¿Cómo afecta la crisis en las personas con discapacidad?

¿Cómo afecta la crisis en las personas con discapacidad?

Si el ajuste pega fuerte en toda la sociedad, buena parte de las 3.500.000 personas que tienen el Certificado Único de Discapacidad la padecen con creces. ¿Qué impacto tiene el aumento de las prepagas, por ejemplo?

En Argentina 3.571.983 personas cuentan con, al menos, una dificultad que afecta su participación plena en la sociedad según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).  “Discapacidad” es el término utilizado para dar cuenta de las deficiencias motrices, sensoriales, intelectuales o mentales que imponen barreras para la igualdad de condiciones del 10,2% de la población argentina de 6 años o más, residentes de viviendas particulares en localidades de 5.000 y más habitantes, siguiendo el informe del INDEC.

En nuestro país, los derechos de las personas con discapacidad están amparados por diferentes normativas que promueven la accesibilidad, protección, no discriminación e inclusión. Pero, en el centro de la cruda crisis social, económica y política que atraviesa nuestro país, ¿hablamos lo suficiente de este tema? ¿Cómo impacta la situación actual en la calidad de vida de las personas con discapacidades?

Ricardo “Cacho” Castellano es de Berazategui, tiene 75 años y hace ya una década le diagnosticaron Parkinson. Toda su vida se la pasó arriba del micro, fue chofer de colectivos de larga distancia y también acompañó a miles de niños y niñas en sus viajes escolares. “La vida me cambió un montón, es una enfermedad progresiva y cada vez puedo hacer menos cosas. Manejar ni hablar”, dice.

 “Recién ahora estoy tramitando el CUD (Certificado Unico de Discapacidad) porque vi que me da muchas facilidades para movilizarme: pasajes gratis, descuentos en peajes, espacios para estacionar, descuentos para comprar un auto especial. Ya no puedo manejar pero necesito esa ayuda y espero que se me de”, cuenta Castellano, mientras lamenta los años que pospuso el trámite.

Respecto del tratamiento, religiosamente toma su medicación todos los días de mañana, mediodía y noche. “Me mantiene tranquilo y el temblor disminuye bastante. Por suerte no tuve problemas con PAMI hasta ahora, siempre me dieron gratis y a tiempo todos  los remedios y otras cosas, como la silla de ruedas, que necesité”. Y suma: “Más allá de los tiempos difíciles que estamos pasando pude seguir con mi tratamiento. Como todos, tuve que ajustar mi estilo de vida por todos los aumentos pero por ahora seguimos peleándola.”

Marta Sánchez tiene 67 años y dedicó sus últimas décadas de actividad a ser preceptora de un jardín de infantes ubicado en Bernal. Siempre rodeada de chicos y chicas, en constante movimiento y actividad, una noche de desvelo por un dolor punzante en el brazo la llevó a su diagnóstico: artritis reumatoidea. “Es una enfermedad degenerativa que ataca las articulaciones, la tengo hace 28 años y gracias a Dios no necesito acompañante porque puedo moverme sola todavía. He hecho un tratamiento que sirve pero es complicado aunque la lleve bien y ponga toda mi voluntad”

“El CUD trae algunos beneficios pero es un poco engorroso hoy en día. Hay que hacer casi todo virtual y muchos no tienen la posibilidad de contar con alguien que los ayude. Yo tuve suerte y apoyo. Tengo una obra social, IOMA, que siempre me cubrió la medicación por la enfermedad al 100% aunque sé que no pasa en todos los casos”, comenta Sánchez sobre el acceso a los tratamientos y asistencia. Y suma: “El problema ahora, que está pasando en muchas prepagas, es que no reciben los pagos y entonces no pueden llevar, las droguerías no dan la medicación a las farmacias y se dificulta contar con los remedios. En el último tiempo tuve que cambiar de farmacia para que me los den”.

“La vida con discapacidad cuesta. Cuesta conseguir trabajo, ayuda, turnos en los hospitales, atención en general, muchas cosas son difíciles. Más allá de revisar cómo funciona la salud, que es un tema que hay que mirar, hay muchos problemas que tenemos las personas con discapacidad y la situación del país y la inflación te tiran para abajo. Si no te alcanza para vivir, no tenés trabajo, ayuda u obra social, influye mucho y afecta tu enfermedad“, concluye Sánchez, trayendo al centro de la escena la situación coyuntural y cómo afecta estructural y anímicamente a las personas que viven con una discapacidad en nuestro país.

