicios: “No vemos diferencias importantes entre los radicales y los peronistas, o los principales contendientes presidenciales como individuos, en cuestiones de política exterior. Todos dicen que quieren tener buenas relaciones con Estados Unidos. Aunque habrá diferencias en el énfasis, ninguno es prosoviético o procubano”, lo cual pudo haber sido un beneplácito del país del Norte a la transición democrática en nuestro país. 

 

“Se espera que los peronistas, tradicionalmente la fuerza política civil dominante del país, gane las elecciones programadas para el 30 de octubre. El partido radical, sin embargo, tiene una chance razonable de obtener su primera victoria electoral sobre los seguidores del fallecido Juan Perón”,  dice uno de los documentos.

En el documento Argentina: una transición turbulenta se puede observar un pronóstico más arriesgado sobre la suerte de cada uno de los partidos, cuando se afirma que “se espera que los peronistas, tradicionalmente la fuerza política civil dominante del país, gane las elecciones programadas para el 30 de octubre. El partido radical, sin embargo, tiene una chance razonable de obtener su primera victoria electoral sobre los seguidores del fallecido Juan Perón”.

En el cable del Departamento de Estado mencionado previamente, Antonio Cafiero afirma que “al partido peronista le está difícil sumar jóvenes a sus filas porque muchos jóvenes tienen miedo de una repetición de principios y mediados de los ‘70, cuando los jóvenes de las listas de los partidos peronistas eran supuestamente los objetivos de la guerra contra la subversión. El partido radical no tiene este problema”. El ministro Santiago Cafiero coincidió en este punto: “En ese momento existía una generación que había sido perseguida, desaparecida y absolutamente estigmatizada, entonces había mucho miedo en esas convocatorias”, y sumó una reflexión coyuntural aseverando que “hoy la situación que tenemos hacia adentro del peronismo no es igual, tenemos mucha participación de la juventud en nuestro espacio, y creo que eso tiene que seguir creciendo”.

Otros dos grandes protagonistas de la colección Democracia son el movimiento sindical y el movimiento estudiantil. En el documento Argentina: el resurgimiento del movimiento obrero, producido en junio de 1983, la CIA recorre la historia de este actor político, su comportamiento durante la transición a la democracia –con la mirada puesta en un posible pacto entre los gremios y los militares– y las expectativas de la agencia respecto al activismo de los sindicatos luego de diciembre de ese mismo año. Por otra parte, en un telegrama del Departamento de Estado se hace un análisis de las elecciones en los centros de estudiantes de diferentes universidades públicas durante septiembre de 1983 –las primeras luego de la dictadura cívico-militar–, en donde se menciona además que “la retórica [de las campañas] era más moderada que los slogans de los setenta. Ahora, la «revolución» en cualquier término era el último objetivo. Hoy, la preocupación más importante es el establecimiento y preservación de la democracia”.

Los desaparecidos

La cuestión de los “miles de desaparecidos” era un eje transversal a todos los análisis políticos en los documentos desclasificados de este período e, incluso, en muchos de ellos se mencionan cifras: sin ir más lejos, en el mencionado informe Argentina: una transición turbulenta se dictamina que “está involucrado el destino de unas 7.000 a 10.000 personas. Muchos de ellos probablemente murieron en manos de personal de las fuerzas de seguridad”, y en el artículo citado del Washington Post se afirma que “la principal causa de aprehensión es la enfática promesa de Alfonsín de responsabilizar a los altos mandos por la desaparición de unos 20.000 argentinos durante la «guerra sucia» antiizquierdista de la década de 1970”. En épocas actuales en donde la discusión pública pone en tela de juicio el número de los treinta mil desaparecidos, Pedro Brieger señala que “nadie tenía los números. La Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) surge después de que Alfonsín asume. Era muy difícil en dictadura poder juntar las piezas de lo que estaba pasando y continúa siendo difícil hoy”.

