«Vamos a trabajar a las movilizaciones como si estuviéramos en guerra»

«Vamos a trabajar a las movilizaciones como si estuviéramos en guerra»

Trabajadores y trabajadoras de prensa se movilizaron al Ministerio de Seguridad para repudiar y exigir la renuncia de Patricia Bullrich. Con fotos de las escenas de represión que sufrieron, recorrieron las inmediaciones y alertaron a los vecinos: Sin libertad de prensa no hay democracia.

Sobre el cruce de las avenidas Las Heras y Pueyrredón –mientras la ministra de seguridad Patricia Bullrich estaba por comenzar una conferencia de prensa junto al ministro del interior de Chile, Álvaro Elizalde–, en plena luz del día y en medio de la rutina y el caos porteño, se agruparon trabajadores de prensa con sus cámaras en mano. Se movilizaron hacia el Ministerio de Seguridad en repudio a la violencia sistemática ejercida por las fuerzas policiales y militares durante sus coberturas en la vía pública.

La gente que pasaba caminando esquivaba aquel tumulto, apurada observaba con confusión y desconfianza, “¿Qué es lo que están esperando?”, preguntó un peatón. Carteles con fotografías impresas de recientes represiones comenzaron a circular de mano en mano. En el reverso tenían inscriptas consignas breves y claras: “Justicia por Pablo Grillo”, “Expresión sin represión”, “¿Cuánta más violencia vamos a naturalizar?”.

Las cámaras fotográficas y los elementos de protección y cuidado se volvieron herramientas complementarias y cotidianas para los fotoperiodistas argentinos frente a un nuevo desafío: ejercer su trabajo bajo amenaza. “Vamos a las movilizaciones con máscaras de gas y antiparras como si estuviéramos en la primera línea del frente de guerra, es demencial, a veces no pasa nada y viene uno igual y nos gasea”, comentó en diálogo con ANCCOM el fotoperiodista Guido Piotrkowski.

Lento y de forma colectiva, iniciaron la marcha hacia la puerta del Ministerio de Seguridad. “La idea es correr un poco el eje del lugar de siempre protestar frente al Congreso y la Casa Rosada, y en este caso, protestar frente a la responsable de la represión y agresiones que vivimos todos los miércoles pero que comenzó con las movilizaciones de la Ley Ómnibus”, explicó Piotrkowski. El reclamo incluyó no solo justicia por los ataques de violencia sufridos por colegas, sino también, la exigencia de renuncia de Bullrich, señalada como la principal responsable de la persistente agresión estatal. “La violencia sistemática a quienes ejercemos el periodismo es una decisión política, exigimos la renuncia de la ministra de Seguridad responsable del ataque a Pablo Grillo”, expresaron en su comunicado colectivo.

 En la entrada, dos guardias serios y rectos observaban con desconcierto. Al dar vuelta en la esquina, para volver a posicionarse frente al edificio, aquellos guardias ya se habían multiplicado. Hombres de trajes y zapatos bien lustrados comenzaron a salir y agruparse en la vereda. Atendían nerviosos y apresurados los llamados entrantes en sus celulares y radios, mientras observaban en silencio aquellas imágenes que recordaban las sucesivas y violentas represiones sufridas por periodistas y ciudadanos argentinos –que hacen uso su derecho constitucional a huelga– sistemáticamente gaseados, apaleados, apuntados con armas y hasta arrestados.

Desde hace más de un año, los miércoles frente al Congreso se repite el uso de maquinaria represiva ilegal junto a despliegues desproporcionados y uso de armas hacia trabajadores y adultos mayores que reclaman por mejoras en sus haberes y condiciones de vida. “Todos los miércoles ya es un folklore esa coreografía que despliega la gendarmería y todas las fuerzas de seguridad custodiando las calles, vienen a pegarnos a nosotros y a los jubilados. Hay veces que ni siquiera hay manifestantes ni jubilados, estamos solo los periodistas y nos reprimen de todas formas”, contó Piotrkowski. Según la Comisión Provincial por la Memoria, en el primer semestre de 2025 hubo 1.251 heridos y 130 detenciones arbitrarias en CABA.

