“La violencia de género virtual también es real”

“La violencia de género virtual también es real”

Milagros Schroder, coordinadora de educación de la ONG Faro Digital, reflexiona sobre el rol adulto de acompañar a las y los jóvenes en la prevención de la violencia de género digital y el uso reflexivo de las redes sociales.

En el entorno digital han resonado recientemente fuertes casos de violencia de género. Hace unas semanas, se conoció que un grupo de jóvenes bonaerenses de 15 años, de San Martín, difundieron y vendieron imágenes íntimas de sus compañeras de colegio sin consentimiento, manipuladas con inteligencia artificial. También, en septiembre conocimos el caso de Ema, una adolescente que se suicidó después de que un compañero difundiera un video íntimo sin su autorización. Pero, ¿qué hay detrás de estas prácticas? ¿Cómo puede un adulto conversar con los jóvenes sobre la difusión de imágenes íntimas? ¿Estamos naturalizando nuevas formas de violencia como sociedad?

Faro Digital, una ONG que investiga y fomenta el uso crítico de las plataformas digitales, acaba de ser declarada de interés social y educativo por la Legislatura de CABA. A partir de charlas, capacitaciones, contenidos educativos y campañas, la organización promueve la construcción de una ciudadanía digital y cuidados desde la educación, comunicación e investigación. Milagros, responsable del equipo de talleristas y de los contenidos educativos, trabaja en la organización desde hace seis años. “Faro para mí es un espacio de militancia, para hacer una sociedad mejor”, cuenta Milagros Schroder, coordinadora de educación de la ONG.

¿Observan un aumento de casos de difusión de imágenes sin consentimiento con la utilización de inteligencias artificiales en los últimos años?

Desde Faro Digital hablamos bastante de la difusión de imágenes íntimas sin consentimiento y de la violencia de género, que no son temas nuevos. Existen muchísimos casos desde hace años. Lo que se está renovando es la técnica, como el uso de la inteligencia generativa para producir fotos. No cambia la violencia: sigue siendo difusión de imágenes sin consentimiento. Y si las imágenes que se viralizan y difunden son de menores de edad, también es material de explotación sexual infantil. Lo que hacemos es sumarle preguntas a esto. ¿Para qué estamos usando la tecnología? ¿De qué modo se usan las inteligencias artificiales generativas? ¿Se utilizan para justificar la difusión de imágenes sin consentimiento? Porque ya de por sí la difusión de imágenes es una manipulación. Todo lo que es sin consentimiento, es violencia. No importa cómo, dónde, cuándo o en qué formato se adquieran las imágenes.

¿Puede haber razones económicas para hacerlo?

En estos casos también se da la monetización de la violencia, porque se venden las imágenes generadas. Esto tampoco es nuevo, pero internet amplifica la posibilidad de monetizar esa violencia. Y ahí también aparece otra pregunta que podemos sumar como sociedad: ¿qué prácticas no estamos observando o no nos estamos cuestionando? La excusa o la justificación aparente en los casos de generación de imágenes con inteligencia artificial es: «pero no es el cuerpo de ella” o “no es la cara de ella, es su cuerpo”. Entonces, ¿no es más real porque hay una manipulación? Lo que importa es la identificación con un nombre y apellido. Todo lo que está asociado a mi nombre y apellido, soy yo, es mi identidad, mi persona. Entonces va más allá de si el contenido es real o no. Aparte, fue manipulado con una intención. Entonces, ya todo eso es violencia y se asocia a una identidad real. Quizás, la justificación de que la inteligencia generativa crea imágenes “que no son” el cuerpo o la cara de una persona busca mostrar la acción como menos grave.

Hay un montón de cosas que se deconstruyeron como, por ejemplo, ya aprendimos que no nos violan por tener la pollerita corta. Sin embargo, cada vez que se difunde una foto, la mirada está puesta en si teníamos una pollerita corta o no. Hay una revictimización constante. Entonces, lo que deconstruimos en otros entornos no se traspasó directamente al entorno digital, sino que se replica. Entonces, tenemos que volver a discutir todas las prácticas. También es clave poder ponerle nombre y apellido a la violencia que sucede en las plataformas. La Ley Olimpia habilita al territorio digital como un espacio más donde sucede la violencia de género. Entonces, también tenemos que darle realidad a la virtualidad. Lo virtual es real. La violencia de género es real.

¿Cómo percibís que los chicos reciben las charlas sobre difusión no consentida de imágenes íntimas?

Muchas veces, en los talleres, cuando hablamos con los chicos y las chicas sobre la difusión de imágenes íntimas sin consentimiento como una violencia de género, primero, quienes fueron víctimas, se sienten más abrazadas. Porque eso que sufrieron ahora tiene nombre. También, pasa que hay otros chicos o chicas que dicen «Ah, pero yo no quiero ser violento, no difundía la imagen desde ahí», entonces, cuando se dan cuenta lo estructural, se abren reflexiones. Si bien hay un responsable que la inicia, todos participamos en la difusión. Muchas veces también esas fotos se comparten desde la indignación o el enojo, no siempre se comparten desde el morbo, o la libido. Pero en cualquier caso se está reproduciendo la práctica, porque se sigue difundiendo. Entonces, la reflexión ubica a las chicas y los chicos en otro lugar. Agregamos preguntas en una práctica que habían naturalizado.

No solo tenemos que enseñar a posibles víctimas a defenderse, sino a no reproducir la violencia. Una vez hicimos una investigación sobre grooming y la percepción de las adolescencias. Y una de las preguntas que hacíamos era: ¿qué podemos hacer para prevenir el grooming? Y una chica nos dice: «Y, no sean pederastas». Un poco es eso, las violencias van a dejar de suceder cuando no seamos violentos y violentas. Mientras tanto, como estos problemas no son digitales, son sociales, culturales e históricos, lo que tenemos es un nudo gigante. Mientras la problemática exista, yo tengo que enseñar estrategias de defensa o de minimizar riesgos. Pero por supuesto, “no seas acosador o acosadora” es clave también. ¿Qué vínculos estamos fomentando socialmente en las familias y las escuelas? ¿Cómo nos tratamos? No es casualidad que se reproduzcan esas violencias.