En el corazón de la incertidumbre, la burocracia y la desolación que puede causar el diagnóstico, la Asociación Síndrome de Down de la República Argentina (ASDRA) se levanta como un faro para brindar acompañamiento a miles y miles de familias en nuestro país. Conformada principalmente por madres y padres de personas con síndrome de Down, cuentan con más de 30 años de recorrido trabajando para que cada vez haya más inclusión en nuestra sociedad.

“Cuando se recibe el diagnóstico, tenés que ver de qué manera te volvés a recomponer para seguir adelante, para ayudar a este hijo o hija, para empaparte de un montón de cosas para las que una no se prepara. Tratamos de escuchar y guiar teniendo en cuenta a toda la familia. Nuestro pilar es el grupo de Mamás y Papás Escucha”, comenta Alejandra Belyin, miembro de la comisión directiva de ASDRA. La asociación desarrolla diferentes programas de apoyo, divididos por franjas etarias: grupos de reflexión para adultos, grupos de pertenencia para los jóvenes y encuentros sobre psicoeducación abiertos para conversar con profesionales de la salud y de la educación.

“Logramos muchas cosas en estos años y la sociedad es mucho más consciente y diversa que antes. Si las políticas públicas se aplicaran, y el que viniera no las cambiara, sería la forma en que todo podría funcionar. Siempre digo que el CUD es el DNI de nuestros hijos e hijas: te abre muchas puertas pero falta mucho por hacer. Tramitarlo es muy complejo, no hay un criterio federal y unificado para sacarlo y eso no sólo ralentiza el proceso sino que hace que muchas personas no puedan acceder”,  agrega Alejandra.

“Pareciera que la discapacidad no es un tema tan importante y pasa a segundo plano. La realidad es que es un tiempo difícil para todos pero para aquellas personas que tienen en su familia a alguien con una discapacidad es mucho peor”, sostiene Belyin sobre la conversación pública y la coyuntura. “Si la situación económica –agrega- hace que no puedas pagar la prepaga, eso es terrible para una familia que tiene a alguien con una discapacidad, significa parar todo aquello que esa persona necesita para poder vivir de sí. Como familiar, tratás de que viva con autonomía, le das herramientas para que se inserte en la sociedad y de repente pasa esto y te vuelve a destruir. Tiene que haber un Estado presente que acompañe de forma integral a la familia y que no se sientan desamparados ante contextos como este”.

La inestabilidad económica y la imposibilidad de proyectar certezas en el corto plazo hacen del presente un infierno colmado de inquietudes para todas las familias que son el soporte y sustento de una persona con discapacidad. Alejandra lo sintetiza de esta forma: “Hay una gran preocupación económica actualmente. Lo que más angustia tiene que ver con que las familias puedan darle continuidad a los tratamientos y tener todo garantizado. Ojalá puedan mantener sus trabajos y sostener económicamente las obras sociales, las terapias, las actividades recreativas que también son muy importantes para la estimulación y el disfrute.”

El beach handball pasa la gorra para viajar al Mundial de China

El beach handball pasa la gorra para viajar al Mundial de China

Las selecciones nacionales de beach handball lanzaron una convocatoria de sponsors para cubrir los gastos de traslado y participación en los mundiales a disputarse en China. La motosierra llegó al deporte.

“La delicada situación económica del país, sumada a los elevados costos en moneda extranjera que representa un viaje con dos de nuestras Selecciones nacionales a los Mundiales de beach handball en China que se desarrollarán entre el 18 y el 23 de junio, nos obligan a conseguir recursos alternativos para financiar una campaña de vital importancia en lo deportivo. El panorama es por demás dificultoso pero no estamos dispuestos a bajar los brazos”, comienza el comunicado que emitió la Confederación Argentina de Handball (CAH) y donde se invita a todas aquellas empresas que creen en el deporte y en la bandera argentina a acompañar a los representativos nacionales.

