“El derecho a la belleza debe ser para todos”

“El derecho a la belleza debe ser para todos”

Este lunes comienza una nueva edición del Festival Va Poesía que se desarrollará en Mendoza, CABA y Provincia de Buenos Aires. Habrá recitales, talleres y charlas que llegarán especialmente a instituciones de encierro, barrios vulnerados y refugios para personas en situación de calle.

El Festival Internacional Va Poesía Argentina tendrá su 13° edición desde este lunes y hasta el 10 de octubre en Mendoza y luego del 13 al 17 del mismo mes en CABA y provincia de Buenos Aires. Bajo la consigna de la poesía como mecanismo de inclusión social, el festival permite que este género literario llegue a diversos sectores de la sociedad.

Durante 15 días habrá más de 25 lecturas, talleres, y presentaciones públicas. En esta edición participarán poetas de distintos lugares del mundo, lo que favorece el intercambio entre artistas. Además de autores argentinos, habrá escritores provenientes de Suecia, Venezuela, México, Costa Rica, Gales y de Colombia, con ideas y voces divergentes.

En ambas etapas, primero en Mendoza y luego en Buenos Aires, Va Poesía busca abrir el diálogo poético en espacios con personas que habitualmente no están en contacto con la literatura. Las actividades tendrán sus sedes en cárceles, escuelas, sindicatos, refugios, comedores, entre otros sectores vulnerables. Ricardo Rojas, codirector del festival, explica: “Vamos a lo que llamamos la Argentina profunda, donde están nuestros hermanos y hermanas más desfavorecidos o en situaciones precarias”.

Cuando la poesía es leída en estos espacios “se forma un círculo mágico donde la realidad se interrumpe y da permiso a que florezca lo humano” en palabras de Rojas, y propicia: “a que nos podamos ver: que podamos prestarnos atención; que advirtamos que todos somos valiosos: que estamos todos en este mundo”. Como dice Marta Miranda, también codirectora del festival, “se abre un espacio de pensamiento distinto, en donde es posible soñar o repensar los sueños. Se agrega una dimensión de vida que quizá antes no se avizoraba. Una otra posibilidad.”

El proyecto alienta a que se desarrollen las potencialidades creativas dentro de estos espacios de vulnerabilidad social y consecuentemente haya, en palabras de Miranda, “un empoderamiento concreto de las clases populares. Que se pregunten ¿cuáles eran mis sueños? ¿Cuáles eran mis deseos? ¿Cómo nos organizamos para hacer un mundo más fraternal, más bondadoso, más tolerante, más humano?”

Después de la etapa mendocina, entre el 13 y el 17, el Festival tendrá como sedes en CABA a la Asociación de Empleados de Farmacias, en Constitución, al Instituto de Menores Belgrano, en Once, a PAEBYT-Casa de Atención y Acompañamiento Comunitario Morenos de la Calle Larga, en Pompeya, al Instituto de Menores Agote, que queda en Palermo, al  Taller Cristo de los Villeros, de Barracas, a No Tan Distintes, en Boedo y al café bar La Poesía, de San Telmo. La Universidad Nacional de La Matanza será otra de las sedes, ya en el Conurbano bonaerense.

Desde la organización “buscamos revertir la ecuación actor/espectador por una más igualitaria, la de actor/actor, activo desde su comunidad”, dice Miranda. Y bajo la misma línea, Rojas afirma que se trata de un festival que “pone por delante de todo lo humano, lo horizontal, lo simple y como decía el Papa Francisco con todos, todos, todos.”

Sobre la necesidad de que exista un proyecto cultural como este, Miranda explica que “no todas las comunidades o personas tienen la posibilidad de acceder a un espacio de literatura, pensamiento e intercambio. Y en la mayoría de los casos no la tienen porque no pueden -por lejanía, condición social, factores económicos- y no porque no quieran”. La codirectora del festival cree en la importancia de “darle a la gente la opción de decidir qué contenidos quieren en su vida. Ofrecerles la posibilidad. Después cada uno, cada una, decidirá qué hacer con lo que escuchó, sintió, compartió”. Y asegura: “El derecho a la belleza debe ser para todos”.

Ambos directores concuerdan que lo ideal es que los participantes se lleven el espíritu comunitario y la noción de que cada paso es importante para realizar una transformación en la sociedad, que no hay pueblo pequeño, escuela alejada, situación de vida que no pueda modificarse. Rojas resalta “el cariño de nuestra gente en situación vulnerable. Nuestro reconocimiento eterno y nuestro afecto enorme por compartir su tiempo, su poesía y su expertiz en general en estos encuentros tan simples y profundos donde la belleza, la tolerancia y la fraternidad son los motivos centrales del asunto.”

“Tuvimos que jugar al detective para que nos escuchen”

“Tuvimos que jugar al detective para que nos escuchen”

Los familiares de las víctimas del fentanilo adulterado expresaron su dolor y sus reclamos ante la Comisión Investigadora de Diputados. Mientras tanto, el juez Kreplak avanzó con procesamientos y detenciones en una trama que involucra tanto a empresas como al Estado desregulado.

Familiares de Daniel Oviedo, Leonel Ayala y Luis Rossetti, víctimas del fentanilo, testimoniaron en Diputados.