En enero de 2025, al inicio del gobierno de Javier Milei, la violencia estatal comenzó y nunca frenó. “Desde ARGRA puntualmente lo advertimos, ni bien nombraron a la ministra, empezamos a activar todo lo que era el protocolo cuando ella era ministra en 2016. Cuando sucedió lo de la Ley de Movilidad Jubilatoria, el día de los piedrazos, tuvimos 37 compañeros heridos con balas de goma. A partir de ahí volvimos a activar un protocolo de seguridad que se inaugura en diciembre del 2023, y en febrero comenzamos a hacer las primeras denuncias cuando activaron el protocolo de seguridad anticonstitucional”, explicó Sebastian Vricella presidente de la Asociación de reporteros gráficos de la República Argentina (ARGRA), y agregó: “El 13 de marzo, un día después de que hieraran a Pablo Grillo, hicimos una conferencia de prensa pidiendo la renuncia de la ministra”.

El primer caso de violencia extrema registrado fue hacia el fotógrafo Pablo Grillo, herido gravemente el 12 de marzo durante una marcha de jubilados frente al Congreso. Recibió en su cabeza el impacto de una cápsula de gas lacrimógeno disparada por el gendarme Héctor Guerrero, quien pudo ser identificado gracias al colectivo el Mapa de Policía con imágenes que lograron capturar los mismos compañeros de prensa. Grillo estuvo 83 días en terapia intensiva y fue sometido a siete operaciones, incluida la colocación de una prótesis craneal.

El miércoles pasado, durante la marcha de jubilados en la Plaza Congreso, Camila Rey (fotoperiodista) y Yazmín Orellana (periodista)  –trabajadoras de la prensa de ATE y del medio independiente Laboratorio del Pensamiento Popular–, fueron detenidas por agentes de la policía de la Ciudad mientras ejercían su labor. Fueron tiradas al piso, esposadas, y trasladadas por tres comisarías distintas. Rey sufrió una luxación en el brazo; Orellana recibió una patada en la cara. La detención duró cinco horas. El argumento oficial de su detención fue “declaración de rebeldía y desobediencia a la autoridad”.

Desde las autoridades hay una bajada de línea clara: la libertad de prensa como amenaza. Así, el periodismo se ha convertido en el blanco de un ataque que no cesa. Una decisión política que demuestra la intención de ocultar los reclamos sociales de la ciudadanía, incluso si eso implica censurar a quienes difundan imágenes de lo que sucede.

Ya frente al Ministerio, algunos fotoperiodistas intentaron dialogar con los agentes de seguridad. No hubo respuesta. Solo miradas duras y tensas. Sin perder el impulso colectivo, losreporteros gráficos retomaron la marcha hacia el cruce de Las Heras y Pueyrredón. Allí realizaron un semaforazo. Se alinearon con sus cámaras colgadas al cuello y las pancartas en alto sobre el pase peatonal, las consignas se elevaron ante la visión de todos los transeúntes. Una última foto fue tomada para registrar y dejar constancia: sin libertad de prensa no hay democracia.

Publicación vía aRGra y Sebastián Andrés Vricella
Publicada en cuenta de Instagram, 22/08/2025

NO HAY DEMOCRACIA SIN LIBERTAD DE EXPRESIÓN

La represión, las restricciones y el ataque sistemático a quienes ejercemos el periodismo son parte de la decisión política de un Gobierno que ve en la libertad de prensa una amenaza. Quieren un país desinformado e ignorante para llevar adelante un ajuste que empobrece a las mayorías.

Exigimos la renuncia de la Ministra de Seguridad Patricia Bullrich, responsable del ataque a Pablo Grillo.

¿Cuánta más violencia vamos a naturalizar?

El Palacio y la calle

El Palacio y la calle

Los senadores aprobaron anoche la Ley de Financiamiento Universitario y la de Emergencia Pediátrica, a la vez que rechazaron los decretos de Milei que desguazaban el INTA, el Inti, Vialidad Nacional, el Banco Nacional de Datos Genéticos y varias instituciones culturales. Mientras tanto, en la Plaza del Congreso, diversos colectivos se congreraron para evitar que los legisladores pactaran con el Gobierno. Mirá las fotos de ANCCOM.

