La ciudad le cobra a los pobres y perdona a los más ricos

La ciudad le cobra a los pobres y perdona a los más ricos

Dos informes de ACIJ señalan que en la recaudación impositiva de CABA cada vez tienen más pesos los gravámenes al consumo y menos al patrimonio. A su vez, los subsidios a empresas, son para las grandes y consolidadas.

La Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) publicó recientemente dos investigaciones clave para el estudio de la forma en la que se utilizan los recursos públicos. El primer informe estudia la estructura impositiva de CABA haciendo un recorrido desde 1997 hasta 2024. Mientras que el segundo reporte se enfoca en la administración de los gastos tributarios porteños, es decir exenciones fiscales para el impulso empresarial. Ambos informes revelaron la tendencia regresiva de la recaudación en la ciudad, como también la falta de escrutinio legal a la hora de brindar beneficios económicos. Adicionalmente, señala la falta de registros que lleva el gobierno local con respecto a estos gastos.

Los miembros de la asociación, el doctor en Ciencias Sociales Alejandro Gaggero, coordinador del programa Justicia Fiscal, y Sofía Pasquini, abogada especialista en políticas públicas, brindaron información acerca de su investigación. En cuanto al esquema de recaudación, Gaggero señala que “regresividad” es la palabra que lo caracteriza. “Esto quiere decir que fueron ganando peso en la recaudación los impuestos más vinculados al consumo y a la actividad económica, y que no tienen en cuenta la capacidad contributiva de los ciudadanos a la hora de fijar cuánto se les va a cobra”, señala, y agrega: “La ciudad tiene ingresos por impuestos y transferencias. En impuestos, la mayor parte de la recaudación viene de Ingresos Brutos, que tiende a ser regresivo. Este fue ganando peso a la par que lo perdían los impuestos más progresivos, como el inmobiliario o el de patentes”. Según los datos publicados, Ingresos Brutos en 1997 representaba el 66% de la recaudación, mientras que en 2023 pasó a representar el 92% del total.

En contraparte, los impuestos a la propiedad de carácter progresivo, Alumbrado Barrido y Limpieza (ABL), e Impuesto Inmobiliario (II) ocupaban el 18% de lo recaudado en 1997, y se redujeron a 4% en 2024. Patentes, se achicó del 12% al 3%. Es decir, una reducción a un cuarto de su participación en los últimos 28 años. El informe aclara: “Tanto el ABL, como el Inmobiliario, recaen sobre la parcela y no sobre su propietario. Esto implica que tributa el mismo gravamen quién posee una propiedad, que quien posee varias, quitándole progresividad al sistema”.  Al respecto, Gaggero agrega: “Esto contribuye a la inequidad, porque no le estamos cobrando más a los que más tienen. Y para colmo, este retroceso de los impuestos patrimoniales se da en un contexto de aumento de la actividad inmobiliaria y de encarecimiento de los inmuebles. Es decir que hay más inmuebles y cada vez más caros pero el Estado no parece estar recaudando allí, en esas grandes torres que uno ve en Palermo”.

Desde 1997, los impuestos al consumo tienen cada vez más incidencia en la recaudación porteña. Lo contrario pasa con los gravámentes a la propiedad.

Gaggero explica los motivos por los que se da esta tendencia: “Los impuestos regresivos son más fáciles de cobrar, ya que los patrimoniales no solo tienen mayores dificultades técnicas, sino que también despiertan más resistencia en las clases propietarias. Por otro lado, se trata de un país que tiene una economía en negro muy importante, con niveles de evasión y elusión fiscal muy grandes”.