 

El martes 30 de septiembre se realizó el segundo encuentro de la Comisión que investiga el fentanilo adulterado. Los legisladores escucharon a las familias de las víctimas y marcaron un cronograma de reuniones para octubre. También se reunieron con el juez federal de La Plata Ernesto Kreplak para obtener más información del caso judicial.

La escena comenzó con un silencio áspero, apenas interrumpido por el ruido de sillas y las voces bajas de los asesores. La mesa de conducción está compuesta por la diputada Mónica Fein (presidenta), Silvana Giudici (vicepresidenta) y Victoria Tolosa Paz (secretaria). La primera en hablar fue Gisel Oviedo: “Cumplí 41 años, primer cumpleaños que no está Daniel, mi último hermano”. Sus palabras, dichas sin estridencia, cargaron de peso el aire de la sala. Daniel Oviedo es una de las 126 víctimas confirmadas. Gisel no solo habló del dolor: reclamó una ley de trazabilidad. “En 2012 el fentanilo era trazable, después lo sacaron priorizando el mercado antes que la salud pública”. Su propuesta ya tiene aval social: “Conseguimos 16.000 firmas en Change.org”. 

La madre de Daniel, Roxana Altamirano, fue directa: “El pedido nuestro sería la trazabilidad del fentanilo y de toda la cadena de medicamentos, para que esta desgracia no vuelva a pasar”. El padre, Gustavo Oviedo, habló con bronca: “Nunca se comunicaron con nosotros. Tuvimos que jugar al detective para que nos escuchen”.Gustavo en agosto escribió una carta abierta denunciando el silencio del gobierno deJavierMilei

Alejandro y Luis Ayala, hermano y padre de Leonel, unas de los muertos por el fentanilo, exigieron la Ley de Trazabilidad para que no vuelvan a suceder casos como estos.

 

Varios diputados coincidieron con la propuesta de ley. Giudici, del PRO, señaló que presentaron proyectos de ley “para mejorar la trazabilidad de medicamentos de alto riesgo”. Cristian Castillo, del FIT-U, concluyó que hay consenso en reforzar el control de ANMAT y la trazabilidad.

Alejandro Ayala, hermano de Leonel, recordó que “desde 2018 hubo más de 276 expedientes sobre irregularidades en laboratorios y nadie hizo nada”. Denunció, además, que “todavía hay familias sin asesoramiento jurídico ni atención psicológica”. Luis Ayala, su padre, se levantó de la silla y dijo: “Soy albañil y tuve que bajarme del andamio para venir a hablar por mi hijo, un ser extraordinario”. Y cargó contra el sistema: “No lo mató solo Furfaro, lo mató también el Gobierno nacional con la desregulación”.

“Trabajen sintiendo como si fuera un familiar de ustedes también, un padre, un hermano o un hijo que hayan perdido”, pidió el familiar Mariano Rossettia a los legisladores. Otros rechazaron la calificación de “tragedia” para lo ocurrido e insistieron en que se trató de una “masacre”. La Cromañón estuvo presente. Alejandro Ayala evocó: “Como fue en Cromañón, que llegaron a resultados efectivos en tiempos efectivos. Queremos lo mismo”.

La diputada Paula Oliveto (Coalición Cívica), que trabajó en esa causa, señaló: “Me tocó Cromañón como auditora y diputada, y sé lo que significa atravesar el dolor en busca de justicia. Si el ANMAT hubiese controlado, esto no hubiese pasado. Si la AGN hubiese estado en funciones y pudiera controlar a los organismos, podríamos saber cómo son los procedimientos y si se cumplieron o no. Y si el Ministerio de Justicia hiciera su trabajo, hoy estos familiares tendrían psicólogos a disposición”.

“Se politizó la exposición de algunos familiares –se quejó, a su turno, la oficialista Giudici–. Dejemos todas las banderías políticas de lado”. La familiar Gisel Oviedo le repondió: “Las banderías políticas las trajo usted cuando nos dijo que teníamos que recusar al juez porque la causa era kirchnerista”. Tolosa Paz (UxP) también apuntó a Giudici: “Hubo intentos de politizar la cuestión, pero estamos acá para responder con leyes”. Su par de bancada Paco Manrique fue más crudo: “Si esto se politiza es porque es un problema político. El sistema falló y fallan las políticas”. Christian Castillo agregó: “Acá hay temas políticos implicados y no está mal discutirlos. Otra cosa es el carancheo”.

El radical Pablo Juliano se refirió al pedido de informes al Ejecutivo: “El 20 de agosto elevamos 30 preguntas y nunca respondieron. Ahora presentaremos 56 actualizadas”. La socialista Fein aseguró que van a “insistir con la Presidencia por ese pedido de informes”. También se acordó la necesidad de un cronograma de trabajo. Juliano propuso citar a especialistas en salud, bioquímicos, farmacéuticos y peritos oficiales.

Tras la jornada, el diputado Christian Castillo sintetizó su mirada con ANCCOM: “Fueron muy importantes los testimonios de los familiares. Lo central es escucharlos y hacernos eco de sus preocupaciones”. Y planteó el dilema que dividirá aguas en el Congreso: “Claramente es un tema político porque hay implicancias del poder público. Y también porque después hay una discusión de qué hacer políticamente con esto, en el sentido de qué medidas hay que tomar. Hay que reforzar el ANMAT o hay que liquidarlo, como dijo [el ministro de Desregulación] Adolfo Sturzenegger. Son dos visiones políticas muy distintas y es parte de la discusión que vamos a tener en la comisión”.