Bolivia giró a la derecha

Bolivia giró a la derecha

Con Evo Morales proscripto y el gobierno de Arce deteriorado, el balotaje quedará en manos de dos fuerzas con políticas neoliberales. ¿Por qué se terminó la hegemonía del MAS después de 20 años?

Cierre de campaña de Rodrigo Paz Pereira y Edman Lara en El Alto el pasado 10 de agosto.  Foto: Prensa

Las elecciones del domingo en Bolivia marcaron el fin de 20 años del Movimiento al Socialismo en el poder. Con el oficialismo dividido y Evo Morales proscripto y enemistado con el presidente Luís Arce, el centrista Rodrigo Paz Pereyra, del Partido Demócrata Cristiano, se impuso en los comicios con el 32,2 % de los votos. De esta manera, se medirá en el balotaje del 19 de octubre con el expresidente conservador Jorge Quiroga de la alianza Libre, que obtuvo el 26,9%. ANCCOM dialogó con especialistas del Estado plurinacional para entender las particularidades de este hecho histórico en la política moderna del país.

 

Los resultados

“Ha sido una sorpresa. En las encuestas,  Paz Pereyra aparecía en un quinto o sexto lugar”, comenta la politóloga Ana Velazco, coordinadora del Proyecto Unámonos, destacando que varios analistas creían que “los indecisos eran exvotantes del MAS y que se iban a decantar por opciones similares”.

Para el economista Daniel Agramont, del Instituto Latinoamericano de Ciencias Sociales, “no había a quién votar. La gente quería innovación pero las opciones eran de viejos políticos. Inclusive la de Paz, que no es nueva. Está tratando de venderse como outsider, pero ya ha estado 20 años en política”.

Uno de los factores, según Velazco, que incidió en la irrupción de Paz Pereyra como ganador fue su compañero de fórmula, Edman Lara, apodado ‘El Capitán’. De presencia constante en redes sociales, el candidato a vicepresidente cobró popularidad por denunciar corrupción en la policía de Santa Cruz de la Sierra, lo que le costó su puesto e incluso unos días en prisión. Agramont coincide con que su figura es la única que se puede calificar como novedosa.

“Lara, al haber estado sin trabajo por su conflicto con la fuerza, adquirió apoyo popular de la gente pobre de trabajo precarizado”, afirma la historiadora Sayuri Loza, de la Universidad Nacional de San Andrés. De todos modos, señala que Paz Pereyra “ha hecho una campaña de hormiga, yendo a los pueblos y hablando mucho en los barrios. Ha hecho buen tándem con la figura de su compañero de fórmula, que es más reconocida”.

El elefante en la habitación

Más allá del balotaje y sus competidores, el proceso electoral estuvo marcado por la ausencia de Evo Morales como candidato. Tras ser inhabilitado por la justicia a presentarse en estas elecciones, el expresidente denunció ser víctima de la proscripción más grande en la historia de Bolivia, acusó a Arce de destruir la economía y de dividir al MAS y llamó a anular el voto. Más de un millón de electores eligieron esta vía.

“Morales, analizando la cantidad de votos nulos históricos, ha tenido un éxito enorme. Siempre ronda el 2% y ha llegado al 17%”, destaca Velazco. Pero, por otro lado, señala que “si lo comparas con el 65% con el que Evo entró en 2006 es una diferencia enorme. Es una muestra de la caída de su liderazgo, lo que no quiere decir que Morales deje de existir como figura”.

Por su parte, Loza señala que “no se puede negar que mantiene la mística que lo conecta con parte de la población. Ese voto nulo en gran parte lo representa. Será el elefante en la habitación, todos querrán ignorarlo pero no será posible hacerlo”.

Velazco opina que el llamado al voto nulo de Morales es “simbólico y estratégico». Es simbólico, dice, porque ha logrado que la gente lo elija aun cuando no estaba en la boleta, y estratégico, ya que “le resulta mucho más cómodo ser opositor a un gobierno de centro a la derecha que a uno de izquierda o del MAS”.

