“Esta muestra es un logro colectivo”

“Esta muestra es un logro colectivo”

Desde el 8 de noviembre, en el Centro Cultural Haroldo Conti, puede visitarse la tradicional Muestra Anual de Fotoperiodismo organizada por ARGRA, que estará en exhibición allí hasta febrero de 2025.

Concentración para repudiar la muerte de Facundo Molares, fallecido un día antes en medio de un operativo de la Policía de la Ciudad. Foto: Cris Sille 

La 35ª Muestra Anual de Fotoperiodismo Argentino, que se inaugura este viernes 8 de noviembre en “el Conti” –ubicado en el predio de la exESMA–, reúne más de 150 fotografías seleccionadas de las 2.500 imágenes enviadas por reporteras y reporteros de todo el país.

Como cada año, la exhibición ofrece una oportunidad única para reflexionar sobre los acontecimientos más significativos del año anterior a través de la mirada comprometida de quienes documentan la realidad.

En esta edición, la política ocupa un lugar central, en contraste con la anterior, dominada por la celebración del Mundial de Fútbol. Este año, además, debido a complicaciones logísticas y presupuestarias, la muestra se pasó de julio a noviembre, un retraso que refleja los desafíos que enfrentan los reporteros gráficos en la Argentina actual.

“La precarización laboral y el desmantelamiento de espacios como Télam nos afectó mucho, el 80 por ciento de nosotros estamos bajo la línea de pobreza a nivel salarial”, cuenta Sebastián Andrés Vricella, presidente de ARGRA.

«Es casi un milagro que podamos realizar esta muestra», agrega, y la define como “un logro colectivo” y “un testimonio del esfuerzo de cada profesional que sale a las calles para documentar la realidad”, muchas veces, en condiciones adversas.

“Son pocos los medios y lugares de trabajo que te dan los equipos para trabajar bien y todo eso crea un combo en donde realmente el esfuerzo que realiza cada compañero a la hora de salir a la calle tenga más valor. Cada nota, cada marcha, cada entrevista y cada momento de pausa es poner el cuerpo”, afirma.

“Tenemos una capacidad de resiliencia importante, pero somos trabajadores que necesitamos comer”, sostiene Vricella. Según él, este espacio es mucho más que una exhibición fotográfica, es una muestra independiente y democrática que recorre todo el país, llegando a lugares incluso inhóspitos por esfuerzo de profesionales que se comprometen y dejan el cuerpo para hacerlo posible.

ARGRA se fundó en 1942 en medio de tensiones políticas y se ha mantenido fiel a sus principios fundacionales: defender los derechos de los reporteros gráficos y ofrecer una plataforma independiente y de carácter humanista para que estos puedan ejercer su profesión libremente.

Desde sus comienzos, la asociación se ha dedicado a visibilizar la realidad a partir de una perspectiva que a menudo no se muestra en los medios convencionales. “Este compromiso con la democracia y los derechos humanos sigue siendo nuestro eje”, subraya Vricella.

En el marco de esta edición, el viernes 22 de noviembre se proyectará Errante, una película de Adriana Lestido, fotógrafa y socia de ARGRA. Este film donado representa la colaboración y el espíritu de comunidad que caracteriza a los reporteros gráficos, un grupo que se apoya, se cuida y acompaña.

Con cada fotografía y en cada muestra, ARGRA reafirma su compromiso con una mirada crítica que registra y preserva los momentos que construyen nuestra historia. La 35ª edición de la Muestra Anual de Fotoperiodismo Argentino se convierte así en un espacio de reflexión sobre un año atravesado por grandes cambios, desde la perspectiva de quienes, día a día, retratan las luces y sombras de la sociedad.

“La devolución de la gente es que se ve representada y toma noción y conciencia de lo que pasó y vivió el año anterior”, concluye Vricella.

Los estudiantes reclaman un paro nacional

Los estudiantes reclaman un paro nacional

Columnas de estudiantes marcharon desde el Obelisco a Plaza de Mayo y a la CGT, para reclamar definiciones a la central obrera. La marcha se realizó siguiendo lo decidido en una asamblea el sábado pasado.

El movimiento estudiantil se movilizó este viernes a Plaza de Mayo y a la CGT desde el Obelisco. Fue una de las definiciones de la Asamblea Interfacultades del sábado pasado, para visualizar y mantener el plan de lucha por salarios dignos de docentes y no decentes, mayor presupuesto universitario, y exigir un paro nacional que acompañe la próxima marcha educativa convocada para el martes 12 de noviembre. Ante el reclamo, no apareció más que la policía y su protocolo antipiquete.

