Más chicanas que propuestas

Más chicanas que propuestas

Con fuertes cruces, propuestas pobres y dispares, los 17 candidatos a ocupar un cargo en la legislatura porteña debatieron en el Canal de la Ciudad antes del 18 de mayo. En la previa al ingreso al canal el asesor presidencial Santiago Caputo, increpó a un fotógrafo que lo quiso registrar.

A menos de tres semanas de las elecciones legislativas en la Ciudad de Buenos Aires, los 17 candidatos que competirán por un lugar en la Legislatura porteña debatieron este martes en el Canal de la Ciudad. El intercambio que estuvo dividido en cuatro bloques, dejó expuestas las profundas diferencias políticas, fuertes cruces y discursos que apelaron tanto a la confrontación como a la unión ciudadana.

El evento fue moderado por Damián Glanz y Brenda Brecher y se transmitió en vivo desde las 20.00. A lo largo de la noche, los postulantes expusieron sus ideas y respondieron preguntas de sus adversarios, aunque en muchos casos las respuestas derivaron en chicanas y confrontaciones personales.

Leandro Santoro (Unión por la Patria) cargó contra el oficialismo: “Podemos decirle basta a los mercaderes del odio”. En la misma línea, Lula Levy (Evolución) llamó a «frenar con la crueldad del gobierno nacional y la frialdad del local».

Desde el oficialismo nacional, Manuel Adorni (La Libertad Avanza) insistió en que “la única forma de parar esto es siguiendo el camino de Javier Milei”. Y remató: “Este 18 de mayo es libertad o kirchnerismo”. Su participación fue una de las más polémicas: evitó responder preguntas clave como la relacionada a la coparticipación y arremetió contra sus rivales con ironías: “Que un zurdo me llame ‘ñoqui’ es un mimo al alma”.

En la vereda opuesta, el candidato del Frente de Izquierda y de los Trabajadores, Luca Bonfante, fue directo: “Soy zurdo, soy socialista, todo lo que odia este gobierno. Me alegra que haya venido Adorni, porque hoy es su día, el día del ñoqui”.

Juan Manuel Abal Medina (Seamos Libres) sostuvo que el objetivo es “armar un proyecto para derrotar definitivamente este modelo siniestro”, mientras que Paula Oliveto (Coalición Cívica ARI) reclamó más compromiso social: “El odio después derrama en nuestra sociedad. Si odiamos al otro, la consecuencia es violencia”.

Ramiro Marra (Unión del Centro Democrático) se centró en la seguridad: “Los fisuras nos pueden matar en un minuto, los trapitos son una mafia. La batalla cultural legislativa es importante. Tolerancia cero”. En tanto, Yamil Santoro (Unión Porteña Libertaria) enfatizó: “Soy el único libre, al que nadie le levanta el teléfono. Yo tengo un único jefe que sos vos”.

En su intervención, Ricardo Caruso Lombardi (MID) apeló a su historia en el fútbol y cuestionó a la clase política: “La política es como el fútbol. Si hablás mucho y no hacés nada, no sirve”.

Otras voces se sumaron con críticas al sistema político y llamados a la renovación. Mila Zurbriggen (El Movimiento) acusó a las generaciones anteriores de dejarles “un futuro con precarización laboral”. Eva Koutsovitis (Confluencia) denunció que “los legisladores rifan nuestros derechos” y pidió cambiar la lógica de poder en la ciudad.

Desde el Frente Patriota Federal, César Biondini definió la contienda como un dilema entre “nacionalismo o más de lo mismo”. Alejandro Kim (Principios y Valores) pidió votar “peronismo”, criticando a los “productos de empresas marquetineras”.

Las propuestas legislativas también estuvieron en el centro del debate. Santoro habló de revisar los contratos de basura y concesiones irregulares, mientras Adorni insistió en reducir el gasto político. Lula Levy propuso sala de tres obligatoria y plus para docentes en escuelas vulnerables. Abal Medina planteó una ley de integración de barrios populares y beneficios para pymes.

Con este debate, el escenario quedó definido de cara a los comicios del próximo 18 de mayo, en una ciudad que busca recomponer su rumbo político entre múltiples propuestas, viejas disputas y nuevas voces que intentan hacerse lugar en la Legislatura.

Párrafo aparte merece la antesala al debate cuando el asesor presidencial Santiago Caputo, increpó a un fotógrafo que lo quiso registrar cuando le tomaba fotos. Caputo se le acercó a Antonio Becerra, fotorreportero de Tiempo Argentino, tomó su credencial con sus datos personales y la fotografió mientras con mirada penetrante le reiteraba “sos un desubicado”.

 

Nuevo aniversario del genocidio armenio

Nuevo aniversario del genocidio armenio

Con una marcha hasta la residencia del embajador turco, la comunidad armenia de la Argentina exigió el reconocimiento del genocidio y la liberación de los presos en Artsaj.

Este jueves se cumplieron 110 años del genocidio armenio. Como todos los años, los integrantes de ese pueblo que residen en Argentina marcharon desde la Facultad de Derecho hasta la vivienda de quien hoy ocupa el cargo de embajador turco, en Avenida Figueroa Alcorta y Ortiz de Ocampo, para exigir el reconocimiento del crimen por parte de la República de Turquía. Pero, desde 2023,el reclamo también incluye el retorno con garantías de los armenios expulsados a Artsaj (Nagorno Karabaj), y la liberación de presos políticos en Bakú, Azerbaiyán.