Internet es un territorio, donde funcionan lógicas de poder, y donde hay un correlato a todas las problemáticas históricas y culturales de nuestra sociedad. La difusión de imágenes no es un problema digital, es un problema social. Porque nos vinculamos entre personas mediante pantallas.

Milagros Schroder

Frente al sentido común de que las y los jóvenes saben más de tecnología, ¿cómo puede un/a adulto/a para abordar con ellas y ellos la violencia de género digital?

Lo que los chicos y las chicas entienden más es la parte técnica instrumental. Saben qué click hacer o tienen menos miedo de hacer ese click. Pero los y las chicas no conocen todo lo que tiene que ver con conceptualizar lo que está sucediendo en internet. Y bienvenido sea. Ahí viene el rol adulto para cuidar, y conceptualizar que Internet es un territorio, donde funcionan lógicas de poder, y donde hay un correlato a todas las problemáticas históricas y culturales de nuestra sociedad. La difusión de imágenes no es un problema digital, es un problema social. Porque nos vinculamos entre personas mediante pantallas.

Entonces, el rol adulto se tiene que diferenciar en ponerle preguntas a todo. ¿Cómo sabemos qué preguntas hacer sobre las prácticas de las de los chicos, de las chicas? Y bueno, en principio, hay que intentar conocer las prácticas. Nuestro gran lema es: «¿Cómo te fue en internet hoy?», así como les preguntamos cómo les fue en la escuela. Pero que la pregunta sea concreta, por ejemplo, “¿cómo te fue hoy, con Minecraft, con Roblox, Tik Tok?” “¿Viste a tal influencer?” Cuando vos conocés realmente lo que hacen en línea, entonces la pregunta es mucho y el diálogo son mucho más fluidos. Por supuesto, habrá algunas cosas que quieran compartir o no compartir. Ahí hay una autonomía que también respetamos, no hay que contarle todo a las y los adultos. Pero sí que cuando algo le incomode, te pueda levantar la mano.

También, si los adultos tomamos la tecnología como premio/castigo y cada vez que pasa algo, la respuesta inmediata es sacarle el celular, desconectar el WIFI, limitarlos, bloquearlos, prohibirles, no van a querer compartir nada. Cuando internet deja de ser un premio/castigo, se habilita otro diálogo.

Tenemos que dejar atrás un poco esta idea de las “nuevas tecnologías”, porque ya no son nuevas, existen hace 30 años. Entonces, hay una idea de salir de nuestra zona de confort. ¿Qué es lo que nos da miedo? ¿Lo instrumental? No pasa nada. Existen un montón de tutoriales, podemos preguntarle a otras personas que nos ayuden. Animémonos a hablar de las prácticas digitales, que dejen de ser individuales para ser prácticas compartidas, colectivas, sociales. Hablar más de lo que nos pasa. Tenemos que hablar de lo que ellos y ellas hacen y de lo que nosotros hacemos en internet, para también encontrarnos en la vulnerabilidad común. Por ejemplo, el hecho de agarrar el celular para ver la hora y quedarse media hora viendo mensajitos y videos y pasar de plataforma en plataforma. Nos pasa a todos, hay una vulnerabilidad común. Cuando encontrás que a alguien le pasa lo mismo que a vos, ahí empieza un diálogo donde hay un espejo donde reconocernos. A partir de ahí, está bueno armar un puente intergeneracional, como le decimos acá en Faro.

¿Qué puede hacer un familiar para acompañar a las infancias y adolescencias en el uso de internet?

Cada familia es un mundo. No hay una receta que funcione para todo el mundo. Lo que necesitamos es valorizar y valorar a las infancias y adolescencias como sujetos de derecho. Son sujetos activos. Necesitamos acompañarlos y cuidarlos activamente. La Convención del los Derechos del Niño habla de su derecho a vivir en un mundo libre de violencias.

Los adultos tenemos cierta distancia con lo digital, como si los chicos y las chicas supieran más de eso. “Esto es de su época, no es mi época”. Esta es nuestra época también. Es nuestra generación la que está creando esta tecnología, entonces también somos responsables de cuidar sus prácticas y usos. Tenemos que garantizarles sus derechos de desarrollo, de vida, de juego, de ocio. Y tienen el derecho a compartirlo en familia. Pero para eso necesitamos una educación digital integral que acompañe no sólo en la construcción de una ciudadanía digital, sino sobre todo acompañar una cuidadanía digital, donde todos los actores sociales nos hagamos cargo del cuidado. Habrá algunas familias donde el diálogo cueste más, pero por eso me parece que la responsabilidad es social, porque el ejemplo del  diálogo tiene que aparecer en otros entornos sociales. Desde el Estado, las plataformas, las organizaciones civiles, la familia, la escuela.

Entonces, ¿qué tiene que hacer cada familia para acompañar a los chicos y chicas? Lo mismo que vienen haciendo: cuidarlos. Es saberlos sujetos de derecho, acompañarlos, que la tecnología no sea un premio-castigo; es hablar sobre cómo le fue en internet, es no tener miedo a internet, a la adolescencia o la infancia. Porque son etapas que hemos pasado ya, son naturales y son necesarias para el desarrollo de cualquier persona. Entonces, el rol es acompañarlos desde la incomodidad. Por supuesto, ser adulto es incómodo. Ser adulto, cuidando adolescentes e infantes, es incómodo, pero es el rol que tenemos. Desde ahí, hacer «tribu» también entre adultos para acompañarnos.

Pensando en el caso de Ema, la adolescente que se suicidó un día después de que su compañero de colegio difundiera un video íntimo suyo sin su consentimiento, ¿qué preguntas podemos hacernos para reflexionar sobre esta problemática?

En general, cada vez que vamos a talleres con adolescentes, en el 90% alguien habla del suicidio. Y como organización tuvimos que capacitarnos para responder. Entonces, ahí también hacemos preguntas. ¿Por qué se llega eso? ¿Qué vínculos tuvo esa persona con la vida? El suicidio no es unifactorial, no pasa lo mismo en todos los casos. Y el suicidio en casos de difusión de imágenes sin consentimiento tampoco es nada nuevo. Las minimizaciones o justificaciones que aparecen  como «no es el cuerpo real» es ver sólo una foto chiquita de la problemática, es no ver la película entera.