En cuanto a gastos tributarios, refiere a exenciones fiscales. En lugar de transferirse dinero a empresas, el Estado decide no cobrarles impuestos y brindar beneficios para la radicación en determinadas zonas geográficas, promoviendo la actividad económica. Ahora bien, el corazón de la crítica de ACIJ, es hacia su forma de administración y seguimiento: “La información de la que dispone el Gobierno de la Ciudad es precaria e insuficiente: la proyección anual que se presenta con el proyecto de Ley de Presupuesto es parcial, incompleta, con bajo nivel de desagregación, carece de justificativos y no tiene carácter vinculante. No presenta información sistemática referida al volumen del gasto tributario, a la cantidad de beneficiarios contemplados, ni al desempeño de los regímenes”. Pasquini revela: “Si bien hubo buena predisposición de la agencia que gestionaba los pedidos de información, hubo datos que no pudieron brindar, alegando a la dificultad para localizarlos ya que no estaban digitalizados. Empezaron a digitalizarse a partir de 2018”. Solo tenían registros disponibles desde ese año en adelante, marcando un grave problema de acceso a la información.

Si bien el costo de los gastos en el presupuesto total de la Ciudad es relativamente bajo, este tipo de exenciones que representaba un 0,59% en 2009, asciende a un 2,3% en las proyecciones para 2025. Una incidencia que aumentó cinco veces en 16 años. Pasquini insiste en que el gran problema es que “no están sometidos a ningún control ni tampoco hay datos públicos, y esta concentración de beneficios termina dándose a empresas muy grandes, que se supone que ya están altamente capacitadas. Esos beneficios podrían aplicarse a empresas más chicas para que se desarrollen”. La especialista añade: “Los gastos tributarios suelen ser regresivos por su implementación, ya que se concentran en sectores de altos ingresos, y la realidad es que si hay exenciones esto termina por afectar a todos”.

A esto Gaggero suma: “No parece haber un sistema de monitoreo que permita saber en qué se está invirtiendo ese dinero, y si está bien invertido o no. Esto no pasa con otros gastos del Estado, como el sector de ayuda social, en cual se ha compartido la información. Parece haber una doble vara, donde hay un secreto fiscal que beneficia a las empresas”. Otro de los hallazgos a destacar fue que lo que la Ciudad planeaba gastar en estos incentivos no se correspondía con lo que terminaba gastando, sino que las finales eran cifras mucho mayores.

 “Necesitamos tener buenos mecanismos que te trasciendan en el tiempo y que no dependan de la buena voluntad de un gobierno –dicen los referentes de ACIJ-. Consolidado en una ley que disponga el detalle de los gastos tributarios anualmente, qué tipo de evaluaciones y con qué periodicidad deben hacerse. No tenemos evaluaciones periódicas, no tenemos acceso a la información, y no tenemos responsables directos. Tenemos gastos tributarios que se crean sin estar sujetos a un plazo de vencimiento. Esto genera que existan beneficios que se brindan a ciertas empresas durante décadas. Esto es muy peligroso, porque uno no puede hacer política pública de acá a 70 años. Al fin y al cabo, esta también es una conversación acerca de qué se hace con los recursos públicos”.

La UBA volvió a reclamar en la calle

La UBA volvió a reclamar en la calle

Una multitudinaria manifestación de estudiantes, docentes y no docentes de la Universidad de Buenos Aires marchó desde Plaza Houssay hasta el Palacio Pizzurno para reclamar por los recortes de salarios y presupuestos. Paro de 24 horas para este viernes.

Este jueves 22 de mayo, docentes, no docentes y estudiantes universitarios volvieron a pronunciarse masivamente en defensa de la educación pública y en reclamo de un aumento presupuestario y una suba salarial. “Marchamos una vez más porque sabemos que no somos la primera generación universitaria en defender los ataques de un gobierno nacional a la educación pública y que tampoco seremos la última en hacerlo”, indicó Agostina Olivera, presidenta del Centro de Estudiantes de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. “El año pasado les dejamos claro que el conjunto de la sociedad argentina está convencida de que el derecho a la educación superior debe ser garantizado por el Estado nacional, le guste a Javier Milei y a Sandra Pettovello o no”, agregó.

La convocatoria fue a las 12.30 en Plaza Houssay, y desde allí los manifestantes se movilizaron hasta a Secretaría de Educación que funciona en el Palacio Pizzurno. La protesta exigía un aumento urgente del presupuesto tanto de docentes y no docentes, que se mantienen casi sin actualización desde 2023. En este tiempo, los sueldos de docentes y no docentes universitarios han sufrido un fuerte deterioro debido a la inflación y la falta de actualización de las partidas presupuestarias destinadas a las universidades nacionales.

