Pedagogía barata y patos de goma

Pedagogía barata y patos de goma

A dos años del inicio de las prácticas preprofesionales en los secundarios de CABA, docentes y estudiantes coinciden en que el sistema está desorganizado y que se mezclan experiencias frustrantes con algunas positivas. El azar y el compromiso de las instituciones que reciben a los estudiantes parecen determinar el éxito de la experiencias.

“La agencia de publicidad Maco le pidió a mis estudiantes de Orientación en Ciencias Sociales que hicieran piezas de marketing para la Universidad Católica Argentina como ‘cliente’. El curso que creara la mejor campaña, se ganaba un patito de goma de la empresa”, cuenta Juan Filippone, referente de las ACAP en la Escuela N° 4 D.E. 19° de Nueva Pompeya.

Según el GCBA, las ACAP son “experiencias pedagógicas concretas y en territorio destinadas a acercar a los / las estudiantes al mundo laboral, cultural y a la formación superior”. Están diseñadas para estudiantes de 5° año de secundaria de gestión estatal y privada en CABA; comenzaron en 2022, luego de la implementación de la Nueva Escuela Secundaria en 2015. Son obligatorias y deben realizarse en espacios laborales relacionados con la orientación del curso, según la reglamentación.

Pero, ¿qué hay detrás de tantas palabras escritas en papel? ¿En la práctica quién termina haciéndose cargo de que la práctica les sirva a los estudiantes? ¿Cómo está resultando lo que para muchos es la primera práctica en un entorno laboral? Las experiencias recopiladas en 2023 no parecía demasiado promisorias.

Organizaciones

El Ministerio de Educación de CABA asigna a las escuelas públicas distintas organizaciones del sector público, privado, de estudios superiores o sociocomunitarios para desarrollar las ACAP. En cambio, las escuelas de gestión privada deben contactar directamente a las instituciones. En las prácticas participan 116 escuelas de gestión estatal y 326 privadas.

Los estudiantes de Filippone no fueron a la oficina de la agencia de publicidad Maco, porque, según les explicó el gerente, las empresas ahora funcionan en modalidad home office, así que las tareas eran en casa o en el aula: “Mis estudiantes no tienen formación en marketing para hacer estas tareas”, aclara. En este y otros casos, más allá de la buena predisposición, la práctica no parece tener mucho sentido. Pero tampoco la buena predisposición puede darse por garantizada.

“Cuando llegamos, la referente nos dijo que no los habían capacitado y que no tenían personal ni presupuesto para recibir a veinte adolescentes”, comenta Filippone sobre una ACAP en la Reserva del Lago de Lugano. Al respecto, explica que “el gobierno porteño tira sobre la comunidad educativa la responsabilidad de armar una propuesta pedagógica para la organización”.

Filippone, el referente ACAP, también reconoce que las experiencias son variadas y hay quienes logran aprovecharlas: “Tenemos gran cantidad de estudiantes hijos de inmigrantes y algunos son la primera generación en egresar de la secundaria. Quizás estas prácticas les son útiles para ampliar su horizonte de trabajo y oportunidades de estudio”.

Otros de sus alumnos, esta vez los que cursan la orientación en Comunicación, tuvieron la ACAP en un Centro de Monitoreo de la Policía de C.A.B.A., donde les pidieron relevar la comunicación interna y plantear ideas para hacerla más eficiente. “Tuvieron una salida didáctica para monitorear las pantallas de la policía”, cuenta Filippone a ANCCOM.

En otras escuelas las experiencias también son variadas, como si no hubiera una estructura clara. Por ejemplo, a Joaquín, egresado en 2023 del Belgrano 1 de Nuñez con orientación en Economía, le asignaron la ACAP en la Feria del Libro, en La Rura,l con una empresa de plataformas digitales educativas, Ticmas: “Vendíamos un sistema de programación para escuelas con robots y juegos, pero no tenía nada que ver con lo que veíamos en el colegio”.

“Me tocó hacer la ACAP en la Escuela Metropolitana de Arte Dramático. Mi colegio es de Lenguas, no tiene vínculo con el teatro. Asistimos por dos semanas, cinco horas cada día, a clases de Filosofía y Expresión Corporal. Mirábamos las clases en silencio”, relata Leri, estudiante de 5° de la E.N.S. en Lenguas Vivas Nº.2 «Mariano Acosta” del barrio de Almagro, con orientación en Pedagogía y Educación. «Nadie nos orientaba. No hacíamos nada», concluye.

Además, las ACAP incluyen ciclos de charlas previas a las prácticas. En 2023 y 2024, el Ministerio de Educación de CABA organizó charlas de jóvenes hackers, mujeres en el campo de la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM), y de “emprendedores” como Marcos Galperín, fundador de Mercado Libre, que contó cómo creó su empresa. “Muchos se enojaron con el de Mercado Libre, porque contó que fue a estudiar al exterior y que era muy fácil tener una empresa. No nos sentimos identificados con su historia porque él fue súper privilegiado”, cuenta Carolina.

Juan Filippone, referente de las ACAP en la Escuela N° 4 D.E. 19° de Nueva Pompeya.