Esa minimización no tiene en cuenta que hay vidas en juego, algunas llegan al suicidio u otras que mantienen una vida muy afectada social, psiquiátrica o profesionalmente. Y también hay una revictimización, porque le echan la culpa a la víctima de algo que no hizo. Y lo que tienen estas prácticas es que son anónimas. El anonimato genera una doble violencia, porque hay alguien que te está agrediendo y encima no sabes quién es. Entonces, hay un fantasma que puede aparecer en cualquier momento, hay un estado de alerta constante.

Es muy complejo lo que sucede. Por eso, trabajamos tanto en la prevención. Si trabajamos en la reparación, es tarde. Por supuesto, es importante que las acciones reparatorias sean más eficientes, pero actualmente llegan tarde, son torpes, lentas, incompletas. Necesitamos prevenir. Que no suceda más, no que resolvamos después.

¿Cómo reciben desde Faro Digital el reconocimiento de la Legislatura porteña?

Faro Digital nació en 2015 como un trabajo de mucha gente, de muchos años, en distintos territorios. Esta declaración de la Legislatura de CABA es un abrazo a toda esa gente, a todas horas repartidas en los distintos territorios, y el ánimo a seguir recorriendo el territorio. Vemos una falta de un vínculo desde la investigación académica hacia el territorio, hacia lo que está pasando realmente, y desde Faro intentamos hacer ese puente. También pone en la agenda pública la importancia de la educación digital integral, no somos la única organización dedicada a eso. Nos entusiasma mucho que reconozcan nuestro trabajo desde afuera.

Pañuelazo en defensa de la ESI

Pañuelazo en defensa de la ESI

Docentes de todo el país denuncian que el Gobierno de Milei quiere eliminar la ESI y alertan sobre el completo desfinanciamiento de los programas destinados a prevenir el embarazo adolescente y las enfermedades de transmisión sexual.

La Red de Docentes por el Aborto Legal realizó un pañuelazo frente al Palacio Pizzurno porteño, sede del exministerio de Educación de la Nación –degradado a secretaría por el gobierno de Milei–, en defensa de la Ley de Educación Sexual Integral (ESI).

La convocatoria, que tuvo lugar este viernes, fue en reclamo al desfinanciamiento oficial del presupuesto destinado a la ESI, incluido el recorte ejecutado en provisión de métodos anticonceptivos, tanto en escuelas como en centros de salud.

ANCCOM dialogó con la docente jubilada Alicia García Tuñón y con la maestra de primaria Renata Vismara, ambas integrantes de la Red de Docentes por el Aborto Legal y principales organizadoras del pañuelazo. El principal objetivo que impulsan es que se concientice desde la infancia y adolescencia sobre la educación sexual, según los tres pilares de educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir, resguardados y amparados por la ESI, sancionada por el Congreso en 2006.

La ESI, a su vez, forma parte del Programa Nacional de Educación Sexual Integral –dentro del ámbito del Ministerio de Educación de la Nación– y constituye una herramienta esencial en el reconocimiento de la pluralidad de identidades y orientaciones, que permite que cada estudiante construya el conocimiento sobre su propio cuerpo y emociones, así como sus derechos.

La ley, asimismo, establece que todos los establecimientos educativos del país, tanto públicos como privados, deben ofrecer ESI en sus programas de enseñanza. “Desde la comunidad educativa reafirmamos la necesidad de una educación sexual integral que no se límite al biologicismo, ni a lo prohibido, ya que determinados contextos se intentan imponer narrativas restrictivas”, expresó García Tuñón.

“El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires lo que promueve hoy no es la ESI, sino la educación emocional, dando una respuesta rápida, fuera de contexto de lo que realmente está pasando con las niñas y adolescentes –agregó García Tuñón–. La ESI no solo previene situaciones de abuso y violencia, sino que también educa en la empatía, la solidaridad y la capacidad de establecer vínculos saludables. Es en la escuela donde de deben cultivar estos valores fundamentales para la construcción de una sociedad más equitativa. También sabemos que sin presupuesto no hay política pública alguna”. La especialista alude a que en colegios y centros de salud de CABA y del interior del país, por los recortes del Gobierno nacional, ya no se entregan anticonceptivos de manera gratuita, aumentando así el riesgo de enfermedades de trasmisión sexual y embarazos no deseados.

La Red de Docentes fue creada hace diez años y hoy nuclea a más de 500 organizaciones a nivel federal. Nació como una idea de maestras y profesoras que eran activistas de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, que plantearon la necesidad de sacar el tema del aborto de la clandestinidad y llevarlo a lo más alto de la enseñanza, habilitando a niñas y adolescentes a reflexionar y decidir sobre su propio cuerpo.

Entre las participantes del pañuelazo estuvo Daniela Gómez (18), vecina de los alrededores del palacio Pizzurno. “Me acerqué con tres amigas porque vimos la convocatoria que hizo la organización en las redes y además porque me gustan las causas justas. A futuro voy a estudiar abogacía y no me gustaría que ninguna chica de mi edad, ni mucho menos niñas, queden embarazadas por falta de información o por un abuso, y en tal caso que ellas pudieran decidir sobre su propio cuerpo, seguir o no su embarazo, pienso que todas tenemos que apoyar estas causas”.

Durante el pañuelazo se invitó a todos los concurrentes, alumnos y docentes de distintos centros educativos, a pensar la emocionalidad desde una mirada integral, no solamente desde la mera emoción, ya que la tan publicitada “educación emocional” se limita a gestionar, controlar y dominar la emoción. Eso es precisamente lo que desde la Redes de Docentes intentan no trasmitir, por el contrario, se trata de reflexionar, comprender y dialogar con el sentir de aquellos que están vulnerables a determinadas situaciones.

Al respecto, Vismara, maestra de primaria de una escuela de la zona de Flores, denunció que el Ministerio de Capital Humano encargó a una ONG programas de ESI en donde lo que la ONG decía era que la principal medida de cuidado es la abstinencia sexual, “medida que consideramos errónea –explicó– porque no se trata de prohibir al cuerpo necesidades biológicas ni adoptar medidas ideologicistas, laicas, ni mucho menos reprimirlas, sino más bien informar, prevenir y acompañar las emociones desde el poder de decisión del propio cuerpo”.

“Como ya sabemos hay cero pesos de presupuesto para la ESI en 2025, de este modo se deja librados a su suerte a niñas y adolescentes de todo el país. La docencia en todos sus niveles está fuertemente comprometida con esta causa de reforzar nuevas miradas a los programas de las ESI”, remarcó.