 Mientras resonaban estos tambores, también aparecían los intentos de las Fuerzas Armadas por resguardarse de las posibles condenas que podían afrontar una vez restablecida la democracia, tal como resultó la denominada Ley de Autoamnistía. El Departamento de Estado desarrolla su posición acerca de esta norma en un telegrama de septiembre de 1983, en donde, a través de banalizaciones, afirma que “la amnistía en sí misma beneficia a aquellos que no han sido acusados aún o sentenciados que comitieron actos terroristas en un lado o, donde las fuerzas de seguridad operaron en el otro, excesos en represión contra el terrorismo (…). El período cubierto por la amnistía es desde la asunción de poder del último gobierno constitucional en mayo de 1973 a la instalación de Bignone en junio de 1982”.

Asimismo, en los documentos se puede encontrar numerosas menciones a una certificación sobre derechos humanos que Estados Unidos le hace a la Argentina. En esta línea, el Departamento de Estado desclasificó una propuesta de texto en la que se puede leer que “el presidente Reagan ha decidido que, de manera efectiva el 10 de diciembre, certificará ante el Congreso que Argentina ha hecho un avance significativo en el cumplimiento de los principios internacionales de derechos humanos y que esa determinación está en el interés nacional de los Estados Unidos”.

Balances

En noviembre de 1983, el Departamento de Estado reproduce una noticia que escribe el periodista Jesús Iglesias Rouco en el diario La Prensa, en donde afirma que “Estados Unidos endurecerá las políticas contra la Argentina” y, también, que “1) Washington no considera a Argentina un país importante, y mucho menos un aliado, 2) que Buenos Aires tampoco debería esperar ningún mejor trato que cualquier otro país del Tercer Mundo”.

Este documento entraría en aparente contradicción poco menos de un año después de la asunción de Raúl Alfonsín, cuando el Departamento de Estado realiza una primera evaluación de las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Argentina: “El gobierno de Estados Unidos puede estar orgulloso de todo lo que hizo para mostrar su apoyo a la nueva democracia argentina. Contribuimos, en algo por lo menos, con el problema de la deuda externa (por ejemplo, en marzo ayudamos con los intereses de pagos atrasados). Además, colaboramos para que Alfonsín lograra restablecer el control civil sobre los militares (para eso tuvimos que restringir la relación entre los militares de ambos países para convencer al gobierno argentino de nuestra buena fe). También, fuimos pacientes respecto de los asuntos nucleares (pero, al mismo tiempo, alentamos al gobierno de Argentina a que se alinee con las salvaguardias del Organismo Internacional de Energía Atómica) y ofrecimos asistencia, pero advirtiendo del problema de las drogas que tiene el país y que va en aumento”.

 

Desclasificados

Los 129 documentos que componen la Colección Democracia 1983 forman parte de los casi cinco mil archivos que Estados Unidos le entregó a Argentina en 2019. El proyecto Desclasificados, integrado por organismos de derechos humanos y estudiantes universitarios, confeccionó una base de datos pública que sistematiza estos documentos y los vuelve accesibles a la sociedad. 

 

Quienes quieran recurrir a los documentos citados, los pueden encontrar en la página web del proyecto, bajo los nombres ARGENTINA A TROUBLED TRA[15499923];  COUP, TERRORISM SEEN AS P[15515160]; C06279877; ARGENTINA THE RESURGENT L[15515297]; C60274095; C06275125; C06273562; C06295219.

 

Un exabrupto de regalo para Diego y Charly

Un exabrupto de regalo para Diego y Charly

El 23 de octubre cumplió años Charly y el 30 hubiera cumplido el Diego. El artista Alfredo Segatori los homenajeó con un mural en los bajos del puente de Bullrich y Libertador.