 A las cuatro de la tarde en la Ciudad de Buenos Aires el sol parecía picar contra la piel, pero el Obelisco cubría buena parte de su plaza con sombra. A esa hora comenzó el corte de las columnas estudiantiles que lograron cruzar la avenida 9 de Julio, pero apenas pusieron un pie en Sáenz Peña, aparecieron los exabruptos de coté de la policía de la Ciudad. “¡El achique, el achique!”, gritaba un oficial a los empujones. Al rato, las fuerzas se acomodaron y marcharon junto al movimiento estudiantil hacia la Casa Rosada. Pero su compañía no duró mucho más una vez que el ruidazo estaba fuera de vista de la Casa de Gobierno. Así, los estudiantes ganaban los adoquines de calle Balcarce.

 Después de varias cuadras y bocinazos molestos, el movimiento llegó a la CGT, en la esquina de Independencia y Azopardo, sobre las calles anchas pero nada transitadas de los límites de San Telmo con Puerto Madero. En medio de todo el griterío organizado, Miriam, de 73 años, se acerca exasperada a su columna: “¡Toqué timbre y no contestó nadie!”  

-¿Y vos por qué apoyás el movimiento estudiantil?

-Porque soy estudiante -respondió orgullosa.

Federico estudia en la Universidad Nacional de La Matanza, la misma en la que hace casi un mes el rectorado cerraba la reja de ingreso a los empujones, en conjunto con La Liga Federal, agrupación peronista que conduce el Centro de Estudiantes, para impedir la asamblea. Desde esa experiencia, le parece importante para el movimiento estudiantil haber consolidado la decisión de reclamar a la CGT un paro nacional para la próxima marcha educativa, el 12 de noviembre: “Necesitamos consolidar una unión obrero- estudiantil para pararle la mano al gobierno. Ataca a todos por igual”.

 

Igualmente -irrumpió Germán, estudiante de la Facultad de Sociales de la UBA yo no creo que este sea el movimiento estudiantil. Me encantaría decir lo contrario, pero acá veo más orgas, los independientes somos pocos, y si no hay sector independiente no es genuino. Si bien tiene el mismo valor porque son estudiantes, el participar dentro de agrupaciones te hace pelear por lo partidario, y las disputas se cegan, se disputan cosas de mas arriba, y creo que el independiente puede aportar más esa lucha específica del estudiante. Quiero poder estudiar, no me interesan tanto sus peleas internas. 

 

Mientras el sol se aleja de a poco, la concentración se disolvió, sin respuesta de la CGT. Sin embargo, el tamaño gigantesco de aquella puerta cerrada no intimidó al movimiento en cultivo. Hoy, estudiar parece ser un acto de rebeldía, y con más dudas que certezas, no hay negativa que detenga a los rebeldes en defensa de la universidad de los trabajadores. Y al que no le gusta, se jode, se jode.

 

Sí, hay plata

Sí, hay plata

Mientras el presidente Javier Milei ajusta a la clase media y baja, un grupo de organizaciones está desarrollando un proyecto de ley para crear un Fondo Alimentario de Emergencia que sirva para contener la crisis social que vive el país.

“¿De dónde sacamos la plata?”, es el argumento que repiten casi al unísono legisladores, funcionarios y militantes ligados al presidente Javier Milei cada vez que reclaman recuperar el poder adquisitivo algunos de los sectores más golpeados por el ajuste de La Libertad Avanza, como los jubilados y los docentes y estudiantes universitarios.

Esa trampa matemática sirve para echar por tierra cualquier intento de evadir el ajuste impulsado desde la Casa Rosada por un mandatario que proclama sin tapujo alguno su anhelo por ser “el topo que destruye el Estado desde adentro”, y lo está cumpliendo. Tanto la recomposición para los adultos mayores como el incremento razonable al presupuesto universitario se encontraron con el veto presidencial y una frase que repite casi tanto como un mantra: “No hay plata”.

La misma suerte corrieron los comedores comunitarios que hay desperdigados por todo el país y que no sólo no recibieron ayuda de parte del Gobierno, sino que también tuvieron que recurrir a la Justicia para que el Ministerio de Capital Humano de Sandra Pettovello se digne a repartir alimentos que estaban guardados en galpones y a punto de expirar, en un contexto con casi un 53% de pobreza a nivel nacional.

¿Qué pasa si, en realidad, sí hay la plata suficiente para cumplir con la demanda de alimentos que existe actualmente en la Argentina? Esa es la premisa que impulsa a diferentes organizaciones sociales nucleadas en Territorios en Lucha para exigirle al gobierno de Javier Milei que cree un Fondo Alimentario de Emergencia. El pedido no quedó únicamente en palabras, ya que se está elaborando un proyecto de ley que especifica de dónde saldría el dinero para hacerle frente al hambre que hay en el país.

