¡Dale campeona!

¡Dale campeona!

Florencia Massenzana se acaba de consagrar bicampeona mundial de fútbol para ciegas, en Inglaterra. La volante de Las Murciélagas –que además es psicóloga- fue madre este año y volvió a los entrenamientos dos semanas después del parto para no perderse el torneo. Acá cuenta su historia.

A lo largo de la calle Miguel B. Sánchez, en el barrio de Nuñez, el deporte se respira. Rodeados por gimnasios y clubes, se alza al final del camino, el CeNARD. Los mejores atletas de nuestro país entrenan en este lugar preparándose para defender con orgullo los colores argentinos. A pesar de que bajo el gobierno actual son múltiples las denuncias de abandono y desfinanciamiento del Estado, el pasado 11 de octubre el deporte adaptado volvió a darle una alegría al país: las Murciélagas se consagraron campeonas del mundo por segunda vez consecutiva en el Mundial de Fútbol para Ciegas disputado en la India. Ya habían levantado la copa en Inglaterra, hace dos años.

Florencia Massenzana, de 32 años, psicóloga y volante titular del seleccionado, se encuentra en la cancha donde entrena tres veces por semana junto a sus compañeras. Mientras da otra entrevista, sonríe cuando le comento que ya es casi la portavoz del grupo. “Soy la que más se desenvuelve hablando”, dice entre risas. Pero no es solo eso: Florencia estuvo desde el nacimiento de las Murciélagas, en 2019, y este año ganó su segundo título a tan solo cuatro meses de haber sido mamá.

¿Cuándo te interesaste en jugar al fútbol?

Uno de mis primeros pacientes, cuando empecé a ejercer como psicóloga, era un chico ciego que me contó que jugaba al fútbol en el Instituto Ramón Rosell. Me interesó muchísimo, porque yo siempre había hecho deporte, aunque nunca sola. Cuando me dijo que existía un equipo femenino me dieron aún más ganas. Cuando me acerqué, estaba Darío Lencina, el actual director técnico de Las Romanas, y me dijo: “Bueno, entrá”. Yo le respondí: “¡Pará! Estoy de jean, la semana que viene vuelvo, te lo prometo”. Volví, y la verdad, me enamoré del deporte.

 

¿Tu familia te apoyó desde el principio?

Mi papá es muy futbolero, así que estaba súper orgulloso, pero a mi mamá le daba más miedo. A veces las familias tienden a sobreproteger a las personas con discapacidad y para ella fue difícil al principio. No lo entendía y creo que todavía no lo entiende del todo pero ahora me apoya más. Fue un poco una guerra en casa, pero con el tiempo se dieron cuenta de que esto es lo que realmente me apasiona.

 

¿Cambió algo en vos al empezar a jugar al fútbol profesionalmente?

El deporte, yo no me voy a cansar de decirlo, te da muchísima cultura. Es increíble levantarte a la mañana e ir a comer a un comedor que está lleno de distintas personas de distintas nacionalidades, interactuar en distintos idiomas. Además te cambia mucho en tu rutina empezar a hacer deporte. A mí siempre me gustó mucho leer y por eso agradezco el haber podido especializarme en lo mío que es la psicología pero cuando empecé a entrenar diariamente me di cuenta que el deporte es algo mucho más apasionante y que te cambia realmente porque te da más energía. Sos más consciente en llevar una vida más saludable, en llevar una rutina para dormir, para comer y así poder bancar todo el día y entrenar al máximo. La verdad que es un estilo de vida que yo no cambiaría por nada.

Coronadas de gloria

Las murcielagas ganaron su primer mundial en el 2023, en Inglaterra, pero originalmente el primer mundial debía haber sido en el 2020, en Nigeria. Massenzana cuenta cómo a pesar de la pandemia siguieron su rutina por zoom. ‘’Entrenabamos la parte física con mochilas cargadas de arroz, de latas de lentejas y la parte técnica, con pelota, la hacíamos alrededor de una silla en el espacio que cada una tenía en su casa. Teníamos esperanzas de que al final íbamos a poder viajar’’. Finalmente el mundial fue suspendido lo que significó una gran desmotivación para las jugadores que desde noviembre del 2019 venían con la ilusión de representar a su país. ‘’Cuando supimos que en 2023 se venía el primer mundial creo que ninguna lo creyó porque no queriamos ilusionarnos de nuevo. Caímos en cuenta que se estaba haciendo cuando subimos al avión’’.

 

¿Qué significó para vos ese primer mundial?

A nosotras nadie nos conocía. Todos tenían en la mente a la selección japonesa porque es la más fuerte, y fuimos de a poco. El partido final fue muy duro porque empezamos perdiendo 1 a 0. En el entretiempo,  abracé a nuestras delanteras y les dije, «Esto no nos tiene que desmotivar, todo lo contrario, nos tiene que dar energías, acuérdense todo lo que laburamos desde el 2019 para acá. Ustedes van a hacer goles, vamos a ganarlo en cancha’’. Me acuerdo que entramos en el segundo tiempo y fue un primer gol, un segundo gol y decir: «No puede ser, somos campeones del mundo.» Encima era en Inglaterra, fue una carga muy grande. Ahora este segundo mundial también porque nos enfrentó en la final con Inglaterra. Así que también era revivir esa emoción.