Un horizonte aleatorio

Ricardo Barone, rector de la Escuela de Comercio Nº 1, Joaquin V. González de Barracas, comenta que a los estudiantes con orientación en Turismo o Economía y Administración les asignaron el Banco Santander, Todo Moda y el Consejo de la Magistratura desde 2022. Cuando comenzaron, tuvieron dificultades con la planificación, pero tras reclamos al Ministerio de Educación, mejoraron la relación con las organizaciones y tuvieron buenas experiencias. “En el Santander, pudieron profundizar sus conocimientos en administración y habilidades financieras. Las prácticas fueron muy bien organizadas”, cuenta Barone a ANCCOM.

A su escuela asisten chicos y chicas de situaciones económicas vulnerables de Zona Sur, Zavaleta, Bajo Flores o del conurbano. El rector ve muy importante a las ACAP para que “chicos que pueden ser discriminados por su origen puedan tener acceso a estos espacios laborales. Uno de mis estudiantes tuvo una entrevista en el Banco Santander después de la práctica”.

Carolina, egresada del I.E.S. Lenguas Vivas “Juan Ramón Fernandez” de Retiro en la orientación Bilingüe, realizó su práctica en 2023 en ventas y recepción en el hotel El Conquistador: “No hablábamos con los clientes. Íbamos de a cinco a la recepción a mirar en silencio. Había solo un asiento para compartir. No tenía nada que ver con mi orientación”, cuenta. Carolina también señala la falta de orientación en el hotel: «Nadie nos explicó en qué consistían las ACAP, no estaban listos para recibirnos. Cuando quedaba tiempo libre, nos llevaban al sótano del hotel y nos quedábamos cantando entre nosotros. Para mí, la práctica no sirvió para nada, no lo puse en mi currículum”, cuenta.

Carolina también tuvo una clase de orientación vocacional: “Dejaron un montón de fotos de edificios o frutas y tenías que pensar a qué te remitía para imaginar qué querías estudiar”. La estudiante agrega que la desorganización afectaba sus estudios: “No avisaban con tiempo. A veces, las fechas de las ACAP arruinaban los exámenes, porque de repente cinco personas se iban de la clase”. También menciona que en las prácticas no les ofrecían comida: “Solo un día las chicas que atendían nos compraron un budín”.

Al respecto, Barone, rector de la escuela de Barracas, comenta que ellos le hacían llegar las viandas del gobierno a la organización. “Los chicos decían que no tenían ropa adecuada para las prácticas, así que se las conseguimos. Ellos necesitan nuestro apoyo para lograr estas oportunidades”, reflexiona.

La desorganización en las ACAP también se aprecia en las necesidades de transporte de los estudiantes. Algunas instituciones quedan muy lejos de los colegios, y los adolescentes deben trasladarse por su cuenta. Filippone comenta: “El gobierno porteño no pone micros. A uno de mis estudiantes le pegaron un culatazo en la nuca y le robaron el celular mientras esperaba el colectivo para ir a la ACAP en el Instituto de la Vivienda en Lugano”. Filippone también señala que el contenido de las ACAP “está lejos de lo que enseñamos en las materias. Es muy difícil conectarlo, porque asignan la ACAP durante el año y no hay tiempo para preparar los contenidos”.

¿Motivación sin planificación?

Agustina Corica, investigadora de CONICET y del Programa Juventud de FLACSO, sostiene que las ACAP, “en teoría son interesantes. El vínculo entre la escuela y el trabajo es muy motivador para los estudiantes, ya que es un puente para conocer entornos nuevos”. Sin embargo, aclara: “La implementación está siendo muy diversa y difícil. El Gobierno de la Ciudad no está garantizando una red de acompañamiento adecuada en las prácticas, lo que desmotiva a los estudiantes”.

Por su parte, Marcelo Parra, Secretario Adjunto en la Unión de Trabajadores de la Educación cuenta a ANCCOM que “desde la implementación hubo una mejoría en la organización de las ACAP. Al comienzo, las rechazamos porque estaban vinculadas al emprendedurismo y no explicitaban procesos pedagógicos reales. No había acompañamiento real en los entornos laborales”.

Parra explica que en el último año el conflicto se apaciguó, por lo que desde UTE no realizaron un relevamiento de las prácticas en 2024. “No vemos mal que les estudiantes tengan acercamiento al mundo del trabajo y de los estudios superiores, el tema es la forma y la intención que le impone el Gobierno de la Ciudad”, aclara.

Si bien hay algunas mejoras en la organización de las ACAP en el último año, el Ministerio de Educación de la Ciudad delega toda la responsabilidad en los estudiantes, profesores, referentes, directivos y organizaciones para que resulte una experiencia pedagógica fructífera. Sin embargo, si el Gobierno porteño profundizara en la red de apoyo y capacitación para las organizaciones, estas actividades podrían ser un puente para que las y los jóvenes accedan a nuevas oportunidades laborales y universitarias para ampliar su horizonte de expectativas de futuro.

La estafa como medio de vida

La estafa como medio de vida

Esta semana se estrena «Tiempo de Pagar», la ópera prime de Felipe Wein, un film sobre la vida de “un arbolito” de calle Florida.

Tiempo de Pagar es una nueva película argentina que retrata un singular fenómeno de la Ciudad de Buenos Aires: la calle Florida y sus arbolitos, aquellos personajes que cambian divisas en la vía pública. El largometraje se centra en Richard, un hombre que siempre le debe plata a alguien, que engaña a su novia y al que siempre lo corre algo. Sin embargo, se las ingenia para salirse con la suya a último minuto. Con una duración de 62 minutos, la película hace un energético recorrido de un par de días de la vida de Richard, en los que su situación se complica cada vez más.