La vía judicial

En la última semana, el juez federal Ernesto Kreplak profundizó la investigación. El 25 de septiembre dictó una resolución de procesamiento contra Ariel García Furfaro, dueño de los laboratorios HLB Pharma y Ramallo S.A.,por considerarlo “coautor penalmente responsable del delito de adulteración de sustancias medicinales”que provocaron los fallecimientos de 20 personas,y por su intento de encubrimiento mediante la destrucción de pruebas. Además, Kreplak dispuso un embargo histórico de un billón de pesos sobre sus bienes y amplió la pesquisa hacia posibles delitos contra la administración pública, incluyendo connivencia y omisiones en los controles sanitarios.

El caso dio un giro esta semana con la difusión de un video grabado el 17 de mayo pasado en la casa de Javier Tchukrán, director general de Laboratorios Ramallo y HLB Pharma, en el que el anfitrión, Ariel García Furfaro, y su hermano Diego discuten cómo borrar información de los servidores, como si quisieran desaparecer no solo archivos, sino también la huella de las muertes que ya habían causado. El video llegó a manos de Kreplak luego de un allanamiento y fue clave para dictar las prisiones preventivas a los imputados. Mientras tanto, el juez mantuvo su independencia frente a presiones políticas: rechazó el intento del presidente Javier Milei de apartarlo de la causa y se reunió el jueves 2 de octubre con la Comisión Investigadora de Diputados. 

Además de los mencionados hermanos García y Tchukrán, también fueron procesados con prisión preventiva Nilda Furfaro (madre de Ariel), José Antonio Maiorano (director técnico de HLB Farma), Carolina Ansaldi (directora técnica de Laboratorios Ramallo), y Adriana Iudica (subjefa de Control de Calidad de Laboratorios Ramallo). Kreplak procesó, además, sin prisión preventiva a María Victoria García, Wilson Daniel Pons, Adriana Iudica, Arzolidys Dayana Astudillo Bolivar, Rocío del Cielo Garay, Edgardo Gerardo Antonio Sclafani, Eduardo Darchuk. Todos ellos cumplían funciones de supervisión en uno y otro laboratorio.

Después del encuentro del juez con la Comisión Investigadora de Diputados, el legislador  Christian Castillo lo calificó como positivo: “Le planteamos ampliar algunas líneas de investigación. Mostró disposición a colaborar”. Otros diputados coincidieron en que el magistrado se mostró abierto a responder requisitorias y compartir información relevante para la investigación legislativa, una señal de cooperación inédita en una causa que mezcla empresarios, funcionarios, controles laxos y muertes evitables.

La crónica de esta semana deja un eco en tres planos: las familias, que transformaron su duelo en demandas de ley, informes y contención; los diputados, atrapados entre la necesidad de mostrarse unidos y las tensiones de la política, y el Poder Judicial, que avanza sobre la trama empresarial y abre la puerta a responsabilidades estatales. Y un silencio, el del ministro de Salud, Mario Lugones, cuya presencia fue requerida por los familiares: “Se está borrando, debería estar acá. Le pedimos a la Comisión que lo cite”.

En la sala donde sesionó la Comisión, aún resuenan las voces de los familiares, como la de Luis Ayala: “Esto fue una tragedia que debe avergonzarnos como sociedad. Perdimos vidas que tenían futuro”.

Otro día de miércoles para los jubilados

Otro día de miércoles para los jubilados

Como cada semana, marcharon frente al Congreso para reclamar aumento de haberes y la restitución de los medicamentos gratuitos y de la moratoria previsional. Y, como en cada marcha, hubo represión policial: una decena de heridos y dos detenidos.

Durante la tarde de este miércoles, la Plaza del Congreso volvió a ser escenario de una movilización, en la que se dieron cita cientos de jubilados, que junto a numerosas agrupaciones sociales y sindicales, se manifestaron para reclamar aumento de haberes y la restitución de los medicamentos gratuitos y la moratoria previsional. Una vez más, la marcha pacífica se vio marcada por la represión de las fuerzas de seguridad, que ha venido repitiendo semana a semana y que, esta vez, dejó un saldo de al menos diez personas lastimadas y dos personas detenidas, quienes fueron liberadas poco tiempo después.

Los manifestantes también se pronunciaron en contra de las políticas de ajuste que ha adoptado el gobierno de Javier Milei, y que ha afectado fuertemente a las jubilaciones, reduciendo tanto su poder adquisitivo así como su acceso a la salud y a medicamentos esenciales. A estos reclamos, se sumaron las críticas ante las recientes denuncias de corrupción y de los presuntos vínculos del candidato a diputado oficialista, José Luis Espert, con el narcotráfico.

Sobre las 14, los manifestantes comenzaron a reunirse a lo largo de la Plaza del Congreso. En derredor, cientos de gendarmes y policías se formaban en contingentes para contener a la movilización. Filas de tanquetas estacionadas en las calles aledañas y la mirada silenciosa de las decenas de oficiales que patrullaban la zona recibieron a las organizaciones.