El beach handball es similar al indoor, aunque la cancha es mucho más pequeña (27 x 12 metros) y cuenta con la dificultad de que la pelota no se puede llevar rebotando contra la superficie. Desde 2004 se realiza el mundial con Brasil liderando el medallero. En la última década la versión argentina de Handball playa consiguió grandes resultados: en 2017, en Isla Mauricio, las categorías juveniles se subieron al podio y lograron las primeras dos medallas mundialistas en la historia del deporte en nuestro país, en cualquiera de sus modalidades. Ese mismo año, la Selección adulta femenina se alzó con la plateada en los World Games de Cracovia 2017. En 2018, las chicas obtuvieron la presea de oro en los Juegos Olímpicos de la Juventud en Buenos Aires y los varones se colgaron la de bronce. En 2019, las mujeres vencieron por primera vez a multiganador Brasil y alcanzaron un nuevo oro en los Juegos Suramericanos de Playa Rosario 2019. Durante 2022, el equipo femenino ganó el bronce en los World Games de Estados Unidos y ratificó su excepcional momento con el primer título en un Torneo Sur y Centroamericano, destronando a las brasileñas en su tierra. El año pasado fue el turno de los varones de imponerse por primera vez a Brasil, en ocasión de los Juegos Suramericanos de Playa Santa Marta 2023.

El beach handball no formará parte del medallero de los próximos Juegos Olímpicos París 2024 pero estará presente como exhibición. El IHF Beach Handball Showcase se celebrará del 27 al 29 de julio, con la intención de incorporar al deporte como parte del programa oficial de futuras ediciones. Fiorella Corimberto y Nahuel Perez serán los jugadores que representarán a la Argentina en el evento que reúne 32 hombres y 32 mujeres de 18 países: Alemania, Argentina, Brasil, Croacia, Dinamarca, España, Estados Unidos de América, Francia, Grecia, Hungría, Noruega, Países Bajos, Polonia, Portugal, Qatar, República Popular China y Uruguay, mezclados en cuatro equipos

 

La cuestión presupuestaria lo es todo

En diálogo con ANCCOM Leticia Brunati, entrenadora de la Selección mayor femenina, confirmó que el gasto de viajar a China ronda los 120.000 dólares para toda la delegación y explicó que “la situación es igual a cualquier deporte que no es olímpico: por ende no contamos con apoyo del Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Enard) y desde la Secretaría de Deportes tampoco van a financiar el viaje como si lo hicieron en otras ocasiones”. En la actualidad se les permite entrenar dentro del Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CeNARD) y solo reciben una contención monetaria mínima de parte de la Confederación Argentina de Handball.

 

 “Tenemos nada más 10 becas para jugadoras y 3 para el cuerpo técnico de 70.000 mil pesos, Estamos a mes vencido pero aún no cobramos”, comenta Brunati, profesora de educación física y al frente del equipo desde los Juegos Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires 2018. 

Pasó mucho tiempo hasta que el gobierno de Javier Milei designó a Julio Garro como nuevo subsecretario de deportes y el presupuesto está congelado en los mismos números que en 2023, igual a lo que sucede en otras áreas como con las universidades públicas. Las becas, que están claramente desactualizadas en sus montos, tampoco cubren los gastos indispensables para las actividades de los deportistas y staff.

Parte de tener un Estado más chico significa implementar una política de desfinanciamiento deportivo, de lo que suele ser un motivo de orgullo nacional cuando se consiguen resultados rimbombantes en disciplinas que no son las tradicionales y que no estamos acostumbramos a ver por televisión. La motosierra y la licuadora también llegaron hasta el deporte de alto rendimiento.

Las futbolistas toman la palabra

Las futbolistas toman la palabra

El plantel de fútbol femenino de Racing escribió una carta pública repudiando el lesbicidio de Barracas y llamando a la sociedad a cambiar sus conductas homofóbicas. El poco frecuente caso de deportistas de elite que se involucran en problemáticas sociopolíticas.

El plantel femenino de fútbol de Racing Club de Avellaneda difundió una “Carta por la Paz, en rechazo a la violencia homofóbica que tiene a las mujeres como víctimas mortales del odio y la discriminación”. El mensaje fue motivado por el ataque lesbofóbico que se cobró la vida de Andrea Amarante, Pamela Cobas y Roxana Figueroa, mientras que aún permanece internada Sofía Castro Riglos.

La agresión se produjo el lunes durante la madrugada en una pensión de Barracas. Justo Fernando Barrientos arrojó un explosivo casero a la habitación en la cual dormían las cuatro mujeres, luego de hostigarlas varios meses con insultos sobre su condición sexual como “engendros” o “tortas”. Mientras la justicia avanza lenta distintas agrupaciones piden justicia frente a este crimen de género. A contrapelo de lo que muchas veces pasa en el deporte que prefiere evitar “la política” o manifestarse por causas sociales, las jugadoras de Racing Club decidieron hablar.