Vismara denunció asimismo el total desfinanciamiento del Plan Nacional de Prevención del Embarazo no Intencional en la Adolescencia (Plan ENIA), vigente durante el gobierno de Alberto Fernández, que en CABA tuvo como resultado la disminución de un 50 por ciento de embarazos adolescentes, y un 40 por ciento a nivel federal.

Para continuar reclamando y llamando la atención sobre el riesgo que corren niñas, adolescentes y adolescentes, la Red de Docentes está planificando otras actividades, como acompañar la marcha que se llevará a cabo el 25 de noviembre en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres y el 30 de diciembre en el cuarto aniversario de la sanción de la Ley 27.610 de Acceso a la interrupción voluntaria del embarazo.

Recuerdos grabados a fuego

Recuerdos grabados a fuego

El sobreviviente Germán Jascalevich declaró en la cuarta jornada del juicio que investiga la masacre del Pabellón Séptimo, investigado como un crimen de lesa humanidad de la última dictadura.

El pasado miércoles 30 se llevó a cabo la cuarta audiencia del juicio que investiga la Masacre del Pabellón Séptimo, la mayor matanza carcelaria de la historia. El sobreviviente Germán Jascalevich testificó sobre lo que vivió aquel 14 de marzo de 1978 en la cárcel de Devoto. 

El testigo comenzó a contar sobre cómo y dónde vivía durante el año 1978. Explicó que tenía un pequeño taller de bolsas tejidas a mano y que era artesano. En ese período vivía con Claudia Carrara y su hijo, Javier Canosa. Contó que durante ese tiempo habían recibido a Giancarlos Gianvarela en su casa, quien venía de Italia.

Ante la pregunta de si recordaba haber sido detenido durante ese año, Jascalevich respondió que sí, debido a que allanaron la valija de Gianvarela quien poseía pastillas de ácido lisérgico: “Intervino el Departamento de Toxicomanía, que era una parte de la Policía Federal”. En ese procedimiento, detuvieron a Gianvarela, a Luis Canosa (padre de Javier) y a Jascalevich.

Luego del interrogatorio en donde Gianvarela había confesado que las drogas eran de él, todos los acusados fueron trasladados al Pabellón Séptimo del penal de Villa Devoto. “Me acuerdo que llegamos al pabellón aproximadamente 15 días antes de la masacre” explicó Jascalevich. Según el testigo, eran entre 170 y 180 personas, una mitad dormía en camas y la otra en colchones tirados en el piso. Ahí le tocó a él por ser nuevo.

“El preso más viejo era un uruguayo. Me acuerdo de las caras, no tanto de los apellidos, pero creo que se llamaba Cardozo”, expresó ante la consulta de cómo se organizaba el “rancho” que él integraba. Si bien los ranchos eran todos independientes, señaló que había uno que era el encargado de prender y apagar el televisor y de poner el programa que eligía la mayoría, a quien identificó como “Pato” Tolosa. 

La noche anterior al incendio, Jascalevich estaba viendo una película y el guardiacárcel ordenó que se apague el televisor. Ante ello, el testigo aclaró que el horario en que se apagaba el televisor de acuerdo al reglamento era “una hora marcada tipo 8 de la noche” pero que ese día se les había pedido que lo apaguen media hora antes. El responsable de esta orden fue identificado por Jascalevich como a quien le decían “Kung Fu” (mencionándolo posteriormente como el imputado Zerda) debido a que practicaba un arte marcial y solía sacar a reclusos para “boxearlos”. 

El testigo contó que Tolosa se rehusó a apagar el televisor, y que en todo caso lo podía hacer “Kung Fu”. “Esa arbitrariedad fue la que ocasionó la masacre”, sostuvo Jascalevich, ya que después de ese incidente llegó un trabajador con una carta de Zerda, diciéndole que lo iba a sacar esa noche y que le iba a pegar. “La carta estaba escrita por el celador Zerda hacia Tolosa porque no había querido apagar el televisor. En realidad hay dos interruptores, él podría haberlo apagado desde su lugar, pero él quería que lo apagara Tolosa” aclaró el testigo.

A la madrugada, entró un cuerpo “muy pequeño” de 4 o 5 personas y fueron directamente al rancho de Tolosa. Jascalevich citó lo que había dicho Tolosa: “No voy a salir porque ustedes me van a matar”. Frente a la situación, muchas personas comenzaron a ponerse de pie como un acto de resistencia, a lo que el cuerpo penitenciario se terminó yendo. 

Granadas con chispas

Al día siguiente, Jascalevich contó que ingresó un grupo de requisa muy grande. “Entraron con cadenas forradas en cuero, las que se usan para cerrar las puertas de los pabellones, e ingresaron con unos palos muy largos que se usan para golpear las rejas para ver si hay alguna cortada”. El testigo explicó que entraron directamente golpeando a la gente, a lo que, de manera masiva, decidieron poner las camas para obstruir el medio del corredor del pabellón.

“Nosotros pusimos camas para bloquear las camas para que no volvieran a entrar, las pusimos para tapar la puerta y nos quedamos esperando para ver qué iba a pasar”, relató el testigo. Después, vio cómo llegaban a la pasarela un grupo de penitenciarios lanzando granadas lacrimógenas que también soltaba chispas. “A un compañero le tiraron una granada de gas en el pecho y lo mataron. Quedó humeando la granada de gas”, expresó Jascalevich. 

El testigo agregó que durante el incidente observó cómo llegaban Galíndez, otro de los imputados, y Zerda con una ametralladora y una pistola y reconoció que las armas que ambos tenían asesinaron a sus dos compañeros de causa. Jascalevich agregó que él se salvó por cubrirse con una pared y que aún así recibió un disparo en el pie.

Jascalevich recordó que “se empezó a juntar una parva de cadáveres en la mitad del pabellón. Caía muchísima sangre, el piso parecía una gelatina”. A pesar de haber puesto los colchones para bloquear la visibilidad de sus disparos, estos no cesaban. Además, indicó que antes de que iniciara el fuego ya había una alta cantidad de muertos tirados en el suelo por heridas de bala. “Yo creo que una de las granadas lacrimógenas impactó en una cama y el calor hizo que se prendiera fuego uno de los colchones”, declaró. Como estaban todos amontonados, los colchones se empezaron a prender fuego de forma masiva. 