Al revés de lo que ocurría en las marchas anteriores, cuando la represión tenía lugar al final de la movilización, cuando los manifestantes ya se estaban disipando, en esta ocasión comenzaron desde muy temprano. Cerca de las 14:30, cuando ya se escuchaban los primeros cantos, un grupo de personas que se había reunido sobre la vereda de la Plaza frente a la avenida Rivadavia fue reprimido por un grupo de oficiales. Los uniformados se aproximaron cercándolas con sus escudos y limitando su espacio, pese a que estos no se hallaban obstruyendo el tránsito. “Estábamos arriba de la vereda y nos apretaban para que nosotros reaccionemos, para tener una justificación, para reprimir. Nos tiraron gases arriba de la plaza. A mí me tiraron con el spray; que te deja casi sin respirar. Es terrible, lo hacen a propósito”, relata Armando Muti, un jubilado de 75 años, autoconvocado, que hoy como cada miércoles, protesta frente al Congreso. “Yo vengo desde hace meses y meses. Hay jubilados que ya no pueden venir más, porque no les da la salud. No tienen remedios, no tienen medios para viajar… Yo me pongo al frente, con mi pañuelo blanco, porque estamos en lucha. Y vamos a seguir. Los pocos que quedamos, los que venimos siempre, cada vez somos menos. Necesitamos más apoyo de la gente”, reclama Muti.

“Hoy nos reprimieron, pero los jubilados siempre vamos a luchar por nuestros derechos. Todo estos golpes son de la policía, en los brazos, la boca…”, enumera Dawlowski mientras enseña las heridas y moretones en su cuerpo.

Estas primeras represiones generaron tensiones que desembocaron minutos más tarde en un segundo enfrentamiento entre los manifestantes y la policía. Cerca de la esquina de las avenidas Callao y Rivadavia, decenas de manifestantes fueron reprimidos por la policía. Dentro de ellos, se encontraba el sacerdote Francisco Oliveira, conocido como el Padre Paco, perteneciente a la organización sacerdotal Opción por los Pobres, y que se ha convertido ya en una figura representativa de las manifestaciones por los derechos de los jubilados, frente al Congreso. Él, como muchos otros manifestantes heridos, debieron ser asistidos por los paramédicos del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios de la Defensoría del pueblo, que ayudaban a los manifestantes a recuperarse tras ser golpeados y agredidos con gases tóxicos por la policía.

Otro de los lastimados fue Carlos Alberto Dawlowski, jubilado de 75 años e hincha de Chacarita, quien ya había sido reprimido por la policía en la manifestación del 12 de marzo, cuando miles de hinchas de fútbol se autoconvocaron en solidaridad con los jubilados. “Hoy nos reprimieron, pero los jubilados siempre vamos a luchar por nuestros derechos. Todo estos golpes son de la policía, en los brazos, la boca…”, enumera Dawlowski mientras enseña las heridas y moretones en su cuerpo.

Bajo el sol de la tarde, y ya con las primeras represiones consumadas, las agrupaciones se reunieron en torno a sus líderes, quienes pronunciaron discursos acerca de la situación de los jubilados, las acusaciones que vincularían a José Luis Espert con el narcotráfico, y el reciente ataque del gobierno de Israel a la flotilla que intentaba llegar a Gaza con ayuda humanitaria. Después, los manifestantes comenzaron a circundar pacíficamente la Plaza del Congreso, entre cantos, acompañados por bombos y trompetas. La paz, sin embargo, duraría poco, ya que escasos minutos después de iniciada la marcha, dos manifestantes fueron detenidos sin justificación a una cuadra de distancia. Los apresados fueron identificados como Víctor Vargas y Roberto de la Cruz Gómez. “A mis compañeros los llevaron detenidos, ya los largaron. Ahora uno fue al hospital porque tenía dolor de espalda. Yo tuve un par de golpes en la espalda pero no me duele. Son las circunstancias de la lucha de los jubilados”, se consuela Dawlowski. Como la Fiscalía no convalidó las detenciones, los detenidos fueron liberados inmediatamente.

La manifestación reunió a numerosas organizaciones sociales y sindicatos, dentro de las que se destacaron algunas como ATE, SATSAID y la CTA. Francisco «Tito» Nenna, quien fuera secretario general adjunto de CTERA, y uno de los principales líderes de la protesta, resume así las principales consignas: “No solamente estamos por los jubilados, sino por todas las leyes que se están tratando hoy en el Congreso, como la de discapacidad, la del hospital Garrahan… Nosotros estamos en la calle siempre y vamos a seguir estando porque es uno de los lugares donde está la confrontación con este Gobierno”.

El ajedrez sale al rescate

El ajedrez sale al rescate

Un taller de ajedrez opera en el corazón del Gran Soldati para ofrecerles a los chicos y adolescentes otra propuesta a la de la calle y las pantallas. Un espacio de resistencia, en el marco de un contexto político de poca empatía.