En esta línea, la alta adhesión al voto nulo marcó también la mala performance del oficialismo ligado al MAS, encolumnado detrás de la figura de Arce. “Muchos analistas pensábamos que ese voto iba a ir a Andrónico Rodríguez, presidente de la Cámara de Diputados y candidato del gobierno, porque era la opción de izquierda que se veía más arriba”. Loza, además, destaca que Andrónico nunca terminó de distanciarse ni de amigarse con Evo y que se vio muy afectado por los escándalos de corrupción del gobierno de Arce.

La crisis económica, de todos modos, jugó un rol fundamental en la salida del MAS del poder. “Los últimos meses aquí han sido difíciles, con largas colas para conseguir combustible y una suba considerable en la canasta básica. La gente ha identificado al MAS como los culpables de esta crisis”, resalta Velazco, recordando que, en el 2020, el electorado eligió a Arce “con la esperanza de que era el genio detrás del milagro boliviano”.

Según Agramont, “la crisis en Bolivia es muy fuerte, acercándose a un colapso. Nos hemos quedado sin dólares, tenemos una situación crítica de desabastecimiento que incluye diésel y gasolina y problemas con el servicio de internet”. De esta manera, afirma que “no iba a ocurrir que la gente votara a Andrónico cuando su campaña era que no se iba a perder lo que ya se había avanzado”. A su vez, destaca que “la guerra interna del oficialismo es el principal motivo de la caída del MAS”, ya que “Andrónico podría haber sacado mucho más si iban como bloque unido”.

 

Jorge Quiroga de Alianza Libre en el cierre de campaña en La Paz el 13 de agosto. Foto: PRENSA 

Lo que se viene

Para Loza, “ya podemos hablar de que Paz va a ser presidente. La gente que votó por Samuel Doria Medina, quien salió tercero, no votará por Quiroga porque ese candidato anunció su apoyo al líder del Partido Democrático Cristiano”.

Según Velazco, “Paz es una opción más de centro. No ha mostrado muchas voluntades de ser extremo”. De todos modos, señala que “como estaba tan abajo en las encuestas, sus propuestas no han sonado mucho. Ni siquiera era invitado a los debates, salvo por el organizado por el Tribunal Electoral. Fue beneficiado por un voto castigo a las izquierdas y las derechas”.

La opción de Quiroga, por su parte, se erige como la más radicalizada hacia la derecha. “Siempre estuvo asentado como candidato desde el principio. En Bolivia la crisis económica es la principal preocupación y con sus propuestas cautivó al electorado antimasista y conservador”, afirma Loza.

Velazco, por su parte, sopesa que el discurso del expresidente “es más populista que  realista». “En este momento del país, se demanda más mantener el bote flotando que saber cómo lo vas a pintar. No creo que se dedique a hacer cambios tan fuertes, a menos que sean cambios fáciles y simbólicos, como por ejemplo lanzar un decreto y eliminar el Año Nuevo Aymara, pero nada de fondo”.

En este escenario ya dispuesto, Loza analiza que, en estas dos opciones de cara al balotaje, “se ve una Bolivia dividida. Una parte de la población de raigambre más liberal de clase media, con fuerte apoyo de los jóvenes, y otra más popular, que tiene que ver con ese boliviano precarizado que hoy se ve reflejado en Paz”.

 

Los presos que abrigan a las personas en situación de calle

Los presos que abrigan a las personas en situación de calle

«El otro frío» es una campaña solidaria mediante la cual personas en contexto de encierro elaboran mantas para quienes viven en la vía pública. Las confeccionan con sachets de leche, una manera de cuidar también el medio ambiente.

El Otro Frío es una campaña impulsada por el Consejo Publicitario Argentino (CPA) en articulación con distintas organizaciones sociales con el objetivo de ayudar a quienes no cuentan con los recursos para protegerse de las bajas temperaturas y se encuentran en situación de calle. El 1 de julio comenzó la sexta edición de este proyecto colectivo que busca recolectar sachets de leche y yogur vacíos para que personas privadas de su libertad elaboren aislantes para entregar a personas sin techo y que puedan resguardarse de climas hostiles.