El 24 de abril de 1915, el Imperio Otomano, del cual Armenia formaba parte, decidió llevar adelante una serie de medidas de “reubicación” de los armenios, bajo la idea de que el pueblo con el que habían convivido tantos años, se había vuelto una amenaza en el contexto de la invasión rusa durante la Primer Guerra Mundial. Acusados de levantarse y haber apoyado a Moscú, los armenios fueron obligados a dejar sus hogares y a caminar cientos de kilómetros hasta Siria, en las llamadas “caravanas de la muerte”. Muchos de los que lograron sobrevivir al hambre, a la sed y a la violencia de los soldados otomanos, fueron asesinados al llegar a destino. Sobrevivir al desierto era solo una parte del horror. Posterior a la migración forzada, se ejecutó la destrucción del patrimonio intelectual, espiritual y arquitectónico del pueblo ancestral, además de expropiarse las tierras que fueron categorizadas como abandonadas. La persecución buscaba eliminar todo rastro de su cultura. Reconocer el genocidio implicaría una gran cantidad de medidas reparatorias que Turquía no quiere y no tiene intención de afrontar. 

María Rosa Krikorian tiene 82 años y espera pacientemente a que se inicie la marcha convocada para las19 horas. “Perdí a mis abuelos en el desierto y mi mamá tenía tres años cuando eso pasó. Estuvo hasta los quince años en un orfanato en Beirut. Después, a los quince, se vino para acá con los hermanos. Mi papá vino con una hermana y con el cuñado. A la hermana y al cuñado no les gustó y se volvieron. Esa es otra etapa del dolor, porque se volvieron pensando que iban a poder vivir en Armenia, los mandaron a Siberia, se sufrió todo eso”, cuenta.

“Ya somos pocos los hijos directos de los sobrevivientes. Ellos contaban muchas cosas y sentías el dolor de ellos. Ahora te queda esa bronca, esa impotencia… de no poder hacer nada”, agrega. Sus padres fueron siempre muy activos en la comunidad y ella mantuvo esta actividad junto con su marido, también de origen armenio. A la marcha concurrió con sus nietos. “Muchos dicen: ‘Después de tantos años, ustedes siguen con lo mismo…’ Y…sí, no olvidarnos. Los reclamos son los que valen. No importa si ganamos o no algo, pero hay que reclamar para que el mundo sepa”.

Mientras que los más jóvenes se reparten remeras y banderas, los más grandes se reúnen recordando la crueldad del pasado: “Mis bisabuelos fueron decapitados, y mi abuelo y uno de sus primos sobrevivieron porque se escondieron entre los muertos. Esa fue la barbarie”, declara Cristina Calajian. “Los turcos –continúa- quieren hacer creer que fue porque estaban en guerra, pero en realidad, Armenia es un pueblo con7000 años de historia. Hoy, existen en Turquía grandes obras arquitectónicas creadas por armenios, que fueron negadas o destruidas.” Y agrega:“Incluso, se encargaron de cortar nuestros apellidos quitando la última parte ‘ian’, que significa ‘hijo de’ y es característica de nuestro pueblo”.

A medida que la gente se concentra en las escalinatas de la Facultad, Carolina Khachadourian expresa con emoción: “Mi marido y yo venimos desde que somos muy chiquitos. Tenemos dos hijos adolescentes y justamente hoy recordábamos con mi hijo la foto de su primera marcha a los siete meses en cochecito”. Recordando su historia familiar agrega: “Mi abuela paterna era la última de nueve hermanos, fue la única que sobrevivió porque era bebé y la pusieron en una bolsa durante no sé cuánto tiempo. Los otros ocho hermanos fueron víctimas. Mientras que mis otros abuelos nacieron en Grecia, y en Siria porque sus padres habían sido exiliados”.

Con respecto a la consigna de la marcha, afirma: “Simplemente queremos que se reconozca esta atrocidad. Sobre todo, para que no vuelva a suceder, como está sucediendo. No solo ocurrió nuevamente en el 2023, sino actualmente. En 1915 no había comunicaciones y hace tiempo aceptábamos que el mundo no estaba enterado, pero no es el caso de este momento. Hoy, sabemos a través de las redes todo lo que está sucediendo y el mundo está mirando para otro lado”.

En 2020 Armenia y Azerbaiyán, país hermano de Turquía en lengua y etnia, entraron en conflicto armado en la frontera del Alto Karabaj y Nagorno Karabaj. Un enfrentamiento que duró 44 días. Pese a que esta región fronteriza pertenecía a lo que fue la República Soviética de Azerbaiyán, la población se reconoce étnicamente armenia. En 2017, Nagorno Karabaj se autoproclamó República de Artsaj, en referencia al nombre utilizado por la Gran Armenia siglos antes, renunciando a su denominación azerí. Después de tres años de que se acordara un alto el fuego, Azerbaiyán impulsó una contraofensiva que culminó con la toma de Artsaj, la rendición de sus autoridades y el exilio de su población a Armenia en 2023.

La marcha se desarrolló como se esperaba, las familias recorrieron las siete cuadras cantando y llevando sus banderas. Una vez allí, los esperaba un escenario en el que las agrupaciones juveniles presidieron el acto. El obispo primado de la Iglesia Apostólica Armenia, Aren Shaheenian, brindó los rezos correspondientes y dedicó algunas palabras al recientemente fallecido Papa Francisco, considerado amigo del pueblo armenio, y el primero en la Iglesia Católica en reconocer el genocidio.