Hay veces que son diez, otras que son veinte, también hay clases donde sólo fueron cinco: lo concreto es que todos los martes y viernes, de 18 a 19, chicos de entre cinco y once años del barrio Ramón Carrillo y alrededores tienen una clase de ajedrez en el Club Atlético Virgen Inmaculada (CAVI). Los tres profesores, Leandro Ippólito, Manuel Arvuez y Tobías Hualco los esperan con una merienda y con diversas ejercitaciones que estimulan la actividad intelectual. El taller se desarrolla hace casi dos años en el CAVI, que complementa la formación espiritual e intelectual que brinda la Parroquia Virgen Inmaculada desde, como plantean, «Las Tres C» de la vida: Capilla, Colegio y Club. “Lo importante para nosotros es dar un servicio, algo muy de iglesia –dice Ippólito–. Brindamos el taller desde un lugar de contención, lo que hacemos con los chicos es llegar antes para no tener que agarrarlos después”. El club se propone salir a buscar a los vecinos desde la propia comunidad, y es por eso que cuenta con una vasta cantidad de disciplinas deportivas, que van desde el fútbol maculino y femenino, el hockey y el boxeo, hasta la natación, el atletismo y la danza paraguaya. El ajedrez, dentro de la dinámica del club, tiene un rol fundamental.

La vida de los ajedrecistas

Los organizadores señalan que es un espacio clave para aquellos chicos a los que no les gusta hacer deporte. Por ejemplo para Matías, apodado “el Sequito”, que le gustan las matemáticas pero no el fútbol y encontró en el taller un espacio para divertirse a su manera. Matías llega en su bicicleta veinte minutos antes para organizar la clase con los profesores, dividida en los niveles principiante y avanzado. Se autodenomina el secretario del taller: cuando llegan chicos nuevos, les pregunta el nombre y la edad para anotarlos en su grilla, y así sabe en qué nivel deberían estar.

Martina va al taller desde el año pasado y cada vez juega mejor. Con tan solo siete años, le explica las reglas del juego a Walter, su papá, que trata de entender los movimientos de los peones. Él cuenta: “Yo la traía y esperaba, pero en un momento me dio curiosidad y me senté a aprender. Ella también juega en el colegio, y ahora compramos un tablero para tener en casa”. El de Martina es un ejemplo parecido al de Mía, que lleva semanalmente a su sobrina Sofía de seis años a las clases. “Lo que me pasa con Sofía es que llega de la escuela y está todo el día con el celular. Yo hago fútbol pero a ella no le gusta ningún deporte, entonces la empecé a traer. Ahora está re entusiasmada, le encantan las clases”.

La principal ventaja del ajedrez es esa: no hay mediación alguna. La prevención, esta idea de “agarrar antes” a los chicos, se lee desde dos tipos de enfoques. Viven en un entorno problemático, en villas donde la figura del club, la capilla, el colegio se enaltece y los resguarda; a su vez, nacieron en un mundo donde las pantallas están arraigadas a sus vidas, y el ajedrez emerge para proponerles un contrato: jueguen, diviértanse, pero no con un espíritu de competencia sino más bien desde el pensamiento estratégico-cognitivo. Usen la lógica, aprendan a tomarse una pausa e intenten resolver ese problema que se les plantea.

–¿Por qué te gusta venir al taller?

–Porque vengo a jugar con mis amigos, yo aprendí con el celular pero ahí está lleno de bots– dice Matías, no “el Sequito” sino uno de los mejores jugadores de la clase. El ajedrez sigue siendo un juego, pero los vuelve a enfocar en la abstracción del celular.

«El programa Ajedrecear, que tomaba al ajedrez como política educativa y lo difundía a lo largo de los barrios carenciados, está parado desde que gobierna Milei”, dice Arvuez.

Los que se quedan, los que se van y los que pueden venir.

Tolomeo Graña Imhotep egresó del secundario de la parroquia y estudia la Carrera de Martillero Público en la UCA, gracias a la beca que otorga la universidad para chicos que viven en barrios de emergencia. Conoció a los profesores cuando hicieron una pasada por el colegio, y fue el único en sumarse al taller. Aunque está rodeado de chicos, toma las clases como si fuese uno más. “La particularidad del ajedrez es que te desarrolla la mente”, dice, mientras se saca su campera de cuero y deja exhibir sus tatuajes a lo largo y ancho del brazo. “Yo siento que de los chicos, en general, se aprende mucho. A mí, el taller, junto con la parroquia y con el club, me interpelan desde mi identidad, el sentimiento de barrio que llevo dentro. Por eso no voy a dejar de venir, además de que me encanta jugar y seguir mejorando”.

Pero así como están «Las Tres C» de la vida, también se identifica a las tres de la muerte: Consumo, Cárcel y Cementerio. Esta es una situación con la que los profesores tuvieron que aprender a convivir. Ellos recuerdan a Tomás, un chico que tenía un talento nato para el ajedrez pero que lo abandonó. Con una fuerte autocrítica, el profesor Arvuez dice: “Nosotros no somos profesores, somos talleristas. Esa es la verdad. No todos son Tolomeo, Tomi se terminó aburriendo. En un punto no contábamos con ejercicios de mayor grado de exigencia para darle, entró al secundario y su círculo lo llevó por un mal camino. Sabemos que eso nos excede, que es una falencia que debemos mejorar. Pero por otro lado, cuando me movilicé en búsqueda de profesores de matemática o ajedrez, nadie quiso entrar al barrio. Hoy por hoy, somos el único club parroquial que da este taller, lo que también nos limita a organizar torneos para los chicos. Además, el programa Ajedrecear, que tomaba al ajedrez como política educativa y lo difundía a lo largo de los barrios carenciados, está parado desde que gobierna Milei”.