En este contexto, los incrementos salariales fueron insuficientes para mantener el poder adquisitivo frente al aumento sostenido de precios que se experimenta en la Argentina de Javier Milei. A este árido escenario se le sumó el congelamiento del presupuesto universitario desde 2023, lo que restringe aún más la capacidad de las universidades para garantizar condiciones laborales dignas.

Este jueves, se encontraron en Plaza Houssay diferentes gremios docentes y no docentes como  FUBA (Federación Universitaria de Buenos Aires), APUBA (Asociación del Personal de la Universidad de Buenos Aires), ADUBA (Asociación de Docentes de la Universidad de Buenos Aires) y FEDUBA (Federación de Docentes de las Universidades), además de varios centros de estudiantes como el CECSo (Centro de Estudiantes de Ciencias Sociales),  CEFyL (Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras), CECEN (Centro de Estudiantes de Ciencias Exactas y Naturales), CENBA (Centro de Estudiantes del Nacional Buenos Aires), CEFADU (Centro de Estudiantes de Arquitectura, Diseño y Urbanismo) y CEADU (Centro de Estudiantes de Artes Dramáticas de la Universidad Nacional de las Artes), entre otros gremios, organizaciones y agrupaciones.

Entre otras figuras que se encontraron en la movilización, se hizo presente Emiliano Yacobitti, dirigente de la Unión Cívica Radical y actual vicerrector de la Universidad de Buenos Aires. “Estoy acá para reclamar por el salario de los trabajadores, de los profesores, de los docentes y no docentes. Por la baja de las becas, la no actualización por inflación. El que conoce y camina las universidades y da clases se da cuenta de que cada vez hay menos alumnos porque no pueden llegar, los docentes tienen cara de cansados porque tienen otro trabajo después del horario. Si seguimos así, a la larga esto va a afectar en la calidad de la educación pública”, reflexionó el dirigente.

Esta movilización se refuerza con el paro para este viernes 23 de mayo, una medida de fuerza dispuesta por gremiales docentes y no docentes para seguir reclamando salarios dignos y presupuesto universitario de calidad.

Los miércoles de la marmota

Los miércoles de la marmota

Mientras el Congreso no daba quorum para tratar un proyecto de recomposición de los haberes jubilatorios, como todos los miércoles se llevaba acabo en las afueras del Parlamento la marcha de los adultos mayores que exigen aumento y la restitución de los medicamentos gratuitos. Una vez más terminó con represión de las fuerzas de seguridad de Patricia Bullrich: palazos, gas pimienta y esta vez cuatro detenidos. Entre ellos el fotógrafo de AFP Tomás Cuesta, que por la noche fue liberado sin cargos en su contra. Mirá las fotos de ANCCOM.

Después de la tormenta, un temporal de solidaridad

Después de la tormenta, un temporal de solidaridad

Clubes, sociedades de fomento y parroquias se organizaron para recibir evacuados y donaciones en Zárate y Campana, una de las zonas más afectadas por el temporal de este fin de semana.

El norte del área metropolitana de Buenos Aires fue una de las zonas más afectadas por el temporal del último fin de semana. Principalmente, en Zárate y Campana llovió en menos de 48 horas lo que suele llover en todo un mes. Las inundaciones ocasionaron grandes pérdidas en áreas bajas y periféricas. Incluso hubo sitios donde el agua superó el metro y medio de altura y los vecinos debieron aguardar en los techos de sus casas para ser evacuados. Ante este escenario, clubes de barrio, sociedades de fomento, iglesias y parroquias se organizaron en solidaridad para funcionar como puntos de recepción de donaciones y centros para recibir evacuados.