Se cantaron los tres himnos, del de Argentina, el de Armenia, y el de Artsaj. Siendo Argentina, uno de los primeros países en reconocer la independencia de Artsaj. Luego de varios discursos, y agradecimientos de las agrupaciones presentes, se reiteró la necesidad de reconocer el Genocidio y se exigió el retorno de los artsajíesa sus tierras ancestrales, como así también la liberación de las autoridades presas en Bakú.

Federico Lomlomdijian, integrante de la Mesa Interjuvenil de la Comunidad Armenia (MICA), revelaba la forma en la que el conflicto más reciente afectó a la comunidad: “Fue algo que pegó muy duro acá, sobre todo por el contexto de pandemia en el que estábamos en nuestras casas y la capacidad de movilización estaba muy limitada. A pesar de eso, organizamos varias marchas para denunciar lo que estaba ocurriendo. Fue una limpieza étnica que intentó continuar lo que había empezado en 1915”.

Lomlomdijian también destaca a las ocho organizaciones juveniles que desarrollan actividades deportivas, artísticas y recreativas que refuerzan la armenidad. “Impresiona, y se siente muy cercano ver videos de pibes de nuestra edad, porque la mayoría de los que fueron a la guerra en 2020 tenían entre 18 y 25 años. Son pibes que perdieron sus vidas, sus sueños, sus familias, sus amigos… Es importante levantar la frente a pesar de los momentos duros que estamos atravesando. Se busca es que estemos tristes, que tengamos la moral baja, sin fuerza para seguir. Tenemos que combatir eso con la alegría de estar juntos, de estar acá, y de sostener nuestra cultura”.

15 años de televisión comunitaria y política

15 años de televisión comunitaria y política

Este año Barricada TV, símbolo de la televisión alternativa y autogestionada, llegó a los 15 años con una experiencia que deja huella en periodistas que piensan la comunicación desde la incidencia social y la construcción colectiva.

Lucía Maccagno camina en la absoluta oscuridad por el galpón lleno de máquinas y aluminio. No necesita linterna y conduce con paso firme hasta el ascensor. Desde hace 15 años repite el mismo recorrido. Llegó a Barricada en el 2010 como estudiante de la carrera de Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires, buscando un espacio donde lo audiovisual se cruce con la discusión política y militancia. El cuarto piso combina la dureza fría de los escombros de metal con los murales llenos de expresión y colores vivos que decoran las paredes, junto a los ventanales y plantas de interior. La fábrica de Industrias Metalúrgicas y Plásticas Argentina (IMPA), ubicada en Querandíes entre Rawson y Pringles en el barrio de Almagro, fue una de las primeras recuperadas por sus trabajadores en el año 1998. “Ellos lo que decidieron fue llenar este edificio de vida más allá de lo que era la cooperativa de trabajo. En esa sintonía instalaron un bachillerato popular, un centro cultural y abrieron solidariamente el espacio a un montón de experiencias, entre ellas la nuestra”, cuenta Lucía. El mural de Rodolfo Walsh da la bienvenida al estudio de televisión de Barricada TV.

Pensar en Barricada

“No hay día que nos levantemos y no estemos pensando en Barricada”, cuenta Ignacio Etchart sentado en el sillón rojo del estudio de televisión, rodeado de pantallas, cámaras y cables. Lleva puesta una remera con la tapa de Oktubre de Patricio Rey y sus redonditos de ricota, pero a diferencia de la estampa del disco original, el hombre de trazo grueso, mirada al cielo y boca abierta en un grito emancipador, no empuña una cadena rota sino un micrófono verde de Barricada TV. “La forma de trabajar con el tiempo rompió un poco la lógica de la cual venimos estructurados en el periodismo que piensa los roles más como estrellas, salir en cámara, hacer mi programa y tener mi canal. Esto rompe la lógica porque te obliga a pensarlo como un espacio realmente colectivo donde que funcione depende de vos y de tus compañeros y que hay un método mucho más solidario, muy diferente a lo que estamos acostumbrados”, expresa Ignacio. 11 años antes se bajaría por primera vez en la estación de subte Río de Janeiro, sin haber conocido nunca una fábrica recuperada y menos un canal cooperativo y comunitario, con la inquietud por un periodismo alternativo que dé lugar a enfoques, protagonistas y territorios desconocidos para el sistema de medios televisivo tradicional. “Hacemos todos, todo”, complementa Lucía Maccagno. En el medio audiovisual rotan los roles para que todos puedan sostener el espacio desde lo periodístico, conozcan cada una de las tareas y cómo se llevan adelante.

Barricada TV comienza como un protocanal con transmisiones de un día que se gestionaban de forma artesanal. Nace de la necesidad de contar lo que sucedía en los barrios desde la perspectiva de los trabajadores, las mujeres, los desocupados, los estudiantes y los movimientos sociales. En resumen, de sus protagonistas. Una mirada subestimada desde la televisión comercial. En este sentido, Lucía ejemplifica: “Desde los principales canales de televisión cuando hay un corte o hay algún reclamo te hablan del caos de tránsito. Nuestra forma de encarar eso va a ser distinta y al momento de ir a cubrir la noticia, no le vas a preguntar al tachero que hace 25 horas está frenado ahí qué piensa del corte, sino que vas a intentar poner ese reclamo en un contexto. ¿Qué les pasó a los laburantes que están ahí haciendo ese corte para llegar a esa situación? ¿Cuál es la historia? Probablemente, en el cien por ciento de los casos los patrones los cagaron como pasó con IMPA y terminan saliendo a la calle para reclamar por sus derechos. Es ahí donde a nosotros nos interesa poner los micrófonos y en todo caso cambiar la pregunta, poder historizar ese conflicto y preguntarle si le parece justo que los patrones hayan dejado en la calle a miles de laburantes y sus familias”.