Dada la cantidad de fuego y ante la dificultad de respiración, Jascalevich se trepó a una de las ventanas del pabellón junto a otro compañero, a quien identificó como “Guampa”. Sin embargo, desde el patio que estaba debajo notó que comenzaron a disparar hacia ellos, viendo secuencialmente cómo su compañero recibía un balazo en la frente y caía inmediatamente al suelo. 

Durante el incendio, no hubo intenciones de parte de las autoridades de cesar el fuego, incluso el testigo agregó que al lado de la pasarela había un hidrante de donde podían sacar agua: “Nosotros les gritábamos que nos tiren agua, pero lo que escuchábamos era que nos decían “mueranse como ratas”, una cosa realmente horrible”. 

Debido a la intensidad del calor, contó cómo debió refugiarse debajo de la parva cadáveres, hasta que en un momento se paró y fue a sacar las camas que estaban obstruyendo la puerta: “Tomé una frazada para sacarlas con ellas. Había un compañero que estaba tan asustado que las sacaba con las manos y se las quemó todas”. 

Tras el incendio, los golpes

En esas condiciones, Jascalevich manifestó que los hicieron salir del corredor hacia el pabellón de castigo. “Ahí estaban todos con palos y cadenas, nos llevaban con las manos en la espalda y nos iban pegando en la cabeza. Yo me caí al piso dos o tres veces y me luxaron las costillas” relató. En ese momento, el testigo contó haber escuchado que los guardias estaban buscando a dos personas, a Tolosa y a otro recluso de quien no recuerda el nombre. “Los sacaron y los mataron a palazos. No estaban muy quemados, estaban bien, pero les rompieron la cabeza” relató. 

Una vez que lo sacaron del calabozo, el doctor Spitelli lo buscó, le dio una jarra de agua y una inyección de morfina. Debido a las graves lesiones lo trasladaron al Instituto del Quemado, donde estuvo inconsciente y tres días en coma. 

Estuvo internado 30 días conectado a varias sondas. Su cirujano le explicó que debía estar 30 días más para continuar con su recuperación. Sin embargo, después del primer mes, Jascalevich fue trasladado al Hospital Penitenciario de Villa Devoto, donde cuenta que sufrió distintos descuidos, como hacerlo caminar cuando apenas podía o hacerlo pasar frío.

Tras el alta médica lo llevaron al pabellón noveno donde el “cabo” Chonta le contó que Galíndez había sacado las balas de los cuerpos con un cuchillo. Dicha orden fue dada colectivamente al resto de los penitenciarios, a lo que los más jóvenes se negaron. Sin embargo, el oficial contó que Galíndez les dio una especie de “vacaciones” y los amenazó con sancionarlos si llegaban a decir algo.

Jascalevich, que terminó de cumplir su condena en la Unidad 9 de La Plata, expresó que le quedaron consecuencias psicológicas. Mencionó pesadillas sobre persecuciones y distintos traumas que lo llevaron a irse a vivir a Brasil. “Me pone muy triste a mí la Argentina, me trae recuerdos muy tristes y voy esporádicamente”. Físicamente, tuvo quemaduras de primer y segundo grado, además de que el humo le dejó una secuela pulmonar por la que debió realizar un tratamiento en Suiza. Además, añadió que hasta hace tres días sus hijas no sabían la verdad de sus quemaduras, ya que él les había contado que había sufrido un accidente automovilístico. “No las quería marcar desde tan pequeñas”, expresó.

Finalizadas las preguntas de parte de la Fiscalía, la querellante abogada Claudia Cesaroni solicitó que se expongan una serie de imágenes para que el testigo pueda reconocer el lugar de los hechos de la forma más explícita posible. Identificó la ventana donde se trepó junto a su compañero y otros sectores del pabellón, con un poco más de dificultad debido a que ciertas paredes habían sido pintadas luego del incendio.

Luego, el juez Toselli estableció un cuarto intermedio hasta el próximo miércoles, donde declarará el testigo Roberto Montiel.

La audiencia se realizó vía Zoom debido al paro de transportes y fue transmitida por el canal de Youtube de La Retaguardia.

Música por la universidad

Música por la universidad

La Orquesta Académica de la UNA organizó una protesta por recorte del presupuesto que realiza el Gobierno a las universidades. El reclamo tomó la melodía de una sinfonía frente a una multitud en Bartolomé Mitre y Callao.

“Vamos a hacer música académica, que algunos del Gobierno escuchan en un microcine, solos o acompañados, tomando un vinito. Hay que hacerles acordar que lo que consumen sale de acá, que esto que nosotros hacemos es lo que después sale en las orquestas profesionales”, dice frente a una multitud Fernando Albinarrate —pelo corto y canoso, camisa negra elegante, pantalón negro más elegante aún y zapatillas deportivas— con micrófono en mano. Él es profesor y director de la Orquesta Académica, que está conformada por estudiantes, graduados y docentes del Departamento de Artes Musicales y Sonoras de la Universidad Nacional de las Artes (UNA). En un rato Albinarrate dirá a esta agencia que “queremos mostrar lo que hacemos frente a insultos, agravios y miradas negativas de lo que es la educación pública. Si hay que auditar a la universidad, auditenlá. La UNA vive auditada y no tenemos nada que ocultar. Dicen que somos fantasmas o una manga de chorros porque lo que quieren es desfinanciarla. Necesitamos pagar la luz, tener sueldos más dignos, necesitamos cubrir los gastos”. 

“No se entiende cómo la cultura y la educación pública no se consideran el mayor capital espiritual del país. El verdadero capital está en nuestras almas”, dice ahora Albinarrate, que está hablando desde las escalinatas de la sede del Departamento de Crítica de Artes de la UNA, en Bartolomé Mitre al 1800, donde también se suelen realizar algunas actividades de música. Más adelante Sergio Ramos, el director del Área Transdepartamental de Crítica de Artes, comentará a ANCCOM que invitó a la Orquesta Académica perteneciente al Departamento de Artes Musicales y Sonoras a tocar a esta sede porque “esta situación que estamos viviendo es un momento para fortalecerse como comunidad. Es un conflicto que va a ser muy largo y sólo en la unión vamos a poder sostener otro modelo de país que no sea el de la despersonalización y el odio”. 