El taller depende de la buena voluntad de tres pibes de veinte años, que ven en el ajedrez su atributo para el desarrollo intelectual de la juventud, además de pensarlo como un vehículo de inclusión social. Incluso se han propuesto desembarcar en el Centro Barrial de adolescentes Laura Vicuña, un hogar para adolescentes de consumo problemático, pero hoy es difícil pensar en propagarse. “Nuestro trabajo es a pulmón, lo que necesitamos es reconocimiento y donaciones de tableros”, dice Tobías Hualco, el profesor que completa el trinomio. Mientras parecería utópico pensar en un proyecto más ambicioso, con más profesores, más alumnos, y en más parroquias, los chicos del CAVI juegan.

Las fuerzas de Bullrich volvieron a reprimir a los jubilados

Las fuerzas de Bullrich volvieron a reprimir a los jubilados

Como cada miércoles, los jubilados volvieron a marchar ante el Congreso en reclamo de la recomposición de sus haberes, por la restitución de los medicamentos gratuitos y en solidaridad con las causas de las universidades, las personas con discapacidad y los hospitales públicos. Hubo al menos siete heridos y dos de ellos debieron ser retirados en ambulancias.

En un nuevo episodio de violencia policial, fueron siete las personas que resultaron heridas, y dos de ellas, un periodista y una jubilada, tuvieron que ser retirados en ambulancia. El hecho ocurrió en el cruce de Entre Ríos e Yrigoyen, en el marco de una nueva marcha de jubilados como las de todos los miércoles, frente al Congreso.

 “Lo que pasó fue que estaban haciendo un ‘semaforazo’”, relató Gastón Santamaría (35), con su peto blanco de la Asociación Contra la Violencia Institucional (ACVI) y completó: “Entonces, cuando el semáforo se ponía en verde se subían a la vereda, y cuando se ponía en rojo iban a la calle con sus carteles. Y de pronto se puso a avanzar la Prefectura Nacional Argentina junto con la Policía Federal, empujando y golpeando con los escudos y con los cascos también. Hay un chico, de hecho, que en este momento todavía está ahí, lo están asistiendo”.

El “chico”, vestido de camisa y pechera flúor con un micrófono televisivo en la mano derecha, habría sufrido una contusión al ser golpeado y derribado por la policía. Misma agresión sufrió la otra víctima, mujer de pelo canoso con lentes de sol, que también recibía los primeros auxilios sobre los adoquines cuadrados de la vereda. El incidente ocurrió cuando la marcha empezaba su vuelta a la Plaza del Congreso, recorrido que ya es parte del ritual de los miércoles.

–¿Golpeaban con los cascos? ¿Lo usaban como arma?

–Exactamente. Y también tiraron gases de los que están tirando todos los miércoles, así que había varios compañeros que estaban heridos en su cara –siguió Santamaría–. El despliegue de Prefectura fue sobremedido. Sin provocación. Ni siquiera estaban cortando la calle; simplemente estaban mostrando sus carteles.

Al pie del Monumento a los dos Congresos, minutos antes de la agresión, se empezaban a juntar jubilados con sus lienzos y carteles. La imagen era de una concentración pequeña pero colorida: había camisetas de Chacarita, Ferro Carril Oeste y Club Sportivo Dock Sud; flameaban banderas de ATE, del Movimiento Evita y de Jubilados de Izquierda, entre muchísimos otros.

En medio de todo, Aurora Cividino (75), jubilada y militante del Partido Obrero, se sentaba en una silla plegable de la que necesitaba ayuda para poder levantarse. “Es que me andan mal las piernas”, sonrió. “La situación está muy jodida porque hay jubilados que están trabajando –contó–. Y no pueden resignar ese pequeño trabajo porque si no, no comen. Yo por ejemplo, que cobro un poco más de la mínima, este mes pagué el alquiler, las expensas, impuestos y quedé con $43.000 para llegar hasta el mes que viene. El que cobra la mínima no sé cómo hace; se muere literalmente de hambre. La realidad es que al capitalismo, como no producimos, ya no le servimos. Nos quieren muertos, es terrible”.

Al empezar la vuelta a la plaza, cerca de las cuatro de la tarde, ocurrió la represión de Yrigoyen y Entre Ríos. Había un cerco de gente. Apenas afuera del cerco, sobre el pavimento gris de la calzada, se acercó un hombre en una silla de ruedas de la que asomaba una enorme bandera argentina. El mástil estaba amarrado al respaldo de la silla, y llevaba una segunda bandera con la leyenda “La patria no se vende” sobre el regazo.

“La marcha de hoy vino con una represión brutal de Patricia Bullrich”, afirmó José Enrique Montenegro (62), de la Mesa de Trabajo Municipales de la Ciudad. “Las marchas anteriores han sido más tranquilas, muy pacíficas, a pesar de lo que fue la marcha multitudinaria de las personas con discapacidad, habíamos podido doblegar este atropello de todas las fuerzas de la policía”.