“Si bien Zárate tuvo varios barrios anegados, donde más se inundó fue en la zona del barrio San Cayetano y La Lucila que queda sobre la Ruta N° 6, entre Campana y Zárate”, declara Bruno Eckert, vecino de la zona céntrica de Campana y agrega: “La Lucila prácticamente dejó de existir, todo ese lugar quedó tapado por el agua. De la misma manera, en San Cayetano, que es más grande y tiene más densidad de población que La Lucila, el temporal afectó a muchas familias”. Fernando Palau, vecino del Barrio Siderca ubicado en cerca del puerto de Campana, explica: “Otro lugar que se vio fuertemente damnificado fue el Barrio San Felipe, que queda sobre Panamericana y la Ruta N° 6. Yo estuve dando una mano ahí y el agua me llegaba hasta el pecho. Se vivió una situación muy angustiante porque la gente estaba atrapada en sus casas sin poder salir. Tengo amigos y conocidos que lo perdieron todo en la inundación”.

Eckert manifiesta: “El sábado estuve todo el día en el Club Plaza Italia de Campana donde recibimos donaciones de alimentos, vestimenta, productos de higiene, colchones y demás, para después clasificar y distribuir en diferentes lugares que reciben y alojan evacuados”. En esa misma línea, Palau comenta que no se quedó de brazos cruzados ante lo ocurrido: “Puse la camioneta a disposición para trasladar los damnificados, recolectar y repartir viandas, ropa y diferentes donaciones. Mientras tanto, en la “Peña del rojo” que es el lugar donde hacemos base, compañeros y compañeras se encargaron de cocinar, clasificar las donaciones y asistir a los vecinos que se acercaban en búsqueda de ayuda”.

El Club Villa Dálmine, ubicado a pocos kilómetros del límite entre Campana y Zárate, se encuentra cercano a las zonas más afectadas por el temporal y Damian Furchi, socio y miembro de la comisión normalizadora, comenta: “Nos pusimos a disposición y desde la madrugada del sábado que el club está abierto como centro de evacuación. Hubo varios vecinos de la zona se acercaron por sus propios medios mojados y algunos de ellos heridos; nosotros los atendimos y les brindamos asistencia médica”. Describe que en su gran mayoría recibieron evacuados del barrio San Cayetano y agrega: “A la par empezamos a recibir donaciones, entonces les dimos ropa limpia y comida. También habilitamos las duchas de los vestuarios para que se puedan bañar con agua caliente y se quedaron a dormir aproximadamente cincuenta personas”. Villa Dálmine trabaja de manera articulada con el Club Campana Boat Club para derivar evacuados hacia allí, ya que también cuentan con la infraestructura adecuada para contener a muchas personas que se vieron en la obligación de abandonar sus casas.

Villa Dálmine presta colaboración y a la vez sufre las consecuencias del temporal: el predio de inferiores, donde entrenan y juegan aproximadamente cuatrocientos chicos y doscientas chicas, cuenta con siete canchas y están todas inundadas. El agua superó el metro de altura y además afectó a un salón de usos múltiples, vestuarios y galpones con utilería y materiales deportivos. Para tomar magnitud de las implicancias del temporal, este predio es lindero a un arroyo que llegó a estar a seis metros por encima de su cauce normal.

Además de centro para evacuados y punto para recibir donaciones, el estadio de fútbol del Club Villa Dálmine funcionó como centro logístico de base para la Policía y Prefectura. Agustín Parrilla, miembro de la comisión directiva de Villa Dálmine, comenta: “El sábado se utilizó nuestro campo de juego para que aterricen helicópteros que evacuaron cerca de cuarenta niños de una escuela de Lanús que se encontraban de viaje de estudios, quedaron varados a la altura de Alsina y atrapados dentro del micro”. Una vez que los niños y los profesores fueron rescatados y trasladados al club, Parrilla indica: “Destinamos un sector exclusivamente para ellos, les dimos contención y merienda. Conjuntamente con los socios y socias que estaban colaborando los entretuvimos para que el mal momento que vivieron se hiciera más llevadero”. Horas más tarde, se puso a disposición un colectivo que los llevó a sus hogares.
Furchi y Parrilla destacan la solidaridad y la buena predisposición tanto de los hinchas y socios del Villa Dálmine como así también de los propios vecinos de la zona que se acercaron al club para prestar colaboración: “Es impresionante el movimiento solidario que se generó en Campana y zonas aledañas”, comenta Parrilla y revela que las oficinas del club están colapsadas de donaciones de ropa por clasificar: “Como integrante de Comisión Directiva del club, esta cadena solidaria me despierta un sentimiento de orgullo igual de grande que la tristeza que causa toda esta situación”. Dálmine, como club, va a seguir trabajando de la misma manera hasta que todas las personas puedan volver a sus hogares.“Sabemos que esto no se arregla de un día para el otro y nosotros vamos a estar al pie del cañón mientras sea necesario”, concluye Parrilla.