“Venimos planteando la necesidad de tener una propuesta común para debatir con la sociedad esta situación que estamos atravesando fundamentalmente respecto del empobrecimiento y la cantidad de personas en situación de indigencia, algo que nosotros vemos cotidianamente en nuestros comedores”, explica la dirigente de Libres del Sur e impulsora de la iniciativa, Silvia Saravia. El trabajo de Territorios en Lucha va por el mismo andarivel que la campaña que encabeza el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, que se llama “La peor violencia es el hambre”, junto a iglesias católicas y evangélicas. En el mismo reclamo también se encuentra la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), cuyo principal referente es el dirigente social y exprecandidato a presidente de Unión por la Patria, Juan Grabois.

“Creemos que además de protestar y denunciar lo que está saliendo del Gobierno, hay que llevar propuestas al Poder Legislativo. Así que por eso es que desde distintos sectores fuimos construyendo este proyecto de ley que todavía no está terminado, es una propuesta que puede seguir teniendo algunos aportes y esperamos lanzar una gran campaña para plantear que sí hay plata en Argentina”, sostiene la dirigente. “Si existiera la decisión política podrían desplegarse políticas públicas para al menos paliar la situación de hambre en Argentina o de malnutrición y la dificultad de acceso a los alimentos saludables”, agrega Saravia. Por eso, comenzará una ronda de reuniones con todas las bancadas para que la iniciativa reciba eventuales aportes y el impulso de alguno de los bloques para llevarla finalmente a las comisiones y al recinto.

¿De dónde la sacamos?

El borrador del proyecto de ley estipula la creación del Fondo Alimentario de Emergencia (FAE), dependiente del Ministerio de Capital Humano, para desarrollar políticas relacionadas al derecho a la alimentación y la desnutrición. A diferencia de la reforma jubilatoria y la Ley de Financiamiento Universitario, esta iniciativa contempla de dónde obtener el dinero para cubrir con los costos que se necesitan para cubrir un fondo de tal magnitud.

En líneas generales, comprende la instauración de un impuesto a las ganancias para jueces y funcionarios judiciales, intereses de depósitos en entidad financieras y las sociedades argentinas que cotizan en la Bolsa de Estados Unidos, conocidas como ADR; el cobro de bienes personales a los inmuebles rurales y depósitos en entidades financieras; la quita de la exención impositiva a la actividad minera y la economía del conocimiento y el Impuesto al Valor Agregado (IVA) a los directores de sociedades.

Además, contempla la tributación presunta basada en el volumen de negocios de las 500 empresas más grandes del país, la alícuota del Impuesto de Bienes Personales para las 50 primeras fortunas, el tributo con alícuota de 15% a los salarios de legisladores nacionales y funcionarios del Poder Ejecutivo y el recupero de impuestos por mayor demanda de alimentos en el mercado interno, entre otros.

“El cálculo que nosotros hicimos fue de un fondo que necesitaría casi 18 mil millones de dólares. Y todas las fuentes de financiamiento que proponemos llegan a contabilizar casi 40 mil millones de dólares. O sea, se duplica la cantidad de fondos para llevar a cabo esta propuesta”, explica Saravia.

“Hemos visto que desde varios sectores se ha comenzado a cuestionar que no se avance sobre lo que sucede con los bienes personales, o con algunos incentivos a lo que es la economía del conocimiento y excepciones de IVA totalmente injustificadas porque se les hace a empresas que tienen muchísimas ganancias. Entendemos que también hay otros sectores que cuestionan el hecho de que se refuerce un sistema impositivo regresivo como el que tenemos hace muchos años, en lugar de que paguen más impuestos los sectores que no solamente tienen más ganancias, sino que tienen la mayor cantidad de dinero en propiedades”, detalla.

“Hay algunas cuestiones que realmente no tienen lógica en un contexto donde el Presidente dice que no hay plata para determinadas cuestiones. Entonces, nosotros decimos que sí, hay plata: hay sectores que hoy tienen grandes fortunas y grandes ganancias y reciben exención de impuestos, o subsidios que no deberían tener”, remarca. Esta iniciativa choca con el discurso de la Casa Rosada, que insiste en que el Gobierno nacional se está ocupando de las clases más bajas y critica a las gestiones que pasaron anteriormente por el palacio presidencial.

“Ellos creen que el tema está resuelto porque han aumentado los montos de la Tarjeta Alimentar y de la Asignación Universal, que son transferencias que evidentemente han aumentado mucho. Lo que pasa es que ellos no contemplan que aún con eso, hoy tenemos el doble de indigentes en Argentina”, analiza Saravia. “Evidentemente, la situación es muy dramática y muy crítica. Estas herramientas son todas propuestas que hemos hecho desde las organizaciones, pero no como la solución, sino como paliativos ante situaciones críticas, porque nosotros estamos muy lejos de pensar que la solución es un plan social o un comedor comunitario”, sostiene.