El artista urbano Alfredo Segatori fue convocado por la Comuna 14 y el Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires para reversionar y reciclar su obra “Por una Cabeza, al ritmo del 2×4”. Tiene su origen en la promesa que Segatori le hizo a Charly García de pintarlo en un mural, en 2019, cuando en su obra Limurock de Charly García intervino la limusina en la que viajó el ídolo del rock nacional para festejar aquel cumpleaños, el 23 de octubre.En relación al proceso de creación de este nuevo mural que cubre las paredes bajo los puentes de Avenida Bullrich y Avenida del Libertador, Segatori en diálogo con ANCCOM, afirmó: “Son imágenes creadas, no son fotografías. Me imaginé a Charly con el Obelisco en la mano dirigiendo la ciudad. Hicimos esta secuencia con un piano, que viene como una escalinata y lo pinté al Diego Maradona con Raffaella Carrá bailando un tango. Fue una mujer disruptiva para su época, con la que Diego tenía buena relación”. La nueva escena, transcurre bajo la mirada atenta del zorzal Carlos Gardel. El artista ya había pitado en 2021 al diez, nacido un 30 de octubre, en el barrio de La Boca: en Aristóbulo del Valle 50, se puede visitar el mural “San Diego del Barrio de La Boca”.

Segatori trabaja el arte urbano. Se define como un “muralista de la city porteña” y es reconocido mundialmente por sus trabajos en la pintura de espacios públicos. Mediante diversas obras de su serie Exabrupto de color, imprimió a la ciudad con su arte. Define a su serie como abstracta y la asocia a la improvisación total. Busca generar algunas texturas personales y jugar con los colores. En este caso, nombró a sus murales Exabrupto de color es tango y Exabrupto de color es rock y fusionó un fondo en tonalidades fucsias con lo figurativo. “Juego con el verbo ‘exabruptear’, que no existe, pero para mí tiene que ver con algo que no es un salpicado y tampoco es una explosión: es un exabrupto. Es algo que sale del alma y tiene que ver con un gesto, un movimiento brusco que se realiza con enfado y viveza”, definió el artista.

En ese exabrupto, busca un contacto con la urbe y generar un momento de alegría. “Elijo ser artista porque creo que el arte tiene la posibilidad de unir a pesar de las diferencias, más en estos momentos de guerra y de tanta violencia que vivimos. Como dice Charly, ‘cada cual tiene un trip en el bocho’, pero desde el hacer arte y contemplarlo podemos ponernos de acuerdo a pesar de pensar diferente”, concluyó Segatori.

Criminalizan a estudiantes universitarios de Córdoba

Criminalizan a estudiantes universitarios de Córdoba

La Justicia Federal mantiene activa la causa “usurpación por despojo” contra 27 estudiantes procesados tras una toma de 30 días realizada durante el gobierno de Macri en 2018.

Córdoba no sólo es sinónimo de fernet, cuarteto y sierras, es también la cuna de un hito en la educación superior: la Reforma Universitaria de 1918. Este movimiento, liderado por el Centro de Estudiantes de la Universidad Nacional de Córdoba -UNC-, aseguró la autonomía universitaria, la gratuidad y la participación estudiantil en la gestión académica. Un centenar de años después, durante el período de recortes presupuestarios del gobierno de Mauricio Macri en 2018, más de 20 universidades a nivel nacional se vieron obligadas a declarar la emergencia económica financiera debido a la crisis que enfrentaban. Esta situación implicó una revuelta estudiantil en defensa de una educación libre, gratuita y de calidad, durante la cual fueron tomadas 57 universidades a lo largo del país, producto de asambleas multitudinarias y grandes movilizaciones de diferentes sectores de la sociedad. Es así que en la misma universidad en la que se impulsó la reforma de 1918, los estudiantes decidieron sostener una ocupación de 30 días, en uno de los edificios estratégicos de la UNC donde se encuentra el rectorado, el Pabellón Argentina. La toma de las instalaciones llegó a su fin cuando los delegados estudiantiles se reunieron con el vicerrector de la universidad, Pedro Yanzi Ferreira. Sin embargo, más que un intento de llegar a un acuerdo, fue una jugada del funcionario, quien utilizó el acta de la reunión para señalar como actores involucrados a 27 estudiantes e imputarlos judicialmente. Paradójicamente, quien criminaliza la protesta estudiantil, Yanzi Ferreira, es también autor de “La Reforma Universitaria de 1918”, libro que homenajea la toma realizada por los universitarios en esa época.