Mientras la marcha continuaba, nuevos efectivos se apostaban y cortaban el paso a la Avenida de Mayo, esta vez de la Policía de la Ciudad. La gente los apuntaba con sus celulares y cantaba “fuera yuta fuera”. Las fuerzas estatales mantenían la fila de escudos, a la vez que pasaban delante de ellas banderas de Argentina y Palestina.

“Lamentablemente las políticas de Milei se está convirtiendo en un genocidio total hacia las personas con discapacidad, y mucho más con los jubilados”, vociferaba Montenegro y continuaba: “Las marchas de los jubilados, de ‘Los doce apóstoles’, son las que iniciaron la resistencia de los miércoles. Nosotros nos acoplamos a ellos para hacer más fuerza, para visibilizar estas cuestiones. Y bueno, también hacer frente con la gente del Garrahan, porque cuando ellos marcharon por salud pública nosotros también lo hicimos, con el convencimiento de que también se vea los padecimientos de discapacidad, de lo que está pasando con las pensiones y todo lo demás”.

Al desconcentrar la movilización, se formaban pequeños corillos alrededor de lienzos y megáfonos, cruzaba una ambulancia, y circulaban los últimos curiosos y rezagados. Uno de ellos, Víctor Maidana (80), vestía una campera marrón y una pañoleta blanca con una foto impresa.

“Falleció mi mujer hace poco”, explicó y añadió: “Eso me permitió volver a marchar. Porque todo el tiempo que estuvo grave, muy enferma, estuve cuidándola. Somos dos nada más. Pero siempre estuve en las luchas populares: contra la dictadura, con las madres, con las abuelas, con los hijos, con los estudiantes…”

Esta marcha de jubilados se dio en el contexto del apoyo a Javier Milei por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, la no aplicación, pese al rechazo del Congreso a los vetos de la Ley de Emergencia en Discapacidad, y el escabroso triple femicidio ocurrido en Florencio Varela, en el que se acusa un total abandono del Estado de políticas de prevención. Todos temas que estuvieron en boca de distintos oradores alrededor de la plaza: hubo gritos contra el FMI, contra Milei y la policía entremezclados con dardos a la CGT y referencias a Italia, Nepal y Palestina.

“Yo no estoy a favor de ponerle el rótulo del sector político”, prosiguió Víctor, que militó en el peronismo junto a Saúl Ubaldini, “porque para estas cosas tenemos que dejar las particularidades de lado. Todos juntos los que tenemos intereses comunes: la defensa de los más débiles, la unidad de la patria… Porque la patria no es solamente un territorio: es una historia, es un porvenir. Y esto es una antipatria.”

La ambulancia venía, después de cincuenta minutos, a recoger a los dos heridos de Yrigoyen y Entre Ríos. Desde ACVI acusan la retención ilegal de otras dos personas por parte de la Policía Federal, una de ellas embarazada de dos meses, que luego fueron liberadas. Esta marcha de jubilados cerró con al menos siete heridos, y se suma a las de todos los miércoles en reclamo de un aumento a las pensiones, la cobertura del PAMI a los medicamentos especiales y el restablecimiento de la moratoria previsional.

Glifosato récord en el Paraná

Glifosato récord en el Paraná

El investigador del Conicet Rafael Lajmanovich detectó en el río la presencia de herbicidas, insecticidas y fungicidas que superan los estándares internacionales permitidos. Consecuencias para la salud.

Rafael Lajmanovich es doctor en Ciencias Naturales, profesor de ecotoxicología en la Universidad Nacional del Litoral (UNL) e investigador del Conicet. Hace veinte años indaga en el impacto de la agroindustria en el ecosistema. En el último Congreso de Salud Socioambiental, realizado en la ciudad de Rosario, presentó los resultados de un trabajo reciente: “Alerta ambiental: arroyos de la cuenca del Paraná bajo amenaza tóxica”.

 

¿Cómo llegaron a investigar los arroyos de la Cuenca del Paraná?

Esto no es algo que recién empieza, sino que llevamos muchos años trabajando en estos temas. En mi caso, casi veinte años. Y no son trabajos aislados, sino que siguen un patrón de distintas investigaciones vinculado a todo lo que sea el impacto de la agroindustria, en especial de los cultivos transgénicos, sobre los ecosistemas, y particularmente sobre los anfibios anuros. Además, el tema de los arroyos comenzó con la primera investigación importante que hubo en Argentina que demostró que todo el centro del país estaba vertiendo o llevando sus fuentes agroindustriales, en especial glifosato, hacia la cuenca del río Paraná. Hay un trabajo de 2016 realizado por el fallecido doctor Marino, a partir del que quisimos investigar. Lo que sucede es que estos productos no se utilizan en el río, sino que se usan en las cuencas que están alrededor de los ríos. Entonces, empezamos a estudiar los arroyos, tanto del lado de Entre Ríos como del lado de Santa Fe. Después quisimos investigar una cuenca más grande que es la del Arroyo de las Conchas que está del lado de Entre Ríos, cerca de la ciudad de Paraná, en la cual hay una reserva natural que es una de las pocas que hay en el área. Para eso, estudiamos varios arroyos que tienen relación con esta cuenca e investigamos cómo es que esa cuenca, que termina en el Paraná, se está contaminando.