En las rejas verdes que rodean la entrada de la sucursal hay un montón de carteles pegados que reclaman fondos para la universidad y que proclaman la defensa de la educación pública. Y más arriba, en el frente de la sede, debajo de la primera hilera de ventanas, hay una bandera negra gigante que cuelga y dice: “Sin salarios dignos no hay universidad pública de calidad”. La jornada busca visibilizar que el Departamento de Artes Musicales y Sonoras de la UNA es un lugar en el que personas de cualquier parte del país vienen a estudiar música académica de manera gratuita y que muchos de los grandes músicos argentinos se formaron en la institución, como Mariana Rosas, que ahora dirige el coro de la Sinfónica de Londres. 

En la vereda donde está parado el director de la orquesta hay una multitud de personas conformada por estudiantes de otras carreras y por ciudadanos de a pie que se quisieron sumar. A ellos se dirige Albinarrate cuando dice que “les pedimos a los que trajeron cacerolitas que nos acompañen, es una manera de mostrar que esto que hacemos es música. Sin arte no vamos a ningún lado, este cultivo nos da sentido a todos”. Dicho eso, la Orquesta Académica empieza a tocar en plena vereda porteña, a muy pocos pasos de los autos y colectivos que pasan lento, la obra “Rondó de la Sinfonía 104” del compositor austríaco Joseph Haydn. Un rato antes Albinarrate había explicado que “Haydn vivió en el Siglo de las Luces, en el momento en que la democracia y la república empezaron a surgir en todas las comunidades, así como la idea de libertad, pero no de ‘Libertad, carajo’ sino de libertad en serio, de igualdad, de fraternidad, de justicia social, de respeto hacia el otro”. 

Ahora la Orquesta Académica empieza a tocar el Himno Nacional. Las personas que hasta hace un rato estaban atentas, mirando y escuchando a los músicos, ahora los acompañan entonando cada una de las estrofas  y golpeando algunas cacerolas. “Toque bocina si defiende a la universidad pública”, dice el cartel que sostiene un señor entrado en años. “No hay gas pimienta que pueda tapar el hambre”, dice ese otro cartel que sostiene una chica joven. En determinado momento, Albinarrate deja de dirigir a la orquesta y lo reemplaza un recién graduado, pelo negro y largo atado con una colita, remera negra, pantalón negro y también zapatillas deportivas, como el director veterano. 

Media hora antes la Orquesta Académica había ensayado en el subsuelo de la sede. “Miren la cara de bueno que tiene. Mirenló, si lo miran a él va a salir”, había pedido Albinarrate a la orquesta. Se refería a que los músicos confiaran en el recién graduado tanto como en él, que los iba a guiar como todo un profesional. “Vamos a hacerlo más enérgico, así la gente no se nos cae”, había pedido el recién graduado, con una sonrisa y una voz que transmitía serenidad y liderazgo. El pedido había surtido efecto en la orquesta, que ahora tocaba el himno como escapando del diablo, a una velocidad y con un ímpetu que no había aparecido antes. 

Ahora, en la vereda, mientras la Orquesta Académica despliega toda su expertiz, el recién graduado se corre de la dirección y le deja el lugar a Esteban Lorenzón, estudiante de la carrera de Dirección Orquestal y de Guitarra. Unos minutos antes Lorenzón —pelo negro y corto, camisa verde, aspecto distinto a los otros dos— había dado una breve explicación a los transeúntes que tenían cacerolas sobre cómo podían acompañar a la orquesta, de qué manera podían hacer percusión para aportar un sonido tanto en la obra de Haydn como en el himno nacional. 

Una vez finalizada la jornada, el estudiante cuenta a ANCCOM que es oriundo de Vera y Pintado, provincia de Santa Fe, y que después se fue a vivir a Salta, donde durmió seis meses en carpa por no tener casa. Ahora vive en Buenos Aires, donde estudia. “A mí, que soy del interior, la universidad me hizo creer que estudiar Dirección de Orquesta es posible y, además, que es posible hacerlo gratis en una de las universidades más importantes de América Latina”, dice. ¿Y qué balance hacés del encuentro de hoy? “Tocar al aire libre es hacer democrático el lujo de escuchar a una orquesta sinfónica. Hoy demostramos que esto se estudia, que es muy difícil y que juntos logramos cosas hermosas como lo de hoy”, concluye Lorenzón. 

 

«No queremos asesinos sueltos»

«No queremos asesinos sueltos»

Militantes sociales y familiares de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, los piqueteros asesinados en la Masacre de Avellaneda, repudiaron la inminente liberación de Alejandro Acosta, uno de los dos condenados.

Los familiares y compañeros de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, realizaron el jueves 24 de octubre una conferencia de prensa en el SERPAJ (Servicio de Paz y Justicia) para dar a conocer el repudio a la decisión de la Cámara de Apelación y Garantías Nº 3, a cargo del juez Martín Andrea García Díaz, quien ordenó liberar al excabo de la policía bonaerense Alejandro Acosta, uno de los dos condenados por el asesinato de los militantes sociales durante la represión en el Puente Pueyrredón del gobierno de Eduardo Duhalde, el 26 de junio de 2002.

Familia y militantes del Frente Popular Darío Santillán consideran que el Poder Judicial, en el contexto actual del país, avanza con la libertad de Acosta para dar un mensaje claro: la represión policial tiene impunidad gracias al aval político, mediático y de los tribunales. En este sentido, Alberto Santillán, el padre de Darío dijo en la conferencia de prensa: Estamos desde hace unos días enojados porque no se justifica la libertad condicional del excabo Acosta. Ya sabemos como actúa la justicia cuando tiene que cubrir a los poderosos. Por eso siempre digo que para mí hay dos clases de justicia: para los ricos, para los asesinos; pero no para las víctimas”, dijo Alberto Santillán.

El padre de Darío cambia su tono de bronca para hablar con ternura y orgullo de su hijo: “Darío estaba retirándose con sus compañeros heridos, pero ya en la estación de Avellaneda vuelve a buscar a Maxi que se estaba desangrando, y ahí aparecen los policías con esas ganas de matar que se le ven en los ojos. Y está la gran mano de Darío que dice: paren porque se está muriendo”. En 2013 se pudo cambiar el nombre de la estación de tren, ubicada en Avellaneda, a Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, en homenaje a las víctimas de la Masacre.