La combinación entre la corta duración del film con una acertada banda sonora y excelentes actuaciones hacen que el espectador se sienta completamente inmerso en la historia. La película fue parte del BAFICI 2024, tendrá su estreno el 7 de noviembre en el Cine Arte Cacodelphia y las entradas estarán disponibles para la venta a partir del 24 de octubre. Se trata de la opera prima de Felipe Wein, quien dialogó con ANCCOM de cara a su estreno oficial.

¿Cómo surgió la idea para esta película?

La inspiración viene de cuando estábamos haciendo la postproducción de un corto en el microcentro con mi socio, el productor de la peli, en 2021. Salíamos del estudio de sonido y nos encontramos en plena peatonal Florida o Lavalle, centro de Buenos Aires. Ahí veíamos estos personajes particulares y dijimos “estos tipos están para una historia”. Después pasaron cosas en el medio, agarré un par de trabajos,y no pude seguir con eso. Pero un año después nos sentamos y dijimos: “A ver, ¿qué tenemos?” Porque habíamos escrito varios guiones, un par que eran poco realizables para la cantidad de recursos finitos que teníamos, y dijimos “escribamos algo que podamos filmar; en el microcentro tenemos las locaciones”. Dimos con un primer borrador de unas quince, después hicimos diez páginas más. Teníamos como un mediometraje y a dos meses de filmar dijimos: “No vamos a hacer toda una movida por treinta páginas de guion, escribamos treinta páginas más y tenemos un largometraje”. El equipo acompañó desde siempre, desde el minuto uno, los actores también. Pero todo nació de scoutings de paseos. Yo estuve tres meses recorriendo el microcentro para entender toda la fauna de personajes que había. Y salió de esa manera.

¿Fue una decisión hacer una película corta?

Yo creía que tenía que ser corta. Esto de que primero era un corto y después se hizo largo  influyó bastante. Si hubiésemos tenido más dinero, quizá algo más contábamos, pero estoy bastante contento con la duración. Primero, porque ayuda a estar completamente inmerso, que nadie se pierda en la película, nadie relaja la mente, todos están demasiado adentro. Entonces, en la sala de montaje teníamos como una duración de una hora y cuarto en el primer corte. Y fuimos sacando cosas como para que la película esté 100% enfocada desde el punto de vista del personaje principal, de Richard, pero te diría que es una decisión compartida tanto de presupuesto como creativa, para poder ingresar fuerte en la cabeza del personaje.

En una charla que diste sobre la película dijiste que se agregaron escenas durante el rodaje ¿Cómo fue eso?

La filmamos en tres tandas, rodamos una parte en diciembre del 2022, otra parte en marzo del 2023 y unas últimas cinco jornadas en agosto 2023. Yo edité lo que filmamos en diciembre, en enero y febrero y dije: “Falta algo en la mitad de la película”, que es toda una secuencia en el casino. Y esa secuencia la escribí en la sala de montaje, pero por una decisión ya plenamente creativa, de decir “en el punto B de la película tiene que pasar algo, que se expandan los tiempos y que parezca que el personaje va a conseguir lo que tiene que conseguir en la película”. Me parece que estaba bueno como gancho para el espectador, para tensionar más, también porque era una escena que siempre quise filmar, una escena en un casino clandestino. Cuando uno va filmando se va dando cuenta de lo que le faltó la jornada anterior, entonces el día siguiente filmamos más planos para la escena de persecución, más planos para esto, filmamos de nuevo un detalle. Eso se va dando todo el tiempo por cuestiones lógicas de que algo te queda colgado en la jornada anterior y tenés que volver a filmar. Te quedas pensando durante la noche, yo soy bastante de no dormir en esos días que filmo. Me quedo pensando bastante.

¿Cómo fue la producción de la película?

Fue una producción muy pequeña, nosotros no teníamos nada más que los equipos que nos daba la universidad y diez o doce personas que pusieron algo de su dinero. Después yo conseguí algo más de plata, pero fue hecha muy a pulmón.

En los agradecimientos aparece un montón de personas que contribuyeron.

Mucha gente. Hay una película que se llama La Uruguaya, que la hicieron a través de Orsai, de Hernán Casciari. Armaban como bonos de 100 dólares, 200 dólares, y al final hubo como dos mil productores y cada uno tiene una parte muy pequeña de la película. Y de esa manera se fue formando el presupuesto, como un crowdfunding bastante amplio. Ese fue un ejemplo para el modo de producción, que está bastante bueno. Viendo que ahora el INCAA está frenado, son las únicas maneras de poder financiar una película.

¿Entonces vos no tuviste financiamiento del INCAA?

No tuve financiamiento del INCAA. Pero soy 100% defensor del INCAA.

Fue más por una decisión propia.

Fue una decisión de producción. También había mucho papeleo en ese momento, era 2023. Yo no tenía puntos como para presentar un proyecto al INCAA, podía haberlo hecho pero me hubiese demorado mucho y ese momento era el que yo tenía libre para poder filmar. Venía de un año y medio de estar en un par de películas y una serie como asistente de dirección. El momento que se me dio, dije “es ahora que hay que meter esto, ahora sí o sí”. No filmaba ficción hacía tres años, había realizado mi primer corto en 2019. Y dije: “Es ahora que hay que hacerlo”. Estaba dado todo como para que sea ese mes, en ese momento, con Argentina jugando el Mundial. No podíamos demorarnos más y por eso lo hicimos de esa manera. Pero yo creo que tiene que existir la financiación del Estado, porque el cine es un ecosistema. Creo que eso lo dijo Llinás, el cine es un ecosistema en el que tienen que coexistir varias películas y no solamente las que puedan recuperar su dinero. Si lo pueden recuperar, mejor, pero tienen que existir todas. Es tristísimo lo que está pasando y hay mucha desinformación sobre cómo funciona.