 

Y también defender el título

Yo no digo defender, me gusta decir revalidar porque defender es como algo que te pueden robar y a nosotras ya el primer mundial nadie nos lo roba. Nosotras históricamente ya vamos a ser las primeras ganadoras y ahora este segundo mundial también. Ya nadie nos lo quita, quién escriba la historia del fútbol ciego femenino va a tener que poner sí o sí que Las Murciélagas son las campeonas del mundo dos veces seguidas y eso no nos lo quita nadie, entonces más que defender es revalidar, re-demostrar que la Argentina está en lo más alto.

¿Cómo viviste tu embarazo en pleno camino al Mundial?

Lo primero que pensé fue ‘“¿Cómo le cuento al cuerpo técnico?”. Porque ya estábamos a menos de un año del mundial. Yo siempre tuve en mi cabeza que quería darle lo mejor a mi hija pero sin dejarme de lado. Fue sentarme con el cuerpo técnico y decir, ‘’Yo quiero durante el embarazo seguir entrenando, seguir luchando por un lugar”. Con responsabilidad, con conciencia, entrenando en vez de al 100% en el gimnasio, al 70% que es lo que te recomiendan los médicos. Tratando de cuidarme, pero sí seguir con la pelota en contacto lo máximo posible y eso me llevó a poder entrenar hasta dos semanas antes de tenerla. Venía a las concentraciones acá y me acuerdo que, Gonzalo, mi director técnico, cuando teníamos que correr decía: «Pobre nena, en esa panza está en una licuadora» y yo le contestaba ‘’Cuando nazca le voy a decir que esto es culpa tuya’’. La verdad que fue increíble y también eso creo que es lo que me permitió aguantar las treinta y tres horas de trabajo de parto. Mi parto fue natural porque le quemé la cabeza al cuerpo médico de que yo lo quería así, porque si no no llegaba al mundial. Obviamente, sin ponerla en riesgo a ella ni ponerme en riesgo a mí, si en algún momento el obstetra me decía que tenía que ser por cesárea, no iba a oponerme, pero yo le di indicaciones precisas de si no es vida o muerte, yo quería parto natural. En la sala de partos hacía sentadillas para que se acelere todo. Después volví a entrenar a las dos semanas, fue gradual pero tratando de meterle lo antes posible al 100%.

Más allá de la competencia

Massenzana entrena tres veces por semana en el CeNARD y los dos días restantes atraviesa toda la Ciudad de Buenos Aires, desde San Martín hasta Avellaneda, para entrenar con Las Pirañas, su equipo de fútbol. “Nosotras estamos muy orgullosas de que nos den este lugar para entrenar y tratamos de cuidarlo muchísimo, porque, imaginate, somos un deporte adaptado y estar en igualdad de condiciones con los otros seleccionados nos hace sentir muy agradecidas”. Si bien recibe una beca de la Secretaría de Deportes, reconoce la realidad de que no puede vivir solamente de esto. Al igual que muchos otros deportistas, todavía existe un largo camino para que el deporte en nuestro país sea una carrera de la cual se pueda vivir, más aún cuando se trata del deporte adaptado.

 

¿Qué creés que aporta el deporte, en especial el adaptado, a la vida de las personas, más allá del rendimiento deportivo?

Con o sin discapacidad el deporte es algo hermoso que cualquier persona puede hacer, ya sea recreativo o competitivo. El deporte te enseña valores, te da confianza en vos mismo, te ayuda a la tolerancia, a la frustración, a la perseverancia y si lo hacés a nivel competitivo y tenés el privilegio como tengo yo de representar a la Argentina o representar a tu provincia, te da muchísima cultura. En cuanto al fútbol ciego para mí es muy apasionante. Verlo te genera mucha pasión porque es como ya de por sí vos ves la pelota y decís, «Ay, ¿cómo hacen?”. Pero hay veces que nosotros somos más rápidos y también sorprendemos por cómo encontramos la pelota. Yo invito a todos siempre a que se acerquen a verlo y que si les interesa, participen de la actividad porque realmente es algo muy lindo que te da muchas cosas. Para una persona con discapacidad en dejar el bastón del otro lado de la valla y ponerte a correr, te genera una libertad increíble.

 

Cabo Verde clasificó al Mundial y se festejó en Dock Sud

Cabo Verde clasificó al Mundial y se festejó en Dock Sud

La comunidad caboverdiana llegó al país hace más de noventa años y aún mantiene viva su identidad y su historia. Los futbolistas argentinos que podrían integrar la selección africana.