 

¿Qué encontraron?

Lamentablemente se cumplió la hipótesis porque estaba bastante contaminado. De hecho, los mayores valores de glifosato se encontraron dentro de la reserva natural. Pero no es porque se use en la reserva, sino porque el sentido de escurrimiento de la cuenca hace que todo un área muy grande termine volcando su agua y pasando por la reserva.

 

¿Qué es lo que hallaron exactamente en términos de agrotóxicos?

Herbicidas, insecticidas y fungicidas. Y generalmente lo que más se encuentra son herbicidas como glifosato y atrazina e insecticidas como cipermetrina. Asimismo, en el artículo de investigación se menciona que “los niveles del herbicida glifosato superaron el estándar de calidad establecido por la Unión Europea para la vida acuática. Los niveles del insecticida cipermetrina detectados en el agua de estos dos arroyos también superaron los límites establecidos por la Unión Europea para la vida acuática y los criterios de la EPA, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos.

 

¿Por qué se habla de un récord histórico?

Porque es uno de los valores más altos registrados en la literatura hasta la actualidad. No quiere decir que no haya un valor más alto, pero tampoco hay muchas investigaciones que se hagan con este tipo de cuestiones.

 

En cuanto a los efectos concretos de los agrotóxicos, ¿qué es lo que produce en peces, anfibios y otras especies del río?

Los niveles que se hallan si bien no alcanzan a ser letales tienen efectos crónicos, de disruptores hormonales, efectos inductores de tumores. Se les llama dosis subletales.

 

¿Qué riesgos existen para las personas que se encuentran cerca de las zonas fumigadas? ¿Y para quienes consumen agua o pescado provenientes de esas aguas?

El riesgo es importante porque muchas veces este tipo de sustancias tienen más riesgo por su consumo crónico que por un ocasional accidente a una dosis alta. Entonces, el riesgo radica en que muchas de estas sustancias son inductoras. Sobre todo el peligro tiene que ver con todo lo que sea riesgo tumoral y riesgo genotóxico. O sea, le alteran el material genético de los organismos y entre esos organismos obviamente estamos nosotros.

 

¿Estos altos niveles de agrotóxicos se encuentran en el sedimento?

Exactamente, esos altos niveles se encontraron en sedimento. Ahí se acumulan.

 

¿Cómo funciona eso? ¿En un futuro podría trasladarse al agua?

Exacto, eso es así por ahora, en algún momento podría dejar de serlo. Hay un cierto movimiento desde los sedimentos hacia el agua. Se van manteniendo los niveles en el agua que son los que llegan más que nada a los organismos. Respecto a los organismos que se alimentan de los barro, son menos. Pero igual en las cadenas tróficas van pasando desde el sedimento hacia otros niveles de las redes alimentarias.

¿Cuál pensás que puede ser el escenario a diez o veinte años?

Si no se cambia el modelo, se va a incrementar la contaminación, la deforestación y la desaparición de especies. Además, en simultáneo, va a aumentar la incidencia de algunos tipos de enfermedades en la población humana más relacionadas con enfermedades tumorales, de disrupción hormonal, etcétera.

 

¿Cuáles pensás que podrían ser medidas urgentes para revertir la situación?

En este caso, se deberían alejar todo lo posible los lugares de aplicación de los agrotóxicos respecto de los cuerpos de agua. Y tratar, además, de disminuir el uso, cosa que no parece ser algo que va a ocurrir ni a corto ni a mediano plazo.

 

En este sentido, ¿cómo evaluás el fallo de la Corte Suprema de Santa Fe que que ordenó alejar las fumigaciones a 1095 metros de cualquier lugar poblado?

Son fallos que no se cumplen. Solo en lugares muy puntuales, por ejemplo en un barrio, en ese caso se cumplen por determinado tiempo hasta que la gente se olvida y se deja de cumplir.

Se suele instalar la idea de que hay que elegir entre producir a gran escala o cuidar el ambiente. ¿Qué pensás al respecto?

Obviamente no tendría que ser el camino opuesto porque se tendría que poder sin destruir nuestro propio entorno. Pero sé que es difícil. O sea, hay todo un contexto mundial que hace que Argentina sea todavía algo así como el granero del mundo y a esto se le suma hoy el hecho de ser proveedor de metales. Eso hace que tengamos industrias altamente contaminantes como es la agricultura transgénica a gran escala, cuando paradójicamente gran parte de nuestra población no llega a cubrir la canasta básica. Siempre el mismo cuentito: producir alimentos para 400 millones de habitantes y nosotros somos alrededor de 40 millones y no nos alcanza. Pero eso también es una falacia, no se producen alimentos. Lo que se produce son commodities que sirven para alimentar el ganado de otros lugares.

 

¿Cuál es la situación hoy en torno al silenciamiento de la cuestión del glifosato o de los agrotóxicos en general?

Y si antes había silenciamiento, ahora pasamos a la negación. Bueno, negación también siempre hubo. Ambas cosas van juntas ¿no? Silenciamiento por un lado y negación por el otro. Y ahora es el peor escenario imaginable en cuanto a prioridades y proyectos de investigación porque lo que incluye contenido socioambiental no es apoyado de ninguna manera.