“Existen muchos fríos, pero ninguno se compara con el de dormir en la calle” reza el lema de la acción iniciada en 2020 y en la que confluyen el cuidado del ambiente, la inclusión y la asistencia concreta para quienes más la necesitan. Las mantas plásticas pueden funcionar como aislantes para colocar en el piso y evitar que el frío o la humedad lleguen al cuerpo, para cubrir las pertenencias de la lluvia, para conservar el calor y para reforzar techos contra filtraciones de agua y humedad. Para que esto sea posible, el CPA colabora con Fundación Espartanos, Justicia Restaurativa, Vikingos Rugby UP43, Red Activos, Amigos en el Camino y Caminos Solidarios Argentina. Las últimas dos se encargan de repartir los protectores aislantes a las personas en situación de calle, mientras que las demás son las responsables de su confección.

La campaña se divide en tres etapas: recolección, producción y distribución. Desde el 1 de julio hasta el 22 de agosto, las personas pueden depositar sus sachets vacíos y limpios en las urnas de #ElOtroFrío ubicadas en distintos comercios, establecimientos educativos y otros espacios en la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires. Una vez finalizada la colecta, estos son enviados a diversas Unidades Penales donde hombres y mujeres los unen con la técnica de termosellado para crear las mantas, de cinco sachets de ancho y diez de largo. Luego, las organizaciones que trabajan con personas en situación de calle se aseguran de hacérselas llegar no solo durante el invierno, sino en las noches frías y lluviosas de todo el año.

Actualmente, según el último censo popular realizado en junio de este año, en CABA viven 11.892 personas en situación de calle. “Lamentablemente, ellos son los que nadie quiere ver, a los que nadie quiere escuchar”, dijo Mónica De Russis, directora de Amigos en el Camino. La organización hace recorridas por la ciudad todas las noches, excepto los sábados, en las que reparte comida, bebida, abrigo y artículos de higiene y brinda asistencia para que quienes duermen en la calle no tengan que hacerlo más. “Nosotros visitamos 1.200 personas por semana. Esto no quiere decir que, si damos la vuelta a la esquina, no vamos a encontrar a otra. La gente se comunica con nosotros y nos dice: en tal calle hay una familia que antes no estaba. Es muy angustiante porque no somos el Estado, no podemos abarcar todo. Vemos que el número aumenta y las cifras lo indican así”, agregó.

Una misión, múltiples objetivos

La campaña promueve la inclusión de población privada de su libertad y de personas con discapacidad. La producción principal se realiza en distintos penales de la Provincia de Buenos Aires, dándole la oportunidad de ayudar a otros a los hombres y mujeres que se encuentran cumpliendo sus condenas allí. “Esas manos que antes dañaban, ahora construyen”, aseguró Andrés López, director de Justicia Restaurativa. Bajo el lema “reparar para no repetir”, esta organización trabaja con mujeres en contexto de encierro y realiza talleres de carpintería, costura, huerta y otras actividades para darles una vida digna, alejada de la violencia y el delito. “Queremos que cumplan su condena de forma digna, y una forma digna también es pensar en otros y otras”, añadió. 

López destacó la importancia de la participación de estas mujeres no solo para quienes recibirán las mantas, sino para ellas mismas, ya que las involucra en algo mayor que, además, las entusiasma. En una de las últimas tandas que confeccionaron, añadieron frases alentadoras como “estoy pensando en vos” y “esto lo hago con mucho cariño”. “Fue muy emocionante porque nosotros no estábamos enterados al principio, nos enteramos por gente en situación de calle. Esto no solamente aísla del frío y de las inclemencias de vivir en un contexto tan adverso como la calle, sino que abraza”, comentó. Tanto Justicia Restaurativa como Fundación Espartanos y Vikingos producen aislantes durante todo el año. De esta manera, los sachets conseguidos en la edición actual probablemente sean repartidos durante el próximo verano y el invierno de 2026.

Otro de los propósitos que hacen a El Otro frío es la concientización sobre el cuidado del ambiente y la reutilización de materiales contaminantes. “Ese sachet de leche que vos en tu casa lo tirabas a la basura y se convertía en algo que contamina al planeta es un pedacito de esa manta que va a abrazar, va a abrigar a alguien en situación de calle”, expresó De Russis. Por eso, también se alienta la transformación de los sachets de forma doméstica para crear elementos de todo tipo, como macetas, bolsas, cartucheras y otras manualidades.