En el año 2009 y al calor de los debates sobre la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual comenzaron a construir el estudio al interior de la fábrica y en 2010 empezaron las transmisiones por el canal 5 de Almagro de la televisión analógica. “Nosotros siempre sostenemos que la identidad de Barricada es un poco IMPA obviamente. Porque es ejemplo del laburo desde la autogestión de los propios trabajadores, de defender su espacio de trabajo, de pelear por sus derechos y defender sus conquistas. Bueno, nos inspiró y nos inspira constantemente”, expresó Lucía. En 2015, consiguieron la licencia para transmitir por televisión digital abierta, donde continúan emitiendo hasta el día de hoy.

“El Estado nos debe dinero”

En un contexto adverso para los medios comunitarios y autogestivos, Barricada TV enfrenta desafíos que se agravan por el incumplimiento de normativas vigentes y la falta de financiamiento estatal. “Creo que es un momento complicado para todo nuestro pueblo en general, pero para las experiencias autogestivas y cooperativas más aún”, advierten desde el canal. Entienden que la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual representó un hito clave, ya que, a partir de esa ley, y gracias a la lucha conjunta con otros medios comunitarios, sectores de la academia, el sindicalismo y organizaciones de la sociedad civil, se logró que el Estado reconociera formalmente a los medios populares. El Fondo de Fomento Concursable para Medios de Comunicación Audiovisual (FoMeCA), creado en ese marco, fue durante años el principal sostén de muchos de estos proyectos. “Este estudio que ustedes ven acá no hubiese sido posible sin ese financiamiento”, explican.

Sin embargo, con el cambio de gestión en el ENACOM, la situación dio un giro drástico. El organismo no sólo dejó de cumplir con lo estipulado en la ley, sino que tampoco reconoció convenios firmados previamente, generando una deuda que pone en riesgo la sostenibilidad de los canales. “El Estado nos debe dinero. Son contratos que se firmaron y que hoy no se reconocen. Y lo más grave es que ese artículo de la ley sigue vigente, al igual que el gravamen que se sigue cobrando y cuyo único destino, por ley, son los medios comunitarios. Pero no nos llega un peso”, denuncian.

Ante este panorama, comenzaron a explorar nuevas formas de financiamiento: vínculos con sindicatos y organizaciones sociales para ofrecer servicios de producción y difusión, sorteos mensuales para quienes apoyen con aportes económicos, y la creación de la Comunidad BTV, una modalidad de suscripciones abiertas a televidentes.

A esta realidad se suma otro frente de conflicto: la falta de inclusión en las grillas de los cableoperadores, a pesar de haber cumplido con todos los requisitos legales desde 2018. “Aun habiendo hecho cada paso legal, cada papel presentado, cumpliendo la norma a rajatabla, nos privaron la posibilidad de crecer aún más”, afirman. Las gestiones judiciales, movilizaciones frente a Canal 13 y campañas de visibilización no han sido suficientes para torcer esa situación. “La ley era mucho más avanzada que lo que fueron las aplicaciones de los distintos gobiernos”, señalan. Y refuerzan una definición que sintetiza el espíritu del canal: “Más allá de un trabajo, esto es un espacio de militancia. Creemos en la comunicación como un campo de batalla. Y acá venimos a militar para dar la pelea”.

Consultados sobre los motivos detrás del incumplimiento sostenido de la ley, apuntan al rol de los grandes grupos mediáticos como factor de presión permanente. “En el mejor de los casos, hubo temor; en otros, complicidad directa”, advierten. Y aclaran: “Muchas veces, la sombra de los grupos concentrados de comunicación fue la excusa para no avanzar”. 

Que la forma no condicione el contenido

En el análisis del panorama actual de los medios, desde Barricada TV señalan un fuerte contraste entre las lógicas que imponen las plataformas digitales y las formas de producción que sostienen los medios comunitarios. Mientras en internet impulsan la fragmentación, el recorte y la búsqueda de viralización, los proyectos alternativos apuestan por ir al territorio, dar voz a sus protagonistas y contar en profundidad lo que sucede.

Esa tensión plantea un desafío: cómo adaptarse a los lenguajes que hoy dominan el ecosistema digital sin perder la esencia. “Es no perderla, pero saber que para ocupar ciertos territorios tenés que amoldarte a esas formas”, explican desde el canal. Lejos del modelo del medio profesionalizado que transmite verdades desde un estudio, Barricada defiende una construcción colectiva del sentido, con eje en el vínculo con sindicatos, organizaciones sociales y clubes de barrio.

La apuesta es fortalecer el tejido social desde la comunicación, resistiendo a la lógica del aislamiento y la individualización que hoy marcan tendencia. “Nosotros creemos en una sociedad distinta, y eso se construye en comunidad”, remarcan. Para el canal, el formato jamás puede imponerse sobre el contenido. La forma de contar debe adaptarse, sí, pero sin alterar el mensaje ni diluir el enfoque comunitario. En un contexto adverso, sostener esa identidad no es solo una decisión estética o editorial, sino profundamente política.

 

Todo por hacer

La celebración por los 15 años se convirtió en un encuentro cargado de emoción y militancia en el bar cooperativo Luna Porteña de San Telmo. No fue un festejo más. Fue una síntesis del recorrido del canal y de los vínculos que supo construir a lo largo del tiempo. «Desde el principio, el objetivo siempre fue político y comunicacional. Esa convicción fue lo que sostuvo todo lo demás. Si no hubiese existido ese propósito claro, el canal no habría perdurado», explicaron Maccagno y Etchart.