Ya se habían cumplido los 90 minutos reglamentarios en el Estadio Nacional de Praia cuando los jugadores de Cabo Verde decidieron buscar el tercer gol, el que certificara que la tarde de fiesta también sería de goleada. Luego de un remate atajado y una serie de rebotes, Stopira, símbolo de la Selección -que a sus 37 años volvió del retiro para ayudar a su equipo a cumplir su objetivo-, metió la pelota adentro del arco. Cabo Verde le había ganado 3-0 a Esuatini (ex Suazilandia) y se había clasificado al Mundial de Fútbol por primera vez en su historia. Las imágenes de los festejos recorrieron el planeta: se trata del país más pequeño que va a disputar el torneo más importante del mundo. Lo que en ese momento poco se sabía es que, a unos 6.900 kilómetros, en Argentina, también hubo una celebración por parte de toda una comunidad.

Javier Andrigo es hijo de una mujer caboverdiana y vicepresidente de la Sociedad de Socorros Mutuos “Unión Caboverdeana” de Dock Sud. Fundada por un grupo de inmigrantes del archipiélago en 1932. Es, junto a su par de Ensenada, “la asociación más antigua de la diáspora africana a nivel mundial”, según su página web. Andrigo explicó que “empezó como una sociedad de ayuda, una mutual para los socios, en principio para los caboverdianos y después para todo aquel que se quiera asociar”.

A lo largo de casi un siglo de historia la institución se destacó por realizar distintos proyectos y actividades, y de recibir visitas ilustres como la de José Maria Neves (actual Presidente de Cabo Verde y por entonces Primer Ministro) o de la cantante Cesárea Évora. A su propósito solidario hoy también se incorporó la lucha en contra de la discriminación “como otra base fundamental en la lucha por los derechos humanos”, según sostuvo Andrigo. Entre algunas de sus acciones se dirigió el proyecto “Apoyo a la población afroargentina y sus organizaciones de base”, se realizaron los festivales “Argentina Negra” y contribuyeron en la aplicación de una primera pregunta sobre origen afrodescendiente en el Censo de 2010. Además, anualmente se llevan a cabo distintas actividades en la Sociedad. “El 20 de enero hacemos un homenaje a Amilcar Cabral, que es el San Martín de Cabo Verde”, declaró Andrigo y agregó: “Después en abril, en mayo, en julio, en agosto y en octubre hacemos una comida típica que se llama cachupa, una especie de guiso o de locro”.

“Cabo Verde es un pueblo bastante sufrido, pero peleador y, como dijo un amigo de allí, un pueblo que tiene alas en los pies”, manifestó Andrigo. Esta última frase hace referencia a la tendencia migratoria de su gente. El archipiélago ubicado en pleno Océano Atlántico tiene aproximadamente 500.000 habitantes, pero se calcula que en el exterior hay al menos entre 1.500.000 y 2.000.000 de caboverdianos, tanto nativos como descendientes. Javier señaló: “El país está compuesto por diez islas, de las cuales nueve son habitadas y una funciona como reserva natural. Se dice que la diáspora es la isla número once”. Y, mostrando otro ejemplo de la importancia de este fenómeno, señaló: “El mayor porcentaje del PBI es por el turismo. Y el segundo es por las remesas que mandan los caboverdianos a su tierra de origen. Con lo cual es un pueblo muy colaborador, por llamarlo de alguna manera”.

Las causas de esta gran migración son variadas. La economía, los conflictos bélicos durante su independencia en 1975 y los desastres naturales, que siguen afectando a la zona aún en nuestros días. “Puede haber períodos de sequía muy prolongados. En la década de1930 no llovió por diez años, en los 40 no llovió por cinco. Eso hacía que la gente emigrara, porque de todo lo que sembraban no salía nada”, comentó Andrigo y detalló que ahora el fenómeno es opuesto: “Los huracanes que terminan en el Caribe o en la costa este de Estados Unidos, principalmente comienzan en la parte oeste de Cabo Verde. Con el cambio climático, hace dos meses hubo una lluvia tropical muy fuerte, en una de las islas, particularmente en una de las ciudades más grandes hizo desastres”.

Hablando de este último caso, destacó los avances de la tecnología en los últimos años a la hora de generar un mayor vínculo y contacto con el archipiélago: “Nosotros nos enteramos a las horas, cuando antes, a menos que nos llegara un diario de allá que trajera alguno por una encomienda, no te enterabas de esas cosas. Ahora estamos más al tanto de toda la realidad que se está viviendo hoy en Cabo Verde, y eso hace que se sienta más identificación”.

La diáspora caboverdiana en Argentina tiene su vínculo aparte con el fútbol. El más resonado en los últimos días es el de Adriano Custodio Mendes, jugador nacido en Praia, la capital, y que llegó a Argentina para jugar en el Estudiantes de Carlos Bilardo a principios de la década del 80, además de también recalar en Temperley, Chacarita y San Martín de Tucumán. Sin embargo, Andrigo expuso otros casos de jugadores con ascendencia caboverdiana que se destacaron en el país: “Está José Ramos Delgado, hijo de padre caboverdiano, que jugó en Lanús, en River, en el Santos de Pelé y en la Selección argentina. Luego tenemos a Abel de Graca, que jugó en Deportivo Cali, en Colombia, pero también en Almagro, en Lanús, y en Los Andes, donde una tribuna de la cancha lleva su nombre”. Además, agregó un caso actual y poco conocido, el de Ayrton Costa. El defensor de 26 años surgido en Independiente y que juega en Boca es nieto de un caboverdiano y “si él quisiera, podría hacerse la nacionalidad y ser convocado para jugar en la Selección”.