En Zárate, el Club Atlético Defensores Unidos (CADU) funciona desde que se desató el temporal como punto de recepción y distribución de donaciones. “La iniciativa nació desde la voluntad de ayudar a quienes más lo necesitan y fue impulsada por dirigentes, comisión directiva, familias, socios, hinchas y vecinos. Mucha gente se acercó al club a dar una mano, desde ofrecer las camionetas para llevar ropa y alimentos a las zonas más afectadas hasta para cocinar en la olla popular”, declara Luciana Tabano, colaboradora de la Subcomisión directiva del club, y agrega: “Empezamos a preparar viandas para llevarle a la gente y pudimos llegar a más de quince barrios de Zárate con comida ya preparada y calentita, ropa, abrigo, colchones, productos de limpieza e higiene personal. Todo lo que llega al club, enseguida se clasifica y distribuye”. El CADU logró abastecer con donaciones a gran parte de la zona de la Ruta N° 6 y Capilla del Señor. Recorrieron barrios como San Cayetano, Barrio Bosch, Las Violetas, barrio Cementerio de Zárate, Villa Negri, Malvicino, barrio El Gauchito, El Progreso, Pueblo Nuevo, Santa Lucía,  entre otros.

El CADU también trabajó de manera articulada con varios clubes deportivos del distrito: “Hicimos llegar donaciones al Club Mitre, a Independiente, a Belgrano y a las canchas del DAM”, expone Tabano, quien no recuerda una inundación de esta magnitud en la zona y señala: “Hubo mucha gente tuvo que evacuar y también hubo mucha gente que no quiso abandonar sus casas”.

La Asociación del Fútbol Argentino informó a través de un comunicado oficial: “Defensores Unidos, Villa Dálmine y Puerto Nuevo, se encuentran recibiendo en este momento evacuados de zonas afectadas por las inundaciones y todo tipo de donaciones cumpliendo con un importante rol asistencial”. Asimismo, ante la suspensión de los partidos de las categorías de ascenso, en la próxima fecha los clubes locales de las diversas categorías podrán recibir donaciones para la gente de Campana y Zárate. En esa línea, Tabano destaca: “muchos clubes del ascenso se pusieron en contacto con la comisión directiva de nuestro club para hacer llegar camiones de mercadería para los días que siguen, porque el agua empezó a bajar, pero los daños quedan”.

“Esta no fue una movida de fin de semana, es algo que va a continuar hasta que logremos reponernos”, concluye Tabano.

Esta vez gasearon a los curas

Esta vez gasearon a los curas

Una procesión de religiosos de distintos credos acompañaron este miércoles a los jubilados que reclaman aumento de haberes y la gratuidad de los medicamentos. Las fuerzas de seguridad no le tuvieron piedad y también los reprimieron. El padre Paco Olveira termino en el piso, apaleado y con gas pimienta.