La cooperativa Piazza, les regaló la torta del festejo. También asistieron los compañeros y compañeras aliados de La Argentina y el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas. “Vinieron personas que fueron parte del canal en distintos momentos, que pasaron por la pantalla o nos acompañaron en luchas clave, como las movilizaciones al ENACOM por nuestros derechos”, recordaron. “Hay fábricas, hay bares recuperados, hay un montón de experiencias en rubros totalmente distintos, y todos han demostrado que, aunque el escenario sea adverso, se puede salir adelante”, plantean. Reconocen las dificultades y los golpes que implica sostener estos proyectos, pero destacan el valor de la «potencia de trabajo» que le imprimen los compañeros y compañeras para resistir. La jornada también incluyó música en vivo y la participación de bandas que se sumaron de forma solidaria. «Superó todas las expectativas. Fue muy movilizante ver cómo algo que nació desde la militancia fue creciendo tanto», expresó Lucía.

De cara al futuro, el desafío es seguir creciendo en un contexto de crisis, fragmentación y retrocesos en materia de comunicación comunitaria, fortaleciendo la autogestión, sosteniendo la voz propia y tejiendo redes con otros colectivos. “Hay algo que motoriza, que es tener muy claro cuál es el objetivo político comunicacional. Eso te impulsa”, explican, y agregan: “En las empresas recuperadas pasa algo similar: compañeros que se quedaron sin laburo porque sus patrones los cagaron, y que decidieron tomar los medios de producción. Son motivaciones distintas, pero la enseñanza es la misma: aún en los peores momentos, es posible”. Frente a la pregunta de cuál es el futuro de Barricada TV, respondieron con fuerte convicción: “De acá para adelante, todo”.

Hay café, café

Hay café, café

La organización Proyecto 7 realiza desayunos solidarios en la vía pública para las personas que se encuentran en situación de calle. También se acercan jubilados y trabajadores que no llegan a fin de mes.

Bajo el lema “la calle no es un lugar para vivir”, Proyecto 7 llevó adelante desayunos solidarios en distintos puntos de la Capital. La iniciativa de la organización que asiste a personas en situación de calle comenzó el 1 de abril y ya lleva cuatro semanas en acción. En Plaza Miserere, Constitución y Flores los vecinos fueron testigos de la generosidad que busca combatir el frío, el hambre y el desamparo con una bebida caliente y un panificado.

Cuatro termos de diez litros con chocolatada, café y mate cocido sobre una mesa. Un canasto grande de mimbre con pan, criollos y cremonas. A un costado, la bandera de Proyecto 7. Junto a ella los voluntarios de la asociación, todos con la experiencia común de haber vivido en la calle, sirviendo a cada persona que se acerca. Así se vieron las mañanas del 21, 22 y 23 de este mes en las plazas porteñas, el inicio de la cuarta semana de servicio.

“Al mediodía hay lugares para almorzar y a la noche, por suerte, muchos salen a repartir, pero desayuno o merienda en la calle nunca hubo”, explicó Horacio Ávila, coordinador de la agrupación. La cantidad de personas que pasan y lo rápido que se vacían los envases confirma la existencia de demanda por la primera comida del día, especialmente en lugares tan transitados como los mencionados, donde, además, muchos pasan la noche a la intemperie. “No es común que la gente pueda tomar estas cosas, entonces, si lo podemos hacer, lo hacemos”, añadió el referente.

Si bien la campaña busca ayudar principalmente a personas sin hogar, también se acercan jubilados y trabajadores, y todos se van con un vaso lleno. “Se nota que lamentablemente hay mucha hambre en la calle”, expresó Ávila. Tanto él como otros miembros de la organización consultados por ANCCOM coincidieron en que, en los últimos meses, creció el número de personas en situaciones vulnerables. “Hay muchos abuelos. No hay lugares para ellos, es como que son parias. Es inhumano, creo que nadie se merece eso”, observó Carlos Accorinti, quien lleva 11 años en Proyecto 7. Luego agregó: “Y los que van a venir si seguimos así”.

Según el Indec, en el segundo semestre de 2024 la pobreza alcanzó al 38.1% de la población y el 8.2% se encuentra en situación de indigencia. Sin embargo, algunos colaboradores del proyecto toman su experiencia en la calle y con la gente y arriesgan que la cifra actual es mucho mayor: “Hay un 80% de pobreza real, la indigencia se ha multiplicado, pero se está tapando todo”, afirmó el voluntario Francisco Costa. En mayo se realizará el tercer Censo Popular de Personas en Situación de Calle, que releva los datos a través de recorridas por las 15 comunas y los 48 barrios de la ciudad, en todas las franjas horarias, durante cuatro días.

Hasta la semana del 21, los desayunos se realizaban de lunes a viernes e incluían lugares como el Obelisco y Primera Junta. Por falta de insumos, debieron limitarlos a solo tres días en tres de los sitios más concurridos de la ciudad: los lunes en Plaza Miserere, Once; los martes frente a la entrada de la Línea C dell subte, en Constitución; y los miércoles en Plaza Flores. A pesar de las dificultades, Accorinti aseguró que continuarán con la actividad: “Queremos que nuestros compañeros tengan un desayuno, eso es lo que realmente tiene sentido”.