La clasificación mundialista fue inesperada, aunque representa la culminación de un fuerte proceso que se llevó a cabo desde las altas esferas para elevar el nivel competitivo de la Selección. Justamente, este consistió en no desaprovechar la diáspora, ya que en años anteriores se destacaron muchos jugadores de su ascendencia alejados de su conjunto nacional, como Nani (campeón de Europa e histórico ladero de Cristiano Ronaldo en la Selección de Portugal) o Patrick Vieira (campeón del mundo con Francia en 1998). Es por eso que, en un país que hace 20 años no contaba con futbolistas profesionales, se decidió contactar a través de plataformas como Linkedin a futbolistas nacidos en el continente europeo para reforzar al equipo.

Si bien el nuevo mundial de 48 equipos da oportunidad a países más débiles históricamente de meterse a su primer gran torneo (en África los cupos pasaron de cinco a nueve), lo cierto es que Cabo Verde alcanzó esa instancia muy anticipadamente. Compitió mano a mano con una de las potencias del continente, Camerún, la selección africana con más participaciones mundialistas (8) y que cuenta con jugadores de élite. Aunque fue goleado en Yaundé, en Praia logró un triunfo claro contra los “los leones indomables” a falta de dos fechas para el final. Luego rescató un empate en Libia y logró celebrar frente a toda su gente ante Esuatini. “Toda la comunidad está muy contenta con esta clasificación, porque le da visibilidad, no solo a la sociedad que está en Argentina, sino también a Cabo Verde como destino turístico, algo que va favorecer mucho a la economía local y a su gente”, celebró Andrigo.

Sin duda la participación de los apodados “tiburones azules” genera mucha expectativa. Entre los futboleros por lo singular del hecho, pero aún más en la comunidad. “Si bien hay tres países que son sedes (Estados Unidos, México y Canadá), cuando le toque en la costa este va a haber muchos caboverdianos en la tribuna, por la enorme diáspora que hubo allí. Van a jugar de local”, estimó Andrigo. Desde Argentina, él y el resto de nativos y descendientes esperan que alguno de los tres partidos de la fase de grupos sea en un fin de semana: “Así hacemos la cachupa y después vemos el partido en nuestra institución”.

Los bicialentadores

Los bicialentadores

Tres amigos entrerrianos partieron en bicicleta para llegar al Mundial de Fútbol de Estados Unidos para alentar a la Argentina. Pedalearán 10.000 km para emular una experiencia que ya realizaron para Rusia 2018 y Qatar 2022.

El fútbol despierta pasiones capaces de mover multitudes. En el caso de Vicente Conculini, Yamandú Martínez y Juan Miguel Silio, esa pasión los mueve sobre dos ruedas: decidieron emprender un viaje en bicicleta que los llevará desde Argentina hasta Estados Unidos, para alentar a la Selección nacional en el Mundial 2026.

Oficializado el ranking FIFA, la Selección Argentina de fútbol masculino aguarda en el tercer puesto a que comience la competencia deportiva más vista a nivel mundial. Luego de dos años y medio de liderar esa tabla, la caída por la mínima ante Ecuador en el último partido de Eliminatorias modificó la posición del equipo de Lionel Scaloni que, no obstante, encabezó con holgura la clasificación sudamericana.

Tres amigos conforman un equipo que une kilómetros de ruta con el mismo sueño que comparten millones de argentinos: volver a ver a la Scaloneta en lo más alto. “Hace 25 años que practico el cicloturismo”, comenta Miguel Silio, proclamado por sus compañeros como el líder del grupo por su vasta experiencia. “Ya llegué a Moscú en 2018 y a Qatar en 2022, pero ahora quiero cumplir el tercer intento y llegar en bici hasta Estados Unidos”.

La travesía no es solo deportiva. En cada parada, los tres ciclistas se nutren de la cultura y la gente de los lugares que visitan. Conculini lo resume así: “Llegar al Mundial es como la frutilla del postre, pero el camino en sí es lo más importante: conocer gente, paisajes, convivir y superar el desgaste físico y mental. El Mundial será la fiesta final, pero no es todo, es el cierre de un viaje enorme”.

Los desafíos aparecen en cada tramo. Desde las montañas que tanto le cuestan a Martínez —“soy pesadito, las subidas me matan”— hasta el temido Tapón de Darién, la selva que separa Sudamérica de Centroamérica. “La idea es cruzarlo en lancha, porque en avión no queremos. Serán dos días navegando entre Colombia y Panamá”, anticipan los tres ciclistas amigos desde el Chaco Paraguayo, donde se encuentran al momento de esta entrevista virtual.