En la conferencia, la abogada Alvarado Mamani, querellante en nombre de las víctimas, informó que recibió el miércoles pasado la notificación de la ampliación de la libertad condicional para Acosta por buena conducta y por su participación en talleres literarios. Para las víctimas, familiares y compañeros esto es una burla. Para la abogada, “el excabo debe ser mirado con otros ojos a la hora de pensar en su posible reinserción a la sociedad”. 

Sobre el juez federal Ariel Lijo y la fiscal Paloma Ochoa, que instruyen la causa por las responsabilidades políticas de la masacre, dijeron que si bien los reciben y pueden parecer comprensivos, justos y dulces, no impulsaron la investigación del caso. En ese sentido fue la familia la que tuvo que recolectar toda la información, con testigos, testimonios, fechas, lugares, hora y demás datos necesarios para encaminar la búsqueda por la verdad, la memoria y la justicia de estos dos jóvenes asesinados en manos del estado en democracia.

Mara Kosteki, hermana de Maxi, comenzó a hablar y entre llantos dijo que se quedó sin nada,  sin su hermano, sin su mamá y también sin casa. Está en nuestro derecho como ciudadanos seguir reclamando justicia porque, como dije antes, yo tengo que pensar en el futuro de mis hijos, hoy en día son chicos, pero van a ser gente adulta que van a tener sus convicciones, sus ideas y yo no quiero que a ellos lo salgan a matar como mataron a mi hermano por sus ideas, por reclamar lo que corresponde que es salud, trabajo, educación”, dijo.

Lo que ocurrió en la sede del SERPAJ fue un reclamo por justicia, pero también un momento de consuelo y esperanza, un espacio emotivo de lucha y acompañamiento. En ese sentido muchas organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos estuvieron presentes, con referentes como Alejandrina Barry,  Nicolás Del Caño, Eduardo Belliboni, Carlos “Sueco” Lordkipanidse, Cele Fierro, Orlando Agüero y Nadia Final, entre otros y otra. En tanto, el Encuentro Memoria Verdad y Justicia anunció que se presentará como amicus curiae en la causa.

 

¿Qué pasó?

Aquella jornada de junio del 2002 organizaciones sociales, estudiantiles y de desocupados realizaron cortes en diferentes accesos de la Ciudad de Buenos Aires, entre ellos, el Puente Pueyrredón que conecta la Capital Federal con Avellaneda en el marco de un plan de lucha que reclamaba la entrega de planes asistenciales, el aumento para quienes ya lo cobraban y por la entrega de mercadería, alimentos e insumos para las ollas populares.

Sabiendo el gobierno que nos estábamos organizando para salir a la calle, lo primero que hizo en vez de organizar cosas para el pueblo, organizó palos. Y organizó todos los hospitales para atendernos, con todos los materiales. Los hospitales esperaban recibir heridos”, cuenta Maria Rosa, quien vivió ese caos represivo de 2002.

Duhalde había ordenado reprimir esa protesta a través de un operativo conjunto entre las fuerzas federales (Policía, Gendarmería y Prefectura), la policía bonaerense y exintegrantes de esa fuerza que actuaron como paramilitares. La directiva era impedir el corte del puente a como diera lugar. Ese operativo devino en cacería, y así fue como Acosta y el comisario Alfredo Fanchiotti persiguieron a los manifestantes hasta la estación Avellaneda. Ahí asesinaron a Dario Santillán y Maximiliano Kosteki, y dejaron a 33 heridos por balas de plomo y centenares de detenidos y heridos por balas de goma.

«Sabíamos que nos iban a cagar a palos, estornudabas y te cagaban a palos. Ya lo teníamos claro, pero con el miedo no se come, no se educa, entonces salimos a la calle a enfrentar a ese gobierno. Pero no esperábamos que iba a haber muertos», agrega Maria Rosa. Y cierra: “Mi compañera me decía andate María Rosa porque los van a matar como perros. Cuando subí la escalera de la estación y lo mataron a Dario.”

“Un conflicto con muchas aristas pero que sigue siendo territorial”

“Un conflicto con muchas aristas pero que sigue siendo territorial”

El periodista y corresponsal en Medio Oriente, Ezequiel Kopel, analiza el conflicto bélico que involucra a Israel, Irán, Hamas y Hezbolláh. ¿Es posible la paz?

Franja de Gaza tras el bombardeo israelí del 10 de octubre de 2023.

Ezequiel Kopel, periodista y autor de los libros “Medio Oriente, lugar común” y “La disputa por el control de Medio Oriente” (ambos por Capital Intelectual) habló con ANCCOM acerca de su mirada sobre el conflicto que enciende las alertas en todo el mundo.

Definiste al conflicto entre Irán e Israel como una “guerra entre las sombras” que data desde principios de la década de 1980. ¿Cuáles considerás que fueron algunos de los hechos clave en este conflicto para llegar a la situación que se vive hoy en la región?

Creo que son tres o cuatro hechos. En primer lugar la decisión de Irán de crear o potenciar el Hezbolláh en el Líbano; en segundo lugar la acción de Estados Unidos de  terminar con el régimen de Sadam Husein en Irak, lo que le permitió a Irán sacarse de encima a su enemigo más jurado y hacer un sistema territorial de alianzas más contiguo. Ya tenía el Hezbolláh en Beirut y las mejores relaciones con Bashar al Assad en Siria, con la caía de Husein empezó a tener las mejores relaciones con las milicias chiitas en Irak. En tercer lugar, la decisión de Irán de desarrollar armas de destrucción masiva. Israel ya las tiene, tiene armas atómicas, y piensa que si Irán también las tendría, cambiaría el balance del poder en la región.

Irán ha buscado expandirse no sólo a través del poder de fuego y de decisión, sino a través de alianzas con Hamas y Hezbolláh para crear un “anillo de fuego” que le permita rodear a Israel. Luego de los ataques del pasado 1 de octubre en Jerusalén y Tel Aviv, y la temida respuesta de Israel, ¿dónde lo ves parado a Irán hoy?