Hambre y maltrato

Algo que preocupa a la organización es la creciente persecución de quienes no tienen un techo propio y arman su cama donde pueden, a cielo abierto. “En Buenos Aires siempre hubo una cuestión muy represiva hacia la calle, y de criminalización, que este último año se acrecentó”, denunció Ávila. En ese sentido, Accorinti destacó la existencia de discursos oficiales que promueven una mirada estigmatizante de las personas en situación de calle. “Tenemos un estado que le mete en la cabeza a la gente que somos parias”, dijo.

Samira duerme en la entrada del Cine Atlas de Flores, a la vuelta de la basílica. El miércoles se acercó por primera vez a la mesa de Proyecto 7 para desayunar y conversar con los presentes. En consonancia con las palabras de Ávila y Accorinti, sostuvo que hay violencia y un intento de invisibilización por parte de las autoridades. “Si vos estás durmiendo te levantan con colchón y todo. El gobierno de la Ciudad no permite que se vea”, dijo.

En 2024, la gestión de Jorge Macri realizó una campaña bajo el eslogan “orden y limpieza” que consistía en operativos para ocultar a las personas sin techo. Se difundieron afiches y publicaciones en redes sociales con imágenes de distintos rincones porteños antes y después de desplazarlas, a ellas y sus pertenencias, y sin mencionar qué ocurría con quienes ya no aparecían en las fotos. Ante un aluvión de críticas, el jefe de Gobierno porteño admitió que se trató de una “mala comunicación”.

 

Más de 20 años de lucha

Proyecto 7 es una organización formada y coordinada por personas en situación de calle. Nació en 2003 producto del escenario de crisis institucional abierto después del 2001 y desde entonces realizan acciones de reivindicación y defensa de los marginados. Cuenta con tres Centros de Integración que funcionan las 24 horas, los 365 días del año y son gestionados de forma asamblearia con la participación activa de sus propios habitantes. “La que sostiene el lugar es la misma gente”, señaló Accorinti. Todos los que pasaron o aún están en alguno de los centros destacan el compromiso con esa labor. Costa comentó que ahora está quedándose en otro hogar, pero que aún así decidió colaborar con el proyecto porque le parece importante hacerlo, sobre todo en el contexto actual: “La gente tiene miedo. La gente grande, las mujeres, los que no están acostumbrados a la calle… es más difícil para ellos”.

A lo largo de los años, llevaron adelante múltiples protestas y eventos solidarios para visibilizar la problemática. En 2004 hicieron “una huelga de hambre de ocho días a partir de la que salió el subsidio habitacional que hoy lo cobran cerca de 20 mil familias”, informó Ávila. Impulsaron la Ley 3706 de “Protección y Garantía Integral de los Derechos de las Personas en Situación de Calle y en Riesgo a la Situación de Calle”, sancionada en 2010, y participaron de la confección de un proyecto de ley nacional para hacer de los Centros de Integración Social la forma de abordar la problemática en todo el país.

Proyecto 7 es respetado dentro y fuera de Argentina. Brasil y Uruguay son algunos de los países de la región que replicaron su forma de trabajo con los centros y los censos populares. Los alimentos que se reparten en los desayunos son producidos en la propia panadería de la asociación, ubicada en Barracas. También tienen una línea de alfajores llamada Bocacalle, cuya venta ayuda a reunir los recursos necesarios para continuar con las acciones de asistencia. Sin embargo, lo que no ayuda es la situación del país: “Es difícil conseguir los insumos, está todo carísimo y cuesta”, manifestó Ávila. De igual manera, el impulso y la convicción de los miembros de la organización no mengua. Al contrario, todos comparten la promesa de sostenerlo siempre que puedan.

En una ciudad cuyo gobierno desplaza, maltrata y criminaliza a las personas en situación de calle y con una economía, política y sociedad en estado crítico, Proyecto 7 cada mañana cuelga su bandera de lucha y solidaridad.

Otro miércoles de gases y palos

Otro miércoles de gases y palos

Parece naturalizado que cada marcha de los jubilados que reclaman aumento de haberes y el retorno de los medicamentos gratuitos termine con represión de las fuerzas de seguridad y detenidos. Esta vez, arrestaron a dos personas.

El 11 de septiembre de 2024, los jubilados se concentraron por primera vez frente al Congreso para repudiar el veto de Javier Milei a la ley de movilidad, que vinculaba los haberes al índice de inflación o al RIPTE, el que resultara más alto. A partir de ese día las “rondas de los miércoles” se convirtieron en un ritual de resistencia contra el ajuste. Cada semana, ese puñado inicial de manifestantes fue creciendo. El punto de inflexión fue el 12 de marzo de este año, cuando simpatizantes de distintos clubes convocaron a una masiva marcha que, desafortunadamente, concluyó en una represión de las fuerzas de seguridad que hirió gravemente a Pablo Grillo, foto-periodista, con una granada de gas lacrimógeno.

Este miércoles no fue distinto: los jubilados, respaldados por organizaciones de todo tipo, clubes sociales, partidos políticos, gremios, docentes universitarios y un importante grupo de autoconvocados volvieron a marchar. Esta vez, el trayecto partió de Plaza de Congreso y avanzó hacia Plaza de Mayo. La jornada empezó tranquila, sin enfrentamientos mayores. Hasta el final resultó  imposible prever que, más tarde, se desataría otra vez un operativo policial que, como cada miércoles, fue desmedido.