Dicen que hay que películas que la ven cuatro espectadores…

Esa frase, “No vamos a financiar películas que no tengan espectadores”, es demagogia pura.  ¿Qué película no quiere tener espectadores? Primero que nada, no se puede saber desde el vamos qué película va a tener espectadores. Y como organismo tenés que ayudar, justamente, a conseguir espectadores. Un problema que tuvo el cine argentino es la distribución, la exhibición de esas películas. Entonces, creo que ahí es donde había que mejorar cosas. Y no tanto en censurar tipos de películas. Eso está mal, lógicamente.

Es muy extraño que decir “la censura está mal” sea controversial.

Tremendo, pero es así. Pero bueno, son así, son destructivos.

El final de la película se inspira y  hace un paralelo con Nueve Reinas. ¿Por qué decidiste hacer un final así?

No sé, como que en Argentina da la sensación de que todo está por explotar. Y a veces ha explotado, pero es como que todo el tiempo parece que algo va a pasar. Entonces, ese componente narrativo era una bomba como para guardársela para el final. Aparte, para mí lo que más importa no es la situación. O sea, es una película que tiene mucho contexto argentino, mucha política, un intento de mostrar lo real. Pero me importaba más el personaje, hacer como un estudio de él y que ese contexto esté hablando también de ese personaje. Entonces lo que pasa al final me parecía como que era lo natural, que puede pasar eso en la realidad en la que vive él. En la última escena, él tiene que resolver. Me parece que en esas situaciones, en las que los personajes están bajo presión, es cuando se ve su verdadero carácter. Entonces cuando le ocurre lo que le ocurre, él tiene que actuar.

El personaje es alguien que ve todo como intercambiable, tiene muchos amigos a pesar de que le debe plata a todos ¿Cómo surgió?

Lo primero que nació fue el personaje, por ahí antes que esto del microcentro, de ir con el productor y caminar por las calles, buscar ese mundo. Yo toda la vida fui un chico que me gustaron ese tipo de personajes, que no cumplen con el parámetro de la buena persona, con el manual de cómo hay ser en la vida, sino todo lo contrario. Son como más entrañables, más seductores, más incorrectos, también. Me parece que es mucho más divertido el cine cuando tenés personajes que tienen más fallas. Por ejemplo, en Taxi Driver, Travis Bickle es un perverso, un loco, por ahí tiene un buen corazón, pero es un tipo que es medio pervertido, medio raro. Hay una película que se llama Red Rocket, de Sean Baker, que es el ganador de la Palma de Oro de este año, que el protagonista es un actor porno que se dedica a estafar a mucha gente. Entonces me dije: “Voy a hacer una como Taxi Driver o Red Rocket”,. Tenía ganas de tener un personaje de ese estilo. Me parecía para dirigir, conseguir a ese actor. Y Juan Nemirovsky, que es el que hace de Richard, es magnífico. Cuando lo conocí, dije: “Es él”. Tiene todo para ser Richard. Me acuerdo que le dije al productor: “Esta película la hago con él, no hay otra persona. No puede haber otra persona”. Y para mí es lo mejor de la película, sin dudas, la actuación de él.

¿Cómo lo conociste a él, cómo lo encontraste?

Lo conocí trabajando en una serie, Felices los Seis, que salió este año, de HBO. Pero la hicimos en 2022, y me acuerdo que lo ví y le dije “vos vas a actuar en mi corto”. Él es rosarino, vive allá. En el rodaje de Felices los Seis  iba y venía, es un loco lindo. También tenía como una forma de caminar y de hablar que a mí me gustaba mucho. Después, cuando le dije que era un largo, él se copó, vino acá, se quedó en mi casa viviendo esas semanas de rodaje, vimos el Mundial juntos. Nos hicimos muy amigos y le puso una garra increíble. Creo que es un ejemplo, es un tipo de 41 años, es muy reconocido en Rosario, tiene mucho trabajo, tiene una escuela de teatro, no para de filmar publicidad y le mete mucho a su trabajo. Y accedió de todas formas a estar en una película independiente, en ese momento él no sabía quiénes éramos, me conocía a mí pero poco. Y se acopló al grupo técnico como si nos conociéramos de toda la vida.  Es un ejemplo de persona y aportaba una energía muy positiva para el rodaje. Siempre siguió adelante y eso que en la filmación le pasó de todo. En las persecuciones, los peatones creían que era un ladrón de verdad, lo tacklearon…  y él siguió adelante. O sea, cualquier actor te dice “No, basta, en estas condiciones yo no filmo más”. Y él todo lo contrario; se rió.

 

“Es un sueño inventar todo un universo automovilístico”

“Es un sueño inventar todo un universo automovilístico”

En medio del resurgimiento de la popularidad de la F-1 tras la aparición de Colapinto, Sofía Minatel publicó “Marcas en la pista”, su segunda novela que cuenta la historia de una piloto argentina que llega a la máxima categoría.