La iniciativa retoma el trabajo de la ONG La Sachetera, que desde 2012 convierte sachets en objetos sustentables y que provee el material de capacitación para la fabricación de las mantas, así como tutoriales para seguir en casa y darle una nueva utilidad a lo que de otra forma sería un desecho.

Quiénes participan

El Consejo Publicitario Argentino está compuesto por diversas empresas anunciantes, medios, agencias, organizaciones e instituciones que, en conjunto, realizan campañas de bien público con tres ejes principales: salud, sociedad y educación. Colaboran no solo con la difusión de la campaña, sino con necesidades específicas como la logística y el transporte de los sachets y la provisión de las termoselladoras para la fabricación de los aislantes.

Red Activos es una ONG sin fines de lucro que reúne a distintos emprendimientos y genera trabajo para personas con discapacidad. Fundación Espartanos y Vikingos trabajan desde el deporte y otras actividades para transformar la vida de personas privadas de su libertad y reducir la reincidencia. Caminos Solidarios, al igual que Amigos en el Camino, asiste a personas en situación de calle y reparte comida y bebida en distintos puntos de CABA.

El Otro Frío no tendría éxito de no ser por el trabajo conjunto de todos estos actores sociales. “Cada eslabón es importante: vos en tu casa tomando conciencia de que tenemos que dejar de contaminar nuestro planeta, CPA con todas sus empresas, las tres ONG y la población privada de libertad que trabajan durante todo el año para armar estas mantas, para que luego Caminos Solidarios y Amigos en el Camino las estén repartiendo a personas en situación de calle. Así, lo que antes podía ser basura se convirtió en algo valioso”, afirmó De Russis. López lo resumió en una frase: “Lo que le hace bien a uno, nos hace bien a todos”.

Los puntos adheridos en CABA y GBA y la forma de preparar los sachets se encuentran detallados en las redes sociales y la web de la campaña, www.elotrofrio.org.ar. Allí también se pueden consultar otras formas de colaborar para quienes viven en otras partes del país.

El archivo como forma de resistencia

El archivo como forma de resistencia

AmericaLEE es un catálogo multimedial de revistas latinoamericanas, de acceso directo, libre y gratuito, que pone a disposición de investigadores y usuarios en general la enorme y diversa gama publicaciones de todos los movimientos que agitaron el continente.

Entre el ruido ensordecedor del algoritmo y la volatilidad del presente, persiste una costumbre que se convirtió en una responsabilidad con el pasado. Desde Buenos Aires, el Centro de Documentación e Investigación de la Cultura de Izquierdas (CeDInCI) relanzó su portal de revistas latinoamericanas AmericaLEE, actualizado y con herramientas interactivas.

La plataforma intenta dar un marco y una cronología a las ideas que circulaban en papel y marcaron la historia latinoamericana. La línea de tiempo y el mapa, por ejemplo, permiten recorrer los movimientos editoriales del siglo XIX y XX.

“Trabajamos con un concepto derivado por nosotros mismos, el campo de las revistas, todas gravitan allí, ocupando distintas jerarquías que nunca son estables y siempre están en disputa. La línea de tiempo y el mapa ayudan a restaurar en ese sentido.”, explica Horacio Tarcus, fundador y director el CeDInCI, investigador principal del CONICET, licenciado en Historia por la UBA y doctor en Historia por la UNLP.

”Queremos que desde un mismo sitio se llegue a una revista de Brasil, a una de Perú o una de México, ya que AmericaLEE es un espacio muy utilizado por investigadores e investigadoras, no solo científicos, también del periodismo y del arte”, agrega.

Horacio Tarcus y Karina Jannello en el Centro de Documentación e Investagación de la Cultura de Izquierdas.  

Detrás del diseño, de los filtros de búsqueda y las fichas catalográficas, lejos de ser detalles técnicos, permiten reconstruir el contexto de cada publicación: quiénes escribieron, cuándo, dónde y bajo qué condiciones. Lo digital no reemplaza al papel: lo protege, lo expande, lo difunde.