De raíz

“La solución es otro modelo productivo, o un sistema impositivo progresivo y no regresivo. O sea, hay otras cuestiones que para nosotros son de fondo que deberían modificarse. Creo que tienen una miopía respecto de no ir más allá. Ven cerquita, ven su entorno, pero no terminan de ver las consecuencias gravísimas a las que están llevando a la población”, insiste la referente de Barrios de Pie. Al hablar del modelo productivo, un dato que no puede pasarse por alto es que la Argentina es un país que produce alimentos para 400 millones de personas aproximadamente, pero más de la mitad de su población está bajo la línea de la pobreza. Para Saravia, la explicación es que el país tiene “un modelo productivo extractivista”.

“No importa si se produce y el costo de esa producción envenena el agua o envenena la gente que vive cerca de esos lugares donde se siembra, sino que lo único que importa es cuánto se vende el extranjero y cuántas divisas ingresan. Ese modelo lamentablemente hace rato que no se modifica. No es algo nuevo, es histórico, que solo en breves periodos tuvo algún cambio, pero que hoy se está profundizando”, argumenta.

En un contexto en el que 2 de cada 10 personas están bajo la línea de la indigencia, Saravia considera que ese es el primer problema para atacar: “Eso debería ser posible en un tiempo corto con las características que nosotros tenemos en nuestro país respecto de los recursos naturales y las posibilidades de producir alimentos, Estoy convencida que es algo que puede resolverse rápidamente si hay voluntad política”, analiza. A su criterio, “la pobreza tiene que ver ya con algunas otras cuestiones, cómo generar un modelo productivo diferente, pero eso más en general, con desarrollo soberano. No estar pensándonos como un eslabón primario cumpliendo el rol de producción primaria, sino como un eslabón en las economías regionales y mundiales de producción con tecnología y agregado de valor propio. En esas condiciones, yo creo que ahí podríamos hablar de pobreza cero”, agrega. Saravia concluye: “Uno piensa en la urgencia, seguramente, que es lo que ha pasado durante todo este tiempo y ese es un problema. Desde el primer momento hay que pensar en el mediano plazo, sabiendo que iniciaste el camino para revertir esa situación”.

«El gobierno no es democrático porque desconoce a su adversario»

«El gobierno no es democrático porque desconoce a su adversario»

Rocco Carbone, autor de Lanzallamas: Milei y el fascismo psicotizante, analiza la posibilidad de emancipación que sobreviene a las fuerzas destructivas y el conflicto universitario como elemento pedagógico.

¿Por qué es relevante hablar y pensar el fascismo en la escena argentina contemporánea? Con esta pregunta, a la vez abierta y comprometida, abre los fuegos el filósofo Rocco Carbone, autor del libro “Lanzallamas: Milei y el fascismo psicotizante”, publicado este año por la editorial En Debate. A lo largo de sus tres capítulos y algo más de cien páginas de extensión, el texto plantea que el gobierno de Javier Milei debe ser comprendido como una experiencia fascista, ya no como un sistema político, sino una metodología.

“El lobo se viste de cordero pero actúa de lobo —dice Carbone en diálogo con ANCCOM—. El fascismo, tanto el arqueológico como el contemporáneo, es un poder integrado por una dualidad plena, contradictoria, y esa dualidad la encontramos permanentemente en las elaboraciones discursivas y políticas del presidente Milei, que dice: ‘No intervengo en el mercado’, pero luego interviene; dice: ‘No hice confiscaciones’, pero sigue confiscando los ahorros de la clase media. Entonces es eso: el fascismo es un poder que hace dos cosas al mismo tiempo, que dice dos cosas al mismo tiempo que se contradicen y se chocan.”

Y es que, siguiendo a Carbone, filósofo italiano que reside en Argentina desde hace veinte años, y es además docente e investigador del Conicet, la dualidad del poder fascista se condensa en dos grandes atributos: psicotizante y celular. El libro desarrolla ambos términos en un lenguaje conciso, pero de gran densidad conceptual. La cuerda ofrecida al lector es bajarlos a ejemplos de la práctica.

“El fascismo es un doble poder permanente: en el Estado y contra el Estado social. Entonces, organiza un doble aparato. ¿Cómo funciona ese doble aparato? Corrompe a los trabajadores, por un lado, y por otro los reprime —explica Carbone, que después puntualiza—. El gobierno de La Libertad Avanza ha elaborado un aparato de corrupción de las clases trabajadoras. Y se verifica como liquidación del patrimonio nacional: ataque a los sindicatos, porque son ‘chorros’; ataques a las organizaciones sociales; ataques a los modos de contratación; ataque a los bienes y servicios públicos. Y esa es una modalidad de lucha, es una modalidad de combate contra la clase trabajadora. Y se organiza esa manera de corromper lo público para que los avances del pasado no sean ni siquiera imaginables en el presente. Para que el pibe de Rappi no imagine jamás la posibilidad de un aguinaldo.”