Lo veo amenazado en su propia estrategia, en ese “anillo de fuego” alrededor de Israel, que desarrollaron tan pacientemente. Se vio que tenía cierto límite de poder ya que si bien Israel fue golpeado por los cohetes y misiles del Hezbolláh, todo ese acoso no lo hizo cambiar su política. Yo creo que Irán en este momento está re-evaluando su estrategia a partir de que Israel le cambió la estructura de la disuasión mutua, con acciones como el ataque al consulado en Siria y matando a los principales líderes de sus grupos, como ocurrió con el líder de Hamas en Irán. Creo que Irán no encontró ninguna manera para contrarrestar ese tipo de ataques o para volver a ganar la disuasión.

“En Israel la guerra une y la paz divide” mencionaste en diversas entrevistas, en relación al hecho de que la supervivencia política del gobierno de Benjamin Netanyahu en Israel está ligada a que siga la guerra. ¿Cómo ves al gobierno de Netanyahu y su relación con Estados Unidos?

Yo hace un año creía que Netanyahu no iba a sobrevivir un año después de lo ocurrido bajo su mando el 7 de octubre, considerando lo importante que es la seguridad para los israelíes. Hoy pienso diferente, creo que su gobierno se volvió fuerte al decidir iniciar el contraataque contra el Hezbolláh, cuando la situación en Gaza ya no presenta una amenaza real para Israel. También, de alguna manera, logró cierto “apoyo silencioso” del espectro de centro y centro-izquierda israelí. En cuanto a lo que es el ala principal que mantiene su gobierno, que es el ala de derecha, Netanyahu no parece decidido a hacer un acuerdo de intercambio de los secuestrados israelíes por los prisioneros palestinos si eso implica el desarme de su gobierno, como ha amenazado el ala de extrema derecha. Entonces, su gobierno en este momento se ve estable y con posibilidad, increíble, de terminar su mandato. A pesar de todo, incluso de ciertos vaivenes que han sido muy pequeños, la alianza de Biden y Netanyahu ha sido una de las más fuertes entre un presidente estadounidense y un primer ministro israelí de toda la historia. A pesar de las declaraciones oficiales y no oficiales de Biden, como se dice, los jugadores se ven en la cancha y el apoyo de Estados Unidos ha sido total e incluso más fuerte de lo esperado en algunos casos. 

¿Creés que esa frase, vinculada a lo político, tiene su eco en lo social, en el pueblo israelí? ¿Existe una brecha en la población en torno a este tema?

Sí, por supuesto. Cuando la pronuncio, la pronuncio para definir a la sociedad israelí y no solamente a la política. Yo creo que existe una brecha en torno al liderazgo de Netanyahu, pero no existe una brecha o una oposición tan grande a las acciones israelíes en Gaza y mucho menos a las acciones israelíes en el Líbano, la mayor parte de la población está articulada en un apoyo.

¿Cómo considerás que evolucionará en el corto plazo la situación, tanto en la franja de Gaza como en el sur del Líbano?

Creo que la situación humanitaria en Gaza puede evolucionar de una forma mucho más terrible de lo terrible que está la situación al día de hoy. En cuanto al Líbano, para mí hay que ver cómo el Hezbolláh se reagrupa luego de la muerte de casi todos sus líderes, y por supuesto ya ha demostrado que tiene esa capacidad. Aunque Israel haya logrado decapitar su liderazgo por miedo a su crecimiento, creo que el Hezbolláh se puede convertir en un actor bastante peligroso para Israel. Si vuelve a su antigua condición de guerrilla, con los israelíes dentro del Líbano, se puede convertir en un enemigo, no digo formidable, pero uno que puede desgarrar o lastimar bastante a Israel.

No hay ninguna posibilidad para un acuerdo de paz mientras Israel ocupe territorio palestino.

Ezequiel Kopel

¿Qué condiciones deberían darse para un acuerdo de paz viable?

No hay ninguna posibilidad para un acuerdo de paz mientras Israel ocupe territorio palestino. Todas las anteriores ofertas de entrega de cierto territorio palestino, fueron menos del mínimo histórico que los palestinos pretenden y lo único que ha logrado eso es perdurar un conflicto que tiene muchas aristas pero sigue siendo mayoritariamente territorial, incluso luego del 7 de octubre.

¿Qué análisis hacés del posicionamiento pro-israelí del gobierno de Milei?

Tiene que ver con la visión geopolítica de Milei, donde Israel es parte de lo que él denomina las “fuerzas del cielo” y todos sus enemigos son “el mal”, donde no hay matices con respecto a la ocupación de Israel sobre otros o sus actos pasados. Me parece que se vincula con el mundo geopolítico que ve entre “buenos y malos”, cree que es una declaración o un alineamiento con ese lado del mundo.

Desde tu trabajo como corresponsal y periodista, ¿cuál es tu mirada acerca del rol de las mujeres en la guerra? ¿Constituyen fuentes valiosas de testimonios en estos contextos?

Son las heroínas silenciosas. Muchas veces sus testimonios son más anónimos porque también en esas sociedades si bien pueden ser el respaldo y las que mantienen la familia y muchas otras estructuras ante la posible desintegración, siempre están amenazadas en cuanto a lo que dicen y hacen, bajo una “mirada reguladora” de lo que podríamos llamar “el hombre en Medio Oriente” y eso limita su voz.

Muchos movimientos de mujeres activistas como “Mujeres activan por la paz” (israelíes) y “Mujeres del sol” (palestinas) trabajan en conjunto para una mayor participación y representación de las mujeres en la prevención, gestión y solución de conflictos. ¿Es una utopía aspirar a ello? ¿Es posible pensar que su participación puede contribuir a generar cambios significativos?

Si bien es conocida la cantidad de mujeres, en su mayoría ancianas, que participan en organizaciones israelíes que buscan controlar que no haya abusos de soldados contra palestinos en los checkpoints israelíes en Cisjordania o las históricas “Women in Black” que se oponían a la presencia israelí en el sur del Líbano, son grupos muy pequeños con una influencia muy acotada. Las colaboraciones de los dos lados entre palestinas e israelíes, por ahora siguen siendo participaciones pequeñas porque muchas veces el tribalismo o las coincidencias nacionales terminan imponiéndose sobre la solidaridad. Hoy se ven grupos, no sólo de mujeres, de israelíes y palestinos que buscan colaborar para una posible solución pero son muy pequeños.