La logística tampoco es sencilla. Viajan en bicicletas especialmente diseñadas para largas distancias, equipadas con alforjas para cargar lo indispensable, como ropa y provisiones. “Sólo en Europa existen caminos pensados para el cicloturismo. Acá tenemos que convivir con camiones, autos, motos y animales. Siempre buscamos rutas más tranquilas, pero muchas veces hay que enfrentar el tránsito pesado”, explica Silio.

El viaje también es un aprendizaje personal y colectivo. “Esto es un grupo, y como tal tenemos diferencias entre los integranes. El desafío es sortear los momentos difíciles y llegar íntegros, sin perder la amistad”, reflexiona Martínez. Para Conculini, la experiencia significa “introspección, conocerse a uno mismo y a los otros”.

Por primera vez, a pesar de sus experiencias previas recorriendo el mundo en bicicleta, Silio decidió compartir el recorrido en redes sociales (@enbiciandoalmundo). “Siempre viajé para mí, sin fotos ni publicaciones. Pero en este viaje sentimos la necesidad de dar visibilidad. No sé si la exposición te da más seguridad, pero sí la sensación de estar acompañado”.

El viaje de los tres amigos que empezaron a pedalear el 17 de agosto fue declarado de interés provincial oficialmente por la Cámara de Diputados de la provincia de Entre Ríos. Al cierren de esta nota ya habían llegado a Tarija, Bolivia, con el aliento de cientos de seguidores de una travesía diseñada para esperar el mundial.

La Selección fantasma

La Selección fantasma

El equipo nacional de fútbol femenino obtuvo el tercer puesto en la Copa América con una actuación histórica. Sin embargo, el canal estatal no televisó los partidos, le quitó lo sponsors y los medios privados casi ignoraron el tema.

La árbitra pitó el final en la Casa Blanca, el estadio más grande de Ecuador. Las tribunas semivacías fueron testigo de cómo Argentina había hecho un enorme partido, pero no había podido doblegar a la favorita Colombia en las semifinales de la Copa América 2025. Era la hora de los penales. En nuestro país no mucha gente estaba pendiente de la inminente definición, ya que la TV Pública, el principal medio de difusión de los partidos del conjunto nacional, estaba transmitiendo la película Robocop 2.

Mientras en el filme protagonizado por Peter Weller, el cyborg mitad máquina-mitad humano salvaba a la ciudad de Detroit, en Quito la tanda se iba hasta la muerte súbita. Finalmente, el fallo de Eliana Stábile –lateral de Boca Juniors– le dio la clasificación a la final al conjunto cafetero. Las jugadoras albicelestes se fueron conformes con el rendimiento mostrado, y tuvieron una breve revancha unos días después, cuando Kishi Núñez convirtió, con suspenso, su penal y aseguró el tercer puesto ante Uruguay tras el 2-2 en los 90 minutos. Además, se obtuvo la clasificación a los Panamericanos 2027 y la chance de pelear por un cupo para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028. Todo esto, nuevamente, con mínima repercusión en los medios tradicionales.

“Esta Copa América ya no fue solamente garra, corazón, viveza, sino que hubo un crecimiento futbolístico”, sentenció Micaela Cannataro, periodista de FutFemGol, y agregó: «El partido contra Colombia fue uno de los mejores del ciclo Portanova (iniciado en 2021). Sin dudas fue una actuación histórica. Más allá de la derrota por penales, Argentina en sí en los 90 minutos no perdió ningún partido. Ganó todos los de fases de grupos, algo que no ocurría desde 2006”. Este ascenso futbolístico se puede explicar a partir de una serie de cambios que se dieron a finales de la década pasada, de la mano del ascenso y la consolidación de las luchas feministas en el debate público. Una de estas transformaciones fue la decisión de la Asociación del Fútbol Argentino de profesionalizar el fútbol femenino en 2019. Además, surgió una sólida camada de jugadoras que lograron clasificar a los últimos dos mundiales.

Sin embargo, las jugadoras de la Selección también fueron las voces de varios reclamos. “No hace mucho tiempo jugadoras referentas como Lorena Benítez o Laurina Oliveros renunciaron por las condiciones que le daba la AFA a todo el plantel, por las herramientas que no se les estaban dando”, expuso Cannataro, que enfatizó que esa situación “demostró que todavía hay peleas por dar” y que si bien hubo un crecimiento “es el que le exigimos a una asociación como la AFA”.

Uno de estos reclamos fue por la falta de visibilización, en parte fomentada por el conjunto de la AFA, los medios deportivos más grandes y el gobierno nacional. La falta de compromiso de este último puede evidenciarse en la retirada de sponsors estatales, como YPF, y la decisión del canal de televisión oficial de no transmitir los partidos, a pesar de lo dictado por la Ley 25.342, del año 2000, que establece que los titulares de los derechos de transmisión de cotejos donde participe la Selección en torneos organizados por FIFA o CONMEBOL (como la Copa América) deberán comercializarlos garantizando la llegada de dichos encuentros a todo el territorio nacional. Si bien en el fútbol masculino los derechos también pertenecen al canal de aire Telefé, logrando de alguna manera el alcance requerido, la emisión del torneo femenino quedó a manos de DSports, perteneciente a DirecTV, sin permitir que usuarios de otros cableoperadores puedan ver la competición.