Hay algo casi artesanal en el inicio tanto de AmericaLEE como del CeDInCI. Corría 1999 cuando Horacio Tarcus y Karina Jannello, responsable de la biblioteca/hemeroteca, comenzaron a digitalizar materiales del Centro. Sólo tenían dos escáneres prestados: uno donado por la recordada periodista María Seoane y otro por Cecilie Marcus, una investigadora estadounidense. Si bien no había un gran presupuesto, empezaron a digitalizar como política de preservación. Grababa CD-ROM a pedido. Un capítulo, una revista entera. Lo que hacía falta. Lo que no podía esperar. 

“Lo inventamos un poco colectivamente. Primero la digitalizamos para preservarla y le hacíamos un CD a pedido del lector”, evoca Jannello. No como forma de vanguardia, sino como práctica de supervivencia. AmericaLEE fue pensado como un portal de portales: una plataforma desde la cual se puede acceder a colecciones alojadas en bibliotecas del mundo. Pero con una diferencia: aquí no se cobra peaje.

“Los proyectos digitalizados viven en una pulseada permanente entre lo público y lo privado. Porque desde que pasó la etapa en la que todo era gratuito y accesible en Internet, entramos en un mundo virtual que reproduce las desigualdades del mundo real”, reflexiona Tarcus.

Surgieron diferentes portales tanto privados como públicos. Google Books es un caso paradigmático de privatización de estos archivos, que mantiene un convenio con grandes bibliotecas universitarias de Estados Unidos y Gran Bretaña. Pero el usuario solo puede ver una parte. El acceso completo está reservado para quienes pueden pagar una suscripción. Este modelo excluye.

En cambio, AmericaLEE se sostiene desde otro lugar: desde la decisión política de que la cultura crítica no debe depender del bolsillo del lector, sino de la voluntad de quienes la cuidan, y que debe ser de dominio público. Hay revistas que requieren mayor trabajo de armado. Hay números sueltos, un testimonio o una donación inesperada. Jannello rememora el trabajo paciente con la colección de La Campana de Palo, una publicación de vanguardia en los años 20: “La fuimos reuniendo con ayuda de historiadores del arte, o con datos sueltos, alguien decía ‘en tal universidad está el número 3’, así, de a partes, como un rompecabezas”.

Hay algo del archivo como forma de resistencia. De recordar a aquellos que, por la persecución política, tuvieron que esconder sus bibliotecas, ocultar sus lecturas o quemar los escritos de protesta para sobrevivir. AmericaLEE recupera aquel entramado de redes y pensamientos críticos colectivos. No es nostalgia, sino una forma de discutir. El lector de AmericaLEE no busca una novedad o primicia. Busca una densidad. Perspectiva. Una idea con historia.

“El lector que entra a AmericaLEE tiene un tiempo distinto. Es un tiempo más extenso. Más sostenido. Más intenso”, afirma Tarcus. Un tiempo que no se mide en clics, donde la lectura no es un consumo, sino una conversación con el pasado, y donde las revistas no son reliquias de museo, sino voces que siguen hablando.

«No podemos desentendernos de los que sufren»

«No podemos desentendernos de los que sufren»

En el inicio de San Cayetano, el arzobispo Jorge García Cuerva lanzó un fuerte mensaje a las autorides. Una multitud de personas, organizaciones sociales y sindicatos marchó de Liniers a Plaza de Mayo, Una marea de demandas al gobierno.

Convocada por la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP) y otras organizaciones, la tradicional movilización de San Cayetano, patrono del pan y del trabajo, confluyó en Plaza de Mayo, donde se unieron gremios de la CGT, entre ellos Camioneros, UOCRA y UPCN.

En un contexto de creciente conflictividad social, falta de empleo, deterioro salarial y crisis alimentaria en los barrios populares, la manifestación comenzó a la mañana, frente al santuario de Liniers, donde una multitud se reunió mucho antes de la hora de salida a esperar la misa encabezada por el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva.

“El pan no se niega y el trabajo no se mendiga –afirmó García Cuerva–. No podemos desentendernos de los que sufren. No podemos desentendernos de los que revuelven los tachos de basura buscando algo para comer, que no lo hacen porque les gusta, lo hacen por necesidad”.