Un comienzo en paz

De camino a Plaza de Mayo, como parte de las organizaciones que asisten a los manifestantes ante cualquier hecho de represión, ANCCOM habló con Marcelo, presidente de la filial La Plata del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios, quien declaró que pese a que la movilización parecía tranquila, igualmente él y su equipo estaban siempre alerta a cualquier tentativa de represión: “Vemos que nuestros chicos estén con la cobertura necesaria de elementos de protección personal: un overol, que tengan un traje que los pueda cubrir, un casco. Ahora estamos utilizando las máscaras No porque sepamos que vayan a reprimir pero tenemos que estar preparados: poder cubrir a nuestra gente que es la única forma de poder asistir a un tercero”.

ANCCOM también intercambió unas palabras con Marita, representante de la rama de jubilados de ATE e  integrante de la “verde y blanca”: “Notamos que a medida que pasan las semanas, se suman jubilados autoconvocados…. La cantidad de efectivos en la calle es hasta ridícula. A esta altura hay más policías que jubilados”.

En el medio de la Plaza de Mayo, de espaldas a la Casa Rosada, se encontraba un pequeño escenario rudimentario de madera que se alzaba como el corazón de la concentración. A sus lados, dos parlantes amplificaban las voces de distintos dirigentes sociales y partidarios que reclamaban por la recomposición salarial de los jubilados y el restablecimiento de los medicamentos gratuitos, entre otras consignas. Frente a ellos, una multitud se desplegaba de cara al escenario, ocupando la mitad de la Plaza: banderas de algunos clubes, carteles escritos a mano, y “trapos” partidarios, de la izquierda sobre todo.

 

A unos pasos del grupo más nutrido estaba Luis Zamora, histórico dirigente de la izquierda argentina que se encontraba como todos los miércoles en la movilización: “Las marchas de fines del año pasado eran con un grupo de 100 jubilados; ellos empezaron a construir esa agenda. Después empezó, cada vez más en el verano, a acercarse más gente. Y el punto más alto fue cuando los hinchas de fútbol hicieron un puente al pueblo, a sectores populares. No es fácil esperar que todos los miércoles pase lo que pasó el Día de los Hinchas. No se sabe muy bien cómo sigue esto. Pero esa es la gran tarea. Puede ser la lucha de jubilados u otras luchas. Pero lo importante es que acá están empezando a confluir sectores que se están movilizando. Y vienen sectores despedidos de una fábrica o trabajadores que están en lucha por salario. De alguna manera los reclamos se retroalimentan y encuentran en la plaza los miércoles una referencia. Mucha gente lo sigue por los medios con atención”.

Al ser consultado sobre cómo este tipo de movilizaciones podría influir electoralmente, Zamora amplió: “Están todos los dirigentes ahora pensando en las elecciones, en los votos. De alguna forma están diciendo: ‘Está bien, marchen, pero ¿a quién votan?’ La clave es esto. Porque a Milei no se lo va a derrotar votando más o votando menos.”

Aunque sin el volumen de la marcha del 12 de marzo, sigue habiendo actividad de distintos clubes. Luis, que es parte del Club Social “La Cultura del Barrio”, a medida que aumentaba la presencia policial, contaba: “Nosotros venimos siempre que podemos, a bancar a los jubilados… A veces la marcha tiene más adhesión, a veces menos como hoy; la constante es que siempre hay una desmedida presencia policial. Totalmente injustificado. Están subiendo la apuesta y eso, tarde o temprano, creo que sale caro”.

Por el contrario, Celeste Fierro, exdiputada por el MST, cree que esta marcha fue importante: “Estuvimos trabajando con distintas organizaciones sociales para que adhieran a la movilización. La mayoría acompañamos las rondas desde el principio”. La candidata a legisladora por CABA aprovechó para acusar al sindicalismo de ser concesivo con el Gobierno: “Como la burocracia sindical no convoca, son las organizaciones combativas las que aparecemos en defensa de los jubilados”.

«Ver a los periodistas es muy impresionante: están con casco, con máscaras; parece que son cronistas de guerra.Y esto no es una guerra, es una marcha legal en la Ciudad de Buenos Aires”, dice Solano.

Final de palos

Cerca del final de la marcha, a las 18, la situación que todos temían y que parecía que no iba a suceder se terminó dando: mientras los jubilados y las distintas organizaciones desconcentraban, la policía reprimió con gas lacrimógeno y detuvo a manifestantes. Al menos dos fueron arrestados.

Si la movilización no fue masiva ni intensa como en otras ocasiones y los manifestantes, que son en su mayoría jubilados, marchan de manera pacífica, ¿cómo se justifica el nivel de exagerada presencia y represión policial? Gabriel Solano, presidente del Partido Obrero y legislador de la Ciudad de Buenos Aires, comentó a ANCCOM: “Cuando vos ves el operativo policial, nunca hay relación con la cantidad de manifestantes. Yo creo que cumple una función intimidatoria, que la gente que está viendo por televisión que quiere venir a la marcha y está a favor de los jubilados no venga porque quizá los muelen a palos. Ver a los periodistas es muy impresionante: están con casco, con máscaras; parece que son cronistas de guerra.Y esto no es una guerra, es una marcha legal en la Ciudad de Buenos Aires”.

Pasan las semanas y las marchas sin represión son la excepción. Los jubilados y las organizaciones sociales no parecen dispuestos a abandonar la plaza ¿Cederá el Gobierno o seguiremos viendo las mismas imágenes miércoles a miércoles? Mientras tanto los jubilados siguen marchando.

De la violencia discursiva a la agresión física: atacaron a Roberto Navarro

De la violencia discursiva a la agresión física: atacaron a Roberto Navarro

El director de «El Destape» recibió un golpe en la cabeza por parte de un desconocido que aún no fue identificado. Todavía está hospitalizado. Lo que habilita la retórica agresiva del gobierno.