Desde 2018, Sofía Minatel quería escribir una historia sobre autos, “como inventar una competencia o algo así”. Entonces, fue a lo más cercano que tenía, la Fórmula 1, porque algo conocía de mirar documentales y películas. Empezó a investigar y justo coincidió con el nuevo boom de la categoría, tras la llegada de Franco Colapinto al equipo Williams. Entrevistada por ANCCOM, la joven autora cuenta de qué se trata Marcas en la pista, su segunda novela, presentada recientemente, y cómo es autopublicarse en plena crisis económica.

 

¿Qué podés adelantar de Marcas en la pista?

Es un libro new adult, está dirigido a personas en sus veinte años. Es sobre la vida de un piloto italiano y una piloto argentina en un nuevo equipo tras algunos problemas que tuvieron con otra escudería, con dramas dentro y fuera de la pista. Se consigue en físico y en formato digital en Libros Creativa.

 

¿Alguien que no sabe nada de Fórmula 1 lo puede entender?

Explico lo suficiente todo el contexto como para que se entienda. No bombardeo con cosas técnicas porque no tiene sentido, no voy por ahí.

 

¿Cómo empezaste a escribir?

Empecé desde muy chica, a los seis o siete años. Tengo el recuerdo de tener ciertos cuadernos o agendas donde iba escribiendo, también era de leer mucho y eso influenciaba. Al principio escribía cuentos cortos sobre cualquier cosa y después eran historias de fantasía.

¿Cómo fue la experiencia con tu primer libro, La causa?

Se me ocurrió hace diez años, en el boom de las novelas y películas distópicas. Tenía la idea de una historia de aventura, pero no se me terminaba de ocurrir qué. Me contacté con Editorial Dunken de casualidad, porque había averiguado en otras. Les dije que tenía la novela terminada y necesitaba editarla, me pasaron los contactos de varios editores, me contacté con una y me editó la novela. Hasta que llegó la pandemia y tuve que parar todo. Cuando retomé volví a contactarme con Dunken. El proceso fue rápido porque quería publicar lo antes posible para llegar a la Feria del Libro.

 

¿Hubo diferencias con la publicación de Marcas en la pista?

Siempre publiqué de manera independiente porque no tengo una editorial atrás que me diga “me gusta tu idea” y me compre los derechos. Hace un año estoy con Creativa, que es una agencia de servicios literarios que además publican. Tienen editoras y diseñadoras que trabajan para ellas. Creativa hace el marketing del libro, me sirvió mucho hacerlo para La Causa. Estoy muy conforme. Ahora tengo más control, hay otra confianza y cercanía, no es un equipo grande como una editorial, entonces me fue más fácil estar encima de todo. Soy detallista, quería ver lo que pasa y aprender de eso.

 

Estás por graduarte en la carrera de Ciencia de la Comunicación de la UBA con una tesina sobre los fanatismos en la Fórmula 1, ¿se cruzaron los proyectos?

Sí, sobre todo con la manera de plantear determinados temas. Ahora tengo el peso de la carrera atrás, incluso está implícito en la historia. Trabajando en la tesina me di cuenta que tenía que ser neutral, no podía meter todo lo que pienso sobre determinada cuestión porque no funciona así. También hablo de los fanfics (“ficciones de fans”) en la tesina. Muchos creen que son las historias de “Rayita” (novelas de Wattpad donde la protagonista es la propia lectora en el universo de sus artistas favoritos) pero es un mundo más amplio. No hay que subestimar a los fanfics como escritura.

 

¿El panorama está cambiando para los nuevos autores por las redes o plataformas como Wattpad o Archive Of Our Own?

Las redes sociales ayudan un montón porque te dan la facilidad de llegar al público de otra forma, más rápido. Subiendo videos o contenido llegás a gente que de otra forma no hubiera dado con vos, incluso si el libro ya está publicado. Creo también que el fenómeno booktok (usuarios con cuentas dedicadas a reseñas de libros) hay que tomarlo con pinzas, porque no todo lo que se hace viral vale la pena. No digo que todo sea malo, pero uno cree que porque un libro es viral es buenísimo y a veces no es así. También pasa todo lo contrario, capaz es un libro bueno, pero no se lo conoce mucho.

 

¿Cómo manejás el bloqueo creativo?

Tengo dos posibilidades: releo cosas ya escritas, como escenas importantes o avanzo a algo que quiera escribir. O también dejo todo y me voy a hacer otra cosa, a caminar, escuchar música, dejo todo ahí.

 

¿Y cómo te ves de acá a cinco años?

Ojalá que siga escribiendo y pueda vivir de esto. Que sea la carrera o profesión para el resto de mi vida. Ahora es complicado, al pagar todo yo para editar e imprimir, ganancia real no tengo porque no logré aún cubrir los costos. Quiero escribir fantasía, tengo una historia que nunca termino de darle la vuelta. También me gustaría una romcom (“comedia romántica”). De Marcas en la pista me gustaría que se escriban fanfics.

 

¿Qué tal te llevás con las críticas?

Con mi anterior libro, La causa, hubo alguien que no le gustó mucho, le puso dos estrellas en Goodreads (página web para reseñar libros, popular entre los jóvenes lectores) y me indigné. Pero estuvo muy educada y la entiendo, yo también leí libros que no me engancharon. En Goodreads hay gente que reseña con una estrella sin decir por qué. Ahora me acostumbré y lo tengo asumido, pero al principio pensaba en eso todo el día.