La homilía marca el inicio formal de la marcha. Afuera, las columnas están listas para movilizar. Pedro Peralta, uno de los peregrinos, devoto además de la Virgen de Luján, camina adelante con una medalla que lo protege. “El pueblo está con hambre, con necesidades”, dice, sin levantar la voz. “Como misioneros de Francisco, recordamos su mensaje de salir a la calle a hacer lío”, agrega.

Mientras la columna avanza por la avenida Rivadavia, pueden distinguirse los colores de las distintas agrupaciones –rojo, azul, blanco, verde– en pecheras y banderas con los nombres de barrios, sindicatos y comedores populares. Héctor, delegado de la UTEP, en la primera línea de la manifestación, enumera uno a uno los derechos básicos negados por el Gobierno nacional: “Salud, educación, vida, familia, soberanía”.

En otra de las columnas, las mujeres llevan pañuelos de colores, sostienen ollas de aluminio y exhiben unos carteles elocuentes: “9 de cada 10 familias en barrios populares sufren inseguridad alimentaria”. Alejandra, de Barrios de Pie –que forma parte de la UTEP–, cuenta: “La olla es lo que nos hermana y lo que nos une. Los alimentos no están llegando a los comedores, los ponemos de nuestro bolsillo”.

El problema es que la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, no entrega los alimentos a los comedores comunitarios. Verónica, de la organización 25 de Mayo, puntualiza: “Los chicos tienen frío y tienen hambre. Y hay familias enteras que duermen en la calle porque ya no tienen más nada. Ayudamos con ollas populares y en comunidad”.

Alrededor de las 11, la marcha se detiene frente a la Basílica de San José de Flores. Se escucha el nombre de Francisco, “un papa que siempre se jugó contra los poderosos”, según lo define el párroco Martín Bourdieu. Es un año importante en conmemoración a la muerte del papa argentino y su legado. Desde la escalinata, reproduce la frase de Papa argentino recientemente fallecido: “No puede haber pan, techo ni trabajo si no hay paz ni cuidado del planeta”.

Los manifestantes llegan a las 14 a Plaza de Mayo, con los pies cansados y los hombros doloridos por cargar las imágenes del santo y de la virgen. Numerosas agrupaciones populares se sumaron en el camino. Las diagonales están llenas de banderas y se oyen los cánticos de la gente. En el escenario, montado frente a la Casa Rosada, se suceden los reclamos: jubilaciones, presupuesto para el Garrahan, rechazo a la precarización laboral. El dato del desempleo habla por sí solo: 7,9 por ciento en el primer trimestre de 2025 –más de 1,1 millones de personas sin trabajo– y una pérdida salarial promedio de más del 36 por ciento.

La jornada concluye con un mensaje de unidad y resistencia frente al avance de las políticas de ajuste. Alejandro “Peluca” Gramajo, referente de la CTEP, remarca: “Tendales de hombres y mujeres no pueden comer. Los trabajadores tienen secuestradas las paritarias. Todos los días se cierran comercios y PyMEs, con la pérdida de cientos de puestos de trabajo de personas que se quedan sin ingresos y tienen que ir a revolver la basura, no por deporte, como quieren hacernos creer algunos miserables, sino para comer. Frente a este contexto complejo, esta unidad que hemos logrado construir es importante para volver a marcar un camino de esperanza, no todo está perdido”.

“Tenemos la obligación de ponerle freno a este gobierno del FMI, para impedir que nuestros hombres y mujeres se sigan cayendo en la peor miseria, pero también tenemos la responsabilidad de mantener la unidad para ser los protagonistas de la reconstrucción del país”, subrayó y llamó a fortalecer la organización popular y mantener “la unidad que hoy se siente en la calle”.

Antes de finalizar el acto, se leyó un comunicado consensuado por las organizaciones participantes, que denunció la estigmatización de los trabajadores, la criminalización de la pobreza y la persecución judicial contra referentes sociales. También se reclamó el fin de los protocolos represivos y se advirtió que la paz social sólo puede construirse garantizando derechos y no con represión.