 

El motivo

“Somos personas. Somos mujeres. Somos trabajadoras. Somos futbolistas. Queremos vivir en paz, en libertad y en pleno ejercicio de los derechos que nos corresponden como seres humanos. Por eso decidimos escribir esta carta: porque no podemos naturalizar como sociedad un crimen fundado en los discursos de odio y en los comportamientos homofóbicos que todavía siguen dando vueltas por nuestros barrios, por nuestras canchas, por nuestras casas”: así comienza el comunicado de las jugadoras de Racing.

ANCCOM dialogó con la defensora de la academia Sindy Noelia Ramírez: “Lo que nos llevó a tomar la decisión como plantel de hacer una carta al respecto fue la angustia, la impotencia de, otra vez, enterarnos de una noticia así y ver que no estaba en todos lados, que muchos medios no la visibilizan. También que es importante reflexionar sobre lo que sigue pasando y que recrudece mucho más cuando se les da lugar a los discursos de odio, a las conductas machistas, cuando no existe el repudio, cuando se festejan actitudes homofóbicas”.

La deportista, quien también es parte de la selección femenina de Uruguay, asegura que su mirada personal es de “profunda tristeza” y que cree que estos casos no son una casualidad. Sindy asegura que como sociedad debemos visibilizar lo que sigue pasando con las diversidades “que muchas veces estamos condenadas a vivir escondidas para no sufrir odio y violencia”.

Ramírez refleja la idea del resto de las futbolistas de Racing: “Es fundamental que nos replanteemos lo que decimos, lo que le festejamos a los demás, la forma de relacionarnos, la educación que damos en casa, los medios que consumimos, los chistes que decimos. Tenemos que dejar vivir en libertad, respetarnos y no permitir que esto suceda nunca más. No podemos como sociedad mirar para el costado. A Pamela, Roxana y Andrea las mataron por ser lesbianas”.

Involucrarse

No es extraño, no sorprende a nadie, pero ningún deportista varón se pronunció al respecto, al menos por el momento. Tampoco se los suele consultar abiertamente en los medios de temáticas alejadas de lo relacionado estrictamente con sus disciplinas. No sea cosa que una pregunta pueda descolocar o “incomodar” a nuestras estrellas…

 Ante la consulta de ANCCOM, la ex jugadora de Nacional de Montevideo y San Lorenzo de Almagro, con quien obtuvo dos campeonatos de primera división, reconoce que sin dudas los y las deportistas tienen que participar mucho más, y subraya, como un llamado de atención: “Especialmente aquellos que tienen mayor cantidad de visibilidad y seguidores, ellos pueden llegar a muchísima gente que de otra forma no se va a enterar de lo que está pasando. Es muy importante el compromiso de los que pueden alcanzar a las personas, incluso personas de todo el mundo”.

 

 

 

La marea verde de ayer a hoy

La marea verde de ayer a hoy

La fotógrafa Mónica Hasenberg convocó a mujeres de diferentes artes para presentar una muestra que acompañe imágenes que tomó durante la concentración por el 8M de 1984 frente al Congreso.

El 8 de marzo de 1984 grupos de mujeres se reunieron frente al Congreso en el Día Internacional de la Mujer, el primero luego de la última dictadura cívico-militar. La fotógrafa Mónica Hasenberg subía entonces las escalinatas en la plaza para buscar las mejores tomas. Hoy, sus registros se resignifican junto con las obras que forman parte de la muestra “Mujeres Artistas”, exhibida en La Casona Cultural Humahuaca.

“Convoqué artistas mayores de 60 años para recrear esa marcha. Cada una podía hacerlo como quisiera, ponerse a sí misma dentro con la ropa que usaba, o pintar familiares desaparecidos -cuenta Hasenberg en conversación con ANCCOM-. Queremos reivindicar a las que lucharon por nuestros derechos y estimular la militancia, la participación que nos hermana con otros en las conquistas colectivas”.

Las luchas populares son el centro del trabajo de Hasenberg desde que se vio conmovida por la historia de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y empezó, durante la dictadura, a formar parte de las rondas de los jueves. Hija de un fotógrafo y una madre concertista que había dejado la profesión al casarse, aprendió el oficio de niña. Así, el feminismo la atravesó, no por formación orgánica, sino como rebeldía a las injusticias patriarcales de su propia familia.