 

¿Estás preparando la segunda parte de Marcas en la pista?

No lo iba a hacer, es autoconclusivo el libro. Pero mientras escribía a los personajes ideé una historia a futuro que en tres libros se termina perfectamente, tipo trilogía. Estoy en la mitad de la segunda parte. Es un sueño inventar todo un universo automovilístico.

Un nuevo abrazo para Abuelas de Plaza de Mayo

Un nuevo abrazo para Abuelas de Plaza de Mayo

La organización conmemora su 47° aniversario este 22 de octubre. Celebrará en el Teatro Argentino de La Plata y convoca a una campaña de abrazos, viralizada en redes sociales, durante el Día Nacional del Derecho a la Identidad.

El  22 de octubre de 1977 se conmemora el aniversario de Abuela de Plaza de Mayo, aquellas madres que seis meses después de las primeras rondas a la Pirámide de Mayo, se agruparon para, además de sus hijos e hijas desaparecidos por el terrorismo de Estado, buscar a sus nietos desparecidos o nacidos en cautiverio.  En un principio, se bautizaron como “Abuelas Argentinas con Nietitos Desaparecidos”, y más tarde adoptarían el nombre “Abuelas de Plaza de Mayo”, dando origen a una organización no gubernamental cuyo objetivo es, hasta hoy, localizar y restituir a sus legítimas familias a los niños robados por la última dictadura cívico-militar argentina.

En la actualidad, la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo está organizada en diferentes áreas. Las decisiones las toma la Comisión Directiva, que en sus orígenes estaba integrada solo por abuelas, y hoy son acompañadas por nietos, nietas y hermanos que buscan a sus familiares, que son elegidos cada año en la Asamblea Anual Ordinaria. Manuel Gonçalves, nieto restituido y secretario de la Comisión Directiva comenta en diálogo con ANCCOM: “Ellas son literalmente las madres de personas desaparecidas por una dictadura. Son irremplazables esas figuras, pero no pueden estar activas hoy como la organización lo demanda y como lo estuvieron durante muchos años. Hay un grupo de nietos y nietas que estamos en el día a día, también de hermanos que buscan y algunos tíos y tías que tratan de aportar desde su historia para encontrar a los que aún buscamos”.

Además, Abuelas tiene un equipo de trabajadores profesionales que se distribuyen en 13 áreas como Presentación Espontánea, Prensa y Difusión, Socio-vincular, Jurídica, Investigación,  Psicológica,  Sistemas, Archivo Biográfico Familiar, Recepción, Administración y la Casa por la Identidad, donde se encuentra también la biblioteca y el archivo institucional. Además, cuenta con cuatro filiales y desde 2017, la filial La Plata funciona en el Espacio para la Memoria excomisaría 5ª, que es coordinado por un nieto de la institución, Leonardo Fossati.

“Es una frase muy popular pero Dios atiende en Buenos Aires, todos lo sabemos. Sin embargo, el secuestro y la desaparición de personas se hizo a lo largo y a lo ancho de todo el país y no solo del país, sino de toda Latinoamérica, a través del el Plan Cóndor. No todas las abuelas tenían la posibilidad de viajar, así que se organizaron en filiales”, declara Adriana Metz, miembro de  Comisión Directiva y referente de la filial Mar del Plata de Abuelas.

“Donde había una abuela, hay Abuelas” fue el principio de la organización con el que se formaron las filiales. Actualmente, hay en Mar del Plata, La Plata, Córdoba y Rosario. También existe Red por la Identidad que con sus nodos puede hacer extensiva al resto del país y al mundo la atención de personas que dudan de su origen o que cuenten con información para encontrar a los nietos y nietas desaparecidos, multiplicando la difusión sobre la búsqueda, generando nuevas campañas, charlas y atendiendo consultas que llegan a través de presentaciones espontáneas de personas que dudan de su identidad.

Abuelas de Plaza de Mayo focaliza la búsqueda en personas que tengan dudas sobre su origen biológico, nacidas entre los años 1975 y 1983. Sin embargo, reciben diferentes tipos de consultas, muchas personas se acercan con dudas sobre su identidad por más que estén fuera del rango etario. Adriana agrega: “Cuando empecé a trabajar acá no entendía cómo gente que no tenía nada que ver con la búsqueda de Abuelas consultaba Después entendí que es precisamente porque al ser un organismo de derechos humanos por ahí no podremos ayudar directamente, pero sí podemos saber con quién conectarte”.

Leonardo Doval, miembro del Área Jurídica explica su trabajo: “Atendemos casos de personas que llegan con consultas jurídicas varias. Como Abuelas es un actor social muy importante en la sociedad Argentina, muchas personas, por confianza, se terminan acercando a la institución. En general, logramos hacer una derivación a algún organismo, a alguna organización que sí le pueda brindar otra ayuda”.