A este cambio de paradigma de la transmisión de los partidos se suma otro problema que aquejó a la difusión, la notable ausencia de medios para cubrir el campeonato in situ. FutFemGol fue el único medio argentino que viajó a Ecuador. Cannataro confesó: “Fue un desafío enorme. Nos llenó de orgullo, pero también de tristeza porque queremos que haya más medios para darle mayor visibilidad a la Selección, al evento en sí”. Allí fue donde una de nuestras figuras, Florencia Bonsegundo, aseguró que “hay gente que todavía no está enterada de que estamos jugando una Copa América”.

Para detallar las razones de este desinterés, Cannataro habló de dos variables. “Para los medios autogestivos es una inversión importante de dinero, hay que conseguir sponsors y armar todo un viaje para poder estar. Por ese lado entiendo, es complicado. No podemos negar la situación del país”, precisó. Por otro lado, al hablar de los medios hegemónicos, que sí cuentan con recursos, directamente resaltó la “falta de interés total”, que se ve incluso en el resto de eventos que tiene la selección: “Ni siquiera hay cobertura cuando Argentina juega una fecha FIFA en el país, algo que ni requiere viajes o este tipo de inversión. Entonces es eso, falta de interés y no tener al fútbol femenino en agenda”.

La problemática de la visibilidad del fútbol femenino también se expande al resto del continente, algo que quedó evidenciado en este último mes. Es que al mismo tiempo en Suiza se celebró la Eurocopa 2025, con un éxito sin precedentes en el certamen del viejo continente, casi a la par de lo que son los mundiales. El contraste entre ambos fue evidente y aún más perjudicial para el hemisferio sur. Los estadios se encontraron prácticamente vacíos en todos los partidos, ya que según Cannataro “los horarios impedían a la gente acercarse”. Las paupérrimas condiciones de los centros de entrenamiento, la falta de VAR en la fase de grupos, la no posibilidad de entrar en calor en los estadios y la mala organización con respecto a la prensa, fueron algunas de las quejas que expusieron jugadoras, entrenadoras y periodistas. Mientras tanto, en Europa se rompieron récords de público, incluso en Suiza, país sin tradición futbolística ni una selección fuerte. Casi medio millón de personas asistieron a los estadios, y los partidos rompieron récords de audiencia, acompañados de una gran cobertura mediática a la par de los grandes eventos masculinos. Los casos más importantes fueron los de Inglaterra y España, campeón y subcampeón respectivamente, que experimentaron un enorme crecimiento futbolístico en los últimos 15 años, hasta transformarse en las mejores selecciones del planeta. En ambos casos, fueron las señales estatales (BBC, RTVE) las que transmitieron sus encuentros, liderando el rating, e incluso hubo pantallas en las calles para ver las fases finales.

La falta de transmisión abierta, la escasa cobertura periodística y el manifiesto desinterés del gobierno nacional dejan en claro que el crecimiento deportivo del fútbol femenino en Argentina no está bien acompañado por un compromiso institucional ni mediático. Mientras en otros rincones del mundo el furor va en aumento, en Argentina se sigue jugando un partido por una mayor relevancia y apoyo en todas las esferas.

El difícil camino del deportista paralímpico

El difícil camino del deportista paralímpico

¿Cómo llega una persona con discapacidad a representar al país en una competencia atlética? ¿Cuaánto les aporta el Estado? ¿Y los privados? Aquí dos experiencias responden los interrogantes.

En los Juegos Paralímpicos de París del año pasado, la delegación argentina coronó una de sus mejores participaciones al lograr superar lo cosechado en los juegos de Tokio 2020. Detrás de esta histórica intervención se encuentra la dedicación y el entrenamiento de alto rendimiento de paradeportistas que a pesar de su discapacidad le dedican varias horas de la semana a prepararse para dejar al país en lo más alto. Hablamos con la bochista adaptada Stefanía Ferrando y el para-atleta Brian Impellizzeri, abanderados en la ceremonia de clausura en la ciudad de las luces, para conocer sobre la preparación para competir en el alto rendimiento.

El deporte siempre estuvo presente en sus vidas. En el caso de Stefanía de 34 años, oriunda de Gualeguay, provincia de Entre Ríos, comenzó a nadar para su rehabilitación debido a su atrofia muscular espinal de nacimiento y buscando como alternativa un deporte que pudiera hacer durante todo el año se encontró con bochas adaptadas en el 2016. Al año siguiente ya estaba participando de su primer torneo nacional y en el 2018 ya representaba al país con la selección nacional de bochas adaptadas.

Mientras que Brian de 26 años, quien sufrió una hemiplejía del lado izquierdo al nacer, realizó diferentes deportes desde chico hasta que en  2017 conoció a su actual entrenador, Matías Arroyo -el mismo que entrena a la atleta Yanina Martínez medalla de oro en Tokio 2020- y se involucró con el atletismo destacándose en salto en largo. Ese mismo año se integró a la selección nacional de la disciplina y represento al país por primera vez en un torneo en Brasil.