De entre esos avances del pasado, la universidad pública aparece como referencia obligada: “El conflicto universitario en este momento es un elemento pedagógico —afirma Carbone—, una dimensión altamente pedagógica para la sociedad nacional. Porque demuestra efectivamente cómo piensa y cómo opera el gobierno de La Libertad Avanza y cómo opera el presidente Milei.”

Según el autor, lo que distingue al fascismo de una derecha tradicional es su completa desconsideración por el adversario. Así, en su reacción al conflicto universitario, el gobierno mostraría su verdadera cara: “El presidente Milei, ante ese antagonismo democrático, ¿qué dice? ‘¡No! Ratifico el veto a la Ley de Financiamiento a la Universidad’, e hizo de todo para generar un bloque en el parlamento con los diputados y diputadas macristas para ratificar el veto. Por eso, digo, es interesante ver cómo opera la cabeza de un neoliberal mafioso como Macri y la cabeza de un fascista como Milei: frente al antagonismo popular, ¿qué hace? Avanza. Por ende, estamos frente a un tipo de poder que está por fuera del régimen democrático. Porque el régimen democrático reconoce una otredad, en cambio acá hay una negación permanente hacia la otredad. Tanto que quisieron matar a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner el 1º de septiembre del 2022. Y ahora, en la ultimísima entrevista al presidente Milei, le escuchamos nuevamente decir que a él le agradaría muchísimo poner el último clavo en el cajón donde está Cristina Fernández de Kirchner”.

“La universidad —concluye Carbone— sofistica su aparato pedagógico y le enseña a la sociedad argentina que Milei y el gobierno de La Libertad Avanza no son democráticos, sino que están por fuera de los confines retóricos y operativo-políticos de la democracia. Porque desconocen a su adversario y lo convierten en un enemigo a quién hacer perecer; a quién matar.”

El ‘Momento Arlt

Contingencias aparte, el libro dialoga en su tercer capítulo con dos grandes novelas de Roberto Arlt: Los Siete Locos (1929)  y Los Lanzallamas (1931). Estas obras le sirven de imaginario y disparador a partir de dos personajes: Erdosain y el Astrólogo. Hay en el primero la expresión de un hombre sensible y frustrado, aplastado por la depresión económica y su propia ineptitud para con las relaciones humanas. En el segundo se condensan los atributos propios de un líder falaz y totalitario, una especie de flautista de Hamelin que pergeña la creación de una “sociedad secreta”; el lugar de los locos. Y es aquí donde Carbone reconoce los límites del poder fascista: “¿Cómo se puede interpretar ese título: Los Siete Locos? Primero, que hay locura. Que una disociación con la realidad existe. Existen varios personajes que son locos, pero al mismo tiempo son siete. O sea, es una locura bastante difundida pero es una locura finita, es una locura que tiene un techo, o sea, un límite. No todo el mundo está loco: algunos están locos efectivamente pero hay otros y otras que no lo son. Bueno, de ese campo, del campo de los y las que no son locos ni locas, efectivamente puede sobrevenir la emancipación”, sostuvo el autor.

Quizás en esta línea se expresa uno de los aportes más propios de Lanzallamas. Como parte de la vorágine de ensayos, biografías y opinologías que han surgido en torno a la figura de Milei, éste libro, siguiendo a la obra de Arlt, consigue explicar eso íntimo que se vive por dentro de la contingencia política: el agobio, el saltar de la indiferencia a la rabia, de la rabia al hastío, el no entender por qué se dice una cosa y luego la otra, la polémica detrás de la polémica, y el vértigo que se siente al pisar sin escalón. Y esa explicación viene con un halo de calma, porque siempre es tranquilizador entender esa cosa inquietante que se nos escapa. Nombrar la palabra, escribe el autor, es a la vez una pedagogía y una estrategia de liberación. Liberación que, volviendo al título, está presente en el germen de la obra:

“Y me interesaba también la palabra del título de Arlt: Lanzallamas —cierra Carbone—. Porque es una palabra abierta: remite a ellos, a las fuerzas destructivas, a las fuerzas fascistas, pero también puede remitir a las fuerzas emancipatorias populares. Porque si el fascismo es una latencia en la historia de los pueblos, también lo es la emancipación. Lanzallamas es plurisémico, puede referir literariamente a ellos, al fascismo clásico, a la experiencia del presidente Milei, pero también a la posible emancipación que, como latencia en la historia, puede sobrevenir al momento reaccionario. Esa emancipación también se podría verificar bajo la forma del lanzallamas.”