Derecho a la Identidad para todos y todas

María Laura Rodríguez, miembro del Área de Presentación Espontánea de Buenos Aires explicaba que en los orígenes del área de Presentación Espontánea, como mucho se atendía a diez personas por año que se acercaban voluntariamente. Pero que, con el tiempo, el número fue creciendo paulatinamente. En el año 2004, el día después al que Juan Cabandié habló en la ex ESMA, habiendo sido restituido unos meses antes y dándose a conocer que había nacido en el mismo lugar, el número de entrevistas se triplicó. Esto fue creciendo exponencialmente con diferentes campañas llevadas a cabo a lo largo de los años. Rodríguez reflexiona: “Una cosa es que te vengan 20, 30 personas. Ya cuando te llegan 800 no te sirve lo que tenés construido como teoría sobre la apropiación. Lo que quedó claro es que la apropiación de bebés por razones políticas fue posible hacerla y  sostenerla porque ya existía lo que se llamó tráfico de bebés. Estaba inserta en una práctica social que preexistía a la dictadura”.

Se han registrado muchos testimonios y casos datados en la década de 1960, durante las migraciones masivas del campo a la ciudad, en las que se llevaron a cabo numerosas apropiaciones de bebés en hospitales, focalizadas en madres jóvenes, solteras y de escasos recursos económicos. “En esos caso, lo que tratamos de aportar es explicar, ordenar eso que trae desordenado la persona, tratar de darle más sentidos, más explicaciones, que la persona que viene con esa angustia se vaya mejor parada”, agrega Rodríguez, sobre cómo orientan a personas de todas las edades que dudan sobre su origen biológico. “Pudimos explicarnos que había apropiación de bebés por razones políticas, robo de bebés y torturadores pero no pudimos asumir como sociedad que también comprábamos bebés porque buscábamos ser madres a cualquier precio. En lugar de acompañar a las mujeres que en esa situación de vulnerabilidad y embarazo adolescente quizá querían ser madres, se las ponía en un lugar que parecía que era más egoístas si maternaban que si lo daban en adopción. Hay que deconstruir el concepto de abandono”.

Luego de las entrevistas orientativas, Abuelas deriva a las personas que dudan de su origen a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI), que a través del estudio de la documentación y, en el caso que lo requiere, de un análisis de ADN busca esclarecer su identidad. Aquí, además se ha creado un área que se ocupa específicamente de mujeres que han tenido partos y que dieron a su bebé en adopción voluntariamente, o les dijeron que su bebé había nacido muerto. Se les guarda una muestra de ADN para ver si a futuro puede vincularse con el de otra persona que quiera resolver su identidad. 

No obstante, la restitución de la identidad no es solo a través de la inclusión genética en un grupo familiar. Abuelas cuenta con el Archivo Biográfico Familiar en el que existen entrevistas a familiares, amigos, vecinos de desaparecidos para que la persona que restituye su identidad pueda también reconstruir su historia familiar. Rodríguez explica: “En el apogeo del ADN parece que la identidad es lo biológico y nada más. Pero para Abuelas nunca fue eso, en su práctica nunca la identidad es solamente un ADN en común”.

La donación como sostén

            Claudia Poblete, que restituyó su identidad en 2000 y hace unos años integra la Comisión Directiva de Abuelas, habla sobre la transmisión y el trabajo con las nuevas generaciones. ”Los programas académicos que acompañan Abuelas interesan a las nueva generaciones que  nos ayudan a pensar estrategias de búsqueda, pero también son importantes para que el mensaje de Abuelas siga vigente en la sociedad. El trabajo que las universidades hacen junto a las Abuelas también es una herramienta muy potente de difusión”.

Desde octubre de 2023, y frente al desfinanciamiento del gobierno Nacional, Abuelas debió iniciar la búsqueda de otros fondos de financiamiento para sostener su enorme tarea. En ese sentido, cuenta con una campaña de donación activa a la que se puede acceder por la página web. Claudia agrega: “A veces causa sorpresa el hecho de saber que la remamos como la rema tanta gente. Sabiendo cómo está la situación del país, sabemos lo sensible que es hablar de plata en estos momentos y no queremos ser insensibles a eso. Acá hay gente que trabaja, que está formada y le da un valor muy grande a la institución. Nos hemos ido formando en esto que es algo muy único en el mundo y que no podemos perderlo por no poder sostener su trabajo. Por eso necesitamos del apoyo de todos y todas los que se sienten motivados a acompañar a las abuelas”.

47 años

Como todos los años, Abuelas realizará un acto aniversario para conmemorar sus 47 años de lucha, en esta ocasión el 23 de octubre, en el Teatro Argentino de La Plata, con diferentes músicos y artistas invitados y la conducción de los nietos Manuel Gocalves y Leonardo Fossati. Además, el 22 de octubre se conmemora el Día Nacional del Derecho a la Identidad. En esta oportunidad, a 20 años desde la sanción de la Ley, la Asociación convoca a la sociedad a sumarse a la campaña “Un Abrazo para Abuelas”. El objetivo en visibilizar la búsqueda de los 300 nietos y nietas que falta encontrar y la defensa del derecho humano a la identidad. La idea es compartir en las redes sociales a través de una frase, una foto, una canción, o lo que el público desee, por qué es importante seguir apoyando la lucha de las Abuelas.

Poblete comenta sobre los tiempos que atraviesa la institución: “Es un desafío hacia adentro, de construcción, y es un desafío hacia afuera que también podamos construir esta nueva identidad, con un recambio generacional. Porque no solo nos tenemos que reconocer nosotros, sino que los actores que interactúan con nosotros también tienen que poder reconocer eso. Es un trabajo y un desafío que nos encuentra en este momento, con un contexto muy contrario, así que es una situación bastante compleja. Por eso en este aniversario pedimos ese abrazo a Abuelas, porque lo necesitamos, necesitamos que cada uno busque un poquito dentro de qué manera puede abrazar a Abuelas porque sabemos que es importante para la sociedad argentina”.