Sus fotos cuelgan de grandes banners en las paredes de la Casona. Algunas de las activistas retratadas volvían al país tras años de exilio y sostenían carteles con consignas marcadas por el contexto: «Machismo es fascismo», «Violación es tortura». También, se distinguían reclamos del momento como la «igualdad de los hijos ante la ley» y la patria potestad compartida, sancionados en 1985, así como el reclamo por la despenalización del aborto. Otras pancartas dan cuenta de reclamos que continúan sin respuesta: «Igual salario por igual trabajo».

Una de las fotos muestra a Susana “la Tana” Rinaldi, actriz y cantante, rodeada de mujeres que cargan sobre sus cabezas los carteles. “Fue la que más me atrapó, es imponente, se nota la fuerza que tenía esa marcha, como de avance”, cuenta la artista plástica y docente Adriana Tavares sobre la imagen que inspiró su obra “Manifestación”. Se trata de una pintura hecha con acrílicos donde destacan los colores y la expresión en las caras pintadas: todas con la boca abierta. 

En mis cuadros de marchas, la gente siempre está gritando”, agrega Tavares. Las pinta desde que transformó su perspectiva, antes prefería los paisajes y retratos. Cuando al mismo tiempo que criaba a sus hijos, logró estudiar, conoció el cuadro La libertad guiando al pueblo sobre la Revolución Francesa. “Me empecé a cuestionar las cosas, tenía la misma edad que los chicos que desaparecieron La Noche de los Lápices, mi padre era comunista, sentía que se los debía”, cuenta.

Otras pinturas expuestas son de Paula Pasini y Marcela Seoane, mientras que las artistas Ana Rosa Givanetti, Mónica Vidal y Silvia Carrasco optaron por técnicas mixtas. El collage está presente en muchas de ellas y es la técnica principal en los cuadros de Patricia Pellegrini y Verónica del Giudice. Por su parte, Vicky Biagiola realizó Mujeres de fuego a partir de acrílicos cortados con láser.

Con la coordinación de Ariel Muñoz y entrada gratuita, la muestra puede visitarse de martes a sábados por la tarde en Humahuaca 3508, en el barrio de Abasto.

“El placer es revolucionario” se lee en el cartel que aferra una mujer fotografiada por Hasenberg hace 40 años. ”Queriamos rescatar esa frase para pensar el cuerpo desde el disfrute de la sexualidad, pero también de la feminidad”, sostiene la escultora y arteterapista Estela Garber, sobre la idea detrás de su obra Chaleco antibalas Feminista. Se trata de una pieza de arte textil que realizó junto con la joyera Diana Torcoletti. Acerca del nombre, comentan que “ser feministas en este momento requiere portar metafóricamente un chaleco protector ante múltiples agresiones, como ironía del que usan políticos como Milei en los actos públicos”.

Su significado se refuerza a la luz de las amenazas del gobierno, algunas concretadas, de retroceder en materia de derechos. A la eliminación de programas y ministerios destinados a reducir la desigualdad, se le suma el proyecto de Ley Bases. La inclusión de la eliminación de la moratoria jubilatoria afectaría a mujeres que trabajaron toda su vida como amas de casa, o en trabajos precarios sin aportes. Por su parte, los cambios en licencia por maternidad permitirían a los empleadores hacer trabajar a una embarazada hasta diez días antes del parto.

El chaleco negro cuelga del techo en La Casona y sintetiza en las intervenciones  los avances de las luchas, como el acceso a los anticonceptivos y profilácticos, o la posibilidad de acceder a la educación y el mercado laboral. Al mismo tiempo, estas se articulan con experiencias personales:  “Diana tiene la costumbre de salir cerca del Parque Rivadavia los domingos a buscar muñequitos vintage que hacen a sus recuerdos, yo busqué distintos retazos en la casa de mi mamá y los agregamos también”, cuenta Garber.

En una esquina, destaca por su tridimensionalidad la obra de María Dogliotti. Sobre una base forrada con las fotos de Hasenberg, se erige un vestido rojo junto con unas hojas violetas y verdes, colores que distinguen al movimiento en los últimos años, especialmente a partir de su expansión con la lucha por la despenalización y legalización del aborto. Su título remarca uno de los sentidos más importantes de la muestra: La lucha sigue.

La poesía también puede ser un juego

La poesía también puede ser un juego

La Fundación FILBA organizó un concurso de escritura poética con los textos de lomos de libros. En una librería de Villa Urquiza se reunieron amateurs y profesionales para hacer lomopoesía.