Otro miércoles con un nuevo hito en la represión a las marchas de jubilados: Francisco Olveira, el Padre Paco, fue golpeado y rociado con gas pimienta por segunda vez en el lapso de una semana. El hecho se dio en el marco de una convocatoria a organizaciones religiosas y culturales que, siguiendo el comunicado de la Mesa Ecuménica, acudieron con vestimentas y símbolos religiosos a las inmediaciones del Congreso Nacional, donde los jubilados se concentran periódicamente desde fines del 2024. En agitado diálogo con ANCCOM, todavía afectado por los gases, el sacerdote declaró: “Pasó lo que pasa todas las semanas: una represión absolutamente indiscriminada a los jubilados. Este miércoles era el campito de la fe: musulmanes, judíos, católicos, evangélicos y cristianos en general, acompañando el reclamo de los jubilados. Tienen miedo a los curas: vallaron todo el Congreso; la Bullrich violando su propio protocolo. Eso es lo que pasó, ni más ni menos”.

La marcha se fue gestando a la sombra de un fuerte operativo de seguridad, que implicó el cierre total de las avenidas Rivadavia y Callao por efectivos de la Policía Federal, Prefectura y Gendarmería. Los jubilados fueron los primeros en enfrentarse al Congreso vallado, todos con lienzos de la organización respectiva. La comitiva de los curas entró por la calle lateral: con estolas sacerdotales, un hábito franciscano e imaginería de la Virgen de Luján. De ahí en más se desencadenó la represión, chorros de gas pimienta desde la fila de escudos, hasta que el Padre Paco, tras verse rodeado por la policía, terminó recibiendo asistencia contra la cortina metálica de un kiosco, golpeado y rociado tres veces en la cara. Al levantarse, sin embargo, se lo veía sereno: “Acá estamos, por eso nos tienen miedo —afirmaba—. Tienen miedo al Dios que derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes”.

Y es que la marcha mezclaba un tono a la vez combativo y eclesiástico: en una vereda, un anciano que recibía primeros auxilios no se quería acostar, “tirado como un muerto”; en la vereda contraria, el Padre Rodolfo de Merlo, gaseado en sus hábitos franciscanos, daba un sermón ante los escudos de la PNA: “¡Éste trabajo los bestializa a ustedes! ¡Se están portando como bestias, gracias a la bestia que los está mandando!” Se mezclaban sotanas con camisetas de Chacarita, cacerolas y cantos gregorianos, mientras Gendarmería barría la calle hacia un lado, la Federal iba al trote hacia el otro, y los voluntarios de primeros auxilios atendían a ancianos que se descompensaban. Siguió el padre Paco: “Tenemos que decir que todos deberíamos tener dignidad para vivir, y sobre todo los jubilados y las jubiladas. El Papa Francisco repetía: ‘En ellos está la sabiduría de nuestro pueblo. Piden justicia y les dan gas pimienta’. Hoy nos volvieron a dar gas pimienta”.

Ya cerrando la tarde, tras una foto grupal, los sacerdotes, feligreses y manifestantes corearon el Himno Nacional, al que siguió un Padre Nuestro. El policía encargado del rifle se estaba fumando un cigarrillo, y el padre Paco, vistiendo una remera de El Eternauta, saludaba y atendía a los medios en el camino de vuelta al Instituto Patria, que sirvió como centro de asistencia a los afectados. La misma Cristina Fernández de Kirchner bajó a comprobar el estado de Nicolás Capresi, dirigente del Frente de Trabajadores Excluidos que fue herido en la cabeza al defender a Paco de la policía. El Padre que apenas de recuperarse arengara: “¡Francisco está feliz: jubilados haciendo lío!”

Esta marcha se suma a las de todos los miércoles para demandar, entre otras cosas, un aumento en los haberes jubilatorios, la cobertura del PAMI a medicamentos esenciales y la prórroga de la moratoria previsional. Las concentraciones se repiten todas las semanas desde septiembre del 2024 a partir del veto a la reforma jubilatoria por el presidente Javier Milei, y tuvieron como hito repudiable el ataque al fotoperiodista Pablo Grillo que, tras pasar por terapia intensiva, aún se recupera del impacto de un cartucho de gas en la cabeza. Francisco Olveira ya había sido golpeado en la marcha del pasado miércoles 7 de mayo, resultando herido en la ceja, y encabezaba la convocatoria a organizaciones religiosas que emprendiera la Mesa Episcopal.