En Uruguay ganó la izquierda pero habrá un balotaje sin claro pronóstico

En Uruguay ganó la izquierda pero habrá un balotaje sin claro pronóstico

Yamandú Orsi obtuvo amplia ventaja pero no le alcanzó para triunfar en primera vuelta. El 24 de noviembre se definirá quién es el nuevo presidente del país vecino.

Yamandú Orsi, candidato a presidente del Uruguay por el Frente Amplio, se impuso en las elecciones de este domingo con el 44,6% de los votos según la proyección de la Usina de Percepción Ciudadana pero no pudo evitar el balotaje, a celebrarse el 24 de noviembre. En la segunda vuelta, se enfrentará al candidato oficialista del Partido Nacional, Álvaro Delgado, que cosechó el 26,9% de los sufragios emitidos.

A su vez, según esta proyección, el Frente consiguió la mayoría en la Cámara de Senadores, mientras que la Coalición Multicolor forjó ser primera minoría en Diputados, integrando todos los legisladores de los distintos partidos en un interbloque.

En los festejos del Frente Amplio, Orsi remarcó que su agrupación fue “la fuerza que más ha crecido”. A su vez, Carolina Cosse, candidata a vicepresidenta, resaltó que “los uruguayos votamos en contra de la inseguridad, la ignorancia y la desigualdad. Habrá una nueva era progresista”.

De todas maneras, el panorama para el Frente Amplio es complejo, ya que entre los candidatos de la Coalición Republicana (Partido Nacional, Partido Colorado y Cabildo Abierto), suman un 44,8% de los votos emitidos, a pesar de que ha crecido un 5% en relación a la elección anterior en 2019.

Por su parte, el candidato a presidente por el histórico Partido Colorado, Andrés Ojeda, obtuvo el 15,5% y el exmilitar y senador nacional Guido Manini Ríos consiguió el 2,4%. Esto indica un balotaje parejo, en el cual el próximo presidente lo definirán los votos huérfanos de los partidos menores. En ese sentido, Manini Ríos afirmó que van a “trabajar por que el candidato de la coalición (Delgado) gane las elecciones”.

En esta línea, la particularidad dentro de la Coalición en esta elección fue el crecimiento del Partido Colorado. Delgado remarcó que habló “con todos los miembros de la coalición durante el día” y que “a partir de mañana vamos a trabajar para el 24 de noviembre”. Ojeda remarcó que “ha cambiado la correlación de fuerzas dentro de la coalición”, por el crecimiento del mismo en relación a la elección anterior. El candidato focalizó su campaña en un discurso basado en que es la “nueva política”, evocando a un cambio de época.

Por otro lado, en paralelo a la elección nacional se realizaron dos plebiscitos para modificar artículos de la Constitución Nacional. Uno era para reformar el Artículo 67 sobre seguridad social, propuesto por el Plenario Intersindical de Trabajadores (PIT) y Convención Nacional Trabajadores (CNT). Este planteaba eliminar la modificación que implementó el gobierno de Luís Lacalle Pou en el que se aumentó la edad jubilatoria a 65, retrotrayéndola a 60, equiparar la pensión por jubilación al salario mínimo y eliminar las Administradoras de Fondos de Ahorro Previsional.

En paralelo, el plebiscito para modificar el Artículo 11, tenía como objetivo permitir los allanamientos nocturnos con orden de un juez, cosa que está prohibida por dicho artículo, el cual marca que nadie puede ingresar a una propiedad privada de noche sin consentimiento del propietario. Ambos plebiscitos no fueron aprobados ya que no lograron superar el 50% de los votos positivos.

 

La brutalidad de la picana y la sed insoportable

La brutalidad de la picana y la sed insoportable

Los sobrevivientes Raúl Antonio Morello y José Manuel Vázquez relataron sus padecimientos en una nueva audiencia que investiga los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura en la Mansión Seré y la zona de Moreno.

José Manuel Vázquez

“Me dicen que me van a matar, que les diga dónde quiero el tiro, que diga unas palabras para mi esposa”, relató Raúl Antonio Morello, víctima, sobreviviente y testigo en la megacausa Mansión Seré IV y RIBA II durante esta séptima audiencia, en torno al momento en que creyó que lo iban a matar: “Que los perdonen a ustedes, no saben lo que están haciendo”, fueron las sílabas pronunciadas por Morello aquel día como últimas palabras, durante ese simulacro de fusilamiento.