Para competir en el alto rendimiento los atletas dedican varias horas de la semana a entrenar y lo combinan con otros ejercicios para prepararse de la mejor manera cuidando su salud. “Me levanto temprano, desayuno y a partir de la 1 de la tarde nos encontramos en la pista de atletismo para entrenar, dependiendo del día y la carga de trabajo, entre una y tres horas. Además, complementamos con trabajo de kinesiología preventiva, gimnasio todos los días y nutricionista”, cuenta Brian, que entrena en el Estadio Municipal de Rosario

Por su parte,  Stefanía, quien entrena en el Centro Bancario de Gualeguay, al lado de su casa, dice: “También tenemos el entrenamiento invisible, miramos rivales y los analizamos. Y tenemos la parte psicológica en la que hacemos terapia. Aparte de lo deportivo y lo laboral, voy a terapias, hago kinesiología dos veces por semanas, natación dos veces por semana y terapia ocupacional dos veces por semana”.

Además de destinar varias horas al entrenamiento se dedican a otras actividades. En el caso de Stefanía trabaja como community manager manejando cuentas sociales de empresas y emprendimientos. Mientras que Brian devuelve un poco de lo que le dieron junto a su entrenador. “Hoy tenemos una escuela de desarrollo de atletismo adaptado junto con mi entrenador, Martín Arroyo, en la ciudad y tenemos un grupito de chicos que vienen a entrenar tres veces a la semana”, explica.

Para su preparación, entrenamiento y participación en competencias de alto rendimiento los atletas de deportes adaptados y sus entrenadores reciben una ayuda económica de parte del ENARD ( Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo) y la Subsecretaría de Deportes por medio de la asignación de una beca.

Los paradeportistas de alto rendimiento que acceden a una beca son aquellos quienes representan al país en las especialidades y pruebas del calendario Paralímpico y ParaPanamericano que hayan alcanzado o proyecten alcanzar un objetivo, según se detalla en el Sistema de Otorgamiento de Becas 2024 publicado por el ENARD. Asimismo, los paradeportistas que acepten la beca deben cumplir con ciertas obligaciones.
 Los objetivos son definidos entre las Federaciones Nacionales, a las cuales los deportistas deben estar afiliados, fichados o registrados como una de las condiciones para acceder a la ayuda económica, junto con el ente nacional. Según su logro reciente un deportista o grupo puede acceder a una de las dos becas conforme su nivel.

El valor de cada asignación varía según el tipo y el nivel de beca a la que acceda el paradeportista, siendo la beca Paralímpica de Excelencia la más alta con un valor de 689.907 pesos y la más baja la beca ParaPanamericano sudamericano con 275.963.

Asimismo, cuando los paradeportistas viajan a representar al país en competencias internacionales, como por ejemplo mundiales, parapanamericanos o paralímpicos, los gastos también son cubiertos en su totalidad por el ente nacional y la Subsecretaría de Deportes. Sin embargo, en los torneos nacionales hay costos que son cubiertos por los propios paradeportistas como también sucede con los viajes de concentración mensual que realizan algunas disciplinas.

En el caso de Stefanía y Brian perciben una Beca Excelencia Paralímpica por haber logrado medallas en los últimos Paralímpicos de París 2024. La bochista entrerriana, avanzó de una Beca de Excelencia Panamericana a una de Excelencia Paralímpica al haber conseguido la primera medalla de bronce junto a su compañero Rodrigo Romero en la categoría BC3 pareja mixta en bochas adaptadas. Mientras que el atleta rosarino sigue manteniendo su beca de Excelencia Paralímpica al lograr nuevamente el podio con su primera medalla dorada en salto en largo categoría T37.

La ayuda económica debería cubrir los gastos de los deportistas como los traslados locales y nacionales para entrenamiento y concentración, para renovar o mantener el equipo personal o la vestimenta que utilizan para entrenar o competir, alquilar instalaciones o servicios no contemplados por los organismos públicos e inversiones para la formación personal de los atletas, entre otros. Sin embargo, la realidad es que la beca no alcanza para cubrir la totalidad de los gastos. “Nos alcanza solo para comprar el material deportivo” cuenta Stefanía. 

En cuanto a la posibilidad de conseguir financiamiento del sector privado, a través de sponsor, que sirva de complemento a la beca es difícil. “Yo he pedido sponsors, pero la verdad, nunca tuve una respuesta favorable. Es difícil hasta para los olímpicos, siendo que  tienen más visibilización que nosotros”,  dice Stefanía. Sin embargo, Brian pudo conseguir un patrocinador. “En el último tramo se sumó Sonder una marca de ropa de Rosario, como sponsor, pero finalizamos el contrato ahora en diciembre”.

Campeón mundial de la solidaridad

Campeón mundial de la solidaridad

De chico, conoció lo que es pasar hambre. A los 27 años llegó a la cima del boxeo profesional al conquistar el título mundial de los medianos. Hoy, Jorge “Locomotora” Castro le sigue “dando pelea a la vida” distribuyendo alimentos a las personas que más lo necesitan. El año que viene quiere ser candidato.