Jubilados sin remedio

Jubilados sin remedio

Los adultos mayores se movilizaron frente al PAMI para reclamar la provisión de los medicamentos gratuitos que fueron eliminados de la cobertura social por el gobierno de Javier Milei.

Este viernes se llevó a cabo una gran movilización por parte de jubilados y agrupaciones políticas frente al PAMI, con el objetivo de reclamar por la devolución de la cobertura del 100% de los medicamentos. La manifestación comenzó a las 11 de la mañana en Avenida Corrientes 655, donde el organismo tiene su sede central, y concluyó con un semaforazo en Florida, cerca de las 13.

Carteles, banderas y cánticos, fueron los elementos esenciales para demostrar que los adultos mayores cuentan con fuerza para hacerse escuchar. La utilización de un megáfono en la vereda permitió que todos los jubilados que quisieran hablar de la situación que atraviesan, pudieran hacerlo. El semaforazo comenzó justo al mediodía y se convirtió en una tácticas que permite visibilizar sus reclamos.

Una de las manifestantes que se hallaba en el lugar fue Olivia Riquelme de la Unión de Trabajadores Jubilados en Lucha (UTJEL),  quien indicó a ANCCOM la importancia de luchar y que los jubilados se sumen a estas convocatorias, que tienen como fin la recuperación de los derechos perdidos. “Estoy movilizándome por los jubilados, por nosotros mismos, porque nos sacaron la medicación. Teníamos el 100% que nos daban y ya no la dan. Están dando alguna medicación oncológica, pero conseguirla te cuesta tu vida. Somos adultos mayores y se perdió la conciencia de respeto hacia los más grandes”, dijo y agregó: “Tengo psoriasis y tenía que usar la crema de Bagó que pagaba 20.000 pesos;  usaba cuatro pomitos, lo que da un total de 80.000.  Mi jubilación llega a 300.000 pesos y en el hospital público, un preparado solucionó el problema: me lo daban gratis. ¿Cómo no voy a defender a quiénes se preocupan por la gente?”.

Una de las particularidades que se observaron en las horas de movilización hacia el PAMI fue que no todos eran jubilados nucleados en organizaciones políticas. También, se hicieron presentes adultos mayores independientes y que nunca había tenido contacto con una manifestación de este tipo, como María Elena Rodríguez, quien realizó más de 41 años de aportes y se jubiló como operaria de una fábrica. “El PAMI es de todos los trabajadores que aportamos, les pido a todos los jubilados y estudiantes universitarios, que salgan a la calle a luchar. Yo fui operaria de fábrica, me movilizo por mis hijos, mis nietos y los que van a venir. Debemos ganar la calle, así como lo hizo el Posadas, el Bonaparte, ahora hubo despidos de vuelta y voy a salir a luchar de nuevo, porque apoyo a los médicos”, dijo.

“Tengo tiroides, problemas circulatorios y el aumento del valor de los medicamentos es muy elevado. Estoy harta, que se dejen de gastar plata en tanta represión, porque los jubilados no traemos agua caliente como dicen algunos noticieros: ni palos, ni piedras. Somos gente profesional, yo nunca salí a protestar, pero hoy gané la calle y voy a morir de pie, no de rodillas”, añadió María Elena.

Por otra parte, hay jubilados que se movilizan todas las semanas para hacer visibles sus peticiones, como es el caso de Mónica que se desarrollaba como editora. Forma parte del Plenario de Trabajadores Jubilados que se reúne una vez por semana. “Estoy acá como todos los miércoles, porque la situación de los jubilados no da para más. Nos vienen relegando desde hace añares, pero en estos últimos meses la situación se agravó a pasos agigantados. A este gobierno lo único que le interesa son los beneficios de las grandes empresas y el sistema financiero, la situación de los trabajadores no la mira.”

“Aporté 35 años, no cobro la mínima y no me alcanza –agregó-, eso que estoy sana, si tuviera que pagar remedios, no podría vivir. La jubilación no tiene ninguna relación de lo que sería mi salario en la actualidad, es solo el 30% de lo que debería ser”.

No todos los que se encontraban presentes en la lucha de esta mañana son de PAMI, Ana  tiene OSECAC, es jubilada y trabajó 17 años en Entel, cuenta con 75 años y milita en Jubilados de Izquierda. “Tenía la jubilación mínima, pero gracias a que gané un juicio, gano un poco más ahora, pero no es suficiente para vivir. El bono quedó parado en 70.000 pesos y eliminaron los remedios gratuitos, es un desastre este gobierno. Tomo medicamentos para la columna, gasto más de 150.000 pesos al mes, pero tengo casa propia. El abuelo que tiene alquiler y expensas, se muere porque no llega a pagar los medicamentos.”, dijo.

Una de las cosas que más resonaron en la marcha es que los jubilados siempre fueron uno de los grupos más excluidos de la sociedad. Para Mónica, la militante del Plenario de Trabajadores Jubilados, “ningún gobierno piensa en los jubilados, Cristina nos vetó el 82% móvil, con el mismo argumento que Milei: No hay plata. Plata hay, porque es nuestra plata y el Estado vive de los jubilados, porque nuestros aportes han servido hasta para pagar la deuda externa.”.