El martes 22 de octubre se realizó la séptima jornada judicial en la que hubo cuatro personas que declararon sobre los crímenes perpetrados en la ciudad de Moreno y otras localidades de la zona oeste de la provincia de Buenos Aires, bajo la jurisdicción se la Fuerza Aérea. En la sesión estuvieron presentes de forma presencial los imputados Julio Cesar Leston y José Juan Zyska, mientras que los otros tres acusados, Juan Carlos Vázquez Sarmiento, Ernesto Rafael Lynch y Juan Carlos Herrera estuvieron presentes de manera virtual, a través de la aplicación zoom. Prestaron testimonio, además de Morello, Ana María Wenk, esposa de Morello, José Manuel Vázquez, sobreviviente, y Norma Beatriz Rivas, testigo de concepto por el imputado Zyska, quien pronunció una declaración escueta y carente de significación para la causa, que no parece aportar a favor del imputado, corolario de una defensa ineficaz.

Morello, primera persona en testimoniar en esta audiencia, declaró haber vivido la escena de arrodillarse con un arma apuntando a su cabeza en repetidas oportunidades, sumado a diferentes vejaciones que vivenció en sus casi 60 días de cautiverio y tortura atroz llevadas a cabo en diferentes centros clandestinos de detención a lo largo de zona oeste: “Alguien me agarraba de los pantalones. Me empezaron a pasar la picana eléctrica por los genitales, por el cuerpo”, expresó y agregó que les pidió por favor que les sacaran las esposas porque tenía las muñecas muy hinchadas: “Me las dejaron ‘para que me haga hombre’”, detalló el testigo acerca de lo que fue una de las más brutales torturas que sufrió, que tuvo como consecuencia para su persona una grave hemorragia interna.

El objetivo de este accionar macabro era interrogarlo acerca de la labor religiosa y comunitaria que desempeñó en barrios carenciados. El testigo hizo hincapié en las tareas sociales que desempeñó en su comunidad, su trabajo en el barrio, la impartición de catequesis a jóvenes y demás. Lo creían el “ideólogo” de una corriente subversiva y le preguntaban por Aldo Ameigeiras y Alejandro Miceli. A su vez, reflexionó sobre cómo su vinculación religiosa le fue necesaria para afrontar aquel calvario: “Me sirvió mucho el monasterio, me imaginaba qué estaría haciendo un monje en mi situación: estaría rezando”, sostuvo el testigo. “Un día antes de la liberación nos traen una comida, nos sacan de la celda y nos hacen sentar en el patio”, relató. Le preguntan si él era “el padrecito”, lo hacen rezar un Ave María y un Padre Nuestro y el 25 de diciembre de 1977 lo liberan en Devoto. “Tenía las piernas quemadas por la corriente eléctrica. La brutalidad de la picana me quitó la tartamudez y a la vez la alegría. Creo en que ninguna foto nadie me va a ver sonriendo”, sostuvo la víctima en respuesta a cuáles fueron las consecuencias de la tortura sufrida. En sus palabras finales reflexionó: “Yo lamento que el código procesal penal para estos delitos no haya contemplado que los imputados estén presentes en la audiencia, para mirarlos a los ojos y medir su altura. No tienen la obligación de asistir, como a mí sí me obligaron a arrodillarme”.

Wenk, la esposa de Morello, también declaró como testigo en la jornada por la desaparición de su marido: “Estaba en el centro de Moreno esperando el colectivo. Se acercan lo que nosotros conocíamos como las Tres Marías: camionetas celestes de la aeronáutica”, comenzó a relatar acerca del día del secuestro. “Nos pusieron contra la pared y se lo llevaron a él”, sostuvo Wenk y especificó cómo se desarrolló el arduo proceso para lograr dar con su paradero: “Fue surgiendo una lista de personas a las que pedirles socorro”. A los días de desaparecer su marido, se llevan a una pareja amiga del matrimonio, que se suma a la lista de búsqueda de personas que realizó Wenk. Varios le cerraron la puerta en la cara, pero logró dar con el contacto de la esposa de un brigadier que intentó conseguir información: “Le pedí que preguntara por los tres, ella me dijo que no y respondí: “Bueno, si tengo que elegir, elijo saber de ellos dos (refiriéndose a la pareja) porque tienen un hijo”. La mujer finalmente resolvió averiguar también por la pareja amiga y a través diferentes gestiones se logró su libertad. “Decían que iba a haber una amnistía grande en Navidad, que probablemente estarían en ese listado”, expresó Wenk acerca del proceso de liberación. Aquel día, la mandan a la Policía Federal y espera en un kiosco para ver mejor: “El primero que salió fue Raúl”, relató la testigo. Pero luego a su esposo lo hicieron entrar de nuevo. Se hizo tarde y se fue a la casa de una amiga a esperar al día siguiente. Temprano en la mañana, llegó a la comisaría y le dijeron que ya habían liberado a su marido. Como no había forma de comunicarse, volvió a Moreno descreída y dispuesta a hacer su recorrido y seguir su búsqueda, pero afortunadamente, “Raúl ya estaba en casa. Fue una situación muy traumática, pero de alguna manera pudimos sobrellevarla porque siempre estuvimos acompañados por esta comunidad. Eso nos dio fortaleza para seguir adelante, para ver qué queríamos: queríamos ser médicos y ser parte del pueblo más doliente”, sostuvo Wenk.