Desde el comienzo de la pandemia, en 2020, el legendario exboxeador Jorge Fernando Castro (57), más conocido como “el Roña” o “Locomotora”, se propuso ayudar a los vecinos de su barrio con una olla popular, donde la gente pudiera ir a buscar su vianda de comida todos los días.

El proyecto solidario del excampeón mundial de los medianos empezó en la vereda de su gimnasio –que abrió hace ocho años–, ubicado en la calle Eva Perón 4730 de Temperley, zona sur del conurbano bonaerense, y fue creciendo desde entonces.

Actualmente, Locomotora Castro sigue con la entrega de mercadería y provee a 14 comedores de los alrededores de Lomas de Zamora a los que asisten cientos de personas.

No lo hace solo. Lo acompaña su equipo de colaboradores, todos muy cercanos: familiares y amigos, que lo apoyan desde el primer día, cuando, ante la falta de trabajo e ingresos provocada por el confinamiento de la pandemia, Locomotora se convirtió en la cara visible de la iniciativa. Él mismo cocina junto con su gente y se encarga de la entrega de mercadería.

“Esta gente que viene a buscar comida a mi gimnasio no debería estar pasando hambre, ni pelearse por un paquete de fideos –afirma el expúgil en diálogo con ANCCOM–. En la pandemia no podíamos salir, no había trabajo. Pero ahora, que ya salimos todos a trabajar, a la gente no le alcanza ni para comprarse un kilo de carne”.

“Como dice Milei, ‘no hay plata’, pero la gente la está pasando muy mal, no tiene para comer, tiene hambre, mucha necesidad, no les alcanza para vivir y es una realidad triste que vemos acá todos los días”, señala. 

El excampeón mundial cuenta entre sus principales proveedores al Mercado Central y fábricas, que donan mercaderías y verduras para que su proyecto solidario siga adelante y cientos de familias carentes de recursos –que no reciben ninguna ayuda del gobierno nacional– accedan a un plato de comida.

Las entregas de mercaderías se realizan tres veces por semana, con un número previo que se da los martes por la mañana, y se forman largas filas de personas en busca de ayuda.

Jorge “Locomotora” Castro, oriundo de Caleta Olivia, provincia de Santa Cruz, tuvo una infancia humilde y la oportunidad de conocer el mundo del boxeo. Así, a los 14 años, según relata, su vida cambió. Trece años después, en 1994, se transformó en campeón mundial mediano de la Asociación Mundial de Boxeo, en una recordada pelea frente al estadounidense Reggie Johnson, hasta allí dueño del título.

En su carrera profesional, de un total de 144 peleas, Locomotora acumuló 130 victorias, 90 por nocaut, 11 derrotas y 3 empates. “Para mí las derrotas significaron aprendizaje, superación, no solamente en el boxeo, sino también a lo largo de mi vida, y continúo dando pelea a la vida misma”, expresa.

Figura sobresaliente del deporte argentino en los años 90, cuenta de dónde le vino el apodo de “Roña”: “Desde chico era muy peleador, un peleador callejero que luego incursionó en el ámbito deportivo, primero para ganar plata, y que más tarde, con el tiempo, se desarrolló boxísticamente de manera profesional”.

Su vida antes del boxeo fue muy dura, y esto no lo olvida. “Dios me dio la posibilidad de poder ayudar a la gente. Lo voy a seguir haciendo mientras tenga vida. Me hace bien y es como devolver a la vida un poquito de lo que la vida me dio”.

El próximo año, anticipa, va a presentarse como candidato a concejal del peronismo en Lomas de Zamora.

Mientras Locomotora conversa con ANCCOM, Epifanio, un vecino que se acerca desde el principio a buscar mercadería, saluda y aprovecha la oportunidad para transmitir su bronca: “Es una vergüenza lamentable que la gente esté pasando hambre en un país tan rico como lo es Argentina. Me siento indignado y estafado”.

Quizá para demostrar que desde la política se puede mejorar la vida de la gente, hace unos años que Locomotora Castro trabaja en el Ministerio de Desarrollo de la Comunidad bonaerense, donde pone su toda experiencia deportiva al servicio del crecimiento del boxeo en la provincia.

El próximo año, anticipa, va a presentarse como candidato a concejal del peronismo en Lomas de Zamora, y desde ese lugar, dice, intentará seguir ayudando a más gente en situación de pobreza. Piensa continuar yendo a su gimnasio todas las semanas, donde los jóvenes que allí entrenan lo hacen por recreación, no de manera competitiva.

“Hoy no hay un referente del boxeo argentino”, opina Locomotora, y esto se debe también –dice– a la falta de apoyo del Gobierno. A través del deporte se puede sacar a los jóvenes de las adicciones, sostiene. No se considera ejemplo de nada. Su deseo simplemente es seguir ayudando a las personas. Es padre de 15 hijos, con distintas parejas, y todavía cree, como cuando era boxeador, que todo puede cambiar si uno se lo propone.