El pasado domingo de Pascuas el presidente Javier Milei, volvió a publicar en su cuenta de X violentas declaraciones contra los trabajadores de prensa. Los calificó de “sicarios con credencial de periodistas” y afirmó que “si los conocieran mejor los odiarían aún mucho más que a los políticos”. En este contexto de permanentes amenazas al sector, en la tarde del lunes fue atacado por la espalda y agredido con un golpe en la cabeza el director del medio de comunicación El Destape, Roberto Navarro. Al momento, continúa hospitalizado por la hemorragia producida por el golpe perpetrado por un atacante aún no identificado.

“Nadie se radicaliza solo. Es imposible desvincular el ataque a Navarro de este contexto que habilita la agresión de todo el que piensa distinto”, explicó en diálogo con ANCCOM, Ari Lijalad, politólogo y periodista de El Destape, medio desde el que informa el estado de salud de Navarro y agrega: “No es necesario que exista una orden directa para actuar violentamente porque quien actúa ya recibió el aval del Presidente y sus voceros, ya sean funcionarios públicos o figuras mediáticas. Así se crean los contextos políticos, culturales y simbólicos para que esto ocurra. Como periodistas solemos informar sobre temas que el propio Presidente muchas veces no quiere dar a conocer y por ello pretende silenciarnos, disciplinarnos. Si bien es una actitud que tiene hace mucho, en estos días mencionó que no se odiaba lo suficiente al periodismo y es en ese marco en que atacan en la calle a Roberto Navarro, periodista que hace tiempo viene marcando lo mal que va a terminar el plan económico del gobierno”.

No es la primera vez que el Presidente insulta o agrede verbalmente a trabajadores de prensa. Milei arremete contra aquellos que no reproducen su discurso prefabricado y a quienes critican su plan de gobierno. Como él mismo afirmó en una entrevista, se considera habilitado a una comunicación más informal por usar una cuenta personal de redes sociales en la que, desde la biografía, se presenta como economista y no como presidente. El ataque se profundiza con la participación colectiva de seguidores o trolls con cuentas anónimas que copian la actitud del presidente y se empeñan en agredir a aquellos que contradicen al gobierno libertario. En ese sentido, Lijalad explica que sistemáticamente “el presidente y toda la estructura que está por debajo de él atacan a periodistas individualmente, y en general a aquellos que piensan destino. Milei se dirige a ellos como virus a los que hay que exterminar y extirpar de la sociedad porque la dañan. Es el mismo discurso que tenían los nazis sobre los judíos”.

Sobre este episodio, y en consonancia con Lijalad, la periodista de investigación Miriam Lewin dialogó con ANCCOM y sostuvo que “los discursos violentos del Presidente y de sus funcionarios, quienes tienen influencia sobre millones de seguidores, provocan un efecto concreto y se corre el riesgo de que se transformen en actos de violencia en el mundo real. La estigmatización y el hostigamiento de quienes no se alinean con el pensamiento oficial degrada y demuele el debate democrático y tiene efectos de autocensura. El ataque a Pablo Grillo, a otros trabajadores de prensa por parte de las fuerzas de seguridad y a Roberto Navarro perpetrado por un desconocido de manera cobarde profundizan esta situación de peligro para el ejercicio de la profesión”. Hubo una etapa en que el presidente tenía una especial fascinación con degradar a periodistas mujeres. Así ocurrió, entre otras, con María O´Donnell, Florencia Donovan y Teresita Frías, la periodista que en una conferencia en Salta fue tratada de “burra” cuando Milei aún estaba en sus orígenes de panelista. Lewin explica que “las mujeres con opiniones fuertes y visibles son especialmente agredidas y los calificativos degradantes tienen además un contenido sexual. Se meten con su apariencia física, con su tono de voz, se les enrostra una supuesta ignorancia ‘inherente al género’. Se trata de una violencia simbólica que las tiene como blanco y las induce a hacer silencio para protegerse”.

Para el periodista de El Destape “están limitadas y deterioradas tanto la libertad de prensa como la libertad de expresión y el derecho a la información. Y son temas vinculados. La libertad de expresión lo está por la violencia política y simbólica que se ejerce desde el gobierno pero también por los salarios paupérrimos de los periodistas. La precarización laboral de los trabajadores de prensa provoca que su capacidad de expresarse se deteriore. Luego, el derecho a la información está afectado porque millones de personas se quedan sin poder acceder a información plural a causa de la concentración de medios y la precarización de los periodistas. Todo eso lesiona el debate democrático, que no puede existir sin información”.

Así mismo, Lijalad concluyó que el periodismo ocupa el mismo lugar que siempre tuvo y que debe continuar con ese rol: “Nosotros producimos información, que incluye todo un trabajo previo a su comunicación o publicación. La información no es un hecho meteorológico que se emite, es algo que se produce de manera profesional y desde una mirada ideológica. Y estamos quienes elegimos el periodismo como forma de hacer política. No es contradictorio con el periodismo profesional. Por el contrario, se puede hacer desde una perspectiva ideológica. Ese fue el rol que el periodismo tuvo siempre. Lo que buscan es que uno no se anime a investigar ni publicar determinadas cosas, que el miedo nos paralice, silencie y amedrente”. En ese sentido evocó el trabajo de Rodolfo Walsh, reflexionando que “no lo podemos tener como referente si en estas adversidades nos replegamos y callamos. A estas situaciones se las enfrenta haciendo periodismo, como el fenómeno colectivo que es, porque ningún periodista individual puede salvar el mundo.”