“Sí, es Vázquez”

“En un momento escucho pasos de atrás. Me tiran contra el tejido. Me apuntan con pistolas. Me revisan. Me sacan el documento y dicen: ‘Sí, es Vázquez’”, expresó el testigo y víctima José Manuel Vázquez relatando en detalle el momento de su detención, que tuvo lugar en la parte sur de la estación del Ferrocarril Sarmiento en la localidad de Moreno el 23 de abril de 1977. Lo sorprendieron en la calle. Lo interceptó una camioneta de la Aeronáutica. Logró ver otro auto, un Peugeot donde se encontraba un conocido suyo dentro y logra preguntarle: “¿Caíste vos también?”, antes de que lo suban a la camioneta y se lo lleven. Dieron una larga vuelta por varios lugares hasta llegar a su lugar de detención. Lo bajaron y lo metieron en un calabozo. Le sacaron las esposas, pero seguía con las vendas en los ojos. Allí volvió a encontrarse con su conocido: “El tipo estaba condenado, pero quería salvar a su hijo y a su esposa”, sostuvo el testigo en relación al momento en que esta persona le reconoció que tuvo que hacer un “canje” entregando su nombre a cambio de salvar a su familia. En las torturas que le fueron ejecutadas, reconstruye que los represores “querían saber a quién conocía de Montoneros, del ERP, del Partido Comunista, si conocía al cura Pepe. Se suponía que yo tenía que saber algo”, sostuvo el testigo. También relató las condiciones a las que fue sometido en sus días de cautiverio: “Una de las peores torturas al ser humano es la sed insoportable”, en referencia a la casi nula alimentación que mantuvo aquellos días, en los que ni siquiera tuvo acceso al agua. Relató que tenían que hacer sus necesidades en la celda, ya que no había baño y que, además, no les proveyeron elemento alguno para resguardarse del frío. “Parece que te van a largar”, le dijeron antes de su liberación.

Un día lo cargan esposado y tabicado y lo dejan en un descampado a cinco cuadras de su casa: “Escuché un avión y tuve la certeza de que estuve en la base aérea de Moreno”, continuó Vázquez. En torno a la pregunta acerca de las consecuencias que le trajo el secuestro expresó: “No me quedó ni odio ni rencor, ni sed de venganza. Pero hasta el día que me muera voy a pedir memoria, verdad y justicia”.

Cerrando su testimonio, el testigo reflexionó acerca de las implicancias y consecuencias que ocasionó el accionar de la última dictadura militar para el país: “¿Cuál es la razón por la que cometieron semejantes atrocidades?”, se preguntó y a modo de respsuesta enumeró una serie de hechos: la implicancia económica que dejó la dictadura, ligado a un modelo que quisieron instalar formado por la adquisición de deuda externa, emparentados con las familias más adineradas del país y vinculado al sector empresarial. Además, mencionó la relación del golpe con la pata civil que lo sustentaba y con un proceso orquestado a lo largo de la región sud del continente: el Plan Cóndor, que devino en la Guerra de Malvinas, conflicto que el testigo denunció que estuvo plagado de tormentos para los conscriptos, ejercidos por sus militares superiores. Sin embargo, el tribunal juzgó que estas reflexiones no eran pertinentes a los hechos de la causa y apresuraron su finalización.

De todos modos, ya en diálogo con ANCCOM, el testigo amplió su análisis y enfatizó el rol de la parte de la sociedad civil que convalidó el golpe y de las cúpulas eclesiásticas durante la dictadura: “Son responsables de las muertes, de la desaparición, de los robos de bienes materiales, las violaciones… Deben ser condenados de por vida. La historia debe condenar estos actos”.

En relación a su mayor anhelo, José Manuel Vázquez dijo: “Lo que yo quiero es imposible, es un deseo, un sueño: me gustaría que estos represores que hoy están sentados en el banquillo, que tienen derecho a la defensa que nosotros en aquella época no tuvimos, nos digan dónde están los compañeros desaparecidos. ¿Qué les cuesta? ¿Por qué no lo dicen? Yo sé que me queda poco tiempo, me voy a morir sin saber lo que pasó, qué hicieron, dónde están”.

La próxima audiencia de la causa se llevará a cabo el martes 5 de noviembre, debido a que este juicio comenzará a alternarse con el de Campo de Mayo. Se podrá acceder a lo que suceda en el tribunal a través de la transmisión de FM en Tránsito y La Retaguardia, o bien, de manera presencial en el Tribunal Federal Oral N°5 de San Martín, ubicado en Pueyrredón 3734.