El 26 de junio de 2019, el Juzgado Federal 3 de Hugo Vaca Narvaja, con la acusación de la fiscal Graciela López de Filoñuk, procesó a los 27 estudiantes por el delito de “usurpación por despojo”. A lo largo de los años la justicia avanzó en la causa con una ofensiva durante la pandemia, al aprovechar la virtualidad que desarticula el movimiento estudiantil. Una movilización en diciembre de 2021 detuvo el intento de la justicia federal de realizar el juicio en enero de forma virtual, en plena feria judicial y con las universidades cerradas por vacaciones. Blanca Fabiola Barreiro pertenece a la Gremial de Abogados es parte del equipo de seis letrados que, dirigidos por Carlos Orzaocoa, defienden a 15 de los 27 estudiantes imputados. En diálogo con ANCCOM afirma que es una causa “puramente política”, debido a que nunca se fijó el hecho del proceso. “Cuando el fiscal dice que una persona comete un hecho, lo tiene que fijar, describir minuciosamente, presentar pruebas, testigos y circunstancias. Dice que en determinado día y hora estudiantes entran a romper el pabellón, los acusan de manera generalizada como usurpación. No se fija el hecho, entonces no sabemos que defender”, expresa.

La justicia reactivó la causa el mes de septiembre de este año, cuando convocó para el viernes 29 de ese mes, a las 9 horas, una audiencia preliminar para dar inicio al juicio. El Consejo Directivo de la FFyH -Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC- convocó una movilización el día de la audiencia a las 8 de la mañana, con el fin de repudiar la imputación de los estudiantes, y acompañar el reclamo de suspensión del juicio y la absolución de los universitarios que participaron de la toma. Sin embargo, el miércoles 27 de septiembre, el Poder Judicial decidió suspenderlo “por razones de organización del Tribunal” sin dar mayores aclaraciones. Barreiro sostiene que la causa no tiene otra finalidad que “criminalizar la protesta, para asustar a las nuevas generaciones”. Describe que elevan la causa a juicio en 2020 y la mantienen para que no prescriba -marzo de 2024-: “Lo hacen en momentos políticos, como en las PASO. En Río Negro había una causa más grave y quedaron absueltos”. 

En coincidencia con la abogada Barreiro, una de los 27 estudiantes imputados, Lucia Heber, afirma que el juicio tiene razones políticas: “El Poder Judicial, en complicidad con el vicerrector, Yanzi Ferreira, decidió avanzar sobre quienes en ese momento estábamos de delegados, atentando al legítimo derecho de una educación de calidad, al derecho a la protesta, y al principio de autonomía universitaria”. Lucía cree que el juicio es una forma de criminalizar a quienes luchan por una educación de calidad, la cual considera que hoy en día es “un privilegio”.

Lucía, quien en 2018 estudiaba Ciencias de la Educación en la Facultad de Filosofía y Humanidades, relata que la toma surgió debido a la falta de respuestas a las demandas estudiantiles y al crítico momento por el cual atravesaba la universidad. Aunque recibió el apoyo y solidaridad de sus compañeros y docentes, describe la situación judicial como «un estado de mucha tristeza y decepción». Fue un «golpe muy duro» darse cuenta de que la causa por la que luchaba estaba sometida al poder de la justicia. Si bien durante los años siguientes, motivada por su entorno, siguió su carrera universitaria, afirma que lo que vivieron por aquel entonces no se “traducía” dentro de la institución, por lo que en 2021 dejó la carrera. No obstante, aclara que nunca dejó de formarse y en la actualidad cursa una nueva carrera, en otra universidad pública.

Los estudiantes y sus abogados ahora se encuentran a la espera de que el juzgado disponga de la nueva fecha para la audiencia preliminar al juicio, suspendida dos días antes de realizarse. Lucía Heber agrega: “La audiencia preliminar es una instancia previa al comienzo del juicio, donde las partes disponen de los detalles para el debate, donde se llama a declarar a los testigos y se presentan las pruebas”.