No estar inspirado dejó de ser una excusa para no escribir. Una técnica literaria promovida por la Fundación FILBA conquistó el corazón de todas las personas que participaron del Primer Concurso Nacional de Lomopoesía. “Muchas gracias por la confianza, por haber venido a hacer algo que nadie sabe bien de qué se trata”, dijo Amalia Sanz, directora de FILBA, para dar inicio a la jornada. El encuentro tuvo lugar este viernes a la tarde en Estación Libro, una librería porteña del barrio de Villa Urquiza.

La lomopoesía consiste en “hacer un poema usando las palabras que están en los lomos de los libros. No vale agregar artículos ni pronombres. Lo que está ahí, es lo que queda en los versos”, explicó Victoria Rodríguez Lacrouts, programadora de FILBA y coordinadora del certamen, a los diecinueve participantes que se acercaron a la librería. “Una de las reglas es que tienen veinticinco minutos para armar cuatro versos como mínimo y apilando los ejemplares que elijan. No vale robar los libros del compañero”, agregó Sanz entre risas, quien también aclaró que el ganador del concurso se llevaría una orden de compra por $50.000 para gastar en ese mismo local.

Mientras los competidores recorrían el lugar y miraban atentos los títulos de los libros que estaban en las estanterías, Juan Pablo Poggio, librero de Estación Libro, aseguró en diálogo con ANCCOM: “Esta es una buena oportunidad para que vean el surtido de ejemplares que tenemos. Nuestra idea es estar haciendo eventos constantemente”. Por su parte, Rodríguez Lacrouts contó a este medio cómo surgió la idea de hacer el concurso: “Es algo que yo hacía hace muchos años, cuando tenía un club de libros y nos poníamos a armar poemas con las obras que teníamos en la biblioteca”. También aseguró que, a futuro, FILBA organizará más jornadas de este estilo en las distintas sedes de Estación Libro, con el objetivo de armar una final con los ganadores de cada certamen.

Una vez que los competidores terminaron de crear sus lomopoemas, pasaron de a uno a un rincón de la librería —que devino en una suerte de escenario improvisado— y leyeron en voz alta sus creaciones. Después de cada lectura Ana Prieto, escritora y jueza del certamen junto con Sanz y Poggio, tomó una fotografía de cada poema para deliberar luego acerca de cuál sería el ganador. Mientras los participantes leían los títulos de los libros apilados, el resto se regocijaba al escuchar la divina musicalidad que se desprendía de cada invención.

“Me parece divertido, me gusta hacer este tipo de improvisación con el cuerpo y usar la intuición”, contó Renee Carmichael, una joven estadounidense radicada en Argentina que participó del encuentro, mientras los jueces discutían en otro sector de la librería sobre el poema ganador. Por su parte, Simón Risé, otro competidor también joven, aseguró: “Me gusta jugar con las palabras, no tomarme formalmente la escritura, que fluya. Esta actividad invitaba mucho a fluir, a lo que se mueve y cambia”.

Entretanto los jueces seguían deliberando, FILBA convidó a los presentes una copa de vino. Los lomopoetas aceptaron con gusto y se pusieron a conversar entre sí, además de a leer algunos de los libros que habían elegido para la pila. David Delgado Valery, un participante venezolano radicado en el país, dijo: “Vine para tener un desafío creativo y conocer gente que hace poesía”. Es que, efectivamente, entre los presentes había personas que ya se dedicaban a escribir, como Mónica Landolfi: “Yo soy dramaturga y hago haikus –contó-. Vine porque quería ver cómo era escribir con los lomos de los libros. Me encantó, volvería a hacerlo. Es más: lo difundiría con mis alumnas”. A su vez, Andrés Giorda, un competidor cordobés que desde hace un año vive en Buenos Aires, expresó: “Vine motivado por conectar con la lectura desde un espacio lúdico. Lo que más me gustó de la propuesta fue sentir que venía a jugar con los libros”.

El lomopoema que resultó ganador decía así: “Bien tarde en el día / Querida amiga, desde mi vida te escribo a tu vida / ¿Por qué te empeñas en sufrir así? / Soy toda oídos / Los árboles caídos también son el bosque / La oscuridad es un lugar / Las madres no / Llega un hombre y dice / Quiénes somos ahora / Entre ellos / La belleza de aquellos años / Tu sueño imperios han sido / Ya te llegará / Como el fuego / El infierno prometido”. Su autor, Juan Ford, dijo emocionado: “Estoy contento. Me gusta escribir pero me falta disciplina, lo hago porque me gusta. Acá caí de casualidad. Fue realmente un juego, como armar